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El Show de Keehl por Ocios4-SvNs

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Notas del capitulo:

En este cap se descubren cosas interesante~~s

 

*Cagabamos de risa: Nos moriamos de risa, eso daba mucha risa, etc.

 

12: Te atrapé.

 

 

Era casi medianoche, y la tormentosa lluvia no daba signos de querer parar.

Él escuchaba el incesante sonido que emitía el grillo debajo de su cama, sin echarle la culpa de la causa de su ausente sueño. Prendió la luz y se dispuso a tratar de encontrar el inquieto insecto. Cuando lo encontró, lo agarró con su mano. Abrió la ventana y tiró afuera al bicho, dándole el trabajo al agua de matarlo. Se acostó de nuevo, y su brazo le hizo sombra de la luz que todavía no había apagado. Se preguntó cómo era posible que las cuentas de sus bancos hayan sido cerradas, y casi todo su dinero retirado el día anterior. De no haber sido porque uno de los trabajadores le había llamado para confirmar el cierre de su cuenta, él nunca se hubiera enterado hasta querer gastar algo con su tarjeta. Ahora, lo único que tenía era sólo una parte.

Su vista se fijó en su boleto de avión que estaba sobre su mesita de luz. No había podido tomar el viaje por la tormenta; lo cual provocaba que todo sus planes se demorarán, por al menos, unos días.

Se levantó frustrado de su cama, dispuesto a agarrar una barra de chocolate. Pero algo lo detuvo de abrir la heladera: un sobre se había deslizado por su buzón.

 

Wolframio empecer venus ley

 

Se quedó mirando la nota y repitió mentalmente lo que decía la hoja. No tenía sentido. Sin embargo, el nombre de Light Yagami cruzó por su mente sin razón. El maldito Yagami debía tener algo en todo lo de sus cuentas. Lo peor de todo se debía a que había descubierto su nombre falso y los lugares dónde dejaba su plata. Lo más posible era que también podía haber estado siguiéndolo cuando estaba con Matt y él no se dio cuenta. Eso podría significar que Matt estaba en peligro.

Pensó en su mejor amigo. Sabía que debía darle algunas explicaciones... No le parecía correcto haberse marchado tan tranquilo en la mañana. Le hubiese encantado seguir hablando de cosas bobas, de la vida y los deportes.

 

O de profundizar nuestra relación.- Pensó.

 

Para Mello no era complicado saber que el pelirrojo gustaba de él; la forma en que se perdía mirándolo, el cariño que le tenía y la atracción sexual que se podía sentir entre ambos era difícil de negar.

 

Pero no podía arriesgarse ahora que adivinó que Yagami ya debía saber todo de Matt. No quería bajo ningún pretexto ponerlo en peligro.

Dejó la carta sobre la mesa y se dirigió a comer el chocolate pendiente. Abrió la heladera y advirtió que debería ir a hacer las compras para el día siguiente; lo único que quedaba eran dos sachets de leche descremada, chocolates de diferentes tipos, y algunas hamburguesas.

Y de paso, ir a la policía para preguntarles sobre su caso y denunciar sobre lo ocurrido con sus ahorros, pero dudaba de que sirviera de algo.

Cuando el sabor dulce inundó su boca, Mello susurró: acertijo.

 

-¡Mierda! Cómo no me di cuenta. -Maldijo con frustración.

 

La nota era un jodido acertijo.

Se sentó en la silla y observó de nuevo lo que decía. Para la palabra “Wolframio” se le venía inútilmente la palabra “Wolverine”. Rebuscó más en su mente. No quería llamar al “estúpido de Nate” y preguntarle.

 

- Wolframio, Wolframio, Wolframio... -susurraba tamborileando en la mesita del desayuno con una birome, como si estuviera frente a un examen tratando de encontrar la respuesta a su pregunta. - Wolf...

 

Decidió prender su computadora en vez de perder más tiempo. Tardó un par de minutos en prenderse y ponerle las contraseña. Inició el navegador, ignorando el mensaje del limpiador, “Ccleaner”, que le decía que sino cerraba “Firefox” el historial y las cookies no se borrarían.

Le dio click al marcador de Wikipedia y tecleó la palabra.

Encontró que Wolframio era un metal muy denso y que, por su etimología, significaba “hollín de lobo”.

