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Guerreros Legendarios por Shiochang

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Guerreros Legendarios
La liberación de Babilonia

Heero se sentó en un taburete frente al espejo del tocador de Dúo mientras intentaba por enésima vez hacer contacto con Quatre, miró su celular y dejó de llamar, no había caso, de seguro viajaban por un lugar dónde no había señal para su aparato y por eso no le respondía.
- ¿Lo contactaste? - le preguntó Dúo sentándose en la cama.
- No, de seguro está en el desierto de nuevo y no tiene señal.
- Tal vez yo...
- No, tus poderes síquicos alertarían a los demonios y atacarían este lugar para obtener las dos llaves que no haz querido activar.
- Me cuesta cada vez más no entrar en contacto con el pasado de esos rollos - le respondió - y no me gustan aquellas pesadillas que me hacen tener.
- Bueno, lo único que nos queda es tratar de contactarnos con Wufei por medio de los guerreros - se puso de pie - debemos marcharnos ahora, sin despedirnos de nadie.
- Eso es de mala educación, además, angustiaríamos a todo el mundo si nos desaparecemos así.
- Dúo, los meteremos en problemas si los demonios nos descubren aquí, ya atacaron dos puntos en que había rollos y no sabemos si tienen alguna llave en su poder o si han liberado otro demonio.
- Entonces, debemos hacer que alguien nos lleve hasta los guerreros...
Un fuerte estallido se escuchó a la distancia y ambos se asomaron por la ventana a ver qué ocurría y se quedaron de una pieza al reconocer a Epión de pie frente al bosque separaba la propiedad de la de los Noventa.
- Ya nos encontraron.
- No seas tonto, sólo busca los rollos - se volvió hacia el trenzado - llama a DeathScythe con tus poderes, nos llevaremos los rollos e iremos por Zero al desierto, así los sacaremos de aquí y podremos luchar sin que dañen a gente que nada tiene que ver con esto.
- ¿No dijiste que no usara mis poderes?
- ¿Tienes la cabeza vacía? Ya están aquí, así que ¿crees que importe que sepan que estamos aquí? Sólo apúrate, o destruirán toda la hacienda.
Dúo se puso de pie y se concentró lo mejor que pudo hasta contactarse con su guerrero que de inmediato se levantó de dónde lo había ocultado y voló a toda velocidad hacia él. Se detuvo junto a la ventana y se abrió la cabina, Dúo se subió y miró a Heero que le arrojó la caja con los rollos.
- Si me subo en la cabina estorbaré en tus maniobras.
- Pero te puedo hacer daño - le dijo tendiéndole la mano - no pienso luchar en este lugar, podemos dañar a alguien.
- Ellos son demonios, Dúo, no les importará hacerle daño a quien sea con tal de obtener lo que desean.
- Pero...
- Cierra ya la cabina - lo regañó - yo me subiré en tu hombro y me ocultaré detrás de las defensas - le dijo y de un salto estaba en el lugar que indicara - despega y alejémonos de aquí antes que se vuelva una catástrofe.

Para cuando Trowa, Quatre y Wufei aterrizaron en Qatar ya era casi media tarde y estaban los tres hambrientos y cansados, los dos primeros habían luchado y Wufei había cruzado todo un continente para llegar con ellos.
- Al parecer tendríamos todas las llaves - dijo Quatre sacando cuentas - dos de Heero, dos de Dúo, una de Trowa, una de Wufei y una mía.
- Oye, una duda ¿Por qué Yuy y Maxwell tienen dos y nosotros sólo una?
- Porque sus guerreros tenían alas antes de ser destinados a ser los guardianes del infierno y poderosas armas que deberían soltar con ellas - les contestó por medio de la pantalla San Miguel - ellos están luchando contra Epión en Arizona.
- Eso significa que ya se dieron cuenta que no había nada en Hiroshima - dijo el chino - algo más, general, ustedes tienen la ubicación exacta de los rollos ¿Por qué ellos no si supuestamente tienen algunos?
