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Guerreros Legendarios por Shiochang

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Guerreros Legendarios
¿Cómo sacarlo de Egipto?

La noche para Heero fue bastante agitada, en especial porque Dúo insistía en dormir a su lado. No era que realmente lo molestara, debía admitirlo, al contrario, pero es que temía que alguno de los trabajadores los encontrara durmiendo juntos, y malinterpretara la situación y se armara un escándalo que perjudicara su reputación y lo hiciera perder su trabajo.
Dúo no entendía por qué no podía abrazar y besar a Heero cuando quisiera, después de todo sabía que le gustaba a montones, así que cada vez que Heero se cambiaba de cama, esperaba que este se durmiera y se volvía a acomodar a su lado.
Y Heero había terminado por rendirse al despertar por enésima vez con Dúo abrazado a su pecho y con una pierna sobre las suyas ¿Cómo hacerle entender que no estaba bien que dos hombres durmieran juntos y menos así abrazados? En su cultura aquello habría estado bien, pero ahora era mal visto y con lo moralistas y pacatos que eran los egipcios actuales, tal vez hasta lo deportaran si lo descubrían.
- ¡Heero! - lo llamó Quatre entrando en la tienda - no sé cómo, pero en el Cairo ya se enteraron de nuestro descubrimiento - informó angustiado - mi secretario me dijo...
- Calma, Quatre - le dijo sentándose en la cama apartando a Dúo - terminaremos de copiar los jeroglíficos y podemos copiar los del sarcófago con aquel papel especial y así borrar nuestras huellas digitales de paso - le informó.
- Tienes razón, pero debemos hacerlo ya, se supone que llegarán por estos lados en apenas un par de horas.
- Me vestiré y en vez de ir a desayunar haremos eso, luego regresaremos al campamento a desayunar y esperar la llegada de los expertos del gobierno - le dijo. Quatre asintió y salió para avisarle a los demás.
- Bien, debemos vestirnos e ir a trabajar - le dijo a Dúo.
- ¿Por qué no sacas los papiros que están bajo el sarcófago? Allí esta toda la historia inscrita en él y en la tablilla que yo portaba sobre mi pecho cuando me despertaste.
- Eso nos ahorraría tiempo - se vistió y lo ayudó a él.
- Heero ¿qué harás conmigo cuando esto termine?
- No te preocupes tanto, si sigo con la investigación de Quatre, estaremos mucho tiempo juntos - le sonrió.
- Espero que tus palabras sean ciertas, Heero Yuy - lo amenazó.
Los dos salieron de la tienda y se dirigieron a la pirámide dónde los esperaban los demás.
- Quatre, no haremos uso del papel - le dijo e ingresó.
- ¿Por qué no, Yuy? - le dijo Wufei siguiéndolo al interior
Heero miró a su alrededor y comenzó a limpiar el sarcófago con un paño de algodón y luego revisó la base que lo sostenía hasta encontrar una caja de madera que metió sigilosamente dentro de su bolso. Volvió a colocar la piedra en su lugar y la limpió cuidadosamente.
- Bien, dificultemos aún más su labor detectivesca - le entregó un paño a cada uno - dejemos el sarcófago bien limpio y si preguntan, lo hicimos para descifrar los escritos pero no logramos abrirlo.
- Sólo la persona indicada podría abrirlo - dijo Dúo - y es de oro por dentro para que yo no pudiera ayudarle a encontrar la manera de hacerlo.
- Bien, vamos a desayunar ahora, tengo hambre - dijo Heero al ver que habían terminado.

