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El Show de Keehl por Ocios4-SvNs

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Notas del capitulo:

abajo el porq' de la tardaza.

 

Entre Cigarrillos, Chocolates y Tú.

Luego que la cajera le diera el vuelto de su compra en aquella fría pero agradable tarde de invierno, prendió su cigarrillo y comenzó a caminar esas seis cuadras de distancia que lo separaban a él de su departamento; con seis bolsas de provisiones para el mes, que pesaban más de un kilo cada una.

"Cielos", susurró mientras bajaba las bolsas después de recorrer dos cuadras a paso rápido. Se frotó la manos para que la circulación que lo había abandonado regresará antes de volver a ponerse los guantes mientras exhalaba su bocanada de humo. Según había escuchado antes de salir, la temperatura era de sólo 12° C que la calefacción había hecho desaparecer mientras su comida se preparaba en el horno. En la noche, la T° iba a ser cerca de 20° C.

Aquel sábado 28 de febrero era el "sábado de Jeevas" que Matsuda orgullosamente declaró cuando se dio cuenta que una vez por mes, el séptimo día de la semana, Matt y Elle se reunían para comer. Matsuda, con su extrovertida personalidad, no le dio vergüenza preguntar si podía participar también.

Pero aquel sábado no sólo iban a estar ellos tres únicamente sino que también iba a participar Linda, la enfermera que cuidaba a Mihael en el hospital. Uno de aquellos días que Mello tomaba una siesta, la encontró dibujando algo en un cuaderno mientras que vigilaba la puerta para no dejarlo pasar. Ella le contó que Mello había estado durmiendo hacia un buen rato y que en cualquier momento despertaría. "Puedes quedarte, si quieres", le ofreció más por interés que por hacerle compañía. Pero Matt no era muy conversador y los minutos que pasaban eran incómodos para ambas partes. Así que, para derretir un poco el hielo en la atmósfera, Linda, comenzó a hablarle de uno de sus hobbys: el dibujo. "Si no hubiera sido enfermera, quizás ahora sería dibujante", le comentó. Linda le mostró lo que dibujaba y Matt notó que los personaje que hacía era el "Master Chief" derrotando a un "Needler" (del juego de Halo). Se había quedado bastante sorprendido que haya podido hacer tantos detalles y esas cosas que parecían tan difíciles de realizar sin ni siquiera tener que usar una referencia de aquellos dos. "Tengo memoria fotográfica" le sonrió.

Aquella tarde, Mello no se despertó hasta después que terminara el horario de visita, así que él quedó encantado con ella.

Volvió a parar cuando le faltaba un poco menos de una cuadra. La transpiración y el aumento de la temperatura lo hacia sentir pegajoso y desesperado. Escupió su cigarrillo en un tacho.

Un colectivo pasó y se detuvo a pocos metros de él. La gente bajaba del gran vehículo y él las miraba sin ningún interés en particular hasta que de pronto, una cabellera rubia con un cuerpo vestido de cuero le llamó la atención. Recordó entonces cuando Mello se fue en aquel auto después de avisarle que se mudaría, dejándolo sorprendido mientras que un taxi le tocaba la bocina para que se moviera. No volvieron a comunicarse en esos tres meses que se cumplieron a partir de ese día. Pensaba, con su música (del celular) al ritmo de sus emociones, que hubiera sido cortes que le diera un saludo en Navidad o en Año Nuevo, al menos.

-¿Mello? -alzó la voz Matt. -¡Mello!

Y en el momento que esta persona se dio la vuelta para verlo, Matt se dio cuenta que ese rostro no era para nada similar al de Mello.

Siguió caminando esos pocos metros hasta llegar, con frustración luego de aquella persona le diera el 'fuck you' ; Hasta su domicilio.

La casa del pelirrojo era similar a las casas de Central Park en New York: todas pegadas la una a la otra con un estilo europeo que incluía los escalones para entrar a la vivienda y el típico revestimiento de la arenisca marrón del color exterior.

Y fue en los escalones que allí vio a un hombre sentado, esperándolo.

Al parecer, aquella persona que interrumpía la llegada a su domicilio, no se había percatado que él estaba allí esperando que se moviera. Quizás se debía a que tenia puesta una gorra color roja y no podía ver más allá de aquel punto en suelo maltratado. Así que con un "ejem" fuerte aquel hombre levantó la mirada azulada y se encontró con un Matt transpirado con bolsas de mil cosas en las manos.

-¡¿Mello? -se escuchó decir a si mismo Matt con alegría y entusiasmo que no creía capaz de expresar.

