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Noé o exorcista? por Bleryaoi

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Notas del capitulo:

Gracias por leer

La que sigue: Lenalee…ella es, una chica muy fuerte, a diferencia de su hermano, el moyashi y el usagui, tiene una fortaleza y una resistencia que sobrepasa a la mayoría de casi todos en la orden, es…una chica, casi no hay en la orden, y de las pocas que hay la mayoría son fastidiosas que me mandan cartitas a cada rato, hablan mucho y de cosas que no importan, Lenalee, no es la más brillante, pero siempre termina siendo le mediadora de mis pleitos con los demás, de los presentes, es la que me conoció primero, me…siento…a gusto con ella…


Hey!—


…cállate komui, que yo he estado más tiempo con ella que tú, y me cuida, no le gusta que este solo, pero…yo no estoy solo, yo…, las dos preguntas.


¿Qué es lo que más me gusta de Leenalee?


Su silencio, es la única persona en la orden, no, la única persona que he conocido en toda mi vida que no necesita escuchar mi voz para acompañarme, es lo que más me gusta de ti.


¿Qué es lo que cambiaria de ti?


Nada!, estas bien tal y como eres ahora, si te llegaras a parecer a cualquiera de las otras chicas juro que no te sacaría de chiquilla boba, y…lo acepto, eres como mi hermana.


Lavi…, él, él es, mi…mi…mi,


Si?—


No me apresuren!, el es mi…mejor amigo, sabes a la perfección que lo eres, y me las pagaras por tener que decir lo obvio! Estúpido usagui!, ese pelirrojo, no sé cómo pero averiguo mi nombre y lo divulga como si se tratara de cualquier cosa…


ESO NO ES CIERTO YU-CHAN!, tu nombre es muy importante para mí—


…si ya, pero, el es el más inteligente de todos, aunque no lo parezca, y es el más débil y cobarde de los cuatro, pero se esfuerza por sus amigos, no nos ha abandonado, pese a ser un futuro bookman, lucha por nosotros, cosa que no hace por los demás, ni siquiera por sí mismo, es un libidinoso, que no sabe más que voltear a ver a cualquier chica de pechos grandes que se le aparezca enfrente, con todo y eso, es un tipo que le gusta acercarse a mí, y es el que conoce todo de mí, no tengo nada más que decir.


Kanda…


Tsk ¿Qué es lo que me gusta más de él?


No me gusta nada, y no me obligues a inventar cosas, en serio no me gusta nada de él.


¿Qué cambiaria de él?


Una sola cosa, pero el ya lo sabe y no lo hace, así que no tengo nada que decir.


Muy bien chicos eso es todo!, felicidades, ahora serán mucho más unidos! Pueden irse!


/////////////////////NOCHE//////////////////////////


La noche estaba totalmente iluminada por la luna y las estrellas brillantes en el cielo, ni una sola nube se atrevía a perturbar la increíble calma de la noche, incluso el viento se había detenido para brindar un calor acogedor en todo el ambiente.


Usagui, te he estado buscando desde que salimos, donde te metiste?—El samurái se encontraba detrás, siguiéndolo—me estas escuchando!?—se molesto por ser ignorado.


Si lo hago Kanda, solo que estoy un poco dormido eso es todo—el pelirrojo se volteaba para estar delante del azabache, pero aun así no se atrevió a mirarlo a los ojos.


Por qué me llamas “Kanda”?—se acercaba el pelilargo poniéndolo contra la pared—y no me salgas con una de tus bromas, que sabes a lo que me refiero—dijo poniendo sus  brazos a lado de la cabeza de Lavi, encerrándolo entre los muros y el.


Hoy me di cuenta de lo mucho que te fastidio—contesto tristemente sin intentar escapar—no quiero que me odies, así que me portare bien—una mano apreso su muñeca jalándolo fuera de la torre—a donde me llevas?—pregunto dudando de su seguridad.


No tanto presumías que sabias donde entreno—seguía caminando adentrándose al bosque, mientras discutía con el uniojo acerca de la terapia impuesta por Komui por culpa del anti socialismo de Kanda.


Bien, llegamos! Qué sucede Kanda!?—le interrogo algo alarmado por la insistencia del samurái—Qué no tanto te fastidio!?, acaso no odias que te llame por tu nombre Kanda!?—iba a seguir, pero un beso corto su rabieta, el japonés le había dejado sin aire, sus bocas estaban unidas, no había movimiento alguno, su beso era demasiado casto, ambas lenguas no se atrevían a intentar nada, simplemente estaban unidos, Lavi lo observaba atentamente con su ojo disponible, veía como Kanda apretaba fuertemente los parpados para evitar cualquier cobardía—…Kanda—se alejaron, el pelilargo le daba la espalda, cubriendo sus labios con el brazo.


