Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Black Clover por carina_mew12

[Reviews - 130]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

>.< perdón por la espera, de verdad lo siento, pero es que...!!

Atemu: ¬¬ te volviste a distraer, verdad??

TT-TT gomen, gomen!!!! así m hicieron, no pude evitarlo!!! buaaaa!!! gomen!!! >.< maldita debilidad por los pasteles y los fics de ZoSan!!!

Ace: pero el pastel estaba muy bueno

-a que sí??? ^^

Atemu: no tienes un capítulo que subir?? ¬¬

- XD sí, cierto... weno, por fin les traje el capi 10... espero les guste, y nos leemos abajo....

10. Vendetta

 

Aquel fuerte dolor le hizo despertar de repente. Se sentó sobre la cama y observó a su alrededor; no se encontraba en su hogar...

- ¿qué hago en la habitación de Malik?- se dijo a sí mismo un muy confundido Ryou, llevándose la mano a su cabeza

- viniste aquí ayer- reveló súbitamente Bakura, apareciendo tras una ligera ventisca y sentándose junto al más pequeño- lo único que hiciste fue vestirte y salir de la casa...

- no recuerdo nada después de eso- se volvió a recostar, mirando hacia el techo-entonces...  escapé de casa...- sonrió levemente, en cierta forma se sentía aliviado, libre... pero sobre todo, feliz...

- aunque aún no entiendo- la voz de su yami lo trajo a la realidad- ¿por qué a casa de Malik?

- bueno... él es uno de mis mejores amigos, lo conozco desde que éramos pequeños. Siempre fue muy amable conmigo- suspiró- creo... creo que a su lado me siento a salvo...- inesperadamente, y con un movimiento rápido, Bakura puso sus brazos y piernas a cada costado de Ryou, quedando sobre él, teniendo cuidado de no tocarlo pero quedando lo suficientemente cerca como para que a su hikari se le acelerara el corazón.

Sus mejillas comenzaron a arderle, Bakura le miraba fijamente a los ojos, escudriñando en su mirada, mientras que una sutil sonrisa adornaba su níveo rostro... pero parecía molesto con algo, ¿a caso había hecho o dicho algo le disgustara? Ambos se quedaron en silencio, contemplándose el uno al otro, hasta que escucharon cómo la puerta de la alcoba se abría, obligando a Bakura a desaparecer...

- ¡Ryou, pequeño! ¡Despertaste!- exclamaba alegre Ishizu, entrando a la alcoba con una bandeja de comida en manos, tras ella iba Malik, mirando expectante al peliblanco- ¿cómo te sientes?

- estoy bien, pero... me duele la cabeza- confesó mientras se sentaba nuevamente y ponía una de sus manos en su cabeza

- por suerte anticipé eso- dejó la bandeja en el pequeño buró y tomó una pastilla que venía sobre ésta junto con un vaso de jugo de naranja- tómate esto, te calmará el dolor

- gracias- tomó la diminuta pastilla y la deslizó por su garganta con ayuda del jugo

- por cierto, Ryou- la morena se puso seria y se acomodó junto al más pequeño- ¿pasó algo?- dijo, pensando que era la forma más sutil de saber por qué había llegado el día anterior de improviso y con aroma a alcohol. Ryou simplemente bajó la mirada, no sabiendo cómo enfrentar la pregunta

- ¿Ryou, estás bien?- terció Malik, con sincera preocupación en el rostro- ¿quieres que llamemos a tus padres o...?

- ¡¡NO, NO LLAMEN A PAPÁ!!- gritó de repente el albino, sobresaltando a los dos egipcios. Ryou comenzó a sollozar- por favor, no lo llamen...- habló, a diferencia de hace unos momentos, en tono apenas audible, como en un susurro- no... lo llamen...- su voz era cortada por el llanto de vez en cuando

- está bien, Ryou- Ishizu sujetó su mano y la apretó contra las suyas- no llamaremos a tu casa, tampoco te obligaremos a hablar de algo que no quieres- le dedicó una cálida sonrisa, haciendo que el llanto de Ryou comenzara a menguar- te escucharemos cuando creas que estás listo

- ¿puedo... puedo quedarme aquí un tiempo?- se talló los ojos con su mano libre, retirando definitivamente sus lágrimas- prometo no dar problemas, incluso puedo ayudar en las labores de la casa; pero déjame quedarme aquí, por favor... no quiero volver a casa...