- Nuestros agentes en otro tiempo fueron los encargados de separarlos y esconderlos y, con excepción de los rollos en Arizona, sabíamos en que lugar estaban.
- Pero los de Hiroshima...
- Cuando los americanos lanzaron la bomba atómica en ese lugar, los ocultaron en una cueva, no sabían a ciencia cierta si eran llaves o demonios y no podíamos arriesgarnos a que se liberaran si eran estos últimos.
- Pero si los hubieran abierto, habrían sabido que eran.
- Un ángel, mi querido Quatre, no puede leer lo que dicen aquellos rollos o se pasará irremediablemente al bando del mal - le explicó - sólo los humanos pueden leerlos sin que les afecte ya que sólo ustedes tienen esa facultad de elegir ir y venir del mal al bien, supongo que esa es otra de las cosas que le molestó tanto de ustedes al ángel caído.
- Pero sabemos que tienen dos demonios y como ellos ya tienen el libro del Diablo, los liberarán para tratar de rescatar los cinco que tenemos nosotros.
- Es posible, Trowa, que hagan como dices, sin embargo, lo que tienen es Babilonia y la bestia devoradora de hombres, según el Apocalipsis, una viene después de la otra, ella es capaz de engatusar hasta el más célibe de los hombres y convertirlo en un ser hambriento de su cuerpo y entregarlo luego a la bestia para que lo devore. Pero hay un pequeño problema, esta bestia, luego de comerse a miles de hombres, la devorará a ella también, pero habrá llevado a la perdición a muchas naciones del mundo.
- ¿Pero si sólo la libera a ella?
- El mundo se volverá un caos, ella es una mujer lujuriosa, le gustan todos los placeres carnales y es capaz de todo con tal de tenerlos, está dicho que tentará a uno de los guerreros Guardianes de la Tierra para cambiarlo de bando, sólo espero que el guerrero de hielo no caiga en sus garras.
- Es peor que Maxwell, entonces - dijo Wufei molesto.
- Dúo podría ser la salvación de Heero si le entrega su cuerpo y su corazón, ella podrá intentar tentarlo, pero ya no tendrá poder sobre él para traspasarlo al otro lado sin su virginidad.
- ¿Dice que Yuy no ha tenido pareja jamás?
- Le ha reservado su cuerpo sólo a la persona que realmente ama - afirmó - pero no le digan que yo les dije, se enfadaría mucho.
- El parcito - comentó Trowa abriendo la cabina de su guerrero - mejor vamos a comer y luego intentamos comunicarnos con ellos.
- Coman bien y descansen - les dijo San Miguel y cortó la comunicación.

Dúo aterrizó en el lugar donde estaba Zero vigilando atentamente el radar, le había ganado cierta distancia a Epión y a los suyos, pero no era demasiada, así que apenas Heero se bajó del hombro de su guerrero se volvió hacia ellos y comenzó a atacarlos.
Heero se ganó la cabina de Zero y de inmediato lo hizo despertar para enfrentar a Epión que conseguía darle un buen golpe a DeathScythe dejándolo en el suelo escupiendo sangre.
- Dúo, rompe los rollos - le exigió molesto.
- ¡No quiero sus pesadillas!
- ¿No ves que Epión es más poderoso que tú y que te puede matar? - le replicó - no tiene que conectarte con ellos, sólo romperlos.
- Pero Heero...
- ¡Hazlo y cierra la boca! - se lanzó contra Epión para apartarlo de su trenzado.
- No podemos estar dependiendo de Zero para cada vez que se le ocurra aparecer a Epión - le dijo su guerrero - Podrían herir a Heero y tú no podrías ayudarlo con el poco poder que tenemos.
- ¿Y que hay con las pesadillas?
- ¿No sería mucho peor que mataran a Heero por tu testarudez de no tocar los rollos? Estarías de regreso en menos de lo que canta un gallo en el reino de los muertos porque no haz concretado tu amor con él ¿recuerdas? Es por eso que tienes pesadillas.
