Capítulo 4 – Amigos y Baños
Harry respiraba nervioso y sentía sus pies de gelatina, bajaba las escaleras automáticamente.
-Voy contigo.- La voz de su rubia tentación se hizo escuchar detrás suyo haciendo que el moreno por poco y trastabillara para atrás. Las rápidas manos del rubio lo sostuvieron, sonriéndole complacido de volver a tenerlo en sus brazos. Bajaron por las escaleras lentamente, aún reponiéndose de ese increíble beso que habían compartido minutos atrás. Draco esperaba poder repetirlo cuanto antes, pero primero tendrían que acudir al llamado del papá de Harry.
-¿Qué sucede p…? –las palabras murieron en sus labios al ver dentro del salón a sus tres mejores amigos. Soltándose del rubio, corrió hasta ellos y se abrazaron efusivamente sin ser conscientes de la mirada colérica de cierto rubio.
-No puedo creerlo... ¿qué hacéis aquí?-preguntó un emocionado Harry Potter.
Los chicos rieron.-Tu padre nos trajo para tu cumpleaños.-le contó Ron contento de poder ver a su mejor amigo de nuevo.
Harry rió contento y miró feliz a su papi. Nunca podría agradecerle lo suficiente el haberle hecho ese gran regalo. Un carraspeo detrás suyo le hizo recordar a la persona de la que venía acompañado.
-Chicos, quiero presentaros a alguien –se acercó al rubio y lo tomó de la mano, guiándolo hasta sus propios amigos -. Draco, ellos son Hermione, Ron y Neville, mis mejores amigos. Chicos, él es Draco Malfoy –miró de reojo a su padre con una sonrisa tímida y agregó -, alguien especial para mí.
Draco abrió mucho sus ojos y enrojeció un poco mirando de refilón a su papi, este sonreía junto al señor Potter.
-Bueno nosotros os dejamos.-Habló James divertido y abandonaron el comedor.
En cuanto se quedaron los cinco adolescentes solos, los recién llegados abordaron a los otros dos con todo tipo de preguntas. Sobre todo, querían estar seguros de que ese rubio era la persona adecuada para su moreno amigo, no permitirían que lo dañaran bajo ningún concepto.
-¿Estáis saliendo? –Hermione hizo la pregunta que a los otros dos les rondaba por la cabeza, pues lo había presentado como alguien especial pero ¿era su novio?
-No realmente… bueno… nosotros… -las mejillas del ojiverde estaban completamente rojas, no sabía como responder a sus amigos, pues ni él mismo tenía una respuesta convincente para esa pregunta. No estaban saliendo ¿verdad? Ese beso no había significado tanto… ¿o quizás si lo había hecho?
El Rubio tampoco sabía mucho que decir, si decía “si” capaz que el moreno se molestaba…
El ruido del timbre sonando incesantemente fue el salvador del momento.
Un fuerte portazo le siguió y de golpe un cabello moreno apareció por la puerta su cara era… bueno, uno no sabía si estaba enfadado o iba a vomitar.
-¿Theo? Que pa…-Draco fue cortado de golpe.
-¡¡Pansy ha tenido un accidente!!
El rubio se puso más pálido de lo que ya de por sí era, sujetando la mano del moreno a su lado con más fuerza de la debida, aunque éste no se quejara para no alterarle más de lo que parecía encontrarse.
-Draco… -el moreno tocó su hombro, moviéndolo levemente para captar su atención. Cuando esos hechizantes ojos grises se fijaron en él, sonrió suavemente –ve con ella, es tu amiga y te necesita.
El rubio no sabía como reaccionar, nunca habría esperado un acto así de nadie. Sin embargo, solo pudo devolverle la sonrisa y dejar un casto beso en sus labios antes de salir corriendo de la casa seguido del recién llegado.
Un chico de cabello y de ojos castaños, de esbelta figura pero sin parecer femenino, se había quedado mirando el lugar por el que se marchaban… nunca habría esperado encontrarlo allí. Mejor dicho, no esperaba volver a verlo.
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Blaise bufo.