El grupo de expertos llegó al lugar cuando los chicos terminaban de desayunar. Los científicos mayores pasaron por su lado ignorándolos, pero Dúo no fue capaz de contenerse y lanzarles una advertencia:
- Tengan cuidado en el camino, no vaya a ser que alguno, por ir tan orgulloso, muera ensartado.
- Mire, jovencito, nosotros conocemos muy bien nuestro trabajo - le replicó uno y se marchó.
- Naij taoma - le replicó entre dientes y un fuerte ruido se escuchó - a ver si se salvan ahora.
- Dúo - lo regañó Heero - ¿qué hiciste?
- Volví a cubrir el pozo por el túnel principal.
- Ojalá y se den cuenta del tablón - se rió Wufei.
- Les pasa por sobrados - se rió Trowa también.
- Ya que los "grandes expertos" ya han tomado posesión del lugar, podemos marcharnos ¿no creen? - dijo Quatre - los invito a quedarse en mi casa en el Cairo.
- ¿Tu padre no se enojará que lleves visitas sin su autorización a su casa?
- …l se encuentra en estos momentos en Qatar y mis hermanas se encuentran en el palacio de allá, yo estoy aquí por "asuntos de negocios" - se rió - y me vine al desierto.
- Parece que el mundo ha crecido en el tiempo en que estuve dormido.
- No creció, sólo que los hombres descubrieron que había otras tierras y otras gentes viviendo a su alrededor - le dijo Heero - distintas culturas. Distintas religiones, incluso distintas razas y lenguas.
- Por ejemplo - le dijo Trowa sirviéndose más café - Wufei viene de la cultura de la Gran China, una cultura milenaria que los occidentales no conocieron por siglos; Heero es de Japón, otra cultura antigua oriental. Yo soy italiano, pero fuimos un gran imperio, los romanos, quienes conquistaron todas las riberas del mediterráneo, incluso Egipto, pero con el tiempo, éste cayó ante los constantes ataques de los bárbaros y los turcos. Y Quatre es árabe, una cultura de muchos siglos que se ha mantenido unida por su religión.
- ¿Y los americanos de los que me hablaron ayer?
- Los americanos son la gente del nuevo mundo, uno más nuevo, descubierto hace 500 años. Fueron conquistados y luego de tres siglos se independizaron creando sus propios gobiernos, ideologías y culturas, aunque la mayoría tiene una lengua común, el español, y la misma religión, lo que los diferencia es el sonsonete con que hablan.
- Suenan muy interesantes tus palabras, Trowa - lo miró fijamente - quisiera saber mucho más al respecto - le sonrió.
- Lo haremos en la casa de Quatre - intervino Heero - prefiero que no nos hagan preguntas acerca de lo que encontramos, no me gusta decir mentiras gratuitamente - se puso de pie - estos tipos no merecen tener nuestra ayuda.
- ¿Me dejas hacerle una broma? - le dijo Dúo esperanzado.
- No - le respondió de inmediato terminantemente - vámonos.
Los demás se pusieron de pie y fueron a preparar sus cosas para volver al Cairo. Quatre aprovechó de preguntarle a los trabajadores si se iban a quedar trabajando allí y les pagó lo que habían convenido. Trowa recogió su equipo y lo guardó cuidadosamente para luego desarmar su tienda. Wufei hizo lo mismo con el suyo, desarmó su tienda y la llevó al camión. Heero, en cambio, había tenido problemas en recoger su equipo y tuvo que recurrir a la ayuda de Dúo, pero este quería un beso en pago, refunfuñó y pataleó, pero al final tuvo que acceder a las demandas de Dúo.
Cargaron el camión y Quatre informó que los hombres habían sido contratados y que se quedarían allí. También aprovechó de preguntar quién creían que había pasado el dato al gobierno y le respondieron que un muchacho nuevo.
- De seguro no volverán a contratarlo por soplón - dijo Wufei.
Dúo se sentó en el asiento que le indicara Quatre preguntándose cómo funcionaba aquella cosa y, si bien tenía mucha curiosidad al respecto, también tenía mucho temor.
Terminaron de cargar todo y se subieron al camión en silencio. Heero se sentó al lado de Dúo y notó que estaba asustado, le sonrió para tranquilizarlo y extendió el brazo sobre el respaldo del asiento, detrás de sus hombros.
- No te preocupes - le dijo Wufei sentado del otro lado - Barton es un excelente conductor... cuando lleva pasajeros.
- Sigue molestando y te tendrás que ir caminando, Wufei.
- Yo creo que como es la primera vez en uno de estos armatostes, está preocupado - sonrió Quatre compadecido - no te preocupes, entre todos te cuidaremos.
- Haz partir esta cosa, Trowa, así se le pasará.

