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El Show de Keehl por Ocios4-SvNs

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Notas del capitulo:

Glosario:

Inverosímil: Que no tiene apariencia de verdad

Pajeros: pervertidos / ociosos

Desfibrilación: [...] consisten en un choque eléctrico de alto voltaje [...] que consiste en recuperar los latidos espontáneos y coordinados del corazón.

Paulatinamente: Es un sinónimo de despacio, lentitud.

Electrocardiogramas:http://es.wikipedia.org/wiki/Electrocardiograma

13: Shock

 

Nate River no respondió al llamado de su localizador y mucho menos le prestó atención al del altavoz que, como el primero, solicitaba su presencia en la sala de urgencias. Sencillamente no quería ser interrumpido en el desayuno que tomaba solitariamente en la cafetería del hospital, cuando ya le faltaba tan poco para terminar.

Enfocó su mirada sobre la medialuna y los últimos tragos que le quedaban a su café, y recordó que en otro tiempo, cuando estaba de pareja con Mihael, quizás él le hubiera dado el gusto de terminar lo restante. Generalmente, a Mello le gustaba acompañarlo a tomar el desayuno en el hospital antes de irse a trabajar ya que tenía la jodida -recordó Near-rutina de irse a correr antes de comer algo en su departamento. Luego volvía completamente sudado y tomaba un largo baño. Y al él le gustaba esperarlo para después irse juntos.

Near siempre agradeció internamente que lo acompañara al trabajo para tomar los últimos tragos de su café mañanero -las tazas con las que servían el espeso líquido negro eran grandes y anchas- porque jamás le había gustado dejar las cosas a medias.

Pero ahora, él ya no estaba; y ya no le importaba dejarlo sin terminar.

Su silla chirrió, cuando una vez más los mismos llamados que clamaban por su atención en la sala, lo hicieron levantarse. Los presentes que recién llegaban se dieron la vuelta momentáneamente cuando provocó el ruido y luego volvieron a discutir de una cirugía, entretanto que Near se dirigía pesadamente hacía su destino. Era la segunda vez que debía ir hacía allí. En la primera, una joven llegó con ambas piernas rotas debido a un choque que tuvo en un accidente de autos: un vehículo venía de contramano a toda velocidad y chocó la parte delantera de su auto de tal forma que ésta se hundió, quebrándole las piernas como si fueran simples ramitas de un árbol seco.

Bajó su cabeza para masajearse su cuello lentamente y suspiró de una manera cansada. Levantó su mirada agotada y observó a un enfermero que corría, como si se encontrara en una maratón, buscando a alguien desesperadamente. Este enfermero, que él ya conocía de memoria, detuvo su carrera para preguntarle algo a un colega y fijó inesperadamente sus ojos hacía los del Dr. River, parando de hablar repentinamente. Empujó a su compañero, con un rostro enrojecido por el cansancio y una mirada furiosa, y pusó sus manos alrededor de su boca simulado un altavoz:

-¡Maldito seas Near! -le gritó encolerizado y con descaro- ¡Apura tu jodido paso de tortuga y trae YA tu culo a urgencias!

El joven sólo sonrió -levemente- ante la imperante irritabilidad, causándole al enfermero, Rodia, un aumento de su molestia. ¿Qué le veía de gracioso? Su estatura era baja, no pasaba el metro cincuenta; la manera en que sus ojos parecían salir de sus cuecas por la rabia, su boca abierta de dientes torcidos y la poca estatura del sujeto le hacía recordar a esos perros que cuando se ponen muy nerviosos y ladran demasiado, le explotan sus saltones ojos.

-La oficina del Doctor Foymal está al lado de la sala de urgencias -le respondió River mientras trotaba lentamente al sitio sin intimidarle la calentura que el tipo seguía teniendo. - ¿Qué pasó?

-Seguramente compró su resultado en los exámenes el reverendo hijo de puta porque ni bien vio al jodido paciente (que está destrozado pero mal) no hizo sino que llevar la peluda mano de mono que tiene hacía su boca para mantener la puta carne de "estofado al horno" -se burló- dentro de su estúpido estómago.

-¿Cuál es la gravedad del paciente? -Preguntó mientras veía la sala de urgencias.

-Del uno al diez... ponele un ocho. Está horrible.

Y ni bien abrió las puertas de URGENCIAS, Rodia le dejó que entrara.

