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orgullo, miedo y negacion por urumelii

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Notas del capitulo:

aki estoi d nuevo, waaa pensé q este capi no lo terminaba, estoi escribiendo mi tesina, lo q no me deja mucho tiempo para escribir mi fic D= pero ia casi....en fin, espero q les guste y nos leemos abajo ;)

Entró a la habitación, su amigo dormía profundamente. Lo observó varios minutos antes de despertarlo, se veía intranquilo, parecía estar teniendo una pesadilla. Sabía perfectamente lo que estaba soñando, o más bien, con quien estaba soñando. Al parecer las personas que se quieren olvidar se aferran hasta en los sueños. Se acercó a su amigo, y lo agitó suavemente para despertarlo, pero el otro no reaccionaba.

 

-Shima – lo agitó con mas fuerza, el otro parecía no poder despertar – Shima – volvió a llamar. El castaño abrió los ojos bruscamente, estaba sudando y respiraba agitadamente.

 

-Aki – pronunció con la voz quebrada. Se sentó en la cama y se abrazó de su mejor amigo – ya no quiero seguir soñando – cerró los ojos. Todas las noches durante los últimos dos meses había soñado lo mismo, la escena del intento de violación de Tora se repetía una y otra vez en su cabeza; sin embargo tenia un final distinto, Aoi llegaba y lo salvaba, creía en él, no se iba. Estaba con él.

 

Reita lo abrazó con fuerza, varias noches se había despertado al escuchar el llanto del guitarrista mientras soñaba, solo lloraba de esa forma, mientras estaba despierto hacia como que estaba bien, se tragaba todo eso que sentía; pero Reita lo conocía demasiado y notaba que estaba mal. Le dio a Uruha un beso en la frente, se sentía tan frustrado, quería partirle la cara a Aoi y no podía, no podía decirle la verdad pues se lo había prometido al castaño. En tanto, tenia que soportar como el pelinegro le hacia desaires a su mejor amigo, lo trataba de manera indiferente o incluso de forma grosera. Todo esto sabiendo que Uruha no merecía ese tipo de trato ¿Por qué su amigo no quería ser feliz? ¿Por qué se negaba a decirle a Aoi la verdad?

 

Uruha se separó suspirando, se talló los ojos – parece que nunca voy a volver a dormir tranquilamente – sonrió irónicamente.

 

El bajista solo se dedicó a mirarlo, pretender que estas bien cuando en realidad no lo estas, al final te cobra una factura muy alta. Solo esperaba estar presente cuando Uruha se desmoronara, quería estar ahí para apoyarlo y hacerle saber que no estaba solo.

 

-iré a preparar el desayuno – dijo el rubio levantándose – no te tardes, quiero hablar contigo – le dijo saliendo por la puerta.

 

Durante los últimos dos meses, Reita y Uruha estaban viviendo juntos en el departamento del castaño. Inmediatamente después de que salieron de la casa de campo, Reita empacó sus cosas y salió del departamento que compartía con Kai sin decir una palabra. No podía hablar con él, ¿para qué? De por si verlo era una tortura, hablar con él seria suicidio. Intercambiaban palabras casi monosilabicas durante los ensayos y durante la composición de las canciones que estarían en su próximo sencillo; aunque la mayor parte de las melodías ya estaban escritas desde antes de que se fueran de “vacaciones”.

 

La semana próxima sería el lanzamiento del sencillo, comenzaría la promoción y para ese momento él ya no estaría en Japón. Con ese pensamiento terminó de hacer el desayuno, dos minutos después llegó Uruha y se sentó con pesar en el comedor.

 

-todavía no me acostumbro a verte cocinar – comentó Uruha cuando Reita puso los platos sobre la mesa y se sentó.

 

El bajista se limitó a hacer una mueca, había sido Kai quien le había enseñado a cocinar, bajo la excusa de que no se podía alimentar de sopas instantáneas para siempre. Sin embargo casi no cocinaba, Kai era quien se encargaba de eso, otra cosa que extrañaba horrores del baterista. Lo extrañaba en cada cosa que hacia o veía, hasta ver la tele le hacia sentir mal.

 

Terminaron de comer en silencio, cuando Uruha estaba a punto de levantarse, Reita lo llamó – quiero que hablemos – dijo serio.

 

-me asustas – el guitarrista se acomodó en la silla para escuchar a su amigo.