Dúo abrió tamaños ojos y se puso rojo como la grana, tenía razón, aún debía seducir a Heero para terminar de romper la maldición, así que sin más contemplaciones rompió uno de los rollos y una luz rodeó a su guerrero y en su espalda aparecieron dos enormes y negras alas como de murciélago. Rompió el segundo rollo y apareció una guadaña en su mano derecha con la que se lanzó al ataque contra los demonios.
Epión siguió luchando contra Zero, pero al ver que todos los demonios comenzaban a desaparecer a su alrededor y que los rollos de las llaves habían sido rotos, decidió desaparecer al instante, debía consultar al respecto a sus superiores.
- ¿Dúo, estás bien?
- Sí, Heero, estoy bien - le sonrió tratando de tranquilizarlo - no te preocupes tanto por mí.
- Estás muy pálido, corazón, es mejor que regresemos a la hacienda, voy a intentar comunicarme con Quatre de nuevo, tal vez hayan regresado a Qatar y ellos tengan noticias de Wufei.
- ¿Y qué les diremos cuando nos vean?
- La verdad, Dúo, no nos queda de otra, creo, además, que ya nos vieron antes y que también vieron a Epión.
- Está bien, volvamos.

Anochecía en Qatar cuando Rasid entró al comedor a avisarle a Quatre que el joven Heero deseaba hablar con él y que la llamada era de larga distancia desde Estados Unidos.
- Gracias, Rasid - aceptó el rubio y fue a la biblioteca a tomar el llamado de su estoico amigo con el fin de informarle lo que les había dicho San Miguel - Hola, Heero.
- No soy Heero - le respondió el trenzado del otro lado de la línea - lo dejé fuera de combate - se rió - ¡no, Heero, no me hagas cosquillas!
- Hola, Quatre - le dijo éste quitándole el auricular al trenzado.
- Malo - se sentó en su regazo y le mordió la oreja.
- Oye, no me muerdas - lo regañó y lo acomodó - ¿Hay algo nuevo?
- Sí, uno de los rollos que encontramos con Trowa era una llave que le sirvió a él y vencimos a los demonios que atacaron el poblado, sin embargo, murieron muchos inocentes.
- Los rollos de aquí eran llaves como yo pensaba y sirvieron para Dúo, le dieron alas y una guadaña a su guerrero - le jaló suavemente la trenza al mencionado - ¿Tienes noticias de Wufei?
- Sí, el también encontró una llave y se reunió con nosotros, además rescató los rollos de Hiroshima. También se contactó con nosotros San Miguel, calculan que los demonios que tiene Zech son Babilonia y la bestia devoradora de hombres.
- Entiendo, son los rollos que encontraron en Australia.
- ¿Sabes, Quatre? - le dijo Dúo tomando el auricular - en el periódico salió la noticia que encontraron una segunda momia en la pirámide pero que el sarcófago no tenía ninguna inscripción, igual lo abrieron y encontraron que la momia tenía una larga trenza castaña y piensan que soy yo - se rió.
- Pero sólo las esposas favoritas eran enterradas con el faraón al morir y tú no tenías esposa ¿verdad?
- Claro que no - dijo ofendido - además, no la habrían enterrado sin nombre. Heero piensa que puede haber sido uno de los complotados en mi contra - metió la mano bajo la camisa - aquí vi a alguien idéntico a la mujer que ayudó a mi primo a maldecirme.
- Claro, ahora dame con Heero, hay algo que debo decirle.
- ¿Qué cosa?
- Dame con él ¿quieres?
- Siempre y cuando no te le vayas a declarar.
- Oye, yo amo a mi Trowa - le replicó.
- Me alegro saberlo.
- ¿Qué pasa, Quatre? - le dijo Heero viendo que Dúo se ponía de pie y se dirigía a la puerta - Dúo me dejó solo.
