Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

orgullo, miedo y negacion por urumelii

[Reviews - 355]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

aaaaaaaaaaaa AY hace cosas raras!!!! U_U aki esta el capi 

Uruha, Aoi y Yune

 

Dolor. Si eso era precisamente lo que sentía. Un increíble dolor y no en el cuerpo; nada tenia que ver el inmenso dolor que solo el caminar le producía. Nunca un pasillo le había parecido tan largo, tenía que maquillarse, tendrían una pequeña presentación. Hecho que en este momento le parecía una tortura.

 

Entró a la sala de maquillaje haciendo una mueca, agradeciendo que solo estuviera la maquillista. No quería más discursos, mas sermones, mas consejos y palabrerías que no venían al caso. El amaba a Yune y era correspondido, claro, tenia una manera muy particular de demostrarlo, pero era amor ¿verdad? Le molestaba tener que escuchar a sus amigos diciéndole que lo dejara, ellos no entendían; tal vez ni el mismo entendía, pero era mejor que estar solo.

 

Sabía que era lo normal, sufrir por amor, todos lo hacen, es parte del contrato. Se sentó con dificultad en la silla, ya traía puesto el vestuario de aquella noche.

 

-Shima – le dijo la maquillista - ¿otra vez? – Torció la boca – no puedo seguir maquillándote los moretones – sacó una cajita donde guardaba sus herramientas.

 

Uruha sonrió débilmente – es que soy muy torpe, me caigo todo el tiempo – otra excusa mas, otra excusa menos.

 

La chica alzó una ceja – esto – dijo señalando un moretón especialmente grande en su muslo – no es por una caída. Se nota que es un dedo – le paso una plasta de maquillaje para cubrirlo – pero si te quieres seguir engañando adelante, no soy nadie para juzgar – el castaño ni se molestó en contestarle y la maquillista prosiguió con su trabajo.

 

Diez minutos después Aoi entró a la sala con una sonrisa en el rostro, la cual se borró al instante en que vio al castaño. La maquillista seguía en su labor de colocar maquillaje en sus piernas, cosa que al principio sorprendió al pelinegro y que después entendió. Quiso restarle importancia - ¿te vas a tardar mucho? – preguntó haciendo como si no pasara nada.

 

-algo, siéntate y ahorita estoy contigo – contestó la chica. Permanecieron en silencio unos minutos hasta que ella fue la que habló – tengo que ir al baño, espérame – le dijo a Uruha y salió de la habitación.

 

Incómodo. No quería estar junto a Aoi, irónicamente el guitarrista había sido su única esperanza la noche anterior; inútilmente esperaba que se diera cuenta de lo que su novio iba a hacer cuando le pidió que se fuera. Sin embargo Aoi se había ido sin preguntar nada y lo había dejado ahí solo. Todavía, en la mañana se le acercó a preguntar si estaba bien ¡por supuesto que no lo estaba! Pero ya no  importaba en ese momento.

 

-¿seguro que estas bien? – volvió a preguntar el pelinegro.

 

Uruha asintió, iba a decir algo pero fue interrumpido por la entrada de Reita – tu estas loco ¿verdad? – reclamó tratando de no gritar, lo menos que quería era un escándalo.

 

-la maquillista te fue con el chisme – afirmó Uruha agachando la cabeza.

 

-de todas formas ¿crees que no me iba a dar cuenta? – Se acercó a Uruha – mira nada mas como te dejó. ¿Hasta cuando vas a dejar que te haga eso? – preguntó desesperado.

 

Aoi se sintió fuera de lugar, no debía estar escuchando esta conversación. Por alguna razón sabía que si se quedaba cambiaria para siempre la forma en la que veía a uno de sus mejores amigos. Yune. Sin embargo también era inevitable, hacia ya algunos meses que había entendido que el castaño no le era indiferente.

 

Había tratado por todos lo medios de reprimirse a ese sentimiento que estaba creciendo en su interior, pero había crecido desde que se había mudado con él y con Yune. Aquel muchacho que parecía ser un misterio, el muchacho que lograba sacarlo de sus casillas simplemente con un comentario. Ciertamente Uruha no era como nadie que hubiera conocido.

