3. Case 1: Hate and Jealous
- ¿te gusta Malik, no es así?- Yugi comenzó a sollozar; el miedo que le tenía a su contraparte fue derrotada por el dolor que sentía en su corazón- si me lo pides... yo podría matar a Ryou...
- ¿q... qué..?- preguntó incrédulo y asustado el menor, aunque algo le decía que era mejor no saber la respuesta a su pregunta
- eso mismo, yo puedo matar a Ryou por ti- Atemu lo abrazó más fuerte y lo tomó por la barbilla, obligando a aquellos llorosos ojos a mirarlo- odias a Ryou, ¿no es así? Después de todo, te quitó a la persona que más querías
- ¡no es verdad!- objetó Yugi, intentando desviar su mirada- no lo odio
- claro que sí, yo soy tú, ¿no lo recuerdas? Puedo ver lo que desea tu corazón, y en este momento lo que más deseas es que Ryou no existiera... yo puedo desaparecerlo, pero si lo hago, la venganza contra los asesinos de tus padres no se llevará a cabo... sólo puedo cumplirte un deseo, no más...
- no... yo no quiero lastimar a Ryou... él... él es uno de mis mejores amigos...
- los mejores amigos no te quitan lo que más quieres (N/A >.< ¡escuchaste! ^^U jeje, gomen, me salí del tema)
- Ryou no sabe que me gusta Malik...
- ¿y? Esa no es excusa, quizá ya lo había notado y sólo quiso lastimarte... vamos, deshazte de él...
- pero... pero dijeron... que si cumplían nuestro deseo, nos matarían y se quedarían con nuestras almas...
- no es verdad. Dijimos que si cumplíamos su deseo nos quedaríamos con sus almas, y eso no implica forzosamente matarlos. En cuanto cumplamos su deseo, nosotros nos iremos hasta que llegue la hora de su muerte y podamos llevarnos sus almas a la oscuridad eterna... Piénsalo Yugi, si pides tu deseo, Ryou no se interpondrá entre Malik y tú, y yo desaparecería hasta el día de tu muerte...
- pero...
- es muy fácil- se puso frente a él, sujetándolo de los hombros- si me pides matarlo, cabe la posibilidad de que Malik se enamore de ti, y así podrás tener una vida plena junto a tu amado hasta que la oscuridad reclame tu alma... en cambio, si no haces nada, te aseguro que no vivirás ni un mes, e igualmente terminarás en el infierno...
- ¿por qué?
- porque eres humano, por eso. No existe ningún humano que tenga la conciencia limpia, a excepción de los que no tuvieron tiempo para pecar o aquellos que no viven con la sociedad... la sociedad condena sus almas, diciendo lo que es bueno y lo que no lo es; y así, todos acaban en el infierno...
- yo no quiero morir...
- pero quieres a Malik, ¿cierto? Vamos Yugi, hazlo... así podrás tener una vida feliz junto a él...
- yo...- hace mucho que habían parado las lágrimas, pero su huella aún seguía latente en su rostro. Se quedó en silencio unos minutos- A... Atemu...- murmuró, el mencionado sonrió, encajando su penetrante mirada en la de su hikari- mi... alma te...
- ¡Yugi!- su abuelo abrió la puerta de improviso, encontrando a su nieto arrodillado en el suelo- ¿hijo, estás bien? Te vi muy agitado cuando entraste
- no... no es nada abuelito- respondió el peque atónito, ¿por qué no preguntaba nada sobre su yami?- es sólo que olvidé que tenía que hacer un trabajo para la escuela, por eso entré así...
- oh, ya veo- su abuelo le sonrió cálidamente- ^^ te dejo entonces, procura no trabajar demasiado. Después te traigo algo de comer
- gracias abuelito- Salomon le dedicó otra sonrisa y se retiró. Atemu miró con odio a aquel anciano hasta que se marchó- eso fue extraño...
- ¿qué cosa? ¿El que no te haya dicho nada de mí? Eso es porque no puede verme, sólo las personas que hicieron el ritual pueden verme y escucharme...- explicó antes de dibujar una macabra sonrisa en su rostro- ahora, ¿en qué estábamos?... oh, ya recuerdo, estabas a punto de pedir tu deseo... vamos pequeño, continúa...
- mi...- repitió antes de quedarse callado. Un gran silencio dominó el cuarto hasta que el tricolor decidió hablar- no... no voy a hacerlo...
- ¿no vas a...?- su mirada irradió de furia- ¡¿cómo que no lo harás?! ¡Vas a hacerlo! ¡Mata a Ryou!
- ¡¡no!!- gritó desafiante- ¡¡y ya no te tendré miedo ni a ti ni a la muerte!! ¡¡Si alguien ha de morir he de ser yo, no mis amigos!!