 

Reita suspiró – la próxima semana es el lanzamiento del nuevo sencillo ya sabemos todo lo que conlleva, entrevistas, programas de radio, presentaciones pequeñas – esperó a que el otro asintiera – bueno y hasta dentro de medio año empezara la gira, pues quieren que saquemos otro sencillo antes – miraba la mesa – hablé con el manager y algunos ejecutivos de la compañía, les dije que las canciones para el otro sencillo estaban casi terminadas, que no es necesario que estemos los cinco en el mismo estudio para grabar las partes, ellos lo entendieron. También les dije que no es necesario que los cinco vayamos a las entrevistas, ni a las promociones -.

 

Uruha alzó una ceja – ok, pero no entiendo porque me estas diciendo esto – Reita se veía un poco nervioso o tal vez ansioso al contar todo esto y no comprendía porque.

 

-Shima, me voy de Japón – dijo finalmente alzando la vista – me voy cuando salga el sencillo y regresaré hasta que comience la gira – explicó con cierto nerviosismo.

 

El castaño se sorprendió de sobremanera, Reita no podía irse, no tenia a nadie mas, ¿Por qué todas las personas que quería lo abandonaban? – Son casi ocho meses Akira – dijo calmadamente después de hacer cuentas en su cabeza.

 

Reita asintió – ya no puedo estar aquí, no soporto verlo, me esta matando por dentro. Quiero irme y tratar de olvidarlo sin tener que verlo diario o pensar que vive a escasos quince minutos de mi. Sé que ocho meses no son suficientes, pero por algo se empieza – explicó ladeando la cabeza – te digo esto no solo porque eres mi mejor amigo, quiero que vengas conmigo – no apartó la vista del castaño.

 

La invitación lo sorprendió de sobremanera, entendía a Reita, él también se sentía a morir cada que veía a Aoi. Sin embargo no estaba seguro si alejarse era la mejor manera de olvidarlo, llevaba tantos años amándolo que el pelinegro simplemente estaba profundamente clavado dentro de su ser. Aunque tampoco tenia nada que lo detuviera de hacer el viaje, si Akira ya había hablado con los de la compañía seguramente también habló de parte de él, seguramente se podrían ir sin ningún problema. Ocho meses lejos de Aoi, tal vez era justo lo que necesitaba.

 

Terminó por asentir – vámonos – dijo con seguridad.

 

Reita sonrió ligeramente y asintió.

 

-x-

 

¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba? La necesitaba, la necesitaba, YA. Un plato, dos platos, tres platos, al piso rompiéndose en pedazos. No estaba en la cocina, el baño, debía estar en el baño. Caminó hacia la habitación pero alguien lo interceptó a medio camino, tirándolo al piso.

 

-¡quítate! ¡Suéltame! ¡Necesito! – Gritó moviéndose con desesperación – me voy a morir si no me das ¿quieres eso? Tu quieres que me muera, me quieres matar, no me amas tanto como dices sino me darías, lo necesito – sonaba desesperado, casi histérico.

 

Saga no dijo nada, se limitó a seguir sosteniendo a Tora hasta que se calmó. Acarició su cabello con suavidad, mientras el guitarrista decía cosas que no se entendían. No era la primera vez ni la última que se ponía en ese estado, durante los dos últimos meses habían estado luchando con la adicción, con los fantasmas de Tora.

 

Por fuerza de voluntad, el guitarrista no había vuelto a probar la heroína, sin embargo en uno de sus arranques, había inhalado analgésicos. Algo que el bajista desconocía que se podía hacer. Terminó por sacar el alcohol, las medicinas y todo lo  que Tora pudiera encontrar como reemplazo de alguna droga. Lo único que dejaba era que fumara, cosa que últimamente hacia mucho.

 

Además de todo, el guitarrista sufría episodios de desesperación donde decía cualquier cosa para conseguir droga, cosas hirientes, cosas lascivas, cualquier cosa. Saga tuvo el suficiente tiempo para acostumbrarse durante el síndrome de abstinencia de Tora, los cuatro días mas largos de toda su vida, incluso el guitarrista había amenazado con quitarse la vida si Saga no le daba lo que quería. Aprendió a ignorar las palabras de Tora cuando estaba en ese estado, de lo contrario se sentiría herido y terriblemente desanimado.