 

Solo había un problema, tenia novio y no era un cualquiera; resultaba ser uno de sus mejores amigos. Aquel código que no estaba escrito pero que todos conocían, le impedía siquiera acercarse a Uruha, al menos no en plan de algo más que amigos.

 

Ahora, aquí estaba Reita confirmando lo que ya sospechaba. Sabía que Yune era violento, lo demostraba cada vez que iban a un bar, bebía de más y terminaba peleándose con cualquiera; pero jamás pensó que aquello pudiera llegar hasta el punto de lastimar a su pareja.

 

La necesidad de proteger al castaño creció rápidamente a medida que escuchaba las palabras de Reita, a medida que veía como Uruha solo mantenía la cabeza agachada, sin decir nada, sin defenderse.

 

-amor……….- dijo Yune efusivamente desde la puerta. Se acercó de inmediato a donde estaba Uruha, fulminando a Reita con la mirada – Akira, el enano te esta buscando – pasó su brazo sobre los hombros de Uruha y lo atrajo hacia él, a pesar de que el segundo estaba todavía sentado.

 

Reita bufó y salió de ahí. Yune sonrió ampliamente y besó a Uruha en la frente, el castaño seguía con la mirada clavada en el piso – ese tipo es un pesado – dijo refiriéndose al bajista, en el proceso apretó el hombro de Uruha con excesiva fuerza, causando que el otro hiciera una mueca de dolor. Acción que no pasó inadvertida por Aoi – En fin, solo quería venir a asegurarme de que no te llene la cabeza de tonterías – lo dijo lo suficientemente fuerte para que los dos guitarristas escucharan – a ese tipo le encanta sembrar discordias – se dirigió a Aoi – no confíes mucho en lo que dice – le dijo como una advertencia amigable - ¿verdad? – movió ligeramente al castaño, quien solo atinó a asentir.

 

Aoi alzó una ceja y sonrió de lado, lo menos que necesitaba era pelearse con Yune, lo menos que necesitaba era alejarse de Uruha, aun si no sabía si podía ayudarlo.

 

-x-

 

Ya estaba harto, ya no podía mas. Ya no quería estar con él, pero la verdad le aterraba su reacción, lo menos que quería era que se pusiera violento, si le pegaba por menos; decirle que ya no quería ser su pareja, significaba que de seguro lo mataba a golpes.

 

Entró al departamento al borde de las lagrimas, sabía que él venia atrás pero no sabía que tanto, solo atinó a entrar a la recamara y sentarse en un rincón abrazando sus rodillas. Todavía no acababa de entender que era lo que acababa de ocurrir, solo sabía que había salido corriendo.

 

¿No se suponía que Yune lo amaba? ¿Por qué le hacia esto? ¿Por qué lo trataba de esa forma? Y no hablaba de los golpes, esta vez había sido distinta, horrible. Si su propio novio había intentado hacer eso, ¿en quien podía confiar?  Quería terminarlo todo, pero no podía, seria mas fácil matarse antes de terminar con Yune. La idea no sonaba tan mal, total, ya nada tenia valor para él, no había nadie, nada. No era nadie, solo era una carga para Akira y Takanori quienes se la vivían preocupados por él, su propio novio abusaba hasta el cansancio de él y su familia; ellos podrían lidiar con el hecho.

 

Se levantó del rincón y caminó con desesperación al baño. No fue difícil encontrar la navaja, un corte y ya. Colocó la navaja sobre la vena de su muñeca, solo un corte. Lo iba a hacer cuando alguien lo jaló del hombro, supo de inmediato quien era. Cerró los ojos cuando recibió el primer golpe en el estomago.

 

-¿Qué? ¿Ahora te quieres matar? ¿No entiendes que me perteneces? Yo decido si te mueres o no – Uruha estaba tirado en el piso y Yune en cuclillas diciéndole aquello – así como si yo digo que hagas algo, lo haces y te callas – se levantó solo para darle una patada en el estomago – a ver ¿Quién mas te va a querer? Por dios Uruha reacciona y mírate nada más. No eres nada ni nadie, solo le causas problemas a los demás; ni tocar la guitarra bien puedes ¿sabes que escuché a Reita diciéndole a Ruki que tal vez deberían reemplazarte? Suerte que estaba yo ahí y te defendí; suerte que me tienes a mi. No sirves para nada, no mereces que te amen, pero yo soy muy bueno y estoy aquí para ti – sus palabras se le clavaban al guitarrista como agujas. Tenia razón, él no era nada, nadie que no fuera Yune lo amaría.

