Una vez que Yoh había logrado calmar su llanto, por lo que creía un amor perdido e imposible de que alguna vez llegara a realizarse, decidió que lo mejor sería regresar con sus amigos y tratar de olvidar aquello que solo le causaba daño.
Pero mientras caminaba no pudo evitar derramar unas cuantas lagrimas en el camino, pues realmente no era fácil aceptar que no podías estar con las persona que amabas, y dolía mucho mas sabiendo que la persona también te amaba, pero por una mala jugada del destino, jamás podría estar con él.
Y si siquiera poder evitarlo maldijo, maldijo a Hao, por haberle dicho de sus sentimientos y haberle propuesto que se uniera a él, hubiera sido mejor que no le digiera nada, y seguir pensando que lo odiaba, y que para Hao a Yoh lo podía partir un rayo y no le afectaba.
Pero ahora no estaba seguro y tenía dudas, ahora su conciencia y sus sentimientos estaban contrariados entre lo que quería y lo que debía hacer, “eran gemelos, eso era incesto, Hao era su enemigo, el realmente estaba enamorado de Hao, quería estar con Hao, no podía traicionar a sus amigos”, mas y mas pensamientos como esos atormentaban la pobre mente de Yoh.
Cuando comenzó acercarse en donde estaban sus amigos trato de alejar aquellos pensamientos y de limpiar el hecho que había llorado y mostrar la mejor cara y sonrisa que en ese momento pudiera llegar a tener.
Y aunque se esforzó por una sonrisa sincera y una buena cara, no pudo lograr otra que esa pequeña sonrisa, y su cara se notaba sombría y triste.
A medida de que se iba acercando se dio cuenta de que todos estaban sentados en algunos troncos alrededor de una fogata.
Manta se encontraban con su laptop en sus piernas, Tamao intentaba hacer una predicción, Libruks Long y Jun admiraban las estrellas mientras platicaban cómodamente, Chocolove no dejaba de contar chistes malos como a su vez Len y Horo-horo tampoco no dejaban de golpearlo, Elisa y Fausto como siempre se demostraban su amor muy ajenos de todos los demás y finalmente Ana y Ryu hablaban sobre las aguas termales de Ana.
El primero en notar la presencia de Yoh fue Ryu.
- Don Yoh, por fin regresa – dijo a si anunciando la llegada de Yoh.
- Por fin llegas, se puede saber en dónde estabas, os tenias preocupados, te tardaste y ni siquiera avisaste que te ibas – le reclamo Ana.
- Lo siento Anita, es que Salí a caminar para despejarme un poco, pero me detuve a descansar me quede dormido jijijijiji- se disculpo, con la mejor escusa que se le pudo ocurrir, tratando de mostrarse como siempre.
- Ah! Yoh tu siempre tan despreocupado y descuidado como siempre, como se te ocurre salir a caminar solo y quedarte dormido en medio del desierto que tal si uno de los hombres de Hao aparece y te ataca, dudo mucho que un debilucho como tu pueda hacer algo solo – regaño Horo-horo, mientras Yoh se estremecía al escuchar ese nombre, y se ponía tenso pero intento relajase lo mas que pudo.
- Jijijijiji, lo siento, chicos no quise preocuparlos – se disculpo mientras se rascaba la cabeza
- “jijijiji” , tu todo lo arreglas con esa risita babosa, verdad Yoh – reclamo otra vez el peli azul de Horo-horo
- Oye, Yoh me puedes explicar, porque tienes los ojos rojos y levemente hinchados, como si hubieras llorado – pregunto Len haciendo resaltar esos detalles y haciendo que todos voltearan a ver.
- Es verdad, ¿Qué te pasa amigo?, ¿estuviste llorando? – pregunto Manta muy preocupado
- No….no sean ridículos – hablo con nerviosismo – porque habría llorado, seguro es porque no hace mucho desperté, y aun tengo algo de sueño, así que me voy a dormir – se despidió para evitar que siguieran las preguntas, no estaba de ánimos para seguir con interrogatorios.
Y así se dispuso a dormir un poco, apartado de los demás por el momento solo quería estar solo, y dormir un poco realmente estaba cansado y esperaba que lo sucedido esa noche se quedara como un amargo recuerdo o como una simple pesadilla.
Definitivamente olvidaría, olvidaría a Hao, o por lo menos aprendería a odiarlo, así sintiera que su corazón se rompiera e mil pedazos lo haría.
Mientras en otro lado, Hao había mandado a llamar a tres de sus fieles seguidoras.
- Nos mando a llamar, señor Hao – hablo respetuosamente hincándose frente a Hao que se encontraba de espaldas, una chica de cabello azul, con una blusa demasiado corta y unos short igualmente cortos, a su derecha se encontraba una chica de cabello anaranjado de ropa negra que debajo tenía una camisa blanca y a su lado izquierdo estaba una rubia de ojos verdes vestía un vestido negro combinado con blanco y unas coletas que eran amarradas por listones de los mismos colores de su vestido.
- Así es, necesito que me hagan un favor - dijo sin voltear a verlas
- Claro, el que usted pida señor Hao
- Necesito que me traigan a algunas personas, por las buenas o por las malas, pero no están en un mismo lugar y las necesito en menos de tres días, podrán hacerlo – pregunto
- Claro que sí señor Hao, usted solo díganos “quienes son y en donde las podemos encontrar” y se los traeremos antes de los tres días
- Bien entonces alístense para salir de viaje van a ir a Japón, y cuando estén listas les diré a quien necesito que me traigan.
- Está bien- dijeron las tres parándose del lugar y yéndose de ese lugar pará comenzar a alistarse para su salida
- Y chicas, cuento con ustedes, no me decepcionen
- Estoy muy feliz de que el señor Hao nos eligiera para algo tan importante – hablo la rubia visiblemente feliz
- Pero quienes serán a los que quiere que traigamos – hablo con curiosidad la chica de cabello naranja
- Dejen de pensar tonterías y apúrense, no podemos decepcionar al señor Hao, pero la verdad ella también tenía curiosidad.
- Si – fue las respuesta de las otras dos
Mientras Hao se encontraba algo pensativo pensando en que muy pronto su plan diera resultados, hasta que una voz lo saco de sus pensamientos.
- ¿Qué es lo tiene en mente?, ¿cuáles son sus planes?, señor Hao – hablo con respeto y curiosidad un niño de piel morena ojos negros y un poco pequeño.
- Vamos Opacho, no seas curioso muy pronto lo sabrás solo espera un poco mas – dijo con una sonrisa