Planes
Se desperezaba lentamente en la cama cuando la luz del sol comenzó a molestarla. La suavidad de las sábanas era un pecado que quería obligarla a seguir permaneciendo en la sedosidad de sus texturas, la calidez que le profería a su cuerpo y la agradable sensación que le traía la tentadora idea de no levantarse más y seguir durmiendo. Pero cuando abrió los ojos y notó que Light ya no estaba en la cama, esas sensaciones se perdieron en el olvido al levantarse siendo molestada por la aguda confusión.
Al momento de llegar a la cocina, vio a su amado tomando una taza de café y leyendo el diario matutino que se llamaba "El periódico". En la mesa descansaban algunos papeles del trabajo de él y un florero que adornaba la mesa con flores blancas artificiales; también había tostadas, mermelada y jugo de naranja.
Aquella escena le recordó la primera vez que lo conoció. Ella trabaja como camarera en un un restaurante cuando se acercó hacia él, saludándolo para después pedirle la orden de lo que almorzaría. Poco después se enteraría que Light era un un cliente habitual.
Él le sonrió de una manera seductiva mientras le pedía la orden, la cuál finalizó con un halago y un "dime a qué hora terminas". Misa le correspondió con una de sus sonrisas para "cazar-hombres" y al traerle su plato, le había dejado una nota de la hora en que su turno terminaba.
Con el paso del tiempo, el amor que sentía por él fue convirtiéndose en algo que ella consideraba puro romanticismo. Un amor ciego que Light podía comprobar al ver su lealtad hacia y únicamente él. Porque él, era todo para ella y esa soledad que antes era su leal amiga ahora era sólo un feo recuerdo.
-¿Misa? -La llamó el joven levantándose de la silla- ¿Qué haces allí parada? ¿Vas a venir a desayunar?
Pero antes de que ella pudiera responderle, las noticias matutinas le llamaron la atención a Light y la interrumpieron a ella.
Informaron sobre un "terrible hecho que se presentaba en la ciudad. Más específicamente en las cercanías de la zona del club nocturno Jersey Shore. Un hombre fue prendido fuego y se presume que fue durante las 6 y las 7 de la mañana. Su cuerpo posee un 10% de quemaduras. Se encuentra con vida pero con respirador."
¿Sólo un 10% y sigue con vida? Pensaba Light con frustración.
"...cuando la victima despierte, prestará una declaración del hecho a las autoridades. Si usted tiene alguna información del caso..."
-Light ¿qué haremos ahora? -le preguntaba exaltada Misa mientras que Light se quedaba pensando tratando de encontrar una respuesta para esa pregunta.
...
Los distrajo un par de enfermeras que pasaban conversando y riéndose por detrás de la puerta. Por lo que pudieron entender, trataba sobre un doctor que tenia que realizar un examen físico y que la paciente a quien tenia que atender, terminó cambiándola a una actividad sexual.
Entre jadeos y ruidos, la enfermera que debía entregar algunos informes ignoró olímpicamente aquellos sonidos y entró observando con gran sorpresa la escena, tapándose la boca con la mano.
-¿Qué vas a hacer ahora? -le preguntó entre risas su oyente antes que la conversación se alejara entre los pasillos.
Matt volvió su mirada a la expresión expectante de Mello: sin más esperas le negó conocerlo.
-¿Por qué? ¿Tú a mi sí? -se interesó después de notar cierta desilusión en él.
-Creo que sí. Te llamas Matt ¿cierto?
Mail asintió con la cabeza un poco sorprendido.
-Fuimos a la secundaria Netho Dante juntos ¿recuerdas? Eramos buenos compañeros y los dos teníamos un acento medio raro.
Le tomó un poco de tiempo tratar de recordar a Mihael. No podía evitar transpirar cuando varias imágenes de él desnudo y tocándose o practicando sexo con alguien o algunos mientras se masturbaba viéndolo con deseo, se exhibieran en su sucia mente como el polvo que flotaba y vislumbraba en ese haz de sol que atravesaba la ventana. Pero poco a poco, el recuerdo de su juventud en la secundaria atravesaba esos recuerdos estimulantes.
-¿El que me descubrió en la sala de computación? -le preguntaba abriendo sus ojos sintiendo emociones como entusiasmo, incredulidad y vergüenza.- ¿En serio eres tú?
-Por favor, Matt. Te reconocería aunque te tiñeras la cabeza de un arco iris. Por cierto ¿desde cuándo te tiñes de rojo?
