Capítulo 1: Una nueva vida.
Suna era paralela a Konoha, por lo que podía salir y mirar el enorme desierto que se abría paso por entre la cuidad de color arena y como era distinta a Konoha su mente no le gritaba por Naruto, el color amarillo no le recordaba nada… Naruto no existía en Suna.
Golpeo la baranda del mirado con el puño, conteniendo las lagrimas que amenazaban con esparce de sus ojos negros.
—¿Por qué…? —Le pregunto al destino dejando que el arenoso aire del desierto le meciera los mechones negros de aquel cabello.
—Porque así es la vida ototo… —Escucho a sus espaldas—… y no hay mucho que hacer más que continuar…
Se giro lento, intentando por todos los medios ocultar en su típica expresión de frialdad todo el dolor que le consumía por dentro.
—Aniki…—Susurro al ver la lánguida sonrisa del mayor, Itachi no había dejado de sonreír cuando ingresaron al edificio de apartamentos que Kasa reservaba para sus empleados en Suna y que probablemente ninguno usaba.
—Quita esa cara ototo…—Animo palmeándole la espalda con el brazo bueno puesto el otro estaba enyesado—… que vergüenza si Naru-chan te viera así…
—Cierra la boca aniki…—Mascullo molesto, esa forma de actuar Itachi la tenia cada vez que se enfrentaban a algo de imposible dolor, la misma actitud del funeral de Mikoto, como si ella no se hubiera muerto.
—Bueno…—Alza la mano y se marcho igual de sonriente—… yo solo quería decirte que debemos ir a las habitaciones que se nos asignaron, Azuma-san nos dará indicaciones.
Sasuke se adelanto unos pasos y siguió de largo sin esperarlo, cojeando y teniendo que recargarse en las paredes por las múltiples contusiones que llenaban su perfecto cuerpo de marfil.
No sin cierto esfuerzo lograron ambos llegar a la sala de estar en la que los sobrevivientes se habían reunido y conversaban con la sombra de la incertidumbre nublándole los rostros, el castaño que siempre fumaba estaba sentado esperando que llegaran todos, tenia a su derecha a un triste Gaara que jugaba con un pincel negro con el nombre de Sai grabado y al ver entrar a los Uchiha se levanto carraspeando elegantemente para que dejaran de hablar y al notar la atención de todos sobre su persona empezó a hablar.
—Este lugar fue cerrado y estaba reservado para los señoritos…—Y los ojos del hombre se habían opacado lentamente—… Kasa no tiene control sobre esta propiedad y se pueden quedar aquí, bajo la protección de las fuerzas especiales de Kasa, en este caso nosotros…—Señalo a Kankuro, Gaara, una mujer de ojos escarlatas de nombre Kurenai y un par de tipos extraños con peinado de tazón y cejas pobladas que respondían al nombre de Gay y Lee—… siéntanse como en casa…—Finalizo.
Azuma dirigió su mirada a los dos Uchiha que le miraban desde la puerta, con esa expresión de nulidad y superioridad, pero como buen mercenario sabia que por dentro esos dos se desplomaban segundo a segundo igual que el pelirrojo que se abrazaban al pincel.
—Síganme…—Ordeno pasando al lado de los morenos seguido de Kakashi, Gaara y Kankuro.
Ambos Uchiha no tardaron en caminar detrás del castaño siguiendo el rastro de tabaco que dejaba Azuma al respirar.
Subieron un par de niveles y quedaron enfrente de una puerta que desentonaba al resto por la pintura de colores de su madera y las ranas verdes que sonreían, Gaara abrió la puerta y los dejo pasar sin cambiar la expresión fría y hostil de su rostro.
—Este es el ala reservada para los señoritos… —Aunque quiso sonreír no logro más que una mueca de tristeza que delataba lo mucho que esos dos rubios se hacían querer—… están tal y como lo dejaron la ultima vez que estuvieron aquí…—La voz del adulto se hizo un poco más aguda del tono normal, se llevo el cigarrillo a la boca e inhalo con fuerza llenándose los pulmones del tabaco y cuando se sintió lo suficientemente tranquilo para continuar hablando sin demostrar en su voz el dolor hablo soltando en cada palabra el humo—… se quedaran allí, no cambien nada… es probable que Minato-sama también quiera pasar por las cosas de esos dos…
Ambos hermanos se miraban en espera de uno de los dos supiera quien era ese tal Minato pero ambos ojos negros delataban la completa ignorancia de quien era, tiempo para preguntar ya no era puesto Azuma y su comitiva se alejaban escaleras abajo. Kakashi se giro y los despidió con la mano.