 

-perdón – dijo débilmente.

 

Yune suspiró -¿crees que con perdón vas a arreglar las cosas? – Lo levantó bruscamente por el cuello de la camisa – le prometí a mi amigo que se iba a acostar con nosotros y saliste huyendo ¿sabes lo avergonzado que estaba? Ahora todos se van a reír de mi ¿eso es lo que quieres? – lo azotó contra la pared mientras Uruha negaba con la cabeza y varias lagrimas salían de sus ojos - ¿Por qué me haces esto? Yo te amo y tu solo me pones en ridículo – lo volvió a azotar – estarás de acuerdo con que solo hago esto por tu bien, tienes que entender Uruha. Tienes que mantener contento a la única persona que te ama, que te va a amar en toda tu patética existencia – lo aventó a la cama.

 

Para ese momento Uruha ya estaba mas que aterrado, el baterista era capaz de cualquier cosa y aunque estuviera arrepentido por haberle hecho eso a Yune no quería pagar las consecuencias, aun si sabía que se las merecía, pero dolían y no quería.  Cayó en el pánico cuando vio a Yune sacarse el cinturón de un tirón, ya una vez le había pegado con él y ciertamente no quería repetirlo.

 

-Yune – trató de decir entre sollozos algo más pero no pudo.

 

- me dejaste con ganas Uruha y ahora vas a tener que satisfacerme como la puta que eres ¿me oíste? Y no solo eso, después volveremos y nos complacerás tanto a mi amigo como a mi ¿de acuerdo? – se subió en el castaño impidiendo que se moviera.

 

Uruha negó con la cabeza – pero Yune, yo no quiero que ese hombre me toque. Por favor no me obligues – sintió como su pareja le alzaba los brazos y aunque trató de poner resistencia el otro era mas fuerte. Con el cinturón le ató las manos a la cama.

 

El rubio baterista sonrió de manera sádica – eres una maldita puta barata, deja de actuar como si no lo fueras – le abrió la camisa sin cuidado y apretó los pezones de Uruha con excesiva fuerza.

 

El castaño solo atinó a llorar, sentía el dolor que le ocasionaba aquello, el dolor que le ocasionaban las mordidas de Yune haciéndolo sangrar en el pecho. Quería complacer a su novio, pero ya no podía más, ya no resistía mas. Entonces recordó a Aoi, por favor que estuviera en el departamento, por favor que lo escuchara y lo ayudara. Gritó, gritó lo más fuerte que pudo, como nunca lo había hecho en su vida.

 

-CALLATE – le dijo Yune y le soltó una bofetada con mucha fuerza. Uruha gritó del dolor.

 

La puerta se abrió de golpe y Aoi permaneció parado inmóvil observando la escena.

 

-¡LARGATE AOI ESTO NO ES TU ASUNTO! – le gritó Yune al verlo. El pelinegro se iba a salir pero Uruha lo miró, a pesar de que no podía pronunciar palabra el castaño esperaba que el otro entendiera, rogaba que el otro entendiera. Aunque sabía que no lo iba a hacer, no tenia a nadie, nadie lo ayudaría, estaba solo…De repente ya no sintió el peso de Yune sobre él, Aoi lo había bajado de un golpe.

 

-¿Qué carajo haces? – preguntó el pelinegro.

 

Yune se levantó, sangraba de un labio – te dije que no era tu asunto, si necesitas saberlo, es mi puta y yo lo trato como quiera – sonrió pues pensó que Aoi lo entendería, sin embargo recibió otro golpe por parte de su amigo.

 

-no lo vuelvas a llamar así – tomó a Yune por un brazo y lo sacó de la habitación. El baterista estaba tan confundido porque su amigo había defendido a Uruha, que ni tiempo le dio de defenderse cuando Aoi lo sacó del departamento – no te vuelvas a parar por aquí – dijo el pelinegro seriamente – si te veo cerca de Uruha seré yo quien te parta la cara, olvídate de él, de nosotros y de la banda – lo miró de arriba abajo y le cerró la puerta en la cara.

