Un nuevo día se presentaba, aún seguía con lo mismo, ¿Por qué lo había hecho?, no podía creer su indecisión, pues sabía lo que sentía hacia él, pero cada que el azabache avanzaba un paso, él tenía que retroceder dos.
Se encontraba sentado en su trabajo esperando a los clientes, oyendo el parloteo de sus acompañantes sin llevarles el apunte de lo que trataba el tema, pues su cerebro aún se debatía en averiguar el motivo por el cual no podía simplemente aceptar lo que se le estaba presentando.
Detrás de él se encontraban Kiba y Konohamaru, los cuales estaban bastante entusiasmados y metidos en su conversación…
- Estaba caminando por la calle cuando me tocaron el hombro y al girarme me encontré con una bonita sonrisa…
- Como la de Naruto-nisan…
- No, sabes bien que Naruto y su familia es única en su especie…
- Bueno sígueme contando – la sonrisa que mostro era sincera, pues de verdad se emocionaba cuando lo tomaban en cuenta para esos aspectos.
- Pues como te decía – el mayor retomo el tema muy emocionado – me dijo que le había gustado y me invito al cine, fue muy amable y atento, además intercambiamos números para ponernos de acuerdo para una próxima cita…
- ¿otra cita? – konohamaru no lo podía creer, entonces Kiba iba enserio con ese chico, también le había gustado.
- ¡Sí!, no es genial….
- Claro que si…
Ambos se tomaron de las manos y comenzaron a saltar felices de la vida, sin embargo se extrañaron que el rubio a pesar de estar cerca escuchando no hubiera dado su opinión, por lo que ambos dejaron de hacer escándalo y se le acercaron quedando recargados en el respaldo del asiento esperando a que el otro reaccionara.
Al ver que no lo hacia Kiba fue quien rompió el incómodo silencio que se había formado.
- Naruto, ¿te encuentras bien?...
Cuando iba a responder el celular de su hermano sonó, este se lo había prestado pues estaba en casa de un amigo y le hablaría para que lo pasara a recoger, según él, ya no quería seguir causándole molestia a Kiba.
El número no lo conocía pero en la foto del contacto había una cacatúa, ha de ser algún chiste local de su loco hermanito.
- Hola…
Pues ahora él ya sabía el motivo de la foto del contacto, la voz varonil que le contesto lo puso muy nervioso, aun no estaba preparado para estar nuevamente delante del azabache.
- ¡oh!, Sasuke …
El mencionado se alebresto ante el tono de sorpresa del rubio y con voz celosa lo cuestiono acerca de esperar a alguien más.
- Espero la llamada de mi hermanito, además, ¿Por qué tienes tú su número?
Su orgullo no le permitió responder que se lo había sacado a su pelirrojo amigo, así que mejor saco el motivo de su llamada.
- No puedo salir – al ver que el otro iba a reclamarle lo interrumpió de inmediato – estoy muy ocupado, la tienda está llena de clientes y Kiba no podrá solo – al ver que de nuevo iba a interrumpir no le quedo de otra que poner una mano en su nariz para que le cambiara la voz – mesero, una avena por favor – se soltó la nariz para contestarse a sí mismo alejando un poco el aparato de su oído – si enseguida se la llevo cliente – volvió a poner el teléfono en la oreja - ¡Vez!, estoy muy ocupado, lo siento, de verdad, luego te llamo…
Y colgó para que el otro no pudiera reclamarle nada, los que estaban al pendientes de la llamada voltearon hacia las mesas del local para darse cuenta de que prácticamente se encontraba vacío pues solo una de las mesas estaba ocupada por una mujer y un niño.
- Naruto – el pequeño tenia voz molesta - ¿de qué local estás hablando?
- Lamento haber mentido
- Está bien, sé que eso que te tiene así lograras resolverlo
- Por favor, me podría traer un tazón más de avena
- Si, enseguida…
El rubio se levantó para ir por el pedido, después de todo aun que se quedara sentado toda la tarde no cambiaría el acho de que había besado a Sasuke.
***
Esperaba que después de nadar un rato todas sus penas y pensamientos se quedaran ahí, el agua comenzaba a relajarlo, había logrado sacarle vuelta a Sasuke, aunque a su hermanito no había dejado de molestar y el pequeño tuvo que apagar el teléfono para poder descansar un rato de las constantes llamadas.
