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Guerreros Legendarios por Shiochang

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Guerreros Legendarios
El viaje por el desierto

Después de aquella triste discusión, el ambiente cambió entre los jóvenes radicalmente, Wufei se había vuelto muy silencioso y cerrado en cuanto a lo que sentía y procuraba ignorar tanto a Heero como a Dúo y apretaba con fuerza los labios cuando los demás reían por los chistes de Quatre o las bromas de Dúo, por lo mismo se había ofrecido a conducir, para tener algo en qué concentrarse y no tener que ver como el trenzado se ofrecía a su querido Heero.
- Cállate, Dúo - le decía a cada rato, cada vez que interrumpía alguna explicación de Trowa y comenzaba a convertirse en una muletilla en boca del joven japonés.
- Veamos si entendí - dijo Dúo mirando a sus amigos - la historia se divide en dos grandes épocas, la prehistoria es la época desde la creación antes de la invención de la escritura alrededor de 6 mil años Antes de Cristo, luego es historia propiamente tal dado que esta está documentada. Lo único que no entiendo es ¿Quién es este Cristo que divide la historia de esta manera, en un antes y un después?
- A grandes rasgos, Cristo es tan importante para la cultura occidental que el año de su nacimiento es el que se conoce como el año cero, él es el hijo de Dios que vino al mundo para salvar a toda la humanidad del pecado, ofreciendo su vida a cambio de ellos. Nacido en un humilde pesebre, era tan poderoso que podía sanar a los leprosos, darle el habla a los mudos, el oído a los sordos, la vista a los ciegos, el caminar a los paralíticos y la vida a los muertos, él mismo resucitó de entre ellos después de haber estado muerto tres días.
- ¿Y que fue lo que hizo que es tan importante para ustedes?
- Dios padre le envió a sacarnos del pecado, tanto nos ama que murió crucificado y con una corona de espinas en su cabeza luego de haber recibido 40 azotes y quien sabe que otros golpes, con una lanza atravesada en su costado.
- Pero ¿por qué lo crucificaron?
- …l pertenecía al pueblo judío y los sumos sacerdotes de la religión de su pueblo se sintieron amenazados porque él predicaba cosas nuevas y decía que la ley debía ser respetada en su espíritu no en el papel, que ellos eran como sepulcros blanqueados, lindos por fuera y podredumbre por dentro, decía que el único mandamiento que debía cumplir el hombre era amar por sobre todas las cosas y que haciendo esto cumplía con todos los demás, por ello lo hicieron crucificar.
- Pero ¿no era el hijo de Dios?
- Claro que lo es, pero vino a este mundo a morir tal como lo decían las escrituras, esa era la única manera de probarle su amor a la humanidad. Además, todo ese suplicio lo aceptó voluntariamente.
- Entonces, se sacrificó por amor a toda la humanidad.
- Claro que sí ¿por qué, si no, nos creó a su imagen y semejanza? Somos sus criaturas favoritas.
- ¿Crees que me ame a mí?
- Vamos a tener que encontrar una comunidad cristiana por estos lados - dijo Quatre - aunque lo veo un poco difícil.
- Gran idea, Quatre - celebró Trowa - ¡ellos nos podrían ayudar a salir de aquí!
- ¿Qué planeas? - Intervino Wufei deteniendo el vehículo.
Trowa abrió su portátil y lo encendió, insertó un disco y buscó un mapa de la zona.
- Nosotros estamos aquí ¿verdad, Quatre? - le mostró el mapa y este asintió - veamos que tan lejos hay un monasterio.
- ¿Qué es un monasterio?
- Un lugar donde los hombres de Dios, alejados de las tentaciones mundanas, viven y rezan por el bien de toda la humanidad - explicó Heero.
- Hay uno a dos días de aquí - copió el mapa - ¡diantre, no tengo tinta!
- Toma - Heero le entregó un cartucho - imprímelo y entrégaselo a Wufei. Tal vez deberíamos tratar de averiguar algo, saber que pasó con el sarcófago de Dúo.
