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VACIO DE UNA NOCHE BLANCA por sleeping god

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Notas del capitulo:

Me canceraron un trabajo así que tuve tiempo de revisarlo, motivo por el que subo tan pronto... o al menos se me hace pronto.

Desperté transpirando

otro día ha empezado para derrocharse

en mi desgracia

atascado en mi cabeza otra vez

se siente como si nunca abandonara este lugar

no hay escape

soy mi propio peor enemigo...

 

estoy rendido; estoy cansado de de sentir esto

¿no hay nada que puedas decir?

llévate todo esto lejos, me estoy sofocando

dime qué demonios hay de mal conmigo

 

no sé que quitar

pienso que estaba enfocado pero estoy asustado

no estoy preparado

hiperventilado

buscando ayuda de alguna manera en cualquier parte

y a nadie le importa

soy mi propio peor enemigo...

 

dios!!!

sácame fuera de mi miseria!!!

sácame fuera de mi miseria!!!

sácame fuera de mi...!!!

sácame fuera de mi maldita miseria!!!

 

La mierda de miseria

Que es ser mi propio peor enemigo

 

 

 

(Nunca me vas a dejar… es todo lo que te pediré siempre). Esperó hasta verlo dormir profundamente, ya después lo llevó a la cama, volteó hacia atrás, pensando en que dirían los empleados luego de semejante espectáculo, una cosa era que supieran que tenían sexo más muy diferente era casi hacerlo en sus narices.

-mientras no molesten a Uruki-chan por eso no habrá problema- dio por terminado el asunto.

Durmió como un bebé, la verdad es que le costó mantener el ritmo durante tanto tiempo, pero sí que lo disfrutó; hubiera seguido descansando de no ser que algo le picaba la cara, al inicio soltó un manotazo y se detuvo, pero volvió, abrió los ojos y vio la mariposa del infierno proclamando atención. (Pregunta  Abarai Renji si me encuentro bien. Hay trabajo y nuevos papeles por lo cual me traerá las hojas si me siento mal).

-me sentiré mal si viene-dijo en voz baja, su compañero aun descansaba. Le quitó el cabello de la cara y la besó-volveré en unas horas, ángel dotado de hermosura.

Se duchó, arregló y perfumó, listo para hacer un poco de trabajo e irse de inmediato. Dirigiéndose a la puerta recordó que no dejó ni una nota o un aviso, antes no le hubiera apurado pero parecía que ahora le molestaría mucho a su egoísta novio que necesitaba saber donde estaba a cada segundo. Regresó con una hoja de papel y una pluma, escribiendo.

-Perdóname pero tuve que ir al escuadrón para que no vinieran a molestar a la casa. Volveré antes de las 4 pm., te lo prometo.

Te amo.

Byakuya-

La releyó para ver si era concisa y su letra no temblaba por la admiración que le causaba el que dormido siguiera siendo tan adorable. Dejó el papel y se fue sin verlo o se quedaría a admirarlo.

 

-capitán, creí que estaría enfermo- comentó el teniente de pelo rojo, (si vine es porque no lo estoy, insensato), más el buen humor le mantenía de una excelente paciencia.

-estoy bien, Abarai Renji, agradezco tu preocupación.

-… capitán…- siguió su rumbo sólo para recoger la información y amontonarla en su escritorio.

Miró ambos montones, ambos de más de un metro. (Uno), transportó la mitad dejando a la otra abandonada, pero antes abrió el primer cajón, donde tenía pinceles y tinta y la baratija más invaluable del mundo, la que le hizo con tanto amor su principito. Se la puso en la mano derecha y salió.

-¿y el resto?- le volvió a hablar el de menor rango que lo seguía como cachorro a su dueño.

-los haré mañana, o el día que sigue o luego…-(mi Uruki me espera)-…que importa.

-¿no se quedará al entrenamiento?

-entrena solo, estoy ocupado… aunque…-recordó que en esos últimos días, debido a su ineficiencia le mandaban a alguien para que verificara su asistencia-…¿recuerdas a quién revisa mi asistencia?

-…si, capitán ¿por qué?

-cuando venga dile que salí por… lo que se te ocurra.

-¡¿quiere qué lo cubra?!- le cuestionaron impresionado, sin embargo el sólo pensaba en llenar eso pronto y llevar lo menos posible a casa. (Lo llenaré mientras camino a casa… o en un parque… o pasaré a comprarle flores… y a la joyería, necesito ir viendo los anillos, uno digno de tanta majestuosidad ¿me pregunto si existirá?)

