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Tu Juego por Yais

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Notas del capitulo:

=^O^= I'm a lazy cat.

Capítulo: 5

 

En la semana anterior a Deidara le habían pasado una cantidad de cosas interesantes y, de acuerdo a su escala personal, no muy buenas.

Le hubiese gustado decir que nada de lo ocurrido era su culpa y que sus desgracias se originaban únicamente a causa de Itachi Uchiha pero, probablemente, Sasori le volaría los sesos si lo decía en voz alta o si sospechaba, siquiera, que lo pensaba así. Su amigo pelirrojo estaba absurdamente molesto con él.

Todo se había descontrolado dos días después de que tuviera su comida con Itachi. Esa mañana recibió una llamada desde un número no identificado en su teléfono móvil y, a pesar de que no era su costumbre, decidió contestar pensando en cierto pelinegro. Después de todo, la última vez que respondió a una llamada desconocida terminó comiendo con Uchiha.

Para ese entonces ya había olvidado que aceptó trabajar para Orochimaru y le sorprendió que la voz de un hombre joven, encargado de recursos humanos en el proyecto del centro de rehabilitación, lo contactara pidiendo una cita para la firma de su contrato.

En un principio pensó en negarse pero, la verdad, no tenía ganas de hacerlo ni tenía caso intentar mentirse diciendo que no quería firmar porque los últimos 2 días había estado planeando una manera en la que, ya fuera siendo modelo o un desaliñado artista, pudiese tener otro encuentro con Uchiha. El trabajo iba a ser su excusa.

Lo anterior, no fue algo fácil de aceptar pues significaba reconocer que sentía cierto grado de atracción hacia aquel hombre que lo sacaba de sus casillas, pero se consolaba diciendo que ahí había algo más. Le gustaba, sí, pero también planeaba la forma de hacerlo pagar por la horrible falta que había cometido al llamarlo “Feo”. La comida que compartieron para nada contaba como una disculpa.

Pensaba que si trabajaba en aquel proyecto tendría más de una oportunidad para interactuar con Itachi. Por eso ignoró todas las advertencias que Sasori le dio aquel día sobre Orochimaru y fijó una cita con él para esa tarde.

 

No dudó respecto a su decisión y  se presentó a firmar su contrato disfrazado. Orochimaru, Itachi y varios miembros del staff de Uchiha lo habían conocido en ese aspecto y no pensaba dejar que nadie lo relacionara con el “Deidara modelo”. Tampoco quería lidiar con las especulaciones de la prensa si se llegaba a saber que había aceptado un trabajo como aquel.

Al interior no sólo deseaba buscar una manera de vengarse de Itachi, sino que también quería distraerse, sentirse libre y humano.

Debido a su profesión, toda la vida había fingido una actitud cándida que no desentonara con su  aspecto y siempre recibió un trato especial debido a ello. Casi nadie lo tomaba enserio y muy pocos eran capaces de decirle lo que pensaban sobre él de una forma franca. El hecho de que Itachi se tomara con calma y cierto grado de humor los peores aspectos de su personalidad, no iba a negar, le gustaba.

Al presentarse en recursos humanos no tuvo mayor problema con la documentación y separar “sus personalidades” porque, si bien su nombre artístico, y por el que todos lo conocían, era Deidara Uzumaki, su nombre real era Deidara Namikaze. Además, parte de su disfraz incluía identificaciones con fotos suyas en aquel aspecto.

Se sentía tan lleno de emoción que ni siquiera se dio cuenta de lo que firmaba.

 

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El lugar donde trabajaba Akatsuna no Sasori, el mejor amigo y mentor de Deidara, era un edificio de 10 pisos diseñado por él mismo; una de las creaciones por la que se sentía más orgulloso. Era su santuario, el sitio donde gustaba pasar todo su día y un lugar tan sagrado que casi sintió que se le formaba una ulcera cuando Kabuto Yakushi, su traidor ex empleado, apareció en la puerta de su oficina sin cita ni anunciarse.

