Observaba el reloj, nervioso, ansioso, y tal vez asustado... tal vez...
- su majestad
Uno de los consejeros entró al enorme salón, sacándolo de su ensoñación
- su majestad, estamos listos
- bien, traigan al prisionero
- sí su majestad
El hombre se retiró tan silenciosamente como había entrado, mientras tanto, Ashura llamó a uno de los guardias
- ¿en qué puedo servirle, su majestad?
- ¿hiciste lo que te pedí?
- sí, su majestad, hice todo lo que ordenó
- perfecto, ahora, si no quieres perder tu cabeza, guardarás el secreto hasta llegada tu muerte
- sí, su majestad
El guardia se retiró, sin levantar la vista, eso era obvio, nadie debía mirar directamente al rey, el único que lo hacía era... era...
Decidió salir a tomar un poco de aire fresco, todo terminaría dentro de poco, no había vuelta atrás, era imposible retroceder... imposible...
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- ¿no dijo nada?
- nada, tan solo que llevamos al prisionero a la sala de ejecución
- ... que imprudente, debemos velar por la seguridad del rey
- sí, los poderes de ese chico son de temer, no podemos arriesgarnos
- entonces, estamos de acuerdo, señores
- sí
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Abrieron la puerta, el rubio lo primero que hizo fue ver el reloj, faltaba como cuarenta y cinco minutos, ¿quién era ahora? Dudaba mucho que sea Ashura.
Pronto entendió el asunto, al ver a varios guerreros del rey entrar en la habitación.
Se levantó lentamente, los miró de frente.
- ¿tenéis miedo de que pueda escapar? O ¿tenéis miedo de que no pueda morir?
Ninguno respondió, tan solo prepararon sus armas y comenzaron a acercársele...
Fye no retrocedió... se preparó para pelear, aunque sabía que en el estado en que estaba no le iba a ir muy bien...
Habían venido a desgastarlo, para que muera más rápido en la ejecución...
La pelea comenzó...
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No tengo idea de lo que quiero en estos momentos...
Una parte de mi, desea verte sufrir, llorar, suplicar, rogar... y verte morir en una muerta lenta y muy dolorosa
Pero...
Otra parte de mi, desea volver a abrazarte como cuando eras un niño pequeño, que se escurría por las pasillos del castillo para poder llegar a mi habitación cada vez que tenía una pesadilla o caía una horrenda tormenta de nieve...
¿Qué pasó con nosotros, Yuui?
¿Por qué no pudo ser?
¿En qué me equivoqué? O... ¿acaso el que estaba equivocado eras tú?
Ahora, paseando por los jardines del palacio, recuerdo los momentos que pasamos juntos, riendo, jugando y disfrutando de la compañía del otro... los dos nada más, no importaba nada más...
Vi que el tiempo transcurría y tú creciste, cada día eras más hermoso que el día anterior...
Y cada día te amaba un poco más... hasta el punto de creer que enloquecería por completo...
¿Qué pasó con nosotros, Yuui?
¿Por qué no pudo ser?
¿En qué me equivoqué? O... ¿acaso el que estaba equivocado eras tú?
Luego llegó ese fatídico día...
El día de tu traición...
Cobarde... sabías que de todas las personas en el reino, tú eras el único al que era incapaz de dañar, de lastimar...
Primero fueron los ancianos del consejo los que murieron por tu mano...
Luego los guardias imperiales...
Y cuando nos enfrentamos tú y yo...
...
...
Esa es la versión que todo el reino sabe, al menos, los que sobrevivieron a mi locura... lo siento, no sé porque lo hice, quizá la posición de rey me importa más de lo que imagino, o quizá sea el simple hecho de sucumbir al deseo de verte destruido, ambos lo sabemos Yuui, no podemos estar ambos en un mismo mundo...
No puede haber dos fuerzas como las nuestras juntas, dos magos poderosos no pueden coexistir en un mundo ni en otros... o eres tú o soy yo...
