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Black Clover por carina_mew12

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Notas del capitulo:

wola a todos!!!! ^w^ mí feliz, POR FIN ESTOY D VACACIONES!!!! WIIIII!!! vagaciones, vagaciones, vagaciones!!!! ¬¬ lo malo es q tengo q trabajar XD pro weno, no trabajo todo el día, así q tengo... -haciendo cuentas- como 10 horas libres por día (sin contar la dormida y la alimentada, jojo) así q tengo tiempo sufuciente para ponerme a escribir y ver uno q otro anime... en fin, para todos ustedes -redoble d tambores- el capitulo 7!!!! ¬u¬ con lemon, jejeje... espero les guste, nos leemos abajo!!

7. Sand vs Dark

 

- Yugi... tengo hambre- y dicho lo último, unió sus labios con los del peque. Yugi cerró sus ojos, esperando sentir aquel agobiante dolor en su pecho, pero éste jamás apareció... sería que... ¿Atemu realmente no tomaría su vida? ¿Aquello no era lo que su yami siempre hacía con él?... ¿a caso... lo estaba besando...?

Sí... aquello era definitivamente un beso... Yugi abrió sus ojos y se paralizó de la impresión... podía sentir los cálidos labios de su yami sobre los suyos; su suave respiración acariciando su rostro, incluso podía escuchar el débil palpitar de su corazón... ¿realmente no estaba vivo?  No podía evitar preguntarse eso aún en esa situación; de no ser por sus extraños poderes, podría jurar que Atemu y los demás eran humanos.

Mas sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir cómo su yami separaba sus labios con su lengua y se abría paso a su cavidad. Su primera reacción fue empujar a Atemu, mas éste tomó sus brazos y los pegó a la pared; las sombras de la pared comenzaron a moverse y temblar como si fuesen olas agitadas por el viento; crecieron cada vez más, formando unas manos que pronto asieron los brazos de Yugi contra la pared, impidiéndole moverse.

Nada podía hacer sino cerrar sus ojos y esperar a que todo acabase,  rogando que el tiempo pasara tan rápido que hiciera que ese momento pareciera una pesadilla más... pero no fue así, los segundos se volvían horas y aquel hambriento beso era cada vez más desenfrenado; su yami recorría su cavidad de esquina a esquina, y cuando le faltaba el aire, se separaba apenas unos segundos y volvía a devorar sus labios apasionadamente. Pasaron unos minutos más antes de que Atemu se cansara de los labios del peque y los sustituyera con su cuello, besándolo y lamiéndolo mientras sus manos desabrochaban uno por uno los botones del suéter de su pijama.

- ¿p... por qué...?- musitó débilmente Yugi, abriendo levemente sus ojos- ¿por qué haces esto?- una vez que desabrochó la pijama, su yami lo miró por unos instantes antes de comenzar a lamer desde su estómago hasta sus pezones, donde se detuvo y delineó su contorno con su lengua antes de succionarlos uno por uno; el rostro del peque enrojeció violentamente y sus ojos se humedecieron.

Atemu seguía lamiendo y mordisqueando sus pequeños pezones y su piel, escuchando complacido cómo Yugi intentaba reprimir sus gritos y gemidos; era todo un deleite para él ver su rostro avergonzado y cómo su cuerpo temblaba con cada caricia. Sus manos se pasearon por el cuerpo del más pequeño hasta llegar a sus piernas; deslizaron los pantalones de Yugi lentamente junto con la ropa interior hasta dejar las prendas a la altura de las rodillas.

- no más- rogaba Yugi al borde de las lágrimas, cerrando sus piernas instintivamente- por favor...

- no seas injusto- musitó Atemu a su oído, despojándole de sus prendas para  luego separar sus piernas nuevamente y colocándose entre ellas- creí que teníamos un trato... yo te daba la información que querías y me cobraría después con algo que no fuese tu vida- sujetó la hombría de Yugi con una mano, haciendo que por fin sus lágrimas corrieran libremente por su rostro- esto es mejor que quitarte parte de tu vida ¿no es así?- comenzó a masturbar al más pequeño lentamente- tranquilo, te gustará...

- no... por favor...- suplicaba Yugi mientras su cuerpo se estremecía ante las caricias de su yami, formando una erección entre sus piernas y haciendo que su rostro se tiñera de carmín

- no voy a estar satisfecho hasta que te corras por lo menos una vez- dijo siguiendo con su labor mientras su mano libre recorría la cintura de Yugi hasta llegar a su espalda. Descendió cada vez más, llegando hasta sus glúteos.