Hizo una mueca de satisfacción, ya tenía una parte del acertijo resuelto al saber que “empecer” era un sinónimo de perjudicar, estorbar... Escribió en la misma hoja:

 

“Metal / Lobo perjudica”

 

Ahora, ¿qué significaba la parte “Venus ley”. No le cerraba que fuera realmente “La ley de Venus”. Pensó acerca de los planeta y buscó de nuevo en Wikipedia.

 

"Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol."

Quizás, supuso Mello, se refería con esa palabra a que él era el segundo, después de Light. Y que era imposible estar lejos uno del otro.

 

No lo creo.

 

"Se trata de un planeta de tipo rocoso y terrestre, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición, aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas."

 

Mello pensó que tal vez era por Near que hacía mención; por la época que estuvieron juntos. Y por la razón por la que se separaron fue que, como los planetas, eran muy diferentes en varios aspectos.

 

Quizás.

 

"Venus posee la atmósfera más caliente, pues esta atrapa mucho más calor del sol, debido a que está compuesta principalmente por gases invernadero, como el dióxido de carbono."

 

¿Soy su veneno? ¿Que le saqué toda su sensatez?

 

Aunque lo que había anotado podía llegar a ser, no le convencía del todo. Se estaba alejando demasiado de la frase y si seguía, ésta no iba a tener sentido.

 

Por lo que sabía, Venus era una diosa que se relacionaba con el amor, la belleza y la fertilidad.

Tachó algunas palabras y luego escribió:

 

“Metal / Lobo perjudica la ley del amor...”

 

Ahora era la palabra “Metal / Lobo”. Si era metal, podría ser que estuviera refiriéndose a una pistola o algún tipo de arma. Si era lobo, a él mismo. Formó las posibles oraciones en su mente y, luego de unos pocos minutos, llegó a una conclusión.

 

“La ley perjudica el amor del lobo” - Pronunció en voz alta, arrugando el papel con bronca.

 

 

 

 

Lo primero que había hecho Takada Kyomi, al volver a su departamento aquella noche, fue encender todos los pequeños televisores; todos reflejaban, en blanco y negro, la residencia de Jeevas. Los televisores eran veinticuatro. Todos tenían su volumen.

Dos meses pasaron desde aquello.

Lo poco que pudo averiguar de las noches calientes, la investigación y los paseos con Matt fue que tenía ciertas tendencias homosexuales con Mihael. Y casi siempre salía con su mejor amigo, Matsuda.

 

El imbécil. -Así lo llamaba.

 

Se conocía de memoria los lugares que frecuentaban, en parte porque ella también iba.

Se estiró cansada de la silla. Pronto acabaría su turno de vigilancia y vendría Amane para reemplazarla. Amane no estaba viviendo con Light. Sino que su “amor” era a larga distancia. Cuando se enteró de aquello lo único que pensó era que ella pronto iba a ser otra en la larga lista de Light.

Takada seguía con la vista a Jeevas que había ido a tomar un refresco de la heladera. Luego regresó a la serie de abdominales que hacía. No llevaba remera y Takada hizo un aumento a los abdominales.

No podía negarlo: Jeevas era sexy. Y la forma en la que le hacía el sexo era increíble. Todavía podía escuchar los orgasmos que explotar en su boca por cada embestida. La sensación de salir y entrar era placentera. Y el recordar sus cuerpos sudorosos al rozarse la estaba excitando de nuevo.

 

-Si tan sólo supieras lo que te espera, Jeevas... -murmuró paseándose una birome entre sus labios que surcaban una sonrisa.

 

Aún podía sentir el aroma en su cuerpo y la atractiva mirada que él le dedico antes de dormirse hacía un par de noches. Había sido muy cariñoso cuando le preparó el desayuno. Pero suponía que el cambio de carácter fue por la maldita historia que le contó.

Con Light, esa parte del romanticismo había quedado atrás hacía mucho tiempo. Lo único que compartía era nada a excepción de amenazas y órdenes.

Cuando lo conoció, fue en el momento en que su madre estaba enferma de cáncer. Yagami era compañero de ella en la misma universidad y tenían clases juntos como psicología, filosofía, entre otras; pero sus carreras a seguir eran completamente diferentes: él quería estudiar leyes y derecho mientras que ella administración de empresas.

