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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

Hola!!! Al fin actualizacion ^__^, siento la tardanza...

No me gusta mucho el final de este cap, pero no encontraba como escribirlo, así que lo dejé allí XD.

Bueno, lean y decidan... estamos cerca de navidad y no sé si logre terminar Rockbol a tiempo, así que les deseo Feliz Navidad por adelantado!!!

26

Mike despertó y se apretó al cuerpo de Gabriel, suspirando complacido. Se dio la vuelta y vio a Wade, dormida en la cama contigua.

Un sonrojo desigual cubrió sus mejillas, al tiempo que era plenamente consciente de su desnudez y rogó porque Wade no abriera los ojos, mientras se incorporaba en la cama y trataba de encontrar su ropa con la mirada.

Gabriel abrió los ojos, algo molesto por la interrupción de su sueño.

-Buenos días- saludó a Mike y se dio cuenta que estaba nervioso.

Mike salió de la cama, cubriéndose con la sabana y antes de poder preguntar porque lo hacía, Gabriel vio a Wade.

-¿A qué hora llegó?- preguntó aún medio dormido.

Mike no contestó, ocupado en recoger su ropa del piso. Wade abrió los ojos, se sentó en la cama y miró primero a Mike, de pie descalzo en el piso, cubierto sólo por una sabana y luego a Gabriel, que se restregaba los ojos sentado en la cama.

-Que incómodo- dejó escapar Wade. Gabriel se encogió de hombros y estaba a punto de levantarse cuando Wade alzó una mano para detenerlo- Primero vístete, que apuesto el dinero de un mes a que no tienes nada puesto. Verlos a ti y a tu novio es mi límite de cosas gay- después de hablar volvió a tirarse en la cama y se cubrió el rostro con la sabana.

Gabriel se vistió, sin entender el azoramiento de Mike. Que ellos se acostaban no era un secreto para Wade. Mike se vistió, deseando más que nada salir de allí.

-Hay que irnos antes de que más gente despierte y decidan quedarse otro día- dijo Gabriel, buscando su mochila.

Wade sacó la cabeza de debajo de las sábanas.

-Una pregunta- dijo, elevando el dedo índice.

-¿Qué?- preguntó Gabriel, cauteloso ante la sonrisa que empezaba a formarse en los labios de Wade.

-¿Recuerdas esa conversación que tuvimos el año pasado sobre el sexo?- preguntó Wade, incorporándose hasta quedar sentado apoyado contra el cabecero de la cama.

-Querrás decir sobre tu problema con el sexo.

Mike los miró a ambos, preguntándose si sería correcto seguir estando allí.

-Nunca me contaste que tal resultaban las cosas con Mike- Wade desvió los ojos hacia Mike, mirándolo de pies a cabeza, con aire examinador.

Mike se sonrojó y Gabriel consideró responder, más que nada para callar a Wade, pero no lo hizo al notar el intenso sonrojo y la vergüenza en el rostro de Mike. Le tiró una almohada a Wade, que sólo rió hasta que Gabriel y Mike salieron del cuarto.

Cuando se fueron, bajó de la cama y se acarició el cuello. Los últimos días sus ganas de sexo habían aumentado considerablemente y ni él mismo tenía una explicación para eso. Se mordió el labio, recordando la noche pasada con Betty, aunque la chica no le gustara en verdad y se preguntó si al final de cuentas no se estaría convirtiendo en un adicto, como decía Gabriel.

---

-¿Qué te pasa?- Susan se levantó de la silla y caminó hasta Betty. Se había comportado de forma extraña desde que regresaran de la casa de Kristy. Betty se sonrojó y desvió la mirada- Por Dios, deja ese sonrojo y dime qué te pasa.

Betty se volvió para mirar a Susan. Necesitaba alguien a quien contarle lo que había pasado y se suponía que ella y Susan eran amigas.

-Me acosté con Wade- dijo, en un susurro. Susan puso una cara perpleja, tratando de asimilar lo que había oído.

-¿Qué hiciste qué?

-Ya escuchaste- dijo Betty, esperando la reacción de Susan.

-¿Cómo paso eso?- preguntó Susan, controlando su tono para animar a Betty a hablar.

Betty contó de manera entrecortada como Wade había llegado esa noche y la había seducido, aunque Susan supuso que no le había costado mucho trabajo. Negó con la cabeza cuando ella terminó de hablar y luego se echó a reír, divertida.

