Nadie dijo nada. Nadie sabía que decir, cualquier palabra pronunciada los haría estallar en una discusión y la verdad era lo que menos querían. Ruki, por primera vez, se había quedado sin palabras ¿desde cuando las cosas habían cambiado tanto? Aoi era su mejor amigo y ahora se había convertido en un completo extraño, no. La cara del pelinegro reflejaba algo, a pesar de tratar de lucir tranquilo y seguro, Aoi no lo estaba, en lo absoluto.
Reita por su parte estaba hecho una furia, estaba teniendo una batalla interna acerca de si lanzarse a golpear al guitarrista, salir atrás de Uruha o gritar al borde de la desesperación por aquella situación. Así como era de impulsivo, decidió golpear a Aoi primero y luego hablar, se iba a acercar, pero su celular comenzó a sonar rompiendo el incomodo silencio. El bajista miró a los demás antes que a su celular y contestó, de inmediato salió de la sala para no ser escuchado.
Kai mantenía su semblante serio, no apartó la vista de Aoi ni por un segundo. No podía identificar si estaba molesto, sorprendido o que cosa.
-Ruki… - pronunció con voz serena al vocalista - ¿podrías dejarnos solos? – le preguntó. En ese momento la única persona con la que Aoi estaría dispuesta a hablar era con el baterista y él lo sabía muy bien.
El mas bajo frunció el ceño, se supone que para eso estaba él, para que Aoi le hablara, se desahogara con él. Eran amigos, ¡por Dios! Pero no, el orgullo del guitarrista siempre por delante. Decidió salir, pues si no lo hacia Aoi probablemente no daría explicaciones y terminaría golpeado por el vocalista.
Salió de la sala sin dejar de mirar a Aoi quien tenía la mirada clavada al piso, no se atrevía a alzarla. Esto era todo, sabía que el anuncio había terminado por romperle el corazón a Uruha y aun si pensaba que se lo merecía, no podía dejar de sentirse mal.
En verdad nunca se había sentido tan solo. Había perdido al amor de su vida y a su mejor amigo en un solo instante y por alguna razón los demás parecían simpatizar más con Uruha y Ruki que con él. De Reita, lo entendía era el mejor amigo del castaño, pero de ¿Kai? Incluso los integrantes de Alice Nine estaban más alejados de él.
En alguna ocasión pensó en ir a romperle la cara a Tora, pero no le vio sentido, además que el guitarrista parecía ir acompañado a todos lados. Durante esos dos meses Megumi fue su único apoyo, llenándolo de palabras agradables y haciéndolo sentir querido. Solo ella y de todas formas no se sentía bien, simplemente sus palabras no lo llenaban lo suficiente…
-¿Qué haces? - preguntó Kai tomándolo por sorpresa. De todas las cosas que pensó que diría, esa pregunta no era una de ellas, no supo que responder. Kai suspiró - ¿de cuando acá tanto amor con Megumi? – dijo sin sentarse, solo los dos ahí parados.
- no es eso – contestó tímido – esta embarazada – miró hacia la pared, a todos lados menos a Kai – cuando les expliqué a los ejecutivos la situación, me dijeron que tenia que casarme, por el bien de la imagen de la compañía, de la banda, mía…-.
Kai parpadeó muchas veces – si, entiendo porque lo pudieron haber dicho, digo soy yo quien lidia con ellos todo el tiempo. Sé el tipo de mentalidad que tienen, pero – no sabía como decirlo - ¿estas seguro que el bebé es tuyo? – preguntó serio.
Aoi abrió mucho los ojos - ¿Por qué preguntas eso? Por supuesto que es mío, no le veo el caso a que me diga que es mío si no lo fuera – respondió molesto. Megumi no tenía razones para mentir.
