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El Show de Keehl por Ocios4-SvNs

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Notas del capitulo:

En el anterior cap: Entonces vio un matafuegos en el lugar, y lo sacó rápidamente, activandolo en contra de los agresores. Al ver como todos eran alejados repentinamente, Elle tomó el brazo de Mello con brusquedad. Y agarró luego el de Near, sacándolos a ambos del restaurante lo más veloz que sus piernas pudieran correr. Los metió como pudo dentro de su auto, y se dieron a la huida.



Una perla de sudor resbaló por la frente de Mikami cuando escuchaba la repentina confesión de Takada hecha por la presión de Mihael.

¿Qué mierda estaba haciendo él allí de todos modos? Misa les había afirmado que Mihael estaba muerto, que los sujetos contratados le habían dicho a ella que lo estaba. La palidez de su rostro se hizo tan evidente como el altercado que la mujer y el hombre estaban teniendo.

Esto no es posible. Pensó Mikami.

Si esta mujer, de no haberse dado cuenta de su presencia, hubiera seguido hablando, no sólo ella tendría problemas sino todos los involucrados, obviamente. En ningún momento se le ocurrió hacerse un nombre falso, y se lamentó terriblemente de no habérselo hecho y de su amistad con la mujer, ya que si ella se hundía, él también lo haría. Y sería grande la caída, porque tenía un buen momento en su carrera de abogado, siendo este año hasta la fecha, más solicitado de lo costumbre por su buena racha.

No podía dejar que Takada siguiera hablando, así que ni bien salió del establecimiento salió a buscarla. Pero había cruzado velozmente la calle, escapando de la situación. Y no quería llamar la atención si gritaba su nombre, por lo que esperó hasta que el semáforo diera en rojo de nuevo. Fue por eso que, a buena distancia, pudo ver como un par de policías salían después de un par de minutos en los cuáles la mujer aceptaba un sobre.

Mikami puso los dedos sobres su anteojos, pero no para acercarlos a sus ojos, sino para fingir que lo hacía; Takada lo había visto y su expresión le gritaban que le ayudara. Se dio la vuelta y susurró un insulto.

A paso rápido, se dirigió hacia el estacionamiento para buscar su moto y rescatarla de la inquisidoras preguntas que se le harían. Si había hablado ahora ¿podría ser que hablará con ellos después? Algo le decía que sí, pero su sóla presencia fue un alto a cualquier voluntad de libertad que pudiera cruzarse en su mente, porque ya estaba enterada de qué haría él si ella hablaba.

El tema era que no la vigilaba todo el tiempo, y lo de hace unos minutos, fue sencillamente pura coincidencia. Él elegía ese lugar para desayunar diariamente y sólo una vez se había visto con Kyomi. ¿Y si en vez de hablar en ese lugar, lo hubiera hecho en otro? No quería pensarlo.

Por otro lado... si en la estación ella hablaba, podían usarla para guiarla hasta donde estaba todos y descubirlos.

Ninguno de los dos sabía que tan avanzada iba la investigación de Keehl; pero sí sabían que las pistas eran casi nulas porque no había testigos y el hombre que lo asaltó la primera vez desapareció entre las multitudes, volviéndose uno más con la máscara de la igualdad.

Sin pistas ni testigos o perpetrador, el caso estaba muerto. Aunque Takada... podría ser el elixir que volviera a la vida la investigación y Teru Mikami no podía permitirlo.

-No me puede estar pasando esto. -Habló.

Al llegar al estacionamiento vio que su moto no estaba.

Inspiró y exhaló. Irritado. Perdía valiosos segundos mientras pasaba el tiempo. E intentaba mantener la calma y el control de sus emociones cuando la desesperación y el enojo querían encontrar un hueco por dónde escapar, como si fueran animales salvajes que ansiaban la libertad.

Como viene la buena racha, también viene la presión de no fallar. Y hacía tiempo que no salía a correr para dejar libre toda esa tensión. Inspiró y exhaló. Un poco menos irritado. Su manos tomaron el celular marcando un número y, con un tono serio, le dijo a la recepcionista que le mandara un taxi.

Y volvió inspirar y exhalar.

Perdió cerca de una hora por la demora del taxi y porque no podía encontrar la comisaria en dónde a Takada la habían llevado. Pero cuando la encontró, vio a Takada salir de ella. Inmediatamente, llamó a su celular en vez de ir a su encuentro; podrían estar observándola y después vigilarlo a él.

Preocupado le preguntó que era lo que había dicho, como también porque no le llamó.

Ella le respondió que la habían dejado en la celda que tienen dentro* debido a que estaban los detectives estaban ocupados en el momento, después la interrogaron. Y la liberaron porque la confundieron con alguien más. El caso que estaban siguiéndole las pistas era por un secuestro.

Mikami prestó especial atención a eso para no olvidarlo después.

-¿Y por qué aceptaste el sobre?

-Creí que eran esas personas que te entregan volantes en la calle. -Evitó su mirada.

-¿No reconociste que era un sobre y no un papel? -Le preguntó como abogado que era.

-Mikami, tú viste cómo Mello se me lanzó encima con todas esas preguntas. ¡Y el tipo como que me agarró la mano para dármelo!

-Yo no vi si te la agarró, es por eso que pregunto. -Unas gotas comenzaban a caer y decidió abrir el paraguas que traía. -Ven aquí. -Hizo una pausa- Mello está vivo.

-No me digas, pensé que era un fantasma -ironizó.

-Voy a suponer que ese sobre tenía algo importante, algo relacionado con lo nuestro. ¿Hacías una investigación por tu cuenta?

-Sí... No creía que Mello hubiese muerto. Misa nos dijo que estaba muerto. Pero yo para asegurarme le pedí a la persona que estaba dentro que nos confirmara.

-No hizo un buen trabajo, entonces... Hay que avisarle inmediatamente a Light de esto.