-Eso sí es una noticia- dijo, aún sonriendo- Apuesto que es más de lo que te esperabas, te acostaste con Lorenz.

Betty se encogió ante el tono sardónico que impregnaba su voz.

-Para ti, ese es un gran logro. Y bueno, ¿por eso esa cara? Por dios, mujer, tómalo como un poco de diversión.

Betty bajó la cabeza, sin saber que decir y Susan empezó a dar vueltas por el cuarto.

-Claro, podrías contárselo a Mike si quieres quejarte. Pero, ¿Qué esperas que te diga? ¿Qué te consuele porque tuviste sexo con Lorenz?- espetó Susan, pasándose el peine por el cabello un par de veces antes de caminar hacia la puerta y dirigirle una mirada burlona a Betty. No entendía porque se ponía asi de deprimida sólo por haberse acostado con  alguien. Ni que fuera virgen. Susan bufó y salió dando un portazo.

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Mike se sentó en el lugar de siempre en la cafetería, extrañando la presencia de Julie, a quien había visto irse del colegio después de las clases con Alan. Gabriel había sido interceptado por Elizabeth Harris y Kristy y ahora, hablaba con ellas en la mesa más cercana a la puerta. Mike agradeció internamente cuando Betty se sentó en frente de él, aunque la sonrisa palideció en su rostro al observar la expresión de Betty.

-¿Te pasa algo?- preguntó. El día en casa de Kristy, ella se había mostrado alegre, pero ahora tenía el semblante taciturno y sombrío.

-Nada- dijo ella, negando con la cabeza.

-Mientes- afirmó Mike- Te ves muy mal.

-No quiero decírtelo- susurró Betty- No quiero que pienses mal  de mí.

Betty alzó la cabeza. Lo había dicho en serio, no quería que Mike dejara de ser su amigo. Se había acostumbrado a él y además, era bueno tener alguien cerca que no le reprochara sus actos, que no esperara nada de ella y que fuera amable.

Mike examinó el rostro de Betty. Había notado que ella solía acompañar a Susan algunas veces, aunque nunca había mencionado que fueran amigas.

-Ahora que lo mencionas- dijo, removiendo su comida con la cuchara- ¿Por qué andas con Susan? Pensé que te caía mal.

Betty se encogió de hombros.

-Ella es…- balbuceó, dudando- Todas quieren ser sus amigas- dijo, encogiéndose de hombros. Mike soltó un suspiro resignado. La respuesta de Betty le recordaba a lo que Gabriel había dicho sobre hacer lo que los demás esperaban de él.

-Bueno- admitió Mike- Entonces, ¿Qué tienes?

-Prométeme que no te enojaras- Mike asintió con la cabeza- He visto que tú y Gabe son muy amigos- dijo Betty y Mike se preguntó que tenía eso que ver- También Wade es tu amigo, ¿verdad?

-Yo diría que es más que se divierte a mi costa- dijo Mike, esbozando una leve sonrisa.

-Esa noche… en casa de Kristy… él… yo- Betty bajó la cabeza y Mike pudo ver el furioso rubor que asomaba a sus mejillas y adivinó lo que iba a decir- Pasamos la noche juntos- murmuró Betty.

Mike tragó saliva. Sabía que Wade no era un santo y que muchas veces se iba del colegio sólo a buscar mujeres, pero esa parte de su vida no le era demasiado familiar ni cercana. Wade nunca se había involucrado con una chica del colegio.

-¿Qué?- preguntó, esforzándose por mantener su voz baja.

-Yo… yo estaba algo triste… no debí, pero… no sé, pensé que sería especial. Fui una tonta. Pensé que podría… quererme o algo así. Fue amable conmigo, ¿sabes? Y nunca me había dicho nada lindo antes- Betty hablaba rápidamente y en susurros, apretando las manos sobre la mesa.

Mike la observó, sin saber que pensar. Todo el mundo en el colegio conocía la reputación de Wade.

-¿Cómo pudiste pensar eso?- preguntó Mike, aunque su voz no sonaba ni molesta, ni reprochadora. Betty agradeció eso y se encogió de hombros- ¿Cómo te sientes ahora?

-No sé- dijo Betty.

