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Black Clover por carina_mew12

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Notas del capitulo:

TT-TT no me asesinen!!! no me asesinen!!!

En verdad lamento tanta espera, pero esq tuve exámenes... y en el grado académico en el que estoy, los exámenes no son de contestar preguntas y listo (aunque sí hay), además tengo que hacer escritos, ensayos, críticas, proyectos, etc y todo eso me absorbe la imaginación; me quedé estancada un rato, y sumándole lo fácil que me distraigo, pues ya sabrán... en fin, les traje al fin el capi 14, no digo más, a leer!!

P.D. ¬w¬ nos vemos abajo...

14. The Judgement of Osiris

Ese día fue laborioso. Entre acomodar cajas, mover muebles, limpiar el polvo, lavar los pisos y demás, se les había acabado su sábado. Ya era de noche, por lo que decidieron quedarse en la nueva casa de los Motou a descansar; ya tendrían tiempo mañana para terminar con la mudanza.

Después de la cena, Malik se metió a la ducha, deseando quitarse toda la suciedad que tenía impregnada. Se desvistió lánguidamente y se metió bajo el chorro del agua caliente, dejando que recorriera cada milímetro de su cuerpo. Lavó su cabello para después tomar una esponja y limpiar su morena piel; talló con delicadeza desde sus hombros hasta su antebrazo, en donde encontró un rasguño. Dejó su labor y lo miró detenidamente, quizá se lo había hecho mientras movía algún mueble... masajeó la zona herida con dos de sus dedos, tratando de medir la gravedad de la lesión... dolía un poco, pero no impedía que realizara sus labores del día siguiente.

- aquella vez...- murmuraba para sí, observando la herida de su brazo- dolió mucho más- dijo recordando el frenesí de lujuria que había vivido con su yami... sin poder evitarlo, el calor se apoderó de él, seguido de una sensación de necesidad. Gruñó molesto al descubrirse pensando en el momento que consideraba el peor de su vida. Cerró el grifo del agua, secó su cuerpo y se vistió con la ropa limpia que le había llevado su hermana.

Caminó sigiloso por los pasillos; Ryou, Yugi y el abuelo de éste último probablemente ya dormían. Pasó junto a la habitación del albino y luego frente a la alcoba que Salomon compartía con su nieto. Al llegar a la habitación designada para él, entró y se recostó en la cama, buscando calidez para conciliar el sueño.

Estaba más cansado de lo creyó, se quedó dormido en cuanto su cabeza tocó la almohada. Su sueño parecía normal y tranquilo hasta que una ola de arena sepultó todo, dejando sólo desierto a su alrededor. Recorrió las dunas, sabiendo que no encontraría una salida; no importaba cuánto gritara, nadie lograba escucharlo...

Soledad... un intenso sentimiento de soledad seguido de una incontrolable angustia fue lo que sintió al verse perdido en ese sitio... hasta que alguien lo abrazó por la espalda. No podía ver su rostro debido a la posición pero, al juzgar por aquellos bronceados brazos y la calidez que emitían, no fue difícil adivinar que era Marik... sin embargo, tan repentinamente como habían aparecido, esos brazos comenzaron a desmoronarse en fragmentos de arena, cayendo al suelo y mezclándose con las parduscas dunas bajo sus pies. En cuanto se dio la vuelta se vio solo de nuevo, con un montón de arena frente a él que pronto se propagó con el viento hasta desaparecer...

Despertó agitado, aún con aquella horrible sensación en el pecho; ¿qué significaba aquel sueño? Volvió a recostarse, masajeándose las sienes, seguramente ya empezaba a enloquecer...

************************************

La noche siguiente fue igual, aquel desierto invadió sus sueños mientras que su yami, literalmente, se desmoronaba a sus pies... después de eso no pudo volver a dormir en toda la noche. Se levantó en cuanto hubo luz de día y fue a la cocina a beber un poco de café mientras intentaba ordenar su mente. Desde que tuvo aquel sueño, no podía sacarse a su yami de la cabeza, lo único que hacía era mirar el cetro del milenio y preguntarse qué ocurría en su interior...