Sin embargo, un momento de incomodidad se situó en el lugar cuando dio paso adelante en la sala y todos lo observaron con sorpresa. Pero no duró demasiado, ya que el paciente era prioridad. Si podían mantener en secreto la identidad del paciente hasta que la hinchazón y los golpes morados que poseía el rostro se desvanecieran, todo estaba bien.

Near le echó una rápida mirada al paciente que estaba anestesiado sobre la camilla; la ropa había sido retirada con una tijera y estaba tirada al lado del cesto de la basura; quedando únicamente cubierto el órgano masculino a través de una pequeña toalla color blanca.

-Tiene los dedos de las dos manos, dos costillas del lado derecho y el tabique fracturados. -Le dijo una enfermera para ponerlo al tanto.

-Podía haberse muerto con tanta dificultad para respirar así que menos mal que los paramédicos llegaron hasta él mediante una llamada anónima. -Comentó otro enfermero.

-¿Cuánto tiempo estuvo afuera antes de ser ingresado? -Preguntó Near mientras lo examinaba con cuidado.

-Cerca de una media hora...

Con sus guantes ya puestos, empezó a apretar levemente el área del abdomen para confirmar bien cuál era el número de las costillas fracturadas. No podía hacer mucho con respecto a eso porque las costillas sanarían solas, terminando su sanación en dos a tres meses.

El abdomen poseía en ambos lados moretones violetas y hematomas negros. Además, la gran cantidad de cortes pequeños y profundos abarcaba todo el abdomen, producían un aspecto hinchando con un tono rojizo muy fuerte en la blanca piel.

-Creo que le quisieron robar entre varios y terminó saliendo perdedor ¿no lo crees? -prosiguió la misma enfermera.

Nadie le contestó.

Tomó sus manos y observó que los dedos estaban horriblemente rotos: tres de la mano derecha estaban doblados para adentro y los otros dos lo habían dado vuelta para atrás.

Con la otra mano, exceptuando el pulgar, todos estaban dados vueltas.

Se impresionó y levemente frunció el ceño. Debió haber sido horrible sentir el calor hirviendo por las palpitaciones del dolor y el sufrimiento de los dedos siendo torcidos de esa terrorífica forma. Le costaba no imaginar que eso debió haber sido lo primero.

Pasó su mirada a sus uñas: estaban sucias y rotas. Supuso que quizás se había defendido antes de caer en el doloroso sueño.

Debe tener ADN en la suciedad pero no puedo hacer nada sin su consentimiento. -Se dijo. -Deberé esperar hasta que despierte dentro de un par de días.

De repente, el ruido de las puertas abriéndose provoca que todos presten dos segundos al intruso. Era John, y venía a cambiar de turno con Lukas.

-¡Oh! ¡¿Pero qué le pasó? -Preguntó intrigado.

Nadie le contestó. Y el ambiente pareció tensarse entre sus compañeros.

-No nos dijiste que cambiabas de turno, Lukas. -Linda le mencionó totalmente irritada.

-Me olvidé completamente, Linda. Lo lamento muchisimo. -Le decía mientras se retiraba y daba espacio a John.

-¿Sucede algo con el cambio, enfermera Cornwell? -Preguntó Near, llamandola a Linda por su apellido. Algo que implicaba que se estaba molestando.

-Nada, Dr.

- Es una lástima -hablo de repente otra enfermera para desvanecer un poco la tensión-. Un chico tan lindo que tenga que hacer esto, es sencillamente estúpido. -Comentaba mientras le limpiaba las heridas del abdomen. -Y encima, en vez de quedarse ahí quién llamó, lo deja medio muer-

-Quiero que vayas a fijarte que la sala de resonancias abiertas esté desocupada.- La interrumpió bruscamente el doctor. Que la gente hablará cuando estaba inspeccionando al paciente lo desconcentraba.- Quiero saber si no tiene alguna hemorragia interna.

Sólo por las dudas.

La enfermera se retiró de mala gana al haber sido interrumpida y Near suspiró cansado. Ella se había estado fijando en una cara que estaba demasiado roja e hinchada para que comentara si era o no atractivo.

¿Y a quién le importa? - Se dijo mentalmente

-¿Le robaron, Linda? - La llamó por su nombre de pila debido al tiempo que llevaban de conocidos. Además, necesitaba confirmar algo.

