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VACIO DE UNA NOCHE BLANCA por sleeping god

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Notas del capitulo:

Bueno, me libré un momento del trabajo y mis padres que vinieron de visita- sí, ya vivo solo-

Continuamos y mejor dejamos mi vida para mí.

Despierto en un nuevo día que demanda muchas cosas.

¿La salida fácil o el camino largo?

Todo el tiempo hay que escoger para llegar alguna parte.

Mirando el cielo la respuesta es lógica.

¿Para qué quiero caminar poco si lo que me llena es caminar de tu mano?

Sonrió a este sol y esa oscuridad…

gracias, esta sonrisa nunca fue tan fuerte y esta oscuridad nunca fue tan clara.

 

-Déjà…  vu- pronunció despertando en cama ajena después de sentir que durmió durante años- ¿Dónde estaré esta vez?- levantó su tórax y viendo alrededor supo que era un hospital o algo parecido.

(¿Dónde estará Byakuya? Seguro que él me salvó).

 Al sacar los pies tiró algo al suelo, cuando lo recogió la reconoció como la bufanda de su amante. Le extraño ver que se la deja a un lado, como un regalo.

(¿Estará aquí?).

Al ir a la otra cama leyó el expediente que decía que Kuchiki estuvo ahí, gravemente herido y se marchó un día antes. (¿A dónde?).

Suponiendo lo peor era que lo tuviera el seretei como un criminal- ¡maldición…! Como es un capitán al menos se toman su tiempo en matarlo. Debo ver cómo sacarlo- se puso la prenda en el cuello y manteniendo su reiatsu bajo llegó a una puerta trasera sin ser visto. Al abrirla golpeó con algo.

-¡fíjate!

-fíjate tú- respondió enojado. Al elevar la cara dio con el teniente de Byakuya. (Esto va mal… si me delata será muy problemático y no tengo a murciélago).

-¿tú? Te has levantado.

-dices una palabra y te mataré.

-tranquilo… oye…- lo empezaron a jalar hasta una habitación donde nadie los escuchara, ese lo mantenía oculto bajo su estatura y estrujándolo contra él y paredes. (Maldito ¿Cómo se atreve a aplastarme así?).

-¿Qué demonios…?

-te voy a ayudar- (¿por qué? Debe ser una trampa…)- yo saqué a mi capitán de la prisión… y quiero ayudarlo ahora y la única forma de hacerlo creo que es salvándote a ti.

-¿puedo confiar en ti?- le cuestionó escéptico.

-lo juro, no te traicionaré- (espero no equivocarme).

- bien, salgamos- como lo llevó lo sacó, aunque estuviera completamente incomodo tan pegado a otro ser humano diferente a Byakuya-…¿Qué diría Byakuya si le digo que estuve siendo “estrujado” por ti?- hizo la pregunta como algo muy natural pero que el otro le produjo un estremecimiento aterrador. Ya afuera le contestaron.

-no le digas… inventa algo pero yo nunca te toqué, por favor- (¿Qué le pasa?).

-que tiene de malo si me estas salvándome sacándome del hospital con sólo una bata, pegándome entre la pared y tu cuerpo y que considerando mi estatura y la tuya termino en tu abdomen y eso sin decir en caso de que te agacharas o me hicieras arrodillarme frente a ti- seriamente lo sentenció pues en su vida comprendió que eran los celos ajenos aun cuando su novio se los demostró de manera extrema.

-me va a matar, definitivamente.

-¿Por qué lo dices?

-casi mata a medio mundo por irte a ver- (¿lo hizo?)- lastimó incluso a su hermana menor- (¿por mí?)- sin decir que felizmente se declararía enemigo del seretei…

-¡no me abandonó!-(lo sabía… lo sabía, es el diferente, es único…)-¡vamos, vamos a verlo rápido!- le agarró la mano para correr e ir más rápido.

-oye… espera… ni siquiera es por ahí.

-entonces llévame, Renji-san, de prisa- sus mejillas estaban rojas de excitación y la boca con una sonrisa como las únicas que podía causarle su amando Byakuya.

-cla…  claro- el teniente lo llevó por los caminos despejados, volteando de vez en cuando a verlo para entender como ese muchacho seco y serio se transformó con el sólo nombre de su capitán a un lindo niño, coqueto y sonriente.

 

-Uruki-san, tendremos…

-¿Uruki?- preguntó con tono molesto- no me llames así.

-perdón, nos ha acostumbrado mi capitán- (me sigue llamando de esa forma).