- no te preocupes, querido. Puedes quedarte el tiempo que quieras- la chica soltó su mano y se puso de pie- tengo que ir a trabajar y Malik a la escuela, supongo que tú no irás- Ryou negó con la cabeza- de acuerdo. Espero no te importe quedarte solo algunas horas

- estaré bien. Muchas gracias- la ojiazul le dedicó una última sonrisa antes de abandonar el cuarto

- espero no te moleste, Malik- profirió Ryou, mirando al mencionado- sé que no me conoces, pero...

- no hace falta fingir, Ryou- le interrumpió el egipcio- ayer estuve revisando unas cosas, y...- se acercó al buró junto a la cama y sacó los tres álbumes fotográficos- me topé con esto... y después de analizarlo un rato, creo que... ustedes no pueden estar mintiendo...

- ¿eso significa...?

- sí, Ryou. Les creo

- ¡Malik!- inevitablemente, Ryou se abalanzó sobre el moreno, abrazándolo vigorosamente; por fin tenía una posibilidad de recuperar a su amigo- ¡Malik, te he extrañado tanto!- algunas lágrimas bajaron por su rostro, esta vez de felicidad

- vamos Ryou, si me sigues abrazando así me vas a dejar sin aire- dijo para quitárselo de encima, no precisamente porque se estuviera asfixiando, sino porque ese contacto comenzaba a alterarle; esa mañana había despertado junto a Ryou mientras le tomaba la mano y ni siquiera recordaba el por qué

- lo siento- el albino lo soltó al mismo tiempo que limpiaba su rostro

- por cierto, Ryou...- Malik dejó dos álbumes a un lado, conservando sólo uno entre sus manos- ¿sabes por qué tengo esto?- le entregó el libro al otro, quien lo miró extrañado

-...- el peliblanco se quedó sin aliento cuando, al abrir el álbum, se encontró con un sinfín de fotografías suyas- ¡son... son mías!- exclamó con todos los colores en el rostro- ¡son mías! Te pedí que me las guardaras- se rió nerviosamente, ¿tanto lo había amado Malik como para tomarle fotografías sin que él lo notase?

- oh, ya veo- habló el moreno ya más calmado- bueno, tengo que irme a la escuela. Cuando vuelva hablamos, ¿te parece?- el albino solamente asintió. Malik le dio la espalda y empezó a caminar a la salida, mas antes de cruzar el umbral, se detuvo- lo siento...- declaró sin virarse a verlo- por... por tratarte tan mal los últimos días... lo siento mucho...- y una vez que disculpó salió de la alcoba y cerró la puerta sin escuchar siquiera la respuesta de Ryou...

***************************

- [[¿cómo fue que terminé así?]]- pensaba atormentado Yugi, acorralado entre la puerta de su alcoba y su yami, quien lo abrazaba y besaba su rostro, su cuello, sus labios, cualquier extensión de piel que no estuviera cubierta por su uniforme- ya... ya no...- suplicaba en susurro mientras sentía sus lágrimas bajando por sus enrojecidas mejillas; colocó sus temblorosas manos sobre los hombros del otro, ordenándose a sí mismo quitarse al mayor de encima, pero su cuerpo hacía todo lo contrario, pues sus manos se aferraban desesperadamente al cuerpo del otro.

Y mientras sentía ligeros espasmos recorrerle el cuerpo, su mente divagaba en el día anterior, justo cuando todo aquello había comenzado...

--Yugi Flash Back-

"No son tus amigos, son traidores..."

Aquellas palabras aún se arremolinaban en sus pensamientos junto con la imagen de Malik y Ryou en la misma cama, pero ¿qué tanto podía confiar en sus ojos? No mucho, seguramente, pues desde que las sombras lo habían engullido, lo único que hacía era sujetar a Atemu, temiéndole a la oscuridad que seguramente le rodeaba...

"Yo, por el contrario, jamás te traicionaré"

Cuando sintió oportuno, abrió sus párpados lentamente, encontrándose de nuevo en su habitación... sin poder evitarlo, las lágrimas se aglomeraron en sus violáceas hombres mientras un terrible dolor le azotaba el corazón... lo único que deseaba era que Malik lo viese con el mismo amor que veía al albino, pero ahora sabía que jamás pasaría... y ahí estaba, aún sin soltar a su yami, pues sentía que si lo hacía se desplomaría en cualquier instante...

