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VACIO DE UNA NOCHE BLANCA por sleeping god

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Notas del capitulo:

Ahora se concreta el verdadero problema.

Los dejó leyendo.

Trato de entender

Y continúo confundido

Lo que yo viví ayer

Parece no iluminar mi camino

 

Hizo el intento, yo lo sé

De ablandar mi corazón

Pero es algo que yo tengo que hacer

Avanzaré firme y con pasión

 

Mujer, mujer, si tú no me comprendiste

 y aun así yo puedo aspirar a amar

o cometer otro error.

 

 

Agitó su cabeza varias veces, la mente le quedaba en blanco cuando cerraba los ojos. (Debo resistir…hasta que regrese y pueda decirle que recuerdo todo…). Los parpados le pesaron como nunca y  ni con todo su esfuerzo  los pudo mantener abiertos.

-eres un shinigami, mi enemigo. Me mentiste todo este tiempo. Sabes quien soy, de donde vengo, lo sabes, lo he visto entre tus documentos. Me mentiste…

-claro, de que otra manera se te podría mantener apresado tan fácil. Sólo necesitábamos estudiarte y ya lo hemos hecho. Por que, es obvio, que no estoy enamorado de ti.

Despertó horriblemente, sacudido y cubierto en sudor. (¿Qué pasó? ¿Qué fue eso?).

-ah... ah… tuve una pesadilla…- contestó a su novio que era quien lo sacudió, y en su rostro se leía el pánico que le causó.

-espera aquí…-le interrumpió cuando iba a disculparse. Lo vio irse apresurado.

Se quedó en la cama. (¿Habrá acabado la junta de Byakuya antes?), se preguntó al verlo de regreso tan pronto.

-esa pesadilla… fue diferente…- se dijo-… shinigami… nunca antes mencioné a un enemigo… auh…- la cabeza le punzó como si hubiera pensado demasiado algo muy complicado.

Se recostó de nuevo y sólo se durmió.

Byakuya volvió a su lado para acariciarle la cabeza durante toda la noche. Durante varias horas no pudo evitar tratar de preguntarle por qué estaba triste.

 

El ruido de una taza quebrándose lo despertó.

 (¿Habrá sido Byakuya?), cuestionó al ver que ya no estaba acompañándolo. Se levantó para ir a auxiliar a quien haya sido tan torpe, en caso de que fuera su pareja para curarlo y ayudarlo en lo que pudiera, esa tristeza que notó anoche seguramente era su culpa, (discúlpame, Byaku-chi, nada más te causo problemas). Se puso de pie y cayó a la cama, más mareado no podía estar. Decidió quedarse ahí a que regresara su amante para cuidarlo, con él, su dolor de cabeza siempre se disipaba. Sonrió al pensar como un idiota en el capitán. Levantó las cobijas para ponérselas encima.

-no… no aquí, no…-(¿Qué será eso?). Mantuvo el oído atento.

-no haré nada, fresita preocupona- disminuyó el dolor, pero un miedo se avivó con aquella voz que hablaba seductoramente. Hipnotizado por ella se paró, aún con el suelo moviéndosele, caminó a la puerta.

-… pero… Grimmjow…-(¿Grimm… jow?). Crecía cada vez más su incertidumbre. Deslizó la puerta unos centímetros, dando a la cocina donde vio una escena impactante.

(¡¿Cómo pueden hacer eso en casa de Byakuya?! Sí me sintiera bien los mataría por faltarle de esa forma al respeto).

Miraba con odio a un muchacho delgado y de cabello naranja extravagante, (seguramente decolorado),  que sujetaba los musculosos brazos del otro, permitiendo que entraran en su ropa y le acariciaran la espalda. El otro no daba la cara por tenerla en el cuello, del lado contrario suyo, susurrándole cosas al oído, haciendo que el más pequeño riera y diera leves gemidos.

-desgra…- el hombre activo en esa relación, de cuerpo formidable y mostrándolo en todo su esplendor con una chaqueta delgada en color azul cielo muy abierta y unos jeans gastados que le daban un toque callejero, la piel clara, una enorme sonrisa y el cabello azul igual que sus ojos; se retiró del cuello para besar la boca del humano. (Gri… Grimmjow).

Retrocedió, no pudiendo quitar la mirada de la boca de ambos, ellos ni lo notaban por estar en lo suyo.

A pesar de haber rechazado su amor por la pantera, se dijo que jamás quería verlo dando el cariño que siempre deseó con tanto fervor.

Sin embargo, fue más importante cerrar la puerta y declararse en silencio.

-me mintió… me mintió Byakuya…-se lo mantuvo repitiendo en voz queda, tirándose al suelo aun lado de la puerta. (La persona en la que más he confiado… me mintió… ese sueño es seguramente la verdad de este asunto). Se rascó la mejilla, le picaba el cabello que caía sobre la cara, ahí, en la oscuridad de su cuarto, dio con que por Byakuya podía llorar y sentirse tan mal como para renunciar a la vida o nunca descubrir la verdad y quedarse falsamente feliz. (Se acabó… prometí ya no ser un idiota). Hundió su cara entre las rodillas, pidiendo dejar de lloriquear, ordenándose odiar a su novio, reprimiendo sus sentimientos de una vez y para siempre.

-delicioso, Ichigo…

-sabes que prefiero otros cumplidos…

-te amo…-(cállate…). Incrementaron las lágrimas. El daño que le causaba saber que ese a quien le entregó su corazón una vez, podía ser amable y se añadía ese dolor al de su mentiroso shinigami. (Son idénticos… unos desalmados insensibles…).

-yo soy como la luna de las noches, solitario y sin cambios… muerto- se calificó con odio a todos en general.

-ya, aguanta- los escuchó acomodarse y patear el resto los cristales.

-por aquí- dijo la voz de quien alguna vez creyó diferente, capaz de hacerlo llorar de amor y odio.