- ¡Yugi!- le llamó su abuelo desde afuera de su habitación. El peque palideció, si su abuelo lo veía así...- ¡Yugi, ¿está todo bien?!- la perilla giró lentamente; las manos que sujetaban los brazos de Yugi desaparecieron al igual que su yami, dándole la oportunidad de tomar una sábana de la cama, limpiarse el rostro y cubrirse- ¿Yugi?- dijo su abuelo entrando a la alcoba- ¿qué pasa, hijo?

- na... nada abuelito...- respondió cubriéndose la cara lo suficiente para ocultar su rostro pero dejándole a su abuelo ver su mirada. Atemu reapareció tras él, con sólo la mitad superior de su cuerpo fuera de las sombras. Sonrió malicioso y adentró sus manos por debajo de la sábana, paseándolas por el desnudo cuerpo de Yugi, llegando hasta su duro miembro

- ¿seguro? escuché ruidos

- la televisión- se apresuró a decir, conteniendo los gemidos y las lágrimas- fue... la televisión...

- pero está apagada

- la acabó de apagar...- Atemu rió levemente, ocasionando que Yugi se estremeciera del temor. Soltó el miembro de su hikari y bajó una de sus manos hasta llegar a su virginal entrada, introduciendo dos de sus dedos de una sola vez. Yugi se mordió los labios y se encogió en la cama, intentando esconder su expresión de dolor

 - ¿te sientes bien Yugi? Tu rostro está muy rojo

- estoy bien- los dedos de su yami entraban y salían de él, dilatando la zona y abriéndose paso hasta penetrar cada vez más profundo. Lamió su cuello y con su segunda mano pellizcó los pezones de Yugi con fuerza

- no te ves muy bien, quizá debería tomarte la temperatura- dio un paso adelante, acercándose a la cama

- no, estoy bien... en serio... sólo... estoy cansado...

- bien, te dejo descansar entonces- Salomon dio media vuelta, dispuesto a salir de la alcoba- ¿no bajarás a cenar?

- no... comí en casa de Malik...

- bien, me voy para que descanses- caminó hacia la puerta- buenas noches Yugi

- buenas noches... abuelito...- salió del cuarto y cerró la puerta; se escucharon sus pasos alejarse, y pronto, todo quedó en silencio. Fue hasta entonces que Yugi dejó escapar sus gemidos mientras sus manos intentaban quitarse a su yami de encima

- será mejor que bajes la voz si no quieres que tu abuelo regrese- dijo mientras empujaba a su hikari por la espalda, dejándolo de rodillas y con el rostro y pecho pegados en la cama. Atemu salió por completo de la oscuridad y se sentó junto a él, sujetando sus muñecas con una mano mientras la otra recorría la espalda y glúteos de Yugi hasta llegar de nueva cuenta a su entrada, donde esta vez introdujo tres dedos, moviéndolos entre sus pliegues con vehemencia. Yugi tuvo que morder la sábana para evitar que su abuelo pudiese escuchar sus gemidos mezclados con su llanto; su yami seguía moviendo su mano cada vez con más fuerza y velocidad, sentía como si su cuerpo fuese a explotar en cualquier momento;  no pudo resistir por mucho, y pronto descargó su orgasmo en un débil suspiro- no pensé que lo hicieras tan rápido- suspiró- bueno, al menos me divertí- le dio media vuelta y lo besó una última vez antes de desaparecer entre el velo de la noche. Yugi se quedó tendido en la cama, jadeante e inmóvil, aún con cálidas lágrimas empapándole el rostro...

**********************

Al otro día, en la escuela...

Malik entró sonriente al salón con una cajita de pokys en la mano, quería agradecerle a Yugi lo que había hecho por él la noche anterior. Pero al dirigir su vista hacia la banca que solía ocupar el tricolor y ver que estaba vacía, no pudo evitar el sentimiento de preocupación. Suspiró profundamente y fue a su lugar, esperando a que el peque llegase; pasaron unos 5 minutos antes de que uno de los dos alumnos que faltaban entrara; era Ryou, con un enorme abrigo café, unos guantes de lana, bufanda, un gorro y unas orejeras; estaba tan tapado que apenas y se alcanzaba a ver su mirada. Sus compañeros lo miraron extrañado, ese día era particularmente caluroso, y el albino se aparecía, literalmente, cubierto hasta las orejas.