-Solo a ti se te ocurre hacer esa estupidez.-se quejó el moreno a la chica tendida en la cama con un par de moratones en la cara y una mano y una pierna enyesadas.
-Era mi pañuelo favorito, me lo regaló mi padre cuando era pequeña-se quejó la morena.
-Podrías haber llamado a alguien con más habilidades en escalar árboles… sobretodo tan altos.-Pansy frunció el ceño.
Draco y Theo entraron de golpe en la habitación, al ver a la morena bien los dos respiraron tranquilos.
Draco se acercó a la camilla -¿Qué ha pasado?-la morena se hizo la despistada.
Y Blaise empezó a reírse -Está claro que Pansy no sirve para escalar árboles, no podrás seguir llamándole mona Theo.
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-Es una de las mejores amigas de Draco y... una compañera de clase.-explico Harry a sus amigos.
-¿Sólo eso? –la pregunta suspicaz de Hermione no hacía más que reflejar la duda de todos, pues parecía ser la única capaz de cuestionar a Harry de forma tan directa.
-No podemos dudar de eso, Mione, entró a un nuevo instituto… -Neville intentaba hacer que su amiga no lograra su cometido, que el moreno dudara del rubio.
-Bueno, esperemos que no haya sido nada grave, hemos venido por un cumpleaños no para preocuparnos –el pelirrojo siempre intentaba sacarle el lado bueno a cualquier situación.
Los otros tres asintieron antes de sentarse en el sofá y ponerse al día en lo que les había pasado en el tiempo que llevaban separados. Habían pasado muchas cosas o quizás no tantas, pero tenían que recuperar mucho tiempo.
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-¿Trepar árboles? –el rubio la miró con la ceja levantada, conteniendo la risa que pugnaba por salir. Sólo a su amiga se le podían ocurrir ese tipo de cosas.
La morena enrojeció-dejadlo ya ¿queréis?-rogó la chica.
Los chicos rieron, estuvieron un rato conversando hasta que el rubio decidió que lo mejor era irse a su casa tenia a un moreno en su casa que conquistar…si es que los amigos de este lo dejaban.
-Tengo que irme a casa chicos…
-¿Tan pronto? –La chica lo miró de forma interrogante, sin entender porque quería irse ya, hacía apenas media hora que había llegado –Quédate un poco más, no te dirán nada si no regresas temprano.
Theo miró al rubio con una ligera sonrisa, a pesar de haber entrado de forma tan brusca se había percatado de la situación con rapidez.
-Déjalo Pan, tiene que volver con su moreno –no pudo evitar reírse ante la cara de sorpresa de su amigo rubio.
-¿Cómo…? Blaise.-miró acusadoramente al chico a su derecha.
-¡Yo no he dicho nada!-se quejó el ojimarrón.
Theodore alzó sus ojos.-No hacía falta que me dijera nada, sólo de ver la cara que se te pone cuando lo miras.
No pudo evitar que sus mejillas se tornaran de un color más rosado, no había querido decirles nada a los demás para evitar burlas.
-Tienes que contarnos como ha pasado… ¿Qué tiene el chico para que hayas caído rendido? –la única chica del grupo trató de incorporarse para estar más cómoda en esa conversación que parecía avecinarse.
-Os lo contaré en otro momento, ahora… -su móvil empezó a sonar, apareciendo en la pantalla el número de su papi –Lo siento chicos, me llaman de casa.
Respondió con rapidez, para ver que es lo que pasaba y para que le necesitaban. No tardó ni cinco minutos en cortar la llamada y girarse nuevamente a sus amigos –Tengo que irme, nos vemos mañana y os cuento todo.
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-Bien Harry, genial, enserio te has enamorado del chico con el que compartirás casa, pero no sabes si el siente lo mismo por ti o solo quiere abrirte de piernas… ¿me equivoco?-preguntó Ron, Harry estaba rojo como un tomate… Ron era bruto diciendo esas cosas a veces.
-No me refería a eso Mione…solo que mírame...míranos somos diferentes…y sabéis mas que nadie como nos ve la gente…como desvían la mirada o se burlan de nosotros, y..no creo que él bueno ya sabes siendo de los tipos guays pueda en realidad sentir algo por mí, ¿y si sólo es una especie de apuesta o algo así?-eso no podían negarlo ninguno de ellos..
