No podía negarlo ese día había sido uno de los divertidos, quitando el hecho de que casi se ahogaba, la cena había terminado y después de ir a dejar a su hermanito a su habitación, se dirigió a la suya.
Se tomó un baño en la tina que se encontraba en la habitación con toda la intención de relajarse, pero después de un rato, escucho ruidos en la habitación, por lo que se secó rápido y solo se vistió con unos bóxer y la bata de baño.
- ¿se puede saber qué haces aquí?… - estaba molesto con la persona que se había adentrado a su habitación sin su permiso.
- De hecho comenzaba a preocuparme, pensé que te habías desmallado ahí, ¿Por qué rayos tardaste tanto? – también se encontraba molesto por que el rubio lo había hecho esperar.
- Esta es mi habitación, yo puedo hacer lo que quiera en ella – deseaba matarlo, ¿Quién se creía para entrar y salir libremente en su habitación?
- Viene por algo importante…
El azabache comenzó a caminar hacia el blondo, este instintivamente caminaba hacia atrás, lamentablemente no se dio cuenta que se acercaba a la cama, hasta que quedo sentado en el filo.
Sasuke se acercó a él y se agacho de forma lenta, hasta quedar con una rodilla en el suelo, Naruto no sabía que era lo que el moreno haría, sin embargo opto por esperar, si se le ocurría hacer algo en su contra lo golpearía sin dudarlo.
Sin embargo lo único que hizo el Uchiha fue tomar su tobillo de manera delicada y colocarle una pulsera de piedritas que compro durante su salida a la cuidad…
- Tienes razón, las baratijas te quedan mucho mejor de lo que pensé…
- Se puede saber qué es lo que planeas – su voz era un susurro pero aun así audible para su acompañante.
- Solo vine a darte esto – se puso de pie y se dirigió a la puerta, pero antes de perder de vista al rubio se giró para posar sus noches contra los cielos del otro – solo te diré que si lo pierdes te matare.
Ya no quiso contestarle, espero a que saliera y se apresuró a cerrar bien las puertas y las ventanas, después de eso se fue a cambiar.
En cuanto termino, aun se sentía algo inquieto, no sabía la razón, le rondaba en la cabeza aun lo que sucedió durante la cena con Gaara, quería dejarlo a un lado pero no pudo, por lo que sin dudarlo salió a ver a su amigo, pero cuando llego, se topó con todas las luces apagadas.
Así que sin más, decidió que lo mejor era aprovechar el tiempo por lo que se dispuso a caminar por los alrededores.
Llego hasta donde podía ver la playa y se sorprendió de ver al pelirrojo sentado sobre un velero, su rostro reflejaba una tristeza que hacía que su corazón se partiera, el aire le desordenaba sus rojos cabellos y la luz de la luna le daba un toque único era como ver una pintura.
Decidió acercarse tal vez su amigo decidiera abrirse y dejar ir esa tristeza que lo rodeaba, él lo quería mucho por lo que no le gustaba verlo de esa forma.
Cuando estuvo junto al pelirrojo se sentó sin pedir permiso a su lado, sin embargo no sintió que el otro se incomodara, al contrario, lo volteo a ver regalándole una sonrisa. Tomo sin dudar la planta y se la mostro a su acompañante.
- ¿Sabes que significan las azucenas del valle? – le pregunto seriamente y sin esperar respuesta prosiguió – significa que serás feliz.
- Entonces solo es para dársela entre parejas…- el rubio se sentía bien al no haber sido rechazado.
- ¿lo sabias?...
- Cuando salimos de paseo me lo dijo la misma niña que te dio esa planta…
- Así que viste también eso – le mostro otra sonrisa solo que esta vez reflejaba más tristeza que la anterior… -solía venir mucho con esa persona… le gustaba este lugar.
- ¿se encuentra bien? – no le dolía tanto ya, el echo de que Sasori saliera en la conversación.
Los ojos de Naruto estaban fijos en el mar, por eso no vio la tristeza que se reflejo en esa mirada aguamarina, la cual también estaba fija en el mar.
- Debería estar bien… - su voz en ese momento le pareció al rubio, la mas triste que la ha escuchado.
Esta vez, al escuchar el tono de voz giro para ver el rostro del pelirrojo, esta vez si vio la tristeza reflejada en esos ojos, una desolación que se acentuaba más con la luz de la luna.
- ¿paso algo? – esa tristeza ya no era normal, era claro que algo había pasado en ese viaje.
