Al Jersey Shore
Movía el mouse para colocar la carta de letra A sobre la carta número 2 de su Solitario en la vieja computadora noventena que tenia frente a si para seguidamente un doble clic, mientras recitaba fríamente y de memoria los últimos pasos a seguir para la instalación de "hágalo usted mismo" con el torpe cliente en el manos libre de su joven compañía.
-Muy bien... Muchas gracias por haber elegido Tarava para tener Internet. Adiós.
Hizo una pausa de su hobby cuando le preguntó si quería volver a jugar segundos después de que saltaran todas las cartas que tenia en el juego mientras que un texto que indicaba, en rojo y en el estilo negrita de la fuente Arial, "¡Felicitaciones!" al haber ganado por décima quinta vez la partida tan monótona de cartas.
Se levantó con el cuerpo cansado de la silla en la que había reposado su cuerpo toda la mañana desde que había llegado a su cubículo gris, que adornaba como todos allí, con cosas lindas en las que dirigir la mirada para descansarla de la reluciente pantalla del monitor y con algunos memos. O deseos que quería cumplir y era una razón para seguir perseverando en aquel rutinario espacio de trabajo.
Pensaba en Halle, cuando se dirigió con pasos pesados hacia el dispenser que quedaba al final del pasillo. Le molestaba que ella hubiera mantenido una relación tan intima con otro de sus compañeros, Gevanni, de una forma secreta. Con un simple "tengo novio" o "estoy viendo a alguien" era suficiente para él. De esa forma, no tendría que haber pasado por tantas insistencias que eran ignoradas y el "quiebre en mil pedazos" dentro de su corazón cuando los descubrió apasionadamente tocándose y besándose en el último turno de la noche en la sala de fotocopiadoras.
-¡Hola, Matt! -Saludó efectivamente su compañero de cubículos.
-Matsuda... no te vi hoy. -Mintió mientras dirigía una rápida mirada al lugar que lo rodeaba tomando su vasito de agua.
-Oye... N o te ves muy bien, Matt. -Dijo con preocupación poniendo una mano en el hombro del pelirrojo.- Estás más pálido y ojeroso que nuestro jefe...
Matt carcajeó ante esa comparación . Le agradaba esa parte de su amigo/compañero que demostraba siempre una preocupación desde su primer día allí por todos y todo en ese lugar tan cerrado que parecía que a nadie importaba nadie.
-Por favor, Matsu.-Respondió entre risitas- Estoy bien , sólo que no he podido dormir estas noches...-se interrumpió a si mismo con un deje de tristeza en su mirada recordando lo que había visto en ese sucio sitio hacia unas semanas atrás.
-Puedes contarme si tienes algún prob-
-No, de hecho no puede. -Cortó fríamente la conversación de aquellos dos la secretaria. -El jefe quiere verlos a ambos ya mismo.
-¿Dijo por qué razón? -Preguntó Matt.
-Su desempeño.
Ambos intercambiaron miradas.
...
Lawliet se encontraba detrás de su escritorio sintiéndose un poco frustrado que el ventilador de su oficina era la única cosa que podía hacer el intento de dar aire fresco a su entorno. El aire acondicionado había fallado por un corto circuito perjudicándole a él y a todos en el pequeño edificio; el cual iba camino a la cima de las ventas con buenas decisiones por parte suya y su vice presidente Watari. Pero, aunque el éxito estaba asegurado, el estado del buen humor de sus empleados se encontraba ligado a la comodidad que una cantidad disminuida de ventiladores no podían ofrecer para todos ellos; afectando el ánimo para atender llamadas de los clientes.
La señorita Takada Kiyomi abrió las puertas de su oficina con los dos sujetos que le pidió amablemente que trajera.
-Gracias srta. Kiyomi. Ya puede retirarse.