Yagami ingresó un día sorpresivamente en la misma habitación del hospital en la que se encontraba ella y su madre, diciéndole que el hombre que estaba en coma en la cama de al lado era su abuelo de parte materna.

Con el tiempo, la señora Aiko empeoraba y la enfermedad le privaba de días lúcidos. Light estaba allí, presentándole su apoyo moral, su hombro para llorar y sus brazos para abrazarla. También la había animado a comer cuando la señora entró repentinamente en un coma y los médicos le dijeron que el cáncer estaba destruyendo la oportunidad para que vuela a despertar.

Acompaño a la joven hasta el día del entierro.

La relación entre ellos era oficialmente de novios. Sin embargo, luego de dos meses del aquel suceso, Takada sintió la necesidad de empezar de nuevo. Empezar de nuevo también significaba que tendría que terminar con Light.

Su instinto le reclamaba que debía marcharse pero sus sentimientos, corazón y mente deseaban quedarse. Varias corazonadas le gritaban que no se fiara tanto del muchacho, ya que en cualquier momento iba a lanzar la sonora carcajada que parecía estar reteniendo de la horrible etapa que le había tocado vivir.

Son suposiciones mías, se había dicho, porque las cálidas caricias que me recorrieron para alegrarme no pueden ser producto de la hipocresía.

Su situación económica también estaba mal: las deudas de los gastos médicos provocaron que quedara muy endeuda con la farmacia y el hospital. Así que sin más remedio, aceptó la ayuda de su novio. Ya que la otra alternativa era intentar hacer nacer una relación con su padre, que había sido un alcohólico e indiferente en su vida y vivir con él una vez que vendiera su propiedad para pagar lo que debía.

Takada, en una de esas veces en el hospital, le había contado la inexistente relación que tenía con su padre; que cuando ella era pequeña su madre intentó alejarla porque sabía que aquel hombre, por los problemas con la bebida, algún día intentaría algo contra ella dos.

Llegaron a pasar un par de años juntos viviendo juntos en un departamento que Light había comprado. Takada sabía desde hace tiempo que su noviazgo era sólo eso, la etiqueta de lo que eran porque en su privacidad sólo parecían ser compañeros con derecho a rose. No quería separarse de él porque su apoyo económico era mayúsculo y su trabajo no podía siquiera compararse con su sueldo.

Unos años pasaron viviendo juntos, hasta que, en base a su comodidad, empezó a soportar que él tenía una amante y su relación ya estaba muerta. También soportaba sus insultos ocasionales, que eran como dagas a su corazón y le bajaban por el piso su autoestima. Asimismo, en rara veces, era testigo de las perdidas de auto control del joven cuando las cosas no salían como Light quería. Se descargaba contra ella cuando los propios errores de él rayaban en lo ridículo por su obviedad.

Y de repente, un día, el tema de “Mihael” llegó a sus oídos.

Light la había convencido de que ella podía quedarse permanentemente el departamento y la deuda que tenía la olvidará. A cambio de trabajar con él.

En el momento de presentarle a sus compañeros, la forma en la que Misa agarraba a Light era la única respuesta que necesitaba para que le confirmara que ella era “la otra”. Sólo una palabra, en aquel momento, se le cruzo por su mente y fue: ¡zorra! Se mordió literalmente la lengua para no gritársela.

Después de saludarla con aire de superioridad, rió internamente cuando se dio cuenta que aquella perra era infantil e inmadura. Las simples acciones de niña caprichosa se lo confirmaron cuando buscó argumento tontos para que Light la echará.

En cuanto a Mikami, él estaba en su último año de abogacía pero ya participaba en algunos casos. Su saludo fue indiferente y desinteresado. Pero más adelante, con sus frecuentes encuentros por Mello, terminaron siendo buenos compañeros.

A veces Takada se preguntaba por qué seguía metida en la enfermiza investigación.Por qué sencillamente no tomaba las riendas de su vida y se marchaba, dejando atrás todo ese lío en el que estaba metida. Pero sabía su respuesta: Light tenía contactos con varias personas que eran peligrosas. Por eso había ubicado a Mihael tan fácilmente. Y no podía endeudarse con préstamos de bancos porque esa sería la manera más fácil de raestraerla.

Estaba atrapada, aunque sin embargo, no le molestaba demasiado. Todavía le seguía pareciendo atractivo Light Yagami y la comodidad de la vida que llevaba ahora a cambio del pequeño precio a pagar, era nada.