-sí, hazlo, es una orden.

-… claro… ¿capitán?- importándole poco se marchó dejándolo con todas las dudas existentes.

 

Durante el trayecto dejó encargados los documentos en cada local al que pasó ese día. Primero una tienda de regalos, comprándole a su amorcito un peluche de lobo de 60 cm que aullaba, el segundo fue una dulcería donde gastó en chocolates y caramelos de calidad francesa y mexicana, siguió a la florería para llevar un ramo de rosas grandes en color rosa pálido y alrededor flor de safrano amarillas para resaltarlas, en un hermoso y grande arreglo. Finalmente se detuvo con todo el cargamento en frente de la joyería con mayor renombre en el rukongai y todo el seretei. (¿Estaré listo para casarme de nuevo?... si aun no sé como lidiaré con el seretei cuando lo haga público).

-¿Qué debería hacer?

-… ¿Kuchiki-sama?- preguntó un hombre maduro que llegaba a abrir el local.

-buenas tardes- saludo cordialmente.

-¡dios, que nunca esperé tener a alguien de su altura en mi tienda! Deme unos segundos y le abriré la puerta- quiso negarse más antes de lo previsto le tenía arreglado el paso.

 

Al entrar barrió con la mirada las gemas, después de dejar todo en una mesa de cristal vio uno que llamó su atención de inmediato, un verde idéntico al de los ojos de su queridísimo novio.

-muéstreme este, por favor- pidió al hombre que cumplió la orden sin pereza.

-tiene buen ojo, Kuchiki-sama. Es una esmeralda…-(un poco vulgar… merece un diamante o algo mejor). Al parecer la indecisión se marcó en sus fracciones pues el vendedor complemento rápidamente-no es cualquier esmeralda, este tono verde no se da en todas y fue extraída de una mina que debido a su profundidad en el mar le dio este tono, es única en el mundo…

-ya veo…- lo hizo dudar sin llegar a cambiar de opinión.

-además esta joya y esta…- sacó un zafiro en azul casi negro con el mismo lijado de finas ramas en el anillo de oro-…fueron sacadas de la misma mina, una mina de carbón donde sólo se encontraron estas dos gemas con valor resaltante. Desde que las compré decidí vendarlas juntas y para una boda, espero que eso una mucho a la pareja…-(me ha convencido).

-puede ponerlo a cuenta mía, me llevó ambos.

-discúlpeme…

-¿Cuál es el inconveniente? Puedo pagarlos, no lo dude.

-si, si, no es nada de eso, quizá le suene molesto pero sólo los vendería para una boda.

-pues que así sea-dijo orgullosamente.

-¡dios es muy bondadoso este día! ¡Permítame ser el primero en felicitarlo, Kuchiki-sama!

-gracias- rápidamente le dieron su encargo- hay algo que debo pedirle.

-lo que sea, dígame.

-mi pareja aun no debe conocerse, le agradeceré mucho que no hable- la cara tranquila y feliz de esa alma le inspiraba confianza.

-no hay problema. Esa linda muchachita es muy afortunada-(muchachita… si lo escuchara Uruki-chan no estaría nada contento).

Agradeció los anillos y se retiró a su hogar, donde acomodo todo en la sala principal para darle una sorpresa al murciélago; con los anillos esperaría, lo llevaría al mundo humano, a un hermoso amanecer en la cima de una montaña cubierta de verde maleza y bellas flores para pedirle su hermosa mano en matrimonio. Ahí acabaría todo, diría la verdad a todos e incluso a Ulquiorra para vivir la vida como se debe: plenamente.

Buscó en cada una de las habitaciones y bibliotecas, llamando al arrancar, sin respuesta.

-Uruki-chan ¿Dónde estás?- (¿Dónde se habrá metido ahora?).

-aquí estoy- la contestación llegó desde ese cuarto que nunca le mostró. Con pasos largos apareció, viéndolo incado y dedicándole una linda sonrisa.

-¿Qué haces aquí?

-nada en particular.

-vamos, este lugar es triste- (le encantará la sorpresa). Le sujetó la mano para llevarlo consigo.

-pero… quería saber de tus familiares- (del pasado… ¿sólo mi pasado o también le interesa el suyo?).

-¿para qué?

-¿Cómo que para qué? Me gustaría saber más sobre ti y tu familia-(no debo ser paranoico… es sobre mí no sobre él… demonios…). Giró la cabeza con una sonrisa, después de todo se interesaba en saber más el uno del otro.

