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MÍO por Orseth

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            -Que idiota soy, tienes razón… no hablamos de cualquier persona… bueno, en cualquier caso eso es bueno; Hermione haznos una lista de los lugares a los que suele ir, también tendré que reportar esto al cuartel, dadas las circunstancias es mejor contar con toda la ayuda posible y establecer una alerta de persona extraviada en peligro inminente.

            -Iré a cambiarme –exclamó Jessica yéndose de prisa a su recamara.

            Esta vez a Hermione no le importo que alguien ajeno participara en la búsqueda de Harry, encontrarlo era la prioridad a guardar cualquier tipo de discreción.

            Cuando Nick reporto la desaparición de Harry, varios escuadrones se desplegaron de inmediato en tanto Hermione regresaba a la casa del moreno por si éste regresaba.

 

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            Cuando dieron las 6:30 am, Hermione tomo un pedazo de pergamino y escribió algo enviándolo con la lechuza de Harry.

            -Señorita Granger… el amo Harry… ¿pronto volverá? –preguntó Tombo viéndola cerrar la ventana.

            -No se Tombo, por favor deja de preguntar ahora… es hora de que hablemos… -pensó regresando a la sala.

 

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            Una lechuza en su ventana le hizo abrir los ojos con gran molestia.

            -mmm… que joder… -masculló revolviéndose en la cama decidido a ignorarla, pero el ave también parecía decidida a ser atendida, así que comenzó a picotear con más fuerza y a lanzar chillidos- mierda… -bufó aventando las mantas y levantándose.

            Cuando recibió la misiva, vio extrañado que era un requerimiento de Gringotts, lo que hizo que su sueño terminara de evaporarse.

            -¿Y esto?... ¿para qué rayos quieren que vaya?

            Sintiéndose muy intrigado volvió a subirse a la cama recargándose en los cojines pergamino en mano, no solo por el requerimiento, sino por el oro que había recibido al salir de prisión;  había ignorado ese asunto deliberadamente pero ya era hora de ponerse a pensar que hacer.

            Estaba seguro que ese dinero se lo había dejado Harry al ir por él, no sabía con que fin, probablemente por su conciencia culpable como le había dicho, aunque eso era muy improbable.

            -En fin… -pensó exhalando un suspiro mientras sacaba la bolsita de oro del cajón y lo vaciaba en la cama para contarlo.

            Pensaba ir a Francia, allá tenia familia que probablemente lo acogería, pues en Gran Bretaña sabia que ya no tenía futuro; no sería lo mismo que antes… sus familiares le ofrecerían casa y comida, eso era seguro, pero fuera de eso estaba completamente solo y eso le asustaba, pues no tenía dinero ni una profesión.

            -Y es que el muerto y el arrimado a los tres días apesta… -pensó añorando más que nunca la fortuna Malfoy, fortuna de la cual ya no poseía ni un knut- deberé empezar desde cero… ¿en qué? no tengo idea, pero ya pensare en algo.

            Sin más que hacer se levanto, y se dispuso a ir al banco.

 

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            -¿Mi llave?... ¿pero llave de qué? –Exclamó en la oficina del duende con cara de zapato viejo que le miraba inexpresivo desde su pequeño escritorio- yo no tengo ninguna cámara, no tengo dinero, la fortuna Malfoy fue robada por el ministerio mediante tretas legales ¿Por qué me da una llave?

            -Hay diez cámaras a su nombre, aquí tiene una lista de sus respectivos contenidos, tanto en moneda como en artículos.

            -¿¡Pero de qué habla?! –Exclamó cada vez más enojado y confundido- ¿¡cuántas veces tengo que decirle que yo no tengo cámaras?!

            -Si las tiene señor Malfoy, las cámaras de la familia Black están a su nombre -Draco quedó boquiabierto al escuchar semejante disparate, por lo que el duende aprovecho para seguir hablando- solo tiene que firmar aquí y podrá disponer de ellas cuando guste.

            -Pero… no entiendo… es verdad que los Black son familiares míos, pero yo no soy el heredero.