- ¿Por qué me pediste que lo buscara? – aun no le dirigía ninguna morada.
- Es que… - ya no supo que mas decir ya que ahora si los ojos de su amigo estaban fijos en él.
- Al fin me di cuenta… cuan patético soy – sus ojos de nuevo estaban fijos en el mar – solo me quedaba en el departamento solo, eso me hizo sentir desolado…
- Pero el solo ver a la persona que se ama es una bendición…
- ¿Sabes – lo interrumpió el bermejo – lo que es ser solo una carga para la persona que amas?
- Gaara…
- Sabes, ya no se si realmente la amaba o era un simple habito que había adquirido…
Naruto no sabia que decirle, aun no entendía nada de lo que le pasaba a su amigo y aun que le quería preguntar no sabia si era correcto o no.
Se quedo estático al ver como el bermejo le extendió las flores…
- Toma – le dijo con una débil sonrisa adornando sus labios
- No – lo rechazo – eso es para Sasori-san, Gaara-sempai debe dárselas personalmente – se levanto del velero sin dirigirle una mirada a su acompañante – creo que lo mejor será irnos o nos enfermaremos, esta refrescando mas…
Gaara dejo la planta en el velero y al ver que Naruto estaba a punto de irse lo tomo del brazo y lo giro atrapándolo en un abrazo…
- Tengo frio – su voz era triste, el susurro de verdad que preocupo al rubio ya que de inmediato correspondió el abrazo…
En ese momento sintió que Sabaku no Gaara estaba sufriendo y mucho, eso le dolía…
- Hace frio no puedo mas Naruto…
Odiaba esa tristeza, su corazón ya no podía mas, por eso al ver que el poquito de calor que lo comenzaba a acobijar se estaba yendo, su cuerpo reacciono de esa manera, necesitaba en ese momento un abrazo del chico que poco a poco se había metido en su vida, comenzándole a dar un poco de calor y ese calor que tanto necesitaba.
No sabia por que pero comenzaba a sentirse incomodo, aun así espero hasta que el pelirrojo lo soltara, cuando lo hizo le dedico una ultima mirada antes de salir prácticamente corriendo.
Cuando llego a su habitación no conto con que se encontraría un azabache molesto, el cual al verlo rápidamente lo tomo del brazo apretándolo un poco.
- ¿Dónde rayos estabas? – se veía sumamente preocupado – si querías salir me hubieras dicho, yo te habría acompañado para asegurarme de que nada te pasara, es muy peligroso andar solo de noche…
No soporto los reclamos de Sasuke, él era libre de salir cuando el quisiera…
- ¡No soy un niño! ttebayo – sus ojos reflejaban molestia – yo puedo salir a la hora que yo quiera, no necesito de tu compañía…
Por que justo cuando pensó que ya había un avance con su rubio ángel pasaba esto, por que era tan difícil que comprendiera que es se preocupaba por su bienestar…
- Pudo haberte pasado algo, pudiste haber caído a la alberca o te pudo haber mordido una culebra – el también se estaba comenzando a molestar con la actitud del otro - ¿Por qué es tan difícil que lo comprendas?, me preocupo por ti.
Camino pasando aun lado del rubio sin dirigirle la mirada, quería irse, él no quería que ese problema se hiciera más grande.
Naruto sintió que realmente habia sido cruel, no quería que eso terminara así, tomo aire…
- ¡Sasuke! – no giro a verlo pero sabia que se había detenido – lo siento ttebayo.
El moreno regreso sobre sus pasos hasta quedar enfrente de su amor, sus ojos estaban fijos en los contrarios…
- Solo no vuelvas a salir solo – si su niño había podido dejar su orgullo, el le demostraría que también podía hacerlo - ¿entendiste?
No espero respuesta y se fue, Naruto no entendía que eran todas esas emociones que sentía después de ver a Gaara y a Sasuke, necesitaba descansar, por lo que se metió a su habitación, dejando a un lado todos sus pensamientos.
***
Gaara no le hizo caso a Naruto, se quedo un poco mas de tiempo, ya eran cerca de las dos de la mañana cuando decidió irse a su habitación, ya había pensado que era lo que haría a partir de ese momento, por lo que se puso de pie, pero en la arena vio algo que le llamo la atención…
Una pulsera…
Supuso que seria de Naruto pues ellos eran los únicos que habían estado ahí, así que sin pensarlo mas el la tomo colocándola en su muñeca, ya después se la daría.