Ese fue el momento que Draco aprovechó para hacer su aparición, les había escuchado hablar y entendía bien las dudas de su hermoso moreno, pero iba a encargarse de que desaparecieran por completo. Jamás le usaría solo para relación de una noche.
-Los que se burlan de vosotros es porque no os conocen ni saben nada de vosotros –se acercó hasta el moreno, abrazándolo por la espalda y atrayéndolo hasta su propio pecho. No quería tenerlo lejos por nada, abrazarlo y sentirlo cerca era lo que necesitaba en ese momento.
-¿Acaso tú si sabes como somos? –el rubio miró al pelirrojo con una sonrisa divertida al tiempo que asentía con la cabeza –Si, claro…
-Sé que ser Gótico no es simplemente una moda o una forma de vestir, sino mucho más: pensamientos, creencias, formas de relacionarse… diferente al resto pero igual de válido que lo demás.
-Tú eras uno de esos que se reían de mí.-susurró el ojiverde, el rubio cerró sus ojos sin poder negarse.
-Lo sé…y no sabes lo que me arrepiento de ello, pero Harry, en este tiempo…me he enamorado de ti; me encanta tu forma de vestir y tus labios negros y ojos perfilados me excitan más que cualquier otra cosa… las uñas de negro te sienta increíble y adoro esos pantalones de cuero negro que te pones para esta por casa…me vuelven loco, incluso esa manía que tienes de tocarte el pelo y echártelo hacia atrás cuando estas nervioso o cuando apartas las espinacas de tu plato hacia un lado porque te dan asco o cuan…
-Vale, bien, creo que lo mejor es que nosotros salgamos por un rato.-Cortó Hermione de golpe, giró su mirada hacia el ojiverde que estaba paralizado procesando las cosas que le había dicho Draco.
-Harry, cariño, nos vemos después.-y arrastró a los otros dos fuera del cuarto dejando al rubio y al moreno dentro de la habitación.
-Y sobre eso de que no crees que yo pueda sentir algo por ti... o que hasta crees que podría ser una apuesta…no puedo obligarte a confiar en mi Harry si te soy sincero tampoco se a donde nos llevaría esto si empezáramos algo o si acabará o si no acabará no lo sé…pero yo estoy dispuesto a intentarlo…¿y tú? .-Harry miró al rubio con muchísimas dudas, no sabia que hacer, sabia que sentía algo por él pero…
-No… No lo sé.. yo… No, lo siento Draco, yo no puedo… Lo siento -susurró estranguladamente y se apartó del rubio corriendo hacia su habitación.
El rubio se quedó allí plantado, con mil ideas rondando su cabeza. Era evidente que Harry no se lo iba a poner fácil, tendría que encontrar la forma de conquistarle. Costase lo que costase, Harry Potter acabaría en sus brazos y, entonces, no lo dejaría ir jamás.
-No me importa tardar Harry, tengo mucha paciencia –una maliciosa sonrisa se instaló en sus labios, creía tener la forma perfecta de conquistarlo, hacerlo caer en sus brazos y atraparlo para siempre en sus redes.
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Neville Longgbotom miraba con nerviosismo la puerta por la que antes había entrado Theodore Nott , hacía cinco años que no lo veía pero lo habría reconocido en cualquier sitio…su primer amor, y su primer y único rechazo.
Habían ido juntos a clases de piano desde que tenían cinco años y al cumplir los diez había conseguido el valor para decirle lo que sentía... pero eso no sirvió de nada, fue rechazado al momento.
>>>>FLASHBACK>
Era una cálida tarde de mediados de marzo, las clases de piano estaban a punto de comenzar y un pequeño niño de 10 años, algo regordito y con cara demasiado inocente , esperaba delante de la puerta de entrada a la llegada de aquel que a su corta edad había capturado su infantil corazón.
Theodore Nott era un niño alto para su edad, a toda vista se notaba que le gustaba hacer deporte, aunque también era muy estudioso y siempre sacaba buenas notas. Era todo lo contrario a él, Neville era un niño más bien bajito, con algo de sobrepeso y que tenía problemas en algunas asignaturas.