- ¡¡no, no puedes negarte!! ¡¡Quieres matar a Ryou, así que sólo hazlo!!
- ¡¡no!!- su yami enfureció aún más, pero al instante se calmó y su irónica sonrisa regresó a su rostro
- bien, lo dejaré pasar por ahora, pero no me rendiré, tú alma será mía más pronto de lo que piensas- su cuerpo se evaporó en la oscuridad, dejando al pequeño Yugi confundido y más dolido de lo que ya estaba...
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Al otro día, por la mañana, Yugi caminaba despacio por la calle con dirección a la escuela, aún tenía muy presente lo que había ocurrido el día anterior; le dolía el pecho, estaba tan arrepentido de haber pensado siquiera en asesinar a su amigo. Suspiró un poco mientras miraba las tiendas y las casas que había en su camino, quería olvidar aquello tan sólo unos instantes.
- ¡oye Yugi!- escuchó gritar a Ryou a sus espaldas. Con miedo, dio la vuelta, no sabía si tendría el valor para verlo a la cara- Yugi...- repitió el albino mientras trataba de recuperar el aliento después de haber corrido tanto- buenos días- saludó cordial y amable, como era su costumbre
- ^^ buenos días Ryou- le saludó de igual forma, o por lo menos eso intentó
- veo que trajiste tu artículo- comentó al ver el rompecabezas atado al cuello del tricolor
- no es que quisiera traerlo... intenté dejarlo en casa, pero cuando me di cuenta, ya estaba en mi cuello
- entiendo
- ¡chicos!- llamó otra voz, esta vez la de Malik, quien pronto se reunió con ellos
- hola Malik- saludaron los otros 2 al mismo tiempo y con la misma apatía
- ¿qué les sucede?
- no, nada- habló Yugi- veo que tú también traes tu artículo del milenio...
- ¿qué?- profirió desconcertado. Ryou señaló hacia la mochila que llevaba en hombro el egipcio, donde se podía ver la parte superior del artículo asomándose- ¡¿cómo diablos llegó esto aquí?!- lo sacó de su mochila y lo arrojó lejos, pero a los pocos instantes, el cetro del milenio ya estaba de nuevo dentro de su mochila- ¡¡odio esta maldita cosa!!
- Malik, ¿no encontraste cómo deshacernos de ellos?- inquirió ilusionado Yugi
- lamentablemente no- suspiró- no sé cómo voy a sacarlos de esto, pero lo haré... emmm...- dirigió su mirada hacia el albino, quien enseguida procuró mirar hacia otra parte- Yugi, ¿me dejarías hablar con Ryou a solas? Enseguida te alcanzamos
- ...- al pequeño Yugi se le estrujó el corazón y bajó la mirada- está bien. Los veo en la escuela- dio media vuelta y corrió lo más rápido que le permitían sus cortas piernas.
- ¿lo ves? Eso no sucedería si mataras a Ryou de una vez- dijo su yami desde su artículo. El tricolor no dijo nada y sólo siguió corriendo.
Mientras, Ryou procuraba mantener su vista en el suelo, temiendo lo que Malik le fuese a decir; el moreno se paró frente a él, intentando llamar su atención.
- Ryou- le habló con dulzura- sobre lo que pasó ayer... seguramente ya te diste cuenta, pero quiero decírtelo... tú me... me gustas mucho y...
- no- le interrumpió el peliblanco- no necesito que me quieras... no de esa manera. Malik... tú y yo sólo somos amigos, ¿entiendes?
- pero... yo no quiero sólo amistad de ti... yo te...
- ¡basta!- levantó la voz- ¡no quiero que lo digas! ¡Yo no siento eso por ti!... y... y si sigues insistiendo- dijo ya más calmado- ya no podremos ser amigos...
- ¡no, no puedes hacerme eso! ¡Por favor Ryou, no me obligues a separarme de ti!- respondió alterado, y enseguida asió la mano del albino- de acuerdo, ya no insistiré, seremos solamente amigos, pero por favor, no te apartes de mi lado...
- sólo seremos amigos, ¿verdad? ¿Igual que antes?
- igual que antes, te lo prometo- le sonrió amigable, causando lo mismo en el peliblanco. Una vez reconciliados, ambos se dirigieron a la escuela.
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En cuanto Yugi los vio entrar tan alegres como siempre, no pudo evitar sentir celos, quería que Malik le prestara tanta atención como a Ryou, pero sabía que sería imposible.
- ¿por qué no te deshaces de él de una vez?- habló su oscuridad desde su artículo, no entendía cómo, pero él y su yami podían hablar telepáticamente
- cállate- le respondió molesto antes de tomar su libro y comenzar a leer.
