Me encuentro junto a mi pareja Ludwig, en la entrada del colegio School’s World, estamos esperando a los amigos de mi novio, a los cuales siento que no les agrado mucho, sobre todo a Kiku.
A mí no me desagradan, pero tampoco me simpatizan mucho, Feliciano a mi parecer es muy ruidoso, confianzudo y un poco lento, en cambio Kiku es reservado y serio, esto es lo único que podría opinar sobre ellos.
Pero Ludwig los quiere mucho, son sus mejores amigos, por lo tanto debo intentar llevarme bien con ellos.
Los empiezo a visualizar desde lejos, ya estando más cerca, el Italiano se acerca corriendo y abraza a mi novio, lo cual me molesta, porque Ludwig no le dice nada, solo se deja ser.
- Ludwig, Ludwig, por fin mi hermano vino a la escuela-. Le dice muy entusiasmado Feliciano a mi pareja.
- Me alegro mucho-. Le contesto Ludwig.
- Bienvenido-.Le dijo mi novio al hermano de Feliciano.
- Ah, gracias, Feliciano me voy al salón-. Dijo el otro, siendo en mi opinión muy cortante con Ludwig.
El hermano de Feliciano se retira, dejándonos muy sorprendidos a todos.
- Discúlpalo Ludwig, ya sabes cómo es-. Intento el castaño defender a su gemelo.
- Fue muy mal educado-. Hable por fin, no pude evitar el comentar.
Después proseguimos a dirigirnos a nuestras respectivas aulas, ya cerca de estas, Ludwig se despidió de sus amigos, no sin antes recordarles que los veríamos en el descanso.
- Claro-. Contesto Feliciano, mientras Kiku solo asintió con la cabeza.
- Con permiso-. Se despidió Kiku y ambos se retiraron a su aula.
Ya cerca de mi salón, pudimos observar a lo lejos como Antonio, quien fue alguna vez una persona especial para mí, estaba platicando con el hermano de Feliciano, se veía muy sonriente, mientras que el italiano estaba muy nervioso.
- Mira, ahí está Lovino-. Me dijo Ludwig.
- ¿Lovino?-. Pregunte.
- Si, así se llama, solo espero que Antonio no lo esté acosando-. Comento mi novio.
Justo cuando íbamos a acercarnos, el italiano se alejo de Antonio, cosa que tranquilizo a Ludwig.
- Bueno, en ese caso, me retiro amor-. Me dijo antes de darme un beso en la mejilla.
- Te veo en el almuerzo-. Le dije, mientras le regresaba el beso que me dio, solo que Ludwig, se movió para que mis labios en vez de dárselo en su mejilla, estos terminaran en sus labios.
Me encanta cuando hace eso, al sentir sus labios, decido ponerme un poco travieso e introduzco mi lengua en su boca, mientras Ludwig recibe gustosamente mi iniciativa, pone su brazo derecho alrededor de mi cintura para profundizar el beso y yo apoyo mi mano en su pecho para sentir su corazón, me gusta hacer eso.
Después de besarnos en pleno pasillo de la escuela como por dos minutos, el sonido del timbre hace que nos separemos, estábamos bastantes contentos, por no decir satisfechos.
- Bueno, ahora si ya me voy, meine liebe*-. Me dijo y me vuelve a besar pero ahora en mis labios, que estaban algo hinchados.
- Adiós, amor-. Me despido de nueva cuenta, sin dejar de sonreír, debido a su apelativo, me fascina que me hable en alemán. Y me dirijo a mi salón.
Ya en el aula, veo a un Antonio muy feliz, quien al percatarse de mi presencia sonríe aun más. Se perfectamente lo que intenta hacer y no pienso permitirlo. Me inclinó hacia él y le dijo en voz baja:
- Buen intento, pero no dejare que juegues con ese niño, como lo hiciste conmigo-. El español no me contesto solo me siguió con la mirada.
Paso a sentarme en mi pupitre, que se encuentra hasta el fondo del salón.
La clase de Lenguas Latinas dio comienzo, pero no me concentró en lo absoluto, no dejo de pensar en lo que me hiciste hace un año, todavía lo tengo muy presente.
Antonio voltea a verme.
- Te burlaste de mí, no dejare que lastimes a alguien más, de mi cuenta corre, eso júralo-. Digo para mí y aunque no escucha ni una sola palabra, mi ex pareja entiende el mensaje, quien al terminar la frase se voltea con una expresión de frustración.