Tsubasa
Mientras Matt y Mello despedían a sus invitados, Takada iba pasando por allí. Su mirada se dirigió repentinamente hacia Mello; ella mostraba un semblante de incomodidad y disgusto que el blondo advirtió. Matt la saludó con la mano al ver que Mello mantenía su mirada fija en ella, y los demás lo imitaron. Excepto Mihael. La morocha, que no se había percatado de los otros hasta que la llamaron, les devolvió el gesto cambiando su expresión a una más amistosa. Luego, ella siguió su camino.
-¿Quién era? - le preguntó a Matt una vez adentro de la casa.
-Takada, una compañera mía del trabajo. -Le respondió al tanto que hacía el café.
-No me gustó... como me miró.
-¿Por eso no la saludaste? -Le acercó el café que previamente preparó y se sentó en un mullido sillón. - Lo que pasa es que ella es algo impresionable. -Rápidamente se dio cuenta que esa no era una buena palabra para usar. -Quiero decir, ella es tímida con los desconocidos y-
-¿Le di miedo?
-No -mintió-, no creo Mello. Es que ella es muy tímida cuando ve gente que tiene características que no son deseables. No – se interrumpió –, lo que quiero decir es-
-No aclares que oscurece, Matt -murmuro irritado -. Me ibas a contar qué te pasa que no recuerdas nada.
Matt desvió su mirada hacia un costado. Empezó a mover su pierna nervioso y mordía su labio inferior; parecía debatirse mentalmente si debía contarle o no. Mello se dio cuenta de esto y lo menos que quería era incomodarlo así que, cuando abrió su boca para cambiar el tema, Matt lo interrumpió.
-Tuve un accidente -dijo lentamente, tranquilizándose.-... O más bien una pelea. -Tomó un sorbo de café mientras Mello lo observaba intrigado.- Yo para ese entonces era novio de una mujer llamada Naomi Misora, según ella me contó más adelante. Al parecer, yo la fui a buscar a cierto lugar y la atrapé in fraganti con un sujeto que la besaba apasionadamente.
...Según me contó ella, yo entré enloquecido. Nunca antes ella hubiera imaginado que perdería la cordura como lo hice en aquel momento. Naomi me dijo que yo lo agarré del cuello de la camisa y lo golpeé un montón de veces en la cara hasta que le rompí la nariz. Él se cayó al suelo, me contaba, y yo seguía pateándolo. Y cuando me daba la vuelta para verla a ella, él, de la nada, me agarra la cabeza y me la lleva al piso. ¿Pero qué pasa? En vez de darme contra el piso, el hijo de puta le errá y me golpea contra una pequeña mesa de vidrio. Y una vez que mi cabeza hizo el rebote contra el piso lleno de vidrios, el miserable no se siente satisfecho: me la toma de nuevo y me la estrella de nuevo contra el suelo dos o tres veces más.
...El enfermo entonces vio, después de unos minutos, que yo no reaccionaba. Ahí se dio cuenta que cometió un error -le dijo con una sonrisa sin nada de alegría.- vio que la sangre salía y se asustó. Así que rápidamente me llevaron al hospital porque comenzaba a desangrarme -se movió un poco el cabello de un costado y el blondo advirtió que tenia una cicatriz.- Quince puntos me dieron.
-Cielos...
-Permanecí en coma durante dos semanas y cuando desperté, no recordaba nada de mi o de alguien. No había nadie a mi alrededor. Estaba solo. Tenia los "cables" pegados a mi pecho y brazos (esos que controlan tu ritmo cardíaco y te alimentan), así que imaginate cómo es eso. -Soltó una risa desprovista de humor.- Despertar en un hospital, no saber nada y tener puras cosas conectadas a tu cuerpo. -Hizo una pausa para sorber otro trago de su taza.- Me dieron algo para tranquilizarme luego que me escucharon gritar asustado y que el ritmo de mi corazón iba como a mil de latidos por segundo. Cuando volví a despertar, estaba Elle y Matsuda. Y un doctor.
-¿Qué te dijeron?