-Estaba su billetera pero... vacía. - Dijo algo evitante.

-¿No había identificación en sus bolsillos? -Le preguntó con sus ojos puestos en ella, mostrando interés.

Linda negó con la cabeza. No podía dejar aún que él supiera a quién estaba atendiendo porque quizás no podría llevar a cabo su excelente labor. No había muchos médicos que hicieran tan bien el trabajo y, para éste caso, era mejor que se ocupara él.

-¿Qué creés que pasó, Near? -Le preguntó.

La luz se enfocaba en sus brazos: amorotoneado y demostraban que la fuerza con la que lo había agarrado era tan fuerte que le dejó marcas de dedos.

Intentó liberarse...

¿Qué había hecho? Se preguntó mientras veía el tabique roto del muchacho, que tenía sangre seca. ¿Realmente había sido un intento de robo? O, más bien, ¿un intento de asesinato? ¿Quizás fueron ambas? Con toda la delincuencia que se produce en las zonas por "su moda" a robar o las drogas que hacen que el cuerpo se llene de adrenalina y ciega la cordura, y se consiguen tan fáciles por esos lugares ¿por qué se lo preguntaba? Podría ser cualquier cosa.

-La manera en que le hicieron esto, -vaciló por la impresión - … se tomaron su tiempo ¿sabés? Y fueron varios. - Señaló el estomago – Hay diferentes impresiones de la suela de los zapatos. -Luego volvió a los brazos. -Y estas marcas de dedos en su brazo derecho no parecen ser iguales con las de la izquierda: una es más gorda con dedos pequeños y la otra tiene los dedos más largos.

-Cielos...

-¿Dónde lo encontraron?

Mientras la mujer le contestaba, John, el enfermero que se había unido recientemente a la sala, limpiaba la cabeza del muchacho. Advirtió que el muchacho tenía el cabello rubio oscuro en las raíces, manchado con una sangre que comenzaba a ser pegajosa y unirle los mechones. La cabeza tenía fragmentos de vidrio en la gran herida que poseía -de la cual un mechón del cabello estaba ausente- y se impresionó un poco con esto cuando iba removiéndolas. Era nuevo en el departamento y los casos que había tomado no se comparaba con éste. Éste era mucho más serio que los refriados que atendía.

Advirtió como Linda y el Dr. River conversaban acerca del paciente mientras suministraba, Near, la morfina por la intravenosa y la joven limpiaba las heridas. Envidió un poco el compañerismo de ellos; muchas veces lo dejaban aislado en el comedor o lo dejaban aparte de las reuniones que hacían los enfermeros para "complotar" algo como cumpleaños o fiestas. O como aquella que se llevó acabo minutos antes de que Near apareciera por las puertas. Por lo que jamás se enteró del secreto que debía mantenerse por unos días del paciente que ahora trataban: tan desfigurado por las heridas y la hinchazón que prácticamente hacía irreconocible su rostro.

Pero él tenía buen ojo. Identificar a alguien por su voz o por su rostro, por su cuerpo o sus acciones cotidianas, para él no significaba nada. Siempre pudo saber quién era la persona si la había conocido. Creía que era por el aura, la esencia en si que posee cada individuo.

Se colocó los anteojos. Empezó a retirar los últimos pedazos que veía. Y justo en el momento en el que la fastidiosa enfermera se acercaba para decir que ya podían trasladarlo, John advierte, gracias a otra luz más cerca a la cabeza, la cicatriz que surcaba por el rostro del paciente -que se había camuflado bajo la hinchazón roja y el hematoma – que bajaba por una parte del cuello y acababa por el hombro.

-Ya ésta, Dr. River. -le anunció la enfermera.

-Bien, entonces-

Pero repentinamente fui interrumpido por John, quién le señalaba la cicatriz del paciente.

El doctor le tomó un momento identificar que estaba señalando. Y cuando lo hizo, se paralizó. El ruido del respirador, la máquina que contaba los latidos del corazón, sus propios latidos... fueron los sonidos que habían incrementado de tal manera en sus oídos que lo ensordecieron monstruosamente.

-¿Doctor? -le preguntó Linda. Quién luego advirtió que miraba con terror y enseguida llevó una mano a su boca que soltaba unas palabrotas, sintiendo que el plan había fracasado torpemente.