-voy a pasar…Uruki-chan…- (no me llamo de esa manera… no usaré jamás el nombre de tu puta). Se clavó los dedos en los brazos, no paraban los lagrimar aún cuando su orgullo se los dictaba - ¿Uruki-chan?... -(ya no… )-¿Qué pasó? contéstame- ignorándolo por completo, dejando de lado la falsa preocupación, no tomando en cuenta que su corazón siguiera latiera alegre cuando estaba cerca; se decretó odiarlo.

-¿estás... bien? no llores, por favor- (mentiroso… me vendiste ¿Por qué otra razón mentirías?)-Lo que te tenga así lo arreglaré. Si estoy contigo haré que nada te haga derramar lágrimas…- se enfureció más al ver que no daba con que su peor problema era el mismo. Cuando sus brazos lo tocaron su cuerpo se debilitó y perdió voluntad, simplemente se doblegaba ante a su presencia, quiso negarse pero su calor fue tan tentador-te amo-(te odio)- te amo-(te odio)-te amo- (te quiero… odiar). Endureció la mirada al darse cuenta que lo amaba tanto, por encima de su promesa de no ser un idiota y rendirse ante cualquier oferta de felicidad- Te puedo dar lo que quieras, sólo tienes que pedírmelo- (pero no puedo evitar rendirme ante eso… pues lo único que quiero es… ser feliz, nada más… es lo pido). Lo abrazó arrepentido de caer sin dar pelea. Exageradamente estaba en su poder… aunque quería respuestas.

-¿es verdad? ¿Me amas tanto como afirmas?- no recibió respuesta, sólo lo miraban desconcertado- contesta.

-… ¿Por qué preguntas algo como eso?                                                              

- es fácil y deducible- (tengo que asegurarme… puede que sea lo mismo que ocurrió con Grimmjow… y no sea amor), dio como última oportunidad para su orgullo. Se levantó del suelo y secó su rostro. Terminando su oración- es porque lo dudo.

-¿lo dudas?... No tendrías porque… -(tengo muchos motivos para dudarlo, Kuchiki Byakuya… por ser mi ene… no, mi mentiroso novio)-… te amo, nunca quise a alguien de esta manera. Estás extraño ¿te encuentras bien?- lo encabronó el que no siguiera, lo necesitaba nervioso, como en un examen final, pues lo estaba juzgando.

-¿Por qué me amas? No me viste nada… no entiendo que fue…

-no digas eso- se sintió sumiso de nueva cuenta con ese hombre. Sus ojos duros que le obligaban a comprenderse más importante, dándole a entender que lo apreciaba. (Pero es mentira) - eres hermoso y tú alma lo es aun más. No sé qué te pasa pero no quisiera que dudaras de mi, por favor, me traes loco…

-guarda silencio- le oía tan sincero en cada palabra, obligándole a creer que eran patrañas sus conclusiones y que de verdad lo… (¡Imposible! No puede amarme… nadie nunca lo hará… igual que a la luna).

-…Dios sabe que los mortales son débiles. Adán ante una sola fruta jugosa cayó en pecado, por eso cuida lo que crea y si peca de belleza lo destruye…- (quiero ser fuerte, prefiero morir solo a volver a dejarme pisotear… ¡tengo orgullo! ) se gritaba mentalmente para evitar dejarse llevar en los brazos protectores del shinigami, sin lograrlo- es tan cruel y protector con sus criaturas, privándolas de goce y protegiéndolas del infiero. Pero….- no significaba que no quisiera llorar o gritar el que estuviera tan tranquilo, era que no lo comprendía, nada, la seguridad que lo embargaba en todo sentido, sin duda de que no falseaba y nunca lo hizo (sin ninguna prueba creer esto es estúpido…)-… el diablo es astuto, creaba ángeles, más ninguno tan poseso de belleza como los que destruía el creador. Fue al mundo de los mortales, con su astucia atenta, buscando a alguien que si no estaba en el fuego eterno era porque su cuerpo no le permitía morir. Lo sacó a la luz y lo hizo más miserable, quitándole inclusive la esperanza y sólo dejándole el ruego a su Dios…- (es… es amor… lo amo… tanto… ¿por qué?),  robó su calor acercándolo para calmar lo frio que se mantenía su corazón al encerrar la mentira con tal de poder estar a su lado.

-¿Qué sigue? ¿Cómo termina?

- era su hijo y no lo abandonaría, le daría lo que necesitaba. El diablo enfureció ante la falla, volvió a subir, con trinchete en mano y su odio andando, ni tarde ni cansado le quitó de lo que lo dotaron.

Dios no se quedó de brazos cruzados y volvió a ayudarlo. Dándole banquetes en charola de plata, con una muchedumbre que lo alababa.

Unos días después al hombre se le cayó la vida, bajo la maldición que lo atormentaba de que se recuperaba y nuevamente bajaba y caía de bruces al suelo sin las manos atadas.

El bendito, pensó y pensó, no quería una rueda sin fin, algo que ayudara y no se arrebatara para que en el corazón viviera plenamente. ¿Sabes qué fue?- permitía las caricias ¿y cómo no? Si era por lo que sufriría.

 

-¿Qué fue?

- hizo un ángel, hermoso y radiante que incluso las doncellas envidiaban y se disputaban su sola mirada. ” Es pecado” gritó el máximo exponente, la criatura sería poco conveniente, más sólo vio una cosa en él que le impidió lastimarla. Era el plan del maligno, algo tan bello que cautivara a cualquiera.

-¿Cómo acaba?-(tus manos… me hacen sentir… tan único).

-…el diablo tampoco pudo sostenerle la mirada, el plan de ambos seres inmortales se rompió y se creo algo más poderoso entre los dos amantes pecadores y benditos.

-… nunca he escuchado esa historia… ¿Qué se creó?

-amor.

-nacido de algo malo con una buena intensión… cuesta entenderlo-(no creo que esto esté bien… o sino no dolería, Byakuya).

-te noto tan extraño ¿puedes contarme qué te tiene así?

