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Un ángel llora por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

A la carga de nuevo... estoy volviendo a escribir esta historia pues la perdi, sinceramente me gustaba mas la ersion original, pero aqui esta esta que tampoco esta tan mal...

Es el turno de Seiya

*Seiya*


¡Maldición! Me acabo de enterar de su estado y lo primero que hago es llevarlo hasta el limite, pero no pude contenerme, de no ser porque se colocó frente al auto no lo hubiera visto caer de bruces al suelo y ya estuviera golpeando a ese infeliz en vez de cargar a Shun de vuelta al departamento.


Al llegar lo coloco sobre las sabanas de mi cama, se ve tan demacrado, tan delgado. ¿Cómo pudo cambiar tanto en seis meses? Seis meses en los que estuvo soportando todo su dolor, no nos había buscado para nada, ni una llamada ¿Cómo íbamos a saber  que se encontraba sufriendo tanto? Aunque debimos sospecharlo ante su ausencia y lo que pasaba en la oficina con Hyoga. Pero jamás creímos que…


Escucho el auto de Shiryu estacionarse, ¡Demonios! Y Shun no despierta, no se si yo debo explicárselo o esperar a que este consciente y que el mismo lo haga si lo quiere. Por lo pronto lo dejaré descansar y si Shiryu lo pregunta pues… hare lo mejor que pueda


-¿Cómo te fue hoy?- es la pregunta que siempre le hago pero notó que estaba preocupado.


-Bien ¿Sucede algo?- pregunto después de besarme tiernamente.


-Shun está de visita


-¿A si?- vi como se emocionó con la idea, hacia tanto tiempo que no lo veíamos, que desastre que tengamos que hacerlo en estas circunstancias- ¿Dónde está? Hace mucho que no venia de visita ¿Se encuentra bien?


-Esta en la recamara, esta dormido


-¿Dormido? ¿Por qué?


-Será mejor que esperes a que despierte y saludarlo ¿De acuerdo?- me dirijo a la cocina y lo escucho encender el televisor. Menos mal que no pregunto nada más. Por lo pronto debo continuar con la preparación de la comida, estaba en eso cuando Shun llegó, debó darle algo de comer, su estado de salud no se ve muy bien.


Me sorprendió tanto verlo tan cambiado, con sus cabellos cortos, con su cuerpo tan débil, sus ojos apagados... y esa sonrisa que trato de darme… ¡Dios santo! Ni siquiera es la sombra de lo que era antes. Maldito seas Hyoga, tuviste siempre a la persona mas pura enamorada de ti y tu se lo pagas así, ¿Es que piensas que el no es lo suficiente bueno para ti? ¿Cómo no amar a una persona como Shun? Es simplemente inconcebible, te dio todo, su dignidad, su vida, sus sueños…


-¡Voy a matarte!


-¿Seiya?- escuche a mis espaldas, no me di cuenta de que Shiryu estaba en la puerta de la cocina viendo todo lo que hacia, el tomate que picaba ya parecía mas puré- ¿Es mi imaginación o Shun está mas delgado?


-Si Shiryu, parece ser que Hyoga no le da una buena vida- digo resentido,  ese bastardo no merece compasión.


-Ya veo, pobre Shun- se sentó en la barra y me miraba, supongo que espera una explicación.


-Llego hace una hora, llorando por supuesto, vio a Hyoga irse con ese contador estúpido


-Si, todos los vimos salir, es increíble el descaro que tiene, se exhibe  con él como si no estuviera casado- suspiró y parecía meditar sobre algo, los cambios en sus expresiones me decían que no era nada bueno- ¿Qué hacia Shun en el edificio?- pregunto de pronto


-No se- conteste con sinceridad, era algo que Shun aun no me había dicho.


-Fui a verlo a él por supuesto- ambos volvimos la vista a la puerta, allí estaba él, apenas en pie, sosteniéndose del marco, miraba a Shiryu con una sonrisa melancólica. Mi esposo se levantó al instante y lo abrazó fuertemente. Me parecía que lo iba a asfixiar.


-Shiryu, me aprietas muy fuerte- dijo con una risilla tonta, pero no su risita tonta


-Lo siento Shun, como me da gusto verte- beso ambas mejillas de mi mejor amigo, su frente, sus manos. Aunque antes habían tenido una relación que termino por decisión de ambos, seguían siendo grandes amigos. Fue gracias a Shun que conocí al amor de mi vida… y me avergüenza decirlo, pero fue por mi que Shiryu terminó con el.


-A mi también- se tambaleó y Shiryu lo ayudó a sentarse en una de las sillas.


-¿Quieres algo de comer?- ofrecí abriendo el refrigerador y buscando algo para improvisar una aperitivo.


-No te molestes, Seiya, ya me voy- dejé lo que hacia y lo mire a los ojos, pero no me sostuvo la mirada por mas de dos segundos.


-¿Por qué?- ¿Aun tenia intenciones de volver con el idiota de su marido?


-Shun- intervino Shiryu- no te ves muy bien, deberías descansar. Puedes quedarte a dormir, no nos molesta de verdad.


-No, tengo muchas cosas que empacar- se levantó y caminó lentamente a la salida.


-¿Empacar?- repetí impresionado- ¿A dónde vas?


Se volvió y se abrazó de Shiryu soltando en llanto nuevamente, no me gustaba verlo así, ¿Dónde había quedado aquel niño tierno, feliz y optimista? Ciertamente ya no era un niño, pero no tenia por que dejar de sonreír con tanta transparencia, y de eso solo un año, desde que se casó con él.


-Lo voy a dejar- sollozó, casi no le entendí- No quiero estar con él.


-No hagas una tontería, Shun- acarició su rostro y delicadamente enjuagó cada lágrima que dejaban salir sus bellos ojos- no estas en condiciones de ir a ningún lado.


-Pero no quiero verlo


-No deberías arriesgarte tanto, si lo que quieres es dejar esa casa, puedes quedarte aquí si quieres- le ofrecí acariciando su vientre que note un poco abultado ya, cosa que no noté por sus ropas anteriormente- Hazlo por tu bebé


-¿Bebé?- los ojos de Shiryu viajaron de mi rostro al de Shun y terminaron en su vientre- ¿Estas…?


-Si- susurró avergonzado- tengo tres meses de gestación.


-Entonces no se hable mas- expreso levantándose- vendrás a vivir con nosotros un tiempo, todo el que gustes, tu hijo o hija no va a nacer en un hogar con Hyoga como padre. Vamos- lo alzó en hombros y comenzó a caminar a la salida, yo lo seguía de cerca.


-No Shiryu, les agradezco mucho la oferta, y voy a aceptarla, hasta que pueda conseguir un sitio donde quedarme, pero ahora lo que quiero es ir y sacar mi ropa de allí, solo son unos cuantos trapos, no es necesario que me acompañen- lo soltó y lo dejo en el sofá, lo miramos acariciar su vientre con el rostro dolido- además necesito pensar, chicos.


Fue suficiente para que dejáramos de insistir, no sin antes hacerle comer aunque fuera una ensalada de frutas, ya después veríamos que se alimentara bien cuando viva aquí.

Notas finales:

gracias por sus comentarios... me han gustado mucho. Besos


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