El baterista se mordió la lengua, tenia todas las razones del mundo para pensar que Megumi podía estar mintiendo acerca del padre o incluso de su embarazo, habían descubierto tantas cosas desagradables de ella que no le sorprendería. Sin embargo, Aoi era el único que no estaba enterado, si lo estuviera, él y Uruha estarían juntos – bueno y ¿Megumi? Digo ¿esta bien? Ya fueron al medico – una manera sutil de cerciorarse que la mujer estuviera embarazada.
Aoi asintió calmo – el bebé esta sano – respondió.
-¿no te quieres casar, cierto? – ya sabía la respuesta pero quería escucharlo de la boca del guitarrista.
-no la amo, tu bien sabes de quien es mi corazón – por primera vez Aoi cruzó mirada con su lider – pero ese niño es mío y no lo voy a dejar sin padre. Además, Uruha…- se le quebró la voz y apretó los puños. No tenía sentido decirlo.
Kai volvió a suspirar y por fin tomó asiento en un sillón – no te voy a mentir, no estoy feliz por ti. No creo que deberías casarte con esa mujer – lo dijo despectivamente aunque no había sido su intención – hay muchas otras formas de no dejar a ese niño sin padre y casarte no creo que sea la mejor solución – frunció el ceño – Aoi, si te casas te vas a arrepentir el resto de tus días – sentenció.
Pero no podía arrepentirse ¿o si?
-x-
-no, a ver, una vez mas. Quiero que los dos boletos sean para el mismo destino, para el mismo día y en el mismo horario – dijo por enésima vez. Llevaba mas de diez minutos teniendo una discusión con su agencia de viajes – se supone que ya los tenían, que no había ninguna problema – se estaba desesperando. Era lo que menos necesitaba después de la noticia que acababan de recibir – esta bien, programe uno para la noche del viernes y uno para el sábado en la mañana. El del viernes a nombre de Kouyou Takashima y el del sábado al de Akira Suzuki. Si señorita, los dos a Sidney, si señorita Australia – bueno que la mujer estaba tonta o ¿que? – Si, espero su llamada, si, gracias – colgó – ni gracias debería de darle, vieja incompetente – dijo para si mismo.
-¿vas a algún lado? – preguntó Ruki, había escuchado casi toda la conversación, lo suficiente para saber lo que estaba pasando.
-enano – pronunció Reita – si, Shima y yo nos vamos – no tenia planeado decirle pero sería absurdo pretender que no pasaba nada.
Ruki suspiró con tristeza, su banda se desintegraba frente a sus ojos y él se sentía tan frustrado, tan incapaz de hacer algo al respecto. Era su sueño, ¿Cuándo todo se había complicado tanto? ¿Cuándo habían dejado de lado la música por sus problemas? ¿Cuándo los problemas los habían sobrepasado? – es por Kai ¿verdad? – dijo casi en un susurro. Reita se limitó a asentir - ¿se van a quedar para el lanzamiento del sencillo? – preguntó como niño pequeño.
-si, pero no a la promoción, ya hablé con los managers, ejecutivos y demás – explicó haciendo movimientos exagerados con las manos – regresaremos para la gira, no es tanto tiempo – quiso restarle importancia.
El vocalista se alzó de hombros, estaba decepcionado, de si mismo, de la banda, de sus compañeros. Frustrado de ver como sus sueños se iban como agua entre los dedos, sin poder hacer algo al respecto. Finalmente se cansó, estaba harto de soportar situaciones que sabía que tenían solución, estaba en sus manos y solo en las de él arreglar las cosas y por Dios que lo iba a hacer.
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Tiró el celular por la ventana en el momento en el que salió de la compañía en su carro, no quería se molestado por nadie y claro que iba a recibir llamadas, pero no quería. No ahorita. Manejó hasta un pequeño bar al que solía asistir, uno de los pocos que estaban abiertos a esas horas de la tarde.
Miró el reloj, la una de la tarde. No era tan temprano, tampoco tan tarde. Salió del auto azotando la puerta y con un cigarro en la boca, lo prendió camino a la entrada del dichoso bar. Estaba bien, solo estaba impactado por la noticia, necesitaba digerirlo, nada mas. Ni ganas de llorar tenía.