-es…- repasó todo lo vivido y la hipótesis de su razón de estar ahí. Y concluyó con que sin él ya no vivía-… una tontería- (ya no podré verte como antes… para mi ahora eres un mentiroso… como una droga que no puedo dejar). Permaneció pensativo, le dolía tanto tener en la cabeza la simple idea de volver a estar solo, fue tanto su ensimismamiento que ni siquiera notó que le levantaron la cara para besarlo- ah…- articuló justo a tiempo para alejarse. (Me iba a besar…) se declaró asustado y cubriendo su boca con ambas manos (pero lo ha hecho tantas veces… nada más para besarme, no porque quiera algún favor… no como Grimmjow), sintió el rubor caliente en sus manos, sorprendido de que pudiera estar tan apenado, temeroso y desesperado.

-no estás bien ¿Qué ocurre?- se le acercaron. Huyó a la pared. No entendía como esas muestras de afecto le fueron relativamente fáciles antes.

-es… es…-(estoy tan confundido…)-no… no importa.

-¿no importa? Vamos, puedes decir…

-¡a la chingada, Ichigo! No seré el presidente pero tampoco un monje para esperar al “que vendrá al final de los días”- la voz fría de aquel le calaba hasta ese día, no lo vería nunca pues lo relacionaría con la impresión dada en la cocina, que era capaz de amar y aun así ser tan cruel con sus sentimientos.

-no digas eso, un rato más.

-Uruki-chan… hay a alguien que quiero que conozcas- le dijo Kuchiki. (¿Quién?), se le cruzó de inmediato la idea de que era el final de la línea, lo entregaría ahora mismo-ven- le extendieron la mano (sus manos siempre son tan cálidas…). Quiso volver a llorar. Los brazos que siempre lo protegieron serían su perdición.

Tan necio, no lo quiso creer y la agarró, no temiendo ser entregado en la boca del león. Caminó al ritmo excesivamente lento del otro y, de pronto, su mano dejó de apretar la suya. El miedo lo invadió al ya no sentirla, la sostuvo, con el mayor terror que alguna vez tuvo. (¡No me dejes!... por favor). Pensó en que tan equivocado podía estar, pues ¿Cómo lo podían dejar sí, quizá, nunca lo tuvo? (¿Todo lo que hicimos fue falso? Porque no me lo quiero creer… puedo ser bueno, puedo cambiar también para ti, todo lo que quieras… finge que me quieres. Ya no quiero seguir sí no es contigo, así que miénteme, de tal manera que ni cuente me dé). Con el alma tan fría buscó calor, llevándose la palma de su amado al cachete, asombrándose de la rendición de su alma ante esa simpleza que era tenerlo cerca.

Si tus amigos vienen a este lugar, eso no cambiará en nada lo que te ocurrirá a ti. No habrá nada que cambie eso. Compartir sus sentimientos antes de morir es lo que hace a los humanos que sean tan débiles. Es lo que evitan que caigan presas del miedo y la desesperación. Pero en realidad, es imposible que las personas compartan sus sentimientos. Esa es una simple ilusión humana.

Byakuya lo miraba y le permitió tocarle el rostro. (Lo recuerdo, yo dije eso y sigo tan confundido como aquel día… y aun así, ahora trato de ponerlo en práctica).

-¿podrías…

 
“Quizás tengas razón. Quizás es imposible que compartamos nuestros sentimientos de la misma forma. Pero cuando dos personas se cuidan entre si, logras que sus almas se unan. Eso es a lo que nos referimos cuando decimos que nuestras almas están unidas.“

-… decirme porque tú sostienes mi corazón?- terminó.

(Esa mujer… aquella chica era capaz de sostener mi corazón, mis sentimientos… mi vida. Con un poco más tiempo pudiera haber entendido gracias a ella… pero…). Le retiraron las manos para llevarlo al jardín.

- te encontré bajo un cielo como este, con una luna parecida que no cambia - contestó con la cabeza afirmativamente - no lo parezco pero solía sentirme muy solo, no hay peor soledad que la que uno mismo se impone aun estando rodeado de gente…-(aún más difícil si los que te rodean tampoco desean compañía. Yo lo entiendo…). Pensó en la chica de cabello naranja, la verdad era que tuvo las esperanzas de aprender algo gracias a aquella, (pero ella no me veía a mi, miraba a Ichigo…)-porque aun así el corazón llama a su otra mitad. Esa noche, tú me encontraste a mí, sonará tonto pero para que yo sostenga tu corazón…

¿Las almas? Los humanos usan esas palabras sin cuidado. Como si fuera algo que pudieras tocar físicamente. Mis ojos lo pueden ver todo. No existe nada que escape a mi visión. Tampoco existe algo que yo no pueda ver. De eso me di cuenta en mis batallas. ¿Qué son las almas? ¿Podré verla si te abro el pecho? ¿Podré verla si te saco los ojos y abro tu cabeza?

-… tú debes sostener el mío- la verdad le llegó al mismo momento que lo acercaban al cuerpo del shinigami. (Tu sostienes el mío… y yo el tuyo…). Y, al fin, entendió que era ese calor quemante en su interior, simplemente no se veía pero ahí estaba-… Sin ti ya no vivo.

-Byakuya…-suspiró. (Mierda…) insultó, odiaba saberse un tonto pero estaba tan contento que no comprendía la reacción de su cuerpo. Reír y llorar al mismo tiempo.

- hoy, definitivamente, estas muy extraño.

-ca… callate, jajaja…- (pero… ¡estoy tan feliz!...). Ya no le interesaba la dignidad, su orgullo, Grimmjow o quien fuera, nada más él, ese hombre capaz de verlo como es y aceptarlo. Se lanzó a su cuello en una reacción de querer afecto, todo el posible- di…dímelo de nuevo, dilo otra vez…

-¿Qué cosa, mi amor?- los brazos del otro lo rodearon a pesar de observarse confuso.