            -Eso no importa, usted solo debe firmar aquí –respondio el duende frunciendo el ceño ante la cerrazón del rubio.

            -No voy a firmar nada, esas cámaras no son mías, ¿es una trampa del ministerio para acusarme de fraude o qué?

            -¡¿Cómo se le ocurre semejante disparate?! ¡Por supuesto que no!

            -¿Entonces como es que de repente soy el heredero de la familia Black?

            -Ya le dije que eso no…

            -Y yo ya le dije que exijo una explicación –concluyo cruzándose de brazos.

            El duende alzo una ceja ante ese gesto tan decidido y comenzó a hablar exhalando un suspiro de impaciencia.

            -Esas cámaras estaban  a nombre de otra persona, a nombre del heredero designado en su testamento por el último miembro directo de la familia Black, hablamos de Sirius Black…

            -Y ese heredero era… -continuo Draco instándolo a hablar.

            -El señor Harry Potter.

            Draco sinrio que su mandibula cayó hast ael suelo, sin embargo pudo reponerse casi al instante.

            -¿Está diciendo que Potter transfirió sus cámaras a mi nombre?

            -Así es.

            -¿¡Pero porque?!

            -El porqué de las acciones de nuestros clientes no es asunto nuestro, así que si me hace el favor de firmar, este asunto conclu…

            -No firmare nada –respondio poniéndose de pie- esta maldita broma me la tiene explicar.

            Y sin más salió de ahí dejando al duende con la pluma extendida.

 

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            -No entiendo porque estamos aquí –refunfuñó George siendo secundado por su hermano, quien dijo:

            -Solo porque dijiste que era asunto de vida o muerte Hermione, de otro modo no hubiéramos regresado a esta casa en donde se nos trató tan mal.

            -Hija ¿Qué sucede, donde esta Harry? –preguntó Molly afligida sentada al lado de su esposo.

            -Hermione… él no quiere vernos en su casa y a mí me parece que si esa es su decisión, no tendríamos que estar aquí –dijo Ron con voz un tanto queda.

            Hermione miro a la familia de pelirrojos, incluidos Ron y Ginny quien estaba también sentados en otro sofá. En eso la chimenea crepito dando paso a Nick.

            -¡Nick! –Exclamó esperanzada al verlo entrar- ¿Lo encontraste?

            -No.

            Hermione cerró los ojos y tragó en nudo que tenía en la garganta.

            -¿Qué sucede? –preguntó Ron al verlos.

            -Harry no aparece –respondio viéndolos quedarse callados con una expresión entre azorada y confundida- ¿¡Pero qué les pasa?!

            En eso, el crepitar de la chimenea anuncio que alguien más quería entrar, por lo que Hermione dio la autorización correspondiente quedando todos sorprendido al ver salir de ahí a nada más y nada menos a…

            -¡Malfoy! –dijo Hermione al ver al rubio entrar furibundo.

            -Potter, quiero ver a… -exclamó quedándose a la mitad al ver a todos ahí- ¡oh! perdón, creo que interrumpí una linda reunión familiar, regreso después.

            -Tú no pones un pie fuera –dijo Nick parándosele en frente cuando el rubio dio la vuelta.

            -Quítate de enfrente, auror de mierda…

            Ambos hombres se  miraron fijamente a un palmo de distancia hasta que Hermione se puso a un lado de ellos.

            -Por favor, no peleen.

            -Entonces dile que me deje pasar, Granger.

            -Quítame –respondio Nick alzándose de hombros. 

            Hermione  no lo dijo por saber que en verdad necesitaban que se quedara.

            -Malfoy, Harry no está.

            -Bueno, ya lo dije, entonces me voy.

            Nick sacó su varita y lanzo un hechizo a la chimenea congelándola al instante dejando las llamas estáticas, como si fuera una escultura de hielo.

            -¡Hey!

            -No podrás salir –dijo Nick lanzando otro a la puerta- y ni lanzando un “Alohomora” con todos tus huevos podrás abrirla.

            -Dijiste que Harry no estaba… -dijo Ron desde su lugar- ¿Dónde está?