-muy bien-iniciaría a quien más le debía, su abuelo- Él era mi abuelo, me crió… siempre fue exigente en todo sentido. Un gran hombre.

Pasó lista saltando a algunos, sin ningún motivo en espacial pues todos los consideraba importantes y sabía la historia de toda su familia.

-no sé de quién más quieras saber. Nunca acabaré si menciono a todos.

-ella… se parece mucho a tu hermana…j eje- (era mi esposa… la persona a la que antes quise…)-… ¿Quién es?

-su nombre es Kuchiki  Hisana – la melancolía era mínima pero el recuerdo fuerte.

-ah… entonces ella es…-(así es, una ex pareja… como tu entiendes y tuviste… y tuviste), se le encogió el corazón con esa remota pero plausible posibilidad ¿y si recordaba a Grimmjow antes de demostrarle su amor con los anillos? Aun podía cambiarlo, dejarlo atrás… soltar su mano.

-otra hermana mía…-mintió-se parece mucho a Rukia ¿verdad?

-¿hermana?

-si ¿Qué más podría ser?-siguió sin proveer ningún daño.

-tienes razón jeje…- le observó la cara que parecía haber visto algo increíble y horripilante. Se preocupó enseguida- necesito ir al baño- (¿estará bien?). El menor se marchó lentamente, antes de ir tras él, dedicó unos segundos a su ex esposa. (Perdóname, sucede que encontré a alguien que parece quererme como siempre ambicioné… me hace tan feliz). Al salir ya no estaba en el pasillo sino que en el baño. (Que veloz). Pegó el oído en la puerta pues le pareció escuchar un llanto.

-Uruki-chan ¿estás bien?

-si… no te preocupes…-le sonó un poco raro su tono de voz pero lo atribuyó a tanta exigencia la noche anterior.

Contento de poder darle su regalo apenas saliera tardó en percatarse que tenía trabajo; ya no podía posponerlo y si lo hacía tendría un día completo, sin descanso ni para respirar, debía escribir en ese momento.

Velozmente puso manos a la obra en su trabajo, concentrándose para no tener que repetirlo y con el gusto de que lo finalizó en una hora.

Se levantó para entregar los regalos y pasar una romántica noche, sin embargo el hollow de ojos verdes ya dormía profundamente en su cama.

-Uruki-chan… Uruki-chan…- no despertó- ya será mañana- se despojó de la ropa y se vistió con pijama de seda para dormir temprano y estar con todas la energías en la mañana que planeaba fuera perfecta.

 

El repiqueteo del reloj despertador hizo alarde a las 9 de la mañana, normalmente la pereza le demandaba dormir otros 30 min. Y la sorpresa de hoy era su energía en ese día que prometía mucho.

Estando listo les dijo a los empleados que guardaran los obsequios, se los daría al volver. Regresó al cuarto para despedir al pequeño que despertó apenas entraba.

-buenos días- le saludo, alegre de poder decírselo primero en mucho tiempo.

-buenos días- le respondieron secamente, era temprano y era de esperarse esa desgana. Su muchacho siempre se levantaba a lavarse y después buscar que hacer, nunca pecando de flojera.

-llevaré unos documentos al escuadrón y regreso. Hoy podemos ir…

-al mundo real. Está bien. Te espero- lo dejaron atrás con esa cortante respuesta que no esperó. (¿Por qué estará enojado?... debe ser porque iré al escuadrón. Mejor le diré que no tardo). Sin embargo, al ir a buscarlo una mariposa atravesó en su camino, sinónimo de que Renji necesitaba los documentos con urgencia. (Demonios, ojalá que no se enoje). Se tuvo que marchar sin averiguar lo que le pasaba al murciélago, haciendo que su humor fuera pésimo al llegar al trabajo.

 

-¿Qué pasa, Abarai Renji?- demandó apenas lo encontró.

-las hojas que se llevo las pidieron en la junta de tenientes…alcance a que lo pospusieran y…-(¿me llevé las de este…?).

-¿Por qué dejaste tus documentos en mi escritorio?

-porque ahí siempre me lo ha permitido y la primera hoja tenía mi nombre en grande, como me lo pidió desde un inicio-(… ahh… tendré que repetirlos después de todo… él y yo pues puse mi información).

-temo que tuve un error al llevármelos y contestarlos….-(esto es humillante)-…vuelve a sacar esos papeles para ambos…

-está bien- lo escuchó caminar y luego detenerse- ¿ocurre algo, capitán?