- estúpido pervertido...- murmuró al cetro del milenio, el cual hacía girar entre sus dedos. Dio un largo y profundo suspiro y apoyó su cabeza en la mesa sin dejar de ver su artículo

- vaya, ese fue un gran suspiro- dijo risueña una voz tras él

- ¡hermana!- profirió alterado, elevando la mirada y guardando el cetro en su lugar habitual

- buenos días Malik- la chica se sentó a su lado y lo miró con cariño- ¿a qué se debe tanto suspiro?

- ehh... yo... creo que sólo estoy cansado...- se excusó evitando la curiosa mirada de Ishizu, bebiendo un poco de su café

- oh, qué extraño. Ese suspiro no me sonó a cansancio... más bien pareciera que extrañas a alguien; quizá... ¿una novia?- el egipcio casi escupe el café al escuchar lo que decía la ojiazul

- ¿q... qué?- el sonrojo le subió hasta las orejas, ¿a caso su hermana le estaba diciendo que...?

- que estás enamorado, pequeño ^^

-...- ¿enamorado? La sola palabra le daba escalofríos, pues, por alguna razón, cuando la escuchaba, Marik se le venía a la mente. Sentía que el calor de su rostro le asfixiaba y la sonrisa de la morena lo hacía ponerse más nervioso- te... tengo que prepararme para la escuela...- bebió el resto de su café de un trago y subió a su alcoba, rogando que su hermana se equivocara

No podía estar enamorado de Marik, simplemente no podía... les había causado tantos problemas "que yo mismo provoqué al hacer ese ritual"... había abusado de él "aunque yo se lo permití"... ¡era un hombre! No, ni siquiera estaba seguro de que fuera humano, pero "quiero verlo" aquella molesta voz en su mente seguía defendiendo a aquel engendro... no lo soportaba más, tenía que verlo de nuevo para aclarar todo, y para eso... "Tengo que traerlo de vuelta..."

Terminó de arreglarse y bajó a la cocina, en donde aún estaba su hermana, terminando de servir el desayuno.

- oh, regresaste pronto- comentó la morena al percatarse de la presencia de su hermanito.

- sí, no quiero llegar tarde- se sentó a la mesa y tomó sus cubiertos- umm, Ishizu, ¿puedo quedarme en casa de Yugi esta noche?

- no lo sé Malik, mañana hay escuela...

- pero... pero es que... desde que Ryou se queda en casa de Yugi, me he sentido un poco solo, así que pensé que los tres podríamos hacer algo hoy en la noche...

- bueno...- meditó un poco- podrías ir mañana a la escuela con Yugi...

- ¡sí! Puedo llevarme mis cosas y todo

- hoy en la tarde pensaba ir a casa del Sr. Motou, va a mostrarme su biblioteca, ¿qué te parece si te dejo allá entonces?- el moreno no hizo más que asentir, al parecer podía llevar a cabo su plan...

*******************************

Esa misma tarde, Malik y su hermana fueron a la nueva residencia Motou...

- bienvenidos- exclamó Salomon dejando pasar a los recién llegados

- ¿en dónde están Yugi y Ryou?- inquirió ansioso el egipcio

- oh, Ryou le hace compañía a Yugi, está un poco enfermo- eso explicaba el por qué Malik no había visto al peque en la escuela

- entiendo, ¿puedo verlo? Le ayudaré con la tarea

- claro- y mientras Malik iba en busca de sus amigos, su hermana y el abuelo fueron a la biblioteca.