-Ulquiorra, dime Ulquiorra- (ese nombre… únicamente Byakuya deberá usarlo).

-bien, es mi turno de hacer guardia, remplazaré a ese shinigami pero después Omaeda, otro teniente vendrá, tendrás sólo unos minutos para planear qué hacer ¿entendido?

-sí…- (no es ningún idiota… o tanto como decía Byakuya)- gracias, Renji-san…

-jeje… no es nada.

-Byakuya se alegrará y seguro te felicita cuando le cuente como me…

-¡no le cuentes como te ayude sino que te ayude, nada más!- (que raro).

-sí, está bien.

 

Se introdujo con una facilidad que le hacía pensar que no era nada malo lo que realizaban. Esas eran unas celdas espaciosas, limpias y cómodas, nada relacionado con las anteriores, y en la sexta lo encontró, durmiendo en el suelo sentado y recargado en la pared. (Se le ve bien… mi lindo Byakuya…), sin quererlo se llenó de emoción hasta temblar y sonrojarse por ella.

-Bya…- con la garganta seca estiró su mano entre las rejas y llamó- Byakuya- estupefacto se quedaba mientras se desentumía y luego lo miraba como viendo algo celestial, (¿yo… yo estoy haciendo esto?), se preguntó al ver su propia mano extendida, ayudando a alguien, entendiendo que podía dar auxilio, (puedo ayudar a alguien… alguien me necesita).

-Uruki… chan…- tomaron su palma para elevarse, por primera vez en su vida sintió que era ser útil y no estafado a la vez.

(Con que esto es “existir”).

 Seguidamente la soltaron y lo abrazan con fuerza, entre el frio de los metales y el calor del cuerpo del capitán-¿estás bien?

-… sí… sí- tardaba en reaccionar y más cuando Kuchiki puso la cabeza en su cuello llorando.

-gracias… qué bueno que estás bien-(¿tanto así se puede preocupar alguien por mí? Como para llorar…). Rodeó con sus brazos la espalda del mayor, dándose cuenta que también se preocupó por su bien, más que escapar apenas despertó prefirió ir a buscarlo.

-¿y tú? ¿Cómo estás?

-bien, ahora que te tengo- se sonrojó, irónicamente ya lo esperaba. Con la calidez paternal que siempre tenía le secó la cara, (¿Cuándo lloré?)- nunca te enteras que eras más frágil de lo que crees.

-no soy frágil- rezongó sin enojo.

-Uruki… Ulquiorra…

-dime como quieras, sakurabito- le sonrió perdido en los ojos azules oscuros aun húmedos.

-mi Uruki-chan- seguro de que lo besarían giró la cara.

-debemos planear que haremos. Renji está en la entrada pero me dijo que no tenemos mucho tiempo.

-lo que planeemos será peligroso y con un gran índice de inseguridad… ahora lo más importante y seguro es que quiero besarte antes de que pase cualquier cosa- (siempre un idiota…).

-¿no puedes razonar un poco mejor las cosas, “san mártir pervertido”?-  se agarró de los hombros para llegar mejor a la boca, con su cuerpo ardiendo entre los brazos del noble que no paraba de acariciarlo por debajo y encima de la bata. (… no debería… ni siquiera pensar en esto…)-aahh…- en contra de todo lo dicho su cuerpo se excitaba y su boca gritaba por ello.

-Uruki-chan… te amo…- al unisonó mordió su oreja en un acto sensual y de deseo contenido- como quiero hacerte el amor…-aferrándose a la idea de que no podían por la barrera física y la falta de tiempo, rasguñó su kimono blanco para después removerle las manos de debajo de la bata.

-… hay que esperar.

-lo sé… lo sé- le contestaron pero obviamente ansioso. Lo soltaron y le dio la espalda por unos segundos sin decir palabra, ambos necesitaban tranquilizarse- primero sacaremos de este asunto a Renji- le propusieron luego de esa pausa.

-sí… será lo mejor.

-Renji- llamó Byakuya alzando la voz.

-dígame, capitán.

-gracias por tu ayuda primeramente. Ahora debemos pensar en que decir para cuando vean a Uruki adentro porque de inmediato supondrán tu ayuda.

-estoy dispuesto a sufrir esas consecuencias- (… nunca más dejaré que Byakuya lo vea a solas… este imbécil está enamorado de MI novio). Disimuladamente fue a los barrotes y tomó un brazo del capitán en forma posesiva.