Itachi volvió la vista a la puerta y se imagino a Deidara junto a Naruto arrodillados delante de la puerta llenándola de color con las manos y riéndose mientras lo hacían.
—Vamos aniki, que toca conocer como vivía ese par…
Ambos ingresaron evitando tocar las paredes blancas y manchar el recuerdo de sus amados rubios, el largo corredor se dividía en dos llevándolos por distintos lados a lo que probablemente eran las habitaciones individuales de los hermanos. Cada uno tomo el pomo de la respectiva puerta con el cartelito de cada rubio colgado en la madera y abrieron.
A Sasuke el aroma niño travieso que era desordenado y consumía mucho ramen lo golpeo en la cara, se había equivocado en la edad, Naruto no pasaba de los 17 años y lo delataban los poster de anime y bandas musicales en las paredes igual que la consola de juego abandonada frente a un televisión de proporciones imperiales.
La cama de sabanas revueltas y ropa desperdigada por todos lados, una ventana de cortinas naranja claro se mecían en silencio desde el balcón donde la luz se filtraba e iluminaba el recuerdo de un rostro canela y los ojos azules más hermosos del mundo apoyado en la baranda y mirando el mundo que Suna podía ofrecerle, se dejo caer sobre la cama, donde posiblemente Naruto había dormido hacia unas pocas noches antes de correr hacia su muerte.
Deslizo los dedos por la cama y noto, a lo lejos un débil calor que se extinguía con el tiempo, Naruto se movía mucho mientras dormía, se levanto y camino hacia el closet cerrado con una silla como si contuviera al temible monstruo que habitaba allí y al cual Naruto temía por encima de quedarse sin ramen y lo abrió cayéndole encima una avalancha de ropa mal acomodada.
Suspiro, pensando en que ese pequeño dobe debió haber sido más ordenado… pero aun así, en el fondo feliz por que con esa caída de ropa notoriamente lavada a la perfección y con el típico aroma de canela y naranja había sentido en su piel un abrazo más…
Noto que en el fondo del closet descansaba doblada ceremoniosamente una chaqueta naranja y negro lo cual delataba el amor por esa prenda.
Se levanto del montón de ropa en el piso después de plantearse la idea de dormir sobre la ropa del rubio como si se tratase de un perro pero al final la idea de dormir en el mismo lugar que su dulce amor resulto más tentadora, se llevo consigo la chaqueta naranja y se acostó mirando el techo con un poster de algún anime y se durmió, abrazando a sus 26 años el recuerdo de un niño.
Itachi en cambio no supo si se mareo por los colores o por el aroma de pintura y arcilla, Deidara era un artista igual que Sasori y Sai, su habitación que más parecía un estudio de arte estaba repleto de estatuas de notoria belleza plástica y cuadros de colores, desde su punto de vista sobrio y oscuro, chillantes que dolían a la vista.
Cerró la puerta y su mente se distrajo en imaginar la situación en la que se desarrollaban las múltiples fotografías que se exponían en marcos de arcilla de diseños caprichosos, a un rubio abrazado a su familia y a sus amigos.
Tomo una en especial, donde aparecía abrazado a un casi sonriente Sasori ya que a penas si se lograba mirar esa hilera de perfectos dientes blancos y se apreciaba de mejor forma la vena que le iba a explotar en la frente por tener a Deidara en los brazos al estilo de los recién casados, Deidara parecía reír con todo el cuerpo a costa del pelirrojo.
Una punza de envidia lo corroyó el corazón al imaginar cuan bien se llevaban esos dos, dejo el portarretratos en su lugar y siguió con la inspección, Deidara sonriendo con la cara manchada de pintura, Deidara con Naruto bebe en brazos, Deidara en los brazos de una mujer pelirroja de sonrisa cálida, Deidara con lo que parecía ser la gran familia que tenían antes de la muerte.
Deidara sonriendo como niño ante todo y con él solo se había puesto serio otorgándose un aire fiero y letal, suspiro y se acostó en la cama perfectamente tendida.
