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Dos fantasmas por Wolfram Von Bielefeld

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Notas del capitulo:

espero que dejen ese lenguaje tan raro, me hacen sentir que no soy el mismo, aunque la cuenta es diferente yo sigo siendo el mismo Ciel de siempre, asi que bueno porfavor tratenme con mas familiaridad el que casi me esten dando la bienvenida se siente raro-

bueno aqui el segundo cap, prue, dragio espero sea de su agrado tambien va para la colecciond e dia de muertos jajajaja

no podia esperar para subir este

 

 

 

Yuuri en verdad estaba conmocionado con todo lo escuchado, era verdad Wolfram estaba muerto, su corazón dio un salto de dolor. Escucho la voz del rubio aproximándose, su piel se erizo, aunque fuera Wofram eso no cambia que fuera un fantasma. Salió al patio, tenía que decirle a Conrad que él podía no solo ver a su hermano sino que también lo escuchaba y le pedía que fuera al templo de Shinou.

 

 

 

Sus pies se detuvieron a escasos metros de la familia real, y con rapidez digna de un jugador de beisbol cambio de dirección, ahora corría hacia la salida del costado, esa que llevaba al templo.

 

 

 

Wolfram era un alma en pena, y si le pedía tan insistentemente que fuera a ese recinto sagrado era porque muy seguramente ahí se encontraba la razón de su desconsuelo.

 

 

 

El rubio salió al jardín podía ver al pelinegro correr hacia sus hermanos, de nada le serviría, debía detenerlo no quería que se enterara así de su condición, intento darle alcance, a la mitad el pelinegro cambio de rumbo y el otro chico no supo cómo interpretarlo.

 

 

 

Sonrió, las cosas no habían cambiado mucho, el aun seguía persiguiendo al Maou y el otro vilmente se le resistía.

 

 

 

Una nube cubrió el sol por unos instantes, su constitución casi transparente se mostro a los que ocupaban el jardín y uno más que llegaba a reclamar la tardanza.

 

 

 

Waltorana se quedo lívido, ahí parado en medio de las hermosas flores Wolfram parecía flotar, su rostro como tantas veces que lo había visto en el castillo durante ese tiempo seguía estando triste pero nunca cansado

 

 

 

-          Ya déjalo – grito el hombre rubio casi pegando sus manos a su pecho, le dolía ver el alma de su adorado sobrino en pena – ya es suficiente, nadie te culpara si ahora lo abandonas – los demás se giraron en el momento justo para observar a un Waltorana caer de rodillas llorando y un rubio que tras el paso de esa leve sombra iba desapareciendo

 

-          Se fuerte -  grito Conrad también con lagrimas en los ojos

 

-          Te queremos – ese fue Gwenldal quien corrió para intentan tocar aunque solo fuera por escasos segundos esa figura translucida que en algún momento fue conocido como el príncipe de Shin Makoku

 

 

 

 

 

El rubio le había tendido la mano a su mayor y las yemas de sus dedos se tocaron si tocarse, una sonrisa melancólica se dibujo en sus labios y asintió antes de desaparecer por completo.

 

 

 

-          ¿Cuánto más tendremos que soportar verlo así? – el general intentaba no llora

 

-          El ha escogido su camino, no lo podemos cambiar – contesto el castaño colocando una mano en el hombro de su hermano

 

-          Pero…

 

-          Confiemos en él – dijo con los ojos rojos por el llanto, el otro solo asintió

 

 

 

 

 

Ya casi podía ver el templo de Shinou, la puerta como siempre estaba resguardada por dos sacerdotisas, paso como si nada, es decir el era el Maou ¿por que tendrían que impedirle el paso?  La fuente en medio del gran edificio lo saludo como en antaño, nada había cambiado

 

 

 

Wolfram no tardo en entrar por esa misma puerta, sus ojos estaban tristes, eso lo conmovió por un instante.

 

 

 

-          Wolfram ya estoy aquí, ahora dime que es lo que te atormenta, que te molesta tanto para que tengas que estar atado a este mundo como Shinou – el pelinegro buscaba otra forma de salir por si el rubio intentaba acercarse más de lo debido

 

-          Tu – fue su escueta respuesta

 

-          Estás loco, no vez que yo aun estoy vivo, si antes dije que solo podíamos ser amigos ahora lo reafirmo, dime qué puedo hacer para…

 

-          No somos amigos estamos casados – dijo con las lagrimas a punto de salirse de sus ojos – soy tu esposo y estaré contigo por siempre

 

-          Aun si eso fuera cierto deberíamos tener una prueba de ello, no sé como los anillos de bodas… - dijo levantando la mano para mostrarle que en sus dedo anular no había nada, algo soltó un destello y Yuuri se puso pálido, ahí estaba la prueba lleva un hermoso anillo de oro blanco

 

-          Yuuri por favor déjame acércame

 

-          No aléjate – se sujeto la cabeza, no recordaba nada, ¿de dónde demonios había salido ese anillo?

 

-          Yuuri no es necesario que sufras así, por favor déjame ayudarte  - suplicaba el mazoku de fuego dando unos pasos asia él

 

-          No, no quiero – salió por una de las puertas laterales

 

-          Yuuri para no debes ir ahí – grito, pero fue demasiado tarde

 

 

 

 

 

El lugar era hermoso, el jardín de Pacto de Sangre era nada a comparación de lo que veía, las hermosas flores de lo que parecían sakuras floreaban a todo lo que deban llenado de pétalos todo el lugar, los matorrales de flores crecían sin supervisión pero no por ello eran menos hermosos, dio unos pasos hacia delante y su pie se encontró con una pequeña placa, se agacho dispuesto a retirar los pétalos de aquellas flores que cubrían todo el suelo.

 

 

 

-          En memoria de… -  no podía ser eso era el cementerio

 

-          Yuuri – el pelinegro estaba sudando frio, acaso Wolfram lo había llevado ahí para matarlo y como él dijo estar juntos por siempre

 

 

 

 

 

Caminaba de espaldas así que no vio las dos únicas lapidas que se alzaban en el fondo, las caras internas de sus rodillas chocaron con ellas y se fue de bruces contra el suelo. Se levanto lo más rápido que pudo

 

 

 

¿Por qué esas eran las únicas lapidas si todos los demás solo eran placas en el suelo? Su curiosidad lo mataba, además ya no escuchaba al rubio llamándolo ¿Se habría desviado? No le tomo mucha importancia y retiro las flores que cubrían los mini monumentos, sus ojos se agrandaron y sus pies no le respondían. Lo único que pudo hacer es caer al suelo y abrazarse así mismo. Eso no podía estar pasando

 

 

 

-          Te dije que no debías venir – dijo el rubio colocándose cerca de el abrazándolo con fuerza

 

-          ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? – dijo ahora si refugiándose en el pecho de su esposo

 

-          ¿De verdad quieres saber?

 

-          Sí, quiero saber el motivo de eso – dijo señalando la inscripción

 

 

 

 

 

Aquí yace el cuerpo de Shibuya Yuuri, amado esposo y padre, un gobernante digno de alabanza, tus amigos y pueblo te amaran por siempre. REY PASIFICADOR

 

 

 

continuara...

Notas finales:

gracias por leer y muchas mas por sus coment

les vuelvo a recordar soy Ciel Phantomhive, y soy un niño vale si con la anterior cuenta debia proclamar lo ultimo a los cuatro vientos y aun asi me confundian que puedo esperar de que me reconscan

buuuuaaaaaaaaaaa

 


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