Near sintió que su ritmo cardíaco aumentaba con cada segundo, y que todo en torno a él, se hacía más rápido de lo que era. Retrocedió de una manera torpe hasta chocar con la pared. La impresión de creer saber quién era el paciente que lo hizo espantar tanto para saltar como un resorte cuando se levantó de su silla, asustó al pequeño grupo de enfermeros que estaban allí. Porque Nate River jamás mostraba alguna emoción, y la que expresaba ahora, era puro terror.

Oyó que le decían algo pero se percató con miedo que las piernas deseaban con insistencia dejarse seducir por el desenfrenado nerviosismo y desconcierto que lo estaba atacando sin piedad.

-E-el nombre.- Pidió a Linda con una voz que obviaba su temblor y confirmaba a los demás que se había descubierto su oculto propósito.

Nate necesitaba urgentemente cerciorarse de que su vista no le fallaba y que ese tipo señalaba cualquier cosa, aún con los anteojos puestos. Quería creer que Linda realmente le había dicho la verdad, que no sabía quién era; que sí le habían robado la identificación. Porque no quería creer.

La blonda, al ver que la miraba con unos ojos vidriosos pero determinantes y furiosos, se sintió culpable de siquiera no habérselo mencionado.

-Puedo llamar al Dr. Richard si tú no te sientes bi-

-El nombre, Linda. Dame el nombre que sé que lo sabes. -Le ordenó con dureza y sin formalismo, levantando un poco la voz pero sin dejar de ser tan monótona.

Linda vaciló. No quería que hiciera un mal trabajo sólo porque esa persona era conocida. Sin embargo, el descubridor de la cicatriz, como si así demostrará ser el mejor y merecer respeto, le respondió con orgullo y una sonrisa asquerosa:

-Se llama Mihael Keehl, Dr. River.

Escuchar ese nombre fue si le hubieran tirado un fósforo al petroleo angustioso que tenía en su interior que estalló como un volcán y quemó todo su pánico reemplazándolo con nudos aflicción en su corazón. El ardor era tan caliente que comenzó a quemarle demasiado, produciendo un torrente de recuerdos que le vinieron tal cual flashback en las películas. Y sólo se posicionó en primer lugar una imagen de Mihael Keehl, de hace meses atrás cuando le ocurrió la quemadura de segundo grado. Un momento que Nate River sufrió internamente por la posibilidad de que cuando despertará, Mello moriría de un shock causado por el dolor de la horrible herida.

Tuvo que desatarse la corbata con las miradas fijas y curiosas del grupo de enfermeros que se clavadas en él como dagas y susurraban la ineptitud de John.

-Ve a llamar a Richard, Nanci. -Le dijo Linda. -Near, por favor, acompañame...

-No. Puedo hacerlo.

Linda podía advertir como el sudor se le marcaba por debajo de las axilas y se formaban gotas en su blanca nariz como la nieve.

Nate se mordió por unos breves segundos los labios inferiores. Sólo los presentes serían los únicos en verlo tan nervioso y asustado como aquella vez.

-Puedo hacerlo. -Dijo una vez más, sólo que ésta vez, fue para convencerse.

Near no podía permitir que en ese momento las lágrimas de impotencia y temor derrumbaran su muro de apatía e indiferencia que siempre había tenido ante los demás.

No podía permitir que su cuerpo intentará sabotearlo en ese momento tan importante en su vida. Y en la de él.

Y tampoco iba a permitir pensar en él como su preciado tesoro. Él era otro paciente más en la lista de su vida. Ni más, ni menos. Igual.

Y podía tratarlo como otro igual.

Es otro desconocido que necesita de ti. ¡Reacciona!

Enfocó su mirada otra vez en "el paciente" y volvió a suspirar.

-Lleven la camilla a la sala de resonancia y luego a la de radiografiás. -Le ordenó al hombre que le había gritado que se apurará instantes atrás.

-Pero Near... -Protestó Linda.

-¡AHORA!

Pero de repente, el sonido de la máquina electrocardiógrafo, comienza a provocar el sonido más aterrador que podría escuchar Near: el pitido.

El estridente sonido que producía el objeto de hierro deslizándose sobre el frío suelo cementando produjo que Matt Mail Jeevas sintiera por su cuerpo desnudo y atado, un temblor de terror que le recorrió todo su ser.