Malik abrió la puerta de la habitación del tricolor, entrando con sigilo. Saludó con una sonrisa a Ryou, mas éste salió de la alcoba en cuanto lo vio, era obvio que seguía molesto después de su última discusión; quizá el peque hubiera hecho lo mismo de no ser porque estaba dormido sobre su cama. El moreno se acercó a su amigo y tocó su frente, tenía fiebre, sin embargo, su cuerpo no dejaba de temblar. Lo único que pudo hacer fue desearle una pronta recuperación y salió, no quería despertarlo.

Pasó el resto de la tarde vagando por la casa y evitando a Ryou hasta que llegó la cena. Al terminar la comida Ishizu se marchó y su hermano fue directo a la habitación que había usado unos días atrás. Se recostó en la cama y empezó a hacer su tarea, dejando las horas pasar....

Pronto el reloj anunciaba las dos de la mañana, era el momento ideal para seguir con lo que tenía planeado. Salió de la alcoba y, cual silencioso ladrón, se escurrió por los pasillos de la casa hasta que llegó a la biblioteca; giró la perilla y abrió lo más despacio que pudo para que el crujir de la madera no alertara a nadie. Encendió la luz y no pudo hacer otra cosa más que asombrarse, la biblioteca de su casa no era nada comparada con la cantidad de libros, pergaminos y documentos que había ahí; filas y filas de libros, uno tras otro, parecían no tener fin.

- ¿cómo voy a encontrar ese libro?- se preguntó en un susurro. De pronto, un sonido al fondo de la habitación lo regresó a la realidad. Volvió a apagar la luz y, a tientas, siguió aquel sonido, dispuesto a averiguar quién o qué lo provocaba.

Al llegar al supuesto origen del ruido, éste desapareció inesperadamente, y una sombra corriendo le advirtió que no estaba solo ahí. Siguió a aquella figura con la mirada, se dirigía a la salida, por lo que se apresuró a alcanzarla, no permitiría que se alejara... alcanzó a sujetar a "eso" que trataba de huir de la biblioteca antes que llegara a la puerta; pero justo en ese instante, la puerta se abrió y la luz se encendió... cerró momentáneamente sus ojos, y al abrirlos, parpadeó un par de veces, aún incrédulo de lo que veía...

- ¿R-Ryou?- profirió dificultosamente, soltando el brazo del mencionado.

- ¡Malik!- el albino estaba igualmente impresionado al ver a su amigo ahí. Ambos se viraron hacia la puerta, encontrándose con Yugi, quien apenas podía permanecer de pie.

- ¡Yugi!- dijeron al unísono yendo junto al más pequeño, el cual parecía que colapsaría en cualquier instante. Malik lo cargó en brazos y lo acomodó en una silla de madera

- ¿qué haces fuera de la cama?- dijo el moreno con suavidad, a pesar de estar reprimiéndole- no me digas,... viniste a buscar ese libro, ¿cierto?- el peque sonrió simplemente

- eso me recuerda- terció el peliblanco- Malik, ¿qué haces aquí?

- b... bueno...- su voz se quebró en nerviosismo, ¿qué excusa daría ahora?

- ¿a caso...- las palabras de Yugi apenas y se escuchaban-...también viniste por el libro de hechizos?

- ¡no!... yo no... no...- su rostro enrojeció considerablemente al sentir las miradas de sus amigos- yo sólo... sólo quería asegurarme de algo...- respondió apenado

- quieres que vuelva- habló Ryou con una sonrisa para calmarlo; el egipcio sólo pudo asentir, aún con la vergüenza en su rostro- entonces, ¿nos ayudarás?

- no puedo... no sé cómo...

- no te preocupes, primero busquemos el libro y luego veremos qué hacer, ¿te parece?

- está bien. Pero Yugi tiene que volver a la cama- una vez que su petición fue cumplida, Malik y Ryou regresaron a la biblioteca a buscar aquel libro negro con detalles dorados que habían encontrado aquel día.