- Es sobre Babilonia, San Miguel nos dijo que intentaría seducir a uno de los Guardianes de la Tierra y te señaló a ti como su posible víctima.
- Yo amo a Dúo.
- Lo sabemos, pero tú eres el que tiene más poder ¿recuerdas? Si tú caes, seremos derrotados - no se atrevió a decirle la verdad - aunque no creo que Dúo se vaya a quedar de brazos cruzados viendo como esa ramera intenta conquistarte.
- Nunca me han gustado las mujeres - afirmó.
- Recuerda quién es ella: "Babilonia la grande, la madre de las prostitutas y los abominables ídolos del mundo entero"
- Sí, lo recuerdo, pero la bestia que vendrá con ella la destruirá y luego devorará sus carnes.
- No creo que Zech libere la bestia al mismo tiempo, ya que cuando ella caiga vendrá el ejército celestial.
- No me queda de otra.
- ¿Qué dices? ¿Qué vas a hacer?
- Comerme a Dúo ¿qué más? Así ella no tendrá nada que robarme si me trata de seducir - miró la puerta - así nada funcionará en mi contra.
- Heero, yo sé que ambos se aman, pero ¿estará bien?
- Siempre que Wufei no se entere, no permitiré que vuelva a golpearlo.
- De todas maneras se ha de enterar.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Nada, mejor hablaremos aquí cuando lleguen - lo esquivó.
- Muy bien, mañana nos vemos en tu casa - le colgó.
Quatre regresó al comedor preocupado por Wufei ¿sería capaz de soportar el dolor de saber que Heero se había entregado a Dúo? Ya bastante le dolía, lo sabía bien, que prefiriera la compañía del trenzado y que admitiera que lo amaba como para aguantar algo semejante.
- Y para colmo de males, conocí a mi prometida en aquel poblado - se quejaba Wufei con Trowa que se reía - si, ríete, Barton, no era a ti a quien querían matar por ser un Chang.
- Pero ellos no sabían que eras el despreciable novio ¿verdad?
- Claro que no, sólo dije mi apellido, menos mal que alcancé a callarme el nombre, no habría amanecido vivo por quererles "Robar su princesa".
- ¿Robar su princesa? - repitió Quatre divertido viendo como Trowa se reía de las desventuras de su amigo - ¿cómo es eso?
- Se supone que ella iba a ser ida a buscar por un miembro del clan Chang para contraer nupcias con el siguiente líder del clan, sólo que yo no he ido a mi casa desde hace ocho años. ¿Se imaginan si se enteran que yo era su famoso prometido? Y yo no tenía ni idea quien era hasta que hablé con el jefe del pueblo y me dijo por qué me trataban así.
- Soberano lío - se burlo Trowa - encontraste a tu prometida, pero dime ¿es bonita como dice Heero?
- Que sabe ese de mujeres - dijo Wufei fastidiado - si las únicas mujeres con las que se relacionaba eran las maestras de la escuela.
- Pero ¿es o no bonita? - insistió Trowa.
- Tal vez lo sea - se encogió de hombros sin comprometerse con su respuesta - de todas maneras, antes de irme le dije quien era.
- Vaya, ¿y se puede saber por qué lo hiciste?
- No lo sé.
- Heero dijo que llegarían mañana - les informo Quatre - es mejor que vayamos a descansar - salió de la habitación y los otros jóvenes lo siguieron.

Dúo estaba sentado en una tumbona tomando el sol junto con el resto de la familia a espera que llegara Heero para que les explicaran que estaba pasando, no quería explicarlo él, no sabía mentir y era posible que terminara "metiendo la pata" y no le gustaría a Heero y lo menos que quería era que se enojara con él. Se puso a leer el periódico y se quedó de una pieza.

LA SORPRESA DE LA MOMIA
Pruebas hechas a segunda momia señalan que se trataría de una mujer.

