Los días pasaron muy rápido, la fecha de la fiesta llegó; estoy muy ansioso de ver a Kiku, pero a la vez nervioso por la presencia de Arthur y Francis en mi casa.
Compre varias cosas que podían disfrutar los invitados: Cervezas, refrescos, pero no podía olvidar muchas botellas de distintos tipos de alcoholes, más las que se juntaran con los invitados. Va ser la fiesta del año, eso es un hecho.
Matthew sigue insistiendo que no fue buena idea que invitara a toda la escuela, que nuestra casa no es tan grande como la de Yao, además que va ser muy difícil limpiar y demás detalles que no le tomo mucha importancia. Apenas son las 7 de la noche, todavía tienes muchas horas para llegar.
La música mas popular esta a todo volumen, mientras el timbre suena y los invitados comienzan a llegar pero son alumnos extras, no es al lindo Kiku, a quien espero con tanta ansia.
Los chavos siguen llegando, pero ningún rastro interesante del bello japonés o alguno de sus amigos para preguntar por él.
Ya había pasado hora y media, cuando llegaron Arthur, Francis, Antonio, Gilbert y un niño castaño, se ven muy animados.
- Bienvenidos, pasen-. Les digo en cuanto los veo.
- Gracias Alfred-. Dijo Arthur tímidamente mientras agarraba la mano de Francis, quien solo entro a mi casa sonriendo.
- Gracias-. Dijo Antonio quien agarraba al chico castaño, quien me veía con una mirada muy poco nice.
Por último pasaba Gilbert, su otro compinche quien traía en unas bolsas varias botellas, sabía que iban a venir, lo bueno es que Matt guardo todo lo que podría romperse.
Me siento algo triste de ver a mi ex siguiendo su vida muy tranquilo y yo sufriendo pero eso esta noche se va acabar, eso es un hecho.
Estaba a punto de cerrar la puerta pero una dulce voz me detuvo
- Alfred-san buenas noches-. Escuché e inmediatamente voltee hacia donde sonó esa voz.
- Kiku, viniste y con todos tus amigos, pasen sean bienvenidos-. Agarro al pelinegro del brazo, mientras sus amigos entran con él a mi hogar.
- Ahí hay botanas, por ahí están las cervezas, los refrescos y demás botellas por si gustan-. Continuo mientras les muestro parte de la casa.
- Yuppy, comida-. Grita el amigo de Kiku, mientras corre hacia la mesa.
Su amigo Ludwig y Roderich iban tras el chico, dándome chance de quedarme un rato a solas con Kiku.
- Discúlpalo Alfred, Feliciano siempre se emociona en las fiestas, muchas gracias por invitarnos.- Me dijo, no puede evitar querer comérmelo a besos.
- De nada, Kiku. Ven, vamos a divertirnos-. En eso lo tomo de la mano y me lo llevo a bailar.
El tiempo se detiene, casi no escucho la letra del hit del momento “Applause” de Lady Gaga, solo tengo ojos para ver a Kiku, quien apenas se mueven, lo hace de modo tierno, lindo y muy tímidamente.
“Es ahora o nunca”, me empiezo a acercar a Kiku, él se comienza a detener, está muy nervioso, tomo su mentón muy lentamente y posiciono mis labios sobre los suyos, es mágica la sensación de su boca que roza la mía, me separo de él.
El japonés está totalmente sonrojado, me siento mal, tal vez no le gusto el beso que le di.
- Lo siento Kiku, no quise molestarte-. Le dije.
- No te preocupes Alfred, me gusto, solo me sorprendí-. Me dice aun más sonrojado.
- ¿En serio?-. Le pregunte, no puede evitar alegrarme y Kiku solo asintió con su cabeza-. Entonces sígueme-. Le dije dejamos la pista de baile, que era la planta baja de mi casa y nos dirigimos hacia un pequeño closet cerca de mi cocina.
Pero en cuanto llegamos me lleve una gran sorpresa…