Sebastián, se sentó en el borde de la cama y me miro un poco, evite su mirada totalmente, con su mano más cercana a mi toco una de mis piernas, temblé un poco, lentamente su mano bajo mi tobillera, deseaba que me hiciera suyo…ya no era amor…era deseo…
Si, antes…yo estaba enamorado de Sebastián, pero…sabia que los demonios no podían sentir amor ni nada por el estilo, guarde mis sentimientos, hasta cuando morí y ahora que se que no puedo sentirlos, prefiero callar…
No sé si me perdí mucho en mis pensamientos, pero pude ver el rostro de Sebastián cerca del mío.
-¿en qué piensa bocchan?-
-nada…solo haz lo que vas a hacer.-dije fastidiado, Sebastián, comenzó a besar mi cuello, gemí un poco, su mano desabotono mi saco, para luego pasar con las demás ropas y dejar mi torso desnudo, sentía el contacto de la tela de su guante en mi pecho.
-Se…Sebastián…-dije gimiendo un poco.
El me miro, sonrió y toco uno de mis pezones, arquee un poco mi espalda, pero el dejo ese lugar para pasar a mi parte baja y comenzar a estimularla, un gemido mas fuerte salió de mis labios, desabotono el pantaloncillo e introdujo con total libertad su mano, para poder acariciarme por encima de mis interiores, mi pequeño miembro, comenzó a excitarse, pues la erección empezaba a notarse.
-vaya… está empezando a gustarle…-
-cállate.-dije entre gemidos, maldición este demonio…me hacía sentir muy bien. Al poco rato, estaba completamente desnudo frente a sus ojos y su mirada llena de lujuria.
-su cuerpo es hermoso bocchan…creo que más hermoso que su alma…-
Algo en mi se movió, lo mire sorprendido y el siguió masturbándome, mis gemidos se hacían más frecuentes, no sabía qué hacer se estaba sintiendo tan bién…
Sebastián se quito los guantes, dejo ver el sello del contrato y sonrió malévolamente.
-apresúrate.-dije mirándolo con los ojos cerrados del placer que estaba sintiendo.
-como diga bocchan.-
Sebastián introdujo un dedo en mi entrada, sentí un pequeño dolor, pero rápidamente cambio a placer, bajo su cabeza y con su boca comenzó a lamer mi miembro, metiéndolo todo en su boca y haciendo movimientos con su lengua, movía su dedo a la par de su lengua.
-Sebastián…me voy a correr…-
Cuando dije esto se detuvo y me miro, introdujo otro dedo, era increíble tener sus dedos en mi interior…pero quería mas…
-parece que está listo mi bocchan…-
Vi como se abría el pantalón y dejaba ver su gran erección…
-pero antes…bocchan…lámalo…-
¿Qué lo lamiera? Era enorme, no cabria en mi boca, pero aun así baje la cabeza y comencé a lamerlo, Sebastián respiraba un poco agitado.
-suficiente…-
Me tomo de la cintura y me sentó lentamente en su erección, sentía como me abría al paso de su miembro, mi ano podía succionarlo, el sonrió.
-vaya que si me quiere dentro.-
-ca…cállate…-mi respiración era demasiado agitada, después de unos minutos, lo tuve todo dentro, pero tenía que acostumbrarme a la intromisión, Sebastián apenas me dio unos segundos cuando comenzó a moverse.
-ah…Sebastián, espera, duele…todavía duele.-
-lo siento, pero esto…será mi forma de cobrar el contrato…acostúmbrese.-
Esas palabras sonaron crueles…pero no dije nada más.
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La mañana llego.
-bocchan es hora de levantarse.-
Abrí los ojos y lo vi recorriendo las cortinas.
-me duele todo.-comente.
-ya se acostumbrara.-
-bien… ¿esto será por siempre?-pregunte mirándolo.
-mmm recuerde…que soy su mayordomo por toda la eternidad.-su sonrisa se amplio.
Me quede pensando unos momentos.
-has el “desayuno”-
-yes mi lord.-
“Será una larga y terrible eternidad” pensé mientras me incorporaba en la cama y miraba hacia la ventana, a ese escenario oscuro…
“te ame…”
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