Él le sonrió, se sacó los auriculares, y rápidamente agarró una de esas bolsas para ayudarlo.

-Eres jodidamente difícil de encontrar. -Le dijo.

-Así que te gusta cocinar, ¿eh? -le preguntó más para abandonar ese silencio que comenzaba a irritarlo. Veía en un extremo como Mail sacaba algunas cacerolas y sartenes de la mesada y las ponían en el lavaplatos

-A decir verdad, Mello, sólo cocino para mis invitados famosos -exageró- y amigos cercanos. -El blondo recorría con la mirada la pequeña estantería de libros de colección que abarcaba de postres y bebidas sencillas de preparar hasta majares de China, Taiwan, Francia, Argentina y otros países- Si fuera sólo por mi, comería siempre cosas fáciles de preparar o pre-hechas como hamburguesas, pizzas o milanesas. Prefiero cosas simples.

-O sea que con esto impresionas a tus invitados mal.

-Ja ja, no. Bueno, quizás sí. Cuando invito a gente bonita, como tú, obvio. -Bromeó- Un poco más y se te cae la boca ¿qué te pasa? - Lo molestó.- Pero verás -lo invitó a sentarse a la mesa (que a pesar de ser circular era bastante grande) con un par de cervezas- mi jefe también es mi amigo. Venía de vez en cuando a comer pero después se hizo la costumbre de venir una vez al mes. A él le encanta los postres y comprarlos es algo caro para mi presupuesto asi-

-Pero, disculpa que interrumpa, ¿cómo pagas esta casa? Es bastante lujosa para alguien de poco presupuesto. -Hizo ademán a la casa en si; la tele LCD que estaba colocada como en un "recuadro" de soporte metálico que estaba sujeto a un cable de acero para que pudiera deslizarse desde la cocina hasta el comedor; el equipo de sonido para un mejor disfrute...

-Es que me encanta jugar al "poker online" tanto como tener sexo. Se la gane a un tipo bastante soberbio y me sentí Dios. El pobre estaba destrozado porque me decía "me costó tanto hacer que la construyan..." Sólo me reí porque las apuestas son apuestas. Él paga los impuestos de la inmobiliaria de por vida y la luz por siete años. Las demás cosas ya venían con la casa. Tuvimos que tener a nuestros abogados presentes para hacer todo oficial en un contrato.

-¿Y si perdías? ¿Qué le dabas? -Se interezó Mello.

Matt negó con la cabeza sonriendo. Como si se tratará de una anécdota de alguna picardía que hubiera cometido en sus años de adolescencia y por eso hubiera recibido un gran castigo que ahora le daba risa recordarlo.

-¿Qué le iba a dar? Le iba a dar 130 millones. O sea, lo que vale esta casa.

-¿En serio?

-Sí, señor.-se rió-. Me iba a cambiar el nombre a Junito Perez -lo dijo con un tono mexicano.

Eso provocó risas entre los dos.

-Arriesgado, Jeevas. Muy arriesgado. - Le dijo con un tono...

¿Sugerente? A lo que Mail, con un leve sonrojo, pensó "¿Se me está insinuando?"

Prosiguió.

-Bueno... este, continuando... los postres los hago yo. -De repente se levantó para ir a abrir la heladera y sacó de ella un pequeño plato -Mira, este es uno de los favoritos de Elle.

Mello observó con curiosidad el extraño platillo: era una pequeña torre con crema que parecía estar cubierta con lo que supuso que era chocolate rayado. Y en la superficie se hallaba una frutilla partida a la mitad.

-Anda, prueba -Le animó Matt.

-Pero este es el postre de tu jefe ¿no se enojará si me lo como?

Matt, en el hospital, le había comentado que aquellos postres eran los predilectos de Elle.

-Tengo como 10 de estos en la heladera. No te preocupes.

Matt acercó la cuchara a la boca de Mello, como lo haría alguien con un bebe para darle de comer. "Sólo abre tu boca y di: aaaaah" Al notar que el blondo levantaba la ceja ruborizado. Y cuando abría la boca para protestar, colocó la cuchara en su lengua rápidamente; el chocolate que la crema había disfrazado al principio, la esencia de la vainilla y la salsa de frutilla se hicieron presente.

-Se llama "Corazones de Chocolate a la Crema" -le dijo esbozando una sonrisa al escuchar el "mmmmh" de aprobación. -¿Te gusta, no cierto?

-Es deliciosa, Matt. -Confirmó, impresionado y tímidamente.- Si haces estás cosas para tu jefe no dudo que sea un gordo.

-Ja, creo que soy el único que que lo alimenta. Ahora cuando lo veas te sorprenderás del esqueleto que es.