Sin embargo, no era una tarea sencilla, buscar un libro en esa biblioteca era como buscar una aguja en un pajar; ¿cómo se las había ingeniado el abuelo de Yugi para acumular semejante cantidad de escritos? Además, cabía la posibilidad de que el libro que buscaban no tuviera la misma apariencia que conocían, después de todo, pudo ser una de cientos de copias... quizá en esa biblioteca no tendría el mismo color, ni siquiera la misma forma, y sumando que ninguno de los 2 entendía egipcio, ¿qué podían hacer entonces?

- ¿y si le preguntamos al Sr. Motou?- sugirió el albino mientras cerraba su enésimo libro.

- ¿y qué le diríamos? ¿"Sr. Motou, nos puede ayudar a buscar un libro de magia negra?"- habló irónico- "Lo que pasa es que Malik olvidó cómo leer egipcio, así que creímos que usted podría hacerlo por él"

- lo entiendo sin el sarcasmo- dijo ofendido- sólo hacía una sugerencia

- lo siento, estoy un poco agotado- se talló los ojos y bostezó- mejor seguimos mañana- Ryou no tuvo opción más que aceptar y ambos fueron a la cama por esa noche.

*********************************

Esa misma mañana, mientras Malik estaba en la escuela, Ryou y Yugi fueron a la biblioteca una vez más, éste último aún en deplorable estado debido a la enfermedad de la cual ningún médico había encontrado explicación. El peque ayudaba como podía, sin hacer mucho esfuerzo, mientras que el peliblanco revisaba exhaustivamente libro por libro, página por página, esperando encontrar las mismas imágenes que había visto en el primero.

- oye, Ryou- le llamó el tricolor- ¿cómo es que encontraste ese libro la primera vez?

- no lo sé- profirió sin detener su tarea- estaba buscando algo para la tarea de sociología cuando lo vi; algo en él llamó mi atención y quise leerlo

- ¿por qué no haces lo que aquella vez?- Ryou despegó su mirada del papel para ver al peque- ¿por qué no buscas un libro que te atraiga? Yo lo intentaré también

- vale, pero no te esfuerces mucho- el albino empezó a caminar entre los estantes, buscando algún libro que lo "llamara", mientras que Yugi se ponía de pie y, a paso lento, hacía lo mismo.

Revisaron entre varias opciones, pero ninguna era lo que buscaban. Estaban contemplando seriamente en pedir ayuda al Sr. Salomon, pero sabían que Malik no se los permitiría, así que siguieron escudriñando entre la montaña de libros hasta que llegó la hora de la comida, cuando el abuelo de Yugi volvía. A la comida se unió Ishizu y su hermano, la chica curiosa de leer más de aquella biblioteca, y Malik quería seguir con su búsqueda, argumentando a su hermana que quería estar con sus amigos un  poco más. Debido a que Ishizu y el abuelo ocuparon la biblioteca el resto de la tarde, los hikaris no pudieron entrar hasta la noche, cuando el abuelo dormía y la joven había regresado a su hogar.

- Yugi, te dije que te quedaras en tu alcoba- le reprendía Malik en voz baja mientras los tres se dirigían a la biblioteca

- no puedo, quiero ayudarlos- el peque se sostenía de las paredes para avanzar- además, si somos tres será más rápido

- sí, pero...

- shhh- les silenció Ryou, pues su tono de voz empezaba a ser más fuerte. Se detuvo frente a la biblioteca y abrió la puerta con cautela antes de entrar, los otros dos lo siguieron.

El peliblanco se adelantó, perdiéndose en los pasillos. En tanto, Yugi y Malik revisaban otro rincón de la biblioteca; no obstante, el más pequeño empezó a sentirse mareado y de repente cayó arrodillado al suelo, esforzándose por respirar. El egipcio corrió a su auxilio, ayudándole a levantarse

- ¿ves? Por eso dije que permanecieras en tu alcoba- repentinamente, escucharon un fuerte estruendo al final del cuarto- ¿y ahora qué?