Pero, aún sin saber el por qué exacto, su yami le ofrecía un abrazo consolador y caricias reconfortantes... sonrió irónico, ¿qué estaba haciendo? No podía confiar en aquel tipo, no era normal... hizo un intento por apartarse, pero el mayor lo sujetó con más firmeza, besando al mismo tiempo su frente...

- A... Atemu...- le llamó un tímido Yugi, pues era la primera vez que se dirigía a su oscuridad con tal confianza- suéltame... por favor...

- no- objetó firme el más alto sin cambiar su posición- quiero estar así un poco más...- tumbó a su hikari en la cama, quedando sobre él.

Así pasaron toda la tarde y noche, sin separarse el uno del otro, con la mente del más pequeño hecha todo un caos; Malik no le correspondería jamás, sus amigos no eran sus amigos realmente, y lo que más le intrigaba... ¿por qué Atemu estaba haciendo todo eso? ¿Quién era él?... ¿Qué era él?

"Soy tú, Yugi..."

--End Flash Back-

Y ahí estaba el pequeño Yugi, dejándose hacer, pero aún incómodo... todas las sensaciones que le provocaba su yami eran nuevas para él; sus manos le recorrían el cuerpo por sobre la ropa, deteniéndose de vez en cuando en sus pezones, pellizcándolos suavemente mientras que sus labios buscaban los suyos con desesperación; y en cuanto los encontraban, los tomaba fieramente, llevándose todo su aliento...

Ambos tricolores estaban tan centrados en su propio mundo que ninguno notó que, por debajo de la puerta, un fino camino de arena se trazaba y penetraba en la alcoba, serpenteando por todo el suelo y trepando por la pared, acumulándose lentamente hasta formar una esfera que se quedó sobre la cabeza de ambos, esperando...

- ¡¡Yugi!!- le llamó su abuelo desde la cocina- ¡Yugi, el desayuno!

- ¡voy!- el peque empujó por fin al mayor y salió de la alcoba, agradeciendo internamente a su abuelo por la interrupción, si eso hubiera seguido, seguramente... sacudió su cabeza, como queriendo alejar esos pensamientos, y bajó a desayunar.

Atemu, por su parte, se quedó de pie frente a la puerta, en donde momentos antes había tenido a Yugi completamente a su merced, si tan sólo su abuelo no fuera tan inoportuno... pasó su lengua sensualmente por sus labios, humedeciéndolos; sólo un poco más y Yugi sería completamente suyo...  en eso estaba cuando de repente sintió la presencia de alguien más en la alcoba...

Pero la lascivia retrasó su tiempo de reacción; y antes de que pudiera hacer algo, la esfera de arena lo encerró. Marik apareció triunfante, tomando la pequeña esfera de arena entre sus manos; se acercó a la ventana de la alcoba y la abrió de par en par, arrojando la esfera hacia afuera. Regresó su vista a la parte de adentro, viendo cómo el rompecabezas, que estaba sobre la cama, desaparecía... volvió su vista al frente, deshaciendo la esfera que había apresado a Atemu... mirando el rompecabezas emerger de entre ella... El moreno sonrió malicioso, su plan iba a la perfección...

- ¡¡Marik, maldito!!- gritaba enfurecido el tricolor desde el rompecabezas; ahora que los rayos del sol daban de lleno en el rompecabezas, no podía salir- ¡¿qué intentas hacer?!

- sólo entretenerte un poco mientras me deshago de ese mocoso- sonreía malicioso el egipcio, mirando el rompecabezas

- ¡¡no puedes hacer eso!! ¡¡Conoces las reglas!!

- claro que las conozco. Pero no te preocupes, que no seré yo quien me deshaga de él....

- ¡si tanto odias a Yugi, ¿por qué me ayudaste entonces?! ¡¿Por qué me ayudaste a engañarlo?!

- no podía quitarte algo que no te pertenecía en primer lugar- su rostro burlón fue reemplazado por uno lleno de furia-  te dije que no se quedaría así...- habló mordaz- además, la caída duele más cuando se está hasta la cima, ¿no crees?

- sabes que no voy a estar aquí para siempre- le retó airoso el tricolor- en cuanto se oculte el sol...

- para cuando eso suceda, será muy tarde- se rió estrepitosamente alejándose de la ventana.

Su cuerpo se disolvió en la arena que lo componía, escapando del lugar por la comisura de la puerta, trepando por las paredes. En cuanto llegó hasta la cocina, bajó lentamente en un hilo de arena, amontonándose sobre la mesa sin que Yugi se percatase, pues estaba de espaldas a la mesa, sirviéndose un tozón de cereal...