Se había despertado unos segundos antes, cuando un dolor en su estómago le obligó a que se estirara. Pero de pavor fue su reacción cuando se dio cuenta que tenía los ojos vendados y su boca estaba tapada con alguna especie de cinta. Emitió unos sonidos obstruidos y trató de liberarse moviéndose un poco, pero le fue imposible tanto para hablar como para moverse; una gargantilla metálica en su cuello que se encontraba también unida, y muy cerca, a dos pequeñas argollas que sujetaban sus muñecas, y luego el metal se alargaba de cada muñeca hasta formar dos grilletes en su tobillos. En otras palabras, tal inmovilización hacía lucir a Matt como si estuviera rezado recostado mirando hacía arriba con sus piernas flexionadas en su abdomen. No parecía muy incómodo. Pero el joven creía que había llevado una media hora en esa postura porque su cuerpo comenzaba a querer desperezarse, estirar sus piernas y brazos dobladas ya que empezaba a acalambrarse.

Giró hacía un costado pero eso sino más que aumentar su desesperación debido a la posición; además de no ver y mover la boca, se le sumaba su incomodidad.

-¡MMMMMH! -Alcanzó a decir cuando en realidad quería decir "¡AYUDA!"

No entendía por qué le había pasado eso. Sólo recordaba que Mello tomó su mano fuertemente y que lo obligó a correr sin razón aparente. Y que luego una furgoneta los acorraló y bajaron unos hombres que lo golpearon.

Y golpearon a Mello... -Pensó.

Un súbito terror lo atrapó cuando recordó a Mello ¡ÉL PODRÍA ESTAR AHÍ!

Otro murmuro muy gutural recorrió el vacío de esa habitación. Un murmuro desesperante y tan fuerte como pudo gritar a través de esa cosa pegada en su boca. Volvió a moverse tan agitadamente como podía porque necesitaba salir. Necesitaba saber si Mello estaba bien. Necesitaba abrazarlo. Necesitaba sentirlo.

Necesitaban salir.

Pero era inútil, sólo acentuaba sus nacientes calambres.

"¡Mello! ¡Mello! " -trató de articular pero era en vano con esa cinta.

De repente, escuchó que unas botas pesadas se detuvieron justo en frente de la puerta. Y que la puerta se abrió con un horrible chirrido.

Matt agudizó sus oídos, sintiendo como la sudoración, tan fría como el ambiente, perlaba su frente y su cuerpo sin piedad, mientras que el individuo avanzaba hacía él. Observando el miedo, la confusión y la clásica respiración agitada de su víctima con el oír el deslizar del fierro.

El joven tenía fuertemente cerrados sus ojos, pero sus oídos estaban expectantes de lo que se encontraba alrededor.

Murmuró de nuevo, tratando de obtener alguna respuesta del desconocido.

Y entonces...

Sucedió.

Un golpe chocó con todo contra sus piernas.

Y contra sus costillas.

Y contra sus brazos.

...sus manos.

...sus pies.

Golpe tras golpe chocaban contra su cuerpo tan vulnerable y la habitación se llenaba de sus quejidos, de su dolor.

-¡MMMMMMMMMMMMMMMMMMMH! -gritó del centro de su ser por cada golpe que recibía dolorosamente mientras que las lágrimas brotaban de sus ojos.

Deseaba que la tortura a la que era sometido lo llevará como compasión al desmayo. El sabor metálico en su boca, la dificultad que tenía para respirar a través de su nariz hinchada y el calor hirviendo en su piel y sus músculos adoloridos por los fierrazos recibidos y los calambres era un tormento inesperado e insufrible que jamás se imaginaría que le sucediera en su vida. Pero de repente, cuando se encontraba tosiendo su sangre a través de esa cinta, escuchó una voz:

-Es suficiente.

La respiración agitada de quién lo golpeaba se mezclaba con la de Matt, que temblaba sin poder evitarlo.

-No he termina-

-Dije: es suficiente. -Le respondió con autoridad.

La voz era joven pero grave. Era la voz de un hombre.

Mail advirtió que el hombre le dedicó una mirada de asco que acompaño con un gruñido. Y luego escuchó que la puerta se cerró.

-Quizás te preguntes porqué estás aquí, Matt Mail Jeevas ¿no es así? -Era el extraño quien paró al otro el que le estaba hablando, que se acercó y retiró la cinta de su boca.