Estaba dando la cuarta vuelta a la alberca cuando en el lugar resonaron pasos, por ese motivo se acercó a la orilla y se quitó los gogles, levanto su vista y sonrió al ver a la persona que estaba enfrente de él.
- Gaara…
- Hola – le devolvió la sonrisa con la misma intensidad.
Después de unos minutos de espera ambos se encontraban caminando por el patio del instituto, el pelirrojo lo dejo en una de las bancas en lo que iba por bebidas y al poco rato se reunió con Naruto.
- Toma – le ofreció una de las bebidas.
- Gracias… está caliente
- ¿entrenas también en vacaciones?
- No, solo me siento renovado después del ejercicio ttebayo– sonrió, estaba feliz de ver a su amigo pues tenía tiempo sin saber de él, aprovecho para darle un sorbo a lo que resulto ser té verde.
- Debe ser, pues al ver la fuerza de tu braceo pensé que estabas entrenando para las olimpiadas…
- Jejeje y que hay de ti…
- Vine por unas partituras que deje aquí… - se formó un agradable silencio pero él tenía una duda y debía encontrarle respuesta.
- ¿Hay algo que te esté incomodando? – no era normal que sus ojos no brillaran con verdadera alegría y él quería saber el motivo, si estaba en sus manos ayudarle lo haría sin pensarlo.
- Bueno… - si había algo que lo incomodara pero lo mejor era no mencionárselo a su acompañante.
Antes de dar una respuesta una hermosa melodía de violín lo interrumpió, no la reconoció por lo que supuso que era una nueva composición de su amigo. Este contesto de inmediato dejando al rubio muy quieto al saber quién era el receptor.
- Sasuke…
Vio a Naruto ponerse muy rígido y parecía que no quería ni respirar…
- Estoy en el instituto, na…
El rubio al ver que lo delatarían comenzó a hacerle señas de que no le dijera al otro de que estaba también ahí.
- Ok, entonces te espero… - colgó el móvil y analizo el comportamiento del rubio – Sasuke vendrá en unos minutos, si esperas podrás verlo.
- Yo… - no aun no podía verlo a la cara – acabo de recordar que tenía algo importante que hacer – le dio el vaso térmico y se fue prácticamente corriendo, dejando algo sorprendido al pelirrojo.
- Gaara…
- ¿Eh? – la voz del azabache lo saco de su mutismo, ¿Cuántos minutos habían pasado ya?
- Y eso – señalo los vasos que tenía en la mano.
- Pues… es uno para ti – bien no sabía que había pasado entre esos dos, pero conociendo el carácter de Sasuke lo mejor era mentir.
El otro agarro uno de los vasos sin pensarlo y le dio un sorbo.
- Esta frio…
Gaara sabía que estaba frio pues era una bebida que él pensaba ingerir, pero después de todo, su amigo lo había agarrado sin pensarlo y Sasuke no tenía conocimiento de que el otro recipiente era de Naruto, sonrió, después de todo, un beso indirecto sin que ningunos de los dos supiera no haría daño, pues como dicen, ojos que no ven corazón que no siente, así que sin más, comenzó a beber el té verde.
***
Estaba molesto, ya había pasado una semana y su zorrito se había estado escondiendo, estaba seguro de que ese beso lo había espantado, pero él no tenía la culpa, había sido el rubio quien lo beso en un arranque de felicidad, pues bien, si su zorrito no venía a él, él tenía que ir hacia su zorrito.
***
La familia Namikaze-Uzumaki se encontraba delante del televisor, el programa era de cocina, pues Kushina cuando podía y tenían el dinero suficiente preparaba las recetas que obtenía de dicha fuente.
- Sebe delicioso…
- Si Kyo, pero no sé por qué siento que ya no me sabrá igual…
- Para empezar no debimos de aceptar esa comida – Kushina se arrepentía, pues sentía que habían abusado de la cita de su hijo, eran pobres… si, pero nunca unos aprovechados.
- Arruinamos nuestro paladar al probar esa comida tan fina, desearía que mi hermano tuviera una cita pronto…
- ¡KYO! – su madre lo reprendio.
- Yo solo expreso lo que mi padre piensa…
Minato volteo a ver a su hijo con reproche, ahora su querida y amada esposa lo reprendería cual niño pequeño en la comodidad de su habitación pues esos hermosos ojos lo miraban furiosos. Lo que hizo que su mujer le quitara la vista de encima fue el llamado de la puerta.