La arena comenzó a tomar forma de un artículo milenario, pero no del habitual cetro, sino del rompecabezas del milenio. En cuanto Yugi se sentó a la mesa a desayunar y vio el rompecabezas ahí, se lo colgó en el cuello, ignorando que traía consigo era sólo una imitación...

***************************

Suspiró pesadamente, preguntándose cuántos recuerdos le quedaban todavía, debía encontrar la solución a sus problemas pronto, debía deshacerse de esos tipos antes de que siguieran dañándoles... Malik iba tan concentrado en sus pensamientos que no notó que había llegado a la escuela, y como por inercia, se dirigió a su salón de clases. Mas antes de llegar a su destino, tropezó con alguien que iba delante suyo, retrocediendo un par de pasos debido al impacto; que si bien no había sido fuerte, lo había tomado desprevenido

- lo lamento- se excusó el moreno con la otra persona, que al final resultó ser su amigo tricolor- ¡Yugi!- estaba claramente contento de ver a su amigo, pero el otro no parecía compartir su alegría, pues ignoró completamente al más alto, siguiendo su camino- ¿Yugi? ¿Qué ocurre?- le siguió hasta el salón de clases, y de ahí hasta el asiento del peque, sin darle mucha importancia a los otros chicos a su alrededor- Yugi, di algo por favor...

- no tengo nada que hablar contigo- respondió secamente, mirándolo

- Yugi, ¿estás bien?- el mencionado clavó su mirada en la del egipcio

- no creo que te importe saber- le dolía el pecho, era cuestión de tiempo antes de que sus lágrimas se derramasen

- ¿de qué estás...?

- ayer... estuviste con Ryou, ¿cierto?- un nudo se le formó en la garganta, apenas y podía hablar- incluso... durmieron en la misma cama...

- ¿cómo lo...?- el moreno cayó de pronto por la sorpresa, Yugi apretó los puños, impotente; aún tenía la vaga esperanza de que lo de ayer hubiese sido un engaño, pero ahora que Malik había "confesado", todo se había ido a la mierda... (N/A ¬¬ perdonen la expresión, pero no encontré otra forma de describirlo)

- buenos días, jóvenes- saludó el profesor mientras entraba al salón, los alumnos respondieron de vuelta y fueron a sus asientos correspondientes- saquen sus libros de texto...

- hablamos luego- susurró Malik yendo hacia su lugar. Colocó su mochila sobre la banca y comenzó a buscar en ella, notando hasta ese momento que algo le faltaba- [[¿en dónde está el cetro?]]...

**************************

Mientras, en casa de Malik...

Ryou tomó prestada algo de ropa de Malik y se metió a la ducha, necesitaba despejar su mente... abrió la llave y se colocó debajo del chorro de agua caliente; pasó sus manos por su níveo cabello y miró hacia arriba, mojando su rostro... todo había sido tan repentino; su padre lo había entregado a esos sujetos, iban a abusar de él... cerró sus ojos con fuerza, quería olvidar lo ocurrido, ahora estaba mejor, estaba con Malik... el egipcio siempre cuidaba de él... sonrió levemente, recordando los viejos tiempos; y pensar que el día anterior Malik lo seguía odiando...

Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero, obligándole a abrir los ojos, sintió que alguien le miraba... se dio la vuelta, encontrándose de frente con Bakura. Éste puso sus brazos a cada costado de su hikari, aprisionándolo...

- ¿qu... qué... haces...?- Ryou se puso nervioso y se sonrojó violentamente... el aire frío que despedía su yami enfriaba el agua antes de que cayese, haciendo su piel estremecer cada vez que una gota fría de agua tocaba su cuerpo,... y ahí estaba, desnudo, mojado y tembloroso ante la inquisitiva mirada de Bakura, quien no le había quitado la vista un solo instante- no... no me...- se cubrió la entrepierna con las manos, avergonzado

- déjame ver- exclamó de repente su yami, sorprendiéndolo- déjame ver...- repitió, examinándolo de pies a cabeza para luego regresar al único punto que Ryou mantenía cubierto.

El albino se puso aún más rojo al escuchar al otro decir tal cosa, tragó saliva y buscó la mirada de Bakura, estaba atento a cualquier movimiento que hiciese, sin apartar la vista por completo de su objetivo principal.