Todo se resolvió cuando vi tus poderes reducidos a la mitad, ya no eras un mago poderoso, pero eso no te salvaba de ser un traidor...
Y un traidor debe pagar...
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Entrada la tarde se preparaba con cuidado el lugar de ejecución, se recogieron maderos secos y pajas para colocarlas alrededor del pilar que, al transcurrir los años, aun mantenía las horrendas marcas negruzcas de antiguas ejecuciones. Todo Celes sabía que la hoguera era destinada para los peores criminales, en todo ese tiempo, solo cuatro personas conocieron ese fatal destino, Fye (Yuui) sería la quinta.
¿Por qué la hoguera? ¿Por qué ese tipo de ejecución?... fácil... no hay nada más temido para un mago, que el fuego...
Las personas escucharon las campanas que repicaban, el sutil sonido señalaba que el momento había llegado, los negocios se cerraron, poco a poco el gentío comenzó a reunirse para dirigirse a palacio, el pilar estaba ubicado en uno de los patios internos, los niños pequeños eran impulsados por su curiosidad mientras las madres intentaban que no se alejen demasiado, lo mayores solo se dedicaban a sacar conclusiones sobre la persona que sería ejecutada, según ellos, debía tratarse de una escoria que no merecía lágrimas o compasión.
"Su nombre es Fye D. Flourite"
Los que escucharon su nombre, sobre todo los mayores, abrieron los ojos de pura sorpresa.
"¿qué no era el nombre del consorte del Rey?"
"quién sabe, amigo mío, quién sabe"
Era mejor ignorar algunos temas.
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Despertó gracias al agua fría que recibió sin cuidado alguno...
"prepárate, ya es hora"
...
El guardia cogió un saco pequeño y lo arrojo a sus pies...
"ponte eso, es la última prenda que llevarás, se agradecido al saber que el Rey ordeno que te la coloques, debes esconder esas horribles cicatrices y esa ropa hecha trizas... tienes cinco minutos"
Salió dando un portazo.
El rubio observó la ropa que le dieron ¿cicatrices? Cuando miró su cuerpo entendió a que se refería, estaba tardando mucho más en cicatrizar, tal vez sea porque no comió y le faltan fuerzas... eso debe ser. Con calma, comenzó a cambiarse; después de todo, su ropa estaba hecha tiras, la pelea le costó demasiado... lograron desgastarlo, aunque debía sentirse orgulloso por haber matado a uno o dos, no recuerda bien cuantos.
Su ropa consistía en pantalones blancos y una simple túnica blanca que le llegaba hasta las rodillas, unos cuantos detalles bordados en el cuello y las mangas, nada llamativo... no llevaba zapatos... total, caminaría descalzo ¿qué diferencia haría aquello?
"¿mi parche?"
Se percató que no llevaba el parche negro ¿se le cayó en la pelea? Sus cabellos no tenían agarre alguno, así que caían libremente sobre sus hombros, cabello que alguna vez era brillante y sedoso, ahora solo quedaba una cabellera opaca y descuidada; aun así, se peinó los cabellos con sus dedos, al menos para desenredarlo un poco.
"tendré que improvisar"
De lo que quedaba de su otra ropa, sacó un trozo de tela y vio que sea del ancho de su antiguo parche, luego se lo colocó, por suerte era del tamaño correcto, aunque no sabía por qué tantas molestias, de todos modos moriría dentro de poco. Cuando se miró al espejo, notó que había adelgazado más y estaba pálido como papel, su boca la sentía seca y se moría de sueño, con la ropa puesta, parecía más un fantasma que un ser... ¿humano, mago, vampiro?
"no creo... que vaya a necesitar un parche nuevo"
La puerta se abrió de golpe... entraron varios guardias y junto con ellos unos cuantos miembros del consejo... uno de los ancianos habló...
"Es hora"
El rubio sintió que su sangre se congelaba...