Ryou simplemente se sentó en su lugar, ignorando las miradas inquisitivas de sus compañeros, entre ellos Malik. El profesor de la primera clase entró, saludando a sus alumnos, quienes respondieron a coro desganados. Miró a sus estudiantes para verificar si no había alguna ausencia, mas al ver la "navideña" apariencia de Ryou, se olvidó totalmente de lo que hacía.

- joven Ryou, quítese el abrigo y lo demás mientras esté en clase- le reprendió el profesor, mirándolo severamente.

- ¿está bien si me quedo con la chaqueta?- preguntó

- dije todo, Ryou. Además, estamos a más de 20 grados, no creo que la necesite

- está bien- se quitó la gorra, las orejeras y la bufanda, dejando ver su nariz y mejillas sonrojadas

- ¿está enfermo?

- no es nada- dijo amable, su cuerpo no dejaba de temblar. El profesor se acercó a él y tocó su frente

- ¡dios, está helado!- exclamó sorprendido, retirando su mano- vaya a la enfermería

- pero estoy bien

- ¡ahora Ryou!- el albino no tuvo opción sino obedecer; se levantó de la banca lentamente, como si le faltasen fuerzas. El profesor  miró uno a uno a sus alumnos, buscando a un candidato perfecto- Malik, acompáñelo a la enfermería

- ¿por qué yo?- dijo con fastidio- él puede ir solo

- escuche, no sé qué haya pasado entre ustedes, pero ahora lo que importa es la salud del joven Ryou; ¡llévelo a la enfermería!

- está bien- se levantó de su banca y caminó a la salida

- de la mano, joven Ishtar, o lo reprobaré en mi clase- el mencionado bufó enfadado y regresó por el albino, lo tomó de la mano y salieron juntos del salón

Apenas llevaban medio recorrido hacia la enfermería cuando el peliblanco se dejó caer al suelo; el aire frío que entraba a su organismo le causaba un fuerte dolor en los pulmones, incluso el más leve suspiro le era doloroso.

- oye, ¿estás bien?- preguntó el moreno poniéndose a su altura; quizá aquel joven no le era agradable, pero estaba en su naturaleza preocuparse por los demás. Lo levantó del brazo y lo sujetó, esperando a que recuperara el aliento- no creo que la enfermera sepa tratar esto, deberíamos llamar al hospital

- ¡no!- objetó enseguida- sólo necesito un poco de sol- dijo, recordando lo que su yami le había dicho esa mañana...

--Ryou Flash Back-

Ryou estornudó mientras se ponía todo lo que encontró dentro de su armario; pero por más que se cubriera, el frío no desaparecía. Bakura simplemente lo miraba, no sabía si sentir lástima por el pequeño o reír al ver su mullida apariencia.

- ya te dije que la ropa no soluciona nada- profirió mientras se recargaba en la pared

- pero tengo frío

- el efecto dura sólo un día. En cuanto pasen 24 horas, tu temperatura corporal comenzará a subir hasta volver a la normalidad en la siguiente hora, aunque un baño de sol puede acelerar el proceso...

--End Flash Back-

- por favor... [[Sólo un par de horas más]]- pensaba- no hace falta que vaya a la enfermería. Sólo necesito un poco de sol...

- bien, como digas. Pero no me culpes si tu salud empeora- y dicho lo anterior, sujetó a Ryou del brazo y lo llevó al patio de la escuela. Buscó el lugar más alejado del edificio para que nadie los viese y sentó a Ryou en una banca, acomodándose a su lado. El albino comenzó a frotar sus manos y brazos, buscando calentarse un poco; miró hacia el piso y dejó que los rayos del sol acariciaran su cuerpo- aún pienso que deberías ir al hospital, ¿qué tal si llamamos a tus padres?

- estaré bien, en serio- habló con una gran sonrisa

- ¿y ahora de qué te ríes?

- de nada importante- sus mejillas se sonrojaron levemente, estaba tan contento de poder estar junto a Malik como en los viejos tiempos- deberías volver a clase

- prefiero estar contigo que escuchando los aburridos sermones del profesor- dijo burlón- espera aquí- corrió al edificio más cercano y regresó poco después con dos vasos de café- ten, esto debe ayudar un poco- le entregó un vaso al peliblanco y volvió a sentarse a su lado

- gracias- miró el vaso y bebió un poco- Malik, ¿crees que tú y yo... podamos ser amigos?

- pues...- sopló en el café un poco antes de sorber una pequeña cantidad- eres amigo de Yugi... supongo que no eres tan mal chico- bebió un poco más, sin notar que la sonrisa de Ryou se hizo más grande...