Y así, pasó un tedioso día de clases, el más insoportable para Yugi; ahora que sabía lo que sentía Malik hacia Ryou no podía estar a gusto entre ellos dos; y lo que más le molestaba era que Atemu tenía razón, deseaba separarlos, pero no al grado de querer matar a Ryou, sólo deseaba que el moreno se fijara en él
En cuanto se despidió de sus "amigos", ya no sabía si era correcto llamarlos así, caminó desanimado a su hogar, aún con la molesta voz de su yami hablándole; ahora más que causarle miedo, le parecía insoportable, al igual que un hermano (N/A XD sin ofender a mis hermanos ni a los de nadie)
- no seas testarudo, mátalo- insistía el tricolor aún dentro del artículo en tono desesperado antes de materializarse al lado de su hikari- ¿no quieres que Malik te ame?
- ¡déjame en paz!- corrió hacia su alcoba, aunque por dentro sabía que era inútil, no podía deshacerse de aquella sombra que le perseguía. Al entrar, cerró la ventana y encendió la luz; buscó a su contraparte, pero, extrañamente, no estaba a su lado.
- apaga la luz- ordenó el otro, mas Yugi no lo veía. Analizó el cuarto rápidamente con la mirada, encontrando a Atemu bajo la cama, mirándolo como aquella vez que lo conoció
- ¿qué haces ahí?
- es tu culpa que esté aquí, apaga la luz
- ¿cómo que mi culpa? Yo no te metí ahí
- no, pero tú me diste estos poderes
- ¿de qué hablas?
- el ritual que hicieron determina nuestros poderes, así como nuestras personalidades e incluso debilidades; la estatua que usaste en el conjuro era la de Anubis, ¿no? El guardián del inframundo, y por ende, de la oscuridad... (N/A eso me lo inventé yo XD) Necesito la oscuridad para sobrevivir, así que apaga esa maldita luz- habló mirándolo fulminantemente
- ¿entonces no puedes sobrevivir en la luz? Interesante- Yugi se alegró, había encontrado una debilidad y el cómo alejar a su yami
- ni siquiera lo pienses mocoso, no te puedes deshacer de mí.
- acabas de decir que necesitas oscuridad para sobrevivir, ¿no?
- sí, pero no por eso me iré. Me quedaré contigo hasta que mueras o pidas tu deseo...
- te estás contradiciendo- se mofó el pequeño, estaba más confiado. Atemu lo miró aún más molesto- ¿entonces, si tú provienes de la oscuridad...?- comenzó a indagar, saliéndose un poco del tema
- Bakura proviene de la piedrecilla que Ryou usó, la que trajo de las montañas, un lugar en extremo frío, he de ahí sus habilidades con el hielo. Y Marik...
- ¡el reloj!- le interrumpió
- oh, qué perceptivo- dijo con sarcasmo- ¡ahora haz lo que te digo y apaga la luz!
- no lo haré, me gusta verte en esa posición- rió un poco, pero en cuanto vio la enfurecida mirada de su yami, cayó al instante.
Atemu extendió su brazo, el cual parecía borrarse al más simple roce con la luz, pero tuvo la suficiente fuerza para cerrar su puño de golpe, y en ese instante, el foco del cuarto estalló, dejando la alcoba en penumbras. Salió lentamente de debajo de la cama, mientras sus irradiantes ojos rojos indicaban su ubicación. Yugi se estremeció, aquella mirada lo paralizaba, y en poco tiempo, su yami ya estaba junto a él de nuevo.
- qué niño tan desobediente- le dijo al oído- has de saber que tu estúpido jueguito logró debilitarme un poco, pero no importa, luego me cobraré... así que será mejor que pidas tu deseo si no quieres que me enfade más
- ¡ya dije que no lo haré! ¡No lastimaré a Ryou!
- ¿y qué me dices de Malik? Él fue quien te causó tanto sufrimiento, sería mejor que muriera
- ¡por supuesto que no!
- oh, te negaste a matar a Malik al instante, pero estuviste a punto de asesinar a Ryou... que mal amigo eres- Yugi bajó la mirada, avergonzado
- yo no... no podría matar a nadie- murmuró- al menos no a alguien que conozca...
- qué lástima... en ese caso, si decides tomar venganza en nombre de tus padres, no podrás deshacerte de todos...- el menor alzó la mirada, sorprendido ¿su yami acababa de insinuarle que conocía a los asesinos de sus padres?
- ¿qui... quién...?- la sonrisa satírica de Atemu apareció en su faz antes de regresar al rompecabezas del milenio
Continued...