            -Que bueno que lo preguntas –respondio ella llenándose de furia ante la nula reacción de la familia weasley.

            -El nos abandono primero Hermione –exclamó Fred molesto enderezándose en su lugar- si ahora decidió tomarse unos días ¿Qué diablos tenemos que ver nosotros?

            -Harry no se tomo unos días… él está desaparecido.

            El semblante de los gemelos seguía empeñado en mostrar enojo y un poco de titubeo.

            -No lo creo.

            -Que rápido se les olvidó lo que hizo por ustedes… que gracias a él ustedes tienen “Sortilegios Weasley” ¿y acaso alguna vez se los ha echado en cara?... a usted le salvo la vida cuando fue atacado en el ministerio por Nagini –dijo dirigiéndose a Arthur… y a ti… -concluyo dirigiéndose a Ginny- ¿la cámara de los secretos te recuerda algo?

            -El no está desaparecido… no hablas en serio ¿verdad? –preguntó George viendo que la situación no era una broma ni mucho menos, sintiendo cada palabra de Hermione como un aguijonazo.

            -¿Dices que Potter no aparece? –preguntó Malfoy con rostro serio.

            -¡Tu cállate, que nada tienes que hacer aquí! –gritó Ginny.

            -Cállame si puedes, zorra resentida.

            -¡No le hables así a mi hermana! –respondio Ron poniéndose de pie.

            -¡Yo hablo como se me pega la gana!

            -¡A todo esto! ¿¡Tú qué diablos haces aquí?! ¡Debes estar en prisión, seguro te escapaste! –respondio Ginny poniéndose de pie.

            -¿¡Y tu no piensas arrestarlo?! –dijo Fred levantándose también dirigiéndose a Nick.

            -Soy libre y puedo ir a donde se me pegue mi puta gana.

            -¡Eres un maldito hijo de puta! –exclamó Ron dando un paso hacia adelante haciendo que con esto Draco se pusiera en guardia.

            -¡Cállense! –gritó Nick hasta la coronilla de tanto maldito grito.

            -¿Cómo te atreves…? –exclamó Ginny airada.

            -¿Saben?... es cierto que de todos ustedes, yo sea el que menos historia tiene con Harry, pero fuera de Hermione no les ha tocado recoger los pedazos que quedan de la humanidad destrozada de este hombre.

            -¿Y a ti si? –Exclamó Ron sintiendo ira por aquel hombre que pretendía darle lecciones de algo que no le incumbía- ¿Quién te crees que eres?... tú no sabes lo que pasamos juntos, no lo conoces como yo.

            -¿Presumes conocerlo mucho y no sabes porque ese hombre está roto por dentro?... pudiste conocerlo de niño, pero hace mucho tiempo que él ya no es un niño; ya no puedes contentarlo con una snitch o una escoba nueva; su vida ya no son mas aventuras en un castillo o recorrer el bosque prohibido.

            Cuando dijo aquello, Ron miró a Hermione.

            -Si… -continuo Nick notándolo- hemos platicado de esos tiempos de ustedes… ¿sabías tu, Ronald Weasley, que las heridas en el corazón de un niño son llagas en el corazón de un hombre?... Harry carga cosas que ni tú ni yo nos podemos imaginar, pueden ser cosas justificadas o no, pueden parecer importantes o no, eso no importa porque son suyas, son su dolor… solo él sabe lo que pasa por su cabeza… hace mucho dejaron de ser niños Weasley, pero parece que tú no te has dado cuenta.

            -Pues nosotros… yo… la otra vez vinimos a darle nuestro apoyo y nos corrió.

            -Porque sigues pensando como niño –respondio Nick exhalando un suspiro- y no aceptas que Harry es un hombre… un hombre que puede gustar de otros hombres, un hombre al que por ejemplo le excita ver una buena verga -Molly solo inclino la cabeza ante las palabras de Nick, un tanto apenada- el punto es que no aceptas a Harry por lo que es, solo lo toleras… a fin de cuentas eres de lo que huye, solo ves lo que hay afuera, tú no aceptas que pueda estar enamorado de Draco Malfoy.

