“En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón...”
(Friedrich Nietzsche)
Drabble III: Post Mortem
Cuando quiso terminar con esa enfermiza relación ya era muy tarde, la obsesión y la locura dominaba completamente al Uchiha con el cual jodía de vez en cuando. Él tenía pareja, una estable, pero lo arruinó todo por ir como un baboso tras el pene del de cabellos ébano, sólo… Él lo llenaba de manera distinta al saberse deseado de una manera tan erótica.
Placer. ¿Era lo único que buscaba del Uchiha?
<<Miraste los negruzcos ojos del contrario viendo un brillo especial en ellos, pero nunca creíste o llegaste a pensar que todo se iba a salir de control. Se acercó hasta ti y mantuviste su hipnotizante mirada tanto tiempo como pudiste, sus hambrientos labios se apoderaron sublimemente de los tuyos arrancado un profundo y ronco gemido de satisfacción. ¿Ese era tu adiós?
Lo apartaste para hablar con tu arrítmica respiración golpeando en su perfecto rostro, no querías hacerlo, le apreciabas más que a nadie en el mundo, pero se estaba volviendo demasiado dominante y posesivo a pesar de que su relación no era más que un par de cogidas cuando se encontraban en el baño de la facultad… o en algún otro lugar.
-Debemos terminar…- Dijiste sin más.
-¿Terminar qué si no hemos comenzado nada?- Preguntó con la voz ronca frotándose sugerentemente en contra de tu cuerpo sensible a sus caricias.
-Esto…- Contestaste dando a entender tu punto.
Se separó de ti y miró con clara molestia, con sus manos acarició tu rostro logrando relajar tus facciones.
-No… no vuelvas a bromear tan feo, no es bueno ni para ti ni para mi…- Habló con parsimonia descendiendo las manos a tu cuello en un tacto casi perceptible.
Abriste tus ojos cerrados en el momento y lo miraste con dolor. Pasaste tu mano por sus labios y hablaste…
-No bromeo, Sasuke… Esto debe terminar…-
-No…- Murmuró mientras sus manos acariciaban peligrosamente tu cuello traslúcido. Te miró con un extraño contraste en sus ónices orbes y sin prisa alguna rodeó tu cuello con sus suaves manos, estrujándolo sin rencor.
Tu aliento se silenció y tus ojos enmudecieron (podría parecer lo mismo, mas yo sé que tú sabías que no era así), te apretó contra sí cuando ya no quedaba ni un atisbo de vida en ti y así sin corazón te recostó en el frío suelo y te tomó por última vez, gravando en su mente detalles específicos, tales como tus ojos abiertos y los cardenales amoratados que curvaban tu blanquecino y paliducho cuello.
Besó tus labios repetidas veces, incluso cuando ya tu sangre se había enfriado, con sus manos cerró tus parpados lentamente y repartió pequeños besucones en todo el resto de tu cuerpo.
¿Te habrías imaginado alguna vez en toda tu loca vida que un loco peor que tú te mataría de manera tan elegante?
En lo personal yo creo que no, solías decir que ningún loco era más loco que tú y tus voces interiores. Lastimas que ya no estás para que te pueda decir “Te lo advertí”>>
Al terminar la defensa del Uchiha, finalizó con llantos desgarradores de los familiares de la víctima.
¿Por qué lo hizo? – Se le preguntó, mas él sólo respondió – Porque lo amo.
Fin