**********************************

Se escuchó el timbre anunciando el término de la primera hora de clase; algunos alumnos salían de sus aulas, intentando despejar su mente antes de la siguiente hora. Ryou ya se veía mejor, un poco de color había regresado a su piel y se había quitado el grueso abrigo; aunque aún tenía puestos dos suéteres y sus guantes.

- regresemos a clase- propuso el peliblanco poniéndose de pie- se supone que deberíamos estar estudiando

- tienes razón- dijo Malik levantándose- andando- y sin decir más, fueron a su salón. Mas al ver a la profesora de su segunda clase y notar que Yugi aún no llegaba, comenzaron a inquietarse

- oh, vaya. Ya era hora que aparecieran- dijo su profesora, quien dejó de escribir en el pizarrón para mirarlos- tomen asiento, la clase ya empezó- ordenó, regresando a su anterior tarea

- pero...- trató de objetar Malik, mirando el asiento de  Yugi. Al ver esa expresión inquieta en los ojos de su amigo, Ryou decidió intervenir

- la enfermera dijo que tengo que ir a casa- habló de repente, atrayendo la atención de todos

- ¿qué tiene?- inquirió la profesora no muy convencida

- no lo sé, es por eso que dijo que regresara a casa. Quizá sea algo grave- su profesora lo examinó de arriba abajo, se acercó a él y puso su mano en su frente

-  ¡está muy frío!- expresó quitando su mano- eso no puede ser normal, debe atenderse inmediatamente

- ¿entonces puedo ir a casa?

- será mejor que vaya al hospital- dijo mirando al egipcio- Joven Ishtar, acompáñelo a casa por favor, asegúrese de que lo atiendan correctamente

- e... está bien- ambos entraron al salón a recoger sus cosas y salieron nuevamente- ¿por qué mentiste?- preguntó Malik uno vez que estuvieron fuera de la escuela

- ¿te preocupa Yugi, no? Bien, iremos a verlo

- sí, pero... ¿qué hay de ti?

- estoy bien- sonrió levemente- el que me preocupa es Yugi ¿qué pudo haberle pasado?- se preguntaba Ryou- es extraño que falte a clase

- le llamaré a su celular- el moreno sacó su teléfono y llamó al tricolor- no contesta- marcó una vez más, sin tener éxito- mejor apresurémonos- el albino asintió y juntos se encaminaron a casa del tricolor

******************************

Tocaron el timbre y esperaron a que alguien respondiera; tocaron unas dos veces más antes de que el abuelo de Yugi abriese.

- ¡oh, chicos!- exclamó sorprendido Salomon al verlos- ¿qué hacen aquí? Se supone que deberían estar en clase

- bueno, sí... pero...- Malik no sabía qué decir, había olvidado ese detalle

- Malik me acompañaba a casa- intervino Ryou- estoy un poco resfriado. Y... pues quisimos aprovechar para ver a Yugi, ¿se encuentra bien?

- esta mañana despertó con algo de fiebre- explicó el anciano- aunque ahora ya está mejor. Creo que la gripe lo atacó también

- ¿podemos verlo?- pidió el egipcio

- no veo por qué no- dejó que los jóvenes pasaran- y ya que van a verlo, quizá puedan animarlo un poco

- ¿animarlo?- dijo confundido Ryou mientras eran conducidos por el abuelo de Yugi a la habitación de éste

- sí, insiste que está bien, pero yo, que soy como su padre, sé que algo le pasa; lo noto decaído... espero que ustedes puedan ayudarle a sentirse mejor-  al llegar a la habitación de su nieto, llamó a la puerta antes de entrar- Yugi, hijo, tienes visita

- gracias abuelito- respondió Yugi lo más alegre que pudo, que realmente no fue mucho. Malik y Ryou saludaron en ademán y entraron al cuarto

- los dejaré solos para que hablen- Salomon cerró la puerta y se marchó

- Yugi, ¿cómo te sientes?- preguntó el moreno acercándose a él junto con Ryou

- bien, pero ¿por qué Ryou viene vestido así?- dijo el tricolor mirando al mencionado de arriba abajo, parecía que acababa de caerle una helada

- es una larga historia, te cuento después- respondió el albino con una sonrisa nerviosa- ¿qué hay de ti? Tu abuelo dijo que no estabas del todo bien

- está exagerando, sólo era un poco de fiebre

- no nos referíamos a la fiebre- interrumpió Malik- con sólo verte, puedo notar que algo pasó- y, en efecto, con sólo ver a Yugi se podía deducir que algo no andaba bien; estaba sentado en su cama, su piel se notaba algo pálida y sus ojos no reflejaban su característica alegría, sino que se veían tristes, y peor aún, vidriosos como si tuviese poco tiempo de haber derramado lágrimas. Yugi se encogió sobre la cama y se cubrió la cara con sus sábanas, estrujándolas con las manos- no te quedes callado, dinos qué sucedió

- en verdad... no pasó nada...