- Dudo que encontremos un teléfono o señal para el celular cerca de aquí - le dijo Wufei.
- Pero yo tengo un radio trasmisor - dijo Quatre - puedo llamar a Rasid para que nos dé información.
- ¡Tienes radio y no nos dijiste! - lo miró Wufei molesto.
- Lo olvidé, lo siento.
- Pues debiste habérnoslo dicho desde un principio, así no habría tenido que aguantar la molesta cháchara de Maxwell todo el tiempo - gruñó - y sabríamos noticias de su famoso sarcófago o si la policía nos está buscando o no - tomó el mapa - trataré de llegar lo más pronto posible - volvió a gruñir.
- Te van a salir arrugas de tanto gruñir, Wufei - le dijo Dúo - y vas a llegar a los 30 como ciruela pasa.
- Cállate, Dúo - le regañó Heero pero los demás se reían - después porqué se enoja Wufei contigo si no lo dejas en paz.
- No te enojes - le dijo rodeándole los hombros con el brazo - es que no me gusta ver gente tan seria a mí alrededor - le sonrió coqueto.
- Pues deberías unirte a un circo, eres demasiado payaso.
- ¿Para qué usan ustedes los circos? ¿Qué es un payaso?
- Bueno, el circo sigue siendo un lugar de diversión para la gente, pero ahora el entretenimiento no es del mismo tipo, en ellos se a va a ver a los equilibristas, los trapecistas, los domadores de leones, los trucos de los animales amaestrados y, por supuesto, las monerías y payasadas de los payasos que son lo encargados de hacer reír a la gente - le explicó Trowa.
- ¿Podré ver alguno? - dijo emocionado como niño pequeño.
- Mírate en un espejo y verás un payaso - le replicó Wufei.
- Y si te miro a ti, veré a una adiestrador de fieras salvajes ¿no?
- ¡Basta! - los detuvo Heero - me van a enfermar del estómago con sus "dime que te diré" a cada rato ¿Acaso no se aburren?
- Llamaré a Rasid - intervino Quatre - así tendremos algunas noticias - se bajó del vehículo y encendió el radio - Aquí caminante del desierto a madriguera, cambio - intentó comunicarse.
- Aquí capitán de los zorros, cambio - le respondieron luego de unos minutos del otro lado.
- Rasid ¿sabes si ha pasado algo con la momia por allá? Cambio.
- Amo Quatre, su padre está furioso porque las autoridades los han acusado de haberse robado la momia de Deia Mon y ha puesto una queja diplomática, sin embargo, la policía interrogó a todos los trabajadores que despejaron la pirámide y ellos afirman que ustedes no sacaron ninguna momia de allí y nosotros les dijimos que lo único que traían era su equipo moderno. Cambio.
- Y de la pirámide ¿Saben algo? ¿Hay algo nuevo? Cambio.
- Bueno, los egiptólogos encontraron un segundo pasadizo que sale de la cámara mortuoria hacia el exterior por detrás del campamento y ellos aseguran que fue así que sacaron la momia, pero la policía dice que es imposible puesto que estaba sellada aún y que si la hubiesen usado ¿Por qué no sacar otras cosas del tesoro que era más fácil de ocultar que una momia? Dicen que el tesoro del faraón estaba intacto. Cambio.
- ¿Y no han comentado nada de Dúo? Cambio.
- Bueno, dijeron que su joven amigo había llegado a la excavación el mismo día que abrieron la cámara, que los había ayudado a traducir las inscripciones y que habla muy bien el egipcio antiguo. Al principio creyeron que él era el faraón dormido, pero todos acertaron en decir que era imposible puesto que nadie lo vio salir de la pirámide, sino que lo vieron llegar con el joven Yuy a la hora del almuerzo. Cambio.
- Entiendo.
- Pero también dijeron que pasaban cosas bien raras desde que él llegó, que algunas cosas volaban sin explicación, que se escuchaban ruidos extraños, etc. Lo otro es que cuando los expertos entraron, el pozo sobre el cual ustedes debieron pasar estaba cerrado y uno de ellos casi se cae por no pisar el tablón que pusieron, lo que ellos encuentran inexplicable. Cambio.
- ¿Algo más? Cambio.