 

Tora dejó de luchar después de quince minutos -  necesitas un café – dijo Saga aun acariciándole el cabello.

 

-perdón – musitó Tora agotado. Se sentía tan avergonzado cada vez que tenia uno de esos ataques, pero no podía controlarlos. Sin embargo la situación se le estaba haciendo mucho mas fácil, gracias a que tenia a Saga. La primera vez que se desintoxicó, casi no la cuenta, no tenia a alguien tan paciente y dispuesto como el bajista para ayudarlo.

 

-tranquilo, ya pasó – le dio un beso en la mejilla – además, cada vez se hacen mas espaciados, el ultimo fue hace tres días. Poco a poco – sonrió y se levantó. Tora hizo lo mismo y los dos se dirigieron a la cocina, el guitarrista aun temblaba un poco, se sorprendió al ver el desastre que había dejado. Fue de inmediato por la escoba para barrer los pedazos de plato que estaban en el piso – déjalo – le dijo el bajista – limpiaremos cuando regresemos – le dio el café. Solo salían, cuando debían ir a la compañía, se supone que no deberían pero ocultaban la condición de Tora, de lo contrario sería catastrófico. Solo una vez había tenido un ataque durante uno de los ensayos, y fue Shou quien lo trajo a la realidad, después de todo él tenia experiencia en el asunto.

 

Tora se acercó a Saga y lo besó profundamente – te amo Takashi. No se como logras soportar todo esto, pero créeme que estoy haciendo mi mayor esfuerzo para salir adelante, por ti y por nadie mas – volvió a besarlo.

 

- lo sé – respondió Saga – yo también te amo Shinji y solo es un momento difícil, cada vez falta menos para que estés completamente bien – sonrió – te amo y no tengo nada que soportar, apoyarte es parte de amarte y siempre lo voy a hacer. Pero ya vámonos o llegaremos tarde – le dio un ligero beso en los labios y se dirigió a la puerta del departamento, seguido de un agotado Tora.

 

-x-

 

Que molesto. Otra vez había llegado temprano, tal vez era solo media hora, pero esa media hora bastaba para aburrirse, sin contar que la mayoría de sus compañeros siempre llegaban tarde. Entró al elevador con cierta molestia, pensaba que hacer para matar el tiempo.

 

-detengan el elevador – escuchó decir. Rápidamente presionó el botón para que las puertas se volvieran a abrir – gracias – dijo Nao entrando y respirando con dificultad – corrí mucho – sonrió.

 

En los últimos dos meses esa sonrisa se había vuelto la única sonrisa del mundo. Incluso sentía que la sonrisa de Nao había opacado por completo la de Kai, al menos para él, se sonrojó con solo verlo y solo atinó a asentir sin articular palabra.

 

Nao apretó el botón del piso al que se dirigían, ninguno dijo nada durante algunos segundos. Segundos suficientes para imaginar que apretaba el botón de “stop” y se  lanzaba sobre el baterista para besarlo, había pensado en tantas cosas en tan pocos segundos, que fueron suficientes para causar un pronunciado sonrojo en sus mejillas. Solo esperaba que ahí quedara el asunto.

 

-¿Y Kai? – la voz de Nao lo sacó de su ensoñamiento. Cinco pisos parecían eternos de repente y eso le encantaba.

 

-¿Kai? – preguntó confundido ¿Por qué le preguntaba por él?

 

Nao sonrió nervioso – bueno es que como viven juntos, yo pensé que vendrían juntos – dijo alzándose de hombros.

 

Ruki parpadeó varias veces, estaba tratando de hacer conversación, eso era todo, no era que le interesaba Kai. Paranoico. – Si, vivimos juntos, pero no hacemos todo juntos – no quería sonar hostil ¿habrá sonado hostil?

 

-vaya, todavía esta deprimido ¿verdad? – Nao parecía tan tranquilo, Ruki por el contrario se sentía un manojo de nervios.

 

-dice que quiere luchar por Reita, pero yo no he visto que haga algo – frunció el seño al recordar la situación de sus amigos – mientras tanto, solo se ignoran – suspiró torciendo la boca.

 

Nao se acercó a él y le pasó el brazo por los hombros – estar en tu sala de ensayos deber ser un infierno – enunció.