Su primera vez no había sido nada memorable y había pensando que tener sexo no era algo particularmente agradable. En ese sentido, Wade había cambiado su forma de ver las cosas. Lo había disfrutado. Wade había sido amable, de una manera que ella no se imaginaba que pudiera llegar a ser, la había tratado bien, acariciándola suave y lentamente y no le había causado ningún dolor, ni cuando estuvo dentro de ella. Betty sólo había sentido que todo su cuerpo y su mente se estremecían de placer y pedían más, una y otra vez. Pero, al despertar, Wade no estaba a su lado, como ella esperaba y ni siquiera la había mirado cuando se la encontró esa mañana. Betty entonces había comprobado lo que sabía de antemano. Ella no era más que un pasatiempo para pasar la noche y el saberlo le hizo sentir mal, deprimida  e inútil. Aún asi, Betty sintió que su cuerpo se estremecía mientras bajaba la cabeza para no ver los ojos de Mike y recordaba el tacto de Wade contra su piel.

-Creo que lo mejor es que te olvides de él- susurró Mike- No hay forma en que…

-Lo sé- interrumpió Betty- Sólo quería alguien con quien hablar.

Mike y Betty salieron de la cafetería y él desvió los ojos hacia Wade, que sonreía, con un brazo en los hombros de Elizabeth. Wade lo vio, pero no dio indicio alguno de reconocer a Betty.

---

Gabriel alzó la cabeza para observar a Mike. Al contrario que días anteriores, estaba callado y apretaba los labios de vez en cuando. Gabriel se preguntó que le habría molestado esta vez y esperó a que Mike terminara con el último ejercicio de física antes de hablar.

-Suéltalo, ¿quieres?

Mike alzó la cabeza y desvió los ojos.

-No estoy molesto contigo- farfulló, apretando el lapicero entre sus dedos.

-¿Estás molesto con alguien?- preguntó Gabriel, armándose de paciencia.

-No exactamente- dijo Mike. Gabriel bufó, soltó el lapicero y le tomó el rostro, obligándolo a verlo.

-Sin acertijos, ¿vale?

-Es sólo que- empezó Mike- Wade se acostó con Betty.

Gabriel soltó el rostro de Mike, sin encontrar el problema en eso.

-¿Estás molesto por eso?- preguntó, incrédulo.

-¡Sí!- exclamó Mike- O sea, ella… ella se siente muy mal. Y Wade ni siquiera la mira.

Gabriel se encogió de hombros, sin darle importancia.

-Ya te lo había dicho antes y lo repito, es imposible que ella no supiera cuáles eran sus intenciones. Y todos aquí saben que a Wade no le interesa comprometerse con nadie. Si se acostó con él sabiendo eso, es su problema.

Mike lo fulminó con la mirada y Gabe lo soportó, impasible.

-Nunca voy a estar de acuerdo con eso. Simplemente no puede jugar así con los sentimientos de los demás.

-¿Y tú piensas que Betty quiere a Wade?- preguntó Gabriel, irritado- Probablemente lo único que le importa es que es Wade y que la mitad del instituto quiere tener sexo con él. Si hubiera sido un becado, como tú, ni siquiera le hubiera hecho caso.

Mike desvió el rostro, molesto. No creía que Betty fuera asi de frívola. A decir verdad, ella parecía más bien frágil. Cogió el lapicero y comenzó a escribir, sumido en un silencio enojado.

Gabriel lo observó, preguntándose si debía disculparse. Aunque no había dicho nada que no fuera cierto. A Wade las chicas lo perseguían, intentaban tener algo con él y ver si podían salir con él, pero por nada más que su nombre. Si no fuera Wade Lorenz, pasaría desapercibido. Y a Gabriel no terminaban de agradarle todas esas chicas que miraban a su mejor amigo como si fuera algo de lo que alardear si lograban tenerlo. Rodó los ojos y empezó a leer la lección que debía aprenderse, decidiendo esperar a que Mike se calmara un poco.

Mike no se calmó y se fue de la biblioteca en cuanto terminó, despidiéndose secamente. Gabriel suspiró y se levantó. Fue hasta su cuarto y encontró a Wade tirado allí, rodeado de libros tirados sin orden ni concierto en la cama. Conocía lo suficiente a Wade como para saber que algo le preocupaba demasiado y ni siquiera los libros le distraían. La manera de leer un párrafo de un libro y pasar a otro era como la manía de Gabriel de pasar canciones en su Ipod cuando estaba aburrido y nada le gustaba.

-¿Cómo te fue la noche en casa de Kristy?- preguntó, sentándose en el borde de la cama de Wade y tomando uno de los libros.

-Bien- respondió Wade, dejando el libro que leía- Todo lo bien que se puede- corrigió, levantándose de la cama- Apuesto que a ti te fue mejor.

