Minho venía hacía donde estaba yo, bueno más concretamente la mesa de al lado. No podía creérmelo. Antes de sentarse se acercó a mi oído, a mi me recorrió un leve escalofrío al notarle tan cerca, y al oído me dijo:
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Cierra la boca o te entraran moscas -riendose levemente-.
En cuanto me di cuenta cerré mi boca y me pusé muy rojo, sentía verguenza por ser humillado de es manera. Por suerte solo yo había escuchado lo que Minho me había dicho. El profesor empezó con la clase y intenté prestar atención en la classe. Aunque no podía dejar de mirar de reojo a Minho, nadie antes se había metido conmigo, la gente me decía que era demasiado lindo y nadie se atrevia a que “mi carita linda” tuviera lagrimas en los ojos. Ademas era demasiado inocente y muy, demasiado patoso me caía con cualquier cosa que se pusiera en frente de mi y no era mentira. No me lo puedo creer, ¿Como he podido estar tanto tiempo con la boca abierta sin darme cuenta?, he hecho el ridículo delante de Minho y encima se ha metido conmigo. Me enfurruñe bastante, creo que podría notarse en mi cara. Sinceramente la primera vez que lo vi me pareció simpático, pero ahora no se que pensar, bueno igualmente le intentare conocer mas me gusta hacer amigos y también es atractivo, relaje mi cara, las primeras impresiones muchas veces són erróneas ¿no?
-Ding, dong, dang, dong...-sonó el timbre-.
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Bien chicos la clase se acaba aquí, para el próximo día traedme hecho... -dijo el profesor y a partir de ahí ya ni le escuché, ya le preguntaría a alguien que había para casa-.
Al fin terminaron las classes, suspire aliviado y me estiré todo lo que pude. Miré a Minho y decidí ir a hablar un poco con el, a ver si tenemos algo en común, se levantó, me acercqué al pupitre y le dije:
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Hola, ¿que tal tu primer día?
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Aburrido -dijo sin demasiado interés o eso parecía-.
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... ¿Cuando llegaste? -intenté sacar otro tema de conversación-.
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No es algo que te incumba, si me disculpas voy al baño -se levanto y se fue, dejándome algo estupefacto-.
No lo entendía primero se reía de el y luego esa cara de indiferencia. Me quedé desconcertado unos segundos, después sacudí mi cabeza, haciendo que mis cabellos se revolvieran un poco y recogí mis cosas, para salir e irme a mi casa.
Había pasado una semana desde que Minho llegó y por mas que intentara relacionarme con el, no funcionaba, era muy frío, pero yo quería conocerle mas. Siempre que le preguntaba algo decía que no era asunto mío y después o se iba o se ponía a hablar con otros, ignorándome. Siempre era el centro de donde estuviera, estaba acostumbrado a ser el centro y me gustaba, tenía muchos amigos o conocidos ya que realmente no confiaba en ellos, pero también quería llamar su atención y que me hiciera caso. Odiaba que me ignorasen y me ponía de mal humor. Intenté ignorarle, una técnica que había funcionado con otros, pero el ni caso, me hacía rabiar. Quería llamar su atención. Ya casi estaba a punto de rendirme, cuando me encontré con una situación que no esperaba.