Se sentó sin vergüenza en la barra, pidió un whisky doble y en el momento en que se lo sirvieron lo tomó de una sola y pidió otro.
- parece que quieres olvidar algo – pronunció el hombre que lo atendía.
Uruha hizo una mueca bebiendo el cuarto trago – estoy celebrando, una boda y la llegada de un bebé – pidió otro.
-tranquilo, no querrás ponerte impertinente tan rápido – le advirtió el otro.
El castaño sonrió – el whisky solo jamás me ha tirado y dudo que lo haga ahorita, pero tiene razón. Mejor cambiemos a vodka – ordenó el trago, lo bebió y prendió otro cigarro.
Miró el reloj, se sentía mareado pero solo un poco, lo suficiente para saber que tenia que manejar despacio. Cuatro de la tarde. ¿Cuánto había bebido? Mucho, pero su resistencia era magistral. Justo cuando quería ponerse ebrio, su cuerpo demostraba su increíble capacidad para soportar el alcohol.
Salió del bar, se había aburrido. Conocía otro que podía estar abierto a esa hora, su estomago le avisó que tenía hambre pero decidió ignorarlo, en ese momento lo menos que necesitaba era comida. Pasó a una tienda de autoservicio por otra cajetilla y ¿Por qué no? Se compró un six pack de cervezas.
Entró al carro, abrió una lata y la fue bebiendo camino al segundo bar, estaba un poco más cerca de la compañía y era la idea. Bajó tropezando un poco, acción que le causó un poco de gracia, ya estaba ahí, en ese estado donde estas feliz, donde no te importa nada. Le dio el ultimo sorbo a la segunda cerveza y entró al bar.
Se acercó a la barra y pidió una cerveza. Vámonos tranquilos. Este bar estaba un poco mas animado, había mas gente de su edad, al contrario del otro que estaba lleno de gente vieja. Para ser mitad de semana en la tarde, el bar estaba bastante concurrido.
Iba a la mitad de su cerveza, cuando alguien se le acercó. Un hombre que debía tener su misma edad, cabello oscuro y ojos cafés, no era feo.
-¿quieres bailar? Te ves muy solo aquí – le dijo acercándose demasiado, pero eso a Uruha no le importó.
Bailaron, claro que lo hicieron y a pesar de que el sentimiento estaba atorado en su pecho, logró no acordarse de Aoi al menos por unas horas.
-te mueves de una forma increíble – le dijo el hombre ¿Cómo dijo que se llamaba? Era como la cuarta vez que se lo decía. No importaba al final.
Ya sentía como si su mirada se desviaba sola, sus labios estaban ligeramente dormidos, no importaba, sabía que después de ese estado se pondría mal. Pero estaba listo para lo peor.
-gracias – arrastró un poco las palabras ladeando la cabeza – cerveza – dijo señalando la botella vacía.
El otro le ofreció de su bebida, ni sabía que era pero no importaba – y ¿Qué hace una belleza como tu, aquí tan solo? – le preguntó acariciándole ligeramente la pierna. Uruha no puso resistencia y sonrió ampliamente.
-estoy celebrando – alzó la bebida – el hombre que amo se va a casar – se bebió todo de una sola y se quedó observando el vaso – y será papá – en ese momento todo regresó de golpe. Todo el dolor, las ansias, la desesperación, todo – él será muy feliz y yo, yo me quedaré aquí dejando que personas como tu me cojan – sonrió irónicamente - ¿quieres hacerlo? – le preguntó con mirada lasciva. No importaba.
Siete de la noche, ¿Cuánto había bebido? No importaba ¿seguiría bebiendo? Por supuesto, solo dejaría que el hombre sobre él terminara. Estaban en el piso del baño, el hombre cuyo nombre no recordaba, le propinaba fuertes estocadas pero él ni las sentía. ¿Por qué lo hacia? Era fácil, para aquel desconocido, Uruha era su mundo aunque fuera en esos instantes y eso era lo que quería sentir. Sentirse querido aunque fuese de forma banal, desde un principio fue eso y ahora lo necesitaba más que nunca.