 

Literalmente corrió de vuelta con el castaño, de una sola se subió a la cama y lo desató – gracias – dijo Uruha con una voz apenas audible. Lloraba, lloraba sin cesar y su cuerpo comenzó a temblar simplemente con escuchar como Yune tocaba incesantemente la puerta, parecía que quería tirarla.

 

-cálmate, no va a entrar – le dijo Aoi abrazándolo por pura inercia.

 

-perdón – musitó el castaño.

 

-¿Por qué pides perdón? Tu no tienes la culpa de nada – acarició su cabello, despedía un delicioso olor a vainilla – no es tu culpa, nunca lo ha sido. Jamás vuelvas a pedir perdón por algo que sabes que tu no hiciste -.

 

Uruha se abrazó a él, de repente se sintió tan seguro entre sus brazos, nunca había experimentado esa sensación. Estaba tan cansado, sentía que su cabeza estaba a punto de estallar y todo su cuerpo dolía horrores; sin embargo estar ahí entre los brazos de Aoi lo hicieron olvidar todo de repente, por alguna razón estar con Aoi se sentía bien, muy bien. Se preguntó si se podría enamorar de alguien como él, se preguntó si alguien como él podía llegar a amarlo, se preguntó si algún día podría merecer un amor así y con ese pensamiento se quedó dormido.

 

Aoi lo recostó sobre la almohada delicadamente, retiro algunos cabellos que le cubrían la cara al castaño. Yune seguía tocando la puerta y gritando como desesperado. Se levantó y fue hacia la puerta – no me hagas hablarle a la policía, lárgate – le advirtió sin abrir. Yune gritó un para de maldiciones mas y terminó por irse.

 

Regreso al cuarto de Uruha y se recostó junto a él, no lo abandonaría. Ya no estaba solo, Uruha ahora lo tenía a él.

 

-x-

 

Pasaron dos semanas y no hubo ni rastro de Yune, sus cosas habían desaparecido del departamento mientras ellos no estaban, lo cual fue un verdadero alivio para Uruha, le aterrorizaba encontrarlo. Durante ese tiempo el guitarrista nunca estuvo solo, era acompañado a todas partes, pues de verdad no tenían idea de lo que podía ser capaz el antiguo baterista.

 

-no podemos seguir así – dijo Reita un poco harto colocando el bajo sobre su base – necesitamos un baterista.

Ruki se mordió el labio - ok, bueno les voy a confesar algo – dijo poniendo cara de cachorro.

 

Reita alzó la ceja - ¿Qué hiciste? – preguntó serio.

 

-¿se acuerdan de Kai? – sonrió levemente, pero la expresión de sus compañeros le hizo darse cuenta que nadie lo recodaba – ¿el baterista de “Mareydi +Creia”? – movió los brazos enérgicamente.

 

Aoi lo vio como si estuviera loco – bueno digamos que nos acordamos – dijo finalmente -¿Qué con él? – se sentó y cruzó la pierna esperando la respuesta del vocalista.

 

Ruki miró hacia otro lado – bueno hablé con él hace poco, al parecer se enteró que nos quedamos sin baterista y entonces….- alargó las palabras y se quedó callado.

 

-entonces….- incitó Reita desesperándose por la actitud del entonces pelirrojo.

 

-lo invité a tocar con nosotros – lo dijo rápido y cerrando los ojos.

 

Aoi y Reita se levantaron -¿¡Qué!? – gritaron los dos algo molestos.

 

-enano no puedes tomar ese tipo de decisiones sin consultarnos – regañó Reita – se supone que somos una banda, aquí todos decidimos todo – se sentó nuevamente con cara de berrinche.

 

Aoi negó con la cabeza y Uruha simplemente admiraba la escena sin opinar ni decir nada.

 

Ruki dio pequeños saltitos con cara suplicante – vamos, solo lo invite a tocar, no le dije que se quedaría en la banda – se alzó de hombros.

 

Reita suspiró – está bien ¿Cuándo viene? – preguntó resignado, sabía de antemano que cuando una idea se le metía a Ruki en la cabeza no había quien lo hiciera cambiar de parecer.

 

-hoy…-.

 

-¿¡QUÉ!? – volvieron a gritar el guitarrista y bajista.