A pesar de todas esas diferencias evidentes, ese día tenía intención de poner el corazón en las manos y declararse a su amor platónico. Retorciéndose los dedos y viendo que llegaban el resto de compañeros menos él, empezó a sentirse nervioso. Sin embargo, se armó de un valor que no tenía y, cuando le vio llegar, se puso frente a él.
-Hola… ¿po-podemos hablar? –su voz infantil se escuchaba temblorosa pero decidida, quería decirle lo que sentía y esperar a que su respuesta no fuera una negativa. Mirándole de refilón, Theo le asintió, curioso por saber que podría querer el chico gordito de la clase con él –Yo… qui-… -tomó aire para darse ánimos -¡¡ME GUSTAS!!
Todos alrededor empezaron a reírse, frases hirientes se escuchaban de fondo: “Estás gordo”, “No le gustas a nadie”, “¿Cómo se ha atrevido a confesarse el niño gordo a Nott?, y otras palabras más que empezaban a minar la voluntad del pequeño castaño. Estaba a punto de empezar a llorar cuando el otro niño respondió.
-No me interesas –la frialdad de las palabras del moreno no tenían nada que ver con lo que en su interior empezaba a reclamar, Había dañado a su dulce niño por culpa del que dirán, sólo esperaba poder remediarlo algún día. En ese momento, sólo podía ver a su niño marcharse con lágrimas en los ojos, con las risas del resto de niños como banda sonora de ese fatídico momento.
FIN FLASHBACK
Desde ese momento Neville no volvió nunca más a clase de piano y dejó de comer a causa de la depresión. Sus padres, asustados por él, ya que no quería salir de su habitación, intentaron de todo hasta que al fin decidieron mudarse e intentar que su hijo se animara en algún sitio donde nadie lo conociera. E hicieron bien, Neville poco a poco fue mejorando y en vez de apuntarse de nuevo a clases de piano, se apuntó a basket y empezó una pequeña dieta que dio sus frutos, hizo tres amigos maravillosos y un equipo de basket que lo adoraba.
Ahora, seis años después de aquello, había vuelto a verle. Lo había podido disimular bien, pero su corazón había vuelto a acelerarse con su sola presencia, estaba seguro de que sus mejillas se habían enrojecido a pesar de que sus amigos no le habían dicho nada. A pesar de los años y de aquel cruel rechazo, Neville Longbottom seguía perdida e irremediablemente enamorado de Theodore Nott.
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-¡¡Theodore necesito tu ayuda!! Tienes que venir… me da igual que estéis en medio de una partida de cartas… os necesito aquí conmigo chicos…si… si vale, os espero. -Draco colgó el teléfono y suspiró, necesitaba a Theo y a Blaise ahí con él, estaba muy nervioso y necesitaba consejos…él no estaba acostumbrado a conquistar a nadie, nunca le había hecho falta, siempre venían a él no a la inversa.
Unos 10 minutos después de haber terminado la llamada, la puerta se abrió dejando entrar a los requeridos por el rubio. Blaise lo miraba con el ceño fruncido, molesto porque le hubieran interrumpido durante la partida semanal de cartas que él y Theo tenían con otros compañeros, a los que solían desplumar sin mucho esfuerzo y sin ningún remordimiento; más le valía al rubio impaciente tener una buena excusa para tal agravio.
-¿Qué diablos te pasa ahora? ¿Se te rompió una uña? –a leguas se notaba su enojo, que fuera su amigo no implicaba tratarle como si fuera un bebé y no echarle las cosas en cara –Estábamos a punto de desplumar a unos idiotas de nuestra clase.
-Harry cree que quiero estar con él por una apuesta o algo y me ha rechazado…-soltó de golpe, haciendo que Blaise cerrara la boca.-No se cree que alguien como yo pueda sentir nada por alguien como él… “sus palabras” no las mías.
-Bueno, por un lado es normal Draco, al principio nos metíamos con él y, bueno, no lo veo raro.-intentó razonar Theodore.