-¿Por qué lo mencionas?

-porque… desde hace tiempo está… ¿cómo decirlo?...

-dilo, Abarai Renji-objetó malhumorado.

-… extraño… a veces llega de buenas otras con un humor de los mil diablos, sin hablar de su falta de interés en todo lo demás que no sea estar en su casa ¿acaso hay algo que oculte?

-¿estás interrogándome?- amenazó fríamente.

-… ¡no!... no, capitán- se fue corriendo por el pedido.

Posteriormente averiguó que la información del teniente era urgente y no la suya, así que se dijo que podía hacerlo la próxima vez que se sentara en el escritorio.

 

Al volver nuevamente no daba con el chico que le robaba el corazón; un presentimiento le hizo irlo a buscar al santuario donde descansaban sus ancestros… para su mala suerte ahí estaba.

-¿otra vez aquí? Te dije que es un lugar triste… vámonos.

-¿Quién es ella?

- ya te lo dije.

-¿Quién es, Byakuya?- (algo no está bien… sus ojos parecen tan… tristes).

-es… un pariente…-(¿sospechara que miento?). Una incertidumbre difícil de controlar se apoderó de su mente, haciendo que tuviera miedo a mentir, pero pudo más su miedo a perderlo-es mi hermana… Uruki-ch…

-¡NO ME LLAMES DE ESA FORMA!-(¿Qué le pasa…?), mirando sus ojos en esos segundos le pareció ver un sentimiento de sufrimiento. Sin esperar lo siguiente- Ulquiorra Ciffer es mi nombre-(… ¿Ulquiorra?)- cuarto espada es mi rango, Aizen-sama era mi líder y tú…-(¿en qué me equivoque…? ¿Por qué lo recuerda?)-… Kuchiki Byakuya eres un mentiroso más en mi vida.

-¿cu… cuándo…?- preguntó con un nudo en la garganta, el corazón se le detuvo de exclusivamente escuchar su nombre y la vida se le desmoronaba al mirar con que odio se concentraban en él.

-¡¿eso importa?! No hace falta saber cuándo recobré mis recuerdos porque no permaneceré ya aquí- (alejándose…¿Cómo llegué a esto? Lo planeé… sería mío por siempre…). Desparalizó su cuerpo para alcanzarlo antes de que se retirara a Hueco Mundo, después de deshacerse del gigai que hacía que su fuerza permaneciera invisible, ahora la sentía y era increíble, al parecer estaba tan enojado que no la contenía ni un poco. (Si alguien de fuera la sintiese podrían venir a buscarlo).

-¡detente!  Puedo explicarlo.

-no me interesa- lo obligaron a liberarle la mano mientras más fuerza emanaba. (Estaremos en problemas si no lo calmo). Contrario a su deseo todo empeoraba, el menor abría otra puerta sin importar lo que dijera.

-no… detente, Uru…-(no, lo empeoraré…)-…Ulquiorra, permite hablar-llevado por la critico de la situación le inmovilizó ambas manos- hazme caso, necesito que…

-¡no te haré caso! ¡Entiéndelo! ¡Estoy arto…!-(¿Por qué se ve tan triste? ¿Yo le causé eso?) -…arto de todo. Déjame ir…

-no lo hagas…- las manos que sostenía con tanto cuidado se debilitaron y no lo agarraban para nada. (¿Qué diablos le he hecho?).

-¡déjame…!- con la mente perdida en los ojos verdosos del pequeño, que rogaban consuelo, apenas pudo sentir un calor quemante en su estomago (… un… cero…). Fue el instinto de capitán lo que le obligó a alejarse de Ciffer pues prefería recibir el ataque para que la energía no fuera vista por los demás escuadrones; ahora si estaba en problemas. (Pronto llegaran. Debo ocultar a Uruki-chan). Al alcanzarlo en el patio dio con el daño en su brazo derecho, mirando que su pulsera se destruyó con el ataque.

(Algo acabó aquí…).

Sus ojos se fijaron en el techo de su hogar, le alarmó ver a varios capitanes, lo peor fue ver de manera preocupante que su jefe se preparaba para lastimar a su novio. Corrió a quitarlo de la mira, sujetándolo de frente y lejos de la garganta.

-¡ALEJATE!- (no se ha dado cuenta…).