            Draco dio un respingo y miró azorado a Nick al oír aquello mientras él auror continuaba hablando.

            -Y lo castigas con tu indiferencia y resentimiento, al igual que toda tu familia.

            En ese momento, nadie dijo absolutamente nada.

            -Es cierto que los corrió las vez pasada…. –continuo Nick- pero si de verdad presumes conocerlo bien, deberías saber que Harry es el típico mártir que gusta de sufrir en silencio… porque si tú crees que él no sufre por tu actitud y la de todos ustedes, todos están muy equivocados; sufre por la vida que le tocó vivir y que aun no termina de resolver y también sufre por este imbécil –concluyo señalando a Draco.

            -¡Oye! –protesto éste indignado.

            -Y si tú eres su mejor amigo –continuo sin hacer el menor caso a Draco- ¿Por qué entonces no fuiste tú quien lo sacó de la bañera con las muñecas cercenadas y pesando apenas cincuenta kilos?

            Todos lo miraron atónitos al escuchar aquello, Draco incluido.

            -¿Por qué no fuiste tú o alguno de ustedes quien lo encontró en el suelo de su recamara con una sobredosis de pastillas que casi lo mandan a la tumba?... ¿Por qué? ¿Dónde estaban?... ¿dando un paseo con su orgullo?

            Nadie dijo nada, solo se escuchaban los sollozos ahogados de Molly y Ginny, quien había vuelto a tomar asiento.

            -Yo… creo que debes quitar tus hechizos –dijo Draco aclarándose la garganta sintiéndose un intruso.

            -¡Oh! ¿También vas a huir? –pregunto Nick alzando una ceja.

            -Yo no huyo, pero es más que claro que este asunto es solo entre los Weasley y Potter –respondió indignado.

            -Claro, aunque una parte del maldito enredo de Harry seas tú.

            -Eso no es verdad, si Harry está disgustado con… estos, es por su propia elección, yo no tengo nada que ver.

            -Es increíble la manera en que te desentiendes cuando no ves todo lo que hizo por ti.  

            -¡Me molió a golpes no una, sino muchas veces! –respondio hirviendo de indignación y de ira- ¡acabó con mi dignidad de muchas maneras!... solo que ustedes no lo ven porque es Harry  Potter, el niño que vivió; ni tu ni nadie sabe todo lo que él hizo.

            -Claro y si no fuera por ese hombre tan detestable y bastardo, ahora estarías pudriéndote en una de las fosas comunes de Azkaban, en donde el noble apellido Malfoy valdría una soberana mierda, porque sin importar todo tu orgullo y pureza de sangre, igual te hubieras agusanado como el más pobre y bellaco ladrón de poca monta que haya atenido la mala suerte de morir allá; duraste con vida hasta este momento gracias al tiempo que pasaste fuera, aquí, en casa de Harry; así que tampoco vengas con tus aires de víctima y orgulloso sobreviviente, que si tienes manos para limpiarte el culo cuando vas al baño es gracias a que él pago una verdadera fortuna  para hacerte llegar medicamentos, comida decente y ropa caliente.

            Cuando escuchó aquello simplemente se quedó mirando al auror fijamente sin poder asimilar sus palabras.

            -Es más que obvio que él no tenía ninguna obligación para contigo, aun cuando hayas decidido regresar a Azkaban por sus malos tratos, porque sé que no intentaste escapar, tú simplemente deseabas alejarte de él; mira, no imagino lo que viviste con él y francamente no es mi problema, pero te repito, él no tenía obligaciones para contigo… hizo todo eso porque estaba enamorado de ti.

            -¿Enamorado de mi?... sí, claro –respondio aun descolocado por lo de la ropa y la medicina.

            -Es cierto, él me lo dijo.

            -¿El te lo dijo? –preguntó Hermione.

            -¿El te lo dijo? –preguntó Draco milésimas de segundo después igualmente sorprendido que ella.

            -Sí, se lo pregunté y me dijo que sí.

            -El… él bromeaba… -dijo Draco sin saber cómo salir de la maraña de pensamientos que revolvían su cabeza.