 

-¿esperaste hasta hoy para decirnos? – Aoi no sabía si reírse o gritarle mas al vocalista

 

Uruha cerró los ojos – supongo que no nos queda de otra – dijo con voz baja. Los otros tres lo miraron con asombro, hacia mucho que  el castaño no participaba en las discusiones de la banda, solo se limitaba a asentir y hacer lo que le decían que hiciera – Taka ya le dijo al otro, ni modo que le hable y le diga que no, además tal vez y sea buen baterista – se le cortó la voz, aun le costaba trabajo pensar que Yune ya no estaría con ellos. No sabía si estaba agradecido o le dolía la separación.

 

Ruki se acercó al castaño y lo abrazó efusivamente – ¡¡¡Shima!!! Bienvenido de vuelta te quiero – le dio un beso en una mejilla. Reita sonrió de lado y aunque Aoi no mostró ninguna expresión, estaba feliz porque al parecer Uruha se estaba reponiendo de las heridas que Yune le había dejado.

 

-Taka, no me fui a ningún lado – dijo avergonzado deshaciéndose del abrazo del mas bajo.

 

-ni te imaginas – fue la respuesta del bajista sonriendo – a ver enano, entonces ¿a que hora llega el tal Kai? – puso las manos sobre la cintura de forma autoritaria,

 

Ruki que seguía tratando de abrazar a Uruha a pesar de las objeciones del ultimo, se giró hacia su compañero y miró su reloj – debe de llegar como en diez minutos – contestó sonrojado. Reita abrió la boca pero no dijo nada, Aoi hizo señas con las manos sin poder creer lo que escuchaba y Uruha sonrió.

 

Dos minutos antes de la hora sonó la puerta de la pequeña sala de ensayos. Ruki fue emocionado a abrir - ¡Kai! – exclamó abrazándolo como si lo conociera de toda la vida, reacción que sorprendió al chico.

 

Reita se acercó como quien no quiere la cosa y despegó al vocalista del recién llegado, a pesar de las objeciones del pelirrojo – disculpa es un poco efusivo – le tendió la mano – hola no teníamos el placer soy Akira, pero todos me dicen Reita – el otro le devolvió el saludo y sonrió. La sonrisa mas hermosa que había visto en su vida, fue el primer pensamiento que se le cruzó a Reita por la mente – pasa – le dijo distrayéndose de la visión.

 

Aoi se adelantó – hola soy Yuu o Aoi, soy el segundo guitarra – ambos sonrieron, por alguna razón aquel chico le transmitía seguridad a Aoi. De inmediato supo que se llevarían  muy bien – él es Uruha, el primera guitarra – señaló al castaño – es un poco tímido – le dijo en voz baja.

 

Kai se acercó a Uruha – hola soy Yutaka o Kai como gustes – sonrió y Uruha lo hizo de vuelta, pero no se atrevió a tocarlo. Aun el contacto con desconocidos se le hacia difícil; aunque había algo en Kai que le hacia confiar en él.

 

-estas muy flaco para ser baterista – aseguró Aoi acercándose de inmediato a sus brazos y apretándolos con fuerza – no pues, si tiene músculos de baterista – le dijo a Reita.

 

Kai se sonrojó y Ruki fue en su rescate – deja de acosarlo – apartó a Aoi del baterista – lo vas a asustar con tus loqueras ¿Por qué no tocas algo? – le dijo a Kai ignorando la mirada indignada del guitarrista.

 

-toca lo que quieras y luego te pasamos las partituras de una de nuestras canciones – le dijo Reita acomodándose junto a Uruha.

 

El baterista asintió y se colocó detrás de la batería, tomó las baquetas y tocó lo primero que se le vino a la mente, no era una canción solo eran ritmos al azar. Todos se quedaron callados al escucharlo, el chico era realmente bueno y tocaba el instrumento con pasión. Era casi imposible decir que ese niño con bonita sonrisa fuera baterista pero ahí estaba, demostrando el gran talento que tenía.

 

-creo que con eso nos basta – dijo Aoi perplejo cuando el otro terminó – ahora toquemos todos juntos – se pasó la correa de la guitarra por los hombros y le entregó unos papeles a Kai.

 

El baterista solo los leyó una vez – cuando quieran – sonrió.

 

-¿ya lo aprendiste? – preguntó Ruki fascinado.