– Kabuto – Sasori dejó que el nombre escapara de sus labios mientras formaba un gesto enfadado – ¿Qué haces en mi oficina? –

– Vengo a entregar esto de parte de Orochimaru sama – el antes mencionado le mostró un par de folders en sus manos –  y no te enfades con tu secretaria, podría colarme en este lugar sin ser notado tantas veces como quisiera – se acomodó los anteojos que usaba con un gesto arrogante.

En respuesta Sasori gruñó – Lo que quiera Orochimaru, él ya sabe que no me interesa – había veces que se sentía como un disco rayado.

Kabuto le sonrió levemente – Si, lo sé. Pero estos papeles sobre Deidara… Namikaze, pueden hacerte cambiar de opinión – le extendió un folder que llevaba consigo.

El pelirrojo le sostuvo la mirada sin tomar lo que le ofrecía – y ¿Yo que tengo que ver en eso? –

– Mucho si decides trabajar con Orochimaru sama, pero ahora realmente nada – se encogió de hombros – es sólo que me temo que mi línea de investigación me lleva a pensar que Deidara Namikaze es el mismo Deidara Uzumaki ¿Estoy en un error? –

Sasori gruñó a modo de respuesta – De nuevo, no tengo nada que ver en eso – sentía que su interlocutor estaba dándole malas noticias de manera sutil.

– Del tiempo que trabajamos juntos – Kabuto espació las palabras con algo de gusto – La única persona que podía importarte lo suficiente era Deidara Uzumaki san, y dado que ahora trabaja para nosotros, bajo un contrato que le ocasiona muchas desventajas, creo que te gustaría que rescribiéramos algunas cláusulas de su contratación a cambio de que accedieras a trabajar para Orochimaru sama – depositó los papeles que traía sobre la mesa – no lo culpes por ser descuidado, la verdad es que tú también fuiste engañado por mis habilidades legales alguna vez – y con una sonrisa victoriosa lo reverenció – un gusto volver a vernos Sa so ri –

Cuando Kabuto abandonó el lugar, el pelirrojo observó desganado lo que recién le entregaron y a pesar de no tener la intención de salvar a Deidara en su nuevo desastre, la curiosidad pudo más que él – Ese mocoso idiota, ahora qué habrá hecho –

 

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Deidara intentó rascarse la cabeza sin desacomodar la peluca de cabellos castaños que la cubría antes de bajarse del auto de Sasori y observar la construcción frente a sus ojos. Aquel era el edificio en el que iban a trabajar durante los próximos meses.

Era incapaz de negar que se sentía nervioso y temblaba por la expectativa, pero a Sasori, quien también bajaba de su auto, no se lo diría. En esa semana ya le había confesado cosas muy vergonzosas como para seguir destruyendo su imagen ante él.

– Te lo advertí Deidara – Sasori usaba ese tono cansino que solía dirigirle cuando estaba harto – Qué no te inmiscuyeras con Orochimaru –

Como respuesta el mencionado le gruñó – Dale algo de crédito, tú también fuiste engañado por él una vez –

Sasori lo miró mal recordando que Kabuto había usado esas mismas palabras – Pero a diferencia de ti, no arrastré a nadie conmigo ­– su amigo caminó hasta llegar a par suyo.

– uhn – el modelo observó el edificio, intentando controlar la reciente excitación que había embargado su cuerpo.

– ¿Y bien? – preguntó el pelirrojo también observando la construcción.

Como respuesta Deidara le sonrió confiado – Te gustará lo que haré con este lugar –

El par, pelirrojo y castaño, caminaron para ingresar a las instalaciones provisionales del centro de rehabilitación y Deidara intentó fingir que no estaba emocionado sólo para que Sasori no se siguiera quejando o recordándole que por ser un “Mocoso estúpido” estaban ahí. Ya habían repasado esa escena una cantidad incontable de veces.