El primer instinto de Matt fue gritar, pedir ayuda, "socorro" .

-Nadie te escuchará, ¡es una habitación insonora! Te sugiero que guardes tus energías para sobrevivir a esto.

-¡METETE TU PUTA SUGERENCIA POR EL MEDIO DEL CULO, ANIMAL! ¿¡DÓNDE MIERDA ESTÁ MELLO? ¡SOLTAME AHORA!

-Que lindas palabras me decís, querido, a pesar que fui yo quién detuvo tu tortura. Que por suerte, continuará más adelante. -El hombre rió a continuación y mostraba alegría en su voz. - Pero yo te voy a decir algo mejor, ¿esta bien? Tu novio ya debe estar muerto. Luego de que te trajéramos con nosotros, a él lo matamos a golpe.

Matt tardó unos segundos en captar eso.

-¿C-cómo? -respondió Matt. Sentía un hueco de repente en el interior que calló todo su dolor físico. ¿Qué acababa de decir? Mello muri... - ¡NO, NO ME MIENTAS, SORETE! ¡¿A DÓNDE MIERDA ESTÁ MELLO? ¡¿QUÉ HICIERON CON ÉL? ¡Contestame ahora!

-No volverás a verlo, Jeevas. -Le comentó con tranquilidad y hasta con ¿felicidad? - Estás aquí porque yo le dije a Mello que nunca más volviera a estar con alguien. Le dije que si llegara a estar con alguien mataría a ambos. Pero no me hizo caso...

-¿L-Light?

-No me digas ¿te contó de mi? -Preguntó en forma de mofa.

-¡COMO NO CONTARME SI LE QUEMASTE LA PUTA CARA, HIJO DE PUTA! ¡¿POR QUÉ CARAJOS LE HICISTE SEMEJANTE COSA?, LOCO DE MIERDA!

-No te incumbe. Sólo debes saber que -se acercó y le tomó el mentón – estarás aquí mucho tiempo. -Y dicho eso, le volvió a tapar la boca.

Durante unos segundos, ya dentro de su oficina, Near pensó en lo que había pasado en la sala de urgencias hacía un par de horas atrás...

Cuando escuchó la semejante noticia provista de rudeza y frialdad, advirtió como si alguien le hubiera dado una patada en el estómago y que oprimían con desprecio su pobre corazón. Había tenido tanta impresión y miedo de la idea de no verlo nunca más, que se abalanzó instintivamente sobre el desfribrilador para reanimarlo; empujando bruscamente a los demás para lograr su cometido. Tenía la mente en blanco cuando, inundado de adrenalina, colocaba las paletas en tórax de Mello de tal modo que una línea imaginaría trazara una distancia de diez centímetros entre una paleta y la otra, y atravesará el corazón con una corriente eléctrica.

"Un infarto..." "... en el corazón". Esas palabras resonaban en su mente como las voces de un demente que dice oírlas: no podía dejar de escucharlas.

Ignoraba con aversión su poderoso deseo de huir por la inverosímil situación que se presentaba ante él; que empezó tan rápido y duraba tanto en acabarse...

Al recordar ese sentimiento de impotencia, tomó un sorbo de su vaso de agua que siempre esperaba en el escritorio para que lo agarraran. Near ni siquiera podía acordarse quién fue que dijo: "despejen"... Y cuando habían dejado de hacerlo.

Luego de haber pasado cinco minutos con una continúa descarga de 250 J, comenzó a escuchar a sus compañeros decirle que no debía continuar. Nate River sabía perfectamente que si el cerebro no recibía oxigeno antes de los cinco -jodidos- minutos, el paciente tendría secuelas neurológicas. Quizás, si hubiera sido otro paciente, hubiera accedido a parar. Pero Mello no era cualquier paciente.

Por mucho que quisiera verlo así.

River continúo aplicando el desfribrilador apoyando toda su esperanza en recordar aquellos casos en dónde la gente podía vivir sin daño cerebral después de haber estado muerto clinicamente por mucho tiempo. Recordó uno en especial, en que a un tipo le practicaron treinta y cinco descargas -previamente le había suministrado drogas- para que despertara. Y luego de cincuenta y dos minutos, finalmente lo hizo.