-no será necesario pues fuiste atacado por él que sólo quería verme pero tú se lo impedías- antes de que siquiera lo razonará el teniente, Kuchiki ya lo había desmayado de un golpe en la nuca.

-¿así agradeces siempre?- preguntó irónico.

-es lo mejor. Tuvimos suerte de que la capitana Soi Fong le tocara guardia.

-¿es amiga tuya?

-… no exactamente- automáticamente presionó el brazo comido por los celos. (¡¿Qué es entonces, rico sociópata?!)-… auh… es una conocida… a lo que me refería es que seguramente se fue con Yuruichi y por eso tuvimos suerte… Ulquiorra, duele.

-no fue mi intención- lo dijo de forma que se entenderá lo contrario- ¿Yuruichi? ¿Es la mujer que me contaste la otra vez? Una de las cuatro cabezas nobles, rica y petulante igual que tú y todos esos de “trago pan importado y me limpio con billetes de denominación mayor de 6 dígitos” ¿verdad?

-te encanta exagerar- (no es exageración)-si, es ella.

-ah, entonces también te está ayudando.

-involuntariamente, sí…- su plática se apagó con el ruido de alguien llegando, ambos se pusieron en guardia.

-¿Cuál es el plan, Byakuya?

-voy a protegerte- le sorprendió la respuesta por lo seguro que se escuchó y al mirar su rostro nunca lo admiró con tal fortaleza.

-sí, todo saldrá bien- el teniente del segundo escuadrón llegó comiendo pero en cuanto lo observó cambio a hacerse más serio.

-¿Qué es esto? ¿Quién diablos eres, maldito?

-Ulqui…- antes de contestar el brazo del noble lo hizo retroceder.

-Omaeda. Manda a pedir un juicio urgente en mi nombre.

-pero si tu caso ya fue juzgado.

-fue juzgado por traición como el capitán del sexto escuadrón, ahora ve y pide mi juicio como una de las cuatro familias nobles y veintiochoava cabeza, líder del clan Kuchiki, Kuchiki Byakuya- lo admiró durante toda la oración, tan recto, una voz tan profunda y que doblegaría al más duro roble y que a él lo derretía en su magnificencia. (Nunca lo vi como el capitán que siempre ha sido… se ve tan apuesto).

-… tendrá que esperar a mi capitana… ¿Dónde está Renji?- pronto lo descubrió en el suelo y fue a socorrerlo. Pasaron unos minutos en silencio donde lo único que hizo fue atolondrarse de la reserva que podía mostrar “el meloso adicto a Shakespeare”.

-Omaeda ¿Qué demonios le pasó a Renji?- preguntó en cuanto llegó la mujer de dos largas trenzas.

-fue el arrancar, está dentro…

-¿Qué pasa aquí, capitán?- le cuestionaron a Byakuya al poner nuevamente su brazo como protección.

-ya se lo dije a tu teniente, ahora espero la aprobación de tu parte.

-¿Qué quieres?

-un juicio en nombre de la familia y el honor que conllevan mi apellido.

-sabes que estás poniendo en juego ¿verdad?

-lo sé, agradecería que lo hicie….

-lo haré- (¿lo hará? Cuestionaré más a Byakuya respecto a esta “conocida”).

-gracias.

-vamos, Omaeda.

-pero ¿los vamos a dejar solos?

-no, vámonos- (si se van ambos ¿quién nos cuida?), volteando a ver a Byakuya le pareció que quien fuera que los fuera a retener no sería agradable pues sus fracciones se volvieron enojadas y parecía rogar tener paciencia.

-hace tanto, Byakubo- en la entrada se presentaba una mujer alta, morena, de cabello violeta y que sonreía como si algo fuera gracioso. (¿Byakubo…? Suena lindo).

-¿quién es?- preguntó a su acompañante.

-¿Por qué vino?

-deberías alegrarte, Byakubo- hablaba la mujer mientras entraba trayendo con ella un kimono azul y blanco de medidas parecidas a las suyas-y tú también…- le dijo después dándole la ropa- era de Byakubo, cuando era un niño, imagino que te quedarán.

-¿Quién es usted?- tomó la ropa, no sin antes interrogar.

-soy Shihouin Yuruichi, una amiga…y tú debes ser Uruki.

-Ulquiorra Ciffer- miró la ropa pensando que desde niño Byakuya vestía muy bien. (¿Dónde me cambiaré?).