-Mike se enojó conmigo- anunció Gabe.

-¿Y eso?- preguntó Wade, cogiendo otro libro. Se estaba preguntando cómo podía Gabriel andar tan tranquilo sabiendo que su madre estaba viva. Para él era imposible soportarlo, quería saber más de lo que pasaba, quería saber por qué y no dejaba de pensar en ella. Pero Gabriel, en cambio, no hacía más que pensar en Mike y hablar de Mike y pasar el tiempo con Mike. La ira recorrió el cuerpo de Wade, pero la ahogó y cubrió su rostro con el libro para que Gabriel no notara algo en su rostro.

-Fue por tu culpa.

-Genial- dijo Wade- Ni siquiera veo al novato y se pelean por mi culpa. Y además, ni siquiera le hice algo- Wade se incorporó y retiró el libro de su rostro- Estoy mejorando en eso de molestar a tus novias.

-¿Acaso has hablado con Kris?- preguntó Gabriel, un poco distraído del tema. No quería reclamarle a Wade sobre Betty, porque sería inútil y además, el problema era de Mike y de su confianza en la chica.

-Bastante, por estos días- dijo Wade, indiferente- ¿Eso era todo?

A Gabriel no se le pasó por alto el tono agresivo en la voz de Wade y se preguntó por qué. Desde que regresara al colegio, habían discutido como nunca antes. Gabriel había notado que Wade se enojaba con él mucho más fácilmente que antes y que parecía dispuesto a pelear ante la más mínima provocación. No podía imaginarse nada que hubiera causado ese cambio en Wade y no tenía ganas de discutir con él, asi que asintió con la cabeza.

-Eso era todo.

---

Ericka resopló, tratando de calmarse. Susan estaba sonriéndole, una mueca burlona que no podía soportar. Todo porque Betty se había chocado con ella, Ericka había respondido mal y Susan apareció de ninguna parte para “apoyar” a Betty.

-Sólo estas así de molesta porque tu novio no tiene ningún reparo en serte infiel- dijo Susan, con la voz más suave y dulce que podía poner, rodeando a Betty con un brazo.

Betty la miró, alarmado. No quería que Susan fuera por allí hablando de lo que había pasado entre ella y Wade, pero al parecer esas eran sus intenciones.

-Y por ella, ni más ni menos. Debe sentirse muy mal que te rechacen, ¿verdad? ¿Por lo menos lo has besado?- Susan sonrió, complacida ante la mirada de furia que le lanzaba Ericka- Hasta Betty consiguió mucho más que tú.

Ericka abrió los ojos, sorprendida, fijándolos en Betty y un arranque de furia y celos la mantuvieron callada.

Betty se encogió. Ella no quería eso, no quería pelear con Ericka y preferiría cualquier cosa a estar soportando sus ojos clavados en ella. Intentó balbucear algo pero no consiguió decir nada.

-¿Te acostaste con Wade?- preguntó Ericka. La voz suave  que uso sorprendió a Betty.

-¿Puedes creerlo?- dijo Susan, negando con la cabeza y sonriendo- Suena increíble, ¿verdad? O sea…

-Ya cállate, Susan- espetó Ericka, sin dejar de mirar a Betty- Y bueno, ¿qué? ¿Vas a seguir alardeando de eso? Apuesto que es muy impresionante, para ti, acostarte con alguien. Es como un mérito para las chicas como tú ver con quien pueden acostarse.

Ericka se giró, dispuesta a irse y Susan le dio un codazo a Betty.

-¿No le vas a responder?- preguntó, cuando Betty la miró interrogante. A veces, a Susan realmente le molestaba la falta de imaginación de esa chica.

-Yo no quiero…

-Te acaba de llamar perra, de forma elegante, ¿y no vas a hacer nada?

Betty apretó los labios, tratando de escapar de la mirada de Susan. Apenas se dio cuenta cuando empezó a hablar.

-Por lo menos- dijo. Ericka se giró para escucharla- Por lo menos se fijan en mí. Tú, en cambio…

Ericka volvió sobre sus pasos, elevó la mano derecha y le dio un revés que dejó a Betty temblando en su sitio. A su lado, Susan sonreía como si eso fuera exactamente lo que esperaba que hiciera.

Gabriel siguió a Mike a unos metros de distancia, esperando que este dejara de hablar con Julie, hasta su habitación, en donde Julie se despidió de él. Gabriel se adelantó y Mike se volvió para verlo.