-basta…- buscaba como un loco una salida, la desesperación nunca le fue tan dura, ahora tenía en brazos el ser que iluminó su vida, debía protegerlo ¿pero cómo?, (no sé qué hacer…no puedo creerlo… no sé qué hacer). La respiración tan agitada que llevaba se rompió como sus costillas en un golpe horriblemente fuerte y directo del murciélago. Como en cámara lenta fue testigo de la luz que cubría a su amante, una luz que terminaría por herirlo o matarlo.

(¿Qué debo hacer? Es mi culpa… todo esto es culpa mía). Ahí, nuevamente, el miedo de perderlo fue lo que lo movilizó, lanzándose enfrente  para que no le dieran directamente.

El capitán comandante era fuerte en colosales medidas, al principio no sintió nada, ni el tiempo, para después pasar a un dolor que le hizo borrarle la visión y dejarlo sordo de agonía. En ese estado únicamente podía seguir pensando en proteger a su Ulquiorra que por su culpa sería apresado y, además, de que sus ojos no mostraran ánimos de vivir.

(No te duermas… ayúdalo, sálvalo.. ¡Protégelo ¿Qué no se lo prometí?!... puta madre, quiero tenerlo seguro… ¡CABRÓN, NO SE TE OCURRA… no se te ocurra cerrar los ojos!…) a cada momento su cuerpo cedía y cedía hasta que el dolor lo obligó a caer.

 

El peor despertar de su vida juró que sería la vez que su abuelo, por un berrinche que le hizo, lo obligó a dormir afuera pero ahora sabía lo que era despertar sin sentirse descansado y más muerto que vivo.

(Uruki-chan… Uruki-chan… ¿Cómo estará…? ¡Despierta, mierda!).

-Uru… ki…

-Ulquiorra, mi nombre es Ulquiorra- lo localizó lentamente, su cuerpo era tan pesado pero verlo a salvo no pudo haber sido más satisfactorio. (Pero…) al fin reconoció las celdas y las ataduras que llevaban. Los atraparon y lo único que podía hacer era recriminarse por llevarlo hasta ese abismo.

-… ¿estás…?- (está sangrando… bien hecho Byakuya Kuchiki, así se protege a tu amado…), con la distancia que tenía libre pudo jalar un pie hacia el frente, tal dolor le taladró todo el cuerpo, su mente se le nubló y por fuerza de voluntad no desmayó.

- no te muevas, tu reiatsu es débil.

-… ¿Qué pasó?

-¿Qué esperas que ocurra? ¿Un milagro? Por obvia nos ejecutaran.

-¡¿cómo?!-(Uruki-chan… ¿Qué putas hice? Tengo que sacarlo…) esa duda era como una persona riendo en su cara al verle que su deseo no era suficiente y que el mismo trajo la miseria- ¡ahh!-(no puedo siquiera moverme… ¿Qué hago? ¿Qué hago?). Esa pregunta era enferma, llevándolo al borde de la locura si no la encontraba, y pronto.

-¡no hagas eso!

-algo debemos hacer… ¿puedes moverte?

-no, no hay forma de salir, no es necesario pensar en có…

-perdóname- (¿Qué más puedo decir? No sé cómo ni qué haré pero moriré de ser necesario para salvarlo…)- no pude protegerte. Debes seguir enojado conmigo. Hablemos, podemos arreglarlo y después juro que te saca…

-no lo digas. Hablaremos sólo porque no hay nada más que podamos hacer. Pero no me prometas nada…- lo dejó así aunque sabía que lo cumpliría con liberarlo- ¿Por qué no me contaste lo que sabías sobre mí?

-perdón-(¿Por qué no lo hice? Estarías bien de no ser porque fui un cobarde… un demente… tu eterno enamorado timorato).

-quiero respuestas ¿Por qué no hablaste?-(miedo)- ¿Por qué hiciste esa farsa?-(nada más que miedo)- ¿Qué no confiabas en mi?- cada palabra le marcaba lo pobre de valor que era, un miedo absurdo le segó hasta ponerle el mismo la soga al cuello-contéstame, contéstame ¿Por qué me hiciste eso?

-¡tenía miedo!- aceptó con vergüenza- estaba aterrado… era eso- se calmó y dio su razón de todo el acto realizado-Al poco tiempo que despertaste me enteré que tu corazón le pertenecía a el sexto espada, no soporté la idea de que cuando recobraras tus memorias me dejaras y entre más te conocía más te amaba y más… igualmente crecía el temor. Hasta que parece que llegué al punto donde el miedo me segó y te lastimé…-(si no te salvo yo te estaría matando)-perdóname. Sin ti ya no quiero seguir-(por eso no me odies si doy mi alma por ti… no tengo ninguna otra idea de que hacer).