-vístete antes de que los lleven a juicio ¿no querrás llegar así?-(ciertamente no)- cámbiate, a mi no me molesta- (… nunca me he desvestido frente a una mujer…).

-déjalo en paz, gata pervertida- Kuchiki la regañó antes de que sacara por completo la bata-date la vuelta… o mejor salte para que se cambie.

-¿y dejarlos solos para que los encuentren “ocupados”?

-¡no haremos nada!- gritó habiéndose puesto rojo. (¿Somos tan obvios?).

-aahh, el pequeño Byakuya ha crecido… te recuerdo como el mocoso que aspiraba correr más que yo…- (… que tierno)-…¿ah? No ha cambiado mucho esa situación.

-cállate, abuela Yuruichi.

-¿Cómo era Byakuya de pequeño?- se atrevió a preguntar.

-pues…

-Ulquiorra- trató de regañarlo el noble al llevar la contraria de su deseo, pero tenía curiosidad.

-era todo un personaje…- hizo una pausa para sentarse-…cámbiate, no veré nada que me interese- (bueno), bajó la ropa hasta los hombros cuando lo interrumpieron.

-no lo hagas Ulquiorra.

-hazlo, hazlo y te contaré algunas cosas sobre Byakuya- (está bien).

-súbete eso- nuevamente le ordenaron celosamente- nadie a parte de mi te verá desnudo, menos ésta.

-ha, Byakubo, si sabes que no me gustan los hombres…- (ah… con esto creo que no me siento tan raro… todo lo contrario me siento en un club de homosexuales).

-ya la oíste, no hay problema- finalizó para ponerse la antigua ropa del capitán. Dándoles la espalda escuchó a su novio suspirar de resignación.

-pensé que acatarías las ordenes de ese entonces en adelante, Byakubo- comentó la dama.

-deja de llamarme de esa manera que ya no soy un niño. No las he quebrantado… estar con él no tiene nada de malo.

-al igual que con Hisana-san ¿verdad?

-no, con Uruki no siento que hago mal. Nunca antes sentí hacer algo tan correcto- cerrando la ropa se dejó llevar por la emoción de tales palabras que quemaban en su corazón. Su sonrisa no se escondía y terminó riendo un poco.

Caminó con la cara baja aunque ya sabía que su sonrisa no se iría, se sentó junto a la puerta de la celda, que era lo más cerca que podía estar de su amante.

-Quién fuera agonizante para morir en los brazos de este ángel- le alabó el hombre apenas se sentó, lo que le obligó a acomodar las piernas más cerradas a pesar de que por el largo no se veía nada desde un inicio.

-Byakuya…

-te queda bien, Uruki-kun.

-gracias, Yuruichi-san… entonces ¿Qué me decías de Byakuya?

-Uruki… no preguntes- bufó nuevamente Kuchiki.

-jaja, lo siento, Byakuya, pero me da curiosidad.

-a él le encantaron siempre los dulces picantes; me acuerdo de la vez que le llevé un tamarindo con chamoy encima y chile en polvo ¿te acuerdas?- le preguntó a Byakuya que parecía mantenerse indiferente pero obviamente molesto y pendiente.

-no se lo cuentes.

Fuera de acatar con malicia, decía- le advertí que podía picar pero cuando se lo metió de bocado en la boca…

-¡suficiente, no te atrevas a contarle que pasó, vieja bruja!- se quejó enérgicamente su pareja, pasando las manos entre las rejas y tratando de alcanzarla desesperadamente- ¡cállate! ¡No tiene porque escuchar algo tan vergonzoso!

-tranquilízate, Byakubo, eras sólo un niño.

-¡no tuve infancia! ¡No tuve infancia, ahora no digas nada!

-¿Qué pasó?- interrumpió.

-él…- prosiguió lejos del alcance del furioso capitán e ignorándolo ambos-… se le puso la cara roja como un tomate y llorando… jaja, pero que sacaba el dulce de su boca, como su abuelo se los prohibía; al ir a la cocina se encontró con él por lo que tuvo que buscar una fuente más cercana de agua- (mmm, se sigue quejando), se dio levemente cuenta de eso para seguir escuchando- la desesperación lo llevó hasta…

-¡NO SE LO CUENTES!

-que bebió el agua del estanque de las carpas- la verdad es que le impresionó que tal agua sucia pudiera ingresar a la boca de ese rico que parecía que con esfuerzos tomaría agua embotellada- jajaja lo más gracioso fue cuando al salir me dijo que se tragó un pez- quiso mantener la seriedad, aunque el imaginar a su pequeño Byakuya tragando a los animales que tanto quería por un error infantil le causó debilidad.