- Si. Al joven Maxwell lo busca la embajada norteamericana por encargo de su abuelo, dicen que llegó al país hace ya seis meses y que nadie había sabido nada de su paradero hasta ahora. Cambio.
- Gracias, Rasid - sonrió pensativo - ¿Puedes hacerme un favor? Cambio.
- Lo que usted diga, amo, cambio.
- ¿Puedes ir a la embajada norteamericana e informar que Dúo vino con nosotros a visitar una comunidad cristiane en el desierto y que sus papeles se han extraviado? Cambio.
- Claro, amo, veré que le consigan los documentos, cambio.
- Gracias, cambio y fuera - cortó la comunicación y regresó a la parte delantera del vehículo, sentándose junto a Wufei que lo miraba intrigado igual que los demás.
- ¿Qué te dijeron? - le preguntó Trowa.
- Heero ¿tú no conocías a Dúo Maxwell?
- No, inventé el nombre - afirmó.
- Pues la embajada norteamericana busca a Dúo Maxwell a nombre de su abuelo dado que este ingresó al país hace seis meses y no ha tenido noticias de él.
- O sea, creen que soy yo ¿no?
- Entonces, podemos regresar al Cairo - dijo Wufei.
- No, iremos primero al monasterio - sentenció Heero.
El monasterio en el desierto era lo más austero que Dúo hubiera visto jamás en su vida. Las celdas de los monjes eran de piedra burdamente trabajadas con la más simple de las formas. Las ventanas eran apenas unos recuadros por donde pasaba escasamente la luz solar y un poco de aire puro. A Dúo no le gustó el lugar, se le antojaba como un antiguo calabozo.
Por la tarde, luego de escuchar el sermón, los monjes los invitaron a comer y uno de ellos se acercó a Dúo para explicarle algunas cosas puesto que este había sido quien más atento había estado en su plática. Además, había notado que el joven tenía cierta tendencia a apoyarse en su amigo japonés y a mirarlo de manera especial, tal vez estaba siendo mal pensado y el chico lo hacía con inocencia, pero creía que era bueno advertirle acerca de las consecuencias que aquello podía traerle si no tenía cuidado.
- ¿Dúo, estás enamorado de tu amigo Heero? - le dijo preocupado pero él asintió - Entonces debes tener cuidado, no se lo hagas saber a todo el mundo, la gente no suele aceptar con facilidad a los homosexuales y les podrían hacer daño, tal vez no físico, pero sí a sus carreras, no les gusta tener gente de este tipo a su lado, los aíslan.
- Gracias, hermano Santiago, tendré mucho cuidado.
Heero lo miró divertido, de seguro el monje le estaba haciendo alguna recomendación debido a la inocencia con la que actuaba, a causa tal vez de la vida protegida que había llevado cuando era príncipe o al tiempo que había estado dormido esperándolo era así.
- Dúo - le regañó al ver que hablaba y hablaba sin tomar aire - respira.
-Su amigo sería un excelente orador - se rió un monje del otro lado de la mesa - ni siquiera necesita aire para hablar.
- No le meta ideas en la cabeza, Hermano Bernardo - dijo Trowa en el mismo tono - mire que es capaz de ponerse a practicar con nosotros como oyentes y nos volvería más locos de lo que ya estamos.
- ¡Que malo eres, Trowa Barton!
- ¿Y qué hace un grupo de jóvenes tan distintos por el desierto?
- Encontramos una pirámide - señalo Quatre - mejor dicho, Heero la encontró, pero el gobierno nos sacó de allí y andamos en busca de otras reliquias.
- Así que les gusta la arqueología ¿No?
- Heero será un gran arqueólogo antes de llegar a los 30 - dijo Dúo orgulloso - él es muy inteligente.
- ¿Saben? Nosotros tenemos en la biblioteca unos rollos muy antiguos que suponemos son egipcios, tal vez les interese verlos mañana.
- Bueno, eso le interesará a Heero, a Quatre y a Dúo - dijo Trowa - en cambio Wufei y yo somos arquitecto y topógrafo respectivamente y nos dedicamos a estudiar terrenos y construcciones antiguas, nos gustaría conocer mejor el monasterio y su historia.