 

 

-¿Trabajando hasta tarde, eh? -Preguntó Misa mientras cerraba la puerta del lugar. - Espero que no pienses que con esto harás que mi adorado Light se vuelva a fijar en ti.

 

-Él sólo te quiere para coger, Amane. No creas que es porque “te quiere”.

 

-¡Cállate, idiota! ¡Tú no sabés lo que él y yo tenemos!

 

-Como digas, Amane.- Dio un portazo antes de irse.

 

 

El aparcamiento estaba casi vacío cuando llegó. La calle estaba prácticamente desolada a causa de la hora nocturna; y las luces titilaban, produciendo ese típico sonido eléctrico.

Las penumbras del exterior del lugar era lo que más destacaba pero dentro, la luz iluminaba cada rincón. Había unas cuantas mesas pequeñas en donde los hombres bebían de una manera animada sus cervezas mientras que los de la barra mantenían su atención en el partido que se jugaba en el televisor.

Había dos barman que atendían el bar; el que llevaba la conversación parecía estar hablando de algún problema y el otro escuchaba atentamente lo que decía su compañero, asintiendo de vez en cuando.

Mello se sintió cómodo en el sitio que había escogido dado a que estaba acondicionado más para albergar a cualquiera que quisiera escapar de los problemas que lo invadieran y reflexionarlo con una copa en la mano que para conseguir ligues de una noche; ya que así podría tomar apuntes de los últimos detalles que había podido obtener de su investigador y lo que pudo aprender durante su viaje a Millefiore .

Se sentó en el final de la barra, a tres sillas de distancia del dormilón más cercano. El barman se acercó y limpió rápidamente la superficie de madera; asintió al pedido de un whisky que le pidió.

Mihael sacó su libreta y una birome, y los colocó sobre la mesa, al lado de su bebida. Se sacó su campera de cuero negra y la apoyó sobre el respaldar.

Hasta ahora lo que había podido descubrir de Light era que había estado trabajando como diseñador de sistemas en una compañía de revistas. Como él era ya "Senior" en aquello, es decir, tenía experiencia en diseñar, su saldo era diez mil semanales trabajando los cinco días a la semana, con un horario fijo de cinco horas. Se unió a la empresa hacía ya un año.

Su apellido y su nombre ahora eran diferentes: Luke Niccals. Y su cabello era negro.

La vida de Misa también era similar. Trabajaba como reemplazo de una actriz en un teatro antiguo que no tenía mucha publicidad, por lo que ella podía mantener un perfil bajo. Su sueldo era 6 veces menor que el de Light y sólo cobraba a finales de mes.

Se había tenido el cabello de un pelirrojo claro.

Mello tomó un sorbo largo del whisky, advirtió como le quemaba la garganta.

Alzó la mano para llamar la atención del barman y le indicó que quería otro.

Siguió fijándose en las fotos y comparaba la información obtenida y algo le parecía extraño, le llamaba mucho la atención: era como si ellos dos pudieran seguir con su vida y él se había estancando en ella, sintiéndose consumido por el ferviente deseo de hacerlo pagar por lo cometido.

Quería matarlo.

No le contaría nada a la policía, y se las arreglaría él sólo.

Tomó otro sorbo.

Y sin darse cuenta, pronunció en voz alta:

-Te encontraré...

-Pues ya lo hiciste. -Le contestó una voz a sus espaldas.

Mello se giro sorprendido en la silla.

El muchacho que se le acercó llevaba una jarra en la mano y sonreía con ganas, lo cual produjo en el blondo una reacción de asombro y alegría que no pasaron desapercibidas para Matt.

Él llevaba una chaqueta abierta que era similar a una militar. La remera color negra con la lengua de la reconocida banda de los Rollings Stone. El jean, a la altura de las rodillas, estaban rotos y llevaba unas botas color cuero.

Mello colocó su mano en el hombro de su fiel amigo, tratando de recuperase de su impresión, y se resistió fuertemente al impulso de abrazarlo.

-Ya sé que soy un bombón Mello, pero no me comas todavía. -Bromeó.

-Lo siento. -Le dijo mientras lo golpeó en el estómago.- Ya no hagas esos chistes.

-¡NM!... Siempre me gustó tu cariño bipolar, eh.