Dúo miraba emocionado la gran ciudad, para él todo aquello era muy novedoso, en especial aquellas extrañas construcciones que le dijeron eran edificios y sus brillantes vidrios.
- Me gusta el lugar, es diferente.
- Tal vez otro día podamos llevarte a una excursión por la ciudad e incluso comprarte ropa - dijo Quatre.
- Oye, Heero, ¿Qué fue lo que sacaste en secreto de la excavación? - le preguntó Trowa mirándolo por el espejo retrovisor.
- Dúo me dijo que en esa caja hay papiros con toda la historia escrita en el sarcófago y la tablilla que quedó dentro del mismo.
- Nos acusarán de robar reliquias - le dijo Wufei.
- Si llegasen a descubrirnos, tal vez, pero yo pretendo escanearlas, no sacarlas del país directamente, sino transformadas en un CD.
- Nadie puede negar el paso a este tipo de cosas.
- Mira, Trowa, dobla a la izquierda en esa esquina - le señaló Quatre - al final de la calle está mi casa.
Al poco rato Trowa se detuvo en la reja eléctrica de una gran mansión rodeada de árboles.
- Rasid, abre la reja, soy yo, Quatre.
- Regresó pronto, amo Quatre - le respondió - lo han estado llamando todo el día de la prensa para saber si es cierto que encontraron la pirámide del faraón durmiente, pero dijimos que no sabíamos nada.
- Gracias, Rasid, haz hecho bien al no decirles nada - se sonrió - llama a la casa e informa que tenemos visitas y que arreglen cuatro habitaciones para mis huéspedes - le pidió.
-Claro que sí, amo Quatre - y el portón se abrió para ellos.
- ¿Qué es la prensa? - los miró Dúo muy intrigado.
- Un montón de tipos muy curiosos e intrusos que informan a todo el mundo de cosas que son interesantes y otras que no son tanto, pero que ellos arreglan para que lo parezcan.
- No me suena que sean muy buenas personas - respondió.
- Bueno, es que algunos no lo son - admitió Quatre riendo.
- Me imagino - dijo Trowa - que se enteraron de la misma manera en se enteraron las autoridades.
- ¡Guau! - expresó Wufei - eso no es una casa, es un palacio.
- No es para tanto - se sonrojó Quatre - el cashba de Qatar es mucho impresionante - dijo con humildad.
- Entonces, mejor ni intento imaginármelo - respondió.
Los cinco se bajaron del camión y permitieron que los sirvientes lo descargaran y llevaran el equipaje y los equipos mientras ellos eran guiados al salón luego de ver sus habitaciones para que se sirvieran el té y conversaran con calma y tranquilidad.
- ¿Están todos cómodos? - preguntó su anfitrión solícito.
- Yo estoy muy bien - dijo Trowa - es muy cómoda la habitación en que me alojaste y tiene una bonita vista.
- Yo he dormido tantos años encerrado en mi sarcófago que soy feliz de dormir en una cama blanda- dijo Dúo - gracias, Quatre.
- Yo estoy de acuerdo con Trowa - dijo serio Heero.
- Lo mismo digo - señaló Wufei - es perfecta para mí.
- Rasid y los otros descargaron el equipo y lo dejaron en la biblioteca para que trabajemos tranquilos - señaló Quatre - también envié un comunicado a la prensa diciendo que ciertamente encontramos la pirámide del faraón durmiente, pero que no pudimos abrir el sarcófago y que las autoridades nos quitaron la investigación y que si quieren saber algo más, pregunten a ellos al respecto. Así, si rompen algo tratando de descubrir la momia, nosotros quedaremos libres de culpa ante la opinión pública.
- ¡No pueden romper el sarcófago! - chilló Dúo preocupado.
- No te preocupes, no lo harán - le dijo Heero- eso dañaría su imagen ante la opinión pública, perderían muchos puntos.
- Espero que tengan cuidado, si lo rompen me matan.
- ¿Por qué lo dices?
- Es por lo de la maldición. No la recuerdo completa, estaba medio dormido cuando la lanzaron contra mí, pero sí sé que si la tablilla se rompe antes que cumpla mi parte para liberarme de ella, mi alma pertenecerá para siempre a la tierra de los muertos - se estremeció.
- ¿Y que debes hacer para cumplirla?
- No les puedo decir, así no lo conseguiré nunca.
- Olvidemos eso por ahora - dijo Heero - ¿Por qué no vemos los papiros que saqué de la pirámide y luego los escaneamos? Dúo nos será de gran ayuda para interpretarlos.
Los jóvenes fueron a la biblioteca a trabajar. Se sentaron frente a un gran mesón cada uno con un portátil. Heero abrió la caja que contenía los papiros y le extendió uno a Dúo para que se lo tradujera para empezar a tomar nota y luego escanearlos para estudiarlos mejor.
"La historia del joven Deia Mon se narra en estos escritos y en el sarcófago que contiene su dormido cuerpo. No ha sido momificado según nuestras costumbres ya que respira".
Lo desenrolló un poco más para continuar leyendo:
"El faraón Deia Mon es hijo primogénito del faraón Saamon, descendientes ambos del gran dios Ra. El gran señor de la muerte guíe sus pasos por el río de la muerte y le permita regresar a la vida en gloria y majestad para su felicidad y la de nuestro pueblo".
- Todos los sarcófagos dicen lo mismo - dijo Wufei.
- ¡No me interrumpas! - le reclamó Dúo.
"Su alma fue maldita usando los conjuros del libro de los muertos que lo harán dormir una eternidad. Pero junto con él se ha cerrado el camino para llegar a los cinco guardianes del imperio. Esperamos que su corazón llegue a rescatarlo pronto o desapareceremos".
- ¿Cuáles cinco guardianes? - se preguntó Dúo.
- Sí tú no sabes de ellos, menos nosotros - le dijo Heero.
- Bueno, allí termina el papiro - se lo entregó a Quatre.
- Perdone, amo Quatre - dijo el secretario del rubio árabe -lo llaman del ministerio de cultura, quieren saber sobre la pirámide que le financió al Señor Yuy para encontrarla. Además - le entregó un diario - llegó esto.
- ¿Qué es lo que quieren? - se puso de pie - ¿dijeron algo?
- Bueno, es que los expertos trataron de abrir el sarcófago y no lo han conseguido, así que se pusieron a descifrar los jeroglíficos que tiene y cuatro tablillas que se encontraron allí y preguntan si tiene alguna pista que a quien se refiere con eso del único capaz de despertar a la momia.
Dúo se tensó al escucharlo y miró a Heero ¿sabrían que él había despertado y que andaba buscando la manera de conquistar el amor de quien lo despertó para poder vivir de nuevo? ¿Y si encontraban la segunda parte del conjuro de liberación, aquella que él debía cumplir, y se la hacían saber a Heero? Aquello significaría que nunca alcanzaría el amor verdadero y moriría de verdad.
- Quatre, yo hablaré con ellos - dijo Heero y se puso de pie - dudo mucho que podamos decirles algo o nos digan algo que nosotros no sepamos ya - puso la mano en el hombro de Dúo y le sonrió - tranquilízate, no sabrán nada de ti.
Heero fue a la oficina de Quatre y recibió la llamada del ministro, debía planear la manera de evitar que todo el mundo se enterara que la momia estaba despierta.
- Habla el egiptólogo Heero Yuy, quien encontró la tumba.
- ¿Ustedes retiraron algo más aparte de la arena? - preguntó el hombre del otro lado de la línea - ¿eran sólo cuatro tablillas?
- Efectivamente, eran cuatro tablas, tres de ellas narraban la historia del faraón durmiente y la cuarta se refería a una persona especial que habría de despertarlo - afirmó - nosotros entramos en la pirámide pero nos dedicamos a descifrar los jeroglíficos y no intentamos abrir el sarcófago, íbamos a esperar que se ventilara un poco más para intentarlo.
- Pues los arqueólogos han sacado el sarcófago de la pirámide y lo han encontrado demasiado liviano como para contener una momia, van a hacerle resonancia magnética.
- Bueno, nosotros no sabemos más que ellos - respondió y le colgaron. Regresó a la biblioteca y abrazó a Dúo - debemos sacarlo de inmediato de Egipto, van a hacerle una resonancia magnética al sarcófago y lo descubrirán vacío.
- Tienes razón, y con el artículo del periódico, no nos dejarán en paz - le mostró Trowa.