No me llames así!...sabes que eres al único que le permito usar mi nombre…—dijo todavía sin mirar a ver al pelirrojo que se acercaba lentamente a él—…no seas tan idiota como para dejar hacerlo solo porque te lo pido—el samurái fue tirado al suelo rápidamente, no se lastimo por que le habían cubierto—oye!—al voltear sintió los labios del bookman junior sobre los suyos, lo dejo hacer, evitando resistirse a pesar de su orgullo que le impedía ser tan condescendiente.


Yu-chan, entonces no crees que soy molesto como dicen Lenalee y Allen?—lo abrazo, hundiéndose en su pecho, aliviando un poco el dolor que había experimentado en la tarde.


No te equivoques, si creo que eres molesto—el pelirrojo alzo el rostro, asustado por el comentario, a punto de alejarse—pero así me gustas baka usagui—le acaricio su revuelto cabello, mientras jalaba su rostro para recibir otro beso, metió su lengua con inseguridad, accediendo Lavi inmediatamente, se movía lento dentro de la cavidad ajena, sin saber exactamente qué hacer, el pelirrojo solo aceptaba sin tomarse la molestia de participar.


Pensé que no te gustaba nada de mí—dijo Lavi subiéndose en Kanda y poniendo los brazos alrededor de su cabeza—eso fue lo que dijiste, y también que cambiarias algo, pero nunca me lo has dicho.


Tsk, si serás idiota, no me gusta nada de ti, porque todo me fascina, cada parte  de tu personalidad es sumamente encantadora, natural y agradable—se volteaba para no verlo a los ojos—y lo que cambiaria…—se puso un poco rojo, molesto por la complicidad de luna con Lavi, que con su luz dejaba al descubierto sus rasgos.


Si?—Lavi e miraba intrigado


Ah…—suspiro, tratando de relajarse—…cambiaria tu patética inseguridad hacia nuestra relación, no puedo creer que ya llevemos dos meses saliendo y no confíes en mis sentimientos por ti—termino sintiéndose incomodo por el silencio de ambos—dime…por qué te sientes de esa forma usagui?—Lavi lo miraba sorprendido, como era posible que el espadachín fuera tan amable.


Porque no me has dejado hacértelo—Yu casi se ahoga con su propia saliva al escuchar semejante confesión de manera tan desvergonzada—tu me dijiste que eras virgen, pero sabes a la perfección que no te lastimaría, incluso te trataría mucho mejor al saber que tu primera experiencia es conmigo—le aseguro viendo como el japonés se ponía tan rojo como los cereza de los pasteles de Allen.


Idiota! Como dices algo como eso!!—quiso quitarlo de encima suyo, pero los labios de Lavi empezaron a jugar con su cuello, deteniéndolo en el acto—…de-de verdad estas así por eso?—Lavi asintió pasando sus manos por el cuerpo de Yu, delineándolo lentamente hasta sus piernas—si me hieres, juro por lo más sagrado que no volverás a acercarte a mí, entiendes?—lo sujeto del rostro para que lo viera a los ojos.


Yu-chan, si quieres que pare en algún momento solo dímelo, respetare hasta el más caprichoso de tus deseos—el bookman empezó a besar lentamente sus mejillas, lamia su rostro, mordiendo un poco la comisura de sus labios, normalmente dejaba que Kanda dominara, para que se sintiera más seguro, pero solo lograba la inconformidad de parte de ambos—Yu-chan, tienes que obedecerme si?, será lo mejor para ambos te lo aseguro—el kendoka acepto y se dejo caer en el pasto totalmente, dejándose a Lavi, era cierto que el pelirrojo poseía muchísima experiencia en ese ámbito, seguro sabía lo que estaba haciendo—Yu…no sabes cuánto desee este momento—desabrocho con habilidad el uniforme del japonés, sorprendiéndose el mismo del ansia que lo consumía ya hace meses, no se detuvo por la cara amedrentada de su acompañante, quitando los botones de su camisa blanca—…prefieres quedarte con la camisa Yu?—lo miro desde abajo, recorriendo su blanquecino pecho con la lengua.


…a-aja…—El samurái estaba muy lento para su propio gusto, pero él no sabía en lo absoluto lo que estaba haciendo, a penas si se había enterado semanas atrás en la biblioteca, lo que planeaba su pareja—ah…—suspiro al verlo jugar con sus tetillas, si quería continuar tendría que hacer algo mejor, acaricio el rostro de Lavi con una mano, levantándose un poco para acercarse a su rostro, mordió suavemente la oreja del bookman junior sacándole un suspiro.