 

El vocalista se sintió desfallecer, tenia calor y debía estar mas rojo que el color rojo – no es un total infierno – trató de mentir. La verdad era totalmente opuesta, Aoi y él ya no hablaban, en realidad ninguno hablaba con el pelinegro. El guitarrista se la pasaba de mal humor y haciendo o diciendo cosas hirientes hacia Uruha o Ruki. Kai y Reita ni se miraban, Ruki en medio de la relación entre el bajista y el baterista, pues cada que uno hablaba con él, el otro lo miraba como si lo quisiera matar. Uruha hablaba pero lo hacía con platicas cortas y vacías.

 

-si necesitas darte un descanso y hablar con alguien siempre puedes ir a la sala de Alice Nine – sugirió Nao, el elevador abrió las puertas en el piso cinco y los dos bajaron – no importa que este Shou ¿ o si? – preguntó preocupado.

 

Ruki negó enérgicamente – él y yo seguimos siendo amigos – sonrió seguro. Al final el vocalista de Alice Nine y él terminaron muy bien, dejando atrás todo aquello que les hacia daño, los dos habían aceptado que los dos erraron. Los dos sabían que el amor se les había acabado, pero no por eso dejarían de hablar, después de todo se la pasaban muy juntos.  Ruki supo que estaría bien cuando Shou le contó acerca de Hiroto y lo único que pudo sentir fue felicidad, le deseó lo mejor a Shou y se sintió tranquilo que el vocalista hubiera encontrado a alguien que lo hiciera feliz.

 

-que bueno – afirmó Nao mas tranquilo. Se armó de valor, en realidad lo único que lo detenía era Shou, pero al decir escuchar decir eso a Ruki, mas las actitudes de su guitarrista con el vocalista, lo hacían sentir bien, seguro de que podía hacer lo que iba a hacer – oye -  le llamó antes de que el mas bajo entrara a la sala de ensayos – si quieres algún día, ósea sin presión, digo si no quieres no importa, no te sientas presionado, tampoco creas que si dices que no va a pasar algo, solo que quería saber….-.

 

-Nao, estas divagando – sonrió Ruki. Por favor que le dijera lo que quería escuchar.

 

-¿eh? – ahora fue el turno del baterista sonrojarse – perdón – se rascó la nuca – solo quería saber si tu quisieras…-.

 

Ruki giró los ojos al ver la indecisión del otro - ¿salir algún día? – Completó la frase un poco harto – si claro, me encantaría que fuéramos a cenar nada mas tu y yo – sonrió ampliamente – vamos mañana – entró a la sala sin dejar que Nao dijera algo mas.

 

Se recargó en la puerta y se dejó caer, su corazón latía con fuerza ¿Cómo se había atrevido a decirle eso? Seguramente pensaría que estaba loco, y si lo estaba, estaba loco por salir con él. Ya le estaban dando muchas largas al asunto, entonces terminó por desesperarse y hacerlo el mismo. Estaba loco. Se pegó en la frente varias veces con la palma de la mano. Bueno, ya no había vuelta atrás, lo había hecho y esperaba no arrepentirse.

 

-x-

 

-¿quieres mas fruta? -  preguntó haciendo el ademán para llamar al mesero.

 

-no, creo que ya comí mucha – contestó sonrojado – además ya desayuné mucho. El café, los hot cakes, la fruta y el jugo. Si sigo así voy a engordar – abrió mucho los ojos ante el pensamiento.

 

-¿seguro, no quieres nada mas? – volvió a preguntar como por cuarta vez.

 

-Shou, tranquilo, estoy bien, en serio – sonrió ante las atenciones del vocalista.

 

-Pon, eres hipoglucemico, si no comes bien te baja el azúcar y por eso te andas desmayando. No quiero que pase eso y menos si estas conmigo, deja que te cuide – le dijo dándole un pequeño beso en los labios.

 

Hiroto se sonrojó mucho, después de dos meses aun seguía teniendo ese tipo de reacciones. Aun no se acostumbraba a ser el novio de Shou, su sueño mas preciado se había cumplido y aun no se lo creía – me cuidas bastante, además también me sé cuidar solo – dijo mirando el mantel.