-Como digas. -Alzó la mano para que traiga otro vaso. El cantinero les sirvió a los dos y luego se retiro.- ¿Qué haces aquí?

-Supuestamente, me invitó aquí una chica pero me dejó plantado...

-Pobrecito ¿quieres que te traiga unos pañuelos? Se nota que estuviste llorando. -Se rió.

-No jodas. Y ¿qué hay de ti? ¿Dónde carajos has estado? No nos hemos visto desde que rajaste de mi casa con la cola entre las patas.

-Nunca pasó eso. No sé qué dices... es que tuve algunos problemas aquel día y, por ende, tuve que salir rápido.

-Ajá, sin siquiera decir "adios" o algo. -Se le acercó y le susurró con un claro tono de enfado:- Pudiste haberme llamado para decirme "estoy vivo". No era mucho y ni siquiera tan difícil decirme esas dos palabritas.

-Tampoco es para tanto, Jeevas. Así que, no te enojes, mi amor. Papi tenía trabajo. Papi se tuvo que ir. -Le dedicó una mirada burlona.

Ahora, disimuladamente para ojos ajenos, fue Matt quien lo golpeó en las costillas.

-¡Ah!... ¿Eso es lo más fuerte que puedes golpear? Parecieron cosquillas...

-No me provoques, imbécil. Ya bastante tengo con... Olvídalo.

-¿Con quién? ¿Con la gorda que te plantó? -Sonrió con mofa.

-Bue'. Si vamos a empezar a hablar, Mello... No es con ella. Es con Elle que no sé que le pasa.

-¿Por qué? -preguntó asustado.- ¿Qué tiene?

-Y... es que ha tenido algunos problemas. Terminé mis largas vacaciones y empecé el trabajo la semana pasada. Mientras discutíamos algo en un almuerzo sobre una teoría de cómo hacer para incrementar nuevos usuarios en la compañia, se desmayó en frente mio -chocó las palmas de las manos para dar entender el golpe contra el piso.- ... Me pegué flor de susto cuando pasó.

-No me digas... ¿Y a causa de qué fue el desmayo? -Se interesó preocupado.

-Cuando llamé a la ambulancia de Belphegor-

-¿Llamaste a la ambulancia de Belphegor, Matt? -Interrumpió incrédulo. -Hubieras llamado a la de Mammon que en dos segundos estaba allí.

-Con esos me llevó bastante mal, me quisieron sacar un montón de plata la otra vez y además, que sabía yo, viejo: el tipo que estaba como muerto en la cocina y yo cagado hasta la médula... Bueno, vino un doctor y todo, y nos dijo que fue debido a la falta de sueño y el estrés... Elle asentía como si fuera lo más obvio del mundo lo que le decía.

-Típico. Se nota que no es la clase de persona que duerme, así que el cuerpo después le pasa la cuota. Seguramente el doctor le aconsejó que durmiera más de cuatro horas y se tomará un descanso de algunas semanas para reponerse. -Sonrió. Algo imposible para alguien como él.

-Y ni ahí que lo hizo. Cuando lo reté éste lunes me dijo que el fin de semana lo había reparado completamente... Tenía la constancia para sacarse esos días. Que hombre...

-¿Y cómo se llamaba la chica con la que te ibas a encontrar? -Mello cambió de tema.

-Takada aaaa-ahh -lo pronunció con un pequeño gritito-. Era para haber en qué quedaba nuestra relación.

-¿De novio con ella? Por lo que me habías contado era una perra.

-Bueno pero ahora la conozco mejor y no lo es. -Levantó su vaso como haciendo un brindis de su descubrimiento.- Además es linda y me caía bien así que-

-¿Cómo "me caía bien"? ¿Ahora ya no te cae bien?

-Lo que pasa es que al final no resulté ser el chico que ella quería y estuvo viendo a otro... Recibí un mensajito ahora que me decía que no iba a poder venir no sé por qué razón...

-¿Y hace mucho que salían?

-¿Oficialmente? No, ni ahí. Habrán sido algunas semanas. De noches de sexo, hace rato. ¿Y qué hay de ti, Keehl?

-De mi no hay mucho que decir. -Respondió bajando el tono, indiferente.- Sólo que he estado muy... ocupado. -Murmuró lo último. Alzó la mano para que trajera otro par de whiskys.

-¿En qué? ¿En actividades ilegales? -Soltó una risita.