-Bueno, el doctor me explicaba que había sufrido Amnesia Traumática Retrograda (cuando no supe quienes eran Matsu ni Elle o mi vida) que es cuando la cabeza sufre una lesión muy grave y es frecuentemente transitoria. Me dijo el doctor que al parecer yo había sido chocado por un auto y el conductor escapó... Los miserables aprovecharon que justo, en verdad, había pasado un accidente de autos a no más de 3 cuadras. Agradecí tanto tener a Elle y a Matsuda que me ayudaron a recordar cómo me llamaba, dónde vivía, qué hacía para vivir...
-¿Y con Naomi?
-Ella apareció una vez en el hospital... un sábado me parece. Ella me contó todo lo que te acabo de decir. Yo por mi parte no me acuerdo de nada de eso. Me contó que su amante, por decirlo así, me iba a dar un "reembolso para los daños emocionales, físicos que me haya causado y también los gastos médicos que mi recuperación necesite a cambio de guardar discreción por el desafortunado evento ocurrido". De eso sí me acuerdo palabra por palabra.
-¿Cuánto fue?
-Los gastos médicos fueron $5000 y los emocionales y físicos, $30 0000 -finalizó con una sonrisa de triunfador.
-Que ganador, loco -se reía.- ¿Cómo hizo para pagártelo?
-Él trabajaba para el FBI y era un buen agente. Así que en parte sus superiores, supongo yo, le habrán ayudado. Y con respecto a Naomi (era linda la chica), después que yo aceptara la condición, le pedí que nunca más nos viéramos.
-¿Cumplió?
Matt dudó un momento -, y... a veces me manda mails con postales o regalitos para mi cumple. - Se quedaron brevemente en silencio. A Matt le intrigaba saber de la ausencia de su amigo. Así que sencillamente le preguntó:-¿Qué estuviste haciendo durante estos tres meses?
-Mudanza. ¿Recuerdas que te lo había dicho antes de irme? Pues me mudé cerca de acá. -Tomó el último sorbo que le quedaba en su taza – Conseguí otro empleo como -una llamada de su celular lo interrumpió. Mello sólo dijo un "Hola" y "está bien" y luego cortó. La llamada no duró más de 15 segundos -Lo siento pero tengo que irme.
-¿Quién era? -preguntó Matt mientras lo acompañaba hasta la puerta.
-Un compañero de mi trabajo -mintió-. Me gustó como pasé la noche, Matt. Nos vemos otro día.
-Sí, seguro. Adiós. -Lo saludó de la mano. Sintió que no quería dejar que Mello se marchará; y lo observó hasta que desapareció de su vista.
…
En los tres meses que Mello estuvo ausente, se encargó de encontrar a Yagami Light y e Amane Misa. Se mantuvo al tanto de su caso las primeras semanas hasta que luego, los detectives de su caso, le dijeron que la investigación estaba congelada hasta encontrar nuevas pistas. Mihael, entonces, con la ayuda de un amigo dentro de la policía, sacó fotocopias de su caso y buscó ayuda para encontrar él mismo a los miserables: no los iba a dejar escapar después de lo que le hicieron. Y sabía perfectamente que volverían a hacerle daño sino los atrapaba.
La ayuda que consiguió fue de la Mafia. A su camarada del porno, Rodd, le debían algunos favores por haber sido de allí durante su adolescencia y liderado un grupo a la perfección.
Lo que pudo averiguar gracias a ellos fue que Yagami había estado previamente en la ciudad con una mujer rubia llamada Misa. Y el llamado que recibió estando con Matt fue que se trasladó a la gran ciudad de Millefoire.
No podía perder mucho tiempo. Así que antes de salir de viaje hasta allí, decidió comprar algunas cosas para almorzar.
Cuando hubo agarrado las cosas que quería, se dirigió a la caja registradora. Y su mirada, repentinamente, se encontró con la de su ex novio.
-Mello -le saludó.
-Near.
-Tanto tiempo. - se escuchaba el "bip" del precio de los productos al pasar por la caja registradora.- ¿Ya te irás? -Mello se sorprendió de que ya supiera de sus planes.
