Después de… por Mishogu

Capítulo 13: Identidad. 

Mientras Sasuke y Gaara corrían Sai convoco a uno de los temibles ogros de tinta que pasándose encima del desperdicio de arte que ambas creaciones lograron alcanzo con un golpe a Sasuke. 

Pero en lugar de impactarlo un pedazo de pared se interpuso, entre Itachi y Kakashi habían alzado el escombro usándolo como un escudo, el otro rápidamente logro acabar con el obstáculo pero tanto Sasuke como Gaara ya estaban armados con una pequeña y potente granada de mano que fue lanzaba al tiempo que el ogro abría la boca y gruñía. 

Kakashi alcanzo a cubrir a Itachi de la explosión sin embargo la lluvia de tinta no podía ser detenida por nadie y Sai desde la altura apretaba los dientes. 

—Ahora es personal…—Siseo. 

Sasuke llamo la atención de su hermano y todos echaron a correr, unidos, el dolor no podía hacerles más daño del ya ocasionado. 

Sai espero a que Kyuubi, Deidara y Sasori se reunieran, intercambiaron una simple mirada y cada quien ya sabía qué hacer. Los que rodeaban eran Deidara y Sasori mientras Kyuubi y Sai iban por el medio para un ataque más directo. 

Los otros cuatro corrían buscando una salida y de paso la solución para salvarse de todo. 

—Tenemos que atacarlos…—Kakashi fatigado se detuvo por unos instantes—… vamos a morir. 

— ¡Pero si los atacamos ellos…!—Gaara también se detuvo de golpe. 

—Es un riesgo a tomar. —Interrumpió Itachi pero sin la convicción. 

—Nos tiene que salir bien si queremos que ellos regresen. —Sasuke vislumbro en la lejanía a los enemigos. 

Gaara les indico que debían de ponerse en un círculo y evitar romperlo para estar en posición de defensa/ataque perpetuamente. 

Sasori y Deidara arremetían a distancia para destruir la formación, daban la sensación de que no usaban toda su fuerza si no que una mínima parte haciendo que Sasuke, en ese momento tan voluble terminara por explotar. 

— ¡Ataquen de una buena vez!—Grito volando una marioneta con la escopeta. 

Deidara lanzo una molesta risa al aire. 

—Tonto…—Escucho a su espalda, en realidad todos lo habían escuchado por lo que giraron en automático—… nuestro mejor ataque ya estaba ejecutado. —Era Sasori que en medio había convocado a un enorme árbol hecho de piezas de marioneta. 

Sasuke sintió que la gravedad se desconectaba en el instante en que los hilos enredados en sus piernas lo alzaron dejándolo suspendido en el aire varios metros sobre el suelo lejos de las armas, que en el peor momento habían abandonado sus manos. 

— ¡Eres un genio danna, un verdadero genio!—Rio Deidada atrayendo a los otros dos—Ahora son todos nuestros. 

— ¿Y ahora, teme, que te parece nuestras fuerza?—El rubio de ojos escarlatas se arrodillo enfrente apoyando en las rodillas su barbilla cuando los cuatro cuerpos fueron bajados. 

—Me sigue pareciendo un asco dobe. —Ironizo Sasuke a pesar de estar de cabeza. 

Kyuubi se alzó y después de sonreír sádicamente pateo el rostro del Uchiha haciendo que la cabeza chocara contra el tronco del falso árbol. 

— ¡Sasuke!—Itachi busco liberarse para ayudar a su hermano pero se terminó ganando un golpe de parte de Deidara. 

Sai desenfundo una espada corta que descansaba en su espalda y la acerco peligrosamente al rostro de Gaara.

—Es una lástima…—Comento distante—… tienes un rostro demasiado hermoso…—Paseo el filo sobre la mejilla izquierda del menor—… no podré dibujarte si estas hecho pedazos. 

Gaara sabiendo que si no arriesgaba todos morirían impulso su cuerpo y alcanzo los labios contrarios en un pequeño roce pero Sai suponiendo que iba a ser atacado le clavo sobre el hombro el arma pegándolo al árbol.