Por la mañana, Trowa y Wufei fueron con uno de los monjes a conocer la arquitectura del monasterio, el terreno que comprendía y la historia ded su creación mientras los demás iban a la biblioteca.
- ¡Guau! - dijo Dúo - esto es fantástico.
- Este se va a morir aquí - dijo Heero - Dúo, aquí vamos a trabajar en silencio.
- ¿Y cómo quieres que te ayude a traducir?
- Pueden hablar si quieren - se rió el monje encargado - yo no gusto del silencio, pero los hermanos prefieren ir a leer a sus celdas.
- Pues comencemos a trabajar - dijo Quatre.
El anciano monje les entregó los rollos y los llevó frente a un mesón bien iluminado para que trabajaran mejor.
- Perdone, hermano ¿podemos traer nuestros equipos para trabajar mejor? - preguntó Quatre - así podremos hacer una copia traducida para ustedes.
- Y también podremos hacer copias de los rollos para no dañarlos mientras los revisamos - acotó Heero.
El monje asintió y fue a preguntarle al Abad si era posible y este los autorizó a que hicieran lo que creyeran conveniente para preservar aquella reliquia.
Mientras Quatre y Heero iban por sus equipos, Dúo se concentro en encontrar alguna información en el pasado del papiro, se notaba que era un texto muy antiguo y que había pasado por cientos de manos antes de llegar a poder de los monjes, pero cuando al fin consiguió dar con el autor de semejante texto, lo soltó horrorizado, temblaba entero cuando sus amigos regresaron.
- ¿Pasa algo malo, Dúo? - le preguntó Heero al verlo en semejante estado abrazándolo.
- Esos... rollos... fueron... escritos... con... sangre... humana - tartamudeó.
- ¿Cómo puede estar seguro de aquello, joven Dúo?
- …l tiene un extraño don - respondió Heero abrazándolo más - puede sentir cosas que otros no, como ver cosas que han pasado por medio de ellas.
- Es... parte... del... libro... de... los... muertos.
- ¿El libro de los muertos? - repitió el monje intrigado.
- El libro de los muertos es un texto egipcio muy antiguo que narra los ritos funerarios, pero también contiene ciertos conjuros que algunos sacerdotes egipcios usaban para controlar tanto a los vivos como a los muertos - explicó Quatre - su magia es maligna y se dice que fue escrito con la sangre de una virgen.
- ¿Quién diría que un texto tan maligno se encontraría oculto en un monasterio?
- Hace siglos - empezó Dúo en trance - durante la época de las cruzadas, estos rollos estaban en manos de un rey turco que los utilizaba para amedrentar a sus hombres y atacar a sus enemigos. Cinco caballeros templarios consiguieron entrar en su palacio y tomarlos para evitar que los usara, ellos se vinieron hacia Egipto y fundaron este monasterio para esconderlo, pero ellos nunca supieron del verdadero poder que éste contenía, ni que decía.
- Este es un gran descubrimiento - dijo Heero - lástima que no lo podremos publicar - agregó tratando de calmar a Dúo acariciándole la espalda - es muy poderoso ¿Te imaginas, Quatre, lo que sería de este mundo si cayera en manos equivocadas o si se reuniera con su otra mitad? - se volvió hacia el monje - ha sido Dios quien nos ha traído hasta aquí para prevenirlos, hay alguien que anda tras estos escritos y hará lo que sea para obtenerlos, pero no deben dejar que los tenga, aquello podría significar el fin de nuestro mundo tal como lo conocemos hasta ahora.
- ¿Te refieres a Traize Kusrenada? - le preguntó Quatre.
- ¿Recuerdas que te conté que vino a verme hace una año y que arruinó el inicio de la búsqueda de la pirámide? - el rubio asintió - hay otro motivo por el cual no quise ayudarlo, él quiere ese texto para abrir las puertas del infierno y así ser el hombre más poderoso del mundo.
- Y sin proponérnoslo hemos encontrado no sólo parte del libro que el busca, sino que la única llave de acceso al poder absoluto que tanto ambiciona - agregó Quatre.
Dúo miró una vez más aquellos escritos malditos, le habían hablado del viaje por el lago de la muerte, le habían mostrado el río de la vida y algo más, un lugar muy extraño que los esperaba muy lejos en el desierto, detrás de una terrible tormenta de arena, allí lo esperaba la vida o... la muerte. Se aferró a Heero con más fuerza, siempre se había considerado un valiente, pero ahora sentía un miedo atroz y sabía que aquellas imágenes que había percibido lo perseguirían pro quien sabe cuanto tiempo.
- No debí contactarme con el escrito - gimió tan bajito que Heero apenas lo escuchó - he puesto en peligro a gente buena e inocente.
- Nadie sabe que estamos aquí, Dúo - trató de consolarlo - ni tienen por qué saberlo siquiera.
- Pero igual corren peligro, tal como nosotros los encontramos, pueden hacerlo los hombres de ese tipo.
- No te preocupes tanto - intervino Quatre - dudo que sospechen siquiera que un libro semejante se encuentre en un monasterio. Además, ni los propios monjes sabían por qué los cruzados fundaron este monasterio, ni los mismos caballeros supieron que era parte del libro de los muertos.
- Quisiera poder creerte - le dijo ocultando el rostro en el hombro de Heero - pero ustedes no vieron lo que yo.