 

-no es tan difícil – dijo humildemente.

 

Uruha se levantó molesto – bueno entonces hay que tocar a ver si no te cuesta trabajo – se había molestado por el comentario, esas notas las había escrito Yune, ¿Acaso estaba menospreciando su trabajo? Podía ser muchas cosas, pero era buen baterista. Comenzaron a tocar un poco incómodos, pero en menos de treinta segundos la incomodidad desapareció, dejando en su lugar el hermoso sonido que estaban produciendo, nunca en mil años hubieran tocado así con Yune; con Kai, era diferente, era mágico.

 

El castaño guitarrista lo sintió y dejó de tocar asustado, miró a sus compañeros quien al parecer habían sentido lo mismo.

 

-que fuerte – pronunció Ruki embelesado por el sonido.

 

Sin saber porque, Uruha salió de la habitación, necesitaba un descanso. Estaba entrando en pánico, Kai tocaba realmente bien, era mas que obvio; Yune no regresaría. Se tapó la boca con la mano y empezó a llorar, de repente no se sintió con fuerzas para dejarlo, de repente lo necesitaba, aunque lo golpeara, aunque le dijera de cosas, sabía que se las merecía. No era nadie, nada.

 

Si no estaba Yune no habría quien lo amara, no habría nadie quien estuviera con él, estaba completamente solo…lloró aun mas fuerte sin quererlo. Estaba en el baño solo, podía llorar en paz.

 

-Uru…- esa voz. Aoi lo había llamado - ¿estás bien? – le preguntó asustado al verlo llorar.

 

El castaño negó – Kai va a ser el nuevo baterista – dijo con hilo de voz – no va a regresar, no va a regresar por mi – lloró tirándose de rodillas en el piso.

 

Aoi sintió que el enojo se le arremolinaba en el estomago, ¿Cómo era posible que el castaño extrañara a semejante escoria? Después de todo lo que le había hecho, después de todo lo que había pasado. Se acercó a él y lo abrazó – escúchame muy bien lo que te voy a decir Kouyou Takashima – dijo serio – no lo necesitas, nunca lo has necesitado. Él no te ama, aquel que te hace daño no te ama; no estas solo, aquí estoy y no me pienso ir a ningún lado – Uruha lo miró con los ojos llorosos abrió la boca pero Aoi lo interrumpió – y ni te atrevas a pedir perdón – le advirtió.

 

Uruha sonrió levemente, ¿Cómo habían terminado así? ¿Quién era Aoi, quien sin pedir nada a cambio estaba dispuesto a ayudarlo? Lo apoyaba y se sentía especial por eso. Solo por él se sentía capaz de hacer cualquier cosa, cosas que nunca creyó ser capaz de realizar. Era Aoi quien lo había acompañado durante las ultimas semanas, quien lo había protegido cuando se sentía al borde de la desesperación, ahí estaba, siempre estaba ahí. Se miraron por unos instantes, sin quererlo se acercaron un poco más, a punto de juntar sus labios y unos aplausos los interrumpieron.

 

-así que este era tu plan Yuu – dijo la voz de Yune desde la puerta – quedarte con lo que es mío – negó con la cabeza.

 

-Yune – pronunció Uruha con miedo.

 

Aoi se colocó frente al castaño para protegerlo - ¿Qué demonios haces aquí? Te dije que te alejaras de todos nosotros – estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de que el otro no se le acercara al castaño.

 

-vine por lo que es mío – dijo señalando con el dedo a Uruha – pero parece que me traicionó – apretó los puños.

 

-Uruha no es tuyo – sintió al castaño temblar detrás de él.

 

Yune dio unos pasos hacia ellos – no puedo creer, sinceramente no puedo creer que prefieras a una puta que no vale nada a nuestra amistad de tantos años – dijo con tono irónico.

 

Sin pensarlo dos veces Aoi lo golpeó en la cara – te dije que no lo volvieras a llamar así – advirtió.

 

El antiguo baterista se levantó y le soltó un puñetazo al pelinegro, quien se estrelló contra la pared.

 

-¡Aoi! – exclamó Uruha.