— ¡Recuerda!—Grito el pelirrojo menor—… por favor, por favor, por favor…—Sollozo, era de nuevo aquel infante olvidado en la guardería cuyos hermanos mayores tardaban demasiado en ir a recogerlo por el trabajo y temía ser olvidado para siempre. 

Del otro lado Kakashi miraba a Sasori, el marionetista solo lo observaba, no realizaba ni el más mínimo movimiento, no hasta que Gaara grito, el iris de sus ojos cambio de color intermitentemente del rojo brillante al rojo normal, Kakashi aprovechando la distracción y alcanzo a cortar uno de los hilos, solo entonces algo a su espalda se fue crispando, Kakashi trago en seco al identificar una especie de aspas de notorio filo que se alzaban cual alas metálicas adornando al ángel de la destrucción que era Sasori. 

— ¡Aaaaaaaaahhhh!—Gaara intento cerrar la boca, ya no quería gritar por los cortes que le estaba haciendo Sai en el pecho.

Los puños pálidos del pelirrojo mayor se cerraron haciendo crujir los huesos. 

En el instante menos pensado, el árbol de piezas se desmorono dejando libres a los cautivos, Gaara tosió por el polvo que se levantó abrazándose a sí mismo, era tan tonto, llego a llorar en manos de Sai, sintió que algo se aferraba a su espalda e identifico el aliento cálido de alguien. 

—Levántate, vamos Gaara, tenemos que defendernos…—Era Itachi—… no podemos morir aun. 

Con mucho esfuerzo logro ponerse en pie, Sasuke recupero su arma y empezó a disparar a todo lo que se moviera a pesar de la rapidez con la cual los proyectos se desplazaban, las risas de burla se convirtieron en el perfecto alicante de la ira.

Los casquillos caían al piso de concreto, casi agotaba todas las municiones. 

— ¡Sasuke!—Llamo Gaara— ¡Recupera la compostura!

El mencionado bajo el arma y corrió hacia sus compañeros, tenía la respiración agitada y el cabello desordenado, detrás algunas figuras deambulaban como leones en asecho poniéndolos en sobre aviso. 

La formación circular fue formada de nuevo y perfeccionada al ponerse espalda con espalda, el primer objetivo a destruir fue una escultura de arcilla, aprovechando la poca visibilidad los proyectos enviaban esculturas, dibujos y clones, la ausencia de marionetas era sospechoso provocando una paranoia en los cuatro. 

Un nuevo ogro de tinta con una armadura de arcilla fue el responsable de lanzarlos al piso, Sasuke quedo completamente atontado en el suelo, la vista nublada, los oídos embotados, cada uno de sus sentidos inutilizados por completo, alguien de pie a su lado fue lo único que identificaba y por la posición en la que el cuerpo estaba se preparaba para rematarlo. 

— ¡Ni se te ocurra tocar a Sasuke!—Itachi pego el cañón del rifle en la sien del rubio de ojos rubíes. 

— ¿Si no qué?—Sonrió Kyuubi materializando una peligrosa esfera de energía en su mano. 

Itachi sudor frío debido a la encrucijada pero no despego el cañón del arma, debía de pensar rápido, entre más prisa tuviera resultaba mejor. 

En vez de disparar golpeo al rubio con la culata del rifle alejándolo lo suficiente de su hermano como para tomarlo y correr donde podrían refugiarse, Kakashi mientras, tanteaba el piso, un mal presentimiento lo había asaltado. Sintió una mano y la halo, esperaba encontrarse con aquel rostro frío pero en su lugar no estaba nada, solo era un brazo levemente tibio. 

Lo sostuvo al monitorear el entorno, un rastro de sangre se perdía debajo de los escombros del árbol de marioneta y lo supo, Sasori se encontraba allí debajo. 