- ¿por qué... quieres verme?- articuló apenas el más pequeño

- porque... te deseo...- y no era mentira, deseaba poseer aquel frágil cuerpo, besarlo y saborear cada milímetro de esa pálida piel; deseaba probar sus labios, embriagarse con ellos; deseaba hacer tantas cosas, pero desgraciadamente sólo podía mirarlo. Era una verdadera lástima no poder disfrutar de aquel bello y joven cuerpo

- ¿tú me...?- su corazón dio un vuelco en cuanto lo escuchó, ¿era un sueño? No, no lo era, el agua fría se lo indicaba... pero a pesar de que el agua helada perlaba su cuerpo, no sentía otra cosa más que calor. Retiró sus manos tímidamente, pegándolas a la pared del baño, dejando expuesta su entrepierna a la mirada de su yami; su corazón estaba a mil y el calor de su cuerpo le hacía difícil la respiración...

- te ves hermoso, mi pequeño Ryou- musitó el mayor, disfrutando del cuerpo desnudo que tenía frente a sí, prácticamente profanándolo con su sola mirada; estudió cada rincón de él hasta que llegó a la parte sur, donde depositó toda su atención

- ¡no me mires así!- replicó el albino al sentir aquella mirada cargada de deseo. Bakura se inclinó un poco más, dejando sus rostros a tan poca distancia que Ryou podía sentir el aliento frío de su yami sobre sus labios- estás muy cerca...

- ¿no te gusta que esté así?- habló divertido Bakura, haciendo que sus palabras chocaran directo en los labios del otro

- e... es que... no es justo...- el cálido aliento de Ryou se hizo visible gracias al frío que le rodeaba- aunque quiera... no puedo... besarte...- esto último lo dijo tan bajo que el otro apenas había logrado oírlo.

¿Había escuchado bien? ¿Quería besarlo?... ¿por qué el destino lo torturaba de esa manera? Ryou le rogaba con la mirada que lo tocase y era lo único que no podía hacer...

Un estornudo lo despertó de su asombro, el pequeño Ryou tiritaba de frío. Le dedicó una sutil pero hermosa sonrisa antes de regresar al artículo, permitiendo al fin que el agua caliente fluyese de nuevo...

**************************

Malik miraba de cuando en cuando al tricolor, preguntándose qué sucedía; Yugi estaba actuando por demás extraño, sin mencionar que sabía algo que se suponía nadie excepto el moreno debía saber... miró su reloj y después a Yugi, en 10 minutos más podría hablar con él...

Yugi se levantó de su lugar y abandonó el salón, diciéndole a su profesor que tenía que usar el sanitario. Pero en vez de ir a dicho lugar, Yugi fue a la bodega del gimnasio, pues sabía que a esa hora no habría nadie ahí. Una vez dentro, el peque se sentó en un rincón y dejó fluir su dolor en forma de lágrimas

- ¡ya no puedo! ¡No puedo!- exclamaba Yugi desesperado- ¡no quiero que me mire así! ¡No quiero que se preocupe por mí!... ¡si me mira así,... siento una leve esperanza de que se fije en mí, pero no lo hará!- se cubrió el rostro con sus manos- ¡¿por qué no puede amarme como yo a él?!

- no te tortures más, mi niño- escuchó decir a su yami, o mejor dicho, a Marik imitando a su yami- debes aceptar la verdad, Malik no siente ni sentirá nada por ti...- se puso a su altura y lo rodeó con sus brazos, justo como el verdadero lo haría.

- [[algo no está bien]]- pensaba el tricolor mientras correspondía el abrazo; no era lo mismo, se sentía diferente... no era el mismo reconfortante y cálido abrazo de antes. Abrió sus ojos y miró a su alrededor por encima del hombro de Atemu; al dirigir su mirada hacia la única ventana del lugar, vio que los rayos del sol penetraban en el cuarto, dando directo a la espada de su yami- ¡tú... tú no eres Atemu!- dijo de pronto, soltándose del agarre

- vaya, creí que eras más estúpido- habló con su verdadero tono de voz mientras sus ojos cambiaban de carmesí a un tono violáceo. Pronto todo su cuerpo empezó a cambiar ante la incrédula mirada de Yugi; su cuerpo se hizo ligeramente más alto y fornido, su piel se tornó tostada y su cabello cambió totalmente de estilo y color, quedando la figura de Marik como resultado

- ¿qué haces aquí?- Yugi retrocedió instintivamente, podía sentir el peligro

- quitarte de mi camino- extendió su brazo y colocó su mano sobre la cabeza del tricolor, envolviéndolo en una trampa de arena...

