Rápido. Corría rápido por los pasillos de la compañía, sabía que si se tardaba un poco mas se habrían ido y todo habría sido una perdida tiempo. Llegó a la puerta de ensayos de Alice Nine apenas alcanzando a frenar, se esperó unos segundos para recobrar el aliento y tocó la puerta débilmente.
Saga se asomó aun con el bajo colgado, al ver a Ruki sonrió débilmente; aun no estaba muy feliz con el vocalista, aunque por otro lado no era su asunto. Dejó pasar al rubio, quien traía un gran paquete en las manos.
-hola chicos – saludó jadeando ligeramente, aun no recuperaba por completo el aliento tras la carrera.
Shou lo miró extrañado, era muy difícil que Ruki se apareciera en su sala de ensayos y mucho menos si tenía vacaciones y Alice Nine no - ¿Qué haces aquí? – la pregunta salió un poco mas fría de lo que había querido.
Ruki sonrió haciendo caso omiso de la hostilidad de su novio, se acercó y le dio un pequeño beso en los labios – te traje una sorpresa – dejó el paquete sobre la mesa mas grande de la habitación. Nadie dijo nada mientras Ruki abría el gran paquete.
Los cinco integrantes de Alice Nine se quedaron sin palabras cuando Ruki terminó de arreglar todo sobre la mesa. Era un enorme bento suficiente para los cinco. Shou se acercó perplejo a la mesa; jamás se le hubiera ocurrido que su novio fuese capaz de hacer una cosa de esas, simplemente no estaba en la naturaleza del mas bajo ser atento y detallista. ¿En verdad había cambiado? ¿Lo estaba intentando? ¿Había alguna especie de trampa en aquello?
-¿tu hiciste esto? – preguntó perplejo mientras sus compañeros también lo observaban mas que sorprendidos.
-no lo hice solo, Kai me ayudó, pero casi todo lo hice yo – explicó orgulloso el vocalista de Gazette – pero no sean tímidos y coman – sonrió señalando la comida.
Tora y Saga sonrieron, depositaron sus instrumentos en la base y comenzaron a servirse; Nao buscó la aprobación de Shou quien se la dio asintiendo. Hiroto por su parte, dejó la guitarra en su base y salió de la sala sin decirle nada a nadie.
Los estaba tratando de comprar ¿verdad? Para que se pusieran de su lado, después de todo lo que hizo. Shou negó con la cabeza, sintió remordimiento por pensar así, sin embargo no encontró otra explicación para el detalle de Ruki, porque era mas que obvio que no lo hacia por Shou. Era obvio.
Ruki hizo todo lo posible por ignorar la mirada confusa de su novio, por un lado sabía que Shou se sorprendería ante el detalle, pero fue precisamente por eso que lo quiso hacer. Quería demostrarle que estaba comprometido a que las cosas fueran bien, quería que entendiera que cambiaria porque lo amaba, que seria mas atento para compensar su falta. Sin embargo no podía evitar sentirse mal, pues en lugar de contento, Shou parecía molesto.
-Ruki ¿puedo hablar contigo? – dijo al fin el vocalista de Alice Nine, señaló con la cabeza la puerta de salida.
El mas bajo lo miró confundido, asintió y lo siguió al pasillo.
-¿en que demonios estas pensando? – le reclamó Shou una vez que estuvieron solos.
El otro alzó una ceja – pues quería darte una sorpresa – dijo con absoluta sinceridad – nunca había hecho algo así por ti y quise hacerlo ahorita – se alzó de hombros como si fuese la cosa mas normal del mundo.
-si claro – respondió su novio sarcásticamente – mira, no necesitas buscar la aprobación de nadie ¿si? Ya hablé con ellos y dijeron que estaba bien. No finjas, no importa si no eres detallista, ya te dije que estamos bien – la idea era que Ruki no se sintiera presionado y que no sintiera como que le debía algo a los integrantes de su banda, pero se sintió aun mas confundido al ver la expresión dolida del mas bajo.
Ruki bajó la mirada – lo hice porque quería darte una sorpresa, porque sé que a veces la comida de la cafetería es un asco, además nunca puedo hacer ese tipo de cosas porque siempre estoy ocupado. Solo quería hacerte sentir feliz, ya sé que no le debo nada a ellos, no lo hice por ellos, lo hice por ti – no sabía como sentirse. No culpaba a Shou por creer eso, pero le dolía que creyera que tenía intenciones ocultas.
Shou suspiró – gracias, solo no quiero que te fuerces en hacer cosas que sé que no están en ti – porque era mas que obvio que solo estaba forzando para agradar.