El Cairo.- (ANSA) Según todas las pruebas efectuadas a la segunda momia encontrada dentro de la pirámide de Deia Mon estas demuestran que se trataría de una mujer y que, por lo tanto, no se trataría del faraón dormido del que hablan los jeroglíficos de la pirámide. Expertos dicen que de tratarse del faraón, significaría que la historia le mintió nuevamente a la humanidad, pero también es muy probable que se trate de alguna mujer que ayudó a aquellos que lanzaron la supuesta maldición sobre aquel y que la hayan castigado de esta forma, esto explicaría que su sarcófago no tenga inscripciones de ningún tipo para que ella no pudiese descansar y no pudiera entrar el reino de los muertos.
Otra de las pruebas realizadas han datado la momia en el año 1105 antes de Cristo aproximadamente, lo que estaría dando la fecha aproximada de la época del faraón, si es que realmente existió.

- Bien, es hora que les expliquemos qué es lo que está pasando en este mundo loco - dijo Heero sentándose junto a Dúo y miró lo que leía - era como yo pensaba.
- Empecemos en Orden - dijo Donald - ¿qué era esa cosa de anoche?
- El que apareció primero se llama Epión, es un demonio.
- ¿Y el otro?
- El otro es DeathScythe, es un Guerrero Guardián del Infierno y yo lo controlo - dijo Dúo - y el que controla Heero se llama Wing Zero.
- ¿Para qué los tienen?
- Empecemos explicando todo desde un principio. Eran siete los Guerreros, Epión, Zero, Talguis, DeathScythe, Sandrock. Heavyarms y Nataku, los dos primeros tenían el mismo poder, sin embargo, el primero engañó al segundo y se robó del paraíso siete elementos que lo harían indestructible y junto con Talguis se unieron al ejército del ángel caído , Zero quiso reparar su error y junto con los demás luchó contra ellos y consiguieron poner estas llaves selladas en rollos que sólo los humanos podían romper. Pero con el tiempo, el ángel caído consiguió que los hombres los unieran al libro de los Muertos y tuvieran un poder infinito y maligno, pero dentro del mismo estaban encerrados seis demonios aparte de Epión y de Talguis y la única manera que los liberen los malos es con el libro del Diablo.
- Nosotros tenemos en nuestro poder las siete llaves del poder y cinco de los demonios encerrados en el libro de los muertos, pero el mal ya ha liberado uno de los demonios, aquel que vieron esta madrugada.
- Pero ¿Qué tienen que ver ustedes con todo esto?
- En el gran libro de la vida están escritos nuestros nombres desde tiempos inmemoriales como los Guardianes de la Tierra y estamos destinados a proteger a la humanidad antes del Juicio final, muchos caerán, es cierto, pero nosotros trataremos de evitar que destruyan el mundo, la humanidad la salvará el cordero de Dios.
- Entonces, se marcharán de nuevo - dijo Hilde.
- Sí, los muchachos nos esperan en Qatar - dijo Heero - pero hay algo más - miró al trenzado - Dúo tiene poderes síquicos y...
- ¿Cómo que tiene poderes síquicos? - lo interrumpió Helen.
- La telekinesia, la telepatía y otros poderes síquicos como la lectura de las mentes y el contacto trascendental con los recuerdos grabados en cualquier cosa y en las personas - acarició la frente de Dúo.
- Eso no es posible - le dijo Noin.
- Puedo probarlo - dijo el trenzado y respiró profundo, miró fijamente a Noin y vieron como sus ojos se ponían blancos y luego lanzaban destellos azulados - tenías cinco años cuando tu padre, el excéntrico mayor Gilbert Noin te regaló de mascota un pequeño mono titi al que le diste por nombre manduco por la costumbre que tenía de ponerle la mano derecha en la oreja a las personas que se le acercaban, pero no pudiste tenerlo por mucho tiempo, tu padre falleció en un accidente aéreo y descubrieron que tenías un animal salvaje y se lo levaron a un zoológico y nunca más supiste de él.
- ¿Cómo lo sabes? Ni mamá lo supo.