 

-¿sabes que Aoi? – le dijo Yune limpiándose la sangre de la nariz – si tanto te importa quédatelo, pero ya te dije, es una zorra que no vale nada. Te vas a arrepentir de liarte con una puta como él – sonrió y dirigió su mirada a Uruha – lo eres Uruha y nadie nunca te va a querer por eso. Solo sirves para tener sexo, solo eso…-.

 

El castaño estaba hecho un mar de lagrimas, sin embargo se acercó a Yune y con todo el valor que aun le quedaba le dio una bofetada lo mas fuerte que pudo – lárgate, por favor déjame en paz – rogó, sin embargo estaba dispuesto a defenderse. Por alguna razón, Aoi le transmitía esa seguridad.

 

Yune salió del baño aun sonriendo, después de eso no volvieron a tener noticias de él. Sin embargo las últimas palabras que había dicho, se le habían quedado grabadas a Uruha mas de lo que estaba dispuesto a aceptar. Nadie lo querría jamás.

 

* * *

 

Buscó por todos los rincones de la casa y no había ni rastro de Reita. Aoi se estaba desesperando y aunque quería hablar con el bajista, le interesaba estar mas con su patito. Entró a la biblioteca, lugar donde estaba seguro que no lo encontraría pero tenia que buscar.

 

No fue a Reita a quien encontró, fue a Kai. Quiso salir sin ser visto pero fue demasiado tarde, el lider lo había escuchado.

 

-Aoi ¿Qué haces? – preguntó curioso.

 

El pelinegro suspiró, no le quedaba de otra mas que hablar con él – buscaba a Reita, pero quien sabe donde se metió – contestó sonriendo levemente.

 

-ahhh – Kai volteó a ver el libro que tenia en las manos – seguramente esta con Nao – dijo las palabras con cierta amargura.

 

Sin pensarlo Aoi se acercó a la mesa donde estaba sentado el baterista y se sentó frente a él – no, no esta con Nao, Nao esta con Hiroto, los acabo de ver. Kai ¿Por qué si se aman están separados? ¿No eras tu quien siempre me estaba regañando por no decirle nada a Uruha? – preguntó interesado.

 

Kai torció la boca – es mas complicado que eso. No quiere estar conmigo porque cree que aun amo a Miyavi – explicó sin mirar al pelinegro.

 

-¿y lo haces?

 

El baterista se alzó de hombros – lo amo todavía, pero es que no puedo olvidarlo, por mi culpa esta muerto y yo…-no quería empezar a llorar otra vez.

 

Aoi lo miró seriamente – entiendo que sientas culpa, después de todo lo que pasó es comprensible, pero ¿tu que crees que Miyavi preferiría, que no lo olvidaras o que vivieras feliz? Y ni siquiera es que lo olvides, Kai no puedes vivir de recuerdos. Mereces ser feliz, no lo olvides, solo permítete ser feliz. – le puso la mano sobre su mano.

 

Kai sonrió irónicamente – todos me dicen lo mismo, pero no es tan fácil. Tu no viste como lo mataron, no fue tu culpa – sus ojos se humedecieron – a ti no te miró por ultima vez, no escuchaste sus ultimas palabras ¿Cómo puedo amar a alguien mas sabiendo que sus ultimas palabras fueron para mi? Fue una estupidez creer que podía hacer feliz a Reita, cuando yo no estoy bien. Cuando no soy feliz porque soy incapaz de superarlo, porque nunca voy a olvidarlo. Lo mejor es que no regrese con Reita, no lo amo tanto como dije hacerlo – dijo sin mirar a Aoi.

 

El pelinegro se desesperó, sabía perfectamente que esas palabras eran mentira, estaba mas que seguro que a Kai le daba miedo amar a Reita mas de lo que amó a Miyavi, pues sentiría que lo estaba olvidando. Tonterías. Kai estaba asustado pero se negaba a aceptarlo – bueno, es bueno que lo sepas – dijo actuando despreocupado – así no te vas a enojar cuando te enteres – no estaba seguro de lo que iba a decir pero tenia que intentarlo – Uru y yo hicimos un trío con Reita, parece que él tampoco piensa tanto en ti – dijo sin darle importancia. Perdón Kai, es por tu bien.

 

El baterista perdió todos los colores de la cara. 

Notas finales:

les gusto?? q creen q va a pasar?? me dejan review?? me ayudan a escribir


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).