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El Show de Keehl por Ocios4-SvNs

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Notas del capitulo:

En el cap anterior:

Cayó arrodillado, rendido al escucharlo. Como si todas sus fuerzas lo abandonaron en el momento a verlo. Prácticamente, cuado oyó el golpe sordo de Near al desvanecerse contra el suelo, ni siquiera desvió su atención. A pesar de todo lo que había hecho, sencillamente no pudo preocuparse por su amigo.

Acarició con el dorso de su mano el rostro de Matt, con una ligera sonrisa. Y susurró un claro 'te encontré, cariño'. Sus lágrimas empezaron a resbalarse en la mejilla del  muchacho, abrazándolo desesperado mientras aguardaba la llegada de los paramédicos.

17: Receso

Llegó a la escena del crimen hecho una bronca. Ya que después de haber podido conciliar el sueño en su día libre, lo llamaron con urgencia. Al llegar, la ambulancia estaba marchándose, y Mello no lo saludó, sino que lo empujó y se metió apurado en una patrulla que entonces seguiría al móvil de letras al revés. No tuvo que guardarse las dudas cuando su compañero lo actualizaba de lo que había sucedido ni bien lo vio y lo arrastraba hacía adentro.

Al día siguiente deberían volver y empezar a buscar algún testigo. Llamar a la inmobiliaria para que saber quién se encargaba de vender esa casa. Fijarse que se filtraría a la prensa, y qué no. Iba a ser difícil, porque los flashes iluminaron la salida de los jóvenes que tenían la luz del foco pre juicioso sobre ellos.

Una de las cosas que siempre entran en juego en esta clase de asuntos que generan mucha intriga, es la de los programas -ya sean de chismentos o informativas- que siempre se ponen a debatir con su pseuda inteligencia quién y qué había sucedido en el caso. Provocando que la opinión de aquellos que se creían detectives , hicieran que lo que decían fuese considerado como la verdad absoluta. En otras palabras, la opinión de la mayoría es lo que cuenta. Y no quería que algo les pasara a los chicos.

Como Mello y Near llegaron antes, y conociendo que ambos era bastantes reservados con sus vidas y demás, podrían desencadenar cartas de amenazas hacía sus personas e incluso agresiones. El doctor ya estuvo al tanto de las molestias cámaras que por unas semanas lo perseguían para que les diera la exclusiva del estado de su amigo, pero por suerte, él se mantuvo firme e inmutable ante la presión.

Pero el otro no reaccionaría así frente al problema del acoso.

El detective Yagami salió con apuro luego de inspeccionar el lugar donde Matt Mail Jeevas había pasado cautivo durante tres. Exhaló con fuerza por su boca mientras masajeaba el tabique de su nariz. Tres meses. Pensó, horrorizado. Y fue a sentarse en el asiento del copiloto de su auto.

-No sé porqué sales corriendo, si ese agujero ahora está más limpio. Debiste ver lo que era hace media hora.

-El olor...

-¿Y sabes cómo nos enteramos? Una llamada anónima. -Dijo Ukita.- Fue una mujer otra vez.

-Takada estará más involucrada en esto... Si no es ella quién hizo la puta llamada. -Un mosquito revoloteaba alrededor de su pierna. Soichiro esperó hasta que se posará. Y cuando lo hizo, se golpeó la pierna y eso hizo saltar a su compañero que estaba distraído. -¿Qué pasó con Matt? ¿Lo viste?

-Sí. Está horrible... Sucio, por todos lados. Los paramédicos tuvieron que ponerse mascarillas. Estaba muy desnutrido. Muy. Parecía que no tenía piel para cubrir los huesos. -Decía con pesar.- No sé cómo pudo sobrevivir a todo esto, ya te lo estoy diciendo. No te das una idea de lo golpeado que estaba o la cantidad de heridas que tenía. Y lo peor de todo era como estaba éste chico... ¿Mello...? Tuvimos que sacárselo de encima, abrirle los brazosporque no lo quería soltar. Me hizo mal ver eso. Sabes como lloraba... -Sacó un cigarrillo de su bolsillo con las manos temblorosas, y comenzó a fumarlo. -Que caso de mierda.