- Tú lo recuerdas - le dijo Heero - son tus recuerdos los que está leyendo - se puso de pie - pero hay veces que no los controla por completo, es lo que pasó con los rollos que guardaba tu abuelo.
- ¿Qué son?
- Rollos del libro de los muertos - se estremeció el trenzado - vi cosas horribles cuando entré en contacto con ellos y he tenido muchas pesadillas por su culpa.
- Lamento mucho que se hayan tenido que enterar de todo esto, habíamos pensado que lo mejor era que no supieran nada y así no correrían peligro, sin embargo, vieron a los demonios y es necesario que sepan que el Apocalipsis se acerca - abrazó a Dúo hacia él - estén tranquilos, nosotros estaremos bien. Vamos, Dúo.
Dúo se puso de pie y siguió a Heero a la habitación que le habían dado a él, al entrar en contacto con Noin había entrado en contacto con el verdadero Dúo, sin embargo, este estaba en un lugar extraño y brumoso.
- ¿Pasa algo malo?
- Un mal presentimiento, podría decirse - se acercó al japonés y lo abrazó - no me agrada el rumbo de los acontecimientos, yo soñaba con que al despertar me encontraría con mi amor y todo sería paz y felicidad a su lado, pero nada de eso ha pasado, nos hemos visto envueltos en una guerra y ni siquiera hemos tenido tiempo de estar juntos, de hacernos cariño, apenas y nos hemos dado unos cuantos besos, pero nada más.
- Dúo, tú y yo sabemos que no tenemos todo el tiempo del mundo para dedicarnos a jugar, ya después podremos amarnos a nuestras anchas.
- Pero ¿y si no es así? ¿Y sí ellos consiguen matar a alguno de nosotros? Ya no podremos estar juntos, no habrá oportunidad...
- Amor - lo hizo elevar el rostro hacia él y vio sus ojos llenos de lágrimas y no pudo evitarlo, tomó sus labios en un cálido beso - sabes que te amo de todo corazón, que siempre seré sólo tuyo, no llores, por favor - volvió a besarlo está vez con más pasión.
Dúo separó los labios para permitirle el acceso a su boca y sintió como aquella lengua recorría sus rincones hasta encontrarse con su lengua. Cerró los ojos y se dejó llevar por sus emociones, sus manos que hasta el momento se aferraban a su espalda, subieron por la columna hasta llegara a su nuca y acercarlo mucho más hasta adueñarse del beso que los estaba dejando sin aire.
- Heero - gimió casi sin voz y este se sonrió apartándose un poco antes de volver a atrapar sus labios - te amo.
- Yo a ti - le respondió y comenzó a tironear la polera hasta sacarla del cinturón de los pantalones y así poder acariciar su piel desnuda - ¿Quieres? - le preguntó mirándolo a los ojos.
- Si - era ahora o nunca, se dijo y dejó que le quitara la polera mientras él intentaba lo mismo - eres hermoso.
- Nunca tanto como tú - le replicó y comenzó a acariciarle el pecho lentamente haciendo pequeños círculos alrededor de un pezón mientras sus labios acariciaban su rostro en suaves besos y se acercaban a su oído - eres lo más bello que hay.
- Heero - volvió a gemir cuando sus dedos traviesos atraparon el pezón erecto y comenzaron a frotarlo mientras sentía que sus piernas ya no lo sostendrían más tiempo, el japonés, previendo esto, se dejó caer sobre la cama y luego lo empujó hasta dejarlo de espaldas contra el colchón - me gusta.
- Me alegro - respondió deteniéndose un poco.
- Sigue, por favor.
Pero Heero sólo se había detenido a mirarlo y ahora sus labios comenzaron a descender por su cuello dejando un reguero de pequeños besos que le quemaban la piel hasta llegar al sonrojado pezón atrapándolo entre los dientes mientras su lengua jugueteaba con él. Dúo se sintió desfallecer y un violento espasmo sacudió su cuerpo mientras sentía que los pantalones estaban por estallarle,
- ¡Heero! - dijo acariciando sus hombros y sus cabellos.