Un techo alto y con manos de pintura que dibujaban el nombre del rubio en el techo, giro y pego la cara a la almohada con aroma a dulzura.
Deidara vivía en el arte y tal vez solo para apresar al rubio en sus brazos se haría artista…
Y el bonus:
Bonus extra 1.«Nuevo libreto.»
SaiGaa.
Dedicado a Kaiser onni-sama.
El pelirrojo se encontraba de espaldas a Sai estudiando en el libreto la siguiente escena a filmar, estaba concentrado al máximo, una expresión fría anidaba en su rostro y solo sus labios se movían mientras articulaba en silencio esas palabras que tendría que decir con el mayor sentimiento posible.
En cambio el moreno, que ya se sabía el libreto incluido las líneas de sus otros compañeros no necesitaba de estudiarlos como el «apasionado»-eso no había que decirlo enfrente de Gaara- actor que prefería tener frescas las escenas.
Encima de aquella cabecita de negros cabellos un foco de malicia se encendió irradiando una perfecta luz roja, la misma que tenía desde hacía tres semanas, salió de la sala donde Gaara estaba y busco a Naruto.
Como era predecible se encontraba con Sasuke, para variar peleando por la simple y burda razón de que al ramen no se le debía poner tomate.
Aclarándose la garganta detuvo la pelea y sonrió como solo él podía hacerlo.
—¿Qué?—Sasuke tan amable como siempre.
—¿Te puedo ayudar en algo, dattebayo?—Y Naru tan cordial y adorable, si no estuviera clavado por Gaara se lanzaría sobre ese bombón amarillo/naranja pero como tenía al otro bombón rojo/marrón quedaba conforme, además Sasuke no quería reconocer que se moría de celos cuando algún miembro del staff se acercaba demasiado al rubio y por alguna extraña razón les caía encima una de las luces que usaban.
—Necesito que saquen a Gaara del set.
Ambos protagonistas intercambiaron una mirada.
—Déjame adivinar…—El Uchiha sonrió con burla—Le volviste a robar la ropa interior y la quieres regresar sin que se dé cuenta de que sus bóxer no estaban para que esta vez no retrase la grabación las dos semanas que te dejo en cama.
Naruto formo con esa apetitosa boca una o perfecta.
—¿Esa fue la razón por la que Gaara lo golpeo?
—Cómo crees dobe, fue porque Sai es el dominante masoquista y Gaara el sumiso sádico, le pega porque así Sai se excita.
Las mejillas trigueñas se pintaron de un inocente carmín.
—¡Teme no seas malo, no tienes por qué ponerlos en evidencia, dattebayo!
Sai sonrió adorando la pureza casi, que conste que era un casi, infantil de Naruto mientras Sasuke se estampaba la palma de la mano en la frente.
—¿Me ayudaran?
—¡Si, dattebayo!/—No.
Rubio y moreno Uchiha intercambiaron miradas y Sasuke, perdido por los zafiros de Naruto termino cediendo pero antes de que ambos saliera Sai les detuvo.
—Una cosa más, saquen al staff de la sala y entréguenle a Gaara esto…—Un libreto delgado fue puesto en las manos de Naruto—… una sola cámara debe estar funcional, déjenle claro que los planes para hoy fueron modificados.
Naruto asintió con entusiasmo y arrastro a Sasuke, Sai en cambio se sentó a esperar y a rogar porque Sasori no se apareciera tan de repente.
—«¡Entiéndelo, estúpido, para ellos eres solo un juguete!»—Sin emitir ni un solo sonido a pesar de mover los labios el pelirrojo menor se paseaba por el set que simulaba ser el laboratorio de Kasa.
Estaba a punto de pasar escena cuando las puertas fueron azotadas por un rubio que arrastraba a Sasuke, lo detuvieron.
—¡Gaara ven con nosotros, dattebayo!
No espero respuesta y tomándolo del brazo lo saco en símiles condiciones que al Uchiha, Naruto paso en medio de Itachi y Deidara que conversaban sobre el desaventurado accidente que había tenido Sasori en los brazos de Kakashi al intentar escapar de «La clase práctica de Hatake Kakashi sobre como besar ante cámaras y provocar a los televidentes con un simple roce de partes bajas.» Sip, Sasori acabo con una torcedura al caer de pie desde el segundo nivel del edificio al escapar de semejante clase, ambos actores se asombraron al ver que en lugar de detenerse y tratar la herida, Sasori corría y se perdía de vista tan rápido como era posible.