-¿Estaba con Near?

Asintió.

-Los paramédicos llegaron antes que yo, lo vi en la camilla. Todo esto fue hace poco. Por suerte ya hay luz ahora, porque todo estaba completamente oscuro. Mal. Era la boca del lobo. Y ese tal Near, me dijeron que se había desmayado ahí adentro. Y no lo culpo, yo también lo hubiera hecho.

Las personas curiosas se acercaban y algunas camionetas, las de reporteros con sus antenas televisivas, se acercaban hasta rozar la cinta amarilla que cercaba el perímetro con su ya conocida leyenda. La gente no paraba de hablar y había mucho ruido.

-¿A qué hospital lo llevaron?

-Al Keisuke Rhapttar.

-Está a un par de kilómetros de acá... ¿Qué crees que le sucederá? -Preguntó Yagami.

-No lo sé. Como van las cosas, no quiero decir nada. La casa estaba vacía. Como nueva. Pero ese sótano...

-Eso me llamó la atención -comentó Soichiro- ¿la gente no vio movimiento? ¿No escuchó algo? -

Negó.

- Tú viste por tus propios ojos que esa habitación estaba con muros de concreto, bajo doce metros de la superficie. Y en el mismo lugar, había una entrada y salida. La entrada es por dónde nosotros entramos recién.

-Si la salida era una puertita bien camuflada en el piso, ¿a dónde llevaría? ¿A un patio? ¿A una calle? ¿Un callejón?

-Esa salida está bloqueada. -Se le acercaba un hombre quitándose el casco que era parte del traje blanco, de esos que usan los científicos con casos que existe el riesgo de contagio. -Tardaremos mucho en abrirla.

-¿Cómo te van las cosas allá? -Se interesó Ukita.

-Horrible. -Contestó directo.- Estamos limpiando, un par vómito. No me pagan lo suficiente para hacer esta porquería. -Les dijo antes de marcharse a una camioneta para cambiarse de ropa un momento, en donde los periodistas lo acosaban con preguntas que aún no sabía cómo responderlas.

-Me gustaría saber cómo es que Mello y Near se enteraron antes que nosotros.

-A mi también. Pero creo que la persona que había investigado su caso es la misma que a nosotros nos mandó las cajas -le contaba con una ligera expresión de alegría- y cajas con todo el material que necesitamos para ponernos en marcha otra vez con esto.

-No entiendo -dijo el detective mayor- . En nuestra base de datos lo que poseemos es poco y nada ¿cómo...?

-Eso tenemos que averiguar. Pero lo que me contó el capitán es que Light Yagami se cambió el nombre a Luke Niccals y su novia, la ex-actriz porno, también. Y los dos están hasta el cuello con ésta nueva información.

-Hay que bloquear todas las salidas de la ciudad y del país. Dame el celular.

-¿Te piensas que no lo saben, viejo? Están en eso. -Le aseguró mientras daba la vuelta por el frente para entrar por el lado del conductor, y puso en marcha el vehículo.- A mi lo que me gustaría saber, más que nada, es ¿por qué?

-¿Por qué, qué?

-Porque lo hizo. Nos dejó a Matt vivo . Casi muerto, pero vivo. Pudo matar a Matt así nomás en vez de torturarlo. -Soltaba el humo mientras lo decía, sin importarle que Yagami le molestará que fumará.- Y cómo se enteraron que Mello y Near iban para allá.

-Porque quería que Mello sufriera. Todo esto es un crimen pasional...-observando de reojo a su compañero que no había captado ese detalle, el mayor continuó-. Nosotros estamos trabados con el caso desde hace meses . Y no nos han hackeado, y si lo hubieran hecho, no habrían podido averiguar mucho más. Así que las persona que nos dio la información para que nosotros averigüemos más, es la misma que les avisó a los chicos...