-Aún sigues molesto- afirmó Gabe- Me gustaría saber que quieres que diga.

Mike se balanceó, cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro, tratando de encontrar palabras con las que expresarse.

-¿De verdad no te parece mal lo que Wade hace?- preguntó. Gabe se encogió de hombros. Prefería no opinar sobre esa parte de la vida de su mejor amigo- ¿Estás de acuerdo con eso?

Gabriel apretó los labios.

-Eso es asunto de Wade y no mío- contestó Gabriel- Y no entiendo porque te molesta lo que él hace.

-Me molestaría aunque no fuera Wade- dijo Mike- No entiendo porque a ti no, ¿acaso podrías acostarte con cualquier persona y luego actuar como si no existiera? ¿Puedes estar con alguien que ni siquiera te gusta sólo para divertirte?

Gabriel no respondió.

-Eso no viene al caso- dijo, al fin.

-Sí que viene- murmuró Mike.

-¿Por qué tenemos que discutir con esto? ¿Por qué es tan importante para ti?

-¡Porque tuve un padre que hacía lo mismo y que terminó abandonándonos!

Mike entró en su habitación dando un portazo y Gabriel se quedó en su lugar, parpadeando y entendiendo porque Mike se mostraba tan susceptible con el tema.

Alan se quitó los audífonos en cuanto vio a Mike entrar. El muchacho parecía molesto y triste a la vez y Alan se preguntó si habría discutido con la persona con la que se encontraba por las noches. Vio a Mike retorcerse las manos mientras se sentaba en el escritorio y se acercó sin que este se diera cuenta.

-Luces horrible- informó, cuando estuvo cerca y Mike dio un respingo al escucharlo.

-No me di cuenta que estabas aquí- masculló Mike.

-Se me da bien ser invisible- dijo Alan, con un rastro de diversión en la voz- ¿Te peleaste con tu novia?

-No es tu problema- Mike se levantó del escritorio. Se sentía un poco arrepentido por haberle gritado a Gabriel, después de todo el problema había sido con Wade, pero no podía evitar ser susceptible con ese tipo de temas y detestaba lo poco afectado que lucía Gabriel, como si para él fuera algo normal.

---

Gabriel entró al cuarto de Ericka. Esta lo observó, bufó y regresó su atención a la trenza que llevaba tres veces deshaciendo y volviendo a hacer.

-¿Qué te pasa?- preguntó Ericka.

-¿Has escuchado la última novedad?- preguntó a su vez Gabriel. Ericka negó con la cabeza, terminando de trenzar su cabello rojo.

-Wade y Betty- informó Gabriel- Y Mike se enojó conmigo por eso- Gabriel se sentó en el borde del escritorio, cruzándose de brazos.

-Eso ya lo sabía- dijo Ericka.

-¿Cómo te enteraste?

-¿Cómo? Betty me lo dijo. Si quieres mi opinión, es una perra- masculló Ericka, tirando el peine en la cama- Actuando tan inocente y luego alardeando de eso… ¿te lo puedes creer? Debería disfrutar la sensación, porque dudo que Wade la vuelva a mirar.

Gabriel se encogió en su sitio. Había sido una mala idea hablar del tema con Ericka. Parecía a punto de explotar y golpear a alguien y Gabe supuso que eso era razonable, después de todo, él habría jurado que a Wade le gustaba Ericka. Lo malo es que nunca lo iba a reconocer.

-Lo siento- dijo, disculpándose sin saber por qué.

-¿Por qué?- refunfuñó Ericka- Wade… es un idiota completo. Pero por lo menos pensé que tendría mejores gustos. ¿Y por                 que se enojo Mike? ¿Por qué no respetaron a su querida amiga?

-Creo que lo que le molesta es que a mí no me afecte en nada eso- dijo Gabriel, acercándose a Ericka y tomándole la muñeca derecha. Mientras hablaba, ella había vuelto a deshacerse la trenza y ahora tiraba de su cabello con fuerza con el peine- Te vas a arrancar el pelo.

Ericka soltó el peine cuando Gabriel liberó su mano y se sentó en la cama, mordiéndose el labio inferior.

-No sé que estaba pensando- murmuró, pasando una mano por su cabello. Gabriel supo que estaba hablando de Wade y bufó.

-El problema con él es que no piensa- dijo Gabe, sentándose a su lado y preguntándose si debía hacer algo para consolarla. Antes de decidirse, Ericka se levantó, caminó hasta su armario y sacó una carta que tendió a Gabriel.