Naruto sentó a ambos chicos y le entrego al pelirrojo el libreto que Sai le dio.
—¿Qué es esto?
—Un libreto, dattebayo.—Sonrió Naruto.
Tanto Gaara como Sasuke reprimieron un suspiro.
—Ya sé que es un libreto, me refiero para qué es.
—Pues es fácil, Sa…
—El director nos avisó de un cambio de último momento—Interrumpió Sasuke salvando de esa forma el plan de Sai para hacer lo que quisiera hacer—Ese es el libreto de las escenas de hoy en el set 2.
Gaara arrugo las cejas, era notorio el fastidio al que se sometía cuando al director cambiaba de pronto los planes para el día y sin darles tan siquiera tiempo. Tendría que estudiarlo y en acopio a toda su inteligencia -que era mucha- aprender los nuevos diálogos.
—¿Ustedes ya estudiaron sus partes?
Naruto escondió las manos detrás tambaleándose en un gesto adorablemente infantil.
—Nosotros no saldremos, dattebayo.
—¿Por qué no?—Gaara paso ambos brazos por su pecho mirando a un lado.
—A nosotros no nos llamaron, no son nuestras escenas, ahora ve el set y estudia las líneas camino allá.
El pelirrojo, en un despliegue de ira camino hacia la puerta, al aproximarse al set 2 noto que el personal entero escapada de la locación y por primera vez temió que alguno de los zombis fuera real, por si acaso se armó de una llave de fontanería que estaba por allí, no era ser paranoico pero a veces las cosas en el estudio se ponían un poquito feas.
Antes de entrar abrió el libreto y leyó.
—«Por favor hazlo.»—La siguiente línea debía de pertenecer al que fuera su coprotagonista. No tenía ni la más mínima idea de que se podía tratar, a él solo le llegaba cada cierto tiempo el libreto para el capítulo y listo, la historia entera la sabría una vez viera la película completa.
—«No quiero lastimarte.»—La siguiente era otra vez suya.
—«No me vas a lastimar, lo necesito Sai, necesito realmente pertenecerte en cuerpo y alma…»
Las mejillas se le pintaron del mismo carmín que a Naru, de las manos se le escapo aquel legajo que acababa de ponerlo en la situación que llevaba al menos 20 capítulos evitando, hasta llego al punto de hablar con el mismísimo director para que postergara la escena y al parecer la frase que ese día el director había soltado se cumplía al fin:
—«Aplazare la grabación todo lo que pueda, pero llegado el punto en que sea demasiado obvio que se evita por alguna razón simplemente enviare órdenes y como está estipulado en un contrato que leíste y firmaste sin ninguna clase de vicio* es perfectamente exigible, ¿Estás de acuerdo Sabaku-san?.»
A ver, ¿Qué respondió ese instante sin titubear?
—«Por completo.»
Levanto el libreto y paso hoja por hoja, para su sorpresa solo la primera contenía diálogos coherentes las siguiente 15 tenía gemidos y acotaciones como:
—«Arquearse de placer al sentirlo invadir los lugares que jamás nadie había tocado antes…»
O…
—«Cambiar de posición a una donde la cámara enfoque las embestidas…»
Más abajo una anotación especial parecía dirigida a su persona.
—«Si el actor Sabaku no Gaara se niega a la realización de dicha escena adjunto un sedante/afrodisiaco para el uso correspondiente. Att. Mishogu.»
Gaara, que ya tenía en la cabeza cada línea y sonido que debía hacer empujo de una patada la puerta, el platillo del set simulaba uno de los tantos lugares del laboratorio de Kasa, solo que en lugar del laberinto/campo de batalla estaba una oficina con un mullido sofá negro y algunos cadáveres de mentira en el piso. Del otro lado alcanzaba a ver la única cámara del lugar, el camarógrafo y al director desde su silla, a ninguno lograba verle el rostro.
—¡Gaara!—La voz de Sai le ataco por atrás—¡Pensé que huirías como lo hizo Sasori!
De un codazo lo aparto.
—¿A qué te refieres con eso?
