Uyruu lo miró... sus ojos se humedecieron, y, entre lágrimas, dijo:
- Me gustas mucho... me gustas mucho, Sado... no soportaba más, ¡tenía que decírtelo!
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Ichigo Kurosaki, estaba recostado en su cama... escuchando música, cuando un extraño pensamiento le invadió:
<Quiero ver a Ishida>
- ¡¿Qué diablos estoy diciendo?!... no tengo por qué querer eso, yo e Ishida sólo somos amigos... nada más. ¿Me oyes? Nada más...
Sin embargo, se levantó, se vistió y silenciosamente salió de su casa... a buscar a Uryuu a su casa... sólo quería verlo, nada más...
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Sado se quedó ahí parado, impactado por lo que Ishida le había confesado... esto se parecía tanto a lo que había soñado la noche anterior...
- Eh, Sado... di algo. Me siento mal por decírtelo, por favor di algo... ¡lo que sea!
- Yo también...
- ¿Qué?
- Yo... te deseo, Ishida... te deseo con todas mis fuerzas... no dejo de pensar en ti.
Sus miradas se quedaron unidas, observándose el uno al otro, por unos minutos... sin que ninguno dijese nada. No, no necesitaban decir nada... sólo...
Sado se lanzó salvajemente sobre Ishida, lo llevó cargado en su hombro hasta la cama... y ahí lo tiró. Le quitó la ropa a Ishida, no, la desgarró con fuerza... había deseado poseer ese cuerpo por tanto tiempo... a su vez, Uryuu sólo quería entregar su cuerpo a ese hombre tan musculoso y atractivo. Quería ser suyo... sin importar lo demás.
- Hazme tuyo... Sado... mi cuerpo... es... tuyo...
Sado lo besaba, mordía su cuello... ambos recorrían sus cuerpos desnudos con las manos, entre los gemidos de Ishida y los forcejeos de Sado... pronto sus lenguas empezaron a jugar mientras Uryuu estaba cada vez más complacido, su miembro se endurecía al borde del orgasmo... se sentía en el cielo. Entre las sábanas, Sado abrazaba a Ishida mientras con las manos le rasguñaba la espalda.
<Ah... esto... no terminará, nunca... me siento, tan... aah...>
- ¡Te amo, Sado! ¡Mi cuerpo es tuyo!
Sado se detuvo... apretó a Uryuu contra su cuerpo con fuerza. Quería estar así un rato... quietos, abrazados... sentir el cuerpo sudoroso de Ishida tocar el suyo.
- Sado.. yo...
- Shh...
No necesitaban palabras, ellos lo sabían... sus cuerpos tenían su propio lenguaje, las palabras sobraban... Ishida empezó suavemente a morder un pezón de Sado, mientras lo rozaba con su lengua... él no pudo reprimir un gemido de placer...
- No seas tan fácil Uryuu... dame acción... eso me excita aún más... lo sabes...
Ishida intentó zafarse de Sado, casi lo logra. Estaba por alcanzar la manilla de la puerta cuando Sado lo abordó por detrás mientras lo empujaba contra la pared, mientras le ataba las manos... Uryuu intentó huir inútilmente. Sado lo dio vuelta y lo empezó a besar salvajemente. Su presa intentó gritar pero él seguía... lo agarró y lo empujó contra la cama. Ishida pugnaba por liberarse de las garras de su captor... porque le gustaba. Cuando Sado logró ponerlo en la posición que quería... se puso a horcajadas sobre su presa mientras con una mano le tapaba la boca. Uryuu ya no podía escapar... no, no quería escapar... sabía lo que su captor haría ahora. Era lo que esperaba... lo que deseaba...
Sado mordió los pezones de Ishida... pasó su lengua por su torso desnudo... recorrió con ella su pecho hasta llegar a la hebilla de su cinturón. Se lo quitó y con él inmovilizó sus brazos... Uryuu ahogaba sus gemidos bajo la mano de Sado. Sabía que ahora...
Sado, con la otra mano empezó a bajarle los pantalones... luego su ropa interior... descubrió el miembro de su presa. Sonrió con malicia... se inclinó... Ishida podía sentir la respiración de Sado sobre su miembro ya erecto. Intentó zafarse, era demasiada excitación... estaba extasiado, era... ¡genial!. El moreno se acostó sobre Uryuu... con sus cuerpos en un contacto total... lo desató, y se abrazaron mientras se masturbaban mutuamente por el roce... Ishida rasguñaba desesperado la espalda del sensual moreno, se sentía en las nubes, nunca se había sentido tan bien... lo besaba y sus lenguas se acariciaban... ya nadie podría impedir la realización de su amor.
Nadie...