Después de aquella conversación, Sanada, comenzó a sentirse mejor, ya que puedo sacarse todo el dolor que sentía por dentro. Sin embargo, el no se sentía al cien por ciento satisfecho, dado que el también quería saber el motivo que condujo a Yukimura a convertirse en mafioso y así que con su interés al máximo sobre aquel tema, lo llevó acercarse al peliazul para preguntarle.
-¿Qué te llevo a hacerte mafioso?- pregunta Sanada con demasiado interés sobre el tema.
- Un secuestro- dice Seiichi con un deje de tristeza a la vez que su mirada pasa de ser seria a melancólica.
- ¿Qué paso?- cuestiona Genichirou con algo de preocupación por el otro chico.
- Esto paso hace siete años atrás - dice Yukimura a la vez que sube su mirada para ver a los ojos al pelinegro.
Flash Back
En ese año, yo vivía con mis padres y hermanita menor a la cual quise demasiado; era la niña de mis ojos. Todos los días jugaba con ella cuando regresaba de la preparatoria hasta que se quedaba dormida en mis brazos, como un bello angelito.
Ese mes yo me graduaría de la preparatoria y sólo faltaban cuatro días cuando sucedió lo más horrible que me haya podido ocurrir en esta vida y te juro que no se lo deseo a nadie.
Aquel día yo había sacado a mi hermana de tan solo ocho meses de edad, a dar un paseo por el parque, ya que el día estaba hermoso y fresco, perfecto para salir a caminar. En aquella salida mi caminar con mi nena en su coche, fue muy tranquilo, hasta que llegamos a los juegos de un parque; yo la baje del carrito y la puse en el arenero para que jugara un ratito.
Luego de dejarla ahí, me senté en una banca que quedaba al frente del arenero, para vigilarla y cuidarla. Hasta que pasa muy cerca de mí el heladero; yo pensé, "qué rico helado", así que me pare para comprar dos helados, uno para mí y el otro para mi bebita.
Después que los compré, me regrese a ver mi hermana, pero cuando mire, ella no estaba sino que un hombre vestido de negro se la estaba llevando, yo tiré los helados y salí corriendo detrás de ese tipo para que me la devolviera. Sin embargo, él era mas rápido que mi persona y cuando llegue al final del parque, él ya se había subido a un auto que lo estaba esperado, con él a dentro, partió a toda velocidad y yo no pude hacer nada para impedirlo.
A las horas después, regresé a mi casa. No había regresado en el mismo momento de que eso pasara, ya que me sentía como el peor ser sobre la tierra; lo único que podía hacer era llorar hasta que calmarme, tome valor y puede regresar a mi hogar. Conté a mis padres lo ocurrido, mi madre rompió en llanto y mi padre se saco su cinturón con el cual me golpeó varias veces hasta que mi abuela intervino o sino yo no estaría aquí ahora.
Luego que mi padre se calmara, me mando castigado a mi habitación y llamó a la policía para que comenzaran con la búsqueda de mi hermana. Mientras que yo lo único que podía hacer era llorar, no por los golpes recibidos anteriormente sino por la falta que me hacia mi nena.
Después de haber derramado todas mis lágrimas, comenzó a sonar mi celular; la verdad no tenía muchas ganas de hablar, pero aún así tomé el aparato y lo contesté.
- Aló- dice Yukimura a contestar su móvil.
- ¿Hablo con Yukimura Seiichi?- pregunta un hombre desconocido al otro lado de la línea.
- Sí, ¿con quién hablo?- interroga Seiichi confundido, al escuchar su nombre en la voz de alguien que no conocía.
- Atobe Keigo- dice el joven quien estaba realizando la llamada telefónica.
- ¿A qué debo su llamado?- cuestiona el ojiazul desorientado cada vez mas.
- Yo tengo a tu hermanita- sonriendo burlonamente.
- Devuélvemela, maldito ladrón- grita Yukimura molesto.
- No tan rápido. Si la quieres sana y salva, deberás trabajar para mi por diez años, si no despídete de ella y para siempre- menciona Atobe amenazadoramente.
- ¿Qué debo hacer?- pregunta Seiichi con temor pero a la vez cierra su puño con rabia.
- Serás uno de mis jefes de la mafia, ¿aceptas o no?- Presionándolo con su respuesta.
- Acepto- dice el ojiazul a la vez que suspira en forma de derrota.
- Bien, te veré mañana, a las diez de la mañana, en el muelle de Kanagawa-Ordena Atobe a la vez con sonríe triunfante y corta la llamada.
Yo no dije nada, solo corté la llamada, tomé fuerzas de donde pude; saqué una maleta y eché casi todas mis cosas, ya que si me iba hacer mafioso, no tendría el suficiente valor para ver las caras de mis padres. Así que, esperé a que llegaran las dos de la madrugada y me fui de casa hacia el muelle, en donde pase la noche hasta que llegara la hora de mi junta, la cual fue un éxito y ahora llevo seis años haciendo este maldito trabajo.
Fin de Flash Back
- Qué horrible lo que te pasó- menciona Sanada a la vez que pone una de sus manos en el hombro de Yukimura, quien no dice nada solo asiente con la cabeza.
- ¿Quieres recuperar a tu hermana?- pregunta Genichirou con interés.
- Sí, más que nada en esta vida- dice Seiichi con una mirada llena de ilusión y esperanza.
- Yo, conozco una forma de hacerlo- manifiesta el pelinegro con seguridad en sus palabras.
- Dímela- Ordena el peliazul con un tono de que si no me dices te mato.
- Primero que nada debes declarar en forma escrita en contra de ese desgraciado y enviarla a la jefatura de la policía- dice Sanada en forma de ordenando enérgicamente.
- Pero, si hago eso yo también iré preso- Asustado.
- No, porque colaboraste con ella y se te dará la protección de testigos y si lo deseas los dos podemos ir a rescatar a tu hermana y llevarlo preso sólo a el- Argumentando con seriedad.
- Claro que quiero, ahora mismo comenzare a escribir- Animado.
Y así, Seiichi comienza a escribir su declaración, mientras que Sanada sonríe, ya que dentro muy pronto no sólo él y Yukimura sino también Tezuka y Fuji podrían cobrarle a Atobe, sus tan merecidas venganzas.
CONTINUARA