Ahora que Aoi se había ido de su vida para siempre. Ahora que sabía que nunca volvería a haber una oportunidad entre ellos, que jamás volverían a estar juntos, abrazarse, besarse y profesarse amor. Ese amor que rehusaba dejarlo, ese amor que en aquel momento lo estaba matando por dentro.
Y se quedó tirado en el piso minutos después de que el desconocido se fue, se levantó con dificultad, se subió el pantalón y en instantes estaba vomitando en el escusado. Sintió asco de si mismo, asco de la vida en general.
Aun así las lagrimas no salían, no querían.
Se levantó, a pesar de que había vomitado la cabeza le daba vueltas y no tenía un control certero de sus brazos. Con trabajo enfocó el reloj, siete y media. No podía manejar, lo sabía, pero había sido su plan desde el principio. Para esa hora no habría nadie de la banda en la compañía, el único lugar que tenia para tomar en paz, para pensar, para olvidar, para llorar.
Caminó no mas de diez minutos, y antes de llegar a la compañía entró a la pequeña tienda que se encontraba sobre la calle. Y compró todo lo que consideró necesario, botellas y unos cuantos vasos desechables, cigarros y cerveza.
No sabía como que aspecto tenía pero podía ver la ligera mirada de miedo que la cajera le dirigía – ¡¡deja de verme así!! Te estoy pagando ¿no?– le espetó.
La boca se le abría por si sola, odiaba esa sensación. Sintiendo que el efecto del alcohol bajaba poco a poco entró a su sala de ensayos, como había pensado estaba vacía. Dejó la bolsa con sus compras en la mesa y trató de sentarse en el sillón pero no lo logró, cayó de lleno al piso.
No hubo reacción, ni siquiera le había dolido, sacó una botella, ni sabía que era. La abrió y le dio un sorbo sin mezclarlo con algo mas, sin siquiera molestarse en servirlo en un vaso.
Diez de la noche.
Te amo, te amo, te amo, te amo. ¿Por qué no creíste en mi? ¿Por qué te fuiste? Yo te amo, y ¿tu? Te zafaste del problema tan rápido como pudiste, ¿Por qué? ¿Tan malo soy? No sé, no sé. De seguro ahorita estas dormido junto a ella, sonriéndole a su vientre. Seguro todo aquello que siempre deseaste, esta ahí contigo ¿entonces que fui yo? Tu juguetito….no me sorprendería, no serías ni el primero ni el ultimo en tratarme así.
Pero tu te comportabas diferente, me hiciste creer que sentías lo mismo, ¿Por qué? ¿Por qué si no me amas siempre estuviste ahí para mi? ¿Por qué cuando mas necesite de ti te fuiste? Fue miedo ¿verdad, Aoi? Tu también tenias miedo que esto fuera mas que solo una relación, que solo una pareja mas. Te amo y tu a mi, pero saliste huyendo y yo, yo soy un cobarde que no tiene el suficiente valor para enfrentarte. Es mi maldito orgullo, Aoi, no creíste en mi ¿Por qué carajo tendría que perseguirte si tu no lo hiciste? Los papeles se invirtieron. Tu te mueres de miedo y yo no pienso arrastrarme ante ti, ya no.
Ya no puedo, es tan fácil evadirme, evadir todo lo que siento, pretender que estoy bien cuando por dentro estoy muriendo lentamente. Pero es fácil sobrellevar la carga así, es fácil beber y olvidarme de ti, es fácil pretender que no significas nada en mi vida. Es fácil pretender que los sentimientos no están ahí del todo.
Te amo, te amo, te amo, te odio, te amo. Déjame en paz…por favor, ya no me hagas sufrir mas, abandona mi cuerpo que fervientemente se aferra a ti con una esperanza inalcanzable, con una pasión que quema desde dentro. Me destruyes lentamente Aoi, ya no puedo mas. Por favor déjame vivir sin ti, por favor. Ya no puedo seguir peleando.