-Lo olvidé. Llegó hoy, en la mañana- Ericka volvió a sentarse en su sitio, mientras Gabe apretaba el sobre en su mano izquierda.

-Gracias- dijo Gabriel, entre dientes. Ericka lo miró, un poco incómoda. A pesar de ser la única persona que sabía que la madre de Gabriel estaba viva, Gabe hablaba muy poco de eso con ella. No recordaba una sola vez en que le hubiera contado el contenido de las cartas, aunque suponía que era porque le dolía demasiado como para compartirlo.

-No hay porqué. Yo que tú, iría y arreglaría las cosas con Mike antes de que empeoren.

-Pensé que no te gustaba Mike- dijo Gabe, guardando la carta en el bolsillo.

Ericka se encogió de hombros.

-Sigo pensando que su relación es un error.

Gabriel sacudió la cabeza, sin entender porque Ericka pensaba eso. Quiso preguntarle, pero la expresión pétrea  de su rostro le indicó que quería estar sola. Se levantó y caminó hasta su habitación, acariciando el sobre en el bolsillo. Era lo único que podía tener de su madre y se preguntó, como siempre que la recordaba, como estaría, si habría cambiado, si lo reconocería si él… sus pensamientos se interrumpieron cuando la puerta de su habitación se abrió y Clay salió de ella.

-¿Qué haces aquí?- gruñó Gabriel. Wade salió detrás, con una expresión más animada en su rostro.

-Vamos a salir a caminar- dijo Wade- Aunque probablemente el niño rico aquí, necesite oxigeno- esbozó una amplia sonrisa que sólo contribuyó a empeorar el humor de Gabriel.

-Entra un momento- dijo Gabriel, apartando a Clay para entrar al cuarto. Wade lo siguió y Clay se quedó parado en la puerta, que Gabriel cerró, antes de girarse a Wade.

-¿Por qué te acostaste con Betty?

Wade abrió los ojos, confuso. No esperaba esa pregunta y se preguntó si esa era la causa del mal humor de Gabriel. Supuso que Betty le había contado a Mike y este a Gabe.

-Se nota que la gente no conoce la discreción- murmuró Wade, divertido.

-Contesta, ¿quieres?

-Tenía ganas- dijo Wade simplemente, encogiéndose de hombros y clavando sus ojos en Gabriel, sin inmutarse ante la furia y decepción que encontró en su mirada.

-¿Tenías ganas? ¿Pero qué clase de razón es esa?

-Una aceptable- Wade esbozó una media sonrisa- ¿Qué te molesta de eso? ¿Desde cuándo te importa con quien me acuesto y con quién no?

Se acercó a Gabriel y habló lo más bajo que pudo, a sabiendas que tal vez Clay estaba parado en la puerta y podía escucharlos.

-¿Acaso Mike te pidió que me reclamaras?

No necesitó que Gabriel le respondiera para saber que era así.

-Dile a tu novato que nadie me dice lo que tengo que hacer. Ni tú lo haces, menos él.

-Ese no es el punto aquí- gruñó Gabriel, en voz baja igualmente.

-¡Claro que lo es!- Wade le tomó por el cuello de la camiseta, acercándolo a su rostro- Esto ni siquiera te afectaría de no ser porque a Mike le afecta. ¡A ti no te importa Betty! Mierda, ni siquiera te importa nadie de aquí.

Gabriel apretó los labios, aunque no podía negar lo que Wade decía, aunque entendía las razones de Mike para enojarse, lo que pasara con Betty le tenía sin cuidado, sólo estaba frustrado porque Mike se había enojado con él.

-Tú me importas- graznó Gabriel, sabiendo que eso, al menos, era verdad- Y me molesta ver cómo lastimas a la gente que si quieres, por una niña estúpida. Y todo porque, ¿unas horas de sexo? ¿De verdad te desespera tanto eso, que no puedes contenerte ni un maldito momento? ¿Pero qué demonios pasó contigo?

 Wade soltó a Gabriel, refunfuñando.

-¿Qué pasó conmigo? Eso debería preguntarle yo a ti- se mordió la lengua para no gritar que sabía que Isabelle estaba viva. Pero no era así como debían ser las cosas. Se suponía que Gabriel confiaba en él, que no había nada de su vida que Wade no supiera. Se suponía que él se lo dijera- Tú eres el que ha cambiado- murmuró Wade.