            Ron simplemente se sentó en silencio mientras Ginny boqueaba atónita.

            -La historia que tengan ustedes dos no me interesa, a mí solo me interesa encontrarlo y vengo a que me hagan una lista de posibles lugares, varios escuadrones siguen buscando, pero aun no aparece, Malfoy ¿tú sabes de algún lugar especial de Harry?... ¡Malfoy!

            -¿Eh?... ¡ah no!... realmente no lo sé… -dijo evidentemente pálido.

            Mientras Nick se dirigía hacia los gemelos para hacerles algunas preguntas, Molly y Arthur se acercaron a Hermione.

            -Hermione… -musitó Molly secándose las lagrimas con un pañuelo- tienes toda la razón al estar tan molesta e indignada con nosotros… de hecho desde la última vez que estuvimos aquí, yo sentí en el fondo de mi corazón que Harry estaba enojado con nosotros con muy justa razón… también me entere que Draco no agredió a Ginny físicamente, pero ya no regresé porque Harry en verdad no quería vernos, no quería disgustarlo más.

            -Es cierto –convino Arthur pasándole el brazo a su esposa por la espalda- muchas noches platicamos sobre eso… pensamos en venir y disculparnos ante él pero desistíamos al recordar que en verdad no deseaba vernos… ojala lo hubiéramos hecho.

            -Sí, ojala lo hubieran hecho… -respondio resentida- él estaba sufriendo mucho y los necesitaba más que nunca.

            -Oye… -intervino Draco con rostro serio- debo irme, dile a tu amigo que quite las protecciones.

            -¿No piensas ayudarnos a buscar a Harry?

            -¿Y qué quieres que haga, que me una a un escuadrón de aurores? –Replico molesto- quiero salir ya.

            Apretando los labios, Hermione se giró para hablarle a Nick, quien después de escucharla asintió y agitó su varita; al ver esto Draco se giró y salió por la red flú.

 

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            Cuando llegó a su cuarto de hotel prácticamente se desplomó en el suelo recargando la espalda en la cama, todo le había caído como una gran bola de nieve aplastándolo e impidiéndole respirar.

            -¿Enamorado de mi?... no, no  es posible… -pensó mirando hacia el frente sin saber que sentir exactamente pues sentimientos encontrados le revolvían el pecho y el estómago.

            Pero también otra cosa retumbaba en su cerebro haciéndole doler la cabeza.

            -¿En la bañera con las muñecas cercenadas?... ¿una sobredosis de pastillas?...

            Todo se le hacía tan irreal, tan… imposible.

            -Pero él es tan fuerte… él no puede… no pudo… darse por vencido de esa manera… ¿o sí?... ese no es Potter… no lo es… -dijo en voz alta como intentando convencerse a sí mismo.

            Se levantó y se dirigió al baño en donde se mojo la cara quedándose en el lavabo.

            -El no puede amarme… -dijo mirándose en el espejo- y tienes que decírmelo en la cara, Potter… -añadió saliendo del pequeño cuarto- para que yo te grite en la cara cuanto te odio.

            Sacó la bolsita de oro que tenía en su cajón y la vació en la cama; constató que solo le quedaba lo suficiente para un par de días más en el hotelucho aquel y para comprar su pasaje a Francia.

            -Bueno, espero que con esto me alcance, desde hace mucho ya no se de esos precios.

            Salió de ahí con paso decidido y se dirigió a una tienda de escobas en donde compro una de mediana calidad pero con buena velocidad y regreso al hotel para poder usar la red flú, tomó polvos y pronunciando una dirección salió en una lavandería muggle,  y luego se aparicionó en Chiltren Hill.

            -Tiene que estar por aquí… -pensó buscando corriendo de un lado a otro hasta que con un jadeo de alivio encontró el viejo cobertizo- Alohomora… -susurró para abrir la puerta y tal como esperó, la motocicleta no estaba.

            Se monto en la escoba y comenzó a volar agudizando la vista.

            -Maldito Potter, hijo de puta… ¿Dónde diablos estás?

 

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Notas finales:

hasta la proxima!!!!!!!!!


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