—Pues Sasori se escapó del estudio cuando le tocaba actuar con Kakashi un bonus extra hentai de regalo. —Sai sobaba el costado en el que el pelirrojo había golpeado.
Gaara se imaginó al pelirrojo mayor corriendo en libertad lejos de aquella locura o, siendo más fiel a la realidad, comiendo en un restaurante algunos bollos y bebiendo té sin tener a un pervertido pegado todo el día.
—Lástima que no escape con él.
—Seguro te habrías lastimado.
—¡¿Se lastimo?! ¡¿Y lo dices así de tranquilo?!
—Sip, lo que me sorprendió fue que aguantara caminar después de caer del segundo nivel, ¿Sabes si alguna vez fue doble o protagonista en una película de acción? La verdad cuando se lanzó contra la ventana y cayo de pie pensé que veía a uno.
Gaara compuso una mueca aterrado de imaginar lo desesperado que estaba el otro como para hacer semejante tontería. Él no quería enloquecer al nivel que Kakashi tenía al Akasuna. Y Gaara que ya iniciaba a verlo como un verdadero hermano mayor.
Sin saber cuándo Sai lo estaba arrastrando a la locación y lo lanzaba al sofá, hasta ahora se percataba que Sai lucia la ropa de mercenario de Kasa y rayos que le queda súper bien, mostrando el estómago y parte de los hombros, la orilla de la capucha blanca resaltaba el negro de su cabello y el pantalón, ¿Cómo rayos hicieron para que Sai entrara en esos ajustadísimos pantalones de cuero negro?
—¿Te gusta?—Ronroneo el moreno contra el cuello blanco de Gaara—… el director la diseño especialmente para este momento.
El menor sintió que Sai tomaba sus dos manos sosteniéndose con las rodillas y las ubicaba en su desnuda espalda, ¿Cuándo Sai se había quitado el largo abrigo dejando al descubierto los omoplatos?
Puede ser que estuviera completamente ido, ajeno hasta de su propio cuerpo debajo de Sai, al reconocer que no le fastidiaba como la primera vez que si lo estuvo se sonrojo.
—No sabes lo adorable que te ves así… la presa perfecta.—Gaara abrió los ojos lentamente recordando porque estaba a merced de Sai.
—Y tú eres solo un maldito juguete.—Era un actor, no cualquier individuo que terminaba debajo de Sai, solo era un simple mentira que un hombre creo para divertir a otros, no tenía por qué poner de sus sentimientos allí.
—¿Quieres jugar conmigo?—La descarada forma de ser del moreno ya no preocupo al mercenario.
—Juega solo…—El rodillazo, que a pesar de ser fingido tenía más fuerza de la requerida envió al proyecto al piso al lado de un putrefacto individuo que horas antes había sido asesinado, de nuevo, por Gaara.
—¡Auch…!—La queja fue acompañada de una cara de corderillo a medio degollar—Si te gusta jugar duro lo hubieras dicho antes.
Gaara alcanzo la puerta de la oficina para correr en busca de los otros pero una lámpara -de utilería- salió disparada hacia su cabeza dejándolo -en la realidad- atontado, entre el mareo que sobrevenía debido al golpe alcanzo a ver a Sai gateando a su ubicación -hasta ahora el director no había hecho ni una sola intervención por lo que Gaara supuso que lo hacían bien-
—Si no quieres jugar me temo que «lo haremos muy en serio.»—El pelirrojo parpadeo confundido al notar ese tono diferente en la voz de Sai, ¿Acaso quería decirle algo? El moreno lo arrastro de nuevo al sofá y se le monto encima—Estas en todo tu derecho de gemir y llorar.
Pero Gaara como el mercenario que era no tenía permitido tal despliegue de debilidad -eso, ni en la realidad-, le sonrió con sorna al otro y le abrazo por el cuello.
—No vas a escuchar ni un solo sonido de mi parte.
Sai aproximándose a los lastimados labios lo beso, mordió lo necesario para que su amante abriera la boca, una vez dentro se encargó de excitarlo, succionaba la lengua como si le estuviera haciendo una felación -Una acercamiento automático de la cámara capturo en primer plano el beso húmedo-
—Eso lo veremos—Replico Sai al separarse, deslizo su negra mirada por el cuerpo bajo su dominio y supo las manos en el cierre del abrigo—No necesitamos esto.