-jajajajaja- rieron al final él y la del cabello violáceo.

-que cruel eres, Uruki-chan…- sentenció con ánimo bajo la víctima en la situación.

-pe… jaja… perdón… no te sientas mal… jajaja, sólo eras un niño- entre risas fue tomada su cara por una mano del mayor que le acariciaba la mejilla izquierda suavemente-¿si… sigues enojado?

-no-terminando de reír inspeccionó su cara, lo observaba fijamente y le sonreía con esa paternidad tan familiar. (Mi dulce y tierno Byakuya…), tratando de corresponder al mimo le besó la palma-No eres el sol, no eres un lucero, pero eres la luz que alumbra mi sendero-(va de nuevo…).

-¿Por qué insistes en hacerme sentir así?

-porque me dedicas una sonrisa cada vez que te recuerdo que eres la estrella más hermosa del firmamento- (no lo voy a poder callar). Olvidó en ese momento a la mujer-gato que los miraba pensando todo lo que le contó su pareja, de la manera tan más loca en que se aventuró ese que conoció desde niño y que ahora parecía haber encontrado a alguien que estuviera tan loco como él- Todo color es opaco, toda alegría poca, si en mi vida falta un beso de tu boca- dándole gusto se acercó para cumplirle, besando la comisura de sus labios.

-¿te unes a la fiesta?- fueron interrumpidos por Shihouin que invitaba a un teniente que esperaba afuera por no saber qué hacer, el teniente Kira. Quitó su boca apenas supo que no estaban solos. (Si ya sabía que es lo peor… soy un idiota “lanzado”).

-no… bueno… me mandaron a informar que fue aceptada la propuesta del capitán Kuchiki- respondió nervioso-entonces… la capitana Soi Fong los llevará.

 

El camino fue callado y lento, nadie hablaba bajo ese sol resplandeciente que le calentaba la ropa y el cabello, a cada paso prestaba atención al ruido de las aves que volaban sin preocupaciones por los cielos azules y despejados y las lindas mariposas que se paseaban enviando mensajes pero sin dejar de ser apacibles. Un viento fresco sopló por la calle en donde andaban y se incrementó a medida que salían a campo abierto, al lugar de reuniones. No quería entrar al juicio por el día más hermoso que se presentaba pero al mirar al resto entendió que era el único que sonreía por algo tan simple.

-Byakuya…- lo llamó mientras pasaban a ser juzgados.

-dime.

-… ¿es bueno que sonría sin tener una razón?- le preguntó para sacarse de su duda, nunca antes marcaba así su boca sin motivos preliminares.

-… si, es muy bueno- la cara de felicidad del otro le fue incomprensible, parecía orgulloso y angustiado a la vez.

Dentro el sonido se apagó en cuanto se cerraron las puertas en un ruido que hizo eco como una cueva que cerrarían eternamente.

-nada malo va a pasar- le susurró el capitán que se percató de la angustia de estar ahí para ser dictaminado su amor. (Me siento como Julieta… ¿por qué necesariamente escogí la mujer?).

-capitán Kuchiki- bramó Genryuusai sentado en la silla, mirándolo con aire dominante- tiene mucho valor o estupidez para pedir un segundo juicio.

-mi sentencia ha sido injusta- no decía nada, permanecería a un lado de su pareja sin arruinar la situación pues de por si el problema era su culpa.

-¿injusta? Cometió traición y sabe que se paga con la muerte.

-no traicioné al seretei, a lo sumo soy culpable de bajar mi nivel de eficiencia pero eso se remedia con una pena menor.

-nos ha traicionado, de eso no hay duda cuando ocultó a ese arrancar en su propia casa.

-es por eso que estoy aquí- (¿Qué planea?)- vengo a pedir equidad en cuanto a dictámenes.

-¿con qué está comparando las circunstancias?- escuchó con cuidado la explicación dada.

-mi situación ya se ha visto y es la de Kurosaki Ichigo y Grimmjow Jaegerjaquez. Una pareja de enemigos aceptada. En eso me baso.

-Kurosaki no nos ocultó al espada y la relación se fue algo que se fue dando…

-falso- interrumpió por fin- ellos ya eran pareja desde antes- consultó la cara de Byakuya para saber si dijo algo fuera de lugar. Esta le decía que estaba bien su comentario.