– Debería de dejar de hacer cosas por ti – Sasori se adelantó para evaluar la estructura del lugar  – Aprenderías algo si tuvieras que enfrentar las consecuencias de tus actos imprudentes –

El modelo suspiró – No era para tanto – se estaba hartando de recibir tanta reprimenda – sólo tendría que hacer publicidad y… la exclusividad era imposible, tengo otros contratos. Nada que un buen abogado no pudiera arreglar – la verdad era que sabía perfectamente que aquellos dos detalles no eran los más graves del contrato que antes había firmado, pero ya tenía uno nuevo, así que lo pasado, pasado, y ahora ya no tenía caso pensar en ello.

– Incluso afectabas a tu tía, ¿crees que eso no perjudicaría tu imagen? –

Deidara volvió a gruñir frustrado antes de señalarse a si mismo y fingir una sonrisa – y ¿Crees que nadie le creería a esta linda e inocente cara que fui engañado por ese viejo de Orochimaru? –

– Creerían que eres un idiota – Sasori desvió la mirada con un gesto pétreo, sabiendo que, probablemente, de mantenerse mirando a su amigo le daría la razón respecto a que era inocente a pesar de conocerlo perfectamente.

Ellos dos tenían una relación muy definida. A pesar de que Deidara ya sabía comportarse, Sasori no había abandonado su complejo de senpai  y pasaba la mayoría del tiempo diciéndole al menor cómo y qué hacer, razón por la cual el rubio se relajaba cuando estaba a su lado y se permitía ser descuidado.

Sin importar que algunas veces Deidara no estuviera de acuerdo con el mayor generalmente lo obedecía y cuando no lo hacía, aunque renegara, Sasori siempre lo salvaba en sus metidas de pata. Eso último incluía: firmar un contrato para trabajar con Orochimaru, su acérrimo enemigo, logrando imponer como condición que el nombre artístico de Deidara, ni su relación con el proyecto, se diera a conocer a nadie que no fuera Orochimaru y su abogado Kabuto.

 

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– ¡Bienvenidos!, mucho gusto en conocerlos – ambos habían estado tan absortos en su pelea que no se dieron cuenta cuando un joven se acercó hasta ellos y con una voz semi jovial los reverenció – Mi nombre es Uchiha Shisui soy el actual director de obra. Ustedes deben ser Namikaze Deidara san y – le dedicó una sonrisa excesivamente feliz al pelirrojo – Akatsuna no Sasori san –

– uhn mucho gusto – Deidara reaccionó rápidamente y con una reverencia le devolvió el saludo, pero Sasori no hizo ni un movimiento.

– Es un gusto conocerlo por fin – Shisui no paraba de sonreírle al gesto apático del pelirrojo y eso le hizo recordar a Deidara que su amigo también era bastante famoso – el equipo y en especial yo estamos muy emocionados porque por fin aceptara la invitación para trabajar con nosotros –

El modelo comenzaba a sentir un ligero malestar por ser ignorado e iba a intentar hacer notar su presencia cuando su amigo gruñó – Tú… – Sasori entrecerró los ojos, resopló y contestó con tono irritado – No he venido a socializar – Deidara jamás pensaba en el pelirrojo como alguien grosero, si bien era una persona que perdía la paciencia fácilmente, pocas veces lo escuchaba molestarse con alguien que recién conocía.

– …Ah – Shisui sostuvo su sonrisa y ladeó la cabeza ligeramente – Claro, entonces comencemos el recorrido – había algo extraño en aquel joven, era casi como si el hecho de que Sasori estuviese ahí le causara gracia.

 

El recorrido no duró mucho tiempo pues Shisui les mostró el plano del centro de rehabilitación sin entrar en detalle, y mientras caminaban al ala que Deidara se encargaría de decorar les explicó de manera somera que se pretendía hacer en cada lugar.

– Es aquí donde Namikaze san comenzará – Miró a Deidara y le señaló con una mano la amplia habitación que estaba destinada a ser la sala de espera – los planos, las ideas generales y especificas, así como el presupuesto y formatos están en su oficina. Por aquí –

A pesar de que por un momento Deidara se preocupó por lo que tendría que hacer y cómo lo haría, cuando Shisui le mostró las habitaciones de las que se encargaría se relajó. Sasori le había enseñado nociones básicas de arquitectura y, la verdad, él era muy bueno, si necesitaba alguna crítica estaba seguro de que el pelirrojo se la daría más que gustoso.