-que me amas, dímelo, dímelo jajaja-(una vez y otra y otra…que me importa lo demás si estoy sonriendo).

-Contigo podría morir y jamás dejaría de sentirme vivo. Perderme en el frio y no disipar calor. Pasar al infierno y sólo ver un ángel. Olvidarme de mi mismo y continuaría gritando “amor”.

-jajaja continua, continua…-(tan feliz…el estar contigo de esta manera es lo que pedía, te pedía a gritos).

- Mientras me hablabas y yo te miraba, se detuvo el tiempo en medio instante: el amor me llamaba y yo le obedecía. Mientras me susurrabas y yo te amaba, se alzaron los sentimientos,  mandó tu voz, el cielo se hizo visible en tus ojos, y yo pronuncié el querer en tus labios…jajaja- rió aquel que lo inundaba de alegría. Carcajearon por horas con un regocijo que nunca imaginó sentir. (Disfruté de esto antes…y ahora con mis recuerdos…es mejor) ….)-vamos… - el rostro de su novio se enserió y pareció triste-tienes que ver a estas personas- (si esas personas te hacen sentir mal…¿Por qué insistes?). Lo bajaron del cuello y lo arrastraron de la mano a caminar.

-no quiero- (tu me haces feliz, entonces también selo tu)- no me interesa conocerlos.

-es por tu bien.

-no, estoy cansado y me estoy mareando, además, tengo muchísima hambre- lo estaba, pero era más una excusa.

-comerás con ellos o después.

-no, quiero comer contigo, quiero estar contigo, quiero que se vayan y nos dejen solos, quiero que dejes de salir tanto…quiero…-(pensar en mi antes que en todo, desear a una persona completamente…por fin…)-quiero ser un poco más egoísta.

-esta bien. Los iré a despedir- lo vio irse corriendo, con una sonrisa enorme en el rostro.

-¿habré entendido bien, mujer?- dijo en voz alta- ¿Cómo se sabe si uno esta correcto o no? Nunca he vivido esto…- (¿Por qué antes no tenía estas dudas y exclusivamente vivía contento con Byakuya?).

En su habitación recogía, tocaba e inspeccionaba cualquier regalo de su amante, preguntándose que los hacia especiales, al punto en que trató de romper uno y no pudo, detenido por si mismo.

-es tan extraño…no debe ser necesario entenderlo, supongo- continuó bajo esa teoría, pues los días felices fueron sin razonar la fuente de la alegría. El conejo mal hecho llamó su atención, con el desquitó muchas noches de pesadillas. Lo alzó, intentando descifrar si, además de ser un regalo de su favorito, tenía algo que lo hacia especial. No halló nada.

-Uruki-chan ¿pasa algo, también extraño, con el conejo?

-…….nada- tardó en responder y reaccionar al percatarse que incluso el tacto de aquel lo sentía más cálido y amable, haciéndole preguntarse ¿en que más es diferente?-….nada-(averigüémoslo) se giró en sus brazos, quedando de frente y con una inquietud en su interior- actuaré algo extraño, por lo menos esta noche. Te aviso- lo miró sonreír de manera extraña. La inquietud creció.

-¿de que vas a actuar extraño?

-deja…- (¿Por qué me apena si quiero investigar?), aún con eso su rostro se tiño rojo-…déjame besarte…tú no hagas nada- descendió su cabeza automáticamente.

-adelante- (¿cambiará? ¿Será diferente mi reacción a cuando besé a Grimmjow? Con el…estaba aterrado de que me fuera a herir… ), lo besó con lentitud, estudiando el sabor y la suavidad de sus labios y cada uno de sus movimiento. Antes de acabar la sangre comenzó a hervirle, su cuerpo le temblaba y la incertidumbre se hizo clara: era vergüenza. Terminó y concluyó absolutamente seguro de que no volvería a realizarlo.

-me estoy muriendo de vergüenza- tapó su cara tratando de que así desapareciera esa acción.

-¿Por qué estas haciendo esto?- (¿Qué clase de pregunta es esa? Siempre las hace sin pensar en mi orgullo…pero no es nada cruel, es torpe…)

-¿Por qué siempre mueves ese mechón?- sin embargo no quería responderla y cambiaria el tema las veces que fuera necesario.

- porque cubre tu cara.

-¿y eso que?- le quita el cabello hasta acomodárselo en la oreja.

-no me gusta que algo la cubra.

-¿por que?

-por que me gusta-(demonios…me gusto que dijera eso de mí).

-¿Por qué te gusta?

-porque es tu rostro.

-se que es mi rostro, está en mí por lo tanto es mío. Más no responde porque te gusta.

-bueno…porque es algo tuyo y todo lo tuyo es encantador.

-no contesta.

-si lo hace-(que extraño… no es igual. Es tan fácil dejarme llevar…) se procuró al dejarse besar, pronto se descubrió jugando con su lengua y derramando saliva como si lamiera un dulce. Después sintió la pared detrás del, no supo cuándo terminó ahí, con los brazos fuertes del otro tomándole la cintura y su pierna metida entre las suyas.

No tenía en cuenta lo fácil que se excitaba ante cualquier cercanía que llegasen a tener. Gozó de la forma tan diferente y del sabor exótico de su novio, que sabía a la perfección manejar su lengua y masajear su cuerpo. Un sonido le hizo molestarse, el reloj de plata y oro del pasillo, que siempre consideró insólito, sonaba con fuerza.

-no te lo comenté- le dijeron después de dejarlo con la necesidad de seguir-Mañana me voy temprano así que lo dejaré hasta aquí.

-me niego…- (se siente extraño… es una desesperación exasperante)-… mañana… no quiero que te vayas por que no regresarás hasta quién sabe cuándo. No soy un juguete que puedes guardar y después recoger de nueva cuenta- lo amaba, como al inicio, sabía que le mentía, pero lo dejaría pasar, sin embargo, no sería algo extra en su vida… sería su vida. Antes de continuar reclamando, obedecieron su orden inmediatamente. Lo encerraron en la pared y lo besaron como ya lo habían hecho,  más que nunca razonó.

