Mansión Malfoy, 19 años en el futuro
En una habitación grande de paredes y decoraciones verde y plata, se encontraban tres personas dos de ellas acostadas en una cama y otra mas sentada en una silla al lado de esta. Los dos que estaban acostados deberían tener entre 35 y 36 años, uno era de cabellos rubios platino, largo hasta la cintura el cual caía sobre su rostro y se esparcía por la cama, de piel pálida y cuerpo esbelto, llevaba puesta una pijama color verde esmeralda, el otro tenia el cabello negro azabache, largo hasta los hombros el cual llevaba atado en una coleta baja, pero aun así dejando uno que otro mechón suelto que caía por su rostro y dejaba ver cuan rebelde era, su piel era acanelada y a pesar de tener el cuerpo esbelto se podía apreciar su musculatura, este llevaba una pijama color rojo sangre.
El otro hombre tenia el cabello castaño con uno que otro mechón plata, largo hasta debajo de las orejas, piel pálida y de extraños ojos color dorado, los cuales veían con infinita tristeza a los dos jóvenes durmientes, estaba vestido con una pijama color celeste claro, y no prestaba mas atención de lo que pasaba a su alrededor.
En la puerta de la habitación otro hombre observaba a los que ahí dentro estaban, tenia el cabello rubio platino y en unas partes se veía de un tono mas claro, sus penetrantes ojos grises observaban analítica y críticamente la escena, su piel era tan pálida como el rubio pelilargo, vestía una túnica de gala negra con uno que otro bordado en oro y plata.
—Lucius… ¿despertaran? — fue la pregunta que formulo el castaño hacia el hombre que estaba en la puerta.
—no lo se, Rem, pero ya veras que lo harán, después de todo son Draco Malfoy y Harry Potter, el niño que vivió, y no te olvides de James, después de todo, es todo un Malfoy y un Potter — contesto serio el otro, acercándose a su pareja para después abrazarlo y besarle la mejilla.
—tengo miedo de que no regresen Luc, no quiero imaginarme una vida sin mis hijos y mi nieto, sabes lo triste que me siento ahora, y sin embargo no a pasado ni un mes, creo que me moriría si ellos no despiertan, y si Liz no regresa yo… — sus palabras estaban llenas de tristeza, la cual le impidió seguir hablando al soltar un sollozo, y se aferro aun mas al abrazo de su pareja.
—Remus, todo estará bien, ya veras que ella lograra cambiar el pasado, y traer el antídoto — respondió el rubio abrazando aun mas a su pareja, podía sentir todos y cada uno de los sentimientos de Remus, y no era solo por todos los años que tenían de casados, sino por sus poderes veela, sentía como el licano sufría al ver a su hijo, nieto y al moco… bueno a Potter al cual quería como su hijo, en esa situación; no es que aun le cayese mal Potter, pero era una costumbre llamarlo por su apellido, a pesar de ser el esposo de su hijo, Harry era una persona noble y eso lo descubrió cuando el moreno lo perdono por todos los malos ratos que había pasado por su culpa.
Abrazo aun mas al castaño contra si, y se quedaron un rato mas observando a los dos durmientes, hacia aproximadamente tres semanas que los Potter-Malfoy habían sido atacados en su casa mientras dormían, durante el altercado solo habían resultado heridos, si es que así se les podía decir, Harry, Draco y James, la pequeña Liz, que aunque ya no era tan pequeña, había resultado solo con un shock y un descontrol de magia, y en cuanto pudo reaccionar lo primero que hizo fue intentar matar a Ginebra Weasley y a Pansy Parkinson que habían ido a visitarla, al intentar detenerla ella había gritado que ellas tenían la culpa de lo que les había pasado, pues ellas los habían atacado y usado un hechizo antiguo de nombre “la bella durmiente” el cual se creía perdido, y cuyo antídoto solo lo poseía el heredero Slythering, el cual había muerto hacia años. (Achi: waa! Hasta que hablo, aquí entiéndase que Voldemort era el poseedor del antídoto).
Cuando las intentaron atrapar estas desaparecieron y de eso hacia ya tres semanas, estuvieron investigando pero aun no daban con ellas, (Achi: wooh! Que valentía la mía, escribir esto en la escuela a la vista de todos, muahaha mueran homofóbicos, Drac: deja eso quieres? Termina ya de escribir Achi: amargado ¬¬).