Después de que ella cerrara las puertas silenciosamente, él miro a los jóvenes y comenzó a decir:
- Lo que les diré no tomara demasiado tiempo por lo tanto no es necesario que se sienten. -Los observo un momento y rápidamente les habló una forma amigable:- Aflojen sus hombros señores que no están despedidos. - La razón de decir aquello fue que las pocas veces que llamaba a alguien a su oficina (excluyendo a Takada y a su vice presidente) era simplemente para despedirlos por ineptitud o ineficacia.-Tal como les dijo mi secretaria, el desempeño que ustedes han dado a esta empresa ha sido la razón por la que ahora se encuentran aquí. - Dijo llevándose el pulgar a sus labios observando unos papeles en el escritorio.- Por medio de quejas telefónica que algunos de nuestros clientes han hecho a mi oficina, la actitud que ustedes les brindan ha sido la mayor queja que ellos han me han ofrecido con mucha discordia. -Hizo una pausa para verlos- ¿Pueden decirme a qué creen que se deban las quejas?
Se produjo un silencio unos segundos.
-La verdad es que no sé que puede ser...-susurró incómodo Matt.
-Lo mismo digo, jefe. -Acompaño Matsuda.
-Yo les diré -volvió a hacer una pausa y dirigió sus opacos ojos a los del pelinegro-: Al señor Touta, sus conversaciones con sus atendidos se han prolongado demasiado tiempo. Sólo le diré que para estar aquí, como lo dije en su entrevista a principios del mes pasado, es que se necesita: persuasión, inteligencia, paciencia y saber decir lo justo. ¿Puede volver a encontrarlas antes de que lo despida por ineficiencia?
-Sí, jefe. -Respondió un poco avergonzado pero con optimismo por la segunda oportunidad- Le prometo que pondré más empeño ante ello y sólo diré lo justo.
-¿Con inteligencia, paciencia y persuasión? -Preguntó con seriedad.
-Sí, señor. -Hizo un gesto típico de soldado acatando una orden.
-Eso espero, señor Touta. Y por favor, -cambiando levemente su frío tono de voz - como se acerca la hora del almuerzo, ¿podría usted comprarme una tarta de lemon pie?
-Por supuesto, jefe- dijo con una sonrisa mientras aceptaba el dinero que su patrón le daba.-¿Desea algo más?
Matt observaba la situación en silencio.
-Sí. Por favor, espere afuera al señor Jeevas que lo acompañara.
Matsuda hizo el gesto de asentimiento con su cabeza y salió de allí.
Lawliet le señalo a Matt el asiento que tenia frente a si para indicar que se sentara.
-Señor Jeevas, la actitud que usted le pone a las conversaciones y las "malas palabras" que suele usar para explicar provoca que los clientes que usted atiende se sientan ofendidos y vulnerables a que los insulte si otra vez tienen dificultades y lo atiende usted.
-Lo lamento... -pronunció Matt de sus labios secos.
-Mire, voy a dejar de lado la formalidad dado que nos conocemos desde hace ya demasiado tiempo. -De pronto, su tono cambio y se hizo un poco más familiar.- Matt, debo admitir que las quejas que he recibido me han dejado sorprendido. Nunca tuviste problemas con los clientes asi que no me caben dudas que algo en tu entorno personal está afectándote. -Se levantó y se volteó hacia la ventana unos momentos para calmar un poco su vista de un ardor que había empezado hace unos días atrás en sus ojos.
Matt pudo observar la joroba marcada que tenía y se extraño que alguien tan joven pudiera no darle importancia a algo que lo marcaría, cuando envejeciera si no corregía su mala postura en el presente.
-He decidido que te tomes las semanas de vacaciones que has postergado desde la perdida de Naomi Misora.
El pelirrojo abrió sus ojos al escuchar la palabra "vacaciones" y el nombre de su fallecida novia en la misma frase.
-N-no, Elle. No lo hagas. -Le pidió rogándole.
-Lo lamento - le respondió poniendo sus ojos negros sobre los de su compañero-. Pero sabes que una de las causas por la cual la empresa está en continuo acenso es por despedir a aquellas personas que no dar su dedicación a la compañía y como esta lo requiere.
-Yo puedo mejorar...
-No. No puedes si no descansas. Y lo que dije no era una sugerencia, era una orden.
Matt mordió sus labios por impotencia a la orden de su jefe breves segundos y Elle se dio cuenta.
-Si deseas hablar conmigo sobre lo que te sucede, puedes hacerlo. Pero las vacaciones las tomarás. A menos que desees que te despide.
