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World School por yaoigirlxxx01

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Notas del capitulo:

Espero que les guste este nuevo capítulo.

 

No puedo evitar sentirme furioso, lo que le hizo Antonio a Roderich, no tiene nombre y estaba a punto de hacerlo con Lovino, por ello me puse a buscarlo por toda la casa de Alfred. Lo bueno es que Gilbert estaba cuidando a Feliciano, mientras Kiku seguía con el anfitrión y mi liebe intentando alcanzarme.

Después de algunas vueltas por el lugar, logre dar con el español, quien se encontraba con Lovino tomando unos tragos, sin pensarlo; lo tomo del brazo izquierdo y lo alejo del italiano, para golpearlo en la cara.

Antonio cae al piso, mientras continuo golpeándolo, siento como Francis intenta detenerme, pero sus esfuerzos son inútiles, pues de un codazo lo mando bastante lejos.

-       Ya déjalo, “Macho Patatas”.-. Me grita Lovino, intentando detener la golpiza que se está llevando el español.

-       No te metas, este tipejo, intento propasarse con mi novio, no lo conoces. Es más, te estoy haciendo un favor.-. Me limitó a responderle.

-       Pues déjame, además ni que fueras mi amigo.-. Me gritó, en lo que proseguía a ayudar a Antonio.

-       Ya déjalo, Lud.-. Dijo mi novio, quien ya me había alcanzado.

-       Solo quería molestar al “señorito” y desquitarme de todas las que me ha hecho.-. Comenzó a explicarse Antonio, mientras detenía el flujo de sangre que salía de su nariz.

En eso llegó Alfred para romper la tensión diciendo que no pasaba nada, que fueran a la sala a comer las hamburguesas que había ordenado para la fiesta, pues había como 20 jóvenes viendo el espectáculo que estaba armando; entre ellos se encontraban: Yao, Ivan y Arthur quien corrió a ayudar a Francis.

-       ¿Qué te hecho?.-. Pregunto Roderich al español, al ver como los jóvenes empezaban a dirigirse a comer.

-       Por tu culpa, casi repruebo el año y….-. Comenzó a responder Antonio, sin embargo Lovino empezó a llevárselo de ahí, no sin antes volverme a decir.

-       Déjennos en paz, no se metan con otros.-

Y ambos, nos dejaron a Roderich y a mí, solos.

-       Lud, lo mejor es irnos, vamos a buscar a los chicos y salgamos de aquí, ya fue demasiada emoción por un día.-. Empieza a decirme mi bello austriaco.

-       Si, vámonos.-. Le respondí, mientras le di un beso en su mejilla.

Después empezamos a buscar Feliciano y a Kiku, para podernos ir, lo de Lovino decidí dejarlo así, que sea él vea como es Antonio en realidad, sin embargo; no puedo evitar pensar en lo idiota que puede llegar a ser.

Vi como Kiku, se encontraba muy a gusto con Alfred, le comenté que me iba a retirar de la fiesta, si gustaba podíamos dejarlo en su casa, sin embargo, me comentó que le prometió al americano que iba a ayudarlo a limpiar su casa, en cuanto se acabará el festejo, así que se lo encargué al rubio y continué buscando a mi otro amigo.

Después de algunos minutos, encontramos a Feliciano platicando muy animadamente con mi hermano, lo curioso es que no se movieron durante todo mi problema con Antonio, Gilbert es el primero en ir a ver todo el chisme,  sin embargo estaba de lo más tranquilo con mi amigo.

Me acerque a ellos para comentarles que ya nos íbamos a ir, pero Gilbert me dijo, que él se quedaba y que llevaría a Feliciano a su casa, que no me preocupara y mi amigo dijo que estaba bien, que me fuera tranquilo.

No pude evitar sorprenderme, Feliciano no estaba llorando porque me iba, ni diciendo “otros cinco minutos”, es agrandable ver que está madurando, al igual que mi hermano, de quien me espere un comentario tipo, “Bruher, estar de niñero no es nada awesome”. Y decidí darles el beneficio de la duda y los deje solos.

Ya afuera de la casa de Alfred, note que Roderich seguía tenso con todo lo ocurrido con Antonio, por lo que decidí intentar animarlo, al final de todo era temprano.

-       Amor, acabó de notar que son las 11:40 de la noche y que estuvimos como dos horas y media en casa de Alfred. ¿Quieres ir a otro sitio?.-. Me animé a preguntarle.

-       Suena lindo, pero, ¿A dónde podernos ir?.-. Me pregunto algo decaído.

-       Mmmm, ya se. No es lejos de aquí, se que han sido demasiadas emociones para una noche, pero creó conocer un lugar. Solo debemos ir a mi casa a recoger el auto de mi papá.-. Le propongo.