-te haré el amor…- consentía las palabras no pensadas y la seducción a su cuello… pues así lo quería, con él no existía miedo y deseaba tener sexo para su disfrute y no como una tortura-como tú me lo pides, y para no ir al trabajo…- (su lengua… ¿Cómo es que nunca me di cuenta que es tan… especial? Creo que esa es la palabra). La presión era excitante y lo mayor le llegó cuando su pene fue tomado en forma suave desde la punta hasta el inicio.

-aaahh… -(Byaku…) miraba sus ojos. Le devolvían una sonrisa y sus ojos oscuros no lo ignoraban en lo absoluto, en ellos se sobrentendía que entendía con quien mantenía esa relación y que así lo quería.

-terminaré después de las cinco de la mañana ¿está bien, ternurita?- bajo su pecho desnudo latía fuertemente su corazón, si bien lleno de excitación y pervertidos pensamientos, también de algo que alguna vez juró dárselo a Grimmjow… y ahora ni su nombre podía recordar.

-…si, está bien…- (confió en ti… pero será tu última oportunidad).

 

Despertó poco a poco, desperezándose lentamente, estirando las manos en toda su extensión dándose así cuenta de que se encontraba en una cama y que su amante se marchó. Levantó el cuerpo apresurado, dando con una nota en la mesa cafetera que decía:

“Perdóname pero tuve que ir al escuadrón para que no vinieran a molestar a la casa. Volveré antes de las 4 pm., te lo prometo.

Te amo.

Byakuya”

Sonrió con la inscripción, esa noche mágica admitió el amor más frenético que le tenía, haciendo su vida perfecta. (Alguien para quien existo… mi Byakuya).

 

La muchedumbre lo trataba con cierta pena, y no era para menos, al salirse de bañar se dio cuenta que hicieron el amor en un sillón de la zona de dormitorios de los empleados. Trató de no pensar en ello y mejor en como decirle a su amando que descubrió la verdad, reconocía sus memorias y, además, las mentiras dichas.

Fue a la biblioteca a pensar, hallándose con que la limpiaban, un proceso arduo por la cantidad de libros y de lugares que era necesario hacer. Fue a la sala y terminó igual, así hasta enterarse que se ordenó hacer una limpieza general y profunda de la casa. Buscando un lugar donde pensar sin interrupciones fue a dar con una habitación en la que nunca entró porque nunca se la mostraron. Abrió un poco y le olió a incienso, deslizó por completo para encontrar un enorme altar. (La familia… de Byakuya…) se metió en silencio, como temiendo despertar a los muertos. Vio todas las fotografías una a una, con el interés de un científico frente a algo nuevo, hasta ver la de una chica de rostro apacible. (¿Ella era… Ru… Rukia?), frunció el seño ante la duda, pues esa muchacha no estaba muerta y el shinigami no era de bromas de mal gusto.

-ah… Uruki-sama- volteó la cara y miró a un joven con delantal que le sonreía con jovialidad.

-Suzuki-san… ¿Quién es ella?- preguntó su duda, esperando que supiera la respuesta.

-… verá…- pronunció bajando la voz y con un poco de melancolía-… se llamaba Hisana… amm- el muchacho pareció recio a seguir y miraba la ocasión de marcharse.

-¿Hisana… qué?

-Hisana… era la esposa de Kuchiki-sama- (¿cómo?)-… era Kuchiki Hisana-sama-(nunca me lo dijo…)- lamento si dije algo que Kuchiki-sama no le había dicho…

-descuida, él ya lo mencionó…- lo dejó marcharse de esa situación tan incomoda- Kuchiki Hisana, esposa muerta de Byakuya… su esposa…- tocó la foto mientras la ira lo invadía. (Ella debió ser importante para él… ¿Por qué ocultarla?… ¿con qué propósito?).

-¡mentir de esa forma sobre alguien que se quiso es despreciable!- gritó en la habitación. (Como si no existiera… despreciable).Después se calmó para no llamar más la atención. Aun era posible que le doliera su muerte y por eso no lo hacía. Se lo preguntaría con tacto.

 

Al acabar de comer dieron las 3:43 pm y a partir de ahí se la pasó ofreciendo sus respetos y plegarias a los difuntos, más como una forma de perder el tiempo y ser encontrado ahí, para preguntar directamente sobre su ex mujer.

-Uruki-chan ¿Dónde estás?- finalmente lo oyó en el pasillo, abriendo y cerrando habitaciones.

-aquí estoy- respondió mientras dejaba de estar incado. La puerta se abrió, le sonrió con tiernés pues no deseaba herirlo con la pregunta.

-¿Qué haces aquí?

-nada en particular.

-vamos, este lugar es triste- le tomaron la mano para empezar a tirar de ella.

-pero… quería saber de tus familiares- se detuvieron y sin voltearlo a ver.

-¿para qué?- Le cuestionaron.

-¿Cómo que para qué? Me gustaría saber más sobre ti y tu familia.

Su cuerpo giró para que viera en su cara una sonrisa amable.

-muy bien. Él…- dijo señalando un hombre viejo con kenseikan en el cabello pero sólo de un costado y con abundante bigote, todo su cabello era totalmente blanco- era mi abuelo, me crió… siempre fue exigente en todo sentido. Un gran hombre.

No decía todos pero al parecer eran los más importantes o los que conoció, no sabría decirlo,  sólo escuchaba con atención.

-no sé de quién más quieras saber. Nunca acabaré si menciono a todos- dudó un momento hasta darse el valor de hablar.

-ella… se parece mucho a tu hermana… jeje- (que no lo lastime… no es mi intención)-…¿Quién es?

-su nombre es Kuchiki  Hisana - (sabía que no podía ser cruel en ningún sentido).

-ah… entonces ella es…

-otra hermana mía…-(¿qué?)- se parece mucho a Rukia ¿verdad?-(¿pero qué?).