-Eso no te importa -le respondió cortantemente.
-Puedo ayudarte, si quieres -Near fijó su mirada en él. -Yo también quiero atrapar a quién te hizo esto.
Mello le devolvió la mirada, incrédulo. Nate siempre se mostraba indiferente con él antes de ser novios y después de haber terminado la relación. Y había olvidado lo servicial y amable que podía ser cuando quería.
Pero el orgullo de Keehl negaba cualquier ayuda que él no pidiera.
-Es algo que debo hacer solo. -le respondió sin enojo. - No quiero que te metas.
-Entonces, cuídate. -Agarró sus bolsas y se marchó del supermercado.
Mello lo persiguió con la mirada, pero el llamado de la empleada lo devolvió a la tierra.
-Son $50. Su amigo dijo que pagaría por él.
…
Teru Mikami escuchaba con fingida atención la declaración del jurado con respecto a la sentencia.
-...declaramos culpable de acoso y violación de tercer grado a Kugodera Yahato. Nosotros el jurado pedimos la pena de 12 años en el instituto...
El acusado, al ser tomado de los brazos por los policías, se apresuró a soltarse y correr a su obsesión.
-¡Natsu Wasada! ¡Te amo! ¡Esto...-! ¡Suéltenme imbesiles! ¡Esto no quedará así! ¡Volveré y te haré mio!¡Natsu!
Mikami observó la enloquecida expresión de aquel sujeto cuando gritaba y se compadeció de su cliente, Natsu, un chico muy sensible y tímido que había perdido su inocencia por el acosador.
Teru Mikami le dio una palmada por la espalda al joven que aún se sentía impresionado por lo que acababa de ver. Ante este gesto, el joven lo vio a los ojos y le agradeció con la mirada.
Al estar ya afuera de los tribunales, el abogado recibió un mensaje de texto de alguien que usualmente no le mandaba nada. "En la cafetería Tsubasa. Hay algo que debo decirte."
Cuando finalmente llegó al lugar, Takada estaba tomando un café y todavía no se había dado cuenta de su presencia.
El interior de lugar era espacioso. Un lugar grande que estaba hecho de madera. Había muchos cuadros grandes en blanco y negro que mostraban partes de ciudades muy concurridas por personas y autos. Los asientos estaban hecho de acero al igual que las mesas, sólo que estás estaban cubiertas por un mantel color purpura.
-Buenos días. -La saludó Mikami mientras se sentaba. Enseguida le trajeron un menú.
-Mikami, buenos días. No te había visto.
-¿De qué querías hablarme, Takada? -Le preguntó directamente. No tenía ganas de entablar una conversación trivial.
-Hoy a la mañana, cuando regresaba a mi casa, pasé por la casa de uno de mis compañeros y vi a alguien que sé que te interesará.
-Espero que no sea un ex amante mio -bromeó mientras comía una de las medialunas que le dieron junto al café.- Hoy tuve un día difícil y sólo quiero ir al grano. ¿Quién era?
-Era Mihael Keehl. -Mikami tuvo que hacer un esfuerzo para no escupir el café.- Salía de la casa de uno de mis compañeros. -Takada saboreó su café y con mucha calma prosiguió- Salían a despedir a otros de mis compañeros -
-¿Salían?
-Sí, era él (Mihael) y Matt Jeevas. Así se llama. Una vez que se despidieron de todos ellos, volvieron a entrar y me quedé un rato cerca. Después de una hora Keehl se marchó.
-Estando en el juicio me llegó un mensaje. -Comentó Teru.- Me dijeron que ya le habían avisado... debió haber sido eso que lo hizo salir de allí.
-Mikami, no sé si él viajará hoy. -Le dijo con un semblante de preocupación mientras se levantaba.- Escuché que hoy llovería. Y puedes ver el cielo, sentir el clima: lloverá torrencialmente.
-Takada, ya sabes lo que tienes qué hacer.
-Dalo por hecho. -Y terminando está frase, se retiró del lugar.