Doce de la noche.
Hace frío Aoi, mucho. Me faltan dos botellas y claro que me las terminare, aunque en el fondo siempre te veo a ti, no te puedo olvidar no importa que tanto beba, antes resultaba ¿Por qué ahora no? Tengo sed, no hay agua, no se me ocurrió comprar. Mi estomago arde desde hace dos botellas, pero puedo ignorar el dolor, total ni siquiera se asemeja a lo que tu me haces sentir.
Aoi… ¿por qué? ¿Por qué no estábamos destinados a estar juntos y aun así te amo? La vida es tan cruel con los dos ¿Qué hago? ¿Cómo sigo adelante? ¿Cómo me aferro a la vida si sé que en ella no estas tu? No quiero sentirme feliz por ti y tu nueva familia. No quiero olvidarte Aoi, la única vez que he sido feliz, la única vez que me sentí completo fue gracias a ti. No quiero olvidar eso, ¿Por qué tu si? ¿Por qué huiste? No sé que hice mal.
Yune tenia razón y lo odio por eso. Él nos maldijo, él no quería que fuéramos felices y al final lo logró. No quiero Aoi, no quiero que estés con Megumi, no, si ella fuera buena para ti, me dolería pero te dejaría ir. Pero no serás feliz Aoi y eso me duele aun mas, te rehusaste a la felicidad que solo yo puedo darte. Yo fue hecho para ti Yuu, yo y solo yo.
Su brazo tembló violentamente al punto de dolerle, pensó de inmediato que debía ser el frío tan insoportable que sentía. Llevaba tirado en el piso ¿Cuánto tiempo? Ya no lograba ver su reloj, tenia los ojos cerrados, quería dormir, caer en un profundo sueño y al despertar que todo estuviera bien, pero sabía que no era así.
Se sentía mal, nunca se había sentido así mientras bebía, le ardía el estomago, no había vomitado y no sabía si eso era bueno o malo ¿Dónde estaba? De repente se le olvido, él estaba hablando con Aoi, si eso. ¿Dónde estaba Aoi ahora? Juraba que ahí estaba, lo buscó con desesperación.
-¡¡AOI!! – gritó con una voz desgarradora. Trató de levantarse pero volvió a caer con la botella en la mano y acto reflejo se la llevó a la boca y le dio un gran trago.
Dormir, dormir, dormir…..doce y media de la noche…..Aoi….dormir…..
Dos de la mañana.
Reita entró violentamente a la sala. Había pasado las ultimas cinco horas buscando a Uruha como desesperado y resultó que estaba donde nunca se lo hubiera esperado. Tenia miedo, tenia miedo que cometiera una estupidez. Y si, al entrar casi se mata al tropezar con una botella vacía de ron.
Tardó en acostumbrar a sus ojos a la visión que tenia en frente. El piso estaba lleno de botellas, de colillas de cigarro y ceniza. Y ahí estaba él, su mejor amigo tirado en el piso con una botella semi vacía a su lado.
Se acercó a él furioso – Shima – lo agitó bruscamente. Para el nivel de alcohol que tenia el castaño en su cuerpo iba a ser difícil despertarlo, pero no imposible y entonces, cuando se le bajara la borrachera, le gritaría por hacer este tipo de estupideces – Shima – alzó la voz, pero el otro ni se movía – Shima – repitió pero ahora un poco preocupado.
Claro, todos alguna vez habían bebido hasta caer tirados, pero después de un rato se levantaban ¿Por qué el guitarrista no lo hacia? Incluso trató de darle pequeñas cachetadas pero el otro siguió sin reaccionar.