-sino estuvieran en mi no las haría – respondió frío – ya sé que no estas acostumbrado a este tipo de comportamiento, quiero remediar eso – sonrió – quiero demostrarte de todas las formas posibles que te amo – le aseguró aun sin mirarlo.
-vete a casa Taka, gracias por la comida. Hablamos cuando llegue – le dio un pequeño beso en los labios y se metió a la sala de ensayos.
Se quedó estático, ¿Por qué algo que había hecho con el afán de hacer sentir a todos bien, lo estaba haciendo sentir miserable? Bueno, él tenía la culpa, tenia la culpa de la actitud a la defensiva de Shou, sabía que le costaría trabajo lograr que la confianza de su novio regresara pero lucharía. Lo lograría. Porque nunca dejaría de pelear.
-x-
Comer solo. No era una idea que le gustara mucho aunque no tenía otra opción, no había ni una manzana en su departamento. Ya tendría tiempo de hacer las compras, después de todo estaba de vacaciones, pero de nuevo, estar de vacaciones y con una mano enyesada no era muy divertido.
Caminó varias cuadras hasta que encontró un pequeño restaurante que lucia acogedor, entró y se sentó en una de las mesas mas alejadas. Quería quitarse los lentes de sol que eran muy pesados para el puente de su nariz, pero hacerlo podría resultar peligroso. Se maldijo por escoger esos lentes para salir.
La mesera no tardó mas de un minuto en llevarle el menú y dejarlo de nuevo solo, ojeó los platillos; en realidad no tenia hambre no obstante sabía que tenía que comer o su cabeza comenzaría a doler. La mesera se acercó nuevamente para tomar la orden, pidió lo primero que leyó y una cerveza. Esa tarde empezaría a beber desde temprano.
- vaya esto si es una sorpresa – dijo una voz familiar frente a él.
Alzó la vista un poco fastidiado, pensó que era un admirador y no tenía muchos ánimos para lidiar con ellos en el momento. Sin embargo a quien vio fue al guitarrista de Alice Nine sentándose en la silla de enfrente.
-Tora…- pronunció, no había hablado con él desde aquella noche en el bar cuando casi logra que se acostaran - ¿Qué haces aquí? – no se sentía incomodo, pero tampoco era que se llevara muy bien con él como para quedarse solos y tener una platica larga.
El otro sonrió – eso te lo pregunto yo a ti, yo cada que puedo como aquí. Vivo en el edificio de enfrente – señaló con la mano.
Uruha alzó las cejas – vaya, no sabia. Solo caminaba buscando algún restaurante y este me pareció bonito - la mesera apareció con su pedido, le preguntó a Tora si se le ofrecía algo, quien solo pidió una cerveza.
-me dejaste con ganas la otra noche – pronunció el guitarro sin vergüenza logrando que Uruha frunciera el ceño – pero pensándolo bien, lo prefiero así – dijo como si nada.
El castaño lo miró confundido – ¿ósea que no te prendo lo suficiente? – preguntó con voz gatuna. Tal vez esta vez si tendría suerte y se lo llevaría a la cama. No dormiría solo, no estaría solo.
Tora sonrió de lado – al contrario. Me prendes y mucho – era cierto, el castaño era sexy, era guapo y agradable; además de que era una presa fácil. Era tan fácil de leer, al menos para él, una persona que buscaba el vacío que sentía acostándose con quien se le ponía enfrente. Se sintió mal por un momento, sabía perfectamente los puntos débiles de Uruha, sabía como aprovecharse de eso; pero no quería hacerlo. Quería estar con Saga, quería conquistarlo a él, quería tocarlo a él, besarlo y no tener que engañar al guitarrista de Gazette. Sin embargo no le quedaba alternativa, si su prima llegaba a decir una sola palabra acerca de su pasado, estaría perdido y Saga no querría volver a saber de él. Tenia que hacer esto, por Saga – pero lo prefiero así, porque no quiero que pienses que solo te quiero para una noche – dijo sabiendo perfectamente cual seria la reacción del castaño.
Uruha abrió mucho los ojos ante el enunciado ¿Qué había querido decir? Claro, no era el único que había intentando tener mas de una noche con él, pero no quería estar con nadie por eso los rechazaba, además siempre era mas de una noche, nunca una relación. Pensaba en eso cuando la risa de Tora lo trajo de vuelta a la realidad - ¿de que te ríes? – preguntó un poco molesto.
