Capítulo 4: Sasuke.
Se cubrió con el antebrazo los ojos por las luces de colores que iban por todos lados en la pista de baile del bar, Hinata había acertado con decir que era bueno, se notaba en sus mesas pulcramente arregladas junto a la cubierta negra que reflejaba a la perfección las luces.
Sintió un apretón sobre la cadera, Itachi le indicaba una mesa vacía cercana a la barra. Siguió a Gaara y a Kakashi completamente hipnotizados por la vida nocturna que irradiaba ese lugar y se sentó, sin saber porque un sentimiento de culpabilidad le opaco los ojos, hacia nada su amor estaba muerto, aunque hayan pasado 6 meses, él percibía el tiempo como si hubieran pasado escasas horas.
Aun creía en su piel las gazas usabas para detener el sangrado y el ruido de las hélices girando en el aire, la fetidez de la carne corrompida, soporto una arcada disfrazándola con uno de esos giros preciosos de su rostro.
No tardo en llegar un mesero, un hombre rubio de hermosos ojos azules que a Sasuke le supo a un deja vú, que tomo la orden con una forzada sonrisa servil, solo supo de cierta forma que estaba haciendo mal, apuro de un trago todo el contenido de la copa a pesar de las miradas sobre su persona, Itachi se mordía las ganas de salir del bar y Gaara en correr al baño y atravesarse los brazos con un cristal para dejar de pensar en Sai.
—Ve más espacio con el licor…—Kakashi alzo la copa y la contemplo siendo atravesada por las luces de colores—… cuando menos lo pienses buscas un ángel en el fondo de la botella.
Casi sin pensarlo el mesero regresaba con una nueva orden para él, completamente obediente a sus deseos.
Sasuke se aflojo el nudo de la corbata alzando la mano para una nueva bebida, el mismo mesero se acercó agachándose hacia el moreno menor.
—No más licor ototo…—Aconsejo Itachi siendo ignorado por un casi borracho Sasuke.
Pero este ni lo escucho, el cuello del muchacho quedaba a escasos centímetros de su boca, sentía en las puntas de los dedos con ese aroma a canela que Naruto tenia al igual que su gel de baño.
—¿Algo más señor? —El rubio se alzó temiendo de la cercanía del moreno menor.
Sasuke sonrió mostrando en su gesto lo poco que le importaba la situación.
—Si… te quiero a ti en mi cama…—El rostro del rubio se pinto de carmín tan rápido que Sasuke pensó que vea al inocente Naruto de la primera vez—… o si prefieres puedo yo ir a la tuya…
El mesero lanzo una mirada a la barra donde un hombre de expresión neutral asintió con un cabeceo y se dejo arrastrar a los baños de hombres.
Itachi lanzo un suspiro al aire que fue sofocado con la música estridente del local, Gaara buscaba hacerse daño con un tenedor y Kakashi no despegaba la vista de su libro.
—Estará bien… —Comento Kakashi —… mientras no le roben nada…—En honor a Sasori le arrebato el tenedor a Gaara y lo tiro lo más lejos posible.
—¿Y nosotros que? —Itachi atrapo del brazo a Gaara cuando este intento ir a la otra mesa por un cuchillo abandonado.
—Vamos por allí buscando una presa… solo hay que tener cerca a Gaara. —Rio mostrando uno de los colmillos—… pero cuando nos toque entrar a una habitación lo dejamos a la suerte.
—Hecho. —Convino Itachi sentando a Gaara—… ¿Quieres jugar?
Las aguamarinas del pelirrojo reptaron del suelo al rostro de Itachi, con el mutis de un muerto en vida.
—Ya no queda de otra…
Y así los tres se repartieron entre las mesas a buscar quien ahogara con el cuerpo un recuerdo que les incineraba la memoria.
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Tenía al mesero contra la pared, alzado por los muslos y abierto de piernas por completo gimiendo de placer, se sostenía de la pared con una mano mientras la otra se perdía entre el cabello negro de Sasuke.
Le devorada el cuello, apretada sus pezones con ira, queriendo dejarse claro que era Naruto a quien sometía.