O aquellos caso en donde gente ahogada podía vivir después de haber pasado más de 1/2 hora en el agua. Y Mello ni siquiera había estado en una -misera- pileta.

"-No, él fue golpeado salvajemente por unos pajeros de mierda."

Near presionaba su pelotita anti estrés. El llanto que se había tragado cuando el pequeño grupo de enfermeros, carentes de cualquier confianza en que pudiera revivirlo, se marcharon cuando se dieron cuenta que intentar detenerlo era inútil.

Linda fue la única que quedó, apoyándolo moralmente por unos momentos mientras observaba la frustración y el desasosiego del doctor en tratar de volver, a su paciente, a la vida. Ella advertía sin problemas la cantidad de lágrimas que se alborotaban en sus ojos, el estado de la negación que estaba atravesando y el ahogo que sentía. Ya no monitoreaba más la máquina.

Era demasiado doloroso verlo así.

-Linda, a 300 -se refería a que aumentaran la potencia en las descargas.

-Near...

-Linda, ahora -le contestó con una voz quebrada.

-Ya basta. -Le pidió con ojos que anunciaban su inminente caída de lágrimas.

-No -le respondió de una manera agresiva, mientras seguía con sus descargas -. Hubo casos como éste en que la gente pudo resucitar. Mello puede hacerlo porque así es él, Linda. Es posible, incluso probable que él-

Pero no pudo continuar porque la joven enfermera rompió en llanto al escuchar tales palabras. Near estaba al tanto que Mello también era su amigo y varias veces se había reunido con él, Elle y ese muchacho teñido para salir o hacer lo que quisieran. Que lo quería y que, en ocasiones anteriores, los había acompañado a tomar el desayuno. Así que él asumió que ver a Mello así era tan horrible como lo era para él. Pero debía continuar, no podía parar ahora. Ahora que ya falta tan poco, tan poco para que-

-¡ÉL YA ESTÁ MUERTO! - Gritó ella sollozando y la voz quebrada totalmente. - ¡Ya basta! No importa cuántas dosis le pongas Nate, ¡ÉL YA ESTÁ MUERTO!

Near paro en seco y la miró con furia. El cuerpo del blondo dejó de recibir las descargas que producían un ligero rebote en la camilla y él, por primera vez, se dio cuenta de su acelerada respiración. Lo único que se escuchaba era el sonido de ese eterno pitido.

Linda estaba llorando e intentaba secarse sus lágrimas, intentando detener sus quejidos. Y él, ladeó su cabeza y calló lo que iba a decirle, apretando su puño. Estaba molesto y lo que pasaba por su cabeza era "si se quiere ir, ¡que se vaya!" Pero entonces, agobiado, intercambió su mirada que tanto había tratado no ver, hacia los ojos cerrados de Mello. El rojo de la hinchazón había sucumbido al color natural de su rostro poco a poco aunque los hematomas aún estaban tan marcados como al principio. Sus labios estaban semi abiertos y sus ojos estaban cerrados delicadamente, mientras que su cabello caía a ambos lados de su cara. Era demasiado fácil creer que estaba durmiendo tranquilamente.

Tímidamente, Near, rozó el rostro de Mihael con la palma de su mano, recordando la textura y la suavidad de su piel como solía hacer con tanto cariño y adoración cuando miraba a sus ojos después de besarlo, recordando la amorosa y tonta sonrisa que le daba luego.

-Mello...-Llamó Near ese nombre que tantas veces fue robado de su boca cuando hacían el amor en aquellas noches de hacía tanto tiempo atrás y que ahora parecían haber sido un sueño utópico. Se mordió el labio inferior con fuerza, tratando de suavizar el impacto de sus gruesas lágrimas que se derramaban como un río sobre sus mejillas y caían sobre su blanco uniforme, empapandolo. -¿Por qué? - Preguntó a ese ser que daba la vida y que luego la quitaba. A ese ser que dejó en la tierra a un miserable que mató al hombre que tanto apreciaba ¿Por qué? ¿Por qué?

-Mello no puede, Near. Por favor te lo pido, por favor.- Rogó. -Déjalo descansar.

Near alzó su mirada a la de ella, con tristeza en sus ojos.

-Linda, yo no quiero.

Paulatinamente, la mujer colocó sus manos sobre las de él para apartarlas de las paletas, y con compasión le susurró. -Hizo todo lo que pudo, Dr. River.