-No lo hizo porque no podía acercarse a su habitación -intentó explicar. Pero Mikami la interrumpió en un reproche.

-¿O sea que ya sabías que Mello estaba vivo? ¿Por qué no dijiste nada?

-¡YO NO LO SABÍA! Mi hombre lo sospechaba. No quería decir nada por temor a estar equivocada.

El abogado se pasó una mano por la cara, frustrado. Y lanzó un resoplido.

Takada continúo.

-Estaba siempre protegida por un guardia y Near no es la persona que hable de todos modos. "X" sospechaba, repito, SOSPECHABA, que era cierta habitación y fue por eso que... -Takada se cortó allí.

-¿Fue por eso "que..."? - Preguntó Mikami con el entrecejo fruncido.

-Pedí fotos que confirmara si la habitación era esa.

-Espero que no mientas, Takada, que ese sobre en serio pensaste que un volante y no que cometiste el estúpido error de no avisarle a alguien más que vaya por él.

-Ahora las fotos ya no tienen sentido -contestó rápidamente.-. Y no, esas fotos iba a recogerlas más tarde.

-¿A qué hora? -Hizo una pausa, la mujer vacilaba- ¿¡A QUÉ HORA?!

-¡No lo sé! ¡No lo sé!

-Takada...

Un retraso en la avenida en la que estaban Mello, Near y Elle los demoraba. El último joven había sacado su cabeza por la ventanilla de su auto para entender que era lo que pasaba y a dónde había ocurrido el problema.

Se habían alejado bastante del lugar como para volver a estar preocupados. El viaje hubiera transcurrido en silencio sino fuera porque Elle había prendido la radio, eso los alejaba un poco de sus pensamientos. Hasta ahora.

-A tres cuadras parece que alguien se accidentó con la moto. -Dijo Lawliet.

-¿Alguien joven? - Preguntó Mello.

-Sí, creería que por no llevar casco.

Ya llevaba más de media hora esperando. Los truenos retumbaban, haciendo temblar las ventanillas del interior. El cielo presentaba unos colores curiosos: por una parte, un amarillo débil contrastaba con la enorme nube gris llena de agua. Parecía ser alguna nave extraterrestre que venía a hacer estragos en la ciudad. Muchas personas llevaban ya preparados sus paraguas y el ruido de las sirenas de una ambulancia sonaban a los lejos.

Mello, dejó que su mente lo llevara a recordar viejas anécdotas con Matt para distraerse. El pelirrojo le había dicho que cuando era chico, alrededor de los seis años, tenía un miedo total a los truenos debido a que su casa tenía un techo de madera, y él tenía temor de que pudieran derribar su casa.

"-¿No estarás confundiendo los truenos con los rayos?"

"-Rayos, truenos, son la misma mierda. -Le había dicho con desdén.

"-Eres un estúpido." -Rió feliz.

-Eres tú más estúpido por andar con otro estúpido. -Le sonrió, aunque momentos después, Mello lo pellizcaba por ese comentario.

Quizás por eso pequeños momentos ordinarios que pasaron juntos, en su adolescencia el blondo comenzó a sentir algo en la actualidad por él.

Momentos en los que se acompañaron en viajes de la escuela o no, compartiendo la carpa intentando no asustarse por los sonidos de afuera.

Aunque a veces, los otros chicos los molestaban llamándoles gays. Y el orgullo de ambos confirmó que no lo eran cuando se separaron. Matt había conseguido una novia y Mello se tomó su tiempo para pensar que iba a hacer en el futuro.

Pero se extrañaban.

Cuando se hizo la primera reconciliación luego de eso, Matt le había invitado a dormir en su casa. Algo que nunca antes había hecho. Él había llevado su bolsa de dormir, pero se llevó una desagradable sorpresa cuando el pellirojo le sugirió dormir en su futón; era de cuatro personas.

Mello, por supuesto, se mostró reticente cuando le obligó a compartir con él la cama – sillón luego de terminar de ver una película sentados allí. Sin embargo, al levantarse para reprocharle su "no", la audacia de ese insistente sujeto, lo agarró con sus piernas alrededor de la cintura y tiró Mello arriba de él. Rápidamente intercambiaron lugares y Matt se posicionó arriba, viéndolo con esa mirada verdosa que hipnotizaba y con esa sonrisa que parecía seducirle. Y luego procedió a hacerle sus típicas cosquillas.

Ahora que lo recordaba eso le parecía muy gay. Ni antes ni ahora le molestó esa clase de afectos. ¿Acaso ya sentía algo por ese entonces? Se cuestionó pensativo.

Lo que si no dudo, fue que la habían pasado muy bien juntos.

Jeevas siempre tuvo, tiene y tendrá un lugar muy importante en su corazón aunque hubiera perdido su memoria. Y a pesar que habían revelado sus sentimientos para estar sólo unos momentos juntos jamás le iba a confesar que lo quería tanto.

Un llamado proveniente de su celular interrumpió sus pensamientos melancólicos; le pareció extraño. No había pagado su cuenta en tres meses. Levantó el aparato, nervioso. Se fijo en quién lo llamaba y el número decía desconocido. Vaciló antes de contestar. Near, con una expresión de preocupación, se volvió hacia él. Elle lo miró desde el retrovisor.

El ambiente se llenó de tensión.

-¿Hola?

-Hola, extraño. -Le respondió una voz juguetona.

Mello sintió una patada en el estómago.

-Light -siseó. - ¿Cómo sabes mi número?

-¿Disculpa? ¿Crees que un admirador tuyo no tendría sólo tu número sino que también haría el favor de pagártelo? Deberías agradecerme -terminó con una risita por el altavoz.

-¡Voy a agradecerte una mierda! ¡¿Qué carajos hiciste con Matt?! ¡A dónde está?! -Le gritó desesperado.

-¿Acaso estás enojado? Me dijeron que habían estado peleando en un bar, y que era bastante pesado ¿no habías estado distante con él?