-mira como te pusiste, todo rojito – sonrió tiernamente logrando que Uruha se sonrojara aun mas.
-no es cierto – miró hacia otro lado ¿Qué estaba pasando? Solo Aoi lograba ese tipo de reacciones en él.
-¿no te pareció lo que te dije? – preguntó Tora después de que le hubieron traído su cerveza.
Uruha se revolvió en su asiento – no es que no me haya parecido, es que no entendí – dijo con sinceridad. No quería pensarlo demasiado de todas formas, tal vez no tenia nada que ver con lo que había pensado. Tora nunca le había dado indicios de querer algo con él hasta esa noche en el bar y solo había sido sexo, no otra cosa.
El guitarrista de Alice Nine sintió un vacío en el estomago, esto iba a ser muy fácil. El castaño estaba tan necesitado de cariño que caería en sus brazos en un dos por tres, solo por encontrar eso que Aoi no sabía darle – no entendiste, bueno te explico. Hace mucho tiempo que me gustas – soltó tratando de sonar apenado. Actuación.
-¿¡que!? – claramente estaba alterado, no podía evitarlo. No tenia el control de la situación y eso lo sacaba totalmente de su terreno de juego.
-si – desvió la mirada para aparentar – pero yo sé que es imposible que me hagas caso, se perfectamente lo que sientes por Aoi. Es solo que esa noche me diste a entender que tal vez tenia una oportunidad, por eso te estoy diciendo esto ahorita. Me alegra que no haya pasado nada porque no quiero que pienses que te veo como una zorra o algo así. Quiero que sepas que te veo como algo mas – terminó de decirlo e inmediatamente se arrepintió, las consecuencias serian horribles.
Uruha no supo que decir, había dado justo en el clavo. Por fin alguien que no lo veía de esa forma, ni siquiera Aoi le había demostrado lo contrario, solo él.
Tora…
Perdón por jugar contigo….
-x-
Estaban sentados en el sillón de la sala viendo una película de amor ¿Por qué estaban viendo eso en primer lugar? No le gustaban y estaba casi seguro que a su novio tampoco, entonces ¿Por qué no veían otra cosa? Además la trama lo estaba poniendo nervioso. La típica mujer que perdía a su novio en un accidente y se rehusaba a amar a alguien mas hasta que aparece el otro protagonista.
-Kai – llamó a su pareja, quien sollozaba por la trama de la historia. Al verlo desistió en decirle algo sobre quitarla - ¿Por qué te torturas de esta forma amor? – le preguntó después de cinco minutos, la escena que estaba en ese momento había logrado que el baterista soltara mas de dos lagrimas.
Kai sonrió – perdón – dijo apagando la televisión – tienes razón, es que a veces no puedo evitarlo – se acurrucó en el pecho de su novio.
Reita suspiró y le acarició el cabello – es que no me gusta que sufras por una película que estoy mas que seguro que te hacen revivir momentos desagradables – dijo molesto – después te despiertas a la mitad de la noche gritando por las pesadillas -.
Kai se levantó –es una película de amor Akira, esas no causan pesadillas – se dirigió directo a la cocina.
El rubio cerró los ojos y se recargó en el respaldo del sillón. Otra vez había tratado de sacar el tema y otra vez Kai lo había evadido olímpicamente – a ti si –gritó aun con los ojos cerrados – y aun así te encanta estar viendo eso – algún día tenían que hablar de eso y este era un buen momento.
Escucho la puerta de la cocina abrirse – no me encanta – contestó Kai desde la puerta – pero me gustan las películas de amor. La gente se muere, obvio en todos lados van a buscar retratarlo, escogí la peli porque era de amor, no porque alguien se moría – volvió a entrar a la cocina.
Sus palabras no habían sonado para nada convincentes, al menos no para Reita quien conocía a Kai mas que a él mismo. Se levantó y lo siguió hasta la cocina - ¿no leíste la reseña? – le preguntó abriendo la puerta y recargándose en el marco con los brazos cruzados.
-no- Kai contestó sin mirar, la conversación lo estaba molestando. Mucho –es solo una película y ve el escándalo que estas armando – le dijo enojado aun cocinando quien sabe que.
-si fuera solo una película no te estaría diciendo nada, es que hasta parece que te encanta estar recordando eso – espetó también enojado.
Kai cerró la puerta del horno bruscamente – ¡¡SI AKIRA ME ENCANTA ESTAR RECORDANDO QUE MATARON A MI NOVIO!! – gritó sin cuidado.