-       Si, la verdad es que no quiero caminar hasta mi casa, no es muy lejos, pero me duelen algo lo pies.-. Me contesta apenado.

Después de dirigirnos a mi hogar, le dije a mi liebe que esperará en la entrada de mi hogar, mientras yo iba por el coche y otras cosas, afortunadamente para mí, mis padres estaban dormidos, es la primera vez que tomaba el automóvil sin su permiso y no quería mentirles, así que opte por el dicho de Gilbert: “Mejor pedir perdón, que pedir permiso”.

Pasaron unos 10 minutos e íbamos rumbo a un mirador que se encontraba a las afueras de nuestra ciudad. Roderich continuaba decaído, por lo que intento levantarle los ánimos.

-       Amor, ¿Puedes adivinar a donde nos dirigimos?.-. Le preguntó.

-       No, esta parte de la cuidad, no la conozco.-. Responde.

-       Vamos al mirador del amor eterno, se encuentra a las afueras de la ciudad-. Le comienzo a contar.-. Dice que hay un pequeño mito, que dice: “Si vas con tu pareja, y está es tu amor verdadero, que serán felices para siempre, pero que si, su amor no es verdadero, terminarán en menos de 10 días”.

-       Suena muy agridulce, ¿Por qué nos dirigimos hacia allá?.-. Pregunta Roderich.

-       Por todo lo vivido esta noche, se que somos el uno para el otro. Solo quiero mostrarte la vista, porque no tengo ninguna duda de que eres el amor de mi vida.-. Le digo.

-       Y tú el mio, Lud.  Yo te amo.-. Me dice mi novio.

Llegamos al mirador, estamos solos, la  vista maravilla a Roderich, quien sonríe al ver las luces de la ciudad, parecen destellos y cuando levanta la vista, no puede evitar maravillase por las estrellas, son muy pocas las veces que uno puede disfrutar de ellas. Ambos nos encontramos abrazados afuera del auto, no emitimos ningún sonido. No dejo de admirar el rostro de mi Liebe, sus hermosos ojos color violeta, el bello mechón que sobresale de su sedosa cabellera,  también su lunar en su rostro, se ve perfecto. No puedo evitar pensar en lo afortunado que soy por tener tan bello novio.

Y no solo es su apariencia física hermosa, sino también en el interior; es alguien tranquilo, educado, risueño, sin olvidar encantador y perseverante.

No puedo soportarlo y te doy un beso, rodeo tu cintura con mis brazo izquierdo y con el derecho tomó tu nuca, mientras tú rodeas mi cuello con tus brazos.

-       Debemos entrar al auto, está empezando a bajar la temperatura-.- Digo al romper el beso.

Entramos a la parte trasera del vehículo, donde continuamos besándonos y sin querer comenzamos a quitarnos la ropa, las gabardinas salieron volando y nuestras camisas, deposito a Roderich en el asiento y me posiciono arriba de él.

Comienzo a estimular sus pezones, mi liebe se retuerce, lo veo sonrojarse y con sus anteojos, ligeramente desacomodados y no puedo evitar excitarme, verlo así.

Comienzo a desabrocharle el pantalón, mientras le acaricio la entrepierna.

-       Meine Liebe, ¿Quieres continuar?-.- Le pregunto, no quiero presionarlo.

-       Sí, pero déjame hacer algo primero.-. Responde muy bajito.

Roderich se incorpora y se pone su rostro cerca de mi pantalón, lo desabrocha y me baja el bóxer, y comienza a lamer mi pene como si fuera una paleta, para después introducirlo en su boca.

Para mí, es un sueño hecho realidad y no puedo evitar venirme en su boca, él se traga toda mi semilla.

Al notar esto, no puedo evitar volver a besarlo.

Después lo vuelvo a recostar para continuar, le introduzco un dedo para comenzar a estimularlo y no lastimarlo, al verlo dilatado, meto dos dedos, y continuo hasta meter el tercero, y empezó a introducirme en Roderich, al estar en su interior, comienzo el vaivén.

Mi austriaco me abrazo y nos besamos mientras seguimos haciéndolo, y en varios minutos, culminamos nuestro amor, yo en su interior y él en nuestros vientres.

Volvemos a recostarnos, mientras seguimos unidos.

-       Te amo, Rode.-. Le digo a mi bello amor.

Yo también, te amo Lud.-. Me responde, y nos volvemos a besarnos. Para después, quedarnos dormidos en el auto, dejando que las estrellas sean testigos de muestro amor. 

 

 

Notas finales:

Ojala lo hayan disfrutado.

 

Cuídense


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