Y aquí me encuentro sentado a la orilla del mar, el sol aun no sale y una suave neblina trata de ocultarme la vista…
Sigo con tu recuerdo clavado en lo más profundo no sabes cuánto te amo…
Aun se pasean por mi cabeza aquellas melodías que compusimos juntos, aun recuerdo tu risa, aquellos ojos bañados en inocencia, roso mis labios con mi dedo y tú sigues ahí.
A lo lejos se puede notar como el sol ya quiere salir, aun hace frio y tú no estás con migo para abrigarme…
No me gusta mirar hacia atrás pero de todos modos lo hago todo me recuerda a ti y me encanta.
Un rápido recuerdo se pasea por mi cabeza…
Aquella vez que me atreví a pedirte que fueras mi novio también fue la primera que te hice mío, recuerdo tu sonrojada cara llena de vergüenza, como me encanta verte así.
Pero lo que jamás olvidare son aquellas veces que te hice llorar, no sabes cuánto me arrepiento de aquello, todas las veces que entraba a la sala y te veía llorando… por mí.
Me disculpo no soy bueno para darme cuenta de las cosas nunca vi lo que realmente decían tus ojos aquello profundo amor que sentías por mí, creo que aun me cuesta trabajo comprenderlo, y lo re cuerdo tan bien porque no quiero repetirlos otra vez.
Pero como ahí recuerdos malos también existen los buenos y uno de ellos es tu sonrisa, como amo aquella sonrisa la que todas las mañanas me hacía creer que sería un buen día, aquella que se encargaba de recordarme todos los días lo mucho que siempre te e amado.
Lentamente comienza a asomarse la luz del sol, aun tengo unos minutos antes de que cubra por completo la orilla del mar.
Y como olvidar aquella vez que me pediste que nos separáramos por un tiempo, esa vez supe lo que es entirse completamente vacío, esa vez me di cuenta de que no podía ni quería venir sin ti de todos modos acepte tu propuesta, tu saliste corriendo de la habitación y luego del departamento pero nunca te fuiste realmente de mi, y llore, llore como jamás lo había hecho, pero ese mismo día en la noche tocaron a mi puerta, la abrí sin ganas, mis ojos aun estaban rojos de tanto llorar, y me impresiono, me impresiono verte parado tras, me abrazaste sin dejar de llorar, pediste perdón muchas veces y todas aquellas te dije que ya no importaba, me dijiste que no podías vivir sin mi yo pensé igual, pero nunca supe realmente porque decidiste tomar una decisión así.
Por fin la luz del sol ilumino toda la costa y ya es hora de irse.
Me levanto sin ganas , miro una última vez el océano me devuelvo a paso lento hacia mi departamento, no hay mucha gente en las calles y curiosamente estas siguen invadidas por la sombra, llegue al edificio un cordial saludo al portero y decido tomar las escaleras a paso lento a estas horas nadie me apurara, llego al cuarto piso que es el que me corresponde, al final del pasillo se encuentra la puerta del departamento, camino hacia ella busco mis llaves y la abro.
Todo está intacto, no había ruido alguno toda aquella habitación tenia tu perfume impregnado en ella, camine en dirección a mi habitación abrí suavemente la puerta y la serré después de entrar.
Ahí está otra vez aquella imagen que tanto amo ver por las mañanas… la tuya
Refregando tus ojos suavemente aun no te as dado cuenta de que te observo.
Estas con el cabello completamente desordenado, estiras tus brazos y los dejas caer suavemente vuelves a refregar sus ojitos con una mano mientras que con la otra palpas el lado junto a ti, rápidamente tu mirada la cama bacía y el sueño desaparece de inmediato, agachas tu cabeza decepcionado.
A veces amo lo despistado que puedes llegar a ser, rápidamente esos ojos que tanto amo se llenan de lágrimas, odio verte así pero me encanta que me necesites.
Abrí la puerta y la serré provocando ruido, entonces te das cuenta de que te observo.
-aquí estoy amor-lo digo cariñosamente.
Te sonreí cariñosamente, rápidamente borras tus lagrimas y me regalas una de esas sonrisas que tanto amo, esas que hacen que todo se vuelva color rosa, de esas que me alegran el dia.
Me acerco a ti y te abrazo fuertemente, tu aroma m embriaga por completo escondes tu carita en mi pecho y ahí te quedas quietito pero sin soltarme.
-no me dejes nunca nao-lo dijiste suavemente.
-jamás lo haré…-te respondí despacio.
En estos momentos cuando te tengo junto a mí entre mis brazos es cuando me doy cuenta de lo mucho que me encanta pensar en ti y recordar todo lo que hemos vivido juntos de que me encanta recordarte a ti mi shimita…