El mesero atenazo su cintura con las piernas desabotonando la camisa blanca del moreno rogando en con voz ronca que lo penetrara y lo hiciera suyo en las formas posibles.
Sasuke imagino que esa voz masculina era una un poco más infantil.
—Cada vez que hables di “dattebayo” al final de la frase y te llevare al cielo mismo…—Ofreció frotándose con más descaro con la entrepierna del rubio mesero el cual gimió alto—… no olvides decirme “Sasuke-sama”
Al muchacho aquel juego perverso al que se había dejado arrastrar le estaba gustando mucho, se empujo con más fuerza contra ese potente falo que quería atravesar el pantalón del moreno y soltó lo que Sasuke quería escuchar.
—Sasuke-sama por favor pártame por la mitad, dattebayo…
El moreno se descontrolo, cargándolo lo llevo a los lavados donde lo deposito sin una pizca de cuidado y le arranco el pantalón junto a la ropa interior dejándolo medio desnudo, observo las piernas blancas, concediéndole un tono más bronceado y más suavidad.
Lamio los muslos, apretando con la mano el miembro del chico que se deshacía en:
—Sasuke-sama… hágame suyo, dattebayo…
Le abrió las piernas mirando aquel agujerito rosa que se abría y cerraba conforme el dueño gemía por como lo masturbaba, con la mano libre se bajo la bragueta del pantalón y libero su urgido miembro.
Acerco la lengua y lubrico metiendo de vez en vez la lengua aumentando los gemidos del muchacho hasta casi hacerlo gritar por el placer al que lo sometían.
Sasuke se alejó lo suficiente como para volver a los labios del rubio e imaginarle más joven y con las mariquitas graciosas en sus mejillas. Se toco un poco para endurecerse más y lo miro, era Naruto a quien tomaría en un baño de un bar anónimo y tenia las piernas abiertas, los brazos en alto aferrado a la barra que sostenía las luces y el rostro desencajado en placer gimiendo su nombre.
—Sasuke-sama… ya no aguanto dattebayo…
—Shhh…—Se inclino sobre él y le beso los labios con dulzura, tanta que extraño al mesero—… ya lo hare…
Lo tomo de las caderas y se posiciono en su entrada, lo miro a los ojos y supo que Naruto lo miraba a través de esas ventanas añiles, sin más contemplaciones se introdujo de golpe, el mesero grito de dolor abrazado a la espalda amplia y varonil de aquel amante de ocasión.
Se quedo quieto, esperando a que Naruto se acostumbrara a tenerlo dentro, no quería lastimarlo, quería que recordara que lo trataba como si fuera un príncipe, su mayor tesoro…
—¿Ya puedo moverme? —El mesero suspiro por la dulzura, sonriendo para asentir con un cabeceo infantil que encanto a Sasuke.
Guio las piernas del rubio a sus caderas y salió dejando a penas la punta dentro para después arremeter con todas las fuerzas de su repertorio. Repitió la acción varias veces, enloqueciendo al mesero que no tardo casi nada en correrse en su vientre plano, pero él aun no estaba satisfecho seguía embistiéndole, provocándole que se pusiera duro de nuevo y gimiera como nunca lo hizo con otro cliente, el moreno que lo penetraba le había pedido prestado el cuerpo en honor a un recuerdo y no le molestaba siempre y cuando pudiera conseguir placer.
Iba a correrse por segunda vez y ya quería descansar así que apretó su interior lo más que pudo provocándole el orgasmo al moreno y corriéndose después de sentirse lleno, abandono el baño tras haberse limpiado y arreglado la ropa dejándole en claro a Sasuke donde podría encontrarlo si deseaba repetir.
Sasuke se miro al espejo, ahora con los brazos vacíos y la mente tranquila, no era Naruto, era un simple mesero que había usado para desfogar el gran amor que sentía por el rubio, se arregló la ropa con furia sintiéndose de pronto decepcionado de si mismo, acababa de ensuciar la memoria de su dulce amor con una noche de sexo con un desconocido.