-... no es de tu incumbencia.

-¿Y por qué no? ¿No soy confiable? -Le agradeció al cantinero mientras éste se marchaba. Y notó que Keehl se tensaba un poco. -Bueno si no me quieres contar, no tengo problema pero... ¿es grave? Se nota que tú tampoco descansas bien.

-No te importa.

La irritabilidad que se asomó por parte de Mello, Matt la advirtió. Pero no se iba a quedar callado.

-Si no me importara, ni siquiera preguntaría. Te preguntaba porque estuve preocupado por ti en estos meses. Pero si tanto drama haces con esto, dejá nomas.

-Bien. -Mello frunció el entrecejo y terminó el trago con amargura:- No quiero que te metas.

Se produjo un silencio incómodo antes de que Matt prosiguiera.

-Veníamos hablando bien, Mells. Si no quieres hablarlo, no importa.-Le comentó encogiéndose de hombros, como si el asunto no le interesara en lo más minimo.

-No te cuento nada porque ni loco te tengo confianza -habló directo y bastante molesto, totalmente frustrado-. Es así la cosa. Para muy pocas te las tengo ¿me escuchaste? Ahora que tienes el jodido problema de recordar mierda de nuestra amistad me vale verga que seamos amigos. ¿Te quedo claro, idiota?

-¡Eh! -clamó después de recuperarse de su asombro-, ¿pero qué te pasa estúpido? ¡A mi no me faltes el respeto! ¡Si quieres terminar nuestra amistad, lo entiendo, pero esa no es manera de decírmelo!

Ambos se levantaron.

-No te lo faltaría el respeto sino fueras tan pendejo.

-¿A qué te refieres, imbécil?

Se le acercó hasta estar a pocos centímetros del rostro de Mello; pudiendo apreciar los hermosos ojos azules, algo rojos; que luego de mantener la mirada en la de él, oscilaban y se dirigían a su boca. Sentía su aliento a Whisky rozar sus labios.

-No sé qué problemas tengan pero me vale mierda. Acá no quiero nada porque sino llamo a la policía ¿entendieron?. -Ordeno el barman con el teléfono en mano.

Matt se separó.

-... si te vale verga mi amistad, deberías volver a chupar como en el "Show de Keehl". Así te vale más verga, pedazo de mierda. -Le respondió pagando los tragos , mirandolo feo para después irse.

Y ni bien fue cuando salió que repentinamente lo empujaron a un callejón, cayendo de cara, al suelo. El agresor se sentó a horcajadas arriba de él, que intentaba darse la vuelta inútilmente. Le mantuvo un brazo doblado por la espalda y otro se lo estiraba dolorosamente hacia delante.

-¡No conoces las razones por las qué lo hice, Matt! ¡Así que no me tires cagadas en la cara, ¡¿te quedo claro?!

Matt se resistió un poco y Mello le estiró un poco más el brazo antes de soltarlo.

-¡¿Cómo pudiste decirme aquello? ¡Si sabes perfectamente como me pudre no recordar nada, hijo de puta! - Le dirigió una golpiza en la cara al blondo, dejandole los labios rojos carmesí después de que ésta fuera con fiereza. Lo agarró por la remera azul que llevaba y lo golpeó de nuevo, provocando que el impactó lo hiciera caer. Le siguió pegando en la cara, sentado encima de él; hasta que Mello, llevando su pie al estómago de Jeevas y haciendo palanca para empujarlo hacía atrás, logró zafarse. Se levantó lentamente, limpiándose la sangre.

-Haces tanto... drama porque no te quiero contar ¿eh?

-... Hago drama porque te comportas como un estúpido. -Le decía mientras se acercaba otra vez. - Llegué con la mejor onda, tratando de hablar bien contigo y me tratas con indiferencia ¿Y sabés qué? ME IMPORTA UNA MIERDA QUE TENGA MENOS IDEA DE MI PASADO QUE UN COCAINÓMANO. Pero no te soporto que me trates como si fuera un inútil que no se merese respeto. Y que me uses como algo para aliviar tu aburrimiento. Porque eso es lo que me parece exactamente lo que has venido haciendo. Porque cuando yo iba y te hacia compañía en el hospital, o cuando pasamos ese sábado en mi casa, todo estaba de diez y nos cagábamos los dos de risa*. No me harias esto si me hubieras apreciado. Pero ahora que te pregunto algo estallas como un loco ¡Y ME HACES SENTIR COMO MIERDA CON ESA CLASE DE PELOTUDECES!