-¡Ese no es tu asunto! -Dijo con furia. -¡Devuélvemelo!

-¿Y si no quiero?

-La policía irá por ti. Y si no lo hacen, reza para que no te encuentres conmigo.

-¿Y falta mucho para que los uniformados vengan? Porque no sé si tu amigo aguante mucho más. La verdad es que me estoy aburriendo.

-¿Matt está vivo...?

-¿Vas a llorar? - Preguntó al notar que la voz de su interlocutor se le había quebrado. No pudo evitar reírse.

-¡Maldito desgraciado! ¡Devuélvemelo y cállate!

-Uy, uy. ¿Me estás pidiendo que me calle? ¿Debo recordarte quién tiene a Matt y quién no? ¿eh? - Al ver que Mello no le contestaba, repitió la pregunta en un tono demandante. - ¿Eh, Mello?

-... No.

-Muy bien, así me gusta cachorro.

Elle advirtió que los puños del blondo se le pusieron blancos.

-¿Recuerdas cómo te la metía y tú gritabas por más y más? ¿Tal cual perra?

-...

-¿Mello? ¿Te acuerdas o no?

-...Sí. Light, me acuerdo.

Te digo algo. Al principio, cuando violábamos a tu amigo, él gritaba más fuerte que tú. Pero ahora con los golpes que le hemos dado, casi ni reacciona. ¿Te acuerdas que al tocarte la parte interna de los muslos, podías correrte sólo con eso? Vaya puta...

-Basta, Light. ¿Acaso quieres un rescate o algo? ¡Puedo dártelo!

-No, no. Y es gracioso como dices "basta". Recuerdos... ¿eh? Le hemos aplicado todo tipo de torturas. Pero las que más me gustan son las romanas y chinas. ¿Sabías que si dejas caer una gota en la frente, día y noche, la persona no tendrá otra cosa más que guiarse hacia la desesperación? ¿Quieres escucharlo? -Yagami no le dio oportunidad para responder y unos gritos se escuchaban en el fondo.

-¡BASTA, DÉJALO EN PAZ! -Rogó entre lágrimas. Lo estaba haciendo llorar. Lo estaba quebrando. - ¡MATT! ¡MATT! ¿¡ME ESCUCHAS?!

-¿Quieres que lo ponga en línea? -se escucharon algunas voces. -Ahora, habla estúpido.

Mello pudo imaginar que lo zamarreaba del pelo de un lado a otro.

-Awwwww, parece que se desmayó. -Más risas se escucharon, de parte de diferentes personas.

Mello había tirado el teléfono al otro lado del auto. Llorando.

-¿Y cómo olvidarme de mi favorita? Te ataba, te masturbaba, y ese vibrador te lo metía en el culo y sí que gozabas a lo loco. Tu verga roja, mojada... -Podía escuchar el gimoteo de Mello en el otro lado. - ¿Sabes por qué te hago esto? Porque me divierte. Si tan sólo hubieras seguido conmigo... Además, no puedes colgar porque soy el único que te conecta-

-¿Y tú sabes qué? ¡Anda a chupar, sarnoso culón!

Elle fue quién tomó el teléfono y le había cortado con furia. Ya estaba harto de ver y escuchar como su amigo estaba siendo sometido e insultado de esa manera. ¿A quién le importaba su vida sexual? De haber sido él, no le hubiese afectado en lo más mínimo. Las cosas esas se hicieron y punto. Ya fue. Pero a veces le daba la impresión que Mello le tenía gran respeto y sentía que quizás lo que acababa de escuchar iba a hacer que lo viera de otra manera. Jamás hablaron sobre cuáles eran sus gustos, y tiraban más para hablar de ciencia, leyes...

Mello estaba encorvado, llorando sobre sus propias piernas. Le dolía verlo así.

Near se pasó al asiento de atrás, para consolarlo. Pero él se resistió por lo que había pasado anteriormente, no quería que lo tocarán. Sin embargo, en el final, se dejó caer en sus brazos abrazándolo con fuerza.

Cuando Near decidió ir a ver a Isahías, fue con la intención de descubrir una sola cosa. Semanas antes de su visita al hospital, él había dicho que tenía información importante. Se lo contó a regañadientes. Al parecer, estaba cerca de encontrar la dirección de Light Yagami. Sin embargo, no podía dársela a la policía. Podía ir a la cárcel.

La información se trataba de finanzas, recibos e inversiones. Yagami vivía en otra jurisdicción, y no tenía certeza de que Matt estaba con él. Podían inculparlo por robo a documentos.

Según los recibos y finanzas, compraron materiales para construir un cuarto para que el ruido no escapará de la habitación. Un cuarto acústico. Materiales médicos. Cadenas y esposas, algo que podía conseguirse con facilidad en un SexShop. El problema era que las cosas las compraron diferentes lacayos. Algunas cosas se recogían y se pasaban de mano en mano hasta perderse. Near e Isahías reconocieron que era una buena manera de despistar.

El trabajo que mantenía antes, diseñador de sistemas en una empresa de revistas llamada TnC, lo hacía desde casa ahora. Internet, facturas de gas y agua, se redirigían a otro lado y no tenía manera, aún, de localizarlas.

-¿Crees que podrás solucionarlos pronto?

-Sí. Son sólo inconvenientes de último momento. Instalé un programa para poder localizarlo lo más rápido posible... Pero eso significan semanas. -Isahías extendió su mano y le acercó una tarjeta. -Por cualquier cosa. Te preocupas demasiado por él.

Me sorprendí bastante cuando Near llamó al portero eléctrico de mi departamento. La verdad es que no esperaba encontrármelo más, pero como nos unía la relación que teníamos con Mello supuse que quizás se debía a él su inesperada visita.

-¡Estás re empapado! - Exclamé cuando lo dejé entrar a mi departamento. Sus ropas goteaban y me estaba mojando el piso.