- creo que algo se cayó

- ¡Ryou!- exclamó en cuanto advirtió que el albino estaba solo y fue en su busca. Yugi sonrió dolido mientras algunas saladas lágrimas resbalaban por su rostro; aún en esos momentos, la prioridad de Malik seguía siendo el albino, y él... ni siquiera estaba seguro de tener el segundo lugar...

- Atemu- musitó entre sollozos, dejando que su llanto mojara su rompecabezas del milenio, el cual aún colgaba de su cuello...

******************************

Malik buscó pasillo por pasillo hasta que encontró un montón de pergaminos regados por el suelo, y entre ellos, Ryou intentaba ponerse de pie.

- por dios Ryou, ¿ahora qué hiciste?- se acercó a él y le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie

- sólo intentaba alcanzar ese pergamino- dijo, señalando el último papiro que quedaba sobre el estante. Inesperadamente, una extraña sensación se albergó en el pecho del moreno- ¿Malik, qué pasa?- preguntó al ver su expresión

- no lo sé... es como... como un deja-vú...

- ¿un deja-vú?- Ryou recordó todo en un instante- ¡eso es! ¡Malik, así encontré el libro la primera vez!

- ¿qué?

- estaba intentando alcanzar el libro cuando todos los libros que estaban en la repisa se me cayeron encima...

- es una locura...- tomó el único pergamino del estante y lo extendió en el suelo- ¿cómo es que...?- no podía creerlo- ¡es éste!

- ¿en verdad?- inquirió emocionado

- aún no estoy muy seguro, se parece...- enrolló nuevamente el pergamino- llevémoslo a mi alcoba, hay algo que quiero revisar- el peliblanco asintió y después de acomodar los demás pergaminos lo mejor que pudieron, se reunieron con Yugi y fueron a la habitación del egipcio

- ¿realmente lo encontraron?- dijo Yugi mientras Malik lo depositaba en la cama

- ya te dije que no estoy seguro, tengo que revisar algo primero- el egipcio tomó su mochila y de ella sacó el libro de conjuros que habían encontrado primero. Pasó las páginas hasta llegar a las hojas que contenían el ritual que habían hecho y después extendió nuevamente el pergamino en el suelo, comparando las letras iniciales- no hay duda, las letras coinciden...

- entonces...

- sí, este es. Pero... hay algo extraño...

- ¿qué pasa?

- puedo leerlo...

- ¡¿qué?!- sus amigos le miraron atónitos

- bueno, no es que pueda leerlo... de alguna forma entiendo lo que dice... aunque no es lo mismo con el libro... ¿por qué sólo puedo leer éste?

- es extraño- dijo el tricolor, colocándose a su lado- yo los veo iguales

- no... este se ve como papel normal- explicó Malik señalando las páginas del libro- pero el pergamino... es como si las letras brillaran...- el peque y Ryou miraron también, ellos no veían ese "brillo" que mencionaba el egipcio

- entonces... ¿qué hacemos?

-...- Malik miró la palma de su mano derecha, abriéndola y cerrándola varias veces antes de tomar su cetro del milenio, el cual aún llevaba escondido en la parte trasera de su pantalón. Retiró la pequeña punta del artículo, revelando la su verdadera naturaleza, una daga.

Hundió la fina punta en la palma de su mano, haciendo una herida transversal en ésta, por lo que la sangre no tardó en brotar; cerró su mano, empapándola completamente del tibio líquido carmesí, y colocó su palma sobre el pergamino, justo encima del dibujo de su cetro del milenio,... la sangre se impregnó en el papiro, dejando marcada la palma de Malik. Retiró su mano y, con uno de sus dedos, quitó un poco de sangre, dibujando en la mancha el ojo que adornaba los artículos del milenio

- el ojo de Horus, símbolo del renacimiento...- murmuró antes de virarse hacia sus amigos, dándoles a entender con la mirada que tenían que hacer lo mismo.