Heero sonrió para sí y dejó que una de sus manos vagara por su costado acariciando la piel mientras Dúo contenía la respiración. Se enderezó un poco y volvió a besarlo en los labios antes de tomar el siguiente paso; tomó la hebilla del cinturón y la soltó, luego desabrochó los pantalones y comenzó a retirarlos llevando con ellos la ropa interior y se detuvo a medio camino al ver lo rojo que su amado trenzado estaba.
- ¿Estás bien?
Pero Dúo no le respondió, se quitó los zapatos y se termino de desnudar antes de tomarlo por los hombros y acercarlo a él.
- Es mi turno - le sonrió y lo acarició lentamente.
Pero Heero estaba ya al límite así que se quitó toda la ropa que traía y lo sentó en sus piernas mientras se acariciaban, pero ninguno en realidad se atrevía a dar el siguiente paso puesto que era su primera vez.
- Me gustaría decir que sé lo que hago - le dijo Heero - pero es la primera vez que hago esto y no quiero hacerte daño - le acarició la espalda lentamente.
- Yo he visto cosas - le dijo ruborizado - podría intentarlo y luego tú ¿OK?
- Vamos - lo besó en los labios y se recostó sobre la cama.
Dúo tomó aire y se colocó entre sus piernas, recordaba cómo lo hacían Zech y Traize, así que introdujo con mucho cuidado un dedo dentro de Heero para dilatarlo poco a poco mientras con su boca acariciaba su torso desnudo de arriba abajo y luego atrapaba entre sus labios el miembro excitado, le sabía a gloria aquella parte de su anatomía, su sabor salado le inundaba los sentidos mientras Heero se retorcía de placer olvidado de la invasión de sus dedos que ahora eran dos en su interior al que se le unió un tercero hasta que Dúo lo sintió lo bastante preparado para penetrarlo.
- Yo te amo, pero esto va a doler - se disculpó y se posicionó entre las piernas del japonés poniendo su miembro en su entrada y de un envión entró en él.
Un grito ahogado fue la respuesta de Heero, pero trató de relajarse al ver la cara de angustia de su trenzado. Le tendió los brazos y lo atrajo hacia él para atrapar sus labios en un beso.
- Te amo, Dúo, me había guardado para ti - le rodeó las caderas con las piernas y lo hizo hundirse más en él - hazme tuyo, por favor.
Dúo se sentía apretado en su interior, pero al moverse era tan placentero, pero no quería gozar a solas, así que atrapó entre sus dedos el pene de Heero y comenzó a frotarlo al mismo ritmo en que se movían sus caderas en un ir y venir tan placentero que ambos querían prolongar al máximo, pero que ya no podían detener.
- ¡Ah! - gritó Dúo sintiendo que no podía más y acabo derramándose en el interior de Heero. Casi de inmediato este lo imitó derramando su semilla en su mano sobre los vientres de ambos.
Con mucho cuidado Dúo se retiró de su interior e iba a colocarse a su lado para descansar un poco cuando vio que las piernas de Heero aún lo aprisionaban contra él.
- Quedémonos así un rato - le pidió y lo volvió a besar en lo labios con un beso húmedo y apasionado, pero ya no tan salvaje como los anteriores...

- ¿Y si no fuera virgen?
- Simplemente Babilonia no despertará - se encogió de hombros.
- ¿Y que haremos para que le dé su semen?
- Es simple, mi querido Traize - lo atrajo hacia él - lo vas a tomar tú y lo harás acabar sobre ella - lo besó en la boca.
- Eso sería serte infiel - se negó en rotundo.
- ¿Infiel? - se burló Zech - es sólo una manera de obtener lo que deseamos.
- No lo haré.
- ¿Ni por mí? - le dijo transformándose en Miliardo.