- Anda a abrir pequeño demonio… - sabía que su pequeño hijo odiaba pararse a atender la puerta así que esa sería su venganza.
Kyo se levantó molesto, pero obedeció pues estaba al tanto de que se había pasado con ese comentario, cuando vio quien estaba al otro lado de la puerta la volvió a cerrar con un azote y regreso a lado de sus queridos padres.
- ¿Quién era? – la pelirroja se sorprendió de la acción de su hijo por lo que no dudo en averiguar el motivo.
- Pues… - no quería decirles, tenía un mal presentimiento.
- ¿Son cobradores? - Minato intentaba retroceder sus recuerdos para recordar si le debía a alguien recientemente
- Pues…
- Dile que no estamos – Kushina contesto de inmediato, no tenían el suficiente dinero para pagarle a nadie.
- No son cobradores…
- ¿vinieron por platos?, ¿pidieron servicio a domicilio en mi ausencia?
- No que yo recuerde…
- No son los del restaurante…
- ¡¿Son los caseros?! – Minato de repente se puso pálido.
- Corre Kyo, diles que tus padres han muerto y no hay dinero para pagarles…
Al pequeño le hiso gracia eso, así que decidió decirles quien estaba esperando afuera, pues sus padres comenzaban a levantarse y lo más seguro es que comenzaran a alistar las maletas para emprender la huida.
- Es Uchiha Sasuke…
Sus padres se detuvieron a medio camino y por fin Naruto había tenido una reacción, pues a pesar de estar presente estaba en un mutismo tal que comenzaba a asustarlo, así que los otros al escuchar la respuesta del niño, corrieron a la puerta y efectivamente encontraron al gran Uchiha Sasuke en la entrada, temblaba y al parecer había estado nevando pues su ropa se veía húmeda, sin dudarlo lo dejaron pasar.
Los padres mandaron al pequeño pelirrojo por una silla y después de unos minutos se encontraban los tres familiares delante del Uchiha, Naruto solo había atinado colocarse en uno de los pilares de su casa con si vista fija en los presentes.
Se arto del silencio incomodo que se había formado a sí que enfrento al azabache.
- ¿Qué haces en mi casa a esta hora?
- No es tan tarde Naruto…
- Si hijo, no exageres apenas son las diez de la noche – Minato no quitaba su hermosa sonrisa, cosa que hiso a Sasuke estremecer, el parecido con su rubio era enorme.
- Padre…
- ¡¿padre?!, escuchaste eso amor…
- Madre… - dijo Sasuke sin dudarlo después de ver como la pelirroja se señalaba a ella misma.
- ¡Escuchaste Minato!… - estaba muy emocionada.
- Por favor – decidió continuar antes de que los adultos comenzarán a brincar de la emoción – permítanme pasar la noche a aquí – a pasar de no estar acostumbrado agacho la cabeza humildemente.
- ¡¿Qué?!, ¿Por qué dormirías aquí?, tienes una casa enorme y gente que te atienda, ¿con el permiso de quien planeas quedarte aquí? – el rubio estaba molesto, porque siempre tenía que involucrar a terceros para salirse con la suya.
- ¡con el permiso de papá!...
- ¡con el permiso de mamá!...
Esas contestaciones solo lograron hacer reír al azabache y molestar a sus hijos, pues ciertamente Kyo lo veía con intenciones asesinas.
- ¡mamá! – Naruto comenzaba a enojarse, pues ya nada los haría cambiar de opinión.
- Vamos Naru, ya es tarde, no podemos dejar que ande a estas horas en la calle…
- Hace un minuto decía que era temprano, ¡vaya!, la diferencia que pueden marcar sesenta segundos – el sarcasmo no pudo faltar en esa última frase.
- Por favor hijos, no le hará daño a nadie tenerlo aquí una noche – la mujer se levantó y tomo de la mano al azabache – anda levántate, te vas a bañar no te vayas a enfermar…
Era la primera vez que Sasuke experimentaba esa calidez de una madre, su corazón vibro de emoción, aunque como de costumbre su rostro marmoleado no dejo salir ninguna expresión.