- no te atrevas a hacerme esto Takashima – dijo Reita, había oído hablar de aquello, pero ¿en verdad había tomado tanto? – Shima por favor reacciona – y entonces pasó lo que mas temía…
El guitarrista aun inconsciente comenzó a vomitar, Reita tardó un minuto en entender lo que estaba pasando, lo suficiente para que Uruha empezara a toser con violencia aun sin reaccionar. Se estaba ahogando y si el bajista no hacia algo pronto, Uruha se iba a morir.
-x-
Estaban los dos sentados en la sala del departamento de Uruha y Reita, ninguno decía nada, no querían decir algo en realidad. Se habían quedado ahí por si Uruha regresaba, pero la espera los estaba matando, incluso Shou, Hiroto y Nao ayudaban a la búsqueda.
- Kai – dijo un poco incomodo, sabía que no era el momento, pero si no se lo decía ahorita, probablemente nunca habría un momento adecuado. El lider levantó la vista en señal de poner atención – Reita se va de Japón – lo soltó. Ya no le importaba sentirse el entrometido, ya había sido suficiente.
El baterista se puso pálido en un instante - ¿Qué? ¿Cómo sabes? – no alcanzó a completar otra idea, estabas mas que sorprendido. Las cosas eran difíciles, sin embargo nunca creyó que lo fueran tanto, si no había hablado con Reita era porque quería darle su espacio un tiempo. Para que los dos analizaran cual era su posición y la verdad era que Kai no estaba dispuesto a pasar un minuto mas sin su bajista.
Ya lo había entendido, amaría a Miyavi siempre y sería parte de su hermoso pasado, pero hasta ahí. Amaba a Reita mas que nada en el mundo y no quería seguir adelante sin él. Sin embargo, el bajista se iría ¿realmente estaba todo perdido?
- se va después del lanzamiento del sencillo. Es decir, en una semana – iba a decir algo más pero su celular comenzó a sonar, lo contestó sin esperar un segundo timbre.
En menos de un minuto estaban camino al hospital.
-x-
Estaba profundamente dormido cuando una melodía incesante lo despertó. Era el tono de su celular, un sonido muy agudo en ese momento para su gusto. Tardó en entender lo que pasaba y finalmente tomó el pequeño aparato. Contestó sin siquiera verificar el numero, si lo hubiera hecho no habría contestado.
-bueno – contestó con voz perezosa.
-Aoi – dijo la voz del otro lado.
Aoi estuvo a punto de colgar pero algo se lo impidió - ¿Qué quieres Matsumoto? ¿Ya viste la hora? – su voz despertó a Megumi, quien dormía a su lado. Ella se limitó a mirarlo mientras hablaba.
-Shima esta en el hospital, casi se muere, creí que debías saberlo – sin decir mas el vocalista colgó el teléfono.
Aoi sintió que la vida se le escapaba ¿Uruha? ¿En el hospital? ¿Muerte? Se levantó de golpe, sin pensar en nada más. Sabía que hospital, tenia que llegar, tenia que estar ahí, ¡¡¡¡ya!!!!!
-¿Aoi, que pasa? - preguntó Megumi mirándolo asustada. El guitarrista se vistió lo mas rápido que pudo.
-Uruha esta en el hospital – le explicó.
La otra frunció el ceño - ¿ y eso que? – dijo como si fuera lo mas normal del mundo.
El pelinegro paró en seco sus acciones – Ruki dijo que casi se muere – sintió sus ojos inundarse de lagrimas del solo pensamiento.
-Aoi, no es por nada pero bien esos dos podrían estarlo inventando – se volvió a recostar tapándose con la cobija – además si muriera solo nos estaría haciendo un favor – estaba demasiado adormilada para darse cuenta que esa afirmación la había hecho en voz alta.
Aoi la miró desconcertado, no podía creer que había dicho eso. Aun si, ella y Uruha no se llevaran bien, nadie en su sano juicio diría un comentario así, mas sabiendo lo que sentía el pelinegro por su compañero de banda. Iba a decirle algo, pero se contuvo en el ultimo momento, ya tendría tiempo para averiguar porque Megumi había soltado ese comentario. Aunque se sintió terriblemente intranquilo al respecto.