Gabriel frunció el ceño. La discusión no tenía nada que ver con Betty ni con Mike y no quería seguir con ella. Wade volvió a tomarle de la camiseta, con su rostro a escasos centímetros del suyo mientras empezaba a hablar.

-Tú eres el que anda por allí, lleno de secretos, ocultándome cosas- su voz era baja y suave, pero marcada de reproche. Gabriel observó los ojos grises de Wade, que parecían relucir de furia contenida y de nuevo, tuvo la sensación que había algo más que provocaba la ira de Wade. Aunque no podía saber qué y no entendía porque debía decirle a Wade todo sobre su vida.

Wade lo soltó, soltando un suspiro exasperado.

-Si eso es todo, tenía planes antes de que llegaras- murmuró Wade, saliendo del cuarto y azotando la puerta al salir.

Clay lo observaba con una expresión cautelosa en el rostro.

-¿Betty?- preguntó, cuando empezaron a caminar. Wade gruñó.

-Sin comentarios, ¿quieres?

-No iba a decir nada- dijo Clay, suavemente, para calmarlo. Wade se veía terriblemente enojado- Pero no puedo evitar tener curiosidad- dijo, esbozando una sonrisa de disculpa- ¿Por qué Betty?

Wade pareció calmarse un poco y contestó.

-Era lo más que podía conseguir- contestó, esbozando una sonrisa cínica.

Clay lo miró, parpadeando. Hasta el momento había pensado que Wade era algo, o demasiado, libertino, muy bromista y con muchas ganas de tener problemas, pero nunca había imaginado que podía ser cruel. Sin embargo, lo que relucía en sus ojos grises y los hacían brillar era crueldad, ni más ni menos. Se permitió un momento de lástima por Betty.

-¿Sólo por eso?

Wade se encogió de hombros.

-¿También vas a empezar a reclamar?

Clay negó con la cabeza, riendo ligeramente.

-No, claro que no. ¿Te digo algo sinceramente?- Wade asintió, un poco curioso- Eres cruel- dijo Clay, sonriendo.

Wade frunció el ceño. Clay no parecía enojado, ni nada de eso. En realidad se veía complacido, su expresión era de completo deleite.

-Eres raro, Harris- dijo Wade, al fin.

-Tú eres más raro, Lorenz- dijo Clay. Wade rió y se detuvo en el lindero del bosque, mientras Clay hacia una mueca de desagrado.

-Caminar por el bosque no es mi idea de diversión, Wade.

-Tú quisiste venir y puedes regresar si quieres- dijo Wade, empezando a adentrarse en el bosque. Clay lo tomó del hombro y Wade se volvió.

-¿Qué es eso?- preguntó Clay, señalando un edificio medio derruido y viejo.

-Es la capilla- dijo Wade, esbozando una sonrisa- Está embrujada.

Clay le dirigió una mirada incrédula y Wade empezó a contarle la historia de la capilla, mientras se adentraba en el bosque. Terminaron charlando de películas de terror y Wade se detuvo, dejándose caer al suelo y apoyando la espalda en el tronco de un árbol. Clay parecía muy cansado y se llevaba la mano al cuello a cada minuto, rascándoselo.

-Entre Jason y Freddy, me quedo con Jason- dijo Wade, observando risueño la incomodidad de Clay.

-Con cualquiera, mientras no me persigan en un bosque- Clay bufó, volviendo a rascarse el cuello- No entiendo que le ves de divertido a esto.

-Te falta conectarte con la naturaleza- Wade rió y cerró los ojos, disfrutando de la brisa y el aire puro.

Clay lo observó fijamente. Había captado más cosas de la discusión entre Gabriel y Wade, pero no podía entender porque exactamente discutían y suponía que preguntarle a Wade estaba fuera de toda posibilidad. Aun así, no entendía porque a Gabriel le importaba tanto con quien se acostaba Wade. Su preocupación era un poco exagerada, considerando que sólo eran amigos. Dejó de divagar sobre eso y se concentró en observar la expresión relajada de Wade. Pasó un rato antes de darse cuenta de que Wade se había quedado dormido. Clay se acercó y pasó una mano por su cabello, disfrutando de la textura suave y sedosa bajo sus dedos, antes de sacudirlo y despertarlo. No tenía ganas de esperar el anochecer en el bosque.

---

Ericka entró a la piscina y cerró los ojos mientras se hundía. Estar debajo del agua la relajaba. Nadó un poco, antes de sacar la cabeza del agua y respirar. Se sorprendió un poco al ver al profesor de gimnasia allí. Salió de la piscina y se cubrió con una toalla.