-... No, es que estoy transpirando a full. -Me respondió sarcásticamente a mi obvia observación.

Le ofrecí una toalla pero rápidamente me di cuenta que eso no lo iba a secar. Lo agarré de la mano y lo llevé al baño urgentemente para evitar que me siguiera ensuciando el suelo. Busqué ropa que darle, y le traje un cesto para que metiera todo allí.

-Te van a quedar grande, pero hasta que se sequé tu ropa... - Le avisé. Coloqué todo en el seca - ropa. El pobre estaba temblando y podía escuchar que intentaba mantener sus mocos en la nariz.

Le di unos pañuelos para que se sonara y le pregunté que podía hacerle para tomar algo caliente. Tenía una gran variedad de bebidas calientes, incluyendo leche chocolatada que podía calentar. Él sólo me pidió un té.

Llevé las tazas. Me miró como si estuviera analizándome cada parte de mi ser. Pero antes de decir algo, él abrió la boca.

-Mello tuvo una llamada de Light esta mañana.

Esas palabras congelaron el tiempo. Sentí de repente una angustia en mi pecho. Mello era alguien a quien yo apreciaba mucho, nos habíamos convertido en amigos. Era fácil para mi ponerme en sus zapatos y tener que estar pasando lo mismo que él, era horrible.

-¿... Y? -Pregunté, dejando mi taza en la mesa.

-La llamada estuvo en altavoz. Al parecer, Light le había pagado el celular y lo dejó puesto para que se escuchara de esa manera. Dijo cosas que humillaron a Mello.

-¿Light había entrado a la casa de Mello, y lo configuró así?

-Exacto. -Contestó.- Dijiste que tardarías una semana en tener la dirección. Quiero que me la des.

-¿Puedo preguntar para qué?

Near guardó silencio.

-¿... Querés arreglar por vos mismo el problema? Eso es ridículo. ¿Qué vas a hacer cuando lo encontres? Porque te va matar así nomás, eh.

No me contestó.

-Sabés que no puedo hacer eso.

-¿Es por la plata? Puedo pagarte el doble.

-No, es por la confidencialidad. Y por profesionalismo. Le dije a Mello que él iba a tener la información. Y solamente él la va tener.

-¿Quieres que Mello se enfrente a él, con lo débil que está? Pensé que eras su amigo.

-Lo soy. Si Mello no esta bien ahora, se la daré cuando este bien.

-¿No crees que si Mello le da a la policía la información, tarde o temprano, te encontrarán? Lo dijiste tú mismo: podrías ir a prisión por robo. Y Mello no soporta muy bien la presión -Mintió.- Imagínate lo que hará cuando esté rodeado por esas preguntas. ¿Pero, qué crees que hará él si la policía cree que aún falta algunas cosas antes de ir ellos mismos? Irá sólo y directamente a dónde "podría" estar ese chico. Light lo matará ni bien lo vea. Pero seamos claros. Light puede saber dónde está Mello pero no se ensuciaría sus manos. Mandaría a alguien más.

-Te rastrarían, Isahías. -Continúo Near- Perjudicaste el nombre de alguien y llevaste a la muerte a otro por una información errónea. Porque si no bien recuerdo, ahora Light se llama Luke Niccals, ¿no? Yo no lo conozco, y otras personas tampoco. Seria la palabra tuya, contra la de alguien poderoso que está en sospecha. Vamos, los dos sabemos que Yagami no deja miguitas de pan para guiarnos a él. Es ahora una persona totalmente diferente. Si no hay rastros del... amigo de Mello – A Near le costó recordar el nombre de Matt- en su casa, fregaste a una persona. Una persona poderosa que puede matarte. Así que, aún sí tu abogado baja la pena, estarías igual en prisión porque él se puede costear uno caro, por ver el mejor lado. Creo recordar que no quieres estar encerrado, ¿es así o no?

Guardé silencio. Near tenía un buen punto de vista y me dio miedo. Pero mantuve mi postura. -

-Dime algo, -prosiguió - si Mello no hubiese despertado del coma ¿que hubieras hecho con lo que conseguido?

-... Hubiera vendido la información, anónimamente. -Respondí un poco incómodo.

¿Y por qué no lo hiciste?

-Espero siempre seis meses antes de hacer algo por mi cuenta. Si no recibo noticias de mi cliente después de investigar sobre su paradero, la vendo.

O sea que investigaste sobre mi paciente ¿o fue una excepción, Isahías?

-... Unas fuentes me dijeron su paradero y cómo estaba. ¿Por qué...?

-Porque esas mismas fuentes a las que usted consultó pudieron haberle vendido a Light Yagami que mi paciente había dejado el hospital ¿entiendes? - Me respondió levantando un poco la voz-.

-N- no, eso es imposible. Son fuentes conf-

-¿Confiables? ¿Eso iba a decir? Porque sólo hay dos personas que supieron de la salida de Mello, sobre cómo avanzaba la recuperación y el momento de su despertar de mi paciente, y no me incluyo. ¿No pensó que alguien podría estar escuchando su conversación con la fuente?

-¿Y por qué estás seguro tan seguro que no fueron tu misma gente? Quizás-

-Me gusta tomar precauciones, Isahías. Si hubiese sido "mi gente", ya lo habría sabido. -Procedió a explicarme como si tuviera algún problema mental.- Le pedí a cada uno que vigilará al otro. Se los dije de manera separada. Si notaban algo extraño, debían notificármelo. A ellos también les preocupa Mello, quieren su recuperación. Y su diagnostico, es reservado. -Hizo una pausa y después siguió amenazadoramente.- Bien podría acusarlo con la policía, le haría realidad su peor miedo. Estarán con presos que ya están acostumbrados a si mismo y a los demás, ¿no cree que usted seria un regalo perfecto a estrenar?