Corrió a desenterrarlo de los escombros, eran tantos y de todas las formas que no alcanzaba a llegar al piso, algo a sus pies vibro, temeroso se alejó del cumulo de piezas al tiempo en que una marioneta las apartaba, a sus pies, un pelirrojo de expresión abatida resurgía. Algunas partes del rostro estaban arrancadas, no era como su amor, ese era un real títere del destino pero como a la suerte le encantaba regodearse con su dolor Sasori sonrió. 

—Me alegra y entristece al mismo tiempo el verte…—Una sonrisa que pretendía ser tierna y termino lastimera se formó en los labios ensangrentados—… Kakashi. 

El peliblanco ahogo un alarido, era Sasori, su amor, en ese estado tan deplorable, cayo de rodillas llorando, cuanto dolía ver de esa forma a Sasori. 

—Quiero evitar dolor y creo que solo lo provoco. —Comento, el polvo y algunas manchas de sangre en su rostro se fueron lavando gracias a las lágrimas que derramaba el mayor de los dos. 

Sasori volvió a sonreír, era un gesto tranquilizador coronado en pequeños espasmos, uno de sus ojos se mantenía en un vivísimo rojo y el otro, de un color dulce, humano. 

—En todo caso no hablas de ti, sino de mi…—Alzo la mano que le quedaba cerca de su rostro para apreciar mejor los hilos que salían de la punta de sus dedos—… me convertí en un monstruo, ni siquiera siento el dolor de un miembro apuntado…—Manipulo a la marioneta para que sujetara el brazo restante hasta hacer crujir los huesos—… Creo que se me olvido que era el dolor. 

Kakashi, alterado por la posibilidad de que a Sasori se diera por auto desmembrarse corrió a detener a la marioneta y abrazo al pelirrojo pegándolo a su brazo amputado. 

—No es tu culpa, es la de ellos. 

Sasori se tensó en sus brazos, temblaba como si se tratase de un indefenso animal, de un momento a otro todo su cuerpo empezó a convulsionar y para horror de Kakashi sus ojos cambiaban de color rápidamente. 

El mayor se apartó, la piel arrancada se reconstruía y los hilos ultra azules alcanzaron el miembro restante para unirlo al cuerpo del pelirrojo de una forma bastante precaria. 

—Co-corre…—Balbuceo el muchacho recobrando en parte su apariencia de humano— ¡Corre!

Kakashi salió de allí aterrado, esquivo a una escultura de arcilla para alcanzar al resto. Deidara que estaba entretenido en querer destruir a los objetivo fue el primero en verlo. 

— ¡Danna!—Grito atrayendo a los otros dos— ¡Mira nada más como te dejaron, me la van a pagar, hum!

—Sasori regresa para que te reparen, no puedes seguir así. —Recomendó el moreno. 

Pero el pelirrojo solo miraba a un lado, la modalidad proyecto solo daba directrices ya planeadas por sus programadores y si ellos no estaban de acuerdo de que se retirara de la batalla no podría hacerlo. Solo era un autómata. 

—Pienso lo mismo que Sai, anda y dile a Kabuto que te repare. —El problema era que no sabían que en realidad era autómatas. 

—No quiero, debemos de-des-stru-truirlos, es la mi-misión. 

El resto de programas sabiendo que no podían contradecirlo aun viendo las fallas a su sistema tanto en el lenguaje como en su reconstrucción celular solo se quedaron cerca debían de una vez por todas terminar con aquel juego que les estaba fastidiando de sobremanera. 

~«»~

—Orochimaru-sama, debemos retirar al Proyecto Sasori de la batalla, he registrado daños severos. —Kabuto se retorcía las manos, desde que el proyecto pelirrojo había entrado en su vida de pronto su trabajo ya no le pareció tan bueno y le tomo un increíble aprecio al escorpión. 

El moreno se lo pensó detenidamente, en la pantalla la imagen de un Sasori casi destruido y con varias alertas saltando alrededor indicaba que al proyecto no le quedaba mucho de vida útil si no se retiraba y era reparado adecuadamente. 

—No…—Pero siendo uno de sus favoritos junto a Kyuubi tenía altas expectativas—… si se destruye simplemente construiremos otro en base a lo quede de este. 