-No, está bien. Las tomare.
-Muy bien, terminas la jornada de hoy y mañana podrás descansar. Ya puedes retirarte.
...
Tragó rápidamente ese fresco líquido que levantaba su ánimo con cada trago que daba , saciándolo de una forma agradable. Lo resfrecó hasta casi desaparecer su transpiración del jadeante calor que lo inundaba momentos antes de llegar a su destino, matando la sensación de ahogo que había sentido anteriormente. Así dio lugar, en ese instante, a la miserable brisa débil del aire fresco que acariciaba su tersa. Amó a la fresca gaseosa.
-¡Ah, justo lo que necesitaba! -Exclamó Matt apoyando su fría 7up contra su mejilla. -Nada mejor que esto para calmar la sed ...
-Parece que te saco la cara larga, ¿no?
-Sí, de una*-sonrió Matt mirando a la gente pasar.
Disfrutaban la sombra de un frondoso árbol, sentados en una banca que les transmitía lo contrario al calor, en una plaza que quedaba cerca del multi choise de la tienda que se situaba a sólo a un par de cuadras de su trabajo. Era la favorita para los chicos que entraban o salían de la escuela ya tenían en frente del edificio y para su jefe goloso que siempre le encargaba a alguien que le trajera un dulce almuerzo.
-¿Sabes quien debería tener una dosis de alegría en su vida? - Preguntó Matsuda secándola el plástico a un sándwich de milanesa.- Aizawa.
-Ese tipo es un amargado - Confirmó Matt llevándose a la boca unos pastelitos. -Escuché que tiene problemas con su esposa...
-¿Hace mucho?
-Desde el principio -Se rió el pelirrojo.
-Menos mal que estamos solteros ¿no?
-Mmm... supongo. - Vaciló al pensar en Naomi. Elle le había hecho recordarla. Matsuda no sabia nada aún de la antigua vida de él. -Pero supongo que debe ser lindo tener una novia o esposa esperándote en casa.
-Ja, ¿te sientes sólo, Matty?
-No es eso...
-¿Qué te dijo Elle mientras yo esperaba afuera? -Cambio de tema al advertir el tono en la voz taciturno en él.
-Que es un buen momento para tomar las vacaciones porque mi capacidad para el trabajo está disminuyendo.
-¿Y que le respondiste?
-Yo no quiero tomar vacaciones, le respondí. Pero es cierto que no me siento "excelente" como para dar el 100% de mi.- Le contestó dirigiéndole la mirada. -Así que decidí aceptarlo porque sino me iba a despedir.
-Jajaja, le van bien las amenazas a ese tipo.
-Ja, sí. Si no das el 100% te sacan con la basura.
Se produjo una pausa en la conversación para terminar de comer el almuerzo mientras gozaban del fresco aire del día.
Se distrajo con una pareja que pasaba tranquilamente en la vereda del frente. Ellos conversaban animadamente hasta que la chica rompió con un grito un poco exagerado para Matt, cuando el chico se arrodilló, le tomó la mano y le mostró un anillo.
Ese ruido le llevó a recordar al blondo cuando gritó en la primera embestida.
Comenzó a dudar.
¿Podría haber presenciado una violación?
¿Era sólo actuación?
¿Sus ojos habían mentido? Todavía podía escuchar los gemidos, imaginar la sensación.
Esas las preguntas que diariamente se hacia. ¿Pero cuál era la respuesta?
-Oye, ¿estás bien? -Preguntó Matsuda poniéndole su mano el hombro. -Parecía que te habías tildado . -Se burló.
-No seas idiota. Me había quedado pensando. -Levantó su muñeca para fijarse la hora y exclamando dijo:- Tenemos que llevar ya la tarta para allá o se pondrá fea.
El pelirrojo intentó levantarse pero la mano derecha de su amigo lo detuvo.
-Matt, sea lo que sea que te está preocupando...
-No es nada importante, Matsu.
-Aún asi... Creo que seria bueno hacer algo al respecto.
No sabia que responder ante aquello cuando se dio cuenta de la típica expresión que su compañero tenia: la de una idea.
-Hoy a las 23. En el "Jersey". ¿Vienes?