- fue...- se acercó al peque- ¿fue él?- le murmuró al oído, no queriendo que Ryou los escuchase- ¿te hizo algo de nuevo?- el tricolor cerró sus ojos, y al recordar lo sucedido la noche anterior, comenzó a llorar- Yugi...

- ¡Malik!- se abalanzó a él, buscando protección en sus brazos. Malik lo abrazó fuerte contra su pecho, intentando calmarlo

- ¿qué pasó Yugi?- profirió Ryou

- no es algo que necesites saber- terció el egipcio en tono frío. Ryou no pudo hacer otra cosa sino callarse y alejarse de ellos; había olvidado que no era del todo bienvenido ahí. Fue hasta uno de los rincones de la habitación y se sentó en el suelo, conteniendo sus lágrimas

- Malik, no deberías tratarlo así- le reprimió Yugi, olvidando por un momento el dolor que le aquejaba

- Yugi... él no debería saber de ellos...

- sí, pero...- miró con lástima al peliblanco, se sentía un poco mal por él

- olvídate de Ryou- levantó el rostro de Yugi con sus manos- unas cuantas palabras no le hacen daño; sin embargo, tú... has pasado por muchas cosas horribles, y todo por mi culpa, si no te hubiera obligado a hacer ese maldito hechizo...

- no es tu culpa- las mejillas del peque se encendieron, y es que estaba tan cerca del rostro de Malik- debí detenerte en ese momento...

- aún así...- se acercó un poco más, reduciendo la distancia que los separaba a sólo un par de centímetros; ¿por qué estaba haciendo aquello? Sólo un movimiento más y él y Yugi...

Repentinamente, algo rodeó su cuello y lo apartó bruscamente del tricolor, arrojándolo al otro lado de la habitación; en cuanto puedo enfocar la vista vio cómo un largo brazo, que semejaba una niebla negra, salía del suelo. Ryou cerró los ojos y cubrió su boca con sus manos, tratando no gritar del susto. Yugi bajó rápidamente de la cama y corrió hacia Malik, mas el brazo lo sujetó por el tobillo, haciéndole caer. Atemu hizo su aparición, con sus ojos carmesí irradiando rabia como nuca antes

- vuelve a acercarte a él y te mato- amenazó al egipcio, clavando su mirada en él

- esa es mi línea- dijo retórico Malik- ¡no te atrevas a ponerle a Yugi una mano encima otra vez!

- no quieras hacerte el valiente conmigo- se acercó a él, levantándolo por la playera- puedo ver tu miedo... estás a punto de orinarte en los pantalones- se burló; pero, inesperadamente, Malik apretó uno de sus puños y lo golpeó en el rostro. Atemu, con su mano libre, apartó el tembloroso puño del moreno de su cara; sorprendido, Malik pudo ver cómo la marca que le había dejado en la mejilla por el golpe desaparecía en menos de dos segundos. Atemu lo azotó con fuerza contra la pared- esa no ha sido una de tus mejores ideas- levantó su segundo brazo y lo dirigió hasta su pecho, donde posó su palma- oh, tu corazón se oye agitado... déjame revisarlo- su mano comenzó a hundirse en la carne de Malik, entrando poco a poco en su cuerpo.

El egipcio hizo un gesto de dolor y abrió su boca como queriendo gritar, pero ningún sonido salía de su boca. Levantó sus brazos como pudo y sujetó al tricolor por la muñeca, buscando apartarlo de sí. La mano siguió entrando hasta que llegó al corazón de Malik; sonriente, Atemu rodeó tan frágil órgano con su mano, apretándolo... la mente de Malik se puso en blanco... era el dolor más grande que había experimentado... un inmenso dolor que le helaba el corazón y reprimía sus movimientos... moverse, e incluso respirar, se volvía cada vez más difícil...

- ya no te vez tan valiente- habló burlón Atemu, apretando el corazón del moreno cada vez más, como si de una fruta se tratase

- ¡detente por favor!- le gritó desesperado Yugi, intentando que aquella tenebrosa mano lo soltase- ¡no lo lastimes!- mientras, Ryou permanecía inmóvil en su sitio, incapaz de gritar siquiera debido al temor.