Kabuto volvió a su puesto desanimado, de un momento a otro, lo que Genyumario decía no era del todo descabellado. 

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—Tienen que creerme, les juro que hable con él. —Kakashi estaba que se dejaba calvo de tanto halar de su cabello— ¡Sasori hablo conmigo!

—Es imposible…—Repitió Itachi, él, que estaba familiarizado con la programación de androides y autómatas, entendía que las posibilidades de que Sasori hubiera roto sus propios protocolos era imposible a menos que el mismo programador cometiera errores o dejara libre al proyecto—… ellos ya no volverán si no matamos a los que los controlan. 

—No creo eso…—Intervino Sasuke—… yo también vi a Sasori responder a Gaara. 

El pelirrojo menor rasco su nuca llena de polvo y sangre. 

—Yo creo que mi hermano puede regresar. 

En los ojos aguamarina el deseo de regresarle a todos la verdadera identidad. Aprovechando la poca visibilidad del momento formaron un círculo y trazaron el plan que les regresaría a sus amores. 

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—Esto se ve mal…—Comento Orochimaru—… no se están moviendo. 

Kabuto levanto la mirada hacia el campo de batalla notando el repentino silencio que se extendía entre las paredes desplomadas y los cuerpos corrompidos. 

— ¿Los habrán matado?—Pregunto sintiendo un escalofrío al imaginar las manos de esos muchachos manchadas de sangre. 

—No…—Orochimaru proyecto una lectura de calor de la sala—… están vivos y esperando. 

— ¿Esperando que?—Y se lamentó de preguntar, los labios pálidos y secos del moreno tiraron hacia arriba en una sonrisa sádica y fría. 

—Están esperando morir. 

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Kyuubi olfateo en el aire, las instrucciones en su cabeza indicándole ir a un lugar en específico. 

— ¿Con que crees que nos salgan esta vez?—Deidara paso una mano por su rostro empeoro la mezcla de sudor y polvo en su piel. 

—Es probable que se trate de una emboscada. —Sai con pergamino en mano dibujo una pequeña araña que se deslizo sobre uno de los muros—… lo sabremos tan solo lleguemos allí. 

Sasori en cambio cojeaba en silencio, algunos chasquidos eléctricos tomaban con la guardia baja al resto de sus compañeros, un constante tic asaltaba su hombro. 

—Prepárense…—Aviso un divertido Kyuubi—… detrás de esta pared nuestras presas se encuentran. 

Deidada salto al mismo tiempo que Itachi le halaba su rubio y largo cabello moviendo los brazos y burlándose de su lentitud. 

— ¡Ya te voy a enseñar quien es el lento, hum!—Corrió detrás del moreno alejándose del resto de su equipo. 

— ¡Deidara no te alejes!—Grito Sai buscando con la mirada al rubio restante, solo Sasori permanecía de pie a su lado—Esto huele mal, ellos solo quieren separarnos y atacar de forma individual. 

El hombro del pelirrojo se movió, su rostro levemente rasgado inmutable. 

—Lo sé, pero Kyuubi y Deidara son más impulsivos que analíticos…—Avanzo cojeando—… deja que se diviertan. 

Gaara emergió del fondo, con la camisa rasgada y luciendo fiero con un arma entre los brazos. Pero sus ojos no estaban con Sai, como debió de haber sido y que molesto mucho al moreno. 

—Sasori…—La voz ronca y lacerada rompió la atmósfera de polvo—… hermano. 

Sai no noto a tiempo a Kakashi que separándolo de su pincel lo hizo rodar por el mugriento suelo. 

— ¡Apúrate Gaara!—Grito manteniendo a Sai sometido. 

El aludido se lanzó sobre Sasori, tirando a un lado el arma y abrazándolo como si su vida estuviera en ello, aferrado con tal fuerza que el mayor se relajó laxo y gentil sobre su cintura rodeada por un solo brazo. 

Gaara sintió que un cálido aliento le rozaba la mejilla, Sasori curvo la espalda para acercarse unos centímetros más. 

—Gaara, mi lindo y pequeño hermanito.