-Y quizás fue la misma que les advirtió de que ellos iban para allá. -Prosiguió Ukita.

...

Mello estaba con un nudo en la garganta desde que hicieron de vuelta el viaje al hospital. Estaba consciente de que las personas lo miraba porque destapó sus ojos -que vidriosos estaban- del cabello que le tapaba para ver mejor la situación. Su blondo pelo era ahora sujetado por una vincha que Linda le dio cuando se dio cuenta de como se lo levantaba para hacia arriba. Estuvieron hablando un rato, mientras se tranquilizaba de a poco de la horrible experiencia que había pasado.

No podía importarle menos el resto de esas miradas, que aunque bien eran compasivas debido a su expresión en el momento, le traían sino la mismísima hipocresía. Ya que en otra ocasión, esas mismas personas le hubieran visto mal.

Los odiaba.

-Hey...

Volteándose sin ganas, la joven le alcanzó un vaso de café para que se calentará. La noche tenía una temperatura de seis grados ºC y él estaba muy desabrigado. Demasiado. Quería controlar el temblor de sus dientes castañeteaban.

Colocándose al lado de él, dejó que su presencia sirviera como algo de apoyo porque sencillamente no había nada que decir.

O eso creía.

-¿Cómo es que te enteraste de todo esto? -Preguntó Mello, mirándola de reojo.

-No vine por él. Mi abuela está internada. -Luego de una pausa que aprovechó a tomar su propio vacito de café, confesó:- Morirá pronto.

No contestó.

-Aunque ya era hora -prosiguió ella -, tiene cerca de 98...

-Eso es mucho.

-Si vivís bien, por supuesto. La pasas con los seres querido, que te querrán y llorarán la perdida. -Hablaba con un poco de bronca-. Pero debe ser horrible para aquellas que tienen mucho de qué arrepentirse y no tienen nadie a su lado.

-¿A qué te refieres?

-Sólo digo. Creo que hay personas que vivir a semejante edad seria un castigo que saben que se merecen, pero que nunca lo admitirían abiertamente.

-Supongo. - Comentó, receloso.

-Si una persona le ha cagado la vida a otras, haciéndolas irrecuperables en todo sentido de la palabra ¿también merecen a su familia -si es que la tienen- a su lado hasta el último respiro? Si son personas horribles que han arrastrado a otras a su propia desgracia, contagiando sus horribles problemas a otros ¿Esas personas merecen vivir todo un siglo o no, Mello?

-Linda.

-¿Son personas que tendrían un funeral en la que sólo el padre haría la misa, y también seria el único que asista? ¿O morirían solas, sin que nadie se haya enterado que su cuerpo pereció? -Él la miraba serio.

-Ya basta.

-Porque yo creo que son personas que merecen vivir mucho después que sus cuerpos, siendo esclavos de este ¿sabes? Porque merecen eso y más. Porque son unos seres despreciables y nadie los extrañar-

-¡Córtala! - Ella lo miraba confundida. -No me gustan las indirectas, Linda. -Le tendió la vincha que le dio. -Pensé que eras más que eso.

Tomó lo que era suyo y se marchó como si nada luego una leve disculpa, que no iba dirigido hacia él obviamente.

Fue a sentarse en una de las filas de asientos que estaban pegados a la pared justo cuando uno se desocupó. Apoyó su cabeza en el mármol mientras que el café despojaba un poco el frio que había en sus piernas y él cerraba sus ojos ya cansado. Linda era una estúpida.

Escuchando por lo bajo a la gente que iba y venía; había prendido su mp3 que encontró de casualidad en sus bolsillos. Probablemente Near, que le había llevado la ropa, tampoco tuvo idea del aparatito en el interior.

