Mientras el pelinegro arreglaba sus cosas para irse su mente no paraba de repetir la escena de la oficina, aun no entendía cómo pudieron tomar esas fotografías y mucho menos la desconfianza del castaño… y eso le dolía.
Podía perdonarle el golpe que le dio, ya que él también le había dado uno que otro (bueno solo cuando recién andaban y Light se pasaba de pervertido), pero ¿perdonarle que no haya creído en el?, ¿qué deshiciera su noviazgo sin siquiera investigar de donde salieron las fotos?... su desconfianza le había dolido, el odio en su mirada al decirle que jamás le volviera a hablar le dolían, pero lo que más le dolía era que él lo seguía queriendo y si en ese momento el castaño venia y le ofrecía una disculpa él lo perdonaría.
“que idiota soy, no cabe duda de que los sentimientos nublan el entendimiento… ¿será que ya no tengo arreglo? Esto podría afectar en mi trabajo, pero, no puedo evitar que me duela – sintió que algo resbalaba por su mejilla - ¿Cuándo comencé llorar? Le prometí a esa persona que jamás volvería a llorar y en cambio… - más lagrimas recorrieron sus pálidas mejillas sin su autorización, pero él ni siquiera hizo el amague de limpiarlas – Beyond me haces tanta falta, siempre que me sentía triste tú me consolabas porque eres el único que verdaderamente me comprende… ¿Por qué tuve que enamorarme de Light?, porque no mejor de ti que estoy seguro que jamás me harías algo así.
De pronto se oyó que tocaban la puerta, seguramente eran los chicos que ya habían llegado y querían saber que le había pasado el día anterior. Suspiro largamente, se secó las lágrimas y a paso lento se acercó a abrir, pero dos segundos después de hacerlo se encontraba en el suelo de su habitación con tres cuerpecillos sobre él.
- ¡Hola mami! – Gritaron los tres al unísono - ¿Qué haces?
- Tra… tan… do… de… res… pirar – al oír eso los tres sucesores se levantaron rápidamente y lo ayudaron a levantarse – g-gracias.
- Gomen ne.
- Descuiden estoy bien, ¿y cómo les fue?
- Bien pero, ¿no hay algo que quieras contarnos? – pregunto Mello.
- suspiro – Ok, siéntense – los cuatro se sentaron en la cama y el mayor les contó lo sucedido, aunque ahora no derramo ni una sola lagrima, no podían verlo débil a comparación de Watari con el que si se desahogó. Al terminar el relato los chicos lo abrazaron fuertemente a modo de consuelo.
- Lo sentimos mucho mami – dijeron Mello y Near, mientras Matt se separaba de ellos y caminaba hacia la puerta con una mirada cargada de odio profundo.
- Matt espera, ¿adónde vas? – pregunto confundido el pelinegro.
- A golpear al maldito bastardo de Yagami, no se preocupen no tardare mucho estaré aquí antes de la cena.
- Matt no hagas locuras – dijo un poco intranquilo L.
- ¡Pero él te humillo y te pego! – Grito furioso - ¿y no quieres que le haga nada? Por favor okaasama, debería…
- Matt, no quiero que te rebajes a su nivel – le dio una mirada de esas que tienen las mamás para convencer – Eso sería denigrante, ¿no lo crees?
- Pero… - no pudo soportar la mirada del mayor y regreso hacia ellos y volvió a abrazarlo – Está bien pero si me lo encuentro no me hare responsable de mis actos y le romperé la cara a golpes.
- Pero Matt, yo no quiero que te lleven a la cárcel – le acaricio los cabellos – prométeme que trataras de no…
- No te preocupes por eso – dijo Mello – nosotros nos encargaremos de que no lo haga, ¿verdad Near?
- Si – respondió con una sonrisa tierna, pero los tres menores sabían que eso no era verdad, en cuanto tuvieran a la bellota hueca frente a ellos le romperían más que la cara, su alma se volvería añicos por los golpes.
