L.O.L.
Wedy trabajaba arduamente en su despacho. Hacia poco que terminó de arreglar los últimos detalles con una mujer llamada Sayu, que era la organizadora de la fiesta.
Había pasado dos meses preparando todo para esa noche; se conmemoraba los quince años de la unión de dos empresas pornográficas: Yvideos y Bluetube. Como ambas eran grandes compañías, ninguna de las dos Quería dar su brazo a torcer y "ser una con la otra", la competencia, nunca había sido una posibilidad. Las dos eran las grandes del negocio y Wedy podía ver el futuro prospero si la fusión se realizaba.
Luego de muchas reuniones, acuerdos y desacuerdos y de argumentos para la unión, finalmente se dio.
El nombre de esta fusión se llamó Liga Oficial de la Lascivia, más conocida como L.O.L. Los fundadores de ambas empresas se habían jubilado hacía ya un par de años, a la edad de sesenta años. La mujer igualmente los invitó a pesar que dudaba que pudiera llegar.
Las puertas de su oficina se abrieron y sus ojos se posaron en la sonrisa de su amante. Se habían conocido ya hace seis años en un juego que la empresa propuso para los solteros llamado "¿Quieres hacerlo?" El cual se trataba de algo totalmente típico de aquellos actividades: cada pareja tenía diez minutos para conocerse. Si la persona quería, se iba con la que eligiera. Sino, podías quedarte y seguir conociendo a los participantes.
Wedy esperaba en su mesa a que la campanilla sonara para que los muchachos se sentaran con las damas y así, empezar el juego. Pero ambos sólo necesitaron una breve examinación para salir de aquel lugar de la mano del otro.
-Acabo de entregar por correo las invitaciones.-Informo animadamente. -Por la expresión que pude ver en muchos rostros, puedo asegurarte que la mayoría vendrán.
-Me alegra escuchar aquello, Aiber. -Mientras abría un cajón de su escritorio. -Sé que lo siguiente va a encantarte -extendió su mano con unos sobres de carta-: las invitaciones que tú entregaras personalmente a nuestros queridos invitados de honor.
Aiber miró las invitaciones detenidamente y con una sonrisa cautivadora le preguntó:
-¿Yo no estoy entre sus VIP, señorita Kenwood? -Le preguntó sabiendo que a ella le molestaba que la llamaran por su apellido y no por su sobrenombre.
-Usted, señor Morello -dándose cuenta del juego del rubio-, vendrá conmigo personalmente.
-Estaré esperando con ansias el momento de escoltarla bajo mi brazo.- Le comentó acercándose a ella.
-Ya falta poco para que el momento llegué. -Le respondió con un tono seductor en su voz, acercando sus labios a los de él. -Y lo disfrutaremos más que nunca...
…
Cuando Mello recibió la invitación de Aiber, se encontraba descansando en un sillón y esperaba a que su compañera saliera de la ducha.
No le sorprendió que uno de los shows más votados de la empresa fuera el de él y que por eso Morello se la entregara personalmente. Era buen actor y los comentarios que recibía le daban ánimos para seguir trabajando como lo hacía. En varias ocasiones le pasó que su curiosidad le llevó a ver que cosas le escribían en los videos. Se extraño y divirtió un montón con las historias que escribían acerca de su vida personal. Una de ellas fue acerca de que era un cantante que fracasó y tuvo que tomar ese camino para vivir. ¿De dónde sacaron eso? Se preguntó con una sonrisa. La respuesta fue que en un video donde él se tocaba. Estaba en una habitación con una guitarra en un rincón, una pared de ladrillos en el fondo que colgaba varias fotos de él con un supuesto amigo especial.
De ahí sacaron que soy gay, se rió.
Vio la ubicación y se decepcionó.
Que barato, murmuro.
En más de una oportunidad pudo visitar aquel lugar que le dejo con muy mala opinión por ser demasiado sofocante, demasiado ruidoso... Se preguntó por que Wedy eligió semejante sitio tan rústico y ordinario para la celebración de algo tan importante como lo era el aniversario de L.O.L.
La primera vez que fue, lo hizo por intriga. Era la primera vez que un club nocturno tenia tanta publicidad en todos lados que termino metiéndolo a él también en el bolsón de la gente llena de suspenso cuando comenzó a soñar con aquello.
Había ido a la inauguración con una chica que gentilmente le dio su número después de haber compartido una noche con él y que al despertar al día siguiente, ella le había puesto en un papel "llamame" con corazones alrededor de su nombre, pegado en su frente. Asi que esa vez, él aprovecho del número y la hizo su invitada, que termino bailando provocativamente sólo y únicamente para placer visual de él.
Las siguientes veces fueron sólo por obligación de sus amigos de lugar.
Y ahora tendría que volver a asistir.
Al ser uno de los invitados de honor de su jefa y deberle un miserable favor, tenia que devolvérselo, le gustara o no.
De pronto la puerta se abrió, interrumpiéndolo de sus recuerdos de ese feo club nocturno y de ella salió su compañera.
-¡Mihael! -le gritó con entusiasmo al ver rápidamente el sobre negro, que se diferenciaba de las invitaciones comunes, que traía en sus manos- ¡Eres un invitado de honor!
El blondo a penas se sonrojo y sonrió triunfador. Le entregó la carta para que ella la viera y observó como sus celestes ojos seguían cada letra para después pronunciarla con una boca sonriente pintada de un labial de marca cara, rojo pasional, lo que decía. Le saltó encima con su casi transparente vestido y le besó, dejándola la marca del beso en su mejilla.
Pudo notar el aroma a jabón y shampoo que usó para higienizarse y sin darse cuenta aspiro ese olor tan dulce cuando se sentó a su lado.
Ella se acomodó junto al rubio, que la había hecho dar orgasmos de verdad en la pantalla, y como una niña pequeña le dijo:
-¿Me llevarás contigo?
-Claro, Misa. -Le respondió calmadamente- Podemos ir los dos juntos.
-¡Súper!-Aferrándose aun más al cuerpo de Mihael- Le diré a Mogi entonces que no podré ir con él.
El rubio suspiro cansadamente y con desgano pronunció.
-Esta noche iremos los dos... al Jersey.