-¿Por qué la ocultaste?- nunca esperó que todo se relacionara con su ex esposa, no entendía en qué momento se vio reflejado en ella.

-al principio evité cualquier contacto que llegaras a tener con tu vida, después me obsesioné haciendo que nada fuera siquiera a parecerse. Hisana-san fue una ex pareja… entonces sólo pensé “¿y si trata de recordar una ex pareja?”. Ahora que lo pienso pude lastimarte más que protegerte… sin darme cuenta era mi peor enemigo…-(así es, mierda, me preocupaba por un idiota que ya tenía las manos ocupadas en otro sin ver que con las mías te estrangulaba).

-ciertamente.

-pero, Ulquiorra, en algo nunca te mentiré, y es que te amo como nunca nadie podría amar- fue un idiota, insensato y cobarde pero nunca en su vida consideraría que no lo hizo por amor, el más quemante que nunca sentiría.

 Con la agonía fue hasta recargarse en el pecho del hollow y declarar lo que pudiera su mente semiconsciente- te voy a cuidar mejor. Para mi existes y eres indispensable, por eso, no dudes de lo que te digo- aun más idiota se pensó al acercarse a besarlo en esa situación, pero ya juntando sus bocas pensó en que podía ser el último que le diera. Decidido en guardarlo en su memoria y lecho de muerte no dio con que estaba al borde del colapso, dejándolo con sordera y la vista borrosa. Ya apenas se sostenía.

Un silencio mortal lo inundo, nada, ni su cuerpo ni la voz de Ulquiorra le llegaban. Con esfuerzo pudo recargarse en la pared y ver el miedo en los ojos de su concubino. (No tengas miedo, yo estoy aquí y te protegeré, definitivamente).

- como si vistieras flores brillantes, tu eres un ángel que ha venido abajo. Esa voz... esa sonrisa... acelera mis latidos del corazón. Dentro de un profundo amor sin fin, sé que tu bondad y tu fuerza podrán curar el dolor. Extiendo mis alas para ti.
Incluso bajo la lluvia violenta o en una noche tan oscura que no puede ver que los dedos se extienden, voy a buscarte. Algún día, vas a tomar mis manos, y sin siquiera un respiro voy a abrazarte fuerte.
Desde mi mundo cerrado, el sonido no se escucha de volar hacia la previsión y el destino.
Las estrellas y la luna y el sol parecen brillar mucho más brillantes si cierras los ojos.

Tú dices mi nombre, y me paró todo el dolor que los aguaceros causaron gracias a ti.
Te ofrezco mi alma y el cuerpo, en una apuesta de vida, que sólo quiero proteger tu sonrisa.

 

Observando el rostro blanco del arrancar consiguió leer en sus labios las palabras que matarían toda su esperanza “te odio”. (No… no es eso…) y justo cuando fijaron la cara en la ventana vio que lloraba con una sonrisa en la boca. (¿Te estás despidiendo? ¡NO SE OCURRA, TU VIVIRÁS!). Ese odio interno deseaba que fuera su fuerza y, sin embargo, nunca sería así.

Al estirar una mano otra le toco el cuerpo, y otra y otra hasta dar con su hermana Rukia y su teniente Renji que lo liberaban.

 (No… a Ulquiorra… sálvenlo a él…), quiso decirlo pero la sangre lo atragantaba. No escuchaba con claridad la alarma pero si veía fijamente a su destrozado, temblante y triste prometido. (¡¿Qué no lo ven?! ¡Tiene miedo!). Se retorció en los brazos que lo cargaban y lo alejaban de su promesa de protegerlo a costa de todo.

-¡Ulquio… rra!- (¡dios, no me hagan esto…! ¡No me hagan dejarlo solo!) Anheló llorar y acompañar en el llanto al menor que lo veía temblar-¡yo no te abandonaré!

La luna le alumbró la cara y levemente escuchaba como los dos rescatistas le gritaban por donde ir y que se apresuraran mutuamente. (Tengo que volver… y rápido…). No entendía bien que sucedía a su alrededor y parecía como si estuviera drogado hasta que una sensación reconfortante cambio todo, justo en esa cama improvisada abandonó la promesa de protegerlo.

Notas finales:

Me hará un favor quien sea que me explique por qué luego se le cambia la letra... el fin.

Gracias por leer.


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