Inesperadamente, el sonido del timbre interrumpió su conversación.

Rápidamente dejó entrar a Elle y a Linda. Elle atravesaba el pequeño pasillo avisando "trajimos algunas gaseosas, Matt".

-Dámelas que las pongo en freezer. - Dirigió su mirada a Linda y le preguntó si le había costado encontrar la calle pero antes que ella pudiera responder, Elle la interrumpe:

-Yo te conozco -clavando su mirada en Mello mientras llevaba el pulgar a su boca. - Eres el chico que salió hace, aproximadamente, tres meses en el noticiero declarando sobre tu accidente con ese loco... Mihael Keehl. -Se acercó para saludarlo y presentarse. - ¿Cómo te encuentras ahora?

-Oh, bien, gracias. Tienes buena memoria, Elle. -Saludó a Linda y suspiró aliviado de que Lawliet se haya referido a conocerlo por el noticiero que por su trabajo. - Matt me estuvo contado sobre ti.

-Espero que hayan sido cosas buenas -El pellirojo en ese momento se encontraba a algunos metros, preparando una picada con ayuda de Linda. -Con él nunca se sabe.

-¡No comiences a asustarlo, Elle! -Exclamó molesto desde la cocina. De pronto escuchó algunas risitas de esos dos. - ¿Ya lo conociste? -Le preguntó a Linda.

-Sí, vinimos juntos. -Ella estaba cortado el queso en pequeño cuadraditos.- Como íbamos por la misma calle y nos detuvimos en el mismo lugar, me dio la impresión que me estaba siguiendo y así fue después de un rato, hasta que me detuve y le grite "¡no me sigas, pervertido!" -se rieron-. Pero me dijo que él iba a lo de un amigo y le pregunté "de qué amigo" porque ya me estaba desesperando (y dando miedo) y resultó que ser que ese amigo era el mismo al que yo iba a visitar. Así que compramos gaseosas (que después él se encargó de llevar) y comenzamos a hablar.

-¿De mi? -Matt terminaba cortar el salame y le pasaba a Linda una bandejita para que agregara algunos palitos.

-Obvio, ja ja. -Se llevó las bandejita con la picada y algunos vasos con Cola – Coca.

Matt notó que el conjunto del pequeño short de jean con tachas que acompañaba con botas de cuero color negro, dejaban lucir las hermosas piernas de Linda. Era una buena combinación para hacerla lucir más alta; una musculosa del mismo color de sus botas, con volados la hacía ver más juvenil. Daba la impresión de que era sólo una adolescente de quince en vez de una enfermera de 26 años.

En el caso de su amigo, era igual. No parecía tener más de 25. Su traje de trabajo había sido cambiado por una remera de marca color crema que tenía una pequeña inscripción color bordo. De la cintura para abajo eran un jean azul oscuro y zapatillas Converse. Y su cabello... parecía que había tenido una pelea con el peine.

Posó su mirada sobre la de Mello y sintió que el tiempo avanzaba muy lento de repente. Sintió que su corazón se aceleró cuando el blondo le sonrió y le hizo seña para que se acercara de una vez y trajera la picada. Lo hizo feliz. Se dio cuenta que estaba muy nervioso con cada paso que avanzaba para aproximarse hacia él. Hacia Mihael.

Al parecer, estaba contando una anécdota bastante graciosa en la que Linda se reía bastante y Elle a medias. Pero para Mail se le hacía difícil concentrarse en lo que decía ya que estaba concentrado en otra cosa: su cuerpo. Deseaba rozar sus dedos por ese pecho trabajado que tantas veces había robado sus sueños para darle a cambio una noche de masturbació preguntó si todavía perservaba sus bellos púbicos. Que aquella voz se transformara de risa a gemidos de un placer que jamás sentió antes. Anhelaba hacerle una felación que lo hiciera temblar, estremecerse y darle más orgasmos de lo que pudiera soportar. Se mordió el labio inferior y cruzó sus piernas. No, se interrumpió, que esos gritará locamente, y que llegarán cuando se la pusiera más dura que cualquiera y la habitación se llenara de sus gritos y-

El ruido del timbre interrumpió sus morbosos pensamientos.

Abrió la puerta irritado y Matsuda, con una sonrisa, mostró las Budweisers que había traído.

Más avanzada la noche, los jóvenes comían sus respectivos postres en la terraza.

Las cervezas (que aumentaron su cantidad más tarde) aligeraron bastante la conversación y liberaron fácilmente las risas.