Yugi extendió su pálida y débil mano hacia el moreno, quien abrió una herida en su palma derecha con su daga, dejando que la sangre corriera por ella. El peque plasmó su huella en el pergamino y dibujó el mismo símbolo con su dedo. Con Ryou hizo exactamente lo mismo, aunque fue un poco más difícil, pues el albino estaba renuente a ser herido.

En cuanto las tres huellas quedaron sobre el pergamino, los hikaris colocaron el artículo sobre ellas y esperaron... su sangre comenzó a expandirse en el papel, formando un triángulo que unía las tres huellas; pronto el rojo se volvió dorado, iluminando todas las letras del pergamino y los artículos del milenio... una sombra emergió por debajo del papiro, trepándose por las paredes cual enredadera, hasta que tiñó toda la habitación de negro, sumergiéndolos en la penumbra; mas la oscuridad no duró mucho tiempo, las sombras se fueron retirando, pero al ver a su alrededor notaron enseguida que tanto el pergamino como sus artículos habían desaparecido, y que además no estaban en la habitación  de Malik...

Era un largo corredor con jeroglíficos egipcios plasmados en la pared, al cual no se le veía ni principio ni fin, pues a ambos extremos, todo permanecía oscuro. Se escucharon unos pasos al final del corredor; sin saber a qué lado voltear, los tres permanecieron alertas hasta que la figura de alguien emergió del fondo del pasillo... mientras más se acercaba, aquella sombra tomaba más forma, un hombre con la cabeza negra de un chacal, sosteniendo un cetro en la mano...

- esto no es posible...- dijo Malik en cuanto la imponente figura se paró frente a ellos, observándolos con sus penetrantes ojos rubíes. Pasó de largo junto a ellos, siguiendo por el corredor, por un momento pensaron que estaban a salvo, mas al escuchar un sonido metálico y mirar hacia abajo, encontraron cadenas en el suelo que terminaban justo en el pecho de cada uno. Las cadenas comenzaron a tensarse, por lo que no tuvieron otra opción más que avanzar tras aquel ser, que ellos reconocieron como la figurilla de Yugi, el Dios del inframundo... Anubis...

Una enorme puerta dorada se abrió ante ellos, mostrándoles una amplia sala igualmente adornada con jeroglíficos tanto en las paredes como en los enormes pilares que sostenían el techo. A ambos lados de la sala había una especie de audiencia conformada de extraños seres, quienes los miraban inquisidores mientras eran dirigidos al frente de la sala, donde había un enorme trono adornado de piedras preciosas, y frente a él, una enorme balanza de oro puro; y entre el trono y la balanza estaba el pergamino extendido en el suelo, con los tres artículos del milenio sobre él.

Al lado del trono había una puerta, la cual no tardó en abrirse, tras ella apareció un hombre con máscara verde y un tocado blanco sobre la cabeza, con las manos cruzadas en el pecho, sosteniendo un cayado en una y un látigo en la otra; tras él caminaba un hombre con la cabeza de un ave con un largo y delgado pico, sosteniendo una tablilla entre sus manos. Al final venía una extraña criatura, mezcla de cocodrilo, hipopótamo y león.

El hombre momificado se sentó en el trono, mientras que el de cabeza de ave se situaba al lado suyo y se preparaba para escribir. La extraña criatura con cabeza de cocodrilo se colocó justo debajo de uno de los platillos de la balanza, esperando.

- ¿qué es esto? ¿En dónde estamos?- hablaba temeroso Ryou, sujetando la mano del egipcio. Yugi estuvo por responder, pero Malik le pidió no decir nada con un ademán; no quería que el albino, el único que no entendía lo que pasaba, se asustara más.

- todo estará bien- trató de animar el moreno a los otros dos, estrujando las manos de ambos chicos con las suyas. Si todo iba bien, saldrían intactos de esa situación.