-… aun si fuera cierto- agregó el viejo- nos ha demostrado el pantera ser fiel al seretei o al menos a Kurosaki ¿Qué tiene para comparar?- (¿ser fiel… a mi antiguo enemigo?).

-Uru… Ulquiorra es una excelente persona que no pelea a menos de que exista la necesidad- pronto entendió que Kuchiki sabía que no quería unirse a la sociedad, por lo que adornaba su personalidad. (¿Pero funcionará?)-es inteligente, ordenado y pulcro, me ayuda en trabajos de escritorio y es en extremo eficiente- le costaba mantenerse quieto, sus mejillas se estaban calentando y necesitaba darle al menos un codazo para que dejara de alabarlo-Su trabajo con Sousuke Aizen terminó y no tiene intenciones de seguir ordenes de alguien que no está.

-arrancar- le habló capitán comandante que al ponerse en pie elevó las miradas de todos los capitanes reunidos- que tienes tú para decirnos.

-…- clavó sus ojos en su novio que no tenía apuro en lo que dijera, demostrando plena confianza. (Espero no arruinarlo, Byakuya)-… su método de gobierno, tanto interno como externo, está desarrollado en un método anárquico y capitalista, centrando ganancias en lo que ya les sobra y empobreciendo a los que menos tienen. La organización de escuadrones posee buena división, gente entrenada y eficaz, sin embargo la división de trabajo es pésima. Las correcciones de personal y civiles, creo no hace falta enfatizar, son amargas, de mal gusto y exageradas en todo sentido-aclaró su garganta al ver que todo el mundo se impresionó con el discurso- dicho eso y, con todo el respeto posible, me es imposible aceptar su autoridad.

-entonces…

-aun con eso-agregó- a quien debo fidelidad no es a toda un sociedad… es a una persona…  la persona a la que no voy a traicionar…- (sé que estoy rojo… mierda), se enojo más cuando advirtió que jugueteaba con las manos y los pies. Al final sentenció- no haré nada que le cause problemas a Byakuya.

-U-ru-ki-chan- le hablaba separando su nombre ese idiota que llamaba amado que, completamente feliz por lo dicho, se le arrojó a abrazarlo casi tirándolo al suelo-¡lo dijiste, que felicidad, Uruki-chan!

-¡cá… cállate, idiota! Parecerá actuado. Quítate- soportó el peso pero no podía quitárselo. En un vistazo rápido se sorprendió que los únicos que no sonreían ante esa escena fueran el jefe y Zaraki Kempachi que más bien parecía asqueado.

-capitán Kuchiki-trató de controlar el mayor de todos los shinigamis-capitán Kuchiki, por favor, un poco de cordura en su juicio.

-está bien- su respuesta positiva no influenció a su cuerpo que sólo lo jaló al frente para tenerlo abrazado de la cintura. (Que día, Aizen-sama, qué día…). Mantenía la cabeza baja, no por sumisión sino por pena.

-el argumento del cuarto espada puede ser cruel pero la resolución es igual a la del otro… la tomaré en cuenta y se someterá a votación que después se llevará a la cámara de los 46- dando una pausa hizo la propuesta-los que estén a favor levanten la mano.

Agradecidamente todas las manos se pusieron en alto, incluyendo al que no le importaba porque lo que quería era que el noble estuviera vivo para matarlo.

El anciano dio un respingó al saber que a estos ya no les importaba nada. No le quedó de otra y aceptó la positiva.

-se llevará de inmediato la propuesta a la cámara de los 46 y se les avisará. Pueden retirarse y ustedes- refiriéndose a Byakuya y él- tendrán que seguir en la celdas hasta la sentencia.

-no hay problema- contestó el noble complacido.

 

 

-Byakuya- repetía entrecortadamente con el peso del capitán encima, aplastándolo entre los barrotes y su tórax, con sus manos inmovilizadas, sostenidas por una del otro, lejos del suelo, mantenido sólo por una pierna de Kuchiki que metía entre las suyas y que lo besaba desesperadamente-…un momento…-pedía quedamente mientras le descubrían el pecho. Sabía que terminarían así pues después del juicio ya no lo soltaba y venía acariciando discretamente su parte noble contra su trasero en todo el camino, ahora y gracias a la confianza que ganó su novio los dejaron solos para ir a buscar la llave.

-mi cuerpo grita tu nombre… me dice que morirá si no te devoro…- (el mío dice lo mismo…), coquetamente besó el cuello del hombre para después morderlo permitiendo la osadía de que utilizaran sus manos para que se acariciaran sobre la ropa el enorme miembro-¡mierda! Ahí viene…- se quejó su pareja con notable odio.