- Con una condición - accedió finalmente mirando al muchacho trenzado que estaba inconsciente - él no me excita, no es mi tipo, así que vas a tener que hacer la mitad del trabajo antes.
- No juegues.
- ¿Por qué no un trío? Así lo podré tomar mientras me tomas.
- Necesito las manos libres para hacer el conjuro.
- Pero, Miliardo - insistió desviando la mirada, el rubio podía ser muy duro con él y peor cuando era demonio, pero no podía obligarlo a violar al chico, ni siquiera le gustaba ¿Cómo hacerlo si su herramienta no le funcionaba? - no va a resultar.
- Está bien - lo agarró pos las caderas y sin consideración alguna comenzó a frotarle el sexo por encima de los pantalones hasta dejarlo erecto pero adolorido.
- Eres muy bruto - se quejó pero lo besó en los labios con deseo.
- Debes hacerlo con él.
- La violación no es mi estilo - se quejó sin soltarlo.
- Sólo hazlo, después te compensaremos con creces - le dijo tomando su rostro entre las manos - además, él no se dará ni cuanta, su alma anda vagando en el reino de las sombras y no regresará por estos lados en un buen tiempo.
- ¿Me prometes no mirar?
- Déjate de niñerías - lo regañó molesto y Traize tuvo que hacer de tripas corazón y levantó al pobre muchacho y comenzó a tomarlo mientras frotaba su miembro tratando de imaginarse que se trataba o del potente y salvaje Zech o de su tierno y desenfrenado Miliardo hasta acabar mientras el semen del trenzado caía sobre la lujuriosa Babilonia que de inmediato se levantó y tomó entre sus labios rojos el miembro palpitante del joven tragando su semen. Traize se salió de él y se arrojó a los brazos de Miliardo avergonzado al máximo.
- Humanos - dijo ella sonriendo mientras se limpiaba la boca de los restos del semen - le importa demasiado el amor, deberían disfrutar más del placer de la carne ¿no crees, Miliardo?
- Bien, ya tienes lo que querías, Babilonia, ahora ve a hacer tu trabajo - le replicó con frialdad abrazando a Traize contra su pecho - necesito que traigas de regreso los cinco demonios que tienen los Guardianes de la Tierra.
- ¿Son chicos guapos? - dijo lujuriosa.
- Uno de ellos es idéntico a ese muchacho - le señaló y vio como se relamía los labios - dudo que consigas mucho de aquel, él tiene poderes síquicos y puede leer tu mente. >>

Dúo abrió los ojos y descubrió que Heero se había quedado dormido abrazado a él mientras tenía aquella visión, no le gustaba ver aquellas cosas, pobre Dúo, había sido violado y él no tendría ni idea, pero al menos así no sufriría. Sin embargo, por un lado era bueno, sabía que aquella mujer estaba libre y así podría evitar que alguno de ellos cayera en sus garras.
- Hace un poco de frío - le dijo Heero frotando su mejilla contra su hombro - ¿te gustaría que te diera un poco de calor?
- Claro - le ofreció los labios y volvieron a comenzar el juego...

Continuará...

¡Al fin salió! Perdonen, es demasiada mi emoción (Si, claro), sé que debí poner un lemon en la parte en que Traize viola al verdadero Dúo, pero como no lo hace por su propio gusto sino por ayudar a Miliardo, lo omití, además, no soy dada a las escenas de ese tipo ni quiero imaginármelas. El segundo lemon de Dúo y Heero se los dejo a su imaginación, aunque más adelante lo haré ser seme, por ahora era mucho.
Ji, ji, yo no estoy en huelga con el lemon, es que me sale poco natural y forzado y por eso no me gusta como queda, tampoco es que no me guste, es que sólo debe complementar la historia y entrar en escena en el momento justo, o sino no es lemon, es una aberración (al menos para mí)
El capítulo va para Carmín, gracias por tu mensaje.
Espero que les guste el episodio (un nombre muy grande para once hojas ¿No?)
Shio Chang.

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