- Bien… ah, lo olvidaba. Mañana saldré a Saigoku para recabar más información y resolver más rápido el caso.
- ¿Y cuándo volverás? – pregunto Near.
- No lo sé, quizás tarde una semana o menos pero no estoy seguro. Quiero que se porten bien mientras no estoy ¿sí? No le den tanto trabajo a Watari, ya tiene suficiente con el de la agencia.
- Claro cuenta con nosotros.
Cerca de la media noche un ruido despertó a Mello, la ventana de su habitación estaba siendo abierta, ¿y si era un ladrón o un secuestrador? Pero abrió los ojos y vio que Matt era el que abrió la ventana y estaba a punto de salir por ella.
- Matt, ¿adónde vas?
- Ah, M-mello estas despierto. Jajaja perdona si te desperté, yo estaba…
- Ibas a buscar a Yagami cierto – dijo mientras se acercaba a él y lo abrazaba por la espalda – Sabes que prometimos…
- Pero Mello, ese maldito merece un castigo – voltea a verlo a los ojos – lastimo un dulce corazón y eso es imperdonable – las esmeraldas del pelirrojo denotaban una gran tristeza y odio al recordar lo que L les había contado.
- Lo se Matt, Elle tiene un noble y puro corazón… pero a la vez, ese corazón es muy frágil debido a todo lo que ha pasado – ambos se sentaron en el suelo de la habitación - Su infancia no fue muy buena que digamos, fue peor que las nuestras… el confió en Yagami y este lo traiciono pero no podemos hacer nada…
- Demo… - los ojos del pelirrojo empezaron a cristalizarse por la impotencia que sentía
- Al menos no hasta que okaasama salga de la ciudad – dijo son una sonrisa maliciosa y la mirada del otro se volvió confusa – Prometimos que no te dejaríamos rebajarte al nivel de la bellota hueca, pero Near y yo no dijimos que no lo haríamos, además… ¿Quién le dirá que fuimos nosotros? No hay razón para que alguien lo sepa… ¿Qué te parece si lo llevamos a un callejón y lo golpeamos, o mejor lo secuestramos y lo dejamos en una cabaña abandonada, atado, amordazado, golpeado y rodeado de carne cruda para llamar la atención de los animales salvajes?
- Que ideas se te ocurren amor, serias un gran mafioso. Tienes razón, nadie sabrá quienes atacaron a la bellota hueca porque no habrá testigos.
Al día siguiente, L estaba por irse y Watari lo estaba despidiendo en la estación del tren. No había querido que nadie lo acompañara, ya que aunque tardara más así podría trabajar tranquilo sin que nadie (Watari o Matsuda) preguntaran sobre su situación personal.
“espero que alejarme un tiempo me ayude, aunque lo intento esto sigue todo el tiempo en mi mente y no debería ser así”. Pensaba el pálido pelinegro al mirar el paisaje por la ventanilla del tren, sin saber que justo en esos momentos otro pelinegro, pero ojirojo llegaba a Japón con la ilusión de verlo.
“Por fin después de tanto tiempo volveremos a estar juntos Lawlipop, ya veras, esta vez no seré tan cobarde y conquistare tu lindo corazón”
Bajo del avión y tomo un taxi hacia la casa de su querida familia. Si eso eran desde la Wammy’s House, una familia sin lazo sanguíneo pero si muchos lazos afectivos.
Media hora después de pisar tierra japonesa llego a la casa de su queridísimo Lawlipop, pero no había nadie… tendría que esperar a que alguien viniera y poder entrar pues aunque podría abrir la puerta sabía que no sería fácil ya que la seguridad debía ser mucha.
- suspiro – Bueno solo queda esperar, supongo que dentro de unas horas vendrán los chicos de la escuela o Watari y Elle de la agencia y podre descansar un rato… me pregunto si tendrán algo que contarme, ne seguramente sus vidas están bien – sonrió.
Pero no sabía lo equivocado que estaba.