-bájame…- al instante lo hicieron y le cerraron la ropa. (Como es celoso).

-disculpe la tardanza, capitán Kuchiki-san- se excusó el guardia.

-tendremos sex…- (¡¿QUÉ?!).

-¡NO LO DIGAS!- regañó soltándole un golpe en la boca del estomago.

En el suelo se quejaba mientras el guardia no sabía ni que sucedió.

-disculpe que fuera presente en esta situación- se disculpó- a lo que él se refería era que nos haría un favor dejándonos solos o vigilándonos a la mayor distancia.

-... cla… claro- respondió viendo sufrir al otro- ¿está bien?

-… arrgg… lo estoy… me “desquitaré”. No se preocupe- dijeron puesto de pie sin quitarse esa mirada de lujuria.

Dentro de la espaciosa celda, ni cuatro segundos dados y ya volvía a tenerlo encima y comiéndose su boca.

-ahh… desesperado…-la verdad es que eso lo tranquilizó, ya no quería esperar ni un minuto más para unirse.

-me dirás pervertido, Uruki-chan, pero mientras te recuperabas sólo podía pensar en ti y que cuando estuvieras en condiciones te haría el amor hasta el amanecer.

-… sakurabito pervertido…- (es un tonto… pensando en sexo cuando pudo haber muerto)-… no vuelvas a hacer ninguna locura como esta.

-no fue nada, además no me iban a ejecutar sino quién trabajaría- bromeó pero no le causó gracias.

-es enserio… me preocupe… ¿y si algo te hubiera pasado o si hubiera despertado y me enterara que ya no te vería nunca más…?- sin querer lloró de sólo imaginarlo-… ¿para que permanecería vivo…?

-Ulquiorra…

-no me vuelvas a asustar así-odió no parar de llorar, cubriendo su cara con ambas manos- por tu culpa soy tan frágil y no te responsabilizas de cambiarme… demonios- los brazos del mayor lo envolvieron.

-perdón… pero me alegra tanto que llores y me demuestres que pudiste sentir el mismo miedo que yo tuve cuando creí que te perdí. Y yo no te cambié…- le quitaron las manos de la cara, avergonzadamente trató de parar las lagrimas sin lograrlo.

-sí que lo hiciste. Yo no lloraría, no me sentiría tan fuera de mí, sabría si estoy feliz, triste, excitado o qué demonios…

-eres tú mismo- le susurraron al oído dulcemente- siempre has sido así, este eres tú… tan lindo…- (esta debilidad es tan fuerte… y se siente tan bien), más lagrimas cayeron sobre el pecho de Byakuya que ahora abrazaba-… tan amable y que puede sonreír por un bonito clima… por una ave… por sí mismo y sin que te tenga que dar un motivos siempre…ya no me necesitas para ser feliz—(que falso… con razón estaba triste).

-tonto…-lo miró entre el agua de sus ojos-… te necesito ¿cómo se supone que me alegre un bonito clima si no tengo con quién compartirlo? Hasta me haces decir estas cursiladas…

-entonces déjame ver cómo eres realmente- con cada palabra le fue despojando cada vez más de la amarradura del pantalón. Con delicadeza se lo quitaron, no se movió para que lamieran su pene, mojándolo en saliva y chupándolo de inicio a fin.

-aaahhh…- (pero… Byakuya)-ah… ah… mmm…-(ni yo mismo estoy seguro de quién soy…)-má… más… .Byaku… ¡ahh!

(¿Soy frágil?).

 Sin perdón lo chupaba y masturbaba con toda la boca, ocupando una mano en meter poco a poco los dedos en su interior.

(¿O soy fuerte?).

 La prisa de su príncipe le hizo venirse sin siquiera avisar entre géminos de placer. Lo limpiaron por completo con la lengua y sacaron los dedos, se pusieron derecho frente a él; se concentró en los ojos oscuros de su pareja que eran tan tiernos en su mirada, claramente sintiendo que el hueco que siempre le caló se llenaba con esa oscuridad. Un vacio que se oscurecía pues había descubierto que no era tan fuerte ni cerrado por dentro.

(Tan frágil… que el rechazo de Grimmjow casi me mata… tanto que…) rodeó con sus brazos el cuello de su amante, el otro lo atrajo hacia el abrazándolo por la cintura-… perdón…

-¿en qué piensas que sigues llorando?

