Seto decidió vengarse de otra manera y movió su red en “su” instituto para hacer que el rubio fuera asignado a su clase lo que logro sin esfuerzo porque Seto estaba acostumbrado a lograr lo que quería.
El rubio penso que era una estraña y nada agradable coincidencia cuando lo vio sentado en su nuevo salón.
-Que Ricacho.Tienes una gran suerte.Ahora me tendras a tu lado para ayudarte con tus estudios-le dijo el rubio tirando su mochila junto al escritorio del castaño al que todos sus compañeros dejaban solo por miedo al enojo del de ojos azules que resultaba terrible para alguien tan joven.Pero es que el manejaba un poder que un niño normal de quince años no entendería.
Sentandose en la parte alta del banco pues el profesor aun no había llegado le dijo al otro sin mirarlo-No te preocupes.No soy rencoroso solo te dire una cosa y es que se que me trajiste a este salon quien sabe con que retorcido propósito pero disfrutare de esto no te preocupes –luego poso sus ojos mieles en los azules del otro que para entonces empezaban a irradiar una nada sutil llama de hielo.
-Oye no te enojes que después de todo esto fue tu culpa.Si no te hubieras atravesado en mi camino yo no te hubiera roto tu laptop-le dijo algo molesto el rubio mientras se deslizaba por el respaldar del asiento para quedar sentado a su lado.Seto miro al profesor, que estaba entrando, de tal manera que el pobre hombre dio un salto y se coloco de inmediato en su lugar.
-Te hare desear jamás haberte cruzado conmigo perdedor-dijo entre dientes Kaiba a su compañero.
-Eso lo serás tu idiota y sobre lo del deseo.En verdad me gustaría jamás haberme cruzado contigo-dijo el rubio y el castaño sonrió.-Quita esa cara idiota que lo digo porque la gente como tu me cae mal-le dijo el de ojos mieles para aguarle la fiesta lo que consiguió sin esforzarse mas.
Era el tercer descanso,el ultimo antes del final de ese el segundo día de clases cuando el pretencioso castaño se puso a hablar con uno de los estudiantes de sexto.
-Ese chico no es de nuestra clase.Pero esta becado.Es una lastima que no tengamos ningun motivo para echarlo como se merece-dijo Kaiba mirando a Joey con el ceño fruncido.
-Lo entiendo Kaiba.Que un muchacho como ese este aquí es una deshonra.Es un desarrapado-dijo Yahiko el hijo de un acaudalado empresario japonés que odiaba a todo lo que no tuviera una estampa de alta sociedad.
Joey los miro desde donde estaba conversando con sus compañeros y al ver a Kaiba con sus tres acompañantes y como todos lo miraban tuvo un escalofrío.
Seto esperaba en el salón ya vacío de bellas artes mientras los demás estudiantes salían del instituto.
Yahiko entro sonriente mientras se palmeaba las manos de una manera singular lo que le dio una mala impresión al castaño.
-¿Qué has hecho?-pregunto estricto.
-Le hemos hablado en el único idioma que esos perros comprenden.Ya veras como a partir de mañana no le veremos mas-dijo el moreno sonriendo ampliamente.