Comenzó a pensar en él. Le dijeron que la razón de su des compensación era a causa del estrés y una mala alimentación. Que estaba famélico. Tenía el pulso muy bajo, así que era de esperarse que se desmayara. Quería saber saber por qué había ido él sólo, por qué molestarse.

Y sabía la razón. Algo que lo hizo molestarse aún más.

Nunca se llevó muy bien con él, y sólo mejoró su relación una vez que se dieron cuenta que el propósito de su desagrado se debía a una, tan conocida, tensión sexual. Mello no quería aceptarlo, pero le fue imposible resistir más cuando Nate le besó. Los opuestos se atraen, decían. Pero luego de unos meses, todo se fue a pique debido a eso ; y se hablaron solamente lo necesario debido a que era unos de los médicos favoritos de la empresa en la que trabajaba en ese entonces. Quién sabe si aún lo llamaban.

Ya se había dado cuenta queel albino lo quería mucho a su manera después de todo. Pero ir allá, habiéndole dicho que si ponía un pie en dónde sea que Light estuviera, lo mataría; e ir encararlo él mismo...

De sus labios salio una risita amarga. Esa actitud era suya. Ser impulsivo y estar fuera de control una vez que se proponía hacer algo. No de él. Que esperaba el mejor momento para contraatacar desde las sombras.

Vaya que resultó ser una mala influencia para el siempre "analítico y serio" de Near Rivers.

¿Qué iba a ser con su vida ahora? Se preguntó a si mismo, dejando que la tristeza lo atacara otra vez. Matt, a quién por fin pudo encontrar, estaba en pésimas condiciones. Cuando el doctor revisó a Near, lo primero que advirtió y después confirmó, era que estaba demasiado delgado. Y era por desnutrición, algo que alertó a Mello. Le contó de paso que la clasificación en la que se encontraba era moderada.

Y con respecto a Matt... Desvió la mirada cuando afeitaban su cabeza; no perdían el tiempo, y entre una tarea y la otra, limpiaban las heridas, el cuerpo, y conectaban en su brazo una sonda para administrarle los medicamentos porque tenía hepatitis; también esos desagradables lastimados estaban rojos y con pus, por lo que necesitaban urgentemente ser atendidos. No sorprendió a nadie ninguna de las noticias. Al verlo ya en la clara luz, quien hubiera conocido a ese joven, diría que no era él. Se notaba con demasiada -y escalofriante- facilidad las cuecas de sus ojos a través de la piel, las ojeras verdosas en la piel amarilla que ahora poseía. Sus labios, completamente rotos por reiterados golpes.

En fin, los médicos le dijeron que se prepara para lo peor.

Se tapó los ojos con sus manos mientras pensaba en cómo fue posible que Ligh hubiera escapado de ahí antes de que ellos llegarán. O ¿acaso él nunca había estado, y contrató gente para...? Porqué me pasa todo esto. Ahora sabía cómo era que la gente tomaba la decisión de suicidarse. Las cosas le estaban llegando a un punto en el que lo estaban ahorcando, y era obvio que llegó al punto sin retorno. Los médicos que atendieron a Matt le aconsejaron que visitará un psicólogo, a lo que negó rotundamente. No estaba tan loco para ir, aún no.

Debía matarlo. Recordaba con exactitud lo que Isahías le había mencionado: como tiene a Matt, es una forma de tenerte a ti también. Así que eso significaba que cualquiera, relacionado con él, estaba en peligro.

Y si Light Yagami hacía todo esto para que se encontrará con los tentadores brazos de la muerte, ya que era su objetivo desde el principio, estaba muy equivocado que sucumbiría tan fácil ante ese placer.

-¿Cómo estás? - El detective Yagami cortó esa melancolía que traía el muchacho por la irritación cuando se sentó a su lado.

No le respondió.