– Lo dejo aquí para que se acostumbre a su lugar de trabajo y respecto a la oficina de Sasori san… – Shisui aún tenía una sonrisa de satisfacción mientras pretendía abandonar a Deidara y llevar consigo al pelirrojo cuando éste lo interrumpió.

– Yo trabajaré en el mismo lugar que Deidara – Sasori utilizó un tono de voz parco.

Shisui hizo una imperceptible mueca – Tenemos preparado una oficina para usted solo. Este espacio es para uso personal –

– No importa – Sasori fue directo a la silla detrás del escritorio que ahora era de Deidara y se sentó

A Uchiha no pareció gustarle aquella decisión e intentó convencerlo – Pero, su equipo técnico y ases… –

– Mira – el pelirrojo lo interrumpió bastante irritado – en mi contrato se estipula claramente que tengo libertad absoluta respecto a tiempo, lugar y forma de trabajo, siempre y cuando cumpla con mis obligaciones no es necesario que tenga una oficina ni que me presente en este lugar más de lo que considere, así que si quiero trabajar en este lugar lo voy a hacer. De hecho – Sasori entrelazó las manos y recargó los codos en el escritorio – no necesito equipo técnico porque tengo a mi propia gente, así que habla con quien debas hablar y liquídalos. Tampoco necesito un director de obra. –

– Danna – Deidara abrió la boca con sorpresa.

Shisui pareció sorprenderse, pero sólo le duró unos instantes pues a continuación negó con la cabeza para calmarse y suspiró con pesar – Puede instalarse aquí si así lo desea y respecto a su equipo técnico podemos hablar de ello después. Sin embargo va a tener que hacer juntas y reuniones conmi… –

Sasori bufó – claro que no. No quiero a ningún incompetente a mi lado ni escuchar basura de ignorantes – Deidara seguía sin salir de su asombro. Sabía que su amigo tenía fama de comportarse como diva cuando se trataba de un proyecto, pero jamás había tenido la oportunidad de verlo en acción.

– ¡Incom…– Shisui no se veía para nada contento e iba perder la compostura pero se volvió a relajar – Si me disculpan – y salió de la oficina con elegancia pero de manera intempestiva. Deidara que estaba cerca de la puerta lo escuchó murmurar un “eso cree él” cargado de un tono desafiante.

– Imbécil – masculló Sasori justo cuando Deidara y él se vieron solos.

– ¿Por qué hiciste eso? – Cuestionó el rubio viendo que Shisui desaparecía de su vista marcando su celular.

– Orochimaru me está fastidiando, él y Kabuto – Sasori fingió calma pero Deidara que lo conocía perfectamente no se lo creyó.

– … hnm ¿Danna? –

– ¿No sabes quién es ese? –

Deidara se rascó la peluca – ¿Otro Uchiha? –

– Él es quien se atrevió a tocar mi obra de arte. ¡Él remodeló mi museo! –

El rubio se hizo hacia atrás un paso. Conocía perfectamente a Sasori y sabía que cuando le daba un ataque de locura, le daba. Ahora Deidara recordaba perfectamente el incidente del museo que, a grandes rasgos, era el proyecto que ocasionó la enemistad entre su amigo y Orochimaru.

Una de las características de los trabajos de Sasori era su perpetuidad. Una vez que sus diseños se materializaban en una obra de arte de cemento y metal, la estructura y cada uno de los detalles debían permanecer de esa manera por la eternidad. Todos los contratos del pelirrojo le aseguraban que los “dueños” jamás osarían a modificar o ampliar cualquiera de sus obras, salvo expresa orden gubernamental, en aras del bien público y su seguridad; así que cuando Orochimaru compró al abogado de Sasori, Kabuto, y lograron engañarlo para pasar por alto esa clausula Sasori juró que algún día lo mataría.

– Entonces, él fue el encargado del proyecto de remodelación del museo – Deidara se rascó la mejilla recordando aquel día en que Sasori explotó, junto con él, 20 kg de C4 en una zona deshabitada mientras gritaba “Muere maldito, muere”.