-Lo sé, sé eso y entiendo, pero necesito conquistarlo y hacerle ver que esto no es una broma… y aparte, ahora sus amigos están aquí, han venido unos días para estar con él… y creo que tampoco me creen…no sé chicos os necesito.
Ambos amigos asintieron, le ayudarían a conseguir al esquivo moreno a como diese lugar, era lo que su amigo más deseaba y jamás le habían visto así por nadie. Si iba en serio con Potter, ellos estarían allí para apoyarle en todo momento.
Empezaban a plantear diferentes estrategias para que el moreno cayera ante Draco, algunas parecían lógicas, otras, en cambio, eran auténticas estupideces. Los tres apreciaban esos momentos juntos, aunque faltara la única chica del grupo. Aprovechando que el rubio fue a por unas bebidas, Blaise se levantó.
-Voy al baño, ahora vuelvo –salió del salón en el que se habían instalado y subió las escaleras, se conocía esa casa como si fuese la suya propia o mejor. Al llegar frente a la puerta, la abrió sin tan siquiera llamar, quedándose estático ante la imagen que se presentaba ante sus ojos. Un chico pelirrojo, una cabeza más alto que él y con un cuerpo de infarto, acababa de salir de la ducha y tan sólo lo cubría una diminuta toalla que apenas dejaba nada a la imaginación.
Ron se quedó paralizado dos segundos hasta que comprendió.-¡Sal de aquí! –Blaise salió de su ensoñación y se dio la vuelta tan rápidamente que trastabillo y se calló al suelo de morros.
-Mierda-se quejó éste al sentir el dolor en la cara, de su labio salía un pequeño río de sangre, haciendo ver que se había partido el labio.
-Oh! Joder ¿estás bien?-preguntó preocupado Ron, y sin darse cuenta soltó la toalla y se acercó al chico en el suelo, aún sujetándose la boca. Blaise se giró para responderle, sonrojándose hasta las puntas del cabello ante la visión que tenía delante. Dificultosamente, se levantó y salió corriendo hacia el salón en el que le esperaban sus amigos, con las mejillas arreboladas, la respiración agitada y sangre aún saliendo de su labio.
¿Quién era ese Adonis y de dónde había salido? Tenía que averiguarlo, aunque si estaba en casa de su amigo… No tardó en atar cabos: ¡¡era uno de los amigos de Potter!! Sus mejillas ardieron más si cabía, sin poder borrar tan perfecta imagen de su mente.
Un sonoro portazo se hizo escuchar en la habitación de Draco Malfoy cuando un ensangrentado y desaliñado Blaise Zabini entró corriendo por la puerta, haciendo que los dos en ella se asustaran al ver la condición de su amigo.
-Blaise ¿qué coño te ha pasado?-preguntó preocupado el rubio. Era una suerte que siempre tuviera un botiquín de primeros auxilios a mano, sobre todo por lo torpe que era a veces su amigo, el mismo que ahora parecía tener un labio partido y un buen susto en el cuerpo.
-Acabo de… ¿conocer? al amigo pelirrojo de tu chico de ojos verdes –sus mejillas seguían rojas, pues la “interesante” visión que había tenido de dicho chico no se le terminaba de borrar de la cabeza -. Ha sido un accidente, por evitar una situación bochornosa me he caído –ahora el rubor parecía ser más por lo vergonzoso de su caída que por haber visto totalmente desnudo al amigo de Potter.
Un golpe en la puerta les hizo girarse hacia ella.-Ey escucha ¿te has echo mucho daño?-Ron preguntó aún fuera sin entrar, Blaise se tensó.
-¡Estoy bien!-gritó desde dentro.
-¿Estás seguro? Eso habría que curarlo... te has dado bastante fuerte.-sonó de nuevo la voz del pelirrojo desde fuera de la habitación.
Neville Longbottom escuchó unos gritos procedentes del pasillo y al girar se encontró a Ron hablándole a una puerta…y esta respondiéndole.-¿Qué pasa Ron?-le preguntó al estar a su lado, cuando de golpe la puerta se abrió, revelando a Theodore Nott.
Continuara….
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