El menor se vio despojado de la mayor parte de su ropa, Sai lo empujo del sofá y le puso el pie enfundado en unas oscuras botas negras en la quijada para que enfocara su rostro.
—Mírame.—Ordeno amo y señor de la situación.
—Púdrete.—Siseo Gaara gruñendo sensualmente. La situación calaba en su propia piel y empezaba a sentir cosas que no debía por lo que su pantalón estaba apretándole mucho de la entrepierna.
Sai soltó una risilla molesta y le abofeteo con el dorso de la mano, después atrapándolo del cabello lo alzo hasta dejarlo sentado sobre sus piernas pero viendo hacia la cámara y el estático director. Cualquier televidente podría apreciar en primer plano la belleza de ese rostro.
—Mira nada más lo que tenemos aquí…—Burlón toco a Gaara que avergonzado al máximo se sonrojo componiendo un apetecible rostro erótico—… estas tan excitado como yo.
La mano pálida del otro se cerró en torno al miembro de Gaara a pesar de la ropa, el pelirrojo arqueo el cuerpo apoyando la nuca en el hombro de Sai mientras gemía en voz baja donde solo los labios enrojecidos se movían, la otra mano repto por el pecho del menor y acaricio sus pezones -los televidentes en este punto ya debían de tener una mano entre los pantalones al ver los rosados pezones se alzaban dulcemente gracias a las yemas de los dedos de Sai-
Al parecer a Sai no le fue suficiente pues en un despliegue de agilidad empujo a Gaara que por un momento creyó que su rostro se estrellaría contra el piso, Sai rápido lo sujeto de la cintura dejando sus caderas elevadas por lo que no dudo poner las manos en el piso, podía ver detrás la cámara que giro en el plato para captar la siguiente escena.
Sai empezó a bajar los pantalones de Gaara hasta dejárselos a medio muslo, sobre su hombro la cámara hacia un bochornoso acercamiento de los glúteos de Gaara aun cubiertos por la ropa interior.
Gaara tembló al solo recordar lo que seguía y se preparó mentalmente para cuando…
—¡Aahhaa mh!—Gimió, era tonto pensarlo, pero al querer prepararse le fue peor, en serio que no sabía lo bueno que era Sai con la lengua.
El moreno primero había suspirado sobre su entrada dejándole sentir su cálido aliento después lamió los bóxer mojándolos con la saliva.
—¿En serio no ibas a dejar escapar ni un solo sonido? —Gaara deseo con todas sus fuerzas darle una patada en el rostro pero eso no estaba en el libreto.
Sai creyó suficiente lo que hacía y regreso a Gaara sobre su regazo perfectamente sentado, la cámara volvió a su ubicación original y el moreno le quito al fin toda la ropa a Gaara, -la cámara hizo un acercamiento de la entrepierna del pelirrojo-, Sai paso las manos por debajo de los muslos del otro y los alzo mostrándole al futuro público que ya se había desecho de la parte inferior de su vestuario y que estaba a punto de penetrarlo.
De pronto Gaara giro la cabeza hacia Sai y le planto tremendo beso que caldeo los ánimos -tal vez algún televidente tendría un orgasmo si veía como Gaara lo besaba- Sai ya iniciaba a dudar si profanaba tanta belleza en su pelirrojo.
—Por favor hazlo…—Rogó ya muy metido en el papel, al notar que el mayor titubeaba.
—No quiero lastimarte…—Y aun así ya tenía dos dedos dentro de Gaara para deleite de la cámara y del pelirrojo.
—No me vas a lastimar, lo necesito Sai, necesito realmente pertenecerte en cuerpo y alma…—Nació desde la más hondo del corazón de Sabaku y agrego—… por favor…
Algo se rompió dentro de Sai al escuchar aquello, saco los dedos y arremetió contra la entrada de Gaara a la cual no le quedo de otra más que ceder ante la invasión.
La cámara quedo en uno de los costados perpetuando el perfecto arco que formaba la espalda del pelirrojo y la piel brillante por el sudor, a Gaara dando saltitos para auto penetrarse mientras Sai le daba mayor impulso con ambas manos en la cintura, la cámara volvió sobre el hombro de Sai y enfoco como el moreno entraba y salía con ímpetu, de la entrada de Gaara algunos hilos de semen y sangre ya descendían.