El miedo me recorrió de pies a cabeza. Se me puso la mente en blanco. ¿Quién mierda era este?

Así que le vuelvo a pedir: -y pausado, dijo- deme la dirección.

El seca – ropa avisó que había terminando su labor.

Se sentó a ver la tele, después de hacerse un te y comer unos pastelitos. Había empezado Pass Psycho. Básicamente la serie se trataba de detectives y "sabuesos" que con un dispositivo median si la persona era peligrosa.

Al superar los cien, se les podía retener. Pero a los doscientos, eran libres de disparar.

No tenía mucho entusiasmo para saber cuánto podía marcar él. Leía libros, veía series que quizás no era apta para muchas personas. Además, la persona que se metía demasiado en un tema, por ejemplo, el de una investigación, estaba en riesgo. O las personas que atravesaban una situación tráumatica.

Menos mal que no estoy en esa realidad, pensó.

Unos ruidos en la habitación le hicieron mirar hacía allá. Mello se había sentado en la cama.

-¿Ya estás despierto? -Preguntó Elle, acercándose. - ¿Estás mejor ahora?

-Perdón por lo de antes. - Contestó.

-No tienes que pedir perdón, Mells. - Algo inseguro, se sentó al lado de él.

Creyó que en ese momento podría necesitar el apoyo de un amigo. A pesar que en lo que a él respectaba nunca había sido muy bueno en ello. Si quería un abrazo o hablar, podía estar. Pero reconfortar con palabras nunca fue su fuerte.

-Mello, si quieres hablar, sabes que yo puedo escucharte. -Le dio a saber, apoyando su mano en el hombro.

-Gracias, Elle. -Apoyó el codo en su rodilla y su mano ocultó sus ojos. Entonces confesó:- … Matt me había dicho que me quería.

No supo a qué se refería.

-¿Que te quería?

Mello asintió.

-Le dije que yo también. Y nos abrazamos. -Hizo una pausa.- Pero después de eso... No tuvimos la oportunidad de siquiera pasar algo de tiempo juntos.

Eso lo tomó por sorpresa; la orientación de sus amigos y lo que sentían por ellos mismos. Matt siempre le había pareció un idiota que tenía mucha suerte con las mujeres. Eso debía decir que las Naomi Misora y su propia asistente ¿eran pasatiempos? No -Pensó Quizás sea bisexual. ¿Y por qué nunca se lo había contado, si eran como hermanos? Ya sabía que él apoyaba los derechos de los homosexuales y todas esas personas. ¿Se había acostado de la misma manera con hombres y mujeres? -Que extraño está resultando todo esto. - Se sorprendió.

Mello soltó una risita y le comentó-:

-Me acuerdo que esa noche nos habíamos agarrado a los golpes- Yo le ignoraba la cantidad de mensajes y llamadas que me hacía. Se puso muy loco.

-Matt es un poco parásito. -Dijo Elle.

-¿Parásito? No no, él una nueva clase de una puta sanguijuela jajaja.

-Jajaja, sí, esa manera de insistir...

-Estuve sin hablarle algunos meses. Su correo se fue a la carpeta de spam ¿Puedes creer que en un mes sean 100? Sus mails parecían entradas de su diario personal.

-Las llamadas eran lo que más me molestaban a mi. -Comentó.- Una, dos o inclusive tres llamadas. Está bien, lo acepto. ¿Pero quince? ¿En menos de dos horas?

-Estaba desesperado jaja.

Ambos rompieron en risas . Pero luego fueron bajando de tono, hasta desaparecer. Y dar lugar a la fría meláncolia.

-Como lo extraño. -Elle afirmó.

-Yo también...

-Extraño nuestras salidas juntos después del trabajo. Esas conversaciones triviales que nunca me gustaron. Las cosas ricas que hacia.

-Hay veces que no puedo dormir, pero por él. -Continúo.- Estoy preocupado. Sé que la gente cree que el asunto este no me importa demasiado. Porque no lo comento o porque no me he tomado días libres. Algo. - Suspiro.- Aunque sí lo hace. Mucho. No quiero que me agarre un ataque de nervios y esa conversación con Light hoy... -Se agarró el pecho y unas lágrimas le comenzaron a aflorar.

No pudo continuar.

A Mello en ningún momento -mientras abrazaba a su compañero- se le había pasado por la cabeza que alguien más podría estar mal por Matt. En todo este tiempo pensó que había sido solamente él.

Matsuda. Matsuda había desaparecido de sus vidas también. Junto con Linda. Se dio cuenta que ese animal no sólo le había robado a Matt: también su vida y amistades. A todos.

-Vine a darte apoyo a ti, pero hemos intercambiado puestos. - Dijo a modo de broma mientras intentaba terminar su llanto.

-No tienes que hacerte el fuerte conmigo, tú también puedes apoyarte en mi, Elle. -Contestó Mello.

Ambos se miraron, en mutuo acuerdo.

Una llamada interrumpió aquel momento. Provenía del celular del blondo, que estaba en sus manos.

Lawliet tomó el aparato para contestarlo él mismo, no iba a permitir que Mihael lo hiciera. Pero este le tomó la mano:-

-No, no contestes. -Le pidió.

Sin embargo, esta vez no aparecía "desconocido" en la pantalla. Sino un número de celular.

-Si, ¿quién es? -Preguntó con rudeza Elle.

-Hola... eh, ¿se encuentra Mihael?

-¿Oyó lo que le pregunté? Dije: ¿Quién es?

-Ah... disculpe señor. Soy el Detective Yagami. ¿Es este el número de Mihael Keehl?

Elle le preguntó a Mello y este afirmó.

-¿Hola, sr. Yagami?

-Buenas tardes, Mihael. O quizás no debería decir "buenas" con esta lluvia. He estado llamando al número del doctor River, pero no pude contactarme con él.

-¿Near? No, no lo he visto. ¿Llamó al hospital?