Veía como la mujer preparaba el baño y como el hombre escogía algo de entre su ropa, seguro que le quedaría algo cortó pues él era unos centímetros más alto, Naruto menciono su enorme casa y la gente que le atendía, pero el rubio no entendía que en esa casa solo había frialdad y soledad, en cambio en ese pequeño apartamento se sentía la calidez desde la entrada, su madre jamás se esforzó en prepararle ni siquiera el baño, en cambio la pelirroja se preguntaba donde había dejado el jabón liquido con aroma a vainilla y el hombre comprobaba que camisa era más suave y térmica.
Definitivamente el daría todo lo que tuviera por poder sentir un poco la calidez de esa familia y la mejor manera era poder desposar a su querido zorrito.
Después de unos minutos salió del baño, efectivamente el pans azul claro le quedaba corto, le llegaba hasta los tobillos, por lo que Minato le había dejado también un par de medias, la camisa le marcaba perfectamente su pectoral, sin apretarle.
- Sí que eres alto.
- Joven amo si me permite el comentario, usted se ve atractivo con cualquier cosa que use.
- No me molesta el comentario madre – se sentía muy feliz, como pocas veces en su vida.
Naruto aun tenia señas de su molestia, aun así logro ver lo lindo que se veía con ese tierno pijama de espirales naranja y el pequeño le dio un poco de ternura pues a pesar de su comportamiento maduro aun usaba pijama de ositos.
- Bien todo esta listo…
Minato abrió la puerta de lo que Sasuke supo era la recamara principal y sobre ella habían tres futones bien arreglados.
- Espero no le moleste que estemos todos juntos en la habitación…
- Para nada.
La sonrisa se hacía cada vez más grande, de hecho ya no pudo contenerla y se terminó riendo quedito, pues ya eran la una…
- Cállate o harás que mi hermanito comience a moverse… - Kyo se encontraba in medio de ellos.
- Es que no puedo creer que mi baño sea más grande que la recamara principal…
- Estúpido, tu baño es el que tiene medidas extravagantes, ahora duérmete ttebayo.
- O vamos es divertido.
- Pues suerte con tu diversión ttebayo, ahora cállate o lo lamentaras.
- Hey Naruto – el otro solo se volteo – Naruto – su voz salió un poco más fuerte – Naruto…
- ¡ramen!...
Al hablar un poco más fuerte Minato y Kyo se medió incorporaron para después voltear y tomar las manos de Sasuke, las cuales se llevaron a la boca, Sasuke de inmediato se las quito, sin embargo estos se aferraron a él y le echaron incluso la pierna encima, trato de quitárselos de encima pero al final opto por quedarse quieto, pues parecía estar entre arenas movedizas logrando que uno intentara morderlo y el otro besarlo pensando que era su esposa, ahora entendía por que no debía hablar fuerte con esos dos a su lado mientras dormía.
Por otro lado Naruto aún no lograba dormir viendo como el otro intentaba evitar que su hermanito lo mordiera y su padre lo besara, su sonrisa se amplió, aún estaba nervioso por lo del beso, pero para ser sinceros ya lo extrañaba.
Claro que eso por lo pronto jamás se lo haría saber al Uchiha o definitivamente ya no se lo podría sacar de encima.
***
En la mansión Uchiha se respiraba un ambiente tranquilo, pues se notaba claramente la usencia del joven amo, pero el silencio fue perturbado por el sonido del timbre…
- Bienvenido – Iruka siguió el protocolo que le fue inculcado desde pequeño, pues llevaba toda una vida al servicio de la familia Uchiha.
- Vamos Iruka-san, sabes que odio ese estúpido protocolo…
- Joven amo…
- Itachi, mi nombre es Itachi – lo interrumpió, para ser honestos, el veía al castaño como si fuera su mamá.
- Bienvenido – esta vez sonrió y no dudo en darle un caluroso abrazo.
- Estoy en casa – sin dudarlo entro a esa enorme mansión, tenía ganas de saber cómo se habían desarrollado las cosas en su ausencia - ¿y Sasuke?
- No se encuentra en casa…
- Esta con el f4 – afirmo.
- No – al ver la duda marcada en esos ojos carbón, procedió a explicarle mientras se dirigían a la sala.
Al terminar el relato se sintió feliz de que se hermano al fin encontrara un poco de felicidad y esperaba que la noticia que les traía también les diera dicha.