– Fue quien aprobó que hicieran ESO con mi obra de arte – Sasori se levantó del asiento y le dio la espalda para acariciar la pared de la oficina – no voy a trabajar con él –

– ¿Puedes trabajar sin director de obra? –

– Puedo, es mejor si no me estorban –

Deidara suspiró – No creo que puedas hacerlo de lado tan fácilmente –

 

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Shisui, por su parte, sostenía una charla con su mejor amigo Itachi por teléfono.

– Tu diseñador y el arquitecto ya están aquí – comentó con voz enfadada después de que intercambiaron los saludos y charla típica de amigos.

¿Qué te ocurre? – en ese momento Itachi estaba en su oficina, hasta el tope de deberes, pero pudo identificar perfectamente que su amigo estaba preocupado.

– Nada – contestó Shisui con un suspiro y debido a eso Itachi dejó de lado los papeles que firmaba.

¿Hay algún problema con ellos? – desde un principio el empresario dudó respecto a contratar a alguien como Deidara pues, incluso le agradaba, no lo conocía lo suficiente ni tenía los antecedentes necesarios para considerarlo adecuado. A pesar de que Orochimaru le había asegurado que tenerlo a él era la única manera en que conseguirían a Sasori, y el pelirrojo valía mucho, nunca llegó a convencerse del todo – ¿Hay algún problema con Namikaze?

– Con Namikaze san, no… él no es el problema – Shisui se acarició las sienes – Es Sasori san quien no viene muy dispuesto a acatar nuestro plan de trabajo –

¡ah! – Itachi volvió a arreglar sus papeles – entonces el problema es el arquitecto… – eso lo consideraba una sorpresa.

Shisui le sonrió al teléfono con un gesto autosuficiente – Necesito tu permiso para que no sea un problema, sé que Orochimaru dejó esta parte del proceso en tus manos y de acuerdo al contrato no necesariamente tengo que hacer caso a las demandas de Sasori san, pero voy a tener que presionar un poco ¿Estas bien con eso? –

Itachi se lo pensó unos segundos – arréglalo como lo creas conveniente. Alguien como Akatsuna no arruinaría un trabajo sólo por tener problemas con uno de los inversionistas pero me gustaría mantenerlo lo más contento posible, así todo será más fácil

– Bien, entonces déjamelo a mi Itachi – Shisui iba a cortar la llamada cuando recordó algo – Por cierto, ahora que conocí a Namikaze no parece tan excéntrico como lo describiste, se ve… bueno es feo el pobre pero, hasta con eso, parece normal –

– Itachi siguió con el papeleo – si no te escucha llamarlo así deberá ser normal. De cualquier forma quiero que le tomes especial atención, sigo sin estar seguro de su contratación. Si puedes averiguar algo sobre él y supervisar su trabajo estaría bastante bien

– Eso haré entonces, aunque deberías encargarte tú de eso, después de todo, si le gustas es más fácil que te cuente las cosas a ti. ¿Recuerdas?, como hacíamos antes –

Itachi le sonrió al teléfono levemente – Estoy ocupado para seguir haciendo esas niñerías. Además comienzo a darle el beneficio de la duda y creo que todo ha sido una coincidencia

– ¡Claro! – Shisui ironizó – ambos sabemos que no sería ni tu primer ni único acosador. No es momento para que comiences a ser modesto, tal vez esto último sí fue coincidencia, pero no los otros encuentros que tuvieron –

Estuviste hablando con Kisame – dedujo Itachi pues aquella había sido la misma conclusión de su guardaespaldas.

– Un poco, pero si ambos pensamos lo mismo debe ser por algo. Namikaze está obviamente enamorado de ti. Siempre te he tenido un poco de env…–

 

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– En fin – Deidara se balanceó ligeramente hacia adelante y hacia atrás mientras veía a Sasori rasguñar y acariciar la pared como si quisiese cuartearla y resanarla sólo con tocarla – yo… creo que voy al baño –

La verdad era que no tenía necesidad de ir al sanitario, pero estaba seguro de que si se mantenía en aquella habitación Sasori podría descargar su ira en contra suya y no estaba preparado para eso.