NUEVA PIRÁMIDE DESCUBIERTA
Tumba del faraón dormido ha sido encontrada no muy lejos del valle de los Reyes

El Cairo (AFA).- Según informes del gobierno, el joven egiptólogo japonés, Heero Yuy, auspiciado por el rico joven Qatarés Quatre Raberba Winner, ha descubierto no muy lejos del valle de los Reyes la perdida pirámide del faraón Deia Mom, quién se dice fue maldito por el libro de los Muertos y duerme un sueño eterno, que a mediados del siglo pasado fuera descubierta por el egiptólogo francés Maurice Lenard en 1952, pero que desapareció luego de una tormenta de arena.
La cámara mortuoria ha sido abierta la tarde de ayer por el grupo del mencionado egiptólogo, pero aún no han abierto el sarcófago dado a los intrigantes jeroglíficos que se ven por las paredes y el piso de la misma.
Al parecer, esta tumba se encuentra en las mismas condiciones que la pirámide de Tutankamon ya que todos sus tesoros se encuentran dentro de la misma por lo que se tiene la certeza que no ha sido nunca profanada.
Se han escuchado los rumores que el gobierno pretende evitar que la momia salga de Egipto y por ese motivo, ellos harán desplazarse al grupo de descubridores del lugar.
Hemos intentado contactarnos con el grupo de exploradores, sin embargo, ellos no se encuentran ya en la excavación y tampoco han llegado al Cairo, según nos dijeron en casa del joven Qatarés.

- Prepararemos todo, Dúo no puede permanecer un día más en el Cairo o nos veremos metidos en un terrible problema.

Continuará...

Bueno, me he demorado mucho escribiendo esta historia, pero espero que les guste, esto me pasa por ponerme a estudiar lo hechos verídicos que la acompañan, en especial lo de la pirámide que encontró el francés en 1952 y que nunca más pudo hallar.
De a poquito le voy a dar vida a una leyenda que aparece en los libros que tanto he mencionado, aunque en realidad eran siete los guerreros, pero la dejaré en cinco.
Gracias a Uru Yuy y a Chipita, a ellas este capítulo.
Shio Chang.
Ah, Dúo tiene 84 días para conquistar a Heero, alguien dirá que es mucho tiempo, sin embargo, debe no sólo hacer que se enamore de él, sino hacer el amor con él en todo el sentido de la palabra y ya verán por qué le he dado tanto plazo para que lo haga. Además, pronto se dará cuenta que tiene un rival peligroso que inconscientemente le hará difícil el trabajo.

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