-Lo hice, pero la búsqueda no dio resultados.

-Oh... -contestó. - ¿Para qué lo necesita?

-Me gustaría hacerle algunas preguntas.

-¿Con respecto a qué, detective?

-Con respecto a Light Yagami.

-Q- ¿Qué quiere decir? Near no lo conoce y yo... empecé la relación con él mucho después.

-Disculpe que pregunte esto, Mihael. ¿Pero cómo fue su relación? ¿Terminaron en buenos términos?

No podía creer que estaba escuchando. Se levantó, enojado.

-¿¡Cómo se atreve!? Él ha estado conmigo desde que comenzó esta pesadilla -le gritó- ¡¿Y usted lo ve como sospechoso?! ¿Está loco?

-Lo sé... perdón por preguntarlas. Pero, es necesario para aclarar ciertas dudas.

-No, él no podría. No me traicionaría. - Se puso firme.

-Lo siento. Si pudieras hacerme el favor de llamarme cuando él se contacte contigo estaría muy agradecido. Adiós.

El detective cortó. Dejando a Mello con la duda.

-¿Dónde está Near? -Preguntó ansioso.

-Me dijo que saldría después que te durmieras. No me dijo a dónde.

Maldición pensó en su mente. ¿Que Near era un sospechoso?

Marcó otro número.

-¿Isahías? - Lo nombró ni bien atendió el teléfono. - Isahías, soy Mello. ¿Sabes dónde podría estar Near? Realmente no se me ocurre a dónde más llamar.

-Mello... Perdón...

-¿Perdón? ¿De qué?

-Near vino a mi departamento. Y, bueno, esa vez en el hospital, cuando me sacó. Él me pidió que le diera la información que tenía.

-Ah, sí, ¿y? ¿Qué conseguiste?

-Bueno... ¿Te acordás de esas cartas que recibiste en tu domicilio? Él y yo las vimos. En una de ellas decia algo extraño.

-Sí, ese enfermo me puso algo... -trataba de acordarse, pero no le salía nada. - Espera... -Asociaba las palabras que flotaban en su memoria. - Wolf... Wolframio. Decia "La ley... perjudica el amor del lobo". Algo así. Él es un lobo que intentará romper la ley para estar conmigo.- Terminó con una mueca de asco.

-... No, Near no me lo dijo con esas palabras. Me había dicho que era una anagrama.

-No, era un acertijo.

-Significaba "You will never escape from me".

-¿Nunca escaparé de él?

-Exacto. Él intentará tenerte de una manera u otra. Esta vez fue con Matt. Teniéndolo a él, te tiene a ti. Y por eso..., no puedes escapar.

La fiereza con la que se le aceleró el corazón lo obligó a sentarse. Se quedó con la mente en blanco. Mientras recibía el apoyo de su amigo.

-Mello... Near se había dado cuenta de esto. Yo no quería darle la información, ¿sabes? -Hizo una pausa.- Lo lamento mucho.

-¿Le dijiste a Near, dónde está Light? -Le preguntó en un hilo de voz.

No sólo estaba perdiendo a Matt, sino que ahora también era a Near.

-Él quería ir por su cuenta. Nunca ibas acabar con Light.

-¡¿Y SE CREE QUE ÉL SÍ?! -Un montón de insultos y y promesas salieron de su boca. -ESE MALDITO ESTÚPIDO. ¿Y ME DICE A MI IMPULSIVO? Dime a dónde carajos lo enviaste ¡Ahora!

En una de las esquinas más transitadas, se hallaba sin lugar a dudas la casa de Luke Niccals.

O mejor dicho, la casa de Light Yagami.

Observando la fachada desde dentro de un supermercado, Near esperaba pacientemente a que oscureciera. Iba a entrar y encararlo. O resultar muerto en el proceso.

La ciudad que escogió para mudarse quedaba a un par de horas de la suya. La razón por la cuál decidió venir sólo fue porque la llamada del mediodía fue la última gota antes de que se derramará del vaso. No iba a permitir ni un segundo más que Mello sufriera; y no podía importarle tanto Matt como para hacerlo solamente por él. Llevaba ya cuatro horas esperando hasta que anocheciera y la oscuridad recién se estaba instalando; por lo que las madres empezaban a retirar a sus hijos de la plaza que estaba enfrente de su objetivo.

Había sido impulsivo. Ni bien salió de la casa de Isahías, ni pensó en que estaría bueno en pedirle una peluca prestada a Nagamori; en algunas oportunidades se había acercado a compartir cosas con él relacionadas con anime y mangas, solo porque había grabado una de las frases de Shogo Makishima, el antagonista de Pass Psycho, para una alarma. Le dijo que una de las cosas que le gustaba hacer era disfrazarse de esos personajes y quería invitarlo para que se integrara.

Near rechazó duramente la invitación a pesar de sus insistencias.

Las miradas se asentaron en él ni bien bajo de su auto para estirar las piernas. Entró a un supermercado que tenía la calefacción al máximo y sintió como su temperatura corporal agradeció esa oleada de calor. Se acercó a los estantes de cuchillos y tomó uno: era moderadamente grande. Pero si compraba solamente eso podía generar sospechas. Así que llevó de paso los ingredientes para la picada de alguna reunión. Y agua en vez de cervezas o gaseosas. Sus labios estaban quebradizos y esas bebidas no lo hidratarían.

La dependiente lo miró.:

-¿Nuevo?

-En el barrio, sí. -Tardó en contestar porque se había perdido en sus pensamientos.- Vengo a visitar a unos amigos.

-¿En qué calle?

-Son los que viven en frente. Pero hasta ahora he tocado la puerta y no me han atendido. ¿Sabe si se fueron de vacaciones o algo? Odiaría que me hayan dejado plantado. - Habló con un falso tono de preocupación y de sentirse herido por ello. Y esperó que no hubiese sonado muy actuado.