Matt respiraba agitadamente. Logró tranquilizarse un poco y después siguió.

-No me importaba -prosiguió Matt- que aparecieras de vez en cuando en mi casa, diciendo ser lo que negás ahora. Pero no me trates como si fuera un juguete del que te cansas y lo tiras.

Mello, que tenía los ojos fijados en algún punto de la vereda, levantó una intimidatoria mirada.

-...todos somos reemplazables, Matt. Y si no te diste cuenta, es porque YA eres un estúpido.

-¡¿Pero de qué mierda hablas? -Lo estampó contra la pared. -¡Andas con secretos y no me cuentas nada! ¡Y encima que te juegas al superior, acá! -Mello le golpeó tan fuerte en la mejilla que retrocedió varios pasos.

-¡¿Nunca pensaste que no te cuento nada para protegerte, eh?! ¡Loco!

Matt lanzó un escupitajo de sangre al suelo.

-¿Protegerme de qué? -preguntó, vacilando; sin ganas de pelear.

Mello giró su cabeza, dando a entender que no le iba a decir nada.

-¿Protegerme de qué, Mello? -volvió a repetir alzando la voz de forma desesperada, pero marcando cada una de sus palabras con dureza y en forma de orden.

No obtuvo respuesta.

Se acercó violentamente y golpeó, en vez de dirigir su puñetazo al rostro de Mello que se estremeció, a la pared.

-¿Es Yagami, no cierto?

Mello asintió.

-Tú sabes que yo por ti... Haría cualquier estupidez, ¿no? -Casi murmuró, intentando tranquilizar su respiración.

-El que lo va a matar, seré YO y NO TÚ. Quieres saber cosas que no te quiero contar. ¿No entiendes que no me siento cómodo hablándolas?

-Y entonces con quién estuviste hablándolas si ya no sentís cómodo, ¿eh? ¿Con ese tal... Near?

Mello advirtió el desprecio en aquel nombre y sonrió espontánea y levemente con sinceridad mientras lo negaba. No creyó que Matt todavía se acordará de Near.

-Además de ser estúpido estás celoso. -Intento decirlo con desdén.

-Imbécil. Es verdad que en lo único que pude pensar era si estabas bien o si necesitabas mi ayuda. No pude dejar de pensar en ti en todo este tiempo. Y todavía me insultas y te me burlas en la cara. -Confesó con voz quebradiza.

-Llora. -Lo apartó dispuesto a irse.

-Ey, ¿a dónde vas?

El pelirrojo se adelantó y tomó la mano del Keehl por detrás, impidiendo que avanzara; derrumbando la máscara de indiferencia que tenía puesta el blondo. Ya que al darse la vuelta, Mello observó que los ojos de su amigo estaban vidriosos. Eso le provocó una patada en su estómago.

No quería verlo así.

Como estaban ahora en la luz, notó que él tenía la mejilla hinchada con un tono violáceo del hematoma que quería aparecer. Y de pronto también notó el sabor de la sangre de su boca y el dolor en su rostro.

-No me hagas esto, Mells... Yo... me cuesta admitirlo. -Le miraba como si buscara en sus ojos, la compresión. Avanzó hasta que se quedaron sin espacio, y le llevó la mano hacia su corazón.- Pero me gustas mucho.

Al escuchar aquello, Mihael intentó soltarse sin realmente quererlo. Su plan de pelearse con Matt no estaba siguiendo el camino que dibujó para ello.

Si lograba terminar la amistad, dejando entrever vagamente la razón, quizás su amigo no estaría en riesgo de que algo le sucediera. Últimamente había estado recibiendo varias cartas anónimas que le revelaban detalles de Jeevas, Lawliet y Touta. Cartas que realmente lo aterrorizaron ya que le describían como iban a sufrir si trataba de ponerse en contacto con alguno de ellos...

Matt iba para besarlo y no quería detenerlo. Ambos saborearon, sin querer, el sabor de hierro que la sangre infiltraba en sus bocas. Después de un rato, se separaron para tomar aire y abrazarse instintivamente.

-No quiero estar contigo... -susurro el blondo.