-… no soy fuerte…- (soy tan débil… que si me abandonas no puedo sostenerme solo)-… si alguien viniera en este momento no me defendería…

-sé tan frágil como quieras, Uruki…- le observó sobrecogido, sus ojos tan blandos y paternales con él y la sonrisa tan amigable le obligó a derrumbarse aun más-… sé como nunca te permitiste serlo que yo seré tu fuerza- le besaron rápidamente la frente- ya puedes descansar y ablandarte, ya te estoy sosteniendo-al unisonó tomaron su mano y la besaron. (Brilla como la luna…) se dijo llorando y el recuerdo de su encuentro volvió (… al fin, la luna me escuchó… y sostuvo mi mano y mi debilidad…), enseguida lo besó apasionadamente, Kuchiki no paraba de secar con su palma su cara más aun así no se detendría, aseguraba que durante toda la noche no pararía.

 

Les quedó corto el día y la noche pues aun en las embestidas del capitán contra su cuerpo y la pared pudo distinguir la luz de la mañana.

-aahh… Byaku… aaaahhh…-rasguñaba su espalda excitado de sobremanera por el sexo y las mordidas que dejaba en sus hombros que le sangraban.

-ya… ah…ya entiendo porque te… mmm… gusta la sangre-le contestaron sosteniendo mejor sus caderas y golpeando con más fuerza su cuerpo. Le besó saboreando la sangre y su lengua que enredaba sediento de deseo.

-… eres un dios… aaaaaahhh… dame más… más fuerte… ah…- lo dijo pero no creyó como podía ese capitán hacer el milagro de mejorar lo inmejorable.

Exquisitamente terminaron soltando el aire con fuerza y gimiendo con el duro miembro dentro. Se miraron unos segundos y rieron. (Me odio, aun quiero más…).

-¿Cómo estás…?- le preguntaron paseando la mano por sus cabellos negros.

-bi… bien… ah…

-el estúpido guardia no debe de tardar ¿verdad?

-eso… creo…

-si tú me dices que no te importa continuaré- (ni loco ni excitado ni en celo…).

-no… Byakuya. No sé cómo… se te ocurre… que aceptaría.

-puedo soñar- salió fácilmente de dentro, después de tantas horas se encontraba mojado de todas partes.

Lo cargaron hasta la cama donde se acomodó entre el conejo del capitán y los pectorales.

-¿crees que nos escuchara?- preguntó pícaro, acariciando el pecho del mayor.

-seguramente… ¿Qué calificación nos dará?

-… torpe…- jaló la cobija para cubrirse ambos hasta la cintura-… yo te daría un 100%.

-¿de verdad?- le comentaron acunando su cara.

-claro- (debo estar loco por estas platicas… ha de ser porque lo más vergonzoso ya lo hice y el resto no se compara… definitivamente no se compara). Saborearon sus bocas en besos cortos y progresivos.

-¿Qué es mejor que un 100% para dártelo?

-jeje ¿tanto?

-eres una fiera, Ulquiorra.

-no lo creo, lobo salvaje.

-mmm…- para pronto se ubicaron entre sus piernas pero el ruido de la puerta abriéndose los detuvo. (Supongo que es lo mejor o terminaría sin fluidos). Se quitaron de encima para acomodarse nuevamente a un lado y cubrirse completamente, aunque era delatorio la ropa botada por toda la celda, incluyendo la interior, el semen más que notable y el olor despedido.

-parece que el pequeño Byakuya creció- comentó un hombre con barba de una semana, un gorro y un haori de flores que los miraba contento. (Pues vaya que “creció”).

-¿Qué ha pasado?

-tendrán que venir por formalidades.

-¿han aceptado?

-si no lo hacían los traíamos aquí y que me respondan si esto no es “amor”-(todo salió bien… por alguna razón no lo dudaba).

-gracias- aunque tenían que irse se dedicó a abrazar a su amante antes de que se levantara.

-te amo, Byaku-chi.

Nada, soledad, angustia, tristeza, miedo, ira, odio, pánico, inocencia, desesperación, nada que no se controle.

Lleno, amor, felicidad, euforia, compasión, torpeza, gentiliza, tiernéz, amabilidad, sencillez, fragilidad, sólo con ayuda se puede sobrellevar una carga tan pesada como son esos sentimientos… pues son muy fuertes.

(Bueno, luna, ese día te pedí un deseo… ¡muchas gracias!).

Notas finales:

Gracias por leer.


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