-Buenas noches, profesor- saludó Ericka.

-Buenas noches, Ericka- el hombre la miró, examinándola y luego le extendió un papel- Te he visto nadar. Eres rápida.

-Sólo en distancias cortas- dijo Ericka, leyendo el papel. Era del club de natación. Ericka lo arrugó entre sus dedos.

-Creo que podrías competir.

Ericka sonrió. Ella no tenía la resistencia necesaria para competir. Podía nadar rápidamente en cien metros, pero dudaba mucho que pudiera resistir el ritmo de una competencia.

-No lo creo.

-Te falta resistencia- dijo el hombre- Pero te gusta nadar. Deberías pensarlo, aunque escuché que vas a postular al consejo estudiantil.

-Sí. No creo que tenga tiempo. Pero lo pensaré.

El hombre se fue y Ericka volvió al agua. El contacto era suficiente para animarla. Se imaginó a su misma compitiendo, ganando medallas y esbozó una sonrisa complacida. Aunque si con las justas resistía las clases de Educación Física dudaba mucho que pudiera tener lo que se necesitaba para afrontar las competencias de natación.

Dejó de pensar en eso y se concentró en el placer del agua cubriendo su cuerpo.

---

Mike salió apresuradamente de la biblioteca, sosteniendo un par de libros en las manos. Se detuvo antes de chocar contra Gabriel y se apoyó en el marco de la puerta, observándolo. Apenas habían hablado en dos días. Gabriel se apartó para que pasara y lo siguió cuando Mike empezó a caminar.

Mike se detuvo en la puerta del cuarto y se giró cuando entró.

-Pasa- dijo suavemente. Gabriel entró, agradeciendo el que Alan no se encontrara allí.

Mike se sentó en la cama, después de dejar los libros del escritorio.

-No debí enojarme tanto contigo- dijo Mike. Gabriel alzó la cabeza. No esperaba eso- Sé que es problema de Wade, pero me enoja pensar que tú puedes estar de acuerdo con eso. Que puedes ser igual de cruel que él con las personas, que puedes tener sexo con alguien que no quieres.

Mike apretó las manos en sus rodillas y bajó la mirada.

-Cuando te conocí, Julie me dijo que eras una mala persona. Yo no creo que lo seas, pero a veces me parece que sí lo eres. Y tengo miedo de que esto sólo sea una mentira.

Gabriel se quedó callado, observando a Mike. Quería decirle que a él si lo quería, que le gustaba, que no le molestaba verlo triste, que no estaba jugando con él.

-Tú papá…- empezó a decir Gabriel, en vez de lo que tenía pensado decir- Dijiste que no pensabas en él, pero era mentir, ¿cierto?

Mike asintió con la cabeza.

-Él engañó a mi mamá muchas veces antes de que yo naciera- dijo, sin dejar de mirar sus manos- Era un mujeriego y ella pensó que cambiaría cuando se diera cuenta que iba a tener un hijo, pero nos abandonó. Y Wade…- Mike bajó más la cabeza, hasta que su cabello le cayó por el rostro- No puedo evitar pensar que mi padre podría haber sido como él, siempre buscando con quien acostarse, tratando a las chicas como objetos. Y que tú lo apruebes, que ni siquiera te incomode un poco, me hace pensar que tal vez podrías hacerlo también. Acostarte con alguien que no te guste e ignorarlos después…

Gabriel desvió los ojos, sintiéndose culpable. Nunca lo había pensado de esa forma. Nunca le había importado que Wade se acostara con quien fuera, lo más que sentía era curiosidad por saber cómo se había convertido en el adicto al sexo que era. Cuando discutió con Wade no estaba preocupado por Betty, sino por Ericka, porque sabía que a ella le gustaba Wade y porque pensaba que harían una buena pareja y estaba seguro que Wade la quería. Pero no que lo que Wade hacía estaba mal.

-Lo siento- murmuró, sin saber que más decir- Pero no te estoy mintiendo, por lo menos eso puedo asegurarlo. Es cierto que no me importa demasiado los demás, pero tú sí. Créeme.

Mike alzó la cabeza y Gabriel alargó una mano para estrechar sus dedos. Mike hizo una mueca parecida a una sonrisa y asintió. Gabriel se acercó y presionó sus labios contra la mejilla de Mike, aunque sentía que este seguía un poco reticente. Se juró que ganaría su confianza.


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