Anubis dio un golpe con su cetro en el suelo, ordenando silencio. Pronunció algo en egipcio antiguo, palabras que sólo Malik, de alguna forma, supo interpretar:

"No he cometido iniquidad respecto de los hombres; no he matado a ninguno de mis parientes; no he mentido en lugar de decir la verdad; no tengo conciencia de ninguna traición; no he hecho mal alguno; a nadie he causado sufrimiento; no he sustraído las ofrendas a los dioses..."

Y después de pronunciar aquello, tiró de las cadenas que sujetaba, separando a los tres chicos de sus oscuridades. Aquellos no parecían sus yamis, sus cuerpos eran brillantes y traslúcidos, como fantasmas frente a ellos... pero lo más impactante era aquel palpitante bulto rojo alojado en su pecho... un corazón que era visible gracias a su incorporeidad...

- ¿qué han hecho?- pronunció tristemente Atemu, mirando a su hikari. En su mirada no veían más que profunda tristeza, dolor... sufrimiento... sus lágrimas escarlata no tardaron en hacerse presentes, dejando más que evidente su profunda melancolía- lo lamento tanto...- Yugi y los otros no hacían más que mirarles intrigados, esperaban ver a sus yamis felices, sin embargo su semblante era todo lo contrario; parecía como si estuvieran sufriendo la más cruel de las torturas...

El dios del inframundo tiró una vez más de la cadena, haciendo que los yamis desaparecieran y, en cambio, la energía luminosa de la que estaban hechos rodeara los corazones, iluminándolos. Anubis sostuvo los tres corazones en su mano y se paró frente a la balanza dorada, depositando una pluma en uno de sus platillos; después se paró junto al otro platillo y miró al hombre sentado en el trono.

Yugi, Ryou y Malik pasaron a ser meros espectadores de la extraña escena, el ser en el trono hablaba mientras que el sujeto parado junto a él escribía incansablemente... las voces de las demás criaturas también se escucharon, y mientras hablaban, señalaban a los tres jóvenes con desdén...

"¡Son simples humanos, no merecen la eternidad!" escuchaba Malik entre tanto bullicio

"¡Leyeron el conjuro prohibido! ¡Convocaron al maligno! ¡No tienen salvación!"

"¡Tienen que morir!"

"¡Están malditos!"

"¡Se levantaron contra los dioses!"

 

A pesar de entender lo que decían, Malik no comprendía ni una sola palabra, ¿qué se supone que habían hecho? ¿por qué estaban ahí?

 

"¡Egoístas!", "¡Mentirosos!"

"¡Cobardes!",

"¡Demonios!"

"¡Que mueran!", "¡Que mueran!", "¡Que mueran!"

 

 Otro golpe del cetro de Anubis silenció a los presentes. El sujeto al lado del trono, con una reverencia, le entregó la tablilla en la que había estado escribiendo todo el rato al hombre del rostro esmeralda, quien, tras leer el escrito, se puso de pie y dio una orden batiendo su látigo, señalando la balanza. Anubis levantó el brazo que sostenía los tres corazones y los dejó caer sobre el platillo que aún seguía vacío... ambas partes se balancearon violentamente, buscando el equilibrio, mientras la criatura debajo de ellas, con la lengua de fuera y sus fauces abiertas, dejaba caer la saliva de su gran hocico, saboreando el manjar que estaba a punto de saborear...

La balanza comenzaba a equilibrarse, mas el peso del lado de los corazones fue mayor, provocando que el platillo donde descansaban se inclinara más de la cuenta... Malik cerró los ojos, aquella desagradable criatura estaba a punto de devorar sus corazones...

Esperó a que algo ocurriera, algún ruido o señal que le indicara que todo había acabado... sin embargo la señal jamás llegó... abrió sus ojos, encontrándose con un lugar completamente distinto al de hace unos instantes... su habitación...