-¿Y, entonces, por qué me abrazas tan fuerte? -Sintiendo como quería hundirse más en el espacio que había entre su hombro y cuello, sollozando.-... Mello, ¿Yagami todavía está detrás de ti?

-Sí. Y me amenaza, Matt. Me hizo ésto -señalo con furia su rostro-. Todavía cree que puede jugar conmigo ¡pero yo no le voy a dar gusto! ¡Yo también le voy a dar caza como el animal que és! -Se alejó de él unos pasos. Pasó su mano por su cabello completamente ofuscado. Y luego continuó.- Me sacó mi plata, los ahorros de mi trabajo... ¡Averiguó dónde vivía el hijo de puta! ¡Me tiene cansado!

Y al decir eso, sus ojos ya lagrimeaban. Sencillamente sentía que la impotencia era muy fuerte dado a que las esperanzas iban desapareciendo, desesperandolo constantemente. Aunque el haberlo expresado, hizo que de cierta manera se liberará de eso. Porque no le había contado a nadie lo que le estaba pasando.

-No es que no me agrades. -Prosiguió.- No te quería entrometer por tu seguridad y la de los demás.

-No me pasará nada, Mello.- Lo rodeó entre sus brazos, tratando de tranquilizarlo.- ¿y qué dice la policía de esa escoria?

-Los de la policía se la maman. Están más comprados que la puta de la esqui-

Un chirrido de un automóvil que doblaba hacia ellos, los interrumpió indiferentemente. El motor bramó y las ruedas traseras giraron enloquecidas. Ante ésta inesperada maniobra, Mello dejó atrás su sorpresa y agarró la mano de Matt instantáneamente obligandole a correr. Sin embargo, antes de que siquiera pudieran llegar a la esquina, la furgoneta se estacionó de una manera veloz y violenta en frente de ellos. La puerta se abrió abruptamente , y ante el asombro y confusión de Matt por lo que estaba sucediendo, fue incapaz de hacer algo para evitar que, el hombre que bajó del lado del acompañante, le diera un puñetazo en la cara; sin darle una oportunidad de al menos pensar sobre lo que le venía. El golpe había estallado en sus ojos, generándole un dolor agudo que se transmitió en todo su cuerpo. Se sintió muy mareado, como si el mundo a su alrededor girara sobre si mismo cuando las piernas le flaqueaban. Podía sentir que perdía el control de su cuerpo y se tambaleó hacia a opuestas del hombre que lo había golpeado para poder caer de rodillas y encontrar a Mello con la mirada. Pero advirtió algo que no podía creer. Un sentimiento de impotencia se encendió como el fuego en su interior: vio a Mihael, gimiendo de dolor, que estaba siendo golpeado brutalmente por otros sujetos vestidos de negro. Uno le sujetaba los brazos por atrás, impidiéndole defenderse, y otros le pegaban sin consideración en la cara, en el abdomen, en las piernas.

Matt intentó levantarse para ayudarlo pero, repentinamente, un dolor punzante en su cuello lo hizo quejar. Le agarraron sus manos para evitar que se defendiera y, a continuación, sintió que algo se le metía en la sangre porque un líquido espeso se le adentro a través de la herida, que con mucha rapidez comenzó provocarle cansancio.

Finalmente, antes de levantarlo con rudeza mientras que su vista se hacia borrosa y su cuerpo se dormía, pudo ver a Keehl que estaba tirado en el suelo, siendo sometido sin piedad a las patadas de esos horribles desconocidos.

 

 

 

 

 

Notas finales:

No lo voy a negar: sino hubiera sido porq' estuve leyendo "El Profesor" & "Juegos de Ingenio" de John Katzenbach, ni en pedo terminaba esto. Tampoco niego q' muchas oraciones se parecen a las originales del libro pero buéh!

¿es plagio?

 

No me voy a disculpar pero sí diré q' tardé porq' me demoré en la vida real y las traducciones.

La ropa de Matt -> http://www.donnasmodels.com/ El model Santi, el segundo.

... lo de Light -> http://www.psicofxp.com/forums/programacion.313/441016-cuanto-cobra-hora-analista-y-programador.html

+ http://www.psicofxp.com/forums/estudios.142/199381-de-que-trabaja-un-analista-sistemas.html

Creo q' no me olvido de nada más

Si ven q' puedo mejorar en algo, no duden en dcirme.

beshos!!! ¡Y gracias por leer!


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