Mi Yu-chan, si querías participar más solo tenias que decirlo…—jalo a Yu hasta ponerlo encima, sus manos estaban debajo de su camisa desabrochada incitándolo a recostarse sobre él, lo beso, introduciendo su lengua con algo de trabajo, jamás en su vida le había tocado ser el primero de alguien, pero no indicaba que no pudiera hacerlo—…Yu, como me prefieres, acostado o de pie?—se sentó tomando por los hombros a su cómplice que lo miraba confundido por la pregunta—…tu eres el que quiere ser más activo no?—una de sus cejas se levanto en busca de una respuesta.


…no es justo…—se sentó como en su cultura lo indicaba, con las piernas juntas y manos en ella, su espalda estaba derecha, pero su rostro estaba decaído, escondiendo sus ojos en el flequillo desacomodado—…yo no sé contestarte…decídelo tú—se hundió de hombros volteando el rostro, el no tener conocimiento lo dejaba desprotegido ante cualquier perversión de Lavi.


Yu-chan…—se sintió mal por ver a Yu tan sumiso, sabiendo que él no era de esa manera—…lo siento, yo quería me hicieras algo de sexo oral pero…—el japonés se sobresalto, sabía lo que significaba y le parecía imposible que le quisiera obligar a algo como eso—…no quiero que estés tan nervioso…—coloco su mano izquierda en el abdomen del samurái, acercándose a su oído—…te amo Yu…—susurro besándolo nuevamente, mientras su diestra soltaba la cabellera, acariciando sus dedos al caer.


Ahh!...que haces!?—la mano de Lavi se había puesto encima de su entrepierna, bajando el cierre y desabrochando su pantalón—Nngh!—el kendoka se mordió el labio inferior, deteniendo un gemido, el pelirrojo tocaba sus partes intimas sin pudor alguno, moviéndose suavemente, presionando de vez en vez—…ahg…Lavi…—se había recargado en su hombro, y sin darse cuenta se había sujetado de su espalda, buscando un apoyo en la calidez del cuerpo ajeno—…Lavi!...—sus piernas se empezaron abrir para dejar al ojiverde más espacio para explorar.


…arg Yu!...—la mano de Kanda se había colocado accidentalmente sobre la pierna de Lavi, muy cerca de su intimidad, sacándole un gruñido ronco por lo excitación que tenia, tener de esa forma al más difícil de la orden era una de las ideas que se colaba entre sus sabanas cada noche que soñaba con su novio—...ah! Yu!...—la mano inexperta de su pareja estaba sobre su hombría, imitando lo que él estaba haciendo, solamente había olvidado desabrochar su pantalón, ajustando de una forma deliciosa su virilidad contra  la mano no tan inocente.


Usagui!!—Kanda había caído, el bookman le había despojado de sus pantalones e interiores, desabrochado los  suyos y dejándolos hasta las rodilla—…q-qué haces!?—retrocedió sin levantarse sentándose lejos, Lavi se veía demasiado agitado, no desviaba la mirada de Kanda—…u-usagui…—Kanda no pudo virar la mirada de la erección de Lavi, sujetada por su mano, la expresión en su rostro había cambiado, se había transformado—NO!! Lavi!!, que estás haciendo!??—el pelirrojo le había sujetado las manos poniéndolo de nuevo bajo su peso—N-No!—le estaba abriendo las piernas colándose entre ellas.


Yu!! Por favor cálmate!!—le grito rozando su miembro en la entrada del pelinegro, el cuerpo bajo se removía con fuerza, pero logro mantenerlo controlado y sin poder soltarse, su propio miedo le había dejado sin fuerza, moviéndose demasiado pero erráticamente, empezó a hacer presión para penetrarlo—…te amo Yu…—su rostro giro al recibir una bofetada que lo  dejo marcado, caía en lo que estaba haciendo.


T-te odio…—las lagrimas del japonés empapaban su rostro, se veía asustado, temblaba completamente, pero sin desviar la mirada de la cara de su novio.


Yu-chan…—lo miro también con miedo en su cara, no podía creer que él realmente hubiese intentado forzarlo—…yo, lo siento Yu—se disculpo soltando la muñeca roja que todavía tenía presa en su mano—…lo lamento de verdad!—se levanto liberando el cuerpo que estaba sometiendo—…no quise hacerlo, en serio!—no recibía respuesta, solo veía al otro levantarse en busca de su ropa.


NO me toques!!—Aventó la mano que le había tocado el hombro—déjame en paz…estoy muy cansado—se vestía limpiándose primero las lagrimas, no quería verlo, se sentía demasiado débil para enfrentarse a cualquier discusión, no le había dado a Lavi lo que quería, si escuchaba cualquier reproche se desmoronaría en ese mismo lugar.


Yu-chan, no te vayas…—le siguió arrepentido después de haberse acomodado la ropa—no me dejes Yu…—demasiado tarde, el azabache se había marchado corriendo, dejándolo en la soledad absoluta.


 

Notas finales:

Igualmente gracias, sus comentarios hacen que siga con esta historia


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