-¿hermana?-(¿bromea? ¿Va a ocultar a alguien que quiso tanto como para casarse?).

-si ¿Qué más podría ser?

-tienes razón jeje…- rió con la cabeza baja, lo suficiente como alejarse hasta la puerta- necesito ir al baño- caminó lento, al terminar el pasillo corrió al primer lavado que encontró.

-mintió sobre ella…- se dijo agitado y al borde del llanto- también… la niega…- se desparramó en el suelo, tallando cualquier lagrima que escapara-… me equivoqué… no existiré tampoco para él…

-Uruki-chan ¿estás bien?- tranquilizó su voz antes de responder, también limpiándose la cara evitando correrse el maquillaje.

-si… no te preocupes…-(¿Por qué desperdiciaste tu última oportunidad?).

 

Al salir del baño fue a encontrarse con él,  en su escritorio, llenando hojas como un loco pero sin ningún frenesí visto fácilmente. Acercó su mano hasta el hombro del otro, pero gusto antes de tocarlo lo retrajo y se marchó al patio delantero.

-¿será posible que le duela tanto como para no aceptarlo?- siguió caminando con esa duda, llegando a la barda. Miro atrás, a su hogar, subió un pie en un árbol cercano y se sujetó con ambas manos, subiendo hasta la copa.

Por la calle pasaba poca gente, toda sin notarlo, sumidas en su propia vida mientras las observaba desde el enorme sakura.

Tomó impulso, dispuesto a saltar.

-lo amo- pronunció y se detuvo- pensaré que tiene un motivo para decir algo tan inhumano…- (no quiero dejarle… no hay nada detrás de esta barda que me haga feliz). Bajó y se retiró a su cuarto, donde bebió un somnífero encontrado en los medicamentos, para dormir profundamente y no ver a Kuchiki durante ese día pues no deseaba hablarle.

 

 

Fin

Ni tú me debes ni te debo nada.
Un río fuimos. Un espejo franco.
Los dos bebimos de las aguas claras;
asomamos los dos al vidrio manso.

El mismo beso nos quemó en los labios,
con el mismo carbón prendido en llama.
Las mismas ilusiones se nos fueron
cuando cantar no quiso más el alma.

Fuimos río y espejo, fuimos besos,
y cantamos con hojas y con alas
canciones de alegría en los espejos.

Hoy tenemos a mano cuentas claras
que urdieron en silencio nuestros dedos.
Ni tú me debes ni te debo nada

 

 

-buenos días- la primera frase en recibir esa mañana fue de aquel que rara vez se despertaba temprano a no ser que tuviera trabajo, y estaba seguro que se levantó por trabajo.

-buenos días- saludó saliendo de la cama, el otro lado también estaba destendido por lo que supo que durmió a su lado aunque lo vio dormido.

Abrió la puerta no sin antes consultar la hora, las 9:12 am., no tan temprano ni tan tarde como de costumbre.

-llevaré unos documentos al escuadrón y regreso. Hoy podemos ir…

-al mundo real. Está bien. Te espero- salió del cuarto. No tenía el mejor humor esa mañana, ni durmiendo toda la noche sus pensamientos lo dejaron en paz. Esa remota posibilidad de que mintiera nada más porque si era torturante. (Falso, falso, nada más que patrañas, Byakuya no haría eso).

 

Pasaron los minutos más largos de su existencia esperando el regreso de aquel, mirando la foto de la mujer que en otro tiempo pudo ser su rival, preguntándose como un demente qué contestaría su pareja cuando volviera a cuestionarle ¿sería la verdad que le dolía? ¿Rodearía la pregunta? Ó ¿mentiría?

Paso a paso se acercó, al encontrarlo no le sonrió, permaneció inerte, rogando todo saliera bien.

-¿otra vez aquí? Te dije que es un lugar triste. Vámonos.

-¿Quién es ella?- (por favor…).

- ya te lo dije.

-¿Quién es, Byakuya?- (no me hagas decir…).

-es… un pariente… es mi hermana…-(es el fin)- Uruki-ch…

-¡NO ME LLAMES DE ESA FORMA!- cerró los puños dejando que el odio acumulado saliera a flote-Ulquiorra Ciffer es mi nombre, cuarto espada es mi rango, Aizen-sama era mi líder y tú, Kuchiki Byakuya- ya lo tenía lo suficientemente estupefacto y no conocía el resto-… eres…-(¿mi enemigo?... serían falacias decir eso…)-… un mentiroso más en mi vida.

-¿cu… cuándo…?

-¡¿eso importa?! No hace falta saber cuando recobré mis recuerdos porque no permaneceré ya aquí- en acto seguido se deshizo del gigai. Se retiró unos metros hasta abrir una garganta.

-¡detente! – Lo alcanzaron obligándolo a no entrar en la puerta a Hueco Mundo- puedo explicarlo.

-no me interesa- quitó la mano que le sostenía el antebrazo, haciendo una nueva entrada a su mundo.

-no… detente, Uru…Ulquiorra, permite hablar-Mientras sostuvo ambas manos. Su enojo iba en aumento- hazme caso, necesito que…

-¡no te haré caso! ¡Entiéndelo! ¡Estoy arto…!...- gravó el rostro preocupado de su amante. Tan fraternal que aun le calentaba el pecho-… arto de todo. Déjame ir…- recobró su energía y lo amenazó con la mirada y su fuerza.

-no lo hagas…- cada oración era sumamente preocupada y sumisa. Si no buscara permanecer en la memoria de alguien lo habría perdonado de inmediato.

-¡déjame…!- no perdió práctica en todo ese tiempo. Tan fácil como hace 1 año y medio pudo lanzar un cero de su categoría directamente al estomago del capitán.

No pensó en averiguar si lo hirió o no. Retirarse era su prioridad. Teniendo un pie del otro lado lo abrazaron para regresar; lo primero que percibió fue el olor a sangre, al ver los brazos que sostenían su tórax supo que dio de lleno en uno pues lo tenía sin piel, con graves quemaduras y cubierto en sangre. Justo después lo jaló con energía a un lado, forzándolo a quedar de cara.