El cetro del milenio, que todo ese tiempo había permanecido en la mochila del egipcio, se iluminó y de él salió Marik, quien, con un solo movimiento de su mano, hizo que un enorme brazo de arena sujetara a Atemu. Al verse acorralado, el tricolor se desvaneció en una neblina oscura que flotó por la habitación hasta reagruparse en otro lugar. Tanto Malik como Yugi fueron liberados, éste último se apresuró  en ir al lado del moreno, el cual estaba jadeante y en shock; jamás había estado tan cerca de la muerte como en ese momento

- ¿qué crees que haces imbécil?- increpó Atemu furioso a Marik

- ¿qué crees que haces tú, idiota?- respondió en el mismo tono- ¡casi lo matas!

- ¡eso es lo que Yugi quería!

- ¡no mientas! ¡Eso es lo que tú querías!- levantó su puño y lo estiró en el aire; de él salieron cientos de agujas de arena dirigidas al tricolor, mas éste las esquivó fácilmente ocultándose en las sombras- ¡no huyas maldito cobarde!

- eres tú quien debería huir- se escucharon las palabras de Atemu resonar en el cuarto, sin saber exactamente de dónde venía su voz.

Dos manos surgieron junto a Marik e instantáneamente lo rodearon, subiendo por su cuerpo en espiral. El cuerpo del moreno se redujo a arena, logrando escapar del ataque... los dos aparecían y desaparecían por la habitación, atacándose en cualquier oportunidad que tenían; los hikaris permanecían inmóviles observando la pelea, sabiendo que nada podían hacer al tratarse de dos fuerzas totalmente ajenas a su mundo... los ataques se hacían cada vez más violentos, era sólo cuestión de tiempo para que alguno de ellos alcanzara a Malik o a los demás...

- ¡ustedes dos, ya basta!- el cuarto se cubrió de hielo en un parpadeo y por fin Bakura se mostró ante los presentes; frenando a los otros dos yamis con una pared de hielo entre ambos- ¡es estúpido pelear entre ustedes!

- ¡no te metas Bakura!- dijo Marik- ¡esto es entre Atemu y yo!

- sabes perfectamente que no tienes oportunidad contra él- sus palabras parecieron apagar la ira moreno; quien sólo bajó su mirada- y tú- dijo dirigiéndose al tricolor- conoces las reglas, no puedes matar a nadie a menos que te lo ordenen- Atemu desvió su mirada a otro lado. La pared de hielo colapsó en miles de fragmentos que se convirtieron en un viento helado, el cual se concentró alrededor de Bakura

- esto no se va a quedar así- profirió Marik antes de regresar al cetro. Atemu, aún enfadado, desapareció entre las sombras. El albino miró hacia donde estaba su hikari, observándolo de pies a cabeza; la sortija del milenio atravesó la ropa de Ryou, dejándola expuesta a la vista; un brillo intenso la cubrió mientras Bakura, en forma de un fino y helado polvillo blanco, ingresaba en él. En cuanto los yamis se fueron, los daños que había sufrido la habitación, así como la escarcha que la cubría, desaparecieron misteriosamente.

- discúlpenme- profirió Ryou poniéndose de pie, retirando las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos- no pude hacer nada para ayudarlos...

- descuida- le sonrió Yugi- creo que ninguno de nosotros pudo hacer algo esta vez, ¿cierto Malik?- miró hacia el moreno, quien miraba sorprendido al peliblanco- ¿Malik?

- tú...- dijo el moreno de repente- también tienes un artículo del milenio- Ryou, al ver que su sortija descansaba sobre su pecho, la cubrió con sus manos, intentando en vano ocultarla- ¿por qué... por qué también hay uno igual a ti?...

Continued...

Notas finales:

>u< omg!!! espero lo hayan disfrutado!!!

ñam ¬¬ ahora aquí comienza a surgirme el problema, sólo tengo escrito hasta el capi 8, así q mejor m apuro XDD o m ganará la presión, jojojo

espero no haber traumado a nadie, y q todo s haya entendido bien, d no ser asip, ^^ pueden preguntarme todas sus dudas, y x cierto, no olviden los reviews!! nos leemos en el siguiente capi...

oh, se me olvidaba, tengan listas sus armas para el capi 8 ¬¬ sé q más d una/o d ustedes querrá asesinar a alguien...


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