A medio día se reunieron con Trowa y Wufei y les contaron lo que habían descubierto, ellos estuvieron de acuerdo con que era difícil imaginarse que semejante texto pudiera encontrarse en un monasterio, que más bien se habrían imaginado que estuviera oculto en una pirámide o en una tumba del valle de los reyes.
- Deberíamos regresar al Cairo - señaló Trowa - si nos quedamos mucho tiempo aquí los pondremos en peligro si nos localizan, además, encontré esto en mi enciclopedia - le entregó un escrito a Heero - Quatre ¿qué fue lo que le dijiste a Rasid de a dónde íbamos?
- Le dije que veníamos a ver una comunidad cristiana en el desierto ¿por qué?
- Es que sólo hay tres comunidades cristianas en esta parte del desierto, podría ser que en una de tantas nos encontremos con Oz.
- ¿Qué es Oz? - lo miró Dúo.
- Oz es una organización internacional que se dedica a buscar reliquias legendarias, como el Santo Grial, el vellocino de oro, el arca de la Alianza, etc, para su propio beneficio, tanto así que hasta han comprado los escritos de Leonardo Da Vinci y construido más de algunos de sus inventos - contestó Trowa mirando a Heero que leía y fruncía el ceño cada vez más.

MONASTERIO DE SAN ALEJANDRO
Este monasterio fue fundado por cinco caballeros templarios en el año 1112 D.C., luego que estos salieran de Tierra Santa después de la primera cruzada. Se dice que ellos llevaban consigo cinco rollos cuyo poder fue utilizado por largos años por el sultán Ajmed Ben Laur para controlar tanto a su gente como a sus enemigos, pero no se sabe que fue de ellos o cual era su verdadero contenido.

- Diantre, si ellos llegan a saber por dónde comenzar a buscar, habremos metido a los monjes es un terrible predicamento - gruñó Heero molesto - debemos irnos, cuanto antes, mejor.
- Pero debemos cargar las baterías - le recordó Quatre - y agua.
- Mañana nos iremos - aceptó.
Pero ninguno notó que Dúo se estremecía ante su decisión, tendría pesadillas esa noche y ni siquiera contaría con Heero para descansar de ellas puesto que no dormirían juntos...

Continuará...

Bien, ahora si comienza lo bueno, en especial porque ya apareció en escena uno de los libros, ahora es el turno de los Guerreros del infierno (los gundams).
No voy a adelantar nada esta vez porque hasta aquí me llega el esbozo en el papel, del resto de los capítulos sólo tengo los títulos y la idea principal.
Si, ya sé, Heero es un mandón, pero ha sido muy dulce hasta ahora con Dúo, pero ¿quién no lo sería con semejante ejemplar? (Se nota que me gusta mucho esta parejita, ¿no?)
Lo del monasterio lo saqué de una película de terror que vi hace mucho, pero me pareció buena la idea, después de todo, como dice Trowa ¿quién pensaría que allí ibas a encontrar un libro tan terrible?
Lo que les puedo adelantar es que va a haber una masacre y un montón de peleas y batallas, incluso hasta van a conocer a los jinetes del Apocalipsis, así que no se vayan a asustar si la historia sale muy larga ¿ok? Miren que apenas comienza y falta la aparición de los malos.
Shio Chang.

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