-¡ALEJATE!- le exigió.

-basta…- no estaba para que terminara de hablar, lo golpeó duramente en las costillas, oyendo el crujido de algunas.

Se hizo a un lado. Ahí concluía la relación. Pero eso al mundo exterior no le importaba, como aquella gente que vio desde el árbol, tenía su propia historia que no se enredaba con la suya.

-¡mierda!- tan desconcentrado se encontraba que no dio con la bola de fuego en su dirección. No podría salir ileso más intento cubrirse. (Es muy fuerte…).

El intenso color rojo se volvió deslumbrante hasta hacerse negro. El traje negro de su novio fue lo último que alcanzó a percibir.

 

-Byaku…- su cuerpo le ardía. Ni con la protección del noble pudo salvarse. Ahora tenía miedo, rodeado de shinigamis con haoris blancos y él lastimado, con su único simpatizante en quién sabe qué condiciones desmayado encima.

El viejo se acercó, recordándolo de los papeles que antes acomodo, nada menos que el capitán comandante, su reiatsu fue intenso al tenerlo de frente.

 Puso a un lado el cuerpo que lo presionaba y preparó su cuerpo para la batalla.

Nunca hubo necesidad de prepararse, la pelea estaba perdida, como un ratón contra 10  tigres, habiendo logrado evitar otra llamarada de Yamamoto fue sostenido del brazo derecho por  la teniente Nemu, al intentar golpearla y sacar a “murciélago” dos hombres,  teniente Hisagi y el capitán Mayuri le asestaron un golpe, el último con esa corta oportunidad fue capaz de inyectarle algo, que a final de cuentas no dejó inconsciente de inmediato pero si con efectos terribles,  sentía que su interior se corroía impidiéndole luchar.

-dime ¿Qué hacías con el capitán Kuchiki?- la sangre le calaba en la boca y el estomago, mientras ese shinigami, el teniente de su pareja lo interrogaba sin la necesidad de defenderse pues no podía ponerse de pie.

-… nada… no somos nada…

 

-despierta- la voz molesta no daba tregua y continuaba repitiéndolo cada vez más insistente- despierta ¿cuanto más tardará en desaparecer la dosis?

-ya debería desaparecer, Mayuri-sama.

-claro que lo sé, yo la hice. Tonta insensata.

-lo lamen…

-cállate- un rostro aterrador apareció al frente. Sin duda ese científico loco investigaba hasta con el mismo- ya era hora, cuarto espada.

- ¿Qué…- las manos las llevaba juntas y encadenadas con reiatsu, los pies y la cadera de la misma manera, dejándole como unos 30 cm de movimiento y además en el cuello un collar que le causaba un dolor interno indescriptible-…demonios quieres?

-mmm… venía a darte las noticias-(¿Por qué mi vista esta tan borrosa?)- yo tenía la intensión de investigarte pero no me lo han permitido. Se te condena a la ejecución mañana cuando el sol suba. No habrá juicio. Mientras que a él…- pronunció moviendo la cabeza justo enfrente. En aquella prisión fría que sólo dejaba entrar luz de la luna a través de una ventana con barrotes vio a Byakuya, amarrado como él y dormido-…lo más probable es que también se declare culpable en la junta a la estoy a punto de ir.

-¡tú… auh!- le dolió el cuello como si le clavaran una espada.

-veo que ahora lo notas. Esos collares adsorben el reiatsu, como un parche que creé hace tiempo, pero, como me di cuenta que te regeneras tuve que hacerle unas modificaciones. Adsorbe la energía que utilizarías para generar órganos y si llegas a liberarte hará que toda tu fuerza se libere, lo que nos facilitará encontrarte si escaparas.

-… ¿el de él tambi…?- no podía ni concluir, las ganas de vomitar sangre apenas eran soportables.

-no, hice uno. Está tan herido que con suerte sobrevive para ser ejecutado.

Su cuerpo era como de plomo, obligándolo a incarse.

-tengo una duda, cuarto espada- mencionó antes de marcharse el extraño capitán.

-…¿cu… cuál?- articuló respirando con dificultad.

- te defendió, evitó que te encontráramos, parece que vivían juntos y… se hirió ¿Qué sucede entre ambos? ¿Lo que respondiste antes era verdad o quieres retractarte?

-… fue sólo un circo, una obra… detrás del telón los personajes son diferentes. Dije la verdad antes.

-mmm, eso creí- lo dejaron en el calabozo. Claramente perdiendo energía, con sus muñecas y tobillos sangrando por el roce de los amarres.

-hola, luna- saludo viendo hacia la ventana. No sonreía ni expresaba ningún sentimiento, quieto estudiaba el bello astro- hoy me despido… debí haber muerto antes, en aquella lucha contra Ichigo ¿Por qué no me asesinó  ¿Por qué debo continuar?

Cuando guardaba silencio el único sonido audible era el del gotear de la sangre en el suelo. Hasta que un quejido proveniente de la misma celda, de su compañero, se hizo presente.

-Uru… ki…

-Ulquiorra, mi nombre es Ulquiorra- corrigió.

-… ¿estás…?- oyó los pies del otro arrastrándose.

- no te muevas, tu reiatsu es débil.

-… ¿Qué pasó?- no se escuchaba como antes su voz, apagada y con quejidos.

-¿Qué esperas que ocurra? ¿Un milagro? Por obvia nos ejecutarán.

-¡¿cómo?! ¡ahh!

-¡no hagas eso!- regañó ante su necedad de moverse en su dirección.

-algo debemos hacer… ¿puedes moverte?