-No te sabría decirte con exactitud, no tengo buena memoria- le contestó con una risita nerviosa-. Pero Luke me dijo algo así como que iba a estar para mañana. No me dijo a dónde iban, lo lamento.

-¿En serio? -Suspiró frustrado. -Y yo acá comprando cosas para comer allá... -Sacó su billetera.- ¿Cuánto es?

Al salir del negocio, las ráfagas de viento empezaron a empeorar violentamente con ese murmullo característico. Ya refugiado de nuevo en el auto, pasaron solo unos momentos cuando un árbol se cayó y empujó un poste eléctrico; por lo que varias manzanas repentinamente se quedaron si luz. Incluyendo la suya.

A las ocho de la noche no había nadie en la calle y los negocios cerraron. Quedándose solo en una ciudad sumergida por la oscuridad.

Fue por eso mismo que se sobresaltó cuando la misma mujer golpeó su ventanilla. La miró sorprendido mientras bajaba la ventanilla.

-¿Por qué sigues esperando?

-Me mandaron un mensaje de que estaban en camino. -Mintió.

-Oh, bueno. Este frio es horrible -le extendió un vaso de plástico que estaba caliente y también algo para comer. -Es café y algunas donas. Que Dios te bendiga. -Se despidió.

Near agradeció el gesto y se dispuso a calentarse con la bebida. Estaba hirviendo. Tomó unos tragos después de soplar, pero estaba demasiado amargo para su gusto. Así que lo dejó.

Salió del vehículo y asegurándose que no había nadie que pudiera verlo, fue hasta la puerta del lugar.

Se quedó en frente intentando prevenir que podría suceder.

Alarmas. Éstas podían funcionar aún sin electricidad por sus baterías internas. Le iba a tomar tiempo encontrarlas y desactivarlas.

"Aunque no sabría muy bien cómo..." -Pensó.

"Quizás tengas algunos perros" No conocía muy bien a Light, así que no sabía si era la clase de personas que le gustaba tener animales de compañía. Las ventanas parecían selladas, y si pasaba algo, se le seria más complicado huir. Y entrar por ellas rompiéndolas...

¿Qué pasaba si la vendedora le había mentido? ¿Si Light planeó todo y estaba adentro esperándolo?

Suspiró frustrado. No podía perder el tiempo dudando. Si él estaba o no, lo descubriría cuando diera el primer paso hacía adentro.

Abriéndolo con los dientes, sacó su cuchillo y ayudó a forzar la cerradura. Le resultó increíblemente fácil.

Sospechoso.

La luz del celular iluminó cada rincón. Pensó que había sido por la falta de luz que no veía ningún mueble. Pero no fue así.

La casa en verdad estaba vacía.

La sorpresa dejó a Near sin habla y un montón de preguntas se le formaban en su mente. '¿Me mintió Isahías? ¿Llegué demasiado tarde? ¿A dónde fueron?

-No puede ser. -Negó en el espacioso living.

No había nada. Ni mesas, ni sillas. Ni sillones o televisores.

Ni electrodomésticos, adornos, fotos o bibliotecas.

Sin reparo alguno, subió las escaleras para ir al primer piso. Revisó en las habitaciones, en los baños y detrás de retrete. Sin embargo, la casa estaba sin nada.

El único lugar que le quedó por revisar fue la cocina. Y dispuesto a ir allí, se percató que los pasos en el piso de madera se sentían diferentes, como si abajo estuviera vacio. Volvió a sus pasos para confirmarlo, y efectivamente, era así. Alumbró con su teléfono. Pasó sus dedos intentando encontrar una ranura. Pero de pronto se acordó que el café podía servir. Sólo un par de minutos en traerlo y procedió a realizar la tarea. Ese lugar seguramente fue tapado con una alfombra cuando todavía había gente que habitaba la casa.

Con desesperación, metió el cuchillo e intentó abrirla. Pero creyó que si seguía insistiendo lo iba a romper. Parecía estar cerrada desde adentro.

Esto lo sorprendió. Si era así, entonces debía haber una salida en otro lugar. Isahías le dijo que no tenían patio trasero. Lo único que se le ocurría era que la otra entrada debía estar afuera, en la calle. Pero no tenía tiempo de buscarla. Entonces salió de la casa, confiado de que no habría nada en el lugar que sirviera a su propósito de destruir. Y fue hasta la plaza. Algunos ladrillos estaban flojos así que los trajo consigo lo más rápido que pudo. Iba a romper a esa puerta como fuese y sin importarle el ruido.

Era imposible romper también el candando, por lo que hizo un gran agujero para que pudiera entrar. Aunque hiriéndose en el brazo con una punta afilada en la madera que no había visto. Se balanceó en el vació hasta que tomó valor y se lanzó. Creyendo que iba a desaparecer en un pozo negro, cayó sobre sus rodillas en un piso de concreto. Levantándose, apuntó con el celular lo que parecía ser el inicio de algún pasillo. Atrás estaban las escaleras por donde pudo haber bajado y la abertura que hizo no había sido tan alta.

-Como sea. -Murmuró. -Si está todo oscuro ¿cómo mierda iba a poder ver? Todo se ve... horrible.

La luminosidad ayudaba bastante a ver por dónde iba, sin embargo, Near se sentía que el peligro lo acosaba. El pasillo era angosto y de paredes blancas. El eco de sus pisadas lo mantenía con la guardia en alto.

El pasillo se ensanchó y unas escaleras hacía más abajo lo dirigían a una puerta. La puerta final que, con un leve resplandor propio, era la luz al final del túnel.

Se fijo por el rabillo sin temor. Se podía ver que había un hombre en el suelo.

Un hedor insoportable se expandía.

-¡Ey! ¡¿Estás bien?! -Preguntó Near golpeando fuertemente la puerta.

Pero no tuvo respuesta alguna. Insistió un momento más, dándose cuenta que era inútil.