La cena que Matt había preparado con gran entusiasmo, resultó ser "bife a la criolla"; el cual estaba compuesto principalmente por la carne, algunas papas, zanahorias y verduras a gusto. Era una comida que se disfrutaba más en el invierno dado al calor que esta emanaba. Pero como la temperatura de la noche había disminuido al pasar el tiempo, no les molesto en lo más mínimo comer con voraz apetito aquella delicia.

Elle era interrogado con entusiasmo por Mello mientras que los demás sólo escuchaban las fascinantes y extrañas respuestas que el primero le daba al segundo de una manera casi monótona porque se le advertía una tonalidad animada e intrigante hacia el blondo.

Matt no entendía por qué Mello estaba fascinado por su amigo de aquella manera. Sabía de antemano que Lawliet era una persona extravagante, enigmática y tenia una actitud frente a los demás indescifrable por su falta de expresiones faciales. A veces creía que aquella falta de gestos faciales y lenguaje corporal se debía a un trauma. ¡Nunca lo vio así!

Le gustaba que hablará con Mello. Intercambiando datos, y se sintió celoso. Pero Elle, estaba bastante cómodo y, no sabia si era la palabra correcta, pero también lo notó, por quizás primera vez, feliz.

-Tienes un amigo muy interesante, Matt... -Le comentó Elle.- ¿De dónde lo conoces?

-Nos conocimos en la secundaria y eramos buenos amigos. -Contestó Mello por él.- Había veces que nos rateábamos de las clases de educación física o literatura para pasarla dentro de un salón de video juegos o paseando por el centro comprando dulces. -Lo miro sonriendo-¿Te acuerdas qué dulce compraba, Matt?

Matt vacilo antes de contestar.

-¿Caramelos...? -Mello perdió su expresión. Y trató de decir otra cosa:- ¿bombones, cierto?

-No, eran chocolates... Siempre compraba y compraré chocolates y tú en ese entonces, esos cigarrillos Marlboro mentolados... -Matt parecía no entender de qué hablaba. - Yo siempre te jodía con que te iban a causar esterilidad... No me digas que no te acuerdas.

Se produjo un silencio incomodo mientras Matt trataba de recordar aquellos detalles de su vieja vida pero fue en vano.

-Uy, está soplando el viento. -Dijo de repente Linda para abandonar el frío del ambiente.

-Es mejor que entremos. -Recomendó Elle tratando que Matt dejará esa mirada vacía.

-Esperen -Matsuda era quien hablaba ahora -me enteré que está noche iba a ver una lluvia de estrellas -se fijo en su reloj- ¡a esta hora!

Como un reflejo, todos miraron hacia el cielo.

-Yo no veo nada, Matsu...

-No debe faltar mucho Linda. En el noticiero habían dicho que era cerca de esta hora y-

-Ahi están -musitó Mello.

Dado a que el alba estaba naciendo, hacían que las Perseidas, como se llamaba la lluvía originalmente, sea una de las lluvias de estrellas fugaces más disfrutables dado a que a simple vista se podían observar. Además, la luna no estaba; lo cual le daba una mayor claridad al evento.

El blondo se apoyaba, como los demás, en el barandal de la terraza que su vista frontal daba a un gran patio con algunas plantas trepadoras en las paredes. Había un rosal en el centro que tenia en frente un pequeño estanque de agua que estaba acompañado por una rana de adorno.

Matt estaba al lado de él. Ambos estaban un poco más alejados del resto. Así que aprovechó para darle una caricia en la espalda, arrepentido.

-Perdón, Mello, que no lo recuerde. -Le dijo cuando Mello lo miro sorprendido por tal acción.

-No importa, Matt. -En seguida una sonrisa pícara se manifestó en su rostro. Se acercó y le susurro en el oído:- Pero me vas a tener que decir por qué mierda no lo recuerdas.

Notas finales:

Sé q' quieren matarme por la tardanza PERO les doy la misma explicación q' dí:

Me cortaron internet durante dos semanas.No pude ir al ciber para completar porq' no tengo pendrive para poner el photoshop portable y si lo hubiera tenido igual no hubiera podido ir porq' estaba con bronquitis.Cuando la tuve, las cosas de la escuela me tenian cansada y lo único q' queria era dormir =.=

Pero bueno! Aca estoy :)

El postre: http://i.imgur.com/vnOYhS8.jpg

Del libro: http://i115.photobucket.com/albums/n312/3-G/100_5613.jpg (- lo, salio mi borrador del fic xD)

Lo de los cosos mentolados es un mito de los machistas porq' creen q' los mentolados son de mujeres :s

La lluvia es otro enlace (lo hago apurada porq' se enfria la comida y me pierdo la ley y el orden uve)

ok, bye~!


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