Sirius, Severus, Remus y el, habían decidido ir al pasado a intentar recuperar el antídoto, pero había un problema, ellos no podían ir ya que era muy peligroso que alguien los viera o que se encontraran con sus otros yo. Liz decidió ir ella pues en ese tiempo ella aun no nacía, y ni siquiera había planes para ello, y aunque en un principio muchos se negaron, especialmente Remus, al final ella decidió ir, pues así evitaba que su papá hiciera una locura en su séptimo año, Dombledore le dio un espejo para que se comunicara con ellos por si era muy necesario, y el día de su partida, recibió un hechizo cronos y un gira tiempo para poder llegar a salvo hasta la época que debía.
Ella se había comunicado con ellos hace dos semanas y había dicho que llego a un lugar cerca del callejón diagon, hace unos días había vuelto a comunicarse revelando que ya había encontrado a Harry y que por un error tuvo que decirle quien era y que ya le habían contado a Draco, claro que también menciono que en un principio el Dumbledore del pasado no muy creía y que al final tuvieron que medir su magia para ver si lo que decía era cierto.
Sinceramente estaba preocupado pero no podía demostrarlo frente a su lobito, suficiente tenia ya con todo lo que estaba aconteciendo.
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En otra de las habitaciones de la mansión se encontraban tres hombres, uno al igual que en la habitación de a lado, se encontraba en un profundo sueño, su cabello era de un rubio platino corto y un tanto revuelto, su piel pálida hacia que el color de su cabello resaltara aun mas, debería tener entre 18 o 19 años y poseía, aun dormido, una gran belleza, llevaba puesto un pijama de seda color hueso.
Dos personas estaban sentados en un sofá a lado de él, una de ellas tenia el cabello negro azulado, ojos azules que en un pasado eran alegres y que ahora se veían apagados, tenia un muy buen cuerpo y llevaba puesto ropa muggle, pantalón de mezclilla azul, con zapatos negros y una playera del mismo color, sentado junto a el y abrazándolo, se encontraba un hombre de cabellos negros largos atados en una cola alta, sus ojos eran de un negro profundo y su piel era tan o mas pálida que la del durmiente, al igual que el otro hombre vestía ropas muggles, un pantalón de vestir negro al igual que los zapatos y una camisa azul marino.
— ¿crees que estarán bien, Severus?— pregunto el oji azul
—no debes dudar de ellos, Sirius, tu mejor que nadie los conoces y sabes que no se rinden tan fácilmente, además es Liz quien esta halla junto con ellos en el pasado, y sabes bien que hará todo lo posible por volver con el antídoto, tanto que estoy seguro que en estos momentos esta ideando algún plan de cómo hacerlo — comento serio el otro pero aun así el oji azul se dio cuenta que su esposo lo estaba animando muy a su manera. Por lo que se decidió a sonreír un poco y abrazarse aun mas a el.
///// Presente /////
“— ya vera ese Gryffindor, de lo que Lily Elizabeth Potter Malfoy es capas de hacer, ya vera por meterse con un Slythering y no con cualquiera, esta me las paga… pero por ahora tengo que ir a ver a mi tío Severus para que llame a los abuelos y les cuente el plan para hacer que Dombledore caiga y Voldemort quede libre, creo que así era, tengo que acortar el nombre o buscar uno mejor, ah! Lo que uno hace por la familia—”
////// Futuro /////
Amanecía como cualquier otro día y en una casa muggle de apariencia abandonada se encontraban dos mujeres, una pelirroja y la otra pelinegra, ambas celebraban su locura, por fin habían acabado con las personas que las traicionaron, ellos habían sido tan crueles al juntarse y dejarlas a ellas, siendo que ellas los amaban, pero no, decidieron juntarse, casarse y tener dos hijos condenándose a sufrir eternamente a manos de ellas…
Pero no les había durado mucho el gusto, pues ellas lograron destruir a su “hermosa” familia, pronto regresarían para acabar con lo que habían comenzado....
Claro que nunca tomaron en cuenta que un integrante de esa familia era una joven de 16 años con un extraordinario poder explosivo, que hacia cualquier cosa por su familia y que había ido al pasado con tal de encontrar el antídoto a su hechizo.
continuara