 

Shou sonrió, le encantaba observar ese tipo de reacciones en el guitarrista, se veía tan tierno, parecía que todo el tiempo que estaban juntos Hiroto estaba sonrojado. Sin querer sus pensamientos se desviaron, pensó en lo sonrojado que se vería el guitarrista desnudo debajo de él. Se preguntó si sería tierno, si sería un total pervertido, si era tan inocente como se veía. A pesar de que ya llevaban dos meses juntos, se estaban dando su tiempo en ese ámbito, no querían apresurar las cosas. Sin embargo, no lograba quitarse esos pensamientos de la cabeza – Pon – dijo espabilándose – vamos a la compañía o llegaremos tarde – se levantó de golpe. Distracción.

 

El otro asintió contento y se levantó enseguida. Se acercó a Shou y le rodeó el cuello con los brazos – gracias por cuidar de mi – y sin esperárselo, Hiroto le lamió el cuello.

 

-la cuenta, hay que pedir la cuenta – tartamudeó separándose bruscamente. Ese pequeño guitarrista le estaba haciendo tener una lucha interna. Debia pensar en otra cosa, antes de que sin pedir permiso se llevara a Hiroto al baño a hacerle el amor.

 

Hiroto salió del restaurante con una sonrisa, le encantaba provocar esas reacciones en Shou, le encantaba saber que era por él que estaba así. Amaba al vocalista y se sentía correspondido y ese, era el mejor sentimiento del mundo. Sin embargo, no quería provocar tanto a Shou, porque a pesar de que él también lo quería, le daba miedo, nunca había estado con un hombre y se moría de miedo, algo que jamás le había confesado a Shou.

 

El vocalista salió del restaurante y pescó a su novio por la cintura – vamos – le sonrió conduciéndolo al carro.

 

Tenía miedo, pero sabía que Shou era el indicado. Siempre lo supo.

 

-x-

 

Caminaba inseguro por el pasillo, se le había hecho tarde, pero había sido completamente a propósito, quería que los demás miembros de su banda estuvieran presentes cuando él llegara. Abría y cerraba las manos con nerviosismo a medida que se acercaba a su destino.

 

Tenia la cabeza hecha un caos, la verdad era que no quería decir nada pero ya había hablado con los ejecutivos, los cuales le hicieron tomar decisiones que él no quería, ni estaba muy convencido, pero no veía otra solución. Ahora ahí estaba a punto de entrar y arrojar un balde de agua fría sobre sus compañeros.

 

Lo peor es que no podía dejar de pensar en Uruha, era él quien le preocupaba ¿Cómo reaccionaria? Lo amaba, lo seguía amando después de tanto, estaba resignado a que nunca lo olvidaría, nunca lo superaría, toda esa hostilidad solo para alejarse de él y no seguirse lastimando. Sin embargo, sabía que era lo mejor, durante los últimos dos meses confirmó lo que ya sabía; pues varias veces se encontró con el amor de su vida en algún bar, casi cayéndose de borracho y aun peor, una que otra vez lo vio salir con alguien, de seguro para acostarse con él. Autorrespeto, tal vez si Uruha lo tuviera las cosas serian mas fáciles. Al final, solo era eso una puta. Una puta que amaba con toda su alma.

 

Dejó esos pensamientos de lado y giró la manija de la puerta despacio. Entró y se encontró de lleno con las caras de sus compañeros, los miró a todos excepto a Uruha.

 

-¿Dónde estabas? – Preguntó un molesto Kai – tienes mas de una hora de retraso-.

 

- estaba con el manager – explicó con tranquilidad suspiró al ver la cara interrogante de los demás – creo que es momento de que sepan – solo miraba a Kai, no se atrevía a ver a ningún otro.

 

-¿saber que? – preguntó confuso el baterista.

 

La mirada de Aoi cayó al piso – como saben y por si no lo saben, regresé con Megumi – no esperó a escuchar los comentarios – bueno, regresé con ella por dos razones – alzó la vista de nuevo hacia Kai – nos vamos a casar y vamos a tener un hijo – dijo así nada mas.

 

Un minuto, dos minutos, tres minutos. Uruha se levantó de golpe y salió de la sala casi corriendo. Aoi solo cerró los ojos conteniendo las ganas de salir tras él. 

Notas finales:

waaa q tal?? U_U ay estos ultimos capis son los mas dificiles D=

pero ia casi, ia casi, con paciencia y amor....amo a saga todo comprensivo....

ahora la pregunta del millon XD kieren lemon d naoxruki o shouxhiroto en el prox capi?? ;) dejen reviews por fiss!!!


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