Reita giró los ojos – sabes perfectamente a lo que me refiero y no hablaba de eso, te encanta estarlo recordando a él - ¿y que si sentía celoso de una persona muerta? Si Kai ya lo hubiera superado tal vez no lo estaría. Pero no, el baterista seguía recordando a su antiguo novio, seguía amándolo y dejaba muy en claro que el bajista solo era su sombra. Que no estarían juntos si el otro siguiera vivo.
- por supuesto que lo recuerdo. Cuántas veces tengo que repetírtelo, yo lo amaba – dijo tratando de no llorar, otra vez. Amaba a Reita, de eso no tenia ni una duda; pero algo dentro de él no lo dejaba ser feliz completamente. El dolor de la pérdida aun estaba muy latente, aun si ya habían pasado tres años desde que había visto como dos delincuentes mataban a su novio frente a él.
Nunca fue a terapia, no lo creyó necesario. Reita lo había acompañado durante todo el proceso del duelo, lo había ayudado y en el camino se habían enamorado. Al principio no había sido fácil, pero el bajista fue paciente y nunca se apartó de él. Sin embargo había algo en el interior de Kai que no lo dejaba ver hacia delante. Culpa. Akira lo sabía y se lo recriminaba cada que podía.
-no te estoy diciendo que no lo recuerdes. Te estoy diciendo que lo superes – había perdido la cuenta de cuantas veces había dicho esa frase. Le dolía tanto ser la sombra de aquel hombre. Se sentía a morir cada vez que Kai hablaba de él como si fuera un dios, cada vez que le daba a entender que nunca seria lo suficientemente bueno como lo había sido él. Sentía que se le rompía el corazón cada vez que el baterista despertaba de una pesadilla gritando el nombre de él y gritando que lo amaba, que no lo dejara.
-fue mi culpa – susurró Kai – yo le dije que tomáramos ese atajo, por mi culpa esta muerto. Cuando sepas que se siente entonces me dices que lo supere, mientras, no te metas – le dijo saliendo de la cocina y finalmente del departamento.
El bajista cerró los ojos para evitar que las lágrimas salieran. Solo quería amar a su novio, solo quería que los dos fueran completamente felices, que los momentos felices duraran siempre y que no se desvanecieran simplemente por un recuerdo.
-x-
-¡Shima! – gritó cuando llegó al clímax cerrando los ojos con fuerza.
-¿Cómo me llamaste? – preguntó su novia debajo de él.
Aoi abrió los ojos de repente, otra vez había olvidado que estaba con su novia y no con él. Otra vez había imaginado que le hacia el amor a Uruha y no a la mujer con la que estaba.
-Megumi, dije Megumi – contestó avergonzado.
La chica suspiró – me volviste a llamar Shima. Estabas pensando en él ¿verdad? – trataba de sonar calmada, lo que menos quería era empezar una discusión y darle una excusa a Aoi para dejarla.
-perdón – dijo sin verla.
Megumi depositó un beso en el cuello de su novio, estaba más que furiosa, pero no debía demostrarlo. No era la primera vez que ocurría aquello, es mas, estaba casi segura que cada vez que lo hacían, Aoi no la estaba viendo a ella; en su mente estaba viendo a Uruha. Sin embargo nunca se lo recriminaba, se hacia la novia comprensiva para que Aoi se sintiera culpable y no la dejara.
-estas muy cansado amor – le dijo sonriendo – mejor hay que dormir y me recompensas mañana – puso una mirada traviesa.
Aoi sonrió y salió de ella – te invitare a cenar – le dio un beso en la mejilla y se acostó. Ahora se sentía lo peor del mundo y no nada mas por su novia, no había logrado estar bien desde aquella noche con Uruha; después de lo que le había hecho, no había tenido oportunidad de hablar con él, de disculparse.
Torció la boca cuando sintió a su novia recostarse en su pecho y se sintió aun peor. Debería estar pensando en ella y no en Uruha, mas en estos momentos; se sentía mal por hacerle eso y sin embargo ella lo comprendía y lo ayudaba a olvidarlo. Al menos lo intentaba. Quería olvidar al castaño, pero no podía, no podía.
Sintió cuando Aoi se quedó dormido, se levantó y fue al baño a lavarse la cara – me las pagaras estupido – dijo refiriéndose a Uruha – muy pronto Aoi será todo mío y tu sufrirás por amor no correspondido. Sufrirás las humillaciones que yo he tenido que sufrir – sonrió – y yo seré muy feliz a lado de la persona que merezco – salió del baño y se quedó dormida junto al hombre que amaba a alguien mas.