-Sé que esto debe ser difícil para ti, debido a todo lo que haz tenido que-

-Guárdese eso. ¿Quiere saber cómo estuvimos antes que ustedes, no? -Soichiro asintió, también cansado. Mello subió su pierna para pegarla a su pecho, y apoyó el mentón en la rodilla, procediendo a contarle cómo fue que dio con la calle. Pero antes de que pudiera decir más de dos palabras, una mujer corriendo con un micrófono que era seguida por su camarógrafo, le interrumpió y empezó a hablarle sin respiro.

-Muchachito, sino es mucha molestia ¿podrías decirnos qué fue lo qué pasó con Matt Mail Jeevas? Somos del noticiero 'Intrusos' para el canal telefé. ¿Es verdad que Matt podría morir? ¿O que ya está muerto?

-¿Qué...?

Hubo un momento de silencio que Soichiro se pasó la mano por el rostro, como signo de incredulidad a lo que dijo esa mujer idiota.

-Escucha... -Pero el mayor no pudo continuar.

-También nuestras fuentes nos dijeron que trabajaste como actor pornográfico. ¿Todavía sigues en ese medio? -El camarográfo le pedía que se callará, pero ella no le hizo caso.- Contesta, por favor. Estamos muy interesados. -Sonrió.

La empujó con violencia contra la pared, como si fuera algún pedazo de carne a punto de ser devorado por un tigre. Algo que sorprendió y asustó a todos lo que miraban la peculiar escena.

-¿Escuché bien? -Preguntó retoricamente. -¡¿En serio dijiste lo que escuché, estúpida?!- La mujer intentó retroceder, pero no pudo. Sin saber qué decir, temblaba.- ¿¡CÓMO MIERDA VAS A PREGUNTAR ESO, ANIMAL?! -Le gritó rojo de la furia y con un tono de voz más grave...-. Tienes tanta suerte de que no pueda golpearte, porque ahora mismo estarías en el piso de las trompadas que te daría. -Amenazó, sujetándole el cuello de la camisa.

-Pero... -se corrigió rápido el hilo de voz que le salió.- ¡PERO, escucha... nosotros como periodistas necesitamos informar qué ha pasado! Por favor... ¡es mi debut!

No lo soportó, y como testigos había varios cuando le agarró de la cabeza y la llevaba a fuera del hospital. A pesar de los gritos que le pedían que se detuviera, y trataban de pararlo, él siguió como si nada.

-¡Hija de puta! -Respondió con tanto odio en sus palabras, librándose de los cabellos que se quedaron entre sus dedos. -Tu boca no sirve sino para chupar, porque para hablar, es mejor que no digas nada. ¡Pendeja de mierda! ¡LARGO DE AQUÍ! ¡LOS DOS! Si se llegan acercar a Matt, los mato. ¡¿Me oyeron?! ¡Los mataré!

El camarográfo la filmó tirada en el suelo, llorando por impotencia. Mientras pedía que disculpara a la inexperta reportera, que sin dudas seria despedida.

Una mano se apoyó en el hombro de Mello y él, sin dudar, tiró un puñetazo sin ver a quién. El que ahora sangraba a montones era el detective Yagami, que se acercó para detenerlo e intentar calmarlo. El rubio se arrodilló junto a él sin vacilar. Arrepentido, murmuraba que lo sentía.

-Mello... voy a tener que arrestarte. -Declaró con pesar Soichiro, sacando las esposas

Notas finales:

Epa, Mello yandere grrr

Bueno, como se daran cuenta... eto, no termina acá :C


¿El por qué? Es que me di cuenta que quizás,  si no iba a ser muy rápido todo. Y sí, iba a terminar muy rápido si de un cap para otro Matt se recuperaba y empezaba a ser el mismo, después de todo lo que pasó :S

Disculpenme si las ilusione ;n;

 

¡Agradezco muchos sus comentarios!

-se va del telón ante que le tiren ladrillos en vez de tomatazos-


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