La mujer lo abrazó con fuerza luego de apagar la máquina que estuvo doce minutos intentando reanimar a alguien que ya estaba muerto. Near sintió como si le robaran algo preciado cuando dejó de sentir el desfribrilador encendido: la oportunidad de detener la insistencia de la vida por él mismo. Tenía conciencia de que, a pesar de ser inútil inútil, debía decirlo.

-Una vez más, Linda. Y después la apagaré yo mismo.

Cornwell Linda tardó en reaccionar. Se apartó del doctor, mostrando sus ojos castaños rojos del previo llanto y con una expresión de, además de exasperación, de dolor y sorpresa.

-¿Qué? No, no Near ¿acaso ya no has tenido suficiente? ¡Yo también lo quería pero esto es demasiado! -Le contestó visiblemente molesta, mientras que la abogamiento aparecía en su cara al tanto que él la apartaba de su camino.

-Sólo una vez más.

-¡Pensá en las secuelas que tendrá si lo haces, Near! ¡Ya es tarde! QUEDARÁ COMO UN IDIOTA Y NUNCA MÁS SERÁ DE NUEVO EL MISMO.

-Debo hacerlo.

Y mientras la máquina se encendía, colocó de nuevo las paletas en el pecho esperando a que se cargaran a 450J. Linda estaba junto a él, tapándose su boca para callarse y cerrando sus ojos.

Respiro hondo, sintiendo su cuerpo temblar por la expectación y el miedo. Y cuando por finalmente se cargó, Near dijo "despejen".

Notas finales:

Hola! ¿Cómo andan? Hoy es el cumple de Matt! ¡Feliz cumple, mi amor!

Y el 28/01 fue el cumple de Shizuo, y el que le pone a la voz a Izaya LOL (q' también se la pone a Mephisto de Ao no Exorcist y a Yuu de Sekaichi Hatsukoi o.O)

Ok, muchisimas gracias a Matty (de mi fais jaja) q' ayer no quería seguir pero él me obligó ;.; A Hammy y también a 'Eru por recordarme de esta tarea que sino la hubiera dejado y finalizado en Marzo. Quizás con este final ustedes queden com "WTF, re-incompleto!" Y sí, yo también tuve esa impresión. Pero lo que sucede es que, como dije, hubiera finalizado el mes q' viene. Y no quería porque 1.) ya había dicho que hoy 2.) iba a ser mucho tiempo :[
Yo ya tenía un borrador de todo éste capi, y si les soy sincera, desde noviembre q' estoy. Hice 3 versiones y me gustó más ésta que las dos anteriores (q' una de esas sera parte del siguiente cap.)

Así que el next chapter will be el 13.5 y va a estar más adelantado. O sea, se acerca el final ¡pero no le voy a dar un final re-cualca (o sea, re cualquiera xD)! Va a ser un buen final 3

Eso de que había un hombre q' vivió a los 53 minutos lo leí acá, mientras me informaba sobre eso... Y es verga chiquita que no encuentre es puto enlace ahora ¬¬ Soooo si alguien tiene experiencia en el photoshop y quiera ayudarme a limpiar doujins de DRRR! y de MattxMello, sólo vaya a mi perfil :) [Y mi tuiter ya esta disponible para el que quiera agregarme :3]

Espero que les haya gustado y no esperen el siguiente muy pronto, porq' ustedes sabe, soy una lifeless que traduce y holgazanea muy a menúdo ;)

(dejen comentarios si les gusto a mato a Mello TnT)


Información de las costillas fracturadas:
-http :/ grupos. emagister. com/ debate/trauma_toracoabdominal_vs_paro_cardiorespiratorio/ 1864-728843
*http :/ es .answers. yahoo. com/ question/ index ;_ylt=AgODgCJ9HpKLGBqapjNRao2d_At.;_ylv=3 ?qid=20080630202045AAisv5q
*http :/ healthlibrary .epnet. com/ GetContent. aspx ? token=0d429707-b7e1-4147-9947-abca6797a602&chunkiid=103507 :

De la fribrilación
-http :/ www .org/temario/seccion4/capitulo63/ capitulo63. htm

Resonancia mágnetica:
http :/ www. costacomunicaciones. es ? id=251&keywords=resonancia_magnetica_abiertauna_guia_para


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