A una orden del control remoto de la cámara, ya que Sai era el que la manipulaba, regreso al frente, el moreno pego el pecho a la espalda blanca del menor y lo abrazo embistiéndolo con fuertes movimientos de cadera, una mano jugaba con el glande de Gaara y la otra con los pezones.
El menor giro el rostro buscando un beso que recibió a penas Sai percibió esos suculentos labios en su área visual. Gaara no pudo más y se dejó ir en la mano pálida del moreno contrayendo delirantemente su interior, obligando a Sai a llenarlo hasta el tope de su semilla.
Gaara aun con Sai dentro se fue deslizando hasta el piso, la cámara capto como ya Sai, flácido abandonaba el cuerpo del pelirrojo, lentamente subió por el torso del moreno y capturo el semblante feliz que tenía.
—¿Ahora quién es el juguete de quién?
Y allí, alguien debió de gritar:
—«¡Corte!»
Pero nadie lo hizo, Gaara se quedó en el piso, la grabación alcanzo a grabar el rostro casi ausente del pelirrojo hasta que el mismo Sai lo detuvo.
Arrodillado delante del menor beso su espalda aumentando las marcas que ya le había dejado.
—Espérame aquí, regresare pronto.
Gaara con el cuerpo adolorido y el orgullo destrozado se envolvió en la manta que Sai había dejado en el piso, claro que su contrato estipulaba escenas de sexo explícito, pero en ninguna cláusula decía que tenía que tener autentico sexo explícito con Sai, ¡Debían de fingirlo!
En eso la gran puerta del set se abrió y apareció nada más y nada menos que el director, el pelirrojo con los últimos estertores de su fuerza y sin importarle que su espalda desnuda y llena de marcas fuera acariciada por el aire corrió hacia él..
—Sabaku-san le he estado busc…—Pero no pudo terminar.
—¡Maldito imbécil! ¡La película es de terror no pornográfica!
El director, un hombre relativamente joven de ojos amatista, cabello largo y naranja se extrañó por lo que había dicho.
—¿A qué se refiere?
Gaara soltó al pelinaranja y corrió hacia las luces principales del estudio, entonces pudo ver que al que creía el director no era otro que un maniquí con una peluca al igual que el camarógrafo. Entonces el director retrocedió preocupado al notar como el aura oscura de Gaara afloraba enfriando todo el plato.
—¡¿Gaa-chan quieres comer algo?!—Sai no noto al pelinaranja en una esquina y menos que este le hacía señas para que abandonara la locación—… te he traído un delicioso emparedado de pollo y una nutritiva sopa.
Gaara se giró lentamente y Sai por primera vez en mucho tiempo tuvo miedo, verdadero miedo de lo que pudiera pasarle en manos de su amor.
El pelinaranja al salir sobrando de allí recupero el rollo de la grabación y lo reviso. Bien podía servir para la historia principal si censuraba.
Unas salas más lejos, Sasuke y Deidara se preparaban para sus escenas en las manos de las maquilladoras cuando el grito de cierto moreno retumbo en cada rincón.
—Le salió bien.—Confirmo Sasuke a la muda pregunta del otro rubio con una sonrisa sardónica en el rostro.
En eso llego Kakashi con tres libretos más.
—Ne chicos…—Inicio con el ojito visible muy contento—… hay cambio de planes.
El Uchiha y Deidara se miraron.
—No me digas.—Bufo Sasuke—Déjame ver el libreto.
Kakashi cual fiel perrito le entrego a cada uno el libreto, Sasuke paso de largo todas las hojas y reviso la última donde la impecable firma del director descansaba bajo un nombre, la tinta violeta que siempre usaba era brillante y por lo tanto real. Si el director había leído y aprobado el libreto esa firma debía de estar allí, como siempre.
—Claro, hum.—Confirmo Deidara sintiendo que al fin dejaban en paz su hermoso y largo cabello.
—Como sea, ya me pagaron.—Era la forma de aceptar de Sasuke.
Lo que los tres no sabían era que Sai, para hacer más creíble la mentira escribió, mejor dicho obligo a reescribir algunas partes por si a Gaara se le ocurría preguntar si existían cambios al resto del elenco y para ello, emborracho al director y le hizo escribir y firmar los libretos.
Ya sabrían que todo era un perfecto plan atrapa novios, pero eso seria después. Mucho después…