- ¿un sueño?- se dijo entre confundido y aliviado; estaba seguro... ¡era su alcoba! Sin embargo, algo parecía distinto. En una de las esquinas estaba una vitrina, y dentro de ésta el cetro del milenio, resplandeciendo como siempre lo había hecho. Se acercó a la vitrina y tomó su artículo... era diferente, no percibía la presencia de su yami, era como si estuviera- vacío...- habló para sí, ¿todo lo sucedido había sido un sueño?

- ¡Malik!- le llamaron desde la cocina; ¡imposible! Esa voz era la de... corrió a la cocina para asegurarse que lo que había escuchado no fuera una alucinación; se llevó una gran sorpresa al llegar y confirmar que lo que había oído era real

- m... mamá...- pronunció débilmente con una sonrisa, realmente era su madre, y no sólo eso, lo había llamado por su nombre... sentía unas enormes ganas de llorar y correr a sus brazos

- ¡oh, querido! Buenos días- la mujer le sonrió cálidamente, sirviendo los platos del desayuno- ¿aún estás en pijama?

- ah, lo siento. Enseguida me pongo el uniforme

- ¿el uniforme?- rió levemente- no querido, hoy no irás a la escuela; ¿a caso olvidaste que día es hoy?

- ¿el día?- le miró confundido y luego observó a su alrededor, buscando una pista; el reloj marcaba poco más de las 7 de la mañana, la cocina parecía normal, el desayuno... el desayuno parecía delicioso y estaba servido en abundancia... contó los platos...- ¿cinco?- dijo confundido, contando a su familia mentalmente... su padre, su madre, su hermana y él... ¿de quién era el otro plato?

- parece que ya lo notaste... hoy tu padre y tu hermano regresan de su viaje de Asuán, así que te quedarás en casa para darles la bienvenida...

- ¿mi... mi hermano?

Continued....

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Bueno, antes de pasar a los comentarios finales les explico brevemente lo que pasó al final del capi...

Esa parte fue una alusión a lo que se conoce como "El Juicio de Osiris", que, de hecho, es el título del capi. Se dice que el juicio de Osiris ocurría una vez que una persona moría. En él, el alma del difunto era guidada por Anubis (Dios del Inframundo) hacia la llamada "Sala de las dos verdades", el tribunal que era presidido por Osiris, (Dios de la resurrección); en el tribunal había 42 deidades para juzgar al recién llegado. Después Anubis extraía el corazón del difunto (conocido como Ib, que representaba la conciencia, moral y personalidad de las personas) y lo colocaba en un extremo de una balanza, mientras que del otro lado depositaba la pluma de la verdad (Maat). Los dioses del tribunal sometían al difunto a una serie de preguntas y pruebas para determinar si su corazón era más pesado o ligero que la pluma de la verdad. Dyehuty (Dios de la escritura, los hechizos y la sabiduría) tomaba nota en una tablilla y luego se la entregaba a Osiris en cuanto el juicio terminaba. Dependiendo del peso, se decidía si el difunto merecía inmortalidad o se echaba el corazón a los pies de Ammit, un monstruo en parte cocodrilo, parte león y parte hipopótamo que lo devoraba. Esto suponía para la persona una segunda y definitiva muerte (algo fatal para los egipcios, pues su alma dejaba de existir).

Bien, como dije, escribí algo parecido en este capi, no es "fiel" al ritual original, pero lo tuve que adaptar a la trama.

Notas finales:

^^ ojalá la espera haya valido la pena para ustedes, a mí, en lo personal, me encantó el final.

Y antes de que lo diga,, me encanta dejarlos con la intriga >8D si quieren saber qué pasa, no olviden los reviews...ah, y si tienen alguna duda nada más díganme y yo les contesto sin falta...

nos vemos en el siguiente capi!!! (que espero sea muy pronto)

matta ne!!! ^^ y gracias por leer....


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