Corazones Endemoniados.
Capitulo 2:
No te vallas.
el joven conde se sentó en su oficina esperando que alguna respuesta clara le venga a la mente del “porque” que sebastian actuaba raro…hay veces en la que se veía triste y distraído, eso hacía que Ciel se enfureciera. Quería saber con mucho deseo el porqué Sebastian estaba así.
Pasaron las horas y se veía que Ciel seguía pensando en eso. Hasta que algo paso, empezó a escuchar risas….risas de un niño pequeño. Se levanto de su asiento y tomo rumbo a donde se escuchaban esas risas. Llego a su destino y pudo observar a Sebastian.
-Sebaas-….- Si, era Sebastian y no estaba solo…con él estaba un niño que no pasaba los 14 años de edad, debía de medir entre 1,57 a 1,59, sus ojos tenían un hermoso color verde agua, que a Ciel le gustaron hasta tal punto en tener Celos por sus hermosos ojos. Delgado y muy fino de rostro. Bastante…lindo…dijo entre tantos de los pensamientos que le venían en su mente como por ejemplo: “Que hacia Sebastian con ese niño?”, “Porque Sebastian le sonreía de una manera hermosa a el? Y porque no a mi?”. Nuestro pequeño y hermoso conde tenía celos, Celos de ese chico que captaba la atención de Sebastian.
Ciel estaba hundido en sus pensamientos, no sabía si hablar, o salir corriendo.
-Bochan?- Escucho una voz, era la de Sebastian. Ciel reacciono y lo miro con seriedad.
-E-es mejor…que me valla Sebastian…- aquel niño salió corriendo al ver la expresión en el rostro de Ciel.
-Bochan, que hace aquí? No debería de estar firmando los papeles que tiene pendiente?- Se acerco al Conde, y este volvió a reaccionar dando unos pequeños pasos para atrás.
-Me aburrí de estar toda la tarde firmando papeles- dijo lo más serio que pudo, tratando de no preguntarle quien era ese chico ya que su orgullo se lo impedía.
Sebastian suspiro.
-Bochan, no tiene que despreocuparse así de sus deberes.- en su rostro se formo una pequeña sonrisa, esa sonrisa que hacía que al pequeño “Bochan” se estremeciera. –Venga, vamos a su oficina-
Ciel ya no podía mas, tenía que saber quién era ese niño, al diablo su orgullo. Sebastian era mucho mas importante que eso...
-Sebastian, quien era ese chi-…-
-Bochan tengo algo que decirle hoy…lo espero a las 5 de la tarde en el patio- Interrumpió a Ciel con un tono frio, cosa que no le gusto mucho a el conde.
-O-ok…-
Eran las 4:32 pm Ciel estaba nervioso por lo que le iva a decir sebastian a las 5
“Bochan tengo algo que decirle hoy…lo espero a las 5 de la tarde en el patio”
Algo no le gustaba, estaba seguro que iba a pasar algo que no le agradaría demasiado. Volvió a mirar la hora y seguían marcando las 4:32 pm. Se le hacía eterno esperar, ya no podía mas su corazón se partía cada vez que miraba el reloj. Hasta que se paró a pensar…en el porqué le importaba tanto lo que le diría Sebastian.
Porque me importa tanto? No es cosa de vida o muerte lo que me dirá… porque sentiré este dolor dentro de mi corazón? Tengo el gran presentimiento que algo extraño pasara.
Era la hora. Ciel fue corriendo al patio. Al llegar ahí, pudo observar a su mayordomo que miraba al Cielo con expresión de melancolía.
-Sebastian, llegue. Dime lo que me tienes que decir-
-Sientese Bochan- Sebastian se sentó en una banca que se encontraba detrás suyo, y con sus manos izo un gesto de “Siéntate aquí”.
Ciel se sento junto a Sebastian, mirándolo y esperando que hablara. Pasaron los segundos y Ciel seguía esperando por la respuesta de Sebastian- y bien?-
-Bochan…yo- levanto la mirada hacia los ojos de Ciel. –Bochan…yo me tengo que ir-
Ciel lo miro con expresión de no entender lo que Sebastian avía dicho. –A-adonde?-
-Me voy para siempre Bochan…ya no puedo estar más con usted-
Ciel quedo sin palabras, como una piedra, no sabía en qué pensar o decir… hasta que despertó.
-N-no te puedes ir, tenemos un contrato-
-Eso…lo se pero,no puedo seguir con usted-
-¡¿y porque no?!- Reclamo Ciel.
-Porque…- bajo la Mirada. –Hice algo que no tenía que hacer…
-Q-que hiciste?-
-Enamorarme de un Humano.- Dijo Sebastian con un tono Serio.
-De quien?- Dijo Ciel con el mismo tono que sebastian.
-De usted, Bochan-
Ciel abrió los ojos sorprendido. Otra vez no sabía que decir, muchos pensamientos pasaron por su mente y lo hacían pensar como debía.
-d-de mi?-
-Si bochan, yo a usted lo Amo- Sebastian le dedico otra de sus hermosas sonrisas. –ese es el porqué de la cual tengo que marcharme Bochan-
-No te puedes ir Sebastian, te lo ordeno- Dijo Ciel ya casi al borde de las lagrimas. –NO PUEDES SEBASTIAN!-
Sebastian le quedo mirando triste. No quería dejar a su Amo, su pequeño…en verdad no quería dejarlo. Se acerco y acaricio el fino y suave rostro de Ciel en forma de ternura –Lo siento Bochan…pero tengo que marcharme.
-y…cuando te vas?-
-Hoy…a las 9:00- dejo de acariciar el rostro de ciel.
-Porque tan rápido?!-
-porque así debe de ser…Bochan- beso la frente de Ciel- ire a preparar todas las cosas para poder marcharme tranquilo- Se levanto de la banca en donde estaba sentando y camino lentamente a la mansión.
-e-espera!- dijo Ciel agarrándole la chaqueta a Sebastian por detrás. –v-volverás…verdad?-
Sebastian le quedo mirando sorprendido. –Haré todo lo posible para volver Bochan. – Sebastian mostro otra de sus hermosas sonrisas. A la cual Ciel no tuvo más remedio que devolverle con una Tierna sonrisa.
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