-x-
-hizo bien en traerlo de inmediato, minutos mas tarde y no habría solución – le dijo el doctor a Reita quien lo miraba desesperado.
-¿pero entonces esta bien? – preguntó Ruki sintiéndose morir.
El doctor negó con la cabeza – si bien se pudo evitar que el joven se ahogara. Su estado es delicado, bebió demasiado, tuvimos que hacerle un lavado de estomago para sacar todo el alcohol de su sistema. En este momento el joven Takashima esta en estado de coma y depende de él despertar o no – explicó.
-ósea ¿Qué no hay un periodo determinado para que despierte? – Nao fue el único que se atrevió a preguntar.
-pueden ser horas, días o incluso meses. Como dije, depende de él, nosotros ya lo hidratamos y le proporcionamos lo cuidados necesarios, no hay mas que podamos hacer – se disculpó y dejó a los demás en la sala de espera del piso.
Nadie pronunció nada. Kai de inmediato se puso al teléfono con el manager, tenia que informarlo, algo así no podía pasar inadvertido. Tora y Saga se levantaron y se dirigieron a Ruki, quien parecía estar en estado de shock.
-Ruki, creo que es mejor que nosotros nos vayamos. La verdad no es como que quiera, pero las agujas y las medicinas son mas de lo que puedo soportar – explicó Tora con una mueca.
Ruki asintió, quería decir algo pero entonces Aoi llegó. Las palabras nunca llegaron a ser pronunciadas pues el único ruido que se escuchó en esa pequeña sala fue el golpe que sin chistar, el vocalista le propino al pelinegro en la cara. Aoi casi pierde el equilibrio pero logró mantenerse en pie, mirando a Ruki como si estuviera loco.
-maldito bastardo, te avisé, no te dije que vinieras. ¡¡NO TIENES DERECHO A ESTAR AQUÍ!! ¿ME OISTE? ¡¡LARGATE!! – la paciencia y la tranquilidad de Ruki se fueron al demonio. Estaba harto, estaba harto de ver como las demás personas sufrían, estaba harto de ser solo un espectador de tan cruel espectáculo, esta vez haría algo y no habría poder humano que lo detuviera – ES TU CULPA QUE SHIMA ESTE EN ESE ESTADO, LARGATE – de sus ojos caían lagrimas de coraje.
-Taka, cálmate – Reita se acercó sin mirar a Aoi.
-NO, DILE QUE SE VAYA AKIRA -.
Esto acabó con la paciencia de Aoi, no recibiría insultos de nadie, y menos de una persona que se dijo su amigo y que en el primer instante ayudo a Uruha a traicionarlo. No, eso jamás lo permitiría.
-deberías de agradecer que estoy aquí, ni que se lo mereciera tanto – escupió con rabia, ni pensaba lo que decía – total, si es lo bastante estupido para tomar de mas, a mi que me importa. Es un borracho, sabíamos que tarde o temprano algo así iba a pasar, pero aquí estoy de estupido preocupándome por él y ¿para que? Para que mi seudo amigo me golpeé – estaba furico, dos meses sin saber la razón por la que todos le habían dado la espalda a él estaba rindiendo frutos – yo no sé ni para que me molesto, se me olvidó que tiene al que se lo coge para que se preocupe por él – miró de manera despectiva a Tora.
En dos segundos el guitarrista de Alice Nine tenia tomado a Aoi del cuello de su camisa y lo azotaba contra una pared blanca – no te atrevas a hablar así de Uruha estupido – le advirtió.
Aoi sonrió - ¿lo ves? Y todavía se hace la victima, todavía lo apoyan, siendo que fue él quien me engañó a mi y se acostó contigo – la rectificación.
-eres un imbecil Aoi – Tora no lo soltó – Uruha y yo jamás nos acostamos, yo traté de violarlo – lo soltó de golpe.
El mundo del guitarrista de Gazette se cayó en mil pedazos.