Al salir de SU oficina (Ya después se encargaría de obligar a su amigo a tomar su propio lugar de trabajo) se dedicó a mirar la construcción imaginando cómo se encargaría de arreglarla. Podía ver los colores, el inmobiliario, la iluminación e incluso a los niños con sus padres recorriendo los pasillos, cuando escuchó su nombre.

Se giró hacía donde provenía el sonido, se encontró a Shisui quien aún sostenía su plática por móvil y, tras escucharlo hablar unos segundos, descubrió que también hablaba de Sasori y que su interlocutor era Itachi.

Aunque después la conversación tomó un cariz extraño y… ¡Ese idiota también lo había llamado feo!

Apretó los puños y dio un par de pasos hacia el director de la obra, dispuesto a decirle unas cuantas verdades. Evidentemente Shisui no lo veía venir pues seguía con su alharaca respecto a adular a Itachi y decir que él estaba enamorado de Uchiha. “¡Como si fuese evidente!, ¡Como si lo conociera!”...

Sin embargo en vez de golpear a Shisui, como había sido su primera intención, le arrebató el celular de la mano con un gesto brusco.

– ¡¿QUIÉN ESTÁ ENAMORADO DE TI?!, ¡UHN! ¡¿QUIÉN PODRÍA ESTARLO?! –

Itachi, que había pasado a revisar su agenda y hacer anotaciones, dejó caer su lapicero y separó el teléfono de su oreja encogiéndose porque aquel grito lo dejó prácticamente sordo – ¿Deidara? –

– Sí, soy Deidara, ¡Se puede saber ¿qué le has estado diciendo a la gente para que piensen que me puede gustar alguien como tú?! –

Shisui también se encogió debido al grito y luego dio un paso hacia atrás, aquel castaño le acababa de meter un susto tremendo – ...aarh… –

– ¡Claro!, tú debes creerte la persona más atractiva del planeta ¿verdad?, teniendo personas tan idiotas diciéndote sarta de tonterías que te las crees ¿verdad?, uhn, pues fíjate que YO NO ESTOY ENAMORADO DE TI, JAMÁS PODRÍA ESTARLO, ¡CREIDO IMBÉCIL! – y justo después le colgó, no esperó a escuchar su respuesta – ¡Y tú! – le gritó esta vez al Uchiha que tenía enfrente mientras le lanzaba el teléfono móvil y le atinaba directo en la frente, entre ceja y ceja – Me vuelves a llamar como lo hiciste y te mato –

La visión de su interlocutor se inundó de estrellitas debido al golpe y agarró el teléfono en el aire como pudo. Shisui vio a Deidara alejarse dando fuertes pisadas cuando su celular comenzó a sonar.

– moshi moshi – dijo con tono de voz perturbado

Bien, parece que estás vivo – aquel era Itachi

– Ese tipo está loco, acaba de amenazarme de muerte y parecía que iba enserio –

Su amigo se rió levemente – Pues suerte con eso

– ¿Cómo suerte? – Shisui tomó aire indignado – No puedes esperar que… ¿Te estás riendo?, ¡Itachi! –

Como te dije, ahora estoy ocupado. Maneja el asunto de Akatsuna y si le sigues la corriente a Deidara no tendrás problemas, mañana si tengo tiempo me ocuparé de eso

– ¡Mañana!, ¡Si tienes tiempo! – Shisui lanzó un suspiro –… esta bien, sólo porque… creo que esta vez fue mi culpa. Nos vemos. –

Cuando le colgó a Itachi volvió a suspirar – Y todo porque quería a Sasori… – se susurró dejando caer los hombros.

 

 

Notas finales:

Gracias a: Marizu194, Lyra Raven, ire_namikaze_uzumaki, akira lezti, kiandii, Ale delgado, Fallon Kristerson y en especial a Nahiel.

Disculpen la tardanza.

Bsos, Yais.

Pd. En algún momento debería escribir un Shisui/Itachi XD


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