Volvió a fijarse por el rabillo. Si era quién creía que era y estaba muerto, Mello podía ser capaz fallecer de depresión. Podía divisar que tenía el cabello oscuro, y estaba desnudo. Eso era lo único.

Con una fuerza que desconocía, empujó la puerta una y otra vez para abrirla. Y cayó otra vez sobre su rodillas. El fuerte olor le provocó unas fuertes ganas de vomitar. Pero se contuvo alejándose unos breves minutos para poder recuperarse. El corazón le latía al máximo y tenía tanto miedo que las manos le temblaban violentamente. Cerró los ojos con fuerza para prepararse de nuevo, y volvió con la nariz tapada. Se aproximó al cuerpo despacio, tratando de examinarlo desde una distancia aceptable.

Había un reflector conectado a una batería de auto, y eso lo iluminaba de pies a cabeza.

"Quería que lo encontrarán". Advertía con facilidad que las heridas en sus muñecas, cuello y tobillos eran el producto de haber sido amordazado. Todavía se notaba la textura de las cuerdas en su piel roja amorotanada.

"Se han ido recientemente" Su cuerpo estaba manchado de hematomas negros, y de moretones de diferentes colores. Manchado de heces y el olor a orina, los lastimados estaban infectados. Near, tomó su muñeca y le tomó el pulso.

¿Cuánto tiempo había pasado ya? Una cosa era vivirlo en el exterior, con lágrimas y angustia. La otra era aquí, muriéndose de a poco del hambre; con una tortura que se practicaba como la respiración. La desesperación que daba la sed y el sueño. Deseando que la muerte llegara pronto.

Sin querer, sus ojos comenzaron a aguarsele. No comprendió por qué comenzó a llorar. Quizás se debía a la sorpresa que se llevó cuando Matt todavía tenía pulso. Su corazón seguía latiendo. ¿Pudo haber entrado en coma?

Sacó inmediatamente su celular mientras cubría al pobre con su abrigo. Pero no tenía señal.

Maldijo.

-Ya regresaré, Matt.

Colocó el cuchillo en su cinturón y el móvil en el bolsillo de su pantalón. Subió las escaleras esta vez y al llegar a la salida, sacó el celular dejándolo en el piso y luego apoyó sus brazos mientras sus piernas colgaban esperando subir también.

Pero, sin embargo, una figura irreconocible por la oscuridad, lo detuvo de seguir avanzando.

Ambos se quedaron quietos un momento, intentando saber quién era el otro. Near tomó el teléfono vacilando, y la luz obligo a que el extraño se apartara.

-Mierda ¿quién es? -Preguntó furioso. -¿Qué está haciendo aquí, eh?

Near completó el último trazo que le faltaba, y controlando que el nerviosismo no atacará su voz, habló:

-¿Mello?

-¿Near? -Su sorpresa lo delató. -¿Qué pasa? Y hazme el favor de bajarme eso, por favor.- Pidió molesto.

-¿Cómo es que haz venido a dar con esta ubicación? -Se limpió la transpiración de su frente. 'Qué me pasa...' Sus ojos le pesaban, pero estaba haciendo su mejor esfuerzo para no dormirse.

-El detective Yagami llamó, me dijo que eras un sospechoso. Entonces llamé a Isahías, ¿por qué no llamaste a la policía, idiota? Sería para mi horrible si algo a ti también te pasará. ¿No pensaste en eso, no es así?

-Pero no pasó. -Respondió sin rodeos. - Estoy aquí por Light. Para pararlo de esto, pero...

-¿Y l-lo encontraste? -Near negó. - ¿Y...?

-Me gustaría que no bajaras, sabes...

-¿Por qué? -Preguntó con ansiedad.- ¿Está... o no?

-Mello, hazme caso. No bajes.

Él lo miro unos segundos, con terror en sus ojos celestes. Su expresión por default era su cara de póker, y por eso advertía con facilidad que estuviera en shock por sus palabras, así que él le volvió a preguntar.

-¿Por qué? ¿Está o no...?

Near notaba que estaba sintiendo algo de frio, el temblor de las manos extrañamente no se iba.

-Mierda -exclamó Near. Sacó su teléfono mientras alejaba al blondo lentamente hasta la puerta, se había olvidado de llamar a la ambulancia. -Espere- Pero de una manera repentina, Mello lo empujó tan fuerte que lo tiró al suelo; y lo único que pudo hacerle Near fue mirar como sin pensar dos veces él saltó al pozo.

Se levantó tan rápido como pudo, doliendole su cuerpo y copió el acto de lanzarse al vacío. Tomó velocidad. Escuchó su tos, seguida por el vómito. Y corrió solamente para encontrarlo sumido en las sombras, observando petrificado el cuerpo de Matt.

Near no sabía que decir. Las piernas le estaban flaqueando. Y lo único que se le ocurría era el café...

-¿Tú le pusiste el abrigo? -Preguntó luego de una pausa, limpiándose la comisura de su labio.

-Sí.

-¿Él...?

-Está vivo.

Cayó arrodillado, rendido al escucharlo. Como si todas sus fuerzas lo abandonaron en el momento de verlo. Prácticamente, cuando oyó el golpe sordo de Near al desvanecerse contra el suelo, ni siquiera desvió su atención. A pesar de todo lo que había hecho, sencillamente no pudo preocuparse por su amigo. Acarició con el dorso de su mano el rostro de Matt, con una ligera sonrisa. Y susurró un claro "te encontré, cariño".

Sus lágrimas empezaron a resbalarse en la mejilla de Matt cuando lo acomodó entre sus brazos, abrazándolo desesperado mientras aguardaba la llegada de los paramédicos.

Notas finales:

Un comentario me subiría la autoestima.

Em... -suspira- Me costó hacer este cap. Son 16 hojas. Casi 17. Jamás había escrito tanto.

Se acerca el fin :1

Gracias Hammy por comentar :)


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