**************************

Para cuando Yugi abrió los ojos, estaba dentro de una estrecha habitación con una sola salida, la cual era bloqueada por Marik, quien lo miraba con desdén...

- ¿en dónde estoy?- el peque estiró sus brazos, topando directamente con pared hacia ambos lados, era un cuarto realmente estrecho

- en el lugar que será tu tumba- respondió el moreno con una satírica sonrisa adornándole el rostro- lamentablemente no puedo ponerte una mano encima, pero eso no me impide dejarte en un lugar donde te pueda suceder un "accidente"

- ¡déjame salir!- Yugi quiso ponerse de pie, mas el mayor lo empujó con una mano, haciéndole retroceder- ¿qué piensas hacerme?

- como te dije, no puedo hacerte nada. Aunque si quieres saber... estamos en una casa abandonada que será demolida en algunas horas- cerró la puerta y la aseguró- y tú desaparecerás junto con ella- con ayuda de una enorme mano de arena, colocó un pesado mueble frente a la puerta, asegurándose de que el tricolor no pudiese escapar...

Abandonó el lugar y regresó al lado de su hikari; su plan no podía tener falla alguna... nadie sabía el paradero de Yugi y Atemu no lograría llegar a tiempo para ayudarle, se había salido con la suya...

- ¡no! ¡Espera! ¡Sácame de aquí!- gritó aterrado Yugi, golpeando la puerta. El lugar estaba completamente oscuro, por lo que comenzó a buscar un interruptor; tanteó las paredes pero no encontró nada, levantó las manos y por suerte dio con un cordón que haló, encendiendo un foco... estaba dentro de un viejo armario.

El pequeño foco parpadeó antes de apagarse, dejándolo en penumbras otra vez; quiso volver a encenderlo pero no lo logró, el foco se había fundido. No le agradaba le oscuridad, y ahora no tenía a quién aferrarse... ¿por qué su yami no estaba ahí? Golpeó nuevamente la puerta y las paredes, intentando por todos los medios salir, pero no tenía la suficiente fuerza como para abrirse camino...

Derrotado, se sentó en el suelo, quizá si esperaba alguien llegaría a ayudarlo. Pero el tiempo pasaba y nadie llegaba,... transcurrían las horas y el tricolor seguía ahí, sollozando mientras se repetía que todo estaría bien, que probablemente Malik o Atemu lo rescatarían, que dentro de poco podría ver la luz del sol otra vez...

Escuchó bastante ruido provenir de afuera, por lo que se puso de pie y pegó su oreja a la puerta, escuchó voces y lo que parecían máquinas; estaban a punto de demoler el viejo edificio. Intentó gritar, pero el escándalo no permitía que su voz llegara a oídos de los trabajadores...

- ¡por favor, ayuda! ¡Ayúdenme!- decía mientras golpeaba la puerta, tratando de llamar la atención- ¡Ayúdenme!- otro estruendoso ruido le paralizó el cuerpo entero; algo acababa de golpear alguna pared cercana; la demolición estaba empezando- ¡no, por favor! ¡Sáquenme de aquí!- un fuerte temblor lo sacudió, la primer pared acababa de caerse- [[no, no quiero morir, no quiero morir...]]- el edificio seguía cayéndose a pedazos, nada podía hacer- [[¿en dónde estás Malik?... Atemu...]]... ¡Atemu!- le llamó a gritos- ¡Atemu! ¡¡ATEMU!... ¡¡MI... MI ALMA TE PERTENECE!!

Continued...

Notas finales:

weno, mis queridos lectores, quiero que me respondan esta pregunta: qué tan buena soy para darle un giro a la trama?? ¬u¬

Yugi: -desde el armario- >.< deja las preguntas para luego!!! sáquenme de aquí!!!!

^^U gomen Yugi, pero te quedaas ahí hasta el capi 11...

Yugi: TT-TT que cruel!!!! quiero salir!!! Atemu!!!!

Atemu: waaa!!! ya voy Yugi!!!

Ace: ¬¬ que no oíste??- lo detiene- se tiene que quedar ahí hasta el siguiente capi

Atemu: ##¬¬

siento peligro ¬¬U mejor me voy... eso ha sido todo por ahora, por favor no m vayan a matar >.<... Ace, nos mudamos a Mercyful Fate, necesito tu ayuda...

Ace: mi ayuda?? para qué??

XD necesito de tu escultural cuerpo para la inspiración

Ace: O////O

espero sus reviews, y hasta el siguiente capi!!!

bye bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).