-no, no hay forma de salir, no es necesario pensar en có…

-perdóname- no mostró en su cara la sorpresa que se llevó por dentro- no pude protegerte. Debes seguir enojado conmigo… Hablemos, podemos arreglarlo y después juro que te saca…

-no lo digas. Hablaremos porque no hay nada más que podamos hacer. Pero no me prometas nada…-(no podrás cumplirlo… y no quiero que vivas con eso)- ¿Por qué no me contaste lo que sabías sobre mi?

-perdón.

-quiero respuestas ¿Por qué no hablaste? ¿Por qué hiciste esa farsa? ¿Qué no confiabas en mi?- su desesperación creció al ver que volteaba el rostro y desviaba la mirada, sin contestar nada-¡contéstame, contéstame ¿Por qué me hiciste eso?!

-¡tenía miedo!- le gritaron finalmente- estaba aterrado… era eso- le escuchó calmarse entre gemidos- al poco tiempo que despertaste- narró- me enteré que tu corazón le pertenecía a el sexto espada, no soporté la idea de que cuando recobraras tus memorias me dejaras y entre más te conocía más te amaba y más… igualmente crecía el temor. Hasta que parece que llegué al punto donde el miedo me segó y te lastimé… perdóname. Sin ti…- escuchaba estupefacto, en su rostro debilitado se leía que ese susto era muy vivido, temblaba por eso y por la posible y cercana ejecución-…ya no quiero seguir.

-… ¿Por qué la ocultaste?- le preguntó amargamente.

- al principio evité cualquier contacto que llegaras a tener con tu vida, después me obsesioné haciendo que nada fuera siquiera a parecerse. Hisana-san fue una ex pareja… entonces sólo pensé “¿y si trata de recordar una ex pareja?”. Ahora que lo pienso pude lastimarte más que protegerte… sin darme cuenta era mi peor enemigo…

-ciertamente- el odio no decencia ante esas palabras verdaderas.

-pero, Ulquiorra, en algo nunca te mentiré, y es que te amo como nunca nadie podría amar- con las pocas energías que le quedaban al capitán llegó hasta su pecho, colocando su frente- te voy a cuidar mejor. Para mi existes y eres indispensable, por eso, no dudes de lo que te digo- (miedo, ese sentimiento domina tanto a las personas… miedo… yo lo he sentido. Gracias, Byakuya, comprendo lo que dices y ahora… perdóname tú a mí por meterte en esto). Mientras lo pensaba bajó sus ojos a mirarlo, acercando sus bocas y juntándolas no frenéticamente pero si con amor de una pareja que presiente el final.

-Byakuya…- le llamó entre besos, éste no lo escuchó, su fuerza estaba tan baja que apenas parecía despierto para seguir comiéndose su boca.

Se permitió besarlo bien, saber que su sabor nunca fue tan pecaminoso, endulzante y sutil. Con su corazón frenético de emoción se despidió pues en los pasillos los pasos de dos personas resonaban, y la voz de uno de ellos la reconocía: Rukia, la hermana menor de su novio, con toda la admiración que se leía en sus ojos era obvio que no permitiría el sacrificio de su hermano.

Retiró su cabeza, irguiéndose y formando en su rostro seriedad.

-gracias por aclarar todo-(lo lamento… si tú te salvas todo estará bien)

- como si vistieras flores brillantes, tú eres un ángel que ha venido abajo. Esa voz... esa sonrisa... acelera mis latidos del corazón- el cuerpo cansado de Kuchiki ya no se sostenía, se recargaba en la pared, gastando sus fuerzas en cantar perfectamente una última melodía-Dentro de un profundo amor sin fin, sé que tu bondad y tu fuerza podrán curar el dolor. Extiendo mis alas para ti.Incluso bajo la lluvia violenta o en una noche tan oscura que no puede ver que los dedos se extienden, voy a buscarte-(gracias… y adiós, mi salvador). Por su parte también estaba débil pero era por soportar la carga que sería verlo partir, el egoísmo le dictaba que no quería estar solo-Algún día, vas a tomar mis manos, y sin siquiera un respiro voy a abrazarte fuerte.Desde mi mundo cerrado, el sonido no se escucha de volar hacia la previsión y el destino.
Las estrellas y la luna y el sol parecen brillar mucho más brillantes si cierras los ojos.Tú dices mi nombre, y me paró todo el dolor que los aguaceros causaron gracias a ti.
Te ofrezco mi alma y el cuerpo, en una apuesta de vida, que sólo quiero proteger tu sonrisa.

 

-te odio- Los ojos azules oscuros del mayor se abrieron con espanto. (Lo lamento… pero quiero que vivas. Vive feliz y si es posible… muere igual).Gravó en su mente las fracciones heridas de ese shinigami y después fijó sus ojos en la luna. Con los oídos atentos a la voz de la chica y de otro hombre; la puerta de metal se abrió y destrozaron las cadenas que sostenían a su prometido, todo en segundos pues la alarma se activó apenas abrieron la entrada.

-¡Ulquio… rra!- (vete), no regresó la cara, sabía de antemano que no se dejaría llevar así de fácil, pues lo amaba y estaba dispuesto a morir, más él no quería eso. Al final pareció que fueron capaces de cargarlo y empezarlo a llevar lejos de la zona de peligro, no sin antes oír las concluyentes palabras de su enamorado-¡yo no te abandonaré!

Las puertas se cerraron y ni todo el ruido que hacían para buscar a Kuchiki le sacaba de sus pensamientos, ahora estaba solo, moriría solo. Tenía miedo, era de aceptarlo, pero a la vez la felicidad mantenía su corazón latiendo.

-ya lo entiendo, mujer.

Sentí algo recorriendo mis manos… un corazón… en ellas.

-se siente bien. Gracias… ahora que entregué el mío a alguien puedo partir sonriendo.

(Muchas gracias, Byakuya, te amo y te agradezco hacerme sonreír y tener fe hasta el final).

 

- estrellas y la luna y el sol parecen brillar mucho más brillantes si cierras los ojos…

Notas finales:

¡Qué trabajo fue subir esto! ¡Maldita tecnología!... bueno, no importa.

Gracias por leer.


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