…
Mail aquella tarde le contó todo acerca de su vida hasta que se tuvo que ir. Se sentía tan feliz de haberlo tenido como amigo cuando era adolescente. Le había dicho que la universidad tecnológica sus calificaciones eran casi las mejores.
-¿Casi? -le había preguntado Mello.
Resultaba que él, antes de ingresar a la universidad, había conocido a una chica muy linda que se encontraba desempleada en ese momento, en un club nocturno. Ella se llamaba Sasha Aloc. Era morocha, algo menor de un metro sesenta y tenia 33 años cuando él apenas había cumplido los 19. Pero no le importo. Lo que le había cautivado era su forma de bailar en aquella noche. Bailaba acorde al ritmo de las canciones a diferencia de las demás, que lo hacían sexual a pesar que las canciones no tenia nada se sexo implícito en sus letras. Hablaron de todo un poco antes de llevarla a su casa para hacerle el amor y se engancharon durante unos 6 meses de los 4 que pudieron soportarse. "Sasha cambió -le dijo a Mello más avanzada la conversación -se hizo dominante y cada segundo que pasaba me daba la impresión que se hacia más vieja y aburrida. Y yo para ella era un pendejo pedante".
En conclusión, cuando empezó a asistir a la universidad, las malas notas en el taller de ética y probabilidad y estadística del primer semestre aparecieron sorpresivamente en sus calificaciones. La razón era que ex novia era la prima de los profesores que le enseñaban.
-Pero que cagada, Matt- se burló su amigo cuando terminó de cotar la historia. - ¿Y qué pasó después?
Matt le dijo que se quejó, al rector, que sus profesores le ponían una mala nota porque él tuvo una relación con sus prima Sasha y por modo de venganza, las notas no eran lo que en verdad debería ser. "Porque ¿qué más podía hacer?", le preguntó viendo como Mello sólo sonreía y le decía "Yo los hubiera golpeado en vez de contarle al rector como una nena" pero le decía que lo había hecho era mejor que su idea.
Pararon de hablar un momento y Mail le preguntó cómo se encontraba. Podía ver lo rojizo de la piel debajo de esas vendas y sentir el dolor que producían.
-Duelen, Matt. Mucho. Me dijeron que las vendas estarán sólo un par de días y después las retirarán para cambiarlas de nuevo.
-¿Te dijeron cuando te iban a dar el alta?
-Dentro de un mes. Near cree que estando aquí podré curarme mejor. No le molesta que yo tenga esta habitación para que cada dos días cambié las jodidas vendas. Cosa que podría hacer yo en mi casa pero dado como está toda la situación...
-¿Te refieres al doctor Nate Rivers cuando dices Near?
-Sí ¿ya lo conociste? -Matt asintió con metiéndose el dedo en la boca. -Ja ja. Sí es un poco irritante e insoportable. -¿Un poco?, pensó Matt-. La primera vez que estuve con él lo quería ahorcar o asfixiar con una almohada. Pero ahora es distinto. Ya verás que es... soportable.
-¿Desde cuándo lo conoces?
- Creo que hace ya 4 años pero mejor no hablemos de él ¿quieres?
A Jeevas le pareció raro y supuso que algo malo había pasado para que le contestara así. Pero igual cambiar el tema en vez de seguir insistiendo como lo hubiera hecho en otro caso.
Sin embargo, los detectives del caso de Mihael finalmente llegaron para entrevistarlo y con su presencia también llegó Linda avisándole que el horario de visita había terminado hacia ya media hora. Por lo tanto, la conversación entre ellos dos tuvo que terminar allí.
-Te veré mañana, Matt- se despidió Mello de Matt mientras que este lo saludaba con la mano.
Los días que su amigo estuvo en internación, Matt se las arregló para pasarla con él. Iba cada vez que podía y como Matsuda en los fines de semana iba a visitarlo a su departamento, él se unió también en las visitas. Así conoció a Mello, que más tarde se convertiría en una molestia para el blondo que lo toleraba sólo porque Matt era su amigo.
Para Mello, Matsuda era una de esas personas que necesitan frecuentemente la atención de alguien para sentirse mejor consigo mismo, a diferencia de él que le gusta estar solo o con personas de confianza. Y el hecho de que Matt, su único amigo en la oficina, tuviera 6 meses de vacaciones acumuladas y las estaba aprovechando en esos momentos, lo hacia sentirse solo. Por lo tanto él también aprovechaba a hablar todo lo que podía cuando estaba con Matt y con él. Parecía no darse cuenta que su presencia le molestaba.
También lo visitaron varios compañeros de su trabajo cuando Matt y/o Matsuda no estaban que le preguntaban cómo se encontraba él o si habían capturado al responsable a a las cuales él le respondía a la primera que dolía pero no tanto para quejarse y a la segunda un lamentable no pero que "espero que encuentren al puto antes de que se vaya para siempre". En una de esas visitas, Wedy , Aiber y Rodd, lo fueron a saludar.
Cuando Rodd entró lo primero que atinó a decir fue un: "Mierda, la puta sí que te jodió..." y en eso no se equivocaba.
Wedy y Aiber le dijeron que se tomara el tiempo que debiera que ellos lo comprendían. Sin embargo, él les comentó que cuando volviera no seria para trabajar sino para dar su carta de renuncia.
-Pero con esa cicatriz tendrás un aspecto rudo, Mello. -Le decía Rodd tratando de hacerlo cambiar de opinión y queriendo que tenga la esperanza de que su aspecto no seria un inconveniente en su carrera. -Tendrás más oportunidades en las películas. Podríamos hacer que eres un tipo que estuvo en peleas y-
-Este trabajo fue el mejor que tuve -lo interrumpió el joven-. No por lo que se hace sino porque conocí personas realmente amables y agradables que me dieron la oportunidad de estar cómodo y no de sentirme agobiado por las miradas envidiosas y el mal trato como me había pasado antes; en los demás empleos que tuve. Pero es mi decisión, Rodd. Las personas que me hicieron esto fueron Misa y su enfermo novio que tiene un fetiche conmigo -les decía masajeándo el puente de su nariz y cerrando sus ojos-. No puedo arriesgarme a que otra vez suceda porque el lugar que trabajo era el que Misa trabajaba también ¡Seria una locura regresar porque me encontraría! -Trato de calmarse y prosiguió-. Voy a tener que mudarme de ciudad, cambiar mi nombre y hacer una nueva vida. Eso me aconsejaron los detectives que hiciera y no me parece una mala idea porque si los llegó a encontrar, les puedo asegurar a ustedes que soy capaz de volarles los sesos a ambos por lo que me hicieron.
Les comentó que el dinero no era un problema cuando Aiber le preguntó. Les dijo que el traslado seria fácil a otro país. Al tener 27 años y el haber estado en sus mejores años como estrella porno, su sueldo anual era de 147.803 € y el 15%, desde que comenzó a trabajar, siempre los depositó en un banco. Pensaba irse a Japón o Argentina. Este último era un país que siempre quiso visitar porque había escuchado que tenía todos lo climas tropicales y la gente era muy sociable. Pero no se convencía demasiado porque no ignoraba el hecho que la economía no estaba muy beneficiosa para él si iba a vivir allí y comenzar a trabajar.
-Lo entendemos, Mel... -Wedy estaba segura que su vida iba a ser mucho más grata si él no seguía con ellos en la industria aunque extrañaría sus sarcasmos, que le hiciera acordar a su hijo esa forma de ser que él tenia o que le alegrara los días con sus chistes.
Charlaron un poco más de temas triviales y después se fueron. Esa fue su última visita en el hospital.
...
Cuando su tiempo en el edificio terminó, Near le aconsejó que volviera cada dos semanas en los próximos 3 meses para la revisión. Mello sabía que eso no era necesario y se lo dijo pero el albino le hizo caso omiso ante la protesta. Le aconsejó que se hidratara la región quemada y cuando se bañara que se pasara el agua y el jabón suavemente; y ante cualquier duda o lo que sea, que acudiera sin vacilar a verlo.
Matt, que se encontraba con él cuando el doctor le decía todo aquello, lo acompañó hasta la salida. Le dio las formas para contactarlo (n° de celular, email, faisebuk [le dijo que le daría el tuiter pero le parecía un servicio un poco inútil. Aunque si se hacia uno seguro se lo daría]). Él le respondió, al tanto que subía a un taxi, que cuando pudiera hacer tiempo libre al llegar a su casa lo agregaría pero que no tomara eso como una promesa.
-Acuérdate que el bastardo te dijo que no hicieras mucha fuerza con tu brazo, Mel. -Pero le entró la curiosidad y le preguntó